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Isa Saray Gálvez Figueroa 25 abril 2022

LA VIOLENCIA EN LOS CENTROS ESCOLARES


La violencia escolar es una problemática actual que forma parte de la realidad
cotidiana de las instituciones educativas. Esta problemática se ha vuelto
sumamente importante debido a la frecuencia con la que se presenta en las
escuelas y no sólo ello, sino las consecuencias que se derivan de ello, las cuales
tienen impacto tanto en la vida del victimario como de la víctima, entre otras
repercusiones sociales, culturales, familiares.
Ayala (2015) menciona que la violencia escolar es un fenómeno tan complejo que
no se puede analizar desde una sola disciplina o enfoque. Son varias las
disciplinas interesadas en el estudio y análisis de la violencia escolar. Desde el
ámbito de la salud se ha analizado como un problema médico, psicológico y físico.
Desde la sociología como un hecho social que tiene impacto en el ambiente
escolar y llega a trascender a la familia y sociedad. Desde el derecho, como una
conducta antisocial de los menores de edad.
La violencia escolar es un reflejo de la descomposición de la sociedad, en el
marco de un Estado de derecho débil, una estructura socioeconómica
incapaz de satisfacer las necesidades básicas de la población y una ruptura
del tejido social que desencadena la lucha por espacios alternos de
sobrevivencia y reorganización sociopolítica (Tello, 2005).
Existe un gran impacto que tienen algunas situaciones de violencia en la sociedad,
la cual está conformada por familias, quienes son el núcleo más cercano de los
niños y cuyos hijos están en los centros educativos; la violencia que se viva en las
familias o en la sociedad, será absorbida por los niños y la llevarán a los centros
educativos. De igual forma, si en los centros educativos no se trabaja para
disminuir la violencia en su totalidad, cuando los futuros ciudadanos que están en
dichas aulas, salgan a la sociedad, generarán aún más y más violencia,
volviéndose así un ciclo interminable. En realidad, la violencia escolar no es un
único problema derivado dentro de los mismos centros escolares, sino que es
producto de diversas problemáticas que se dan en la sociedad que influye
indirecta o directamente en el aula, por lo que no hay que mirar a la violencia
como un único problema, sino como un problema mucho más amplio que tiene
raíces profundas y difíciles de corregir.
Existen varios tipos de violencia, las más comunes son violencia física y verbal,
directa e indirecta, activa o pasiva. Pero existen manifestaciones a las que, por
sus características, se da una denominación particular: mobbing, acoso sexual,
bullying, violencia doméstica, violencia de género, etc. (Gómez et.al., 2007)
La mayoría de las investigaciones sobre violencia escolar, hacen referencia al
bullying o acoso escolar, pero éste es sólo una de las multiples manifestaciones
de violencia escolar y de igual forma, como hace referencia Ayala (2015), es sólo
uno de los tipos de violencia interpersonal que acontecen en los centros
educativos y que se le ha puesto mayor atención. Además, la violencia escolar
puede tener consecuencias igualmente graves que el bullying.
Isa Saray Gálvez Figueroa 25 abril 2022

Por ello, puede afirmarse que la violencia escolar no es exclusivamente bullying,


sino está conformada por otros tipos de violencia como la violencia del alumnado a
docentes, entre docentes, entre docentes y directivos, entre alumnos, en general,
entre todas las personas que participan en el ambiente escolar.
Lamentablemente lo que se vive en los centros escolares, es tan sólo un reflejo de
lo que se vive en la sociedad en el contexto familiar, cultural y social a nivel
nacional; las calles están llenas de violencia, homicidios, acoso, injusticias, etc.
Como consecuencia, las relaciones interpersonales que se dan entre los alumnos
en el aula, son derivadas de las experiencias previas que cada uno de ellos ha
tenido con el mundo externo en el que se desarrolla.
Pareciera que entre más violencia vemos, nos hacemos más insensibles a ella,
llegando al punto de verla como algo natural y cotidiano en nuestros días. Hace un
par de décadas, conmocionaba la vida del ser humano ver como mataban a otro
ser humano o como éste sufría de violencia; hoy en día, eso es el último aspecto
importante para retomar en un acto de violencia, lo interesante es ver el cómo,
cuáles fueron las estrategias para cometer ese acto. Los noticieros diariamente
sacan casos de violencia a nivel nacional que los niños actualmente ven la
violencia como una forma de convivencia.
Tello (2005) advierte que cuando la violencia se convierte en parte del medio
ambiente, la posibilidad de reconocerla disminuye y, por lo tanto, es introyectada
por quienes la viven como algo natural; para advertirla, es necesario que aumente,
sólo se reconoce en su nueva expresión porque el resto ya es parte de lo dado y,
por lo dado, nadie se asombra.
Se habla de violencia cuando se realiza una acción que desemboca en un estado
“fuera de lo natural”, una ruptura de la “armonía”, provocada por la acción de
cualquier ente, es decir, referida a actos humanos. Se emplea cuando éstos
actúan fuera de razón o cuando se actúa contra la equidad o la justica social. Se
podría decir que la violencia es vivida como la ruptura de un “orden establecido”
en una armonía preexistente. (Jiménez, 2012)
Es importante destacar que la violencia no es “innata”, sino que se “aprende” a lo
largo de nuestra vida. La violencia es evitable y según Jiménez (2012) debe de
ser combatida en sus causas sociales (económicas, políticas y culturales). Si bien
es cierto que hay rasgos que podemos heredar genéticamente en nuestra
personalidad y puede influir en nuestro carácter, en nuestra forma de
relacionarnos, de tomar decisiones, etc., los comportamientos violentos son una
evolución condicionada por el entorno social donde nos encontramos y podemos
prevenirlos y corregirlos. Depende de nosotros que esos rasgos genéticos puedan
ser controlados y modificados, siendo conscientes de las implicaciones o
consecuencias que éstos pueden tener si no se toman medidas al respecto.
El fenómeno de la violencia trasciende la mera conducta individual y se convierte
en un proceso interpersonal, porque afecta a dos protagonistas, el victimario
(quien la ejerce) y la víctima (quien la padece). (Fernández, 1998)
Isa Saray Gálvez Figueroa 25 abril 2022

El término violencia escolar es un concepto que cada vez va siendo más común
dentro de los centros escolares. Señala Furlán (2003) que, en ese tiempo era poco
común que maestros, directivos y alumnos difícilmente enunciaran la palabra
violencia para calificar los acontecimientos que dificultan el trabajo escolar. Sin
embargo, paulatinamente, maestros y directivos señalan que cada vez los
alumnos son más agresivos, groseros y provocadores, derivado de las
condiciones sociales y familiares que nuestra sociedad vive hoy en día.
El concepto violencia escolar, según Loreto (2008) estuvo a la sombra del
concepto de disciplina escolar. En la literatura sobre este campo, algunos autores
reconocen manifestaciones de violencia que se presentan en la escuela como
indisciplina, delitos castigados y perseguidos y falta de civismo.
Dado que la violencia no adopta una sola forma, ni se habla de ella en un solo
sentido, resulta más pertinente referirse a formas de violencia, las cuales tienen
como característica fundamental que se producen dentro de la propia escuela y
son ejercidas entre los miembros de la comunidad.
Maltrato entre iguales o bullyin, se define según Loreto (2008), como:
Un fenómeno de grupo en el cual la mayoría de los alumnos juegan papeles,
entre los que se distinguen el agresor (puede ser el cabecilla, el que
organiza, dirige, manipula), el seguidor (ayuda y apoya la agresión), los
observadores (pueden ser pasivos, defender a la víctima o alentar al
agresor), y la víctima (puede ser pasiva o provocadora).
Los agresores, tienen una personalidad agresiva, no sólo con sus compañeros,
sino además con otras figuras, como los padres o profesores. Tienen una actitud
más positiva hacia la violencia que el resto de los alumnos no agresivos. Se
caracterizan por su impulsividad y necesidad del dominar al otro.
En muchas instituciones sociales tiene presencia la violencia, porque en es
completamente imposible tener instituciones sociales son un ser humano, siendo
éste un ser eminentemente social. En dichas instituciones se producen sistemas
de convivencia mediante la interacción de los seres que las conforman, quienes
permiten la violencia, la ignoran o la potencian. (Fernández, 1998)
Las escuelas y los institutos, como toda institución, generan procesos aparte de
los discursos formales en los que se basa su organización. Es lo que se conoce
como currículum oculto, o el conjunto de procesos que ocurren por debajo del
control educativo que el profesorado realiza de forma consciente y planificada.
(Fernández, 1998) Por ejemplo, el hecho de que un docente refuerce día con día
el que los niños digan palabras tan sencillas como “por favor y gracias” está
formando parte del currículum oculto, pues eso no está de manera explícita en un
plan de clase, siendo así, gran parte del currículum oculto está formado por los
sistemas de comunicación, y los estilos de convivencia que tienen lugar en la
institución escolar.
Parte de los procesos interpersonales que los alumnos llevan a cabo en su vida
cotidiana de relación, son conocidos por el profesorado, pero otros permanecen
Isa Saray Gálvez Figueroa 25 abril 2022

ocultos. Es lo que sucede con el maltrato entre escolares. La violencia entre


escolares es un fenómeno muy complejo que crece en el contexto de la
convivencia social y de la convivencia escolar (Fernández, 1998). Los alumnos se
relacionan entre sí bajo afectos, actitudes y emociones pero desgraciadamente,
los sentimientos, las emociones, y en gran medida, los valores, no siempre han
sido materia de trabajo escolar.
La violencia y los malos tratos entre alumnos es un fenómeno que hay que
estudiar considerando todos aquellos factores que se derivan de la situación de
los protagonistas, de sus condiciones de vida y de sus perspectivas de futuro. Sin
embargo, según Fernández (1998) es necesario tomar en cuenta el plano en el
que la violencia tiene lugar: el ámbito de la convivencia diaria de sus
protagonistas, que se concreta en el tipo de relaciones afectivas que se dan en la
actividad académica y en los sistemas de poder y comunicación dentro de esta
actividad académica. En la vida escolar tienen lugar los procesos de actividad y
comunicación que no se producen en el vacío, sino sobre el entramado de una
micro cultura de relaciones interpersonales, en el que se incluye cada vez con
mayor frecuencia, la competitividad, la rivalidad, y a veces, el abuso de los más
fuertes socialmente hacia los más débiles.
Si queremos identificar que causa la violencia en la escuela, se deben de tener en
cuenta los elementos exteriores a la escuela, que aunque son de suma
importancia en la formación de los rasgos de la personalidad de los alumnos, es
imposible que puedan ser controlados por la institución escolar. Según Fernández
(1998), estos elementos son: contexto social, características familiares y medios
de comunicación.
Por otro lado, citando a esta misma autora, existen los factores endógenos o de
contacto directo dentro de la escuela que esos si son susceptibles de cambio, se
deben de tratar y prevenir y responder a actos violentos o conflictivos dentro de
nuestras escuelas, estos son: clima escolar, relaciones interpersonales, rasgos
personales de los alumnos en conflicto.
La violencia es una realidad que hoy en día tiene lugar en las aulas, en los centros
escolares y prácticamente en muchas partes del mundo. Se le debe de poner un
freno inmediato a pesar de que las medidas para erradicarla todavía no sean tan
eficientes. Es imposible encontrar un responsable de la violencia se podría pensar
en los centros escolares, en los directivos, en los maestros, padres de familia, todo
el personal de la institución e incluso hasta en los mismos alumnos, además de
que son numerosos los factores que pueden influir en un ser humano a la hora de
llevar a cabo algún tipo de violencia.
A pesar de que la violencia siempre ha existido, hoy en día los casos de violencia
en el aula han aumentado con gran medida. Se debe de empezar a tomar acción
desde la educación infantil en casa, los padres de familia son los principales
actores involucrados en la disminución de la violencia escolar, pues su actuar
tiene gran influencia en la manera en cómo se comportan sus hijos, puesto que lo
que hacen es reproducir las conductas que ven en casa y la forma en como
resuelven los problemas.
Isa Saray Gálvez Figueroa 25 abril 2022

Si los padres de familia comienzan a tomar acción de la forma en como resuelven


los problemas con sus hijos y les enseñan a tomar conciencia de sus emociones,
de la importancia del diálogo para la resolución asertiva de conflictos y del respeto
a la dignidad humana del otro y de sus derechos humanos, las aulas educativas
comenzarán a tener un proceso de transformación en la medida en que los niños
vayan aplicando con sus compañeros lo que viven en casa.
REFERENCIAS
Ayala-Carrillo, María del Rosario, VIOLENCIA ESCOLAR: UN PROBLEMA
COMPLEJORa Ximhai [en linea] 2015, 11 (Julio-Diciembre) : [Fecha de consulta:
20 de abril de 2022] Disponible en:<http://www.redalyc.org/articulo.oa?
id=46142596036> ISSN 1665-0441
Gómez, A., Gala, F. J., Lupiani, M., Bernalte, A., Miret, M. T., Lupiani, S. et al. (2007).
“Bullying an Other Forms of Adolescent Violence”: Cuad. med. forense [revista
electrónica], pp. 165- 177. [Fecha de consulta: 20 de abril de 2022] Disponible en:
http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1135-
76062007000200005&lng=es
Fernández García Isabel. (1998). Prevención de la violencia y resolución de
conflictos : el clima escolar como factor de calidad. Madrid, España: Narcea.
Jiménez-Bautista, Francisco; (2012). Conocer para comprender la violencia:
origen, causas y realidad. Convergencia. Revista de Ciencias Sociales, Enero-
Abril, 13-52.
Loreto S. (2008) De violencia para la no – violencia. Desarrollo pobreza y
violencia. Centro de estudios universitarios, universidad autónoma del estado de
México.
Tello, N. (2005). “La socialización de la violencia en las escuelas secundarias.
Proceso funcional a la descomposición social”, en: Revista Mexicana de
Investigación Educativa, vol. 10, núm. 27, pp. 1165-1181.

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