Está en la página 1de 14

VIOLENCIA Y CONFLICTO EN LA EDUCACIÓN COLOMBIANA

Eliana Rocío Hidalgo Cabrales1*

RESUMEN

El presente artículo tiene como finalidad presentar el análisis de los más significativos
trabajos de investigación desarrollados frente a la problemática del conflicto y la violencia
escolar en Colombia; metodológicamente se analizaron diferentes planteamientos expuestos
en forma escrita (artículos de revistas, páginas electrónicas, ponencias, libros,
investigaciones, proyectos, cartillas, programas, entre otros) producidos en universidades,
centros de investigación y entidades gubernamentales del ámbito nacional. El objetivo
fundamental es mostrar los aspectos más relevantes que han sido investigados en torno a
esta temática, las causas del fenómeno, situación actual y plantear algunas de las
herramientas efectivamente utilizadas en la mediación y resolución de conflictos en la
escuela.

ABSTRACT

PALABRAS CLAVE: Violencia, Conflicto escolar, investigación, mediación, resolución


de conflictos.

KEY WORDS: Violencia, Conflicto escolar, investigación, mediación, resolución de


conflictos.

La violencia se ha convertido en una tendencia actual y creciente dentro del contexto


escolar, al considerar trabajos como el Proyecto Atlántida, Proyecto Hermes y el Programa
Aulas en Paz entre otros, se han logrado visualizar algunas razones por las cuales los

1
Ingeniera mecánica. Docente en la Institución Educativa Antonio Ricaurte del municipio de Ricaurte
(Cundinamarca). Esp en Pedagogía, Magister en Educación con énfasis en investigación Universidad del
Tolima. Correo electrónico: motoresymotores@uniweb.net.co
escolares están dando uso preferencial a las vías de hecho para afrontar los conflictos
suscitados al interior de los centros educativos.

Esta revisión pretende puntualizar las causas que han favorecido el crecimiento del
fenómeno, la interacción de factores y actores, las grandes repercusiones sociales, el efecto
significativo en el contexto educativo y en la vida de los directamente afectados. No se
pretende realizar un detallado análisis de los trabajos seleccionados, pero si señalar las
tendencias más relevantes abordadas en los diferentes trabajos de investigación realizados
en Colombia.

Se presentan alternativas de solución no violentas estructuradas en universidades,


programas estatales, centros de investigación y organizaciones, que han sido eficaces para
la resolución de conflictos en el aula, adicionalmente se complementa el concepto de
conflicto como herramienta positiva e instrumento para generar constructos, restablecer la
convivencia y educar en principios democráticos.

ANÁLISIS DOCUMENTAL

Al formular la pregunta ¿qué se entiende por conflicto escolar? tradicionalmente la


respuesta se relaciona con agresividad, violencia, indisciplina y conductas negativas, pero
distantemente de lo que se pueda pensar, un conflicto es un enfrentamiento entre dos o más
partes por algún motivo, una contraposición de intereses ya sean de tipo social o
económico, una simple discrepancia entre puntos de vista o sencillamente una discusión
entre dos partes que no alcanzan un acuerdo; Aunque la violencia en muchos casos es la
consecuencia de un conflicto mal manejado, tiende a confundirse con el término y de
ninguna manera deben asumirse violencia y conflicto como sinónimos.

La violencia se constituye como un factor negativo para las relaciones sociales, se le define
como el sometimiento de manera intencional que ejerce un individuo sobre otro ya sea para
obligarlo a ejercer una acción o simplemente para causar un daño, sufrimiento o atentar
contra de la integridad física o psicológica del otro. El conflicto es inherente al desarrollo
social del individuo, hay que resaltar que el ser humano no se desenvuelve en un vacío
social, nace ubicado en una familia por ende inmerso en una comunidad, nadie puede
sobrevivir incomunicado o por sí mismo, requiere de un entorno que facilite su
coexistencia.

La Revista Electrónica Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación, en


2007 realizó un estudio, en la cual destacan los 6 principales tipos de agresión en las
escuelas. Entre estas se encuentran la disrupción en las aulas, problemas de disciplina
(conflicto entre profesorado y alumnado), maltrato entre compañeros (“bullying”),
vandalismo y daños materiales, violencia física (agresiones, extorsiones), y acoso sexual.
Una publicación del periódico El tiempo del 27 de Marzo de 2008 da a conocer el resultado
de una investigación realizada por el DANE y la Universidad de los Andes durante el año
2006, acerca de la violencia presente en los colegios de la capital; para esta investigación
seleccionaron 807 instituciones educativas tanto del sector oficial como del privado, en los
niveles de básica primaria, secundaria y media del distrito capital y para su análisis se
entrevistaron a más de 82.000 estudiantes dándose a conocer los siguientes resultados:

Un 32% de la población encuestada manifiesta haber recibido golpes o algún tipo de


maltrato físico por parte de sus compañeros al interior del centro educativo; 4.330
estudiantes afirmaron requerir atención médica después de la agresión; 2.580 revelaron que
quien los amenazó portaba un arma; el 56% de los encuestados ha sido robado al menos
una vez dentro del colegio; No solo los encuestados se expresaron como víctimas, también
brindaron información como parte agresora, un 46% admitió haber agredido de forma
verbal a sus compañeros, un 32% reconoció haber ofendido y golpeado a sus pares, y un
14% aceptó haber robado a otro estudiante.

Ante lo anterior la socióloga Marina Camargo Abello en su trabajo titulado "Violencia


escolar y violencia social" publicado en el año 1997 en la revista Colombiana de
Educación, comparte que la violencia es una problemática escasamente trabajada en las
instituciones educativas, al interior de ellas no se reconoce su existencia, no se hace
consiente, en muchos casos se niega, se evade o no se reconoce como un escenario de
importante reflexión. Origen de ello es la escasa documentación en lo que se refiere a la
relación escuela-violencia.

Compartiendo los mismos resultados un artículo realizado en la Universidad de Antioquia


publicado en el año 2002 “A propósito del conflicto escolar sus autoras Marta Lorena
Salinas, Diana María Posada y Luz Stella Isaza, producto de una investigación de tipo
naturalista llaman la atención ante la situación de violencia social, familiar y escolar
presentada en niños y niñas de escolaridad básica en la ciudad de Medellín, resaltan la
posición desinteresada de los maestros que observan estas conductas a las cuales les restan
importancia ante otros tipos de violencia macro presentados en la ciudad como el
enfrentamiento entre pandillas, tráfico de droga, extorsión o secuestro.

En la investigación los docentes señalan como responsables de las agresiones en el aula a


los mismos estudiantes y determinan como causas el desinterés del niño por las clases, el
incumplimiento con los deberes escolares, naturaleza rebelde de algunos y la influencia
negativa del ambiente familiar y social que rodea a los educandos.

Con resultados similares, el investigador de la Universidad de Los Andes Enrique Chaux


quien en su trabajo de tesis doctoral realizado para la universidad de Harvard en el año
2001 titulado “Buscando pistas para prevenir la violencia urbana en Colombia: Conflictos y
agresión entre niños (as) y adolescentes de Bogotá” afirma que la gran mayoría de estudios
en el país se han centrado en la violencia a nivel macro particularmente en el tema de los
grupos armados al margen de la ley, aunque ya ha sido demostrado en países como
Salvador y Guatemala que la violencia social continua e incluso aumenta pese al cese de
armas y enfrentamientos de grupos armados.

En su investigación analizó 128 historias de conflictos con niños, niñas y adolescentes de


Bogotá entre 8 y 14 años de edad, pertenecientes a instituciones públicas en estrato
socioeconómico uno inmersos entre altos índices de violencia social, demostró que uno de
cada tres niños usa la agresión física para imponer sus intereses. Del estudio concluyó que
la agresión física es una de las formas más comúnmente usada por niños y adolescentes
para afrontar sus conflictos. Aunque los niños reconocen diferentes estrategias
constructivas para enfrentar los conflictos y expresan su importancia no hacen uso de ellas,
en la mayoría de los casos recurren a la agresión. Razón por la cual enfatiza en la necesidad
de trabajar en situaciones reales, que trasciendan del discurso a la práctica para plasmar
estrategias constructivas que permitan solucionar conflictos por vías no violentas.

¿QUE FACTORES PROPICIAN LA VIOLENCIA AL INTERIOR DE LA ESCUELA?

Los investigadores Yeniffer Fandiño Martínez y Fernando Bustos Lombana en su artículo


“Violencia en el contexto Escolar: Otra forma de maltrato infantil” establecen dos
categorías que influyen de manera directa:

La primera es de naturaleza interna y se refiere al maltrato presente al interior del núcleo


familiar, independientemente de la condición social, la cual es manifestada en la conducta
particular de cada niño en la escuela.

La Segunda es de naturaleza externa y alude a todos los factores que se originan dentro del
mismo centro educativo, es decir el resultado de la convivencia e interacción de las
personas que integran la escuela.

Ante el mismo cuestionamiento Abello, (1997) evidencia pero no de manera general para
todas las instituciones educativas del país, la ausencia de espacios, mecanismos formativos
y creativos para la canalización de la rabia, desespero, inconformidad y conflicto. La
investigadora admite que la violencia social necesariamente permea el contexto escolar, en
su trabajo conceptualiza el término “Semillas de Violencia”; demuestra cómo el resultado
de conductas derivadas de la estructura violenta presente a nivel social germinan dentro de
la institución educativa; Estas semillas florecen gracias a las prácticas autoritarias,
antidemocráticas, ausencia de valores ciudadanos como la tolerancia, el respeto a la
diferencia, la ausencia del diálogo y negociación como alternativas para solucionar
conflictos, disfuncionalidad de los procesos de justicia (manuales de convivencia)
vivenciados a diario en los centros educativos, los cuales favorecen las conductas violentas
para posicionarse como el instrumento privilegiado en el manejo de las disyuntivas en su
interior.

En el trabajo Conflicto Educativo y Cultura Política en Colombia desarrollado por Martha


Cecilia Herrera, Alexis Pinilla Díaz y Raúl Infante Acevedo se tipifican los conflictos
escolares de la siguiente manera:

 Los que tiene lugar dentro de la escuela


 Los que son generados por la relación escuela-comunidad
 El resultado de la escuela-relaciones de dominación.

Del mismo modo los autores destacan que al interior de la institución educativa ha
predominado el autoritarismo y el abuso del poder para dirimir las diferencias presentadas
en su interior, señalan el uso de la violencia como la herramienta más usada para regular las
relaciones escolares y sociales. Mencionan los múltiples estudios que comparan a la escuela
con los espacios carcelarios, donde prima la conducta sancionatoria y la imposición del
castigo para corregir las conductas inapropiadas, las cuales son tipificadas por el docente y
directivo docente. Señalan el uso inadecuado de la autoridad como el factor generador de
nuevos conflictos, rebeldía, inconformidad, violencia y rechazo (Cajiao, 1995).

Es incuestionable la afirmación que Colombia ha sido un país profundamente afectado por


la violencia social y política durante los últimos sesenta años, el país se ha venido
caracterizado por una profunda desigualdad social, unos altos índices de necesidades
básicas insatisfechas, abandono estatal y un preocupante número de ciudadanos en
condiciones de pobreza. Una realidad categórica es que este escenario nacional afecta
directamente el sistema educativo, por lo cual puede afirmarse que la escuela es el fiel
reflejo de la sociedad.

Las investigaciones anteriormente expuestas convergen en determinar los reducidos


estudios sobre el tema, la escasa importancia dada a la violencia dentro de la escuela y
adicionalmente caracterizan al problema como el resultado del entorno social- cultural
particularmente de la región donde éste se presente.

Los estudios en esencia exteriorizan una tendencia de los directivos, docentes y entes
gubernamentales por reservar la problemática, disfrazar los actos violentos incurridos en la
escuela como el producto de las erradas pautas de crianza o la influencia ejercida por el
entorno en la vida del estudiante; En su interior se continúa sin evaluar objetivamente y
reformar los mecanismos usados para afrontar el conflicto, se permanece en el paradigma
de centrar la autoridad como estrategia pedagógica.

Planteamientos de diferentes investigadores señalan que la escuela tácitamente omite su


responsabilidad, justifica su dificultad ante el manejo inadecuado de las situaciones
violentas, y su innegable rezago ante la globalización de la educación enriquece una cultura
violenta que trasciende sus muros.

El proyecto Atlántida es un estudio sobre el adolescente escolar en Colombia realizado por


la Fundación De Estudios Sociales FES, publicado en 1995 dirigido por Francisco Cajiao
Restrepo y acompañado por Rodrigo Parra Sandoval, resultado de una investigación
etnográfica que a largo de cinco volúmenes involucró a los mismos estudiantes como
investigadores para develar su visión sobre la adolescencia, su manera de ver el mundo, su
percepción sobre el papel de la escuela en su vida presente y futura.

En este estudio al igual que los anteriores los autores convergen en establecer que a pesar
de los cambios introducidos por la Ley General de Educación, el sistema escolar permanece
en su verticalidad, los directivos y docentes continúan imponiendo modelos de
comportamiento, conocimiento, gusto estético y patrones morales, sin considerar la
diversidad de sus alumnos, sus puntos de vista ni sus expectativas personales. Establecen
que pesar de la modernización de la sociedad la escuela reproduce el modelo arcaico
centrado en distribuir el conocimiento, mutilando la creatividad y obstaculizando el acceso
a la renovación.
En cuanto a la organización escolar, afirman que todo el sistema escolar descansa sobre los
hombros del maestro, cerrando sus puertas a los mecanismos que generan la participación
activa de la comunidad educativa (padres de familia y estudiantes). El joven ve la escuela
como un lugar donde puede reunirse con sus amigos, independiente de su función
académica, para ellos es vista como un formalismo vacío, un sitio al que se le exige asistir,
en cual no se relaciona con las cosas que realmente son importantes en su mundo.

Desde una perspectiva interpretativa-etnográfica la investigación “El Sentido de la Escuela”


realizada por Oscar Hernández diverge en algunos aspectos en cuanto a lo analizado por el
proyecto Atlántida. Hernández expone el significado de escuela dado por un grupo de
jóvenes pertenecientes a estrato socioeconómico medio que cursan grados décimo y
undécimo en un colegio Bilingüe privado de Bogotá, muestra la perspectiva de la escuela
desde tres aspectos; el primero como institución que garantiza la obtención de mejores
condiciones en el futuro; el segundo como institución que permite el acceso a otras
oportunidades (ascenso social) y el tercero como el lugar apropiado para fortalecer las
relaciones interpersonales no solo limitado al aprendizaje.

Se realizó un trabajo investigativo con 48 estudiantes, su objetivo fue establecer el lugar


que ocupa la escuela en sus vidas; Dentro del mismo estudio se compara el contexto
colombiano con un grupo de estudiantes de Santiago de Chile, los jóvenes coinciden en
afirmar que la escuela es una opción válida para la obtención de mejores resultados en la
vida; Pero sus concepciones divergen, los estudiantes de clase media interpretan la
escolaridad como un ascenso social y los de clase popular la ven como una posibilidad
distante.

Hernández (2010) considera la oportunidad de estudiar como una herramienta para mejorar
la calidad de vida, la educación es vista como sinónimo de progreso, el no estudiar es
ilógico y absurdo, dejar de hacerlo imposibilita alcanzar objetivos futuros. Se relaciona
directamente la escuela con la certificación académica y como un logro social, por medio
de ella se facilita el acceso a escenarios de mayor reconocimiento social, estar fuera del
sistema educativo aísla mejores oportunidades y entornos.
Esta investigación permite analizar disensiones con los trabajos analizados anteriormente:

La primera en cuanto a las condiciones socioeconómicas, por tratarse de un grupo


perteneciente a clase media, con padres en su mayoría técnicos y/o profesionales, con
acceso a una educación de mejor calidad.
La segunda en cuanto a la visión de la escuela, (Hernández, 2010) da un valor agregado al
significado de estudiar, “único camino, legítimo y válido, para el afianzamiento de un
futuro mucho más prometedor” en contraste al concepto de formalismo vacío que nada
tiene que ver con la realidad de los jóvenes (Cajiao, 1995).
De lo anterior puede deducirse que la concepción de escuela está sujeta a variables como el
contexto socioeconómico y el ámbito educativo público o privado. Necesariamente la
calidad educativa debe fomentar el pensamiento crítico, un comportamiento autónomo y
enfocar al estudiante para ser mejor ciudadano con un proyecto de vida definido
independiente de su entorno.

La conformación de la escuela en Colombia y su concepción es uno de los elementos que


más ha contribuido a la fragmentación y al fortalecimiento de las brechas sociales. Las
diferencias de clases se demuestran abiertamente en el ámbito escolar

APORTES DE ESTA REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA

Un artículo publicado por la Revista Iberoamericana “Comportamiento antisocial en los


centros escolares: una visión desde Europa” rechaza el mito que afirma la limitación de la
violencia escolar a agresiones entre estudiantes, no son insignificantes los casos en que el
docente es víctima de violencia por parte de sus estudiantes, pero también son generadores
de rivalidades o incluso ofenden a los estudiantes; Por otra parte se desmiente el paradigma
que asegura la aparición del fenómeno en las nuevas generaciones, esta situación siempre
ha existido y quizás con la misma o mayor intensidad. De la misma manera Rosario Ortega
Ortega niega el aumento de la violencia escolar “No estamos ante una escuela más violenta,
sino que existe una mayor preocupación social respecto a los hechos violentos y eso es
positivo”.

Con la reforma constitucional de 1991 se implementaron mecanismos de participación


ciudadana, los cuales dan herramientas al individuo del común para reclamar sus derechos
por la vía legal, al igual que la judicialización del conflicto con la incorporación de los
métodos alternativos para la solución de conflictos (MASC), la democratización de los
derechos también complementó la estructura educativa reconociéndola como un derecho
fundamental. Al igual la reforma educativa de 1994 con la ley general de educación,
produjo cambios sustanciales en la organización política de las escuelas, como la creación
de gobiernos escolares, el proyecto educativo institucional (PEI), manuales de convivencia
los cuales se constituyen en el primer espacio para la construcción de una educación en
derechos.

Aunada a la temática del conflicto en el ámbito escolar, la Cámara de Comercio de Bogotá


toma la iniciativa con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo en el año 1997 para
implementar el proyecto “Ariadna tejiendo los hilos de la paz”, cuyo objetivo se centró en
impulsar procesos de transformación, cambio en las actitudes y respuestas frente a los
conflictos interpersonales de la población escolar comprendida entre los 11 y los 18 años.

A raíz de algunas falencias en Ariadna, en el 2001 entra en marcha el programa para la


gestión del conflicto escolar Hermes, el cual se ha materializado en instituciones educativas
oficiales estratos 1, 2 y 3 de la ciudad de Bogotá y algunos municipios aledaños,
esencialmente es una propuesta pedagógica que ofrece herramientas y desarrolla
competencias sociales para la transformación del conflicto escolar a partir de los MASC,
promoviendo el diálogo, la tolerancia y un ambiente de respeto por el otro; Esta propuesta
encaminada al cambio social desde la escuela, con carácter inclusivo compromete como
actores principales en la resolución de conflictos a pares, estudiantes maestros y directivos,
quienes se capacitan para desempeñar la función de mediadores.
En concordancia con la misma metodología para el manejo de conflictos, la Universidad de
los Andes crea el programa aulas en paz con el fin de promover una cultura de convivencia
pacífica con fundamento en los Estándares básicos de Competencias Ciudadanas. Formar
para la Ciudadanía… ¡Sí es posible!, diseñados por el Ministerio de Educación Nacional,
cuyo propósito no sólo es el de enseñar qué es la ciudadanía o qué significa ser un buen
ciudadano en una sociedad democrática, sino el de construir en la escuela las condiciones
necesarias para el ejercicio de la ciudadanía y desde allí promover el sentido y los fines
Constitucionales” (Ruiz, Chaux, 2005, pp. 12). Las competencias ciudadanas desarrolladas
en Aulas en Paz “son los conocimientos y habilidades que permiten que el ciudadano actúe
de manera constructiva en la sociedad democrática. Como toda competencia, las
ciudadanas se evidencian en la práctica, en lo que las personas hacen. La acción ciudadana
es el objetivo fundamental de la formación en ciudadanía” (Chaux, 2004, pp. 20).

Este programa multicomponente enfatiza su trabajo en competencias comunicativas,


emocionales, cognitivas e integradoras, trabajando tres componentes, el primero de
sensibilización en el aula con el desarrollo de temáticas como el manejo de la ira, la
escucha activa y la asertividad entre otros; El segundo, talleres con padres de familia,
visitas a hogares, comunicación telefónica, con la finalidad de poner en práctica desde el
hogar las competencias trabajadas con el estudiante y el tercero con grupos heterogéneos,
desarrollado entre pares unos con actitudes altamente agresivas simultáneamente con
estudiantes sociables; se trabajan juegos de roles, simulaciones de conflictos, situaciones
cotidianas, a fin de generar empatía.

CONCLUSIONES

Es difícil afirmar que existe un único sentido para la escuela, su gran fortaleza radica en la
diversidad cultural allí presente, ella no puede ser vista solamente por los estudiantes como
el preámbulo para la vida, dónde pasaran gran parte de su niñez y adolescencia o una
forjadora de triunfos y fracasos. Interiormente en ella se devela una enorme brecha
generacional entre sus protagonistas, unos jóvenes con un pensamiento globalizado que
contrastan con docentes que manejan un discurso poco llamativo. Esta aparente realidad
que al interior de muchos centros educativos se esté reproduciendo un modelo originado en
el siglo XIX, caracterizado por ser autoritario, abusando de la memorización, excesivo en
teoría y anclado en la postmodernidad, centrado en la transmisión de un conocimiento, cada
día más distante del contexto en el cual se encuentran inmersos las niños, niñas y jóvenes
que llegan allí para ser formados e integrar la próxima generación de ciudadanos.

La desmotivación del estudiante, el empleo de metodologías docentes poco atractivas, el


fracaso escolar, poca sensibilidad hacia las necesidades de los alumnos, el maestro como
figura de autoridad contra la que hay que rebelarse, la preocupación exclusiva por los
resultados académicos de los alumnos, y el elevado número de estudiantes en cada aula
dificultando la atención personalizada, se establecen como causas directas que contribuyen
al aumento de la violencia en el ámbito escolar.

La organización escolar cómo funciona en la actualidad en muchos casos, requiere cambios


profundos y significativos, debe incorporar estructuras dinámicas y flexibles adaptables a la
diversidad social de sus integrantes y comprometerse socialmente a resolver sus tensiones
internas. El artículo 67 de la Constitución Política indica que: “La educación formará al
colombiano en el respeto a los derechos humanos, a la paz y la democracia” En cuanto a
esto es apremiante fortalecer al interior de la estructura educativa alternativas pedagógicas
que permitan fomentar la autonomía para dirimir diferencias por la vía pacífica, sin generar
violencia; En el marco de los proyectos transversales es pertinente reforzar la formación en
educación para la democracia, implementar una serie de herramientas pedagógicas para
transformar los conflictos en oportunidades de aprendizaje, a través del reencuentro con el
diálogo, la concertación y la mediación, generar ambientes de respeto por el otro y donde
sea una realidad la tolerancia hacia la diferencia.

REFERENCIAS

Cámara de Comercio de Bogotá (2009) “Acerca del CAC”: Centro de Arbitraje y


conciliación. http://www.cacccb.org.co/contenido/contenido.aspx?catID=20&conID=6
Camargo, M. (1997). Violencia escolar y violencia social. Revista Colombiana de
Educación, 34, 5-24.

Colombia (1997), Constitución Política, Bogotá. Legis

Chaux, E. (2002). Buscando pistas para prevenir la violencia urbana en Colombia:


Conflictos y agresión entre niños y adolescentes de Bogotá. Revista de Estudios Sociales,
12, 41-51.

Chaux, E. (2010). Aulas en Paz: Competencias ciudadanas y prevención. A.M. Foxley .

Cajiao, F. (1996). Atlántida: Una aproximación al adolescente escolar colombiano Revista


Nómadas, 4, 1-13.

Fandiño, Y., Bustos, F. (2005). “Violencia en el contexto escolar: otra forma de maltrato
infantil. Revista Nova et Vetera, 55, 45-57.

Hernández, O. (2010). El sentido de la escuela: análisis de las representaciones sociales de


la escuela para un grupo de jóvenes escolarizados de la ciudad de Bogotá. 15,(46) 945-967

Herrera, M., Pinilla, A., Infante, R. (2001). Conflicto educativo y cultura política en
Colombia. Revista Nómadas, 15, 40-49.

Ministerio de Educación Nacional. (2004). Estándares Básicos de Competencias


Ciudadanas. Formar para la Ciudadanía… ¡sí es posible! Lo que necesitamos saber y saber
hacer.

Maturana, H., y Dávila, X. (2006). Desde la matriz biológica de la existencia humana.


Revista PRELAC, 2, 30-39
Moreno, J (1999). Comportamiento antisocial en los centros escolares: una visión desde
Europa. Revista Iberoamericana de Educación. 18

Ortega, R y Del Rey, R (2003). “La violencia escolar: Estrategias de prevención”:


Barcelona: Graó.

Ruiz, A; Chaux, E. (2005). La Formación de Competencias Ciudadanas. Bogotá:


ASCOFADE.

Salinas, M., Posada, D., Izasa, L. (2002). A propósito del conflicto escolar. Revista
Electrónica Interuniversitaria de formación del profesorado, 5(4), 1-8.

Violencia en los colegios. (2008, 27 de Marzo). El tiempo. Editorial

También podría gustarte