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1.

EL PENSAMIENTO HUMANO

1.1 Características generales del pensamiento

1.3 Lenguaje y pensamiento

1.4 El proceso de percepción

1.4.1 Ingreso y organización de la información

1.4.2 la atención.

1.5 La memoria

El pensamiento es la capacidad que tienen las personas de formar ideas y


representaciones de la realidad en su mente, relacionando unas con otras.

También se define como las ideas formada por la mente. El pensamiento es la


actividad y creación de la mente; se dice de todo aquello que es traído a la existencia
mediante la actividad del intelecto. El término es comúnmente utilizado como forma
genérica que define todos los productos que la mente puede generar incluyendo las
actividades racionales y reflexivas del intelecto o las abstracciones de
la imaginación; todo aquello que sea de naturaleza mental es considerado
pensamiento, bien sean estos abstractos, racionales, creativos, artísticos, etc.

El concepto de pensamiento hace referencia a procesos mentales, voluntarios o


involuntarios, mediante los cuales el individuo desarrolla sus ideas acerca del
entorno, los demás o él mismo. Es decir, los pensamientos son ideas, recuerdos y
creencias en movimiento, relacionándose entre sí.

Esto último significa que los pensamientos siempre están “teñidos” por la
emocionalidad, no son ajenos a los sentimientos y las emociones, viéndose influidos
por ellos.

Es una actividad mental que requiere esfuerzo. Y suelen aparecer cuando la


persona se enfrenta a un problema. Podríamos también definirlo como la capacidad
de anticipar las consecuencias de la conducta sin realizarla. El pensamiento implica
una actividad global del sistema cognitivo con intervención de los mecanismos de
memoria, atención, procesos de comprensión, aprendizaje, procesamiento de la
información, etc. Es una experiencia interna e intrasubjetiva.
El pensamiento, al que consideramos la función más propia del hombre, trabaja
con tres tipos de vivencias teoréticas o cogniciones:

➢ los conceptos o categorías abstractas;


➢ los productos intuitivos o representaciones y
➢ los juicios

(F.L. Ruch y P.G. Zimbardo).

El concepto supone asociar una sola respuesta (palabra o acción) con diversos
estímulos (objetos o acontecimientos). Por ejemplo, el concepto perro, debe
aplicarse a muchos animales que varían en tamaño, color o forma del pelaje.

La representación supone formarse una imagen interna de los objetos y sus


relaciones. A través de las representaciones se logra construir símbolos y signos
como el lenguaje.

Los juicios suponen el establecimiento de una relación entre dos o más conceptos,
de este juicio se pueden deducir nuevos conceptos o nuevos juicios.

La asociación de representaciones y conceptos en el curso del pensamiento está


regulada por la tendencia determinante, idea directiva o tema fundamental.

El pensamiento puede ser de varios tipos, veamos algunos de ellos:

El pensamiento deductivo parte de categorías generales para hacer afirmaciones


sobre casos particulares. Va de lo general a lo particular. Es una forma de
razonamiento donde se infiere una conclusión a partir de una o varias premisas.

El pensamiento inductivo, es aquel proceso en el que se razona partiendo de lo


particular para llegar a lo general, justo lo contrario que con la
deducción.Interrogativo: aparece cuando tenemos una inquietud, es la forma en la
que será formulada la pregunta para posteriormente obtener la respuesta deseada.

El pensamiento humano tiene lugar como actividad y creación de la mente,


subsecuentemente del intelecto; está presente en cada momento de nuestra vida.
Muchos estudiosos hacen la similitud de la mente humana con una computadora
inteligente. Retomaremos un poco esa analogía para explicar algunas cuestiones
del pensamiento y su relación con el conocimiento y tu aprendizaje.
Nuestra mente parece ser un sistema operativo complejo de relaciones y procesos
que nunca deja de trabajar. Justamente para que funcione como tal, la estructura y
funcionamiento de cada parte del todo deben tener orden, organización y
sistematización. En este tema, revisaremos cómo disponer nuestro pensamiento
para obtener conocimientos claros, además de la relación dinámica entre éste, el
lenguaje y la escritura.
Como seres humanos, hemos buscado diversas formas para expresar nuestros
pensamientos, es decir, para comunicarnos. A lo largo de la historia de la
humanidad, la expresión y manifestación más creativa del pensamiento ha sido el
lenguaje. El pensamiento hace posible al lenguaje, el cual es un reflejo creativo de
aquél y, a su vez, lo enriquece y revoluciona.

De las diversas manifestaciones del lenguaje, es de nuestro particular interés el


escrito, ya que tu estudio será posible gracias a éste; será, a lo largo de estos años,
la principal forma de comunicación, además de ser una de las más precisas, debido
a que podemos tomarnos el tiempo para reflexionar y analizar acerca de qué
queremos expresar y cómo hacerlo de la mejor manera, sin muletillas ni frases no
concluidas, características, por lo general, del lenguaje oral.
[Conexiones del pensamiento] [imagen].

¿Qué es el pensamiento?

Menciona Pestalozzi (citado por Paul y Elder, 2005, p. 8) que “el pensamiento dirige
al hombre hacia el conocimiento. Puede ver, oír, leer y aprender lo que desee y
tanto cuanto desee; nunca sabrá nada de ello, excepto por aquello sobre lo cual
haya reflexionado; sobre aquello que, por haberlo pensado, lo ha hecho propiedad
de su propia mente”.
El concepto pensamiento tiene gran variedad de acepciones, según el campo de
estudio desde el cual se analice. De manera general, se refiere a todo lo que pasa
por nuestra mente en algún momento, ya sean recuerdos, ensoñaciones,
conjeturas, productos racionales del intelecto o los generados por nuestra
imaginación, lo que convierte al pensamiento en una actividad inherente a la mente
humana.
John Dewey (1859-1952), filósofo estadounidense, afirmó la existencia
del pensamiento reflexivo, el cual permite la organización de las ideas para llegar a
la solución de problemas o situaciones; es decir, este tipo de pensamiento siempre
está enfocado en un propósito y en la consecución de una meta.
Desde la perspectiva de la psicología, el pensamiento es un término relacionado
con la resolución de problemas, específicamente basado en la teoría del
aprendizaje; sostiene que ha de ser concebido como pieza fundamental en el
proceso por el cual un organismo se adapta a su entorno. Bolton (1976) rescata la
función primordial del pensamiento como capacidad mental en el día a día de los
individuos.
Nuestro pensamiento es una actividad mental que inevitablemente utiliza la
experiencia, la reflexión y la experimentación para brindarnos una respuesta a los
problemas que enfrentemos. El sujeto debe adquirir, a lo largo de su desarrollo, una
serie de reglas para poder llegar a la resolución de éstos. Ello involucra una
conformación social del pensamiento, pues es la convivencia con los otros lo que
permite que el nuevo individuo aprenda las pautas que le permitirán generar la
solución a futuros conceptos. Podemos deducir que aunque el pensamiento es un
proceso que involucra una capacidad mental propia, también se nutre de la
convivencia de los otros y la observación de los similares.
[Pensamiento y expresión] [imagen].
Operaciones mentales y habilidades cognitivas
Ahora revisaremos cómo el desarrollo del pensamiento se encuentra directamente
relacionado con nuestras operaciones mentales. Distintos autores han estudiado al
respecto. Algunos de ellos son Piaget y Inhelder (citados por Cisneros, Olave y
Rojas, 2013, p. 300) que mencionan que una operación mental es “la acción
interiorizada que modifica el objeto del conocimiento y que se va construyendo y
agrupando de un modo coherente en el intercambio constante entre pensamiento y
acción exterior”.
Reuven (citado por Cisneros, Olave y Rojas, 2013, p. 300) es otro autor que aborda
el tema y nos dice que las operaciones mentales son “el conjunto de acciones
interiorizadas, organizadas y coordinadas, en función de las cuales llevamos a cabo
la elaboración de la información que recibimos”. Menciona las siguientes:
Pulsa en las áreas que se marcan como sensibles para visualizar la información.
Con ello podemos afirmar que cada una de las actividades cognitivas que llevamos
a cabo en nuestro interior se realiza en función de una operación mental, la cual se
apoya en los procesos cognitivos que nos ayudan a incorporar nuevos
conocimientos.
Procesos cognitivos
Pulsa en las áreas que se marcan como sensibles para visualizar la información.
Los procesos cognitivos son transversales a las operaciones mentales; es decir, se
ponen en acción cuando éstas se activan para reconocer, organizar, clasificar y
analizar información.
Las operaciones mentales unidas de un modo coherente se organizan en
estructuras cognitivas o de conocimiento y representan la estructura mental de una
persona.
Por otro lado, las habilidades cognitivas son el conjunto de operaciones mentales
que tienen por objetivo integrar a la estructura cognitiva de la persona la información
adquirida a través de los sentidos e integrar una estructura de conocimiento.
Hartman y Sternberg (citado por Herrera, 2008) nos dicen que estas habilidades son
las obreras del conocimiento; son numerosas, variadas y de gran utilidad, a la hora
de trabajar en las distintas áreas de éste.
No existe un consenso sobre una clasificación de las habilidades cognitivas, pero
generalmente se retoma la siguiente:

Las habilidades cognitivas facilitan el conocimiento para poder utilizarlo donde,


cuando y como convenga.
La importancia de abordar las operaciones mentales y su implementación en las
habilidades cognitivas radica en aprender a reflexionar acerca de los procesos que
vivimos en nuestro quehacer como estudiantes.
Relación entre el pensamiento, lenguaje y escritura
Se ha dicho ya que el lenguaje es un reflejo creativo de nuestro pensamiento. Si
antes no lo emitimos, no podría existir su expresión mediante el lenguaje.
El pensamiento crea y determina al lenguaje; a su vez, el lenguaje enriquece y
revoluciona al pensamiento. De tal forma, ambos mantienen una relación mutua,
interdependiente y dinámica.
La escritura activa posibilita el desarrollo del pensamiento en funciones como la
percepción, la atención y la memoria. La escritura dentro del contexto educativo
puede ser vista desde tres perspectivas:
➢ Como un producto: Se toman en cuenta únicamente los aspectos formales
y superficiales del texto (ortografía, redacción, formato, etc.).
➢ Como un proceso: Se toma como una habilidad en constante trabajo y
siempre perfectible.
➢ Como condicionada por el contexto: Se toman los trabajos escritos como
evidencias de la influencia del contexto sobre el escritor.
Redactar implica la conjunción de diversos conocimientos: el social, el conceptual y
el lingüístico; es decir, necesitamos saber a quién y con qué propósito escribiremos
un texto; debemos tener un conocimiento vasto sobre la materia o el contenido
sobre el que pretendemos escribir y, sumado a esto, un buen conocimiento del
lenguaje, sus reglas y ortografía. No es lo mismo escribir un cuento para niños y un
artículo sobre una reforma legislativa reciente para una revista especializada.

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