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FICHA DE LA CATEDRA DE PSICOLOGÍA EVOLUTIVA, ACERCA DE LA

MADURACIÓN Y EL DESARROLLO
 El humano es distinto del animal
Un animal se gobierna por instinto; ante el surgimiento de una necesidad,
como por ejemplo el hambre, para satisfacerse busca instintivamente lo que
necesita para su supervivencia. Reconoce por instinto a su presa. El animal
“sabe” lo que quiere, y lo sabe por instinto, por su esquema biológico, y no se
hace ninguna pregunta al respecto.
El animal, además, al poco tiempo de nacer se independiza totalmente de la
madre procurándose por sí solo lo que le permite subsistir.
Esto es muy distinto a lo que sucede con el sujeto infantil, quién, por el estado de
inacabamiento con el que nace, mantiene una dependencia vital y estructural con
el adulto que lo asiste, quien interpela sus necesidades y otorga lo que supone
que el niño necesita. De no existir la presencia de ese adulto que lo alimenta, lo
cuide, lo abrigue, etc. el niño moriría, y es por esto que Lacan llama a esta
alteridad radical el “Otro primordial”
Freud plantea a esta asistencia ajena como imprescindible. El niño no cuenta con
la capacidad para proveerse de lo que necesita, por lo que solo y únicamente de
otro ser humano tutelar provendrá la interpretación de su llanto como un pedido, el
adulto le dará una significación al grito o al llanto del niño y comprenderá entonces
que “tiene hambre”, “tiene sed”, “tiene frío”, etc.
El psicoanálisis plantea que desde el desamparo inicial, la necesidad y la
existencia del sujeto infante pasan por este Otro. El otro, interpretando, dando
valor al mensaje (llanto o grito) del niño lo introduce en el campo del lenguaje.
Es el lenguaje el elemento distintivo fundamental entre el animal y el
hombre.
El sujeto debe pasar por el lenguaje para ser reconocido y escuchado, sin
ello es como sino fuera nada. “Hay un sistema simbólico del que estamos
presos, es una dependencia fundamental. Contrario a lo que la cultura popular
puede llegar a considerar, no se puede no depender del Otro.”
Es a partir de las palabras que va a recibir del Otro cómo el sujeto se
constituye, identificándose a los dichos de ese Otro.
En ese sentido, cuando hablamos de sujeto hablamos de sujeción, es decir,
sujetado a una estructura que es el campo del lenguaje por mediación de ese
Gran Otro.
Esta estructura no tiene un tiempo cronológico, como cuando se habla en términos
de crecimiento y desarrollo, sino de otro tiempo, lógico, que es el punto de
encuentro entre este sujeto y los significantes del Otro.
¿Cómo se constituye el sujeto?
El sujeto se estructura, no se desarrolla. Lo que se desarrolla son las funciones
instrumentales a través de los distintos momentos madurativos que tienen su ritmo
y cronología o progresión sistemática de adaptación biológica.
Lo psíquico no tiene ritmo a diferencia de lo biológico que sí lo tiene.
El sujeto está anticipado en una estructura dada desde antes de nacer, desde el
discurso de los padres. El sujeto está implicado en una estructura de parentesco
que lo antecede.
¿A qué hacemos referencia cuando hablamos del “hombre” en
psicoanálisis?
El hombre es distinto del animal, por ende, no podemos estudiarlo de la misma
manera y bajo las mismas concepciones.
En el instante en el que estamos en contacto con un Otro, dejamos de estar en el
orden de lo natural. Freud dice que lo natural se perdió para siempre: el hombre es
distinto del animal.
Las funciones naturales en el hombre, como comer o defecar, están
culturalizadas.
La cultura en cierto sentido reemplaza a lo natural, y lo natural de todo ser viviente
está metaforizado por la cultura.
 Pulsión no es lo mismo que instinto
El instinto compete al animal y la pulsión al hombre.
- El instinto equivale a “lo mismo para toda la especie”, algo
“programado” mientras que la pulsión no bien programado, tiene un
destino singular.
- El objeto del instinto es un objeto determinado y adecuado. Tiene un
quien, como, cuando. El objeto de la pulsión es variable, no tenemos
objeto adecuado, nunca es adecuado y el deseo va cambiando.
La pulsión tiene un objeto variable, el deseo va cambiando, el objeto nunca es
adecuado, pero la pulsión se satisface siempre; hablamos de que la pulsión
puede desplazarse, pero no es domesticable.
Además, los objetos de la pulsión ya no son naturales, sino que “los objetos de la
cultura sustituyen a lo puramente sexuales”
La concepción de desarrollo
Algunas teorías psicológicas conciben el desarrollo como un proceso autónomo,
orgánico y mental, que va desde el nacimiento hasta la adolescencia, que
remitiendo a las transformaciones globales e incluyendo el crecimiento, la
maduración neurológica y los aspectos psicológicos, conducirían a adaptaciones
cada vez más complejas.
Esto no significa que el sujeto no crezca, no podemos decir que hay nada de
maduración en el organismo, pues si la hay, y eso no debe negarse. No
podemos eludir el hecho de que hablamos de un individuo que crece; que no es
una ilusión total pensar que existe el bebé, el niño que no habla, el niño que ahora
sí lo hace, el adulto, etc.
Sin embargo, es importante reconocer que todo proceso incluye un sujeto.

La concepción de maduración
El descubrimiento freudiano que dio lugar a la invención del psicoanálisis, ha
permitido demostrar que en lo que se refiere a los seres humanos, por tratarse
de seres parlantes (El humano es distinto del animal, se lo conoce como “animal
político” o “animal parlante” (parlette, parle= “hablante” y tte=“ser”) lo cual quiere
decir que se encuentran dentro del campo del lenguaje, la historia cobra un
papel preponderante.
No hablamos de un proceso objetivo, de una simple maduración, como
sucede en las plantas. Oponer “desarrollo” e “historia” implica reconocer
que todo proceso incluye un sujeto, en el sentido que subjetiva, en tanto da y
otorga un sentido a lo que acontece.
desarrollo vs. Historia.
-Un mismo hecho objetivo puede recibir sentidos distintos según los sujetos. Un
niño realiza adquisiciones en cualquier de sus funciones, habla, camina, juega,
etc. pero lo importante es qué sentido tiene para el cada una de ellas. Por lo
tanto, no podemos hablar de una maduración en el hombre.
No hay maduración, un proceso igual para todos.

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