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RESUMEN
El presente artículo tiene como finalidad presentar el análisis de los más significativos
trabajos de investigación desarrollados frente a la problemática del conflicto y la violencia
escolar en Colombia; metodológicamente se analizaron diferentes planteamientos expuestos
en forma escrita (artículos de revistas, páginas electrónicas, ponencias, libros,
investigaciones, proyectos, cartillas, programas, entre otros) producidos en universidades,
centros de investigación y entidades gubernamentales del ámbito nacional. El objetivo
fundamental es mostrar los aspectos más relevantes que han sido investigados en torno a
esta temática, las causas del fenómeno, situación actual y plantear algunas de las
herramientas efectivamente utilizadas en la mediación y resolución de conflictos en la
escuela.
ABSTRACT
1
Ingeniera mecánica. Docente en la Institución Educativa Antonio Ricaurte del municipio de Ricaurte
(Cundinamarca). Esp en Pedagogía, Magister en Educación con énfasis en investigación Universidad del
Tolima. Correo electrónico: motoresymotores@uniweb.net.co
escolares están dando uso preferencial a las vías de hecho para afrontar los conflictos
suscitados al interior de los centros educativos.
Esta revisión pretende puntualizar las causas que han favorecido el crecimiento del
fenómeno, la interacción de factores y actores, las grandes repercusiones sociales, el efecto
significativo en el contexto educativo y en la vida de los directamente afectados. No se
pretende realizar un detallado análisis de los trabajos seleccionados, pero si señalar las
tendencias más relevantes abordadas en los diferentes trabajos de investigación realizados
en Colombia.
ANÁLISIS DOCUMENTAL
La violencia se constituye como un factor negativo para las relaciones sociales, se le define
como el sometimiento de manera intencional que ejerce un individuo sobre otro ya sea para
obligarlo a ejercer una acción o simplemente para causar un daño, sufrimiento o atentar
contra de la integridad física o psicológica del otro. El conflicto es inherente al desarrollo
social del individuo, hay que resaltar que el ser humano no se desenvuelve en un vacío
social, nace ubicado en una familia por ende inmerso en una comunidad, nadie puede
sobrevivir incomunicado o por sí mismo, requiere de un entorno que facilite su
coexistencia.
La Segunda es de naturaleza externa y alude a todos los factores que se originan dentro del
mismo centro educativo, es decir el resultado de la convivencia e interacción de las
personas que integran la escuela.
Ante el mismo cuestionamiento Abello, (1997) evidencia pero no de manera general para
todas las instituciones educativas del país, la ausencia de espacios, mecanismos formativos
y creativos para la canalización de la rabia, desespero, inconformidad y conflicto. La
investigadora admite que la violencia social necesariamente permea el contexto escolar, en
su trabajo conceptualiza el término “Semillas de Violencia”; demuestra cómo el resultado
de conductas derivadas de la estructura violenta presente a nivel social germinan dentro de
la institución educativa; Estas semillas florecen gracias a las prácticas autoritarias,
antidemocráticas, ausencia de valores ciudadanos como la tolerancia, el respeto a la
diferencia, la ausencia del diálogo y negociación como alternativas para solucionar
conflictos, disfuncionalidad de los procesos de justicia (manuales de convivencia)
vivenciados a diario en los centros educativos, los cuales favorecen las conductas violentas
para posicionarse como el instrumento privilegiado en el manejo de las disyuntivas en su
interior.
Del mismo modo los autores destacan que al interior de la institución educativa ha
predominado el autoritarismo y el abuso del poder para dirimir las diferencias presentadas
en su interior, señalan el uso de la violencia como la herramienta más usada para regular las
relaciones escolares y sociales. Mencionan los múltiples estudios que comparan a la escuela
con los espacios carcelarios, donde prima la conducta sancionatoria y la imposición del
castigo para corregir las conductas inapropiadas, las cuales son tipificadas por el docente y
directivo docente. Señalan el uso inadecuado de la autoridad como el factor generador de
nuevos conflictos, rebeldía, inconformidad, violencia y rechazo (Cajiao, 1995).
Los estudios en esencia exteriorizan una tendencia de los directivos, docentes y entes
gubernamentales por reservar la problemática, disfrazar los actos violentos incurridos en la
escuela como el producto de las erradas pautas de crianza o la influencia ejercida por el
entorno en la vida del estudiante; En su interior se continúa sin evaluar objetivamente y
reformar los mecanismos usados para afrontar el conflicto, se permanece en el paradigma
de centrar la autoridad como estrategia pedagógica.
En este estudio al igual que los anteriores los autores convergen en establecer que a pesar
de los cambios introducidos por la Ley General de Educación, el sistema escolar permanece
en su verticalidad, los directivos y docentes continúan imponiendo modelos de
comportamiento, conocimiento, gusto estético y patrones morales, sin considerar la
diversidad de sus alumnos, sus puntos de vista ni sus expectativas personales. Establecen
que pesar de la modernización de la sociedad la escuela reproduce el modelo arcaico
centrado en distribuir el conocimiento, mutilando la creatividad y obstaculizando el acceso
a la renovación.
En cuanto a la organización escolar, afirman que todo el sistema escolar descansa sobre los
hombros del maestro, cerrando sus puertas a los mecanismos que generan la participación
activa de la comunidad educativa (padres de familia y estudiantes). El joven ve la escuela
como un lugar donde puede reunirse con sus amigos, independiente de su función
académica, para ellos es vista como un formalismo vacío, un sitio al que se le exige asistir,
en cual no se relaciona con las cosas que realmente son importantes en su mundo.
Hernández (2010) considera la oportunidad de estudiar como una herramienta para mejorar
la calidad de vida, la educación es vista como sinónimo de progreso, el no estudiar es
ilógico y absurdo, dejar de hacerlo imposibilita alcanzar objetivos futuros. Se relaciona
directamente la escuela con la certificación académica y como un logro social, por medio
de ella se facilita el acceso a escenarios de mayor reconocimiento social, estar fuera del
sistema educativo aísla mejores oportunidades y entornos.
Esta investigación permite analizar disensiones con los trabajos analizados anteriormente:
CONCLUSIONES
Es difícil afirmar que existe un único sentido para la escuela, su gran fortaleza radica en la
diversidad cultural allí presente, ella no puede ser vista solamente por los estudiantes como
el preámbulo para la vida, dónde pasaran gran parte de su niñez y adolescencia o una
forjadora de triunfos y fracasos. Interiormente en ella se devela una enorme brecha
generacional entre sus protagonistas, unos jóvenes con un pensamiento globalizado que
contrastan con docentes que manejan un discurso poco llamativo. Esta aparente realidad
que al interior de muchos centros educativos se esté reproduciendo un modelo originado en
el siglo XIX, caracterizado por ser autoritario, abusando de la memorización, excesivo en
teoría y anclado en la postmodernidad, centrado en la transmisión de un conocimiento, cada
día más distante del contexto en el cual se encuentran inmersos las niños, niñas y jóvenes
que llegan allí para ser formados e integrar la próxima generación de ciudadanos.
REFERENCIAS
Fandiño, Y., Bustos, F. (2005). “Violencia en el contexto escolar: otra forma de maltrato
infantil. Revista Nova et Vetera, 55, 45-57.
Herrera, M., Pinilla, A., Infante, R. (2001). Conflicto educativo y cultura política en
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Salinas, M., Posada, D., Izasa, L. (2002). A propósito del conflicto escolar. Revista
Electrónica Interuniversitaria de formación del profesorado, 5(4), 1-8.