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Universidad Externado de Colombia

Maestría en Gobierno y Políticas Públicas


Contratación Pública

Fecha: 31 mayo de 2023


Integrantes: Nicolas Pacheco, Ramon de los Ríos, David Solano, Dalia Duran Ariza y Alexandra
Calderon

Caducidad del contrato estatal

Para efecto de desarrollar la caducidad del contrato estatal, por medio del presente documento se
presentará su concepto, causas de las figuras (¿Qué genera?), momento en que se declarar u
oportunidad, efectos: Contractuales - Personales (inhabilidad) – Económicas y un ejemplo o caso
abordado o estudiado por el honorable Consejo de Estado.

La caducidad es una cláusula exorbitante o excepcional de la administración estatal, que representa el


poder del Estado en las relaciones contractuales, a fin de garantizar la satisfacción de su necesidad y
con ello, alcanzar los fines e intereses generales del Estado.

Esta cláusula exorbitante si bien implica un poder especial del Estado, ello no quiere decir que sea un
poder que no tenga límites, de tal suerte que debe respetar entre otras la garantía del debido proceso y
el derecho de defensa y contradicción.

La caducidad implica la terminación unilateral y anticipada del contrato, por un grave incumplimiento
que amenaza su paralización. Este incumplimiento no puede ser de cualquier naturaleza, como se
mencionó, debe ser un incumplimiento grave y directo que amenaza con la paralización del contrato,
es decir, la inejecución de su objeto.

El Consejo de Estado respecto a la caducidad ha señalado que «Así, en la medida en que se acredite el
incumplimiento de obligaciones que son fundamentales para la realización del objeto contratado, la
entidad estatal, con un proceder diligente, advertirá que la prestación principal, el objeto del contrato,
no será satisfecho dentro del plazo de ejecución y, por tal motivo, decretará la caducidad.»1

La administración para tomar esta decisión, debe agotar el procedimiento establecido en el artículo 86
de la Ley 1437 de 2011, y deberá hacerlo durante la vigencia del contrato, pues como se señaló, la
caducidad implica una terminación anticipada del contrato, por lo cual, para que opere debe estar en
ejecución.

De igual forma, se debe señalar que la decisión de la caducidad 2 se materializa en un acto


administrativo que, además de contar con sus requisitos propios deberá:

1. Declarar el incumplimiento grave y directo de la ejecución del contrato que pudo conducir a
su paralización.
2. Declarar la ocurrencia del siniestro de la garantía única de cumplimiento que ampara el
contrato.
3. Ordenar la liquidación del contrato en los casos que proceda esta figura
4. Ordenar hacer efectiva la cláusula penal pecuniaria en caso que se haya pactado.

1
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Sala Plena, Sentencia del 12 de julio de 2012,
exp. 15.024. C.P. Danilo Rojas Betancourth.
2
Regulada en el artículo 18 de la Ley 80 de 1993.
Frente a este acto administrativo procede el recurso de reposición; de igual forma, es susceptible de
control de legalidad por parte del juez de lo contencioso administrativo.

Consecuencias de la caducidad para la administración y para el contratista:

i. La normatividad vigente establece que en aquellos casos en que la entidad declare la


caducidad del contrato y se encuentre pendiente de ejecución un porcentaje igual o superior al
cincuenta por ciento (50%) del mismo, con excepción de los contratos de concesión, se podrá
contratar al proponente calificado en el segundo lugar en el proceso de selección respectivo,
previa revisión de las condiciones a que haya lugar.

Se debe recordar que, los contratos estatales son un vehículo de la administración para
satisfacer una necesidad y con ello coadyuvar el cumplimiento de los fines del Estado, en tal
sentido, la caducidad debe ser declarada por la entidad Estatal dentro del término de
vencimiento del plazo del contrato, pues en dicho término la necesidad de la administración
continua, por lo cual, el legislador estableció que, el porcentaje pendiente por ser ejecutado,
podía ser contratado con el proponente que en su momento hubiese ocupado el segundo orden
de elegibilidad en el respectivo proceso de selección siempre y cuando reúna unas calidades y
requisitos que debe analizar la administración.

Es importante recordar lo señalado por la jurisprudencia del Honorable Consejo de Estado «la
caducidad comparte con los demás poderes exorbitantes la teleología de la protección al
interés colectivo, de ahí que se trate de una prerrogativa a favor de la administración, cuya
finalidad siempre será el beneficio general en la celebración de un contrato estatal.» 3 P.29

ii. Ahora bien, declarada la caducidad o la declaratoria de caducidad implica que la Entidad
podrá tomar posesión de la obra. Frente a este punto la norma establece: «La declaratoria de
caducidad no impedirá que la entidad contratante tome posesión de la obra o continúe
inmediatamente la ejecución del objeto contratado, bien sea a través del garante o de otro
contratista, a quien a su vez se le podrá declarar la caducidad, cuando a ello hubiere lugar.»

iii. El otro tema importante que no habíamos precisado es que, ante la caducidad se declara la
inhabilidad del contratista por 5 años. Está inhabilidad también implica una incompatibilidad;
es decir, que, a partir de dicho momento, el contratista no solamente no podrá contratar con la
administración, sino que también se genera la imposibilidad para continuar ejecutando los
demás contratos que tenga con el Estado, ósea tendrá que terminar los contratos que tenga en
ejecución con otras entidades públicas4.

iv. Declarada la caducidad el contratista no tiene derecho a la solicitud o reconocimiento de


ningún tipo de indemnización como consecuencia de la no ejecución, o en otros términos, no
puede pretender reclamar la pérdida de utilidad por no haber ejecutado el contrato.

Finalmente, se debe indicar que de acuerdo con el artículo 14 de la Ley 80 de 1993 las cláusulas
exorbitantes son obligatorias, potestativas o prohibidas pactarlas, según la naturaleza del contrato:

3
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Subsección C, Sentencia del veinticuatro (24)
de octubre de dos mil trece (2013), exp. 24697. C.P. Enrique Gil Botero
4
Literal i, del numeral 1, del artículo 8 de la Ley 80 de 1993.
1. Obligatorias: el numeral 2 establece la obligatoriedad de las cláusulas exorbitantes o
cláusulas excepcionales ¿cuándo son obligatorias?

● Actividades que constituyan monopolio estatal;


● Todas las relacionadas con la prestación de servicios públicos;
● El contrato de concesión de bienes del Estado; y contratos de obra.

¿Qué pasa si en el contrato no se estipulo la cláusula de caducidad? Se entiende incluida


porque nace de la ley.

2. Potestativas: se podrán pactar estas cláusulas ¿cuándo? Contratos de suministro y contratos


de prestación de servicios.

3. Prohibidas: ¿cuándo están prohibidas? Parágrafo del artículo 14:

«PARÁGRAFO. En los contratos que se celebren con personas públicas internacionales, o de


cooperación, ayuda o asistencia; en los interadministrativos; en los de empréstito, donación y
arrendamiento y en los contratos que tengan por objeto actividades comerciales o industriales de las
entidades estatales que no correspondan a las señaladas en el numeral 2o. de este artículo, o que
tengan por objeto el desarrollo directo de actividades científicas o tecnológicas, así como en los
contratos de seguro tomados por las entidades estatales, se prescindirá de la utilización de las
cláusulas o estipulaciones excepcionales.».
CASO DE ESTUDIO SOBRE CADUCIDAD EN LA CONTRATACIÓN PÚBLICA

Corporación: Consejo de Estado

Radicado de Sentencia: 63001-23-31-000-2005-01919-01(37607)

Fecha: 29/04/2015

Accionante: Taller Electromecánico Empresa Unipersonal

Accionado: Empresa Social del Estado Hospital


Departamental Universitario San Juan de Dios
de Armenia

Tema: Declaratoria de Caducidad en Contratación


Pública

Magistrado Ponente: Hernán Andrade Rincón

Sección: Sección Tercera

Hechos relevantes

· Roberto Vargas Villamizar trabajó 22 años como operario de mantenimiento en la Empresa


Social del Estado Hospital Universitario Departamental del Quindío San Juan de Dios. Tras dejar
esa modalidad, tomó la decisión de utilizar sus amplios conocimientos en el sector mencionado
para lanzar su propia empresa, Taller Electromecánico Empresa Unipersonal, que presta servicios
a organismos gubernamentales.

· Se firmó un contrato de prestación de servicios con el código RF-08/03 entre Taller


Electromecánico Empresa Unipersonal y Empresa Social del Estado Hospital Universitario
Departamental del Quindío San Juan de Dios. Estuvo vigente desde el 11 de febrero de 2003 hasta
el 31 de diciembre de 2003.

· Durante los meses de enero y febrero de 2004, la Empresa Social del Estado Departamental
del Hospital Universitario Quindío San Juan de Dios convocó a un concurso de contratación
directa para el servicio de mantenimiento general. El 12 de diciembre se inició el proceso, que
finalizó el 19 de diciembre de 2003.

· El representante legal de Taller Electromecánico Empresa Unipersonal, Roberto Vargas


Villamizar, presentó propuesta el 18 de diciembre de 2003, por valor de $36.000.000, con base en
un presupuesto estimado, como respuesta a la convocatoria para contratación directa de la
Empresa Social del Estado Hospital Universitario Departamental del Quindío San Juan de Dios
para los servicios de mantenimiento general.

· El 31 de diciembre de 2003 se adjudicó el contrato directo de servicios de mantenimiento


general. A pesar de ello, el Taller Electromecánico Empresa Unipersonal no fue informado en
dicha fecha. El demandante manifestó que, dado que la revisión correspondiente había
considerado adecuada la propuesta de la empresa, el contrato debería haberse adjudicado de
acuerdo con los términos y circunstancias de la propuesta.

· El 1 de enero de 2004, Taller Electromecánico Empresa Unipersonal decidió seguir


realizando el servicio de mantenimiento asumiendo la responsabilidad asociada al mismo, ya que
aún no había recibido la solicitud de las llaves del mobiliario y enseres de baja tecnología que
custodiaba.

· El 16 de enero de 2004, Taller Electromecánico Empresa Unipersonal fue notificado por la


Empresa Social del Estado Hospital Universitario Departamental del Quindío San Juan de Dios
que se le había otorgado un nuevo contrato por los servicios que la empresa prestaba para los
meses de enero y febrero de 2004. Sin embargo, el contrato otorgado era sólo por $8'265,838. El
correo electrónico también incluía una solicitud para que la empresa entregara la documentación
necesaria para firmar el contrato.

· El "acuerdo contractual" con Taller Electromecánico Empresa Unipersonal fue considerado


ilegal por la Empresa Social del Estado Hospital Departamental del Quindío mediante Resolución
No. 68 del 23 de enero de 2004, la cual fue entregada personalmente el 30 de enero de 2004. La
resolución se basó en una lista de supuestos incumplimientos, entre ellos, la supuesta falta de
arreglo de la subestación eléctrica por parte del contratista la noche del 19 de enero de 2004, la
falta de respuesta a una solicitud de reparación de la planta eléctrica de emergencia el 7 de enero
de 2004 y la ausencia a dos convocatorias para discutir el plan de desarrollo institucional 2004.
Adicionalmente, se consideraron las irregularidades encontradas en un contrato del año anterior.

· La Resolución por la que se declara la terminación del "acuerdo contractual" con Taller
Electromecánico Empresa Unipersonal fue remitida a la Cámara de Comercio local mediante
escrito formal de fecha 2 de febrero de 2004, a fin de que se practiquen las actuaciones
pertinentes.

· El 24 de abril de 2004, la empresa estatal emitió la Resolución No. 510 de 2004, que
ordenaba el pago de $4'132.919 a Taller Electromecánico Empresa Unipersonal por los servicios
prestados en enero.

· Roberto Vargas Villamizar presentó una demanda contra el Hospital Departamental


Universitario del Quindío San Juan de Dios. En la demanda se exige la anulación de la
Resolución No. 68 de 2004 y la Resolución No. 0510 de 24 de abril de 2004, así como una
compensación por los perjuicios causados, incluyendo daño emergente, lucro cesante e
indemnizaciones correspondientes. También se solicita el reconocimiento y pago de la indexación
según el índice de precios al consumidor y los intereses moratorios y de mora. Además, se pide el
estricto cumplimiento de la sentencia y la imposición de costas a la entidad demandada en caso
necesario.

· En la demanda presentada, se alega que el artículo 29 de la Constitución Política fue


violado, junto con las normas del Código Contencioso Administrativo en relación al debido
proceso, y los artículos 18, 32, 50, 51 y 77 de la Ley 80 de 1993. Esto se debe a que la
notificación del acto de adjudicación no se realizó de manera adecuada y la declaración de
caducidad se dio antes de que finalizara la formalización del contrato por parte del demandante.

· En la demanda presentada, el demandante alega que la Empresa Social del Estado violó la
Ley 80 de 1993 al declarar injustamente la caducidad del contrato y no cumplir con las normas
legales aplicables. Específicamente, se afirma que la normativa se violó al considerar el
incumplimiento en el caso de las plantas eléctricas, ya que presentaban fallas desde 2003 debido a
su mal estado, y se argumenta que el hospital debería haber sido responsable de su reparación
según los informes presentados. Además, se argumenta que el hospital desconoció las normas
legales que establecen que todo contrato debe cumplirse de buena fe y que se debe indemnizar los
perjuicios causados por el incumplimiento, según lo dispuesto en los artículos 1602, 1603, 1613,
1614, 1615 del Código Civil y 870 y 871 del Código de Comercio. Por lo tanto, el demandante
busca impugnar los actos acusados y obtener una compensación por los perjuicios causados.

· El 8 de noviembre de 2006, el Tribunal Administrativo del Quindío admitió la demanda


presentada y emitió un auto el 28 de mayo de 2007 para ordenar la práctica de pruebas. Durante
esta instancia, se tuvieron en cuenta las documentales presentadas, se solicitaron los testimonios
necesarios y se emitieron oficios para recopilar los actos y documentos necesarios según las
pruebas solicitadas por el demandante. Posteriormente, se llevó a cabo una audiencia de
conciliación el 1 de febrero de 2008, la cual resultó fallida debido a la falta de voluntad
conciliatoria manifestada.

· En respuesta a la demanda, la Empresa Social del Estado negó los hechos relacionados con
la adjudicación del contrato, alegando que la propuesta de la demandante no obtuvo la mejor
calificación y que la jefa de recursos físicos del hospital expresó la necesidad de mantener el
servicio. La empresa afirmó que en el acta de adjudicación se decidió que los contratistas debían
continuar con sus servicios a "costos congelados" y que la demandante fue notificada
adecuadamente sobre la Resolución No. 68 que impuso la caducidad, sugiriendo que podría
haberla impugnado. Además, la demandada presentó excepciones argumentando la improcedencia
de la acción contractual y la existencia de un acto complejo, alegando que la demanda incluía
actos y hechos precontractuales que no estaban adecuadamente enmarcados en la acción
contractual solicitada.

· El 30 de julio de 2009, el Tribunal a quo emitió una sentencia que desestimó la demanda
presentada, al considerar que el contrato entre las partes era inexistente. En consecuencia, no se
pudo realizar un control de legalidad sobre la Resolución No. 68 de 2004 que declaraba la
caducidad, ni se pudo conceder la nulidad del acto administrativo. El Tribunal razonó que la falta
de un contrato impedía analizar la legalidad del acto de caducidad, y concluyó que dicho acto
carecía de validez al no haberse fundado en un contrato validez. Adicionalmente, se destacó que
la Resolución No. 510 de 2004 era una contraprestación por un servicio previamente prestado y,
por lo tanto, no se podía conceder una condena por la misma.
· Para intentar anular la sentencia del tribunal de primera instancia, el demandante interpuso
un recurso de apelación.

Aspectos jurídicos considerados

· Existencia del contrato.

· Inexistencia de la cláusula de caducidad.

· Violación del debido proceso.

· Análisis de los incumplimientos. tipificación de la falsa motivación del acto que declaró la
caducidad.

· Carga de la prueba de los hechos determinantes de la caducidad.

· Límite temporal de la competencia para decretar la caducidad del contrato.

· Determinación del daño y liquidación de los perjuicios ocasionados por la decisión de


caducidad del contrato.

Explicación de la tesis del Consejo de Estado

El artículo 136 del Código Contencioso Administrativo (Decreto 1 de 1984), derogado por el artículo
309 de la Ley 1437 de 2011, que entró a regir a partir del dos (2) de julio del año 2012 establece el
plazo de caducidad de la acción contractual en los contratos estatales, especificando que si la
administración no liquida el contrato en un plazo de dos meses después del vencimiento del plazo
acordado o establecido por ley, el interesado puede acudir a la jurisdicción para obtener la liquidación
en sede judicial dentro de los dos años siguientes al incumplimiento de la obligación de liquidar. La
Resolución No. 510 del 15 de abril de 2004 ordenó la liquidación de una cantidad de dinero por
servicios prestados y, a partir de la ejecutoria de esta resolución, comenzó a correr el plazo de
caducidad de la acción.

A pesar de que no se conoce la fecha exacta de notificación y ejecutoria de la Resolución No. 510, se
determina que no hubo caducidad de la acción, porque la demanda se presentó dentro del plazo de dos
años establecido en el artículo 136 del Código Contencioso Administrativo. La demanda se presentó
el 10 de noviembre de 2005, contado a partir de la fecha del acto de liquidación.

Es fundamental destacar que esta conclusión se mantiene aún si se considera que el plazo de dos años
para presentar la acción contractual debería empezar a contar a partir de la notificación de la
Resolución No. 68 del 2004, que se notificó el 30 de enero de 2004. Sin embargo, en cualquier caso,
la demanda se presentó dentro del plazo establecido.

Durante el proceso legal, se presentaron diversas pruebas documentales que respaldaban las fallas y
necesidades de mantenimiento en los equipos eléctricos del hospital. Entre estas pruebas se incluyeron
cotizaciones, comunicaciones y documentos relacionados con las subestaciones eléctricas y las
plantas de emergencia. Además, se presentaron correspondencia y comunicados que detallaban las
fallas en las plantas eléctricas específicas, así como informes y formularios que evidenciaban las
actividades realizadas por el contratista de mantenimiento. Todas estas pruebas documentales
confirmaron la existencia de problemas en los equipos eléctricos y respaldaron la participación de la
empresa contratista en su reparación y mantenimiento.

En ese caso en particular se comprobó la existencia de un contrato basado en un acuerdo consensual,


respaldado por la comunicación emitida el 15 de enero de 2004 por la Empresa Social del Estado y
por las múltiples órdenes de servicios de mantenimiento suscritas por ambas partes. Aunque no se
requería formalización escrita del contrato bajo la Ley 80 de 1993, esto no significaba que el acuerdo
no existiera, ya que se regía por el derecho privado según lo establecido por el artículo 195 de la Ley
100 de 1993. Las pruebas documentales presentadas y los hechos precontractuales demostraron de
manera concluyente la existencia del contrato y refutaron la afirmación de inexistencia del tribunal de
primera instancia. Como resultado, los actos administrativos impugnados no se referían a un contrato
inexistente.

Se determinó en este caso que la cláusula de caducidad no existió ya que no fue acordada por las
partes ni incluida en ningún escrito relacionado con el contrato. Además, en la convocatoria de
diciembre de 2003 no se hizo mención a las cláusulas exorbitantes. Como el contrato en cuestión no
estaba sujeto a las disposiciones de la Ley 80 de 1993 que exigían la presencia de la cláusula de
caducidad, y esta cláusula debía seguir la formalidad del acuerdo escrito según lo establecido por la
ley, se concluyó que la Empresa Social del Estado carecía de la competencia para emitir el acto
administrativo que impuso la caducidad del contrato con Taller Electromecánico E.U. En
consecuencia, se declaró la nulidad del acto administrativo debido a la incompetencia de la entidad de
acuerdo con lo establecido en el artículo 84 del Código Contencioso Administrativo. Aunque el cargo
de incompetencia no se presentara explícitamente, se aplicó el principio "iura novit curia" para
acceder a la pretensión de nulidad. Además, la Sala analizó los cargos presentados por la demandante
relacionados con la violación del debido proceso y la inexistencia del incumplimiento.

La parte demandante argumentó que no se siguió ningún procedimiento previo a la imposición de la


caducidad del contrato y que fue tomada por sorpresa con una decisión rápida mientras estaba aún en
proceso de formalizar el contrato. La Resolución No. 68 no mencionó ningún procedimiento ni hay
pruebas en el expediente que indiquen que la contratista fue avisada o se realizó algún procedimiento
para permitirle conocer los motivos de la caducidad. La entidad demandada no se pronunció sobre el
procedimiento previo y no hay evidencia de ninguna actuación en ese sentido, ya que solo
transcurrieron cinco días entre el último incumplimiento mencionado en la resolución y la fecha de su
emisión. La Sala determinó que el testimonio de la parte demandante y del testigo en cuanto a la falta
de un proceso previo era creíble, lo que significaba que no se llevó a cabo la citación del artículo 35
del Código Contencioso Administrativo para iniciar el procedimiento, ni se brindó la oportunidad de
conocer, explicar o presentar pruebas en contra de los incumplimientos que se estaban evaluando.

La parte demandante objetó los incumplimientos mencionados en la Resolución No. 68 de 2004 y


logró refutarlos con éxito. No se presentaron pruebas sobre los supuestos incumplimientos
relacionados con la falta de envío de documentos, la falta de respuesta a solicitudes y la no reparación
de la subestación eléctrica. Además, el contrato estaba limitado al mantenimiento preventivo de
muebles y equipos de baja tecnología. La resolución adolecía de una motivación suficiente y las
afirmaciones generales sobre los incumplimientos no contaban con sustento.

De acuerdo con la jurisprudencia de la Sección Tercera del Consejo de Estado, la competencia para
declarar la caducidad de un contrato administrativo tiene un límite temporal que expira al finalizar el
plazo del contrato. En este caso, la Empresa Social del Estado no contaba con la competencia
necesaria para declarar la caducidad del contrato RF 08/03, ya que este había finalizado el 31 de
diciembre de 2003. La conclusión a la que llega la Sala es que la caducidad solo puede ser declarada
durante el tiempo previsto para la ejecución del contrato y no durante la etapa de liquidación.
Además, una vez transcurrido el plazo de ejecución, la administración pierde la competencia para
declarar la caducidad. En consecuencia, la Resolución No. 068 se declara nula debido a la falta de
competencia y motivación genuina del acto administrativo.

La Resolución No. 510 de 2004 fue impugnada únicamente porque se consideró que su legalidad
dependía de la caducidad declarada ilegalmente en la Resolución No. 68 de 2004. Sin embargo, la
Resolución No. 510 de 2004 no presentó ninguna irregularidad, ya que reconocía plenamente el pago
correspondiente y dispuso la liquidación completa por el servicio prestado en enero de 2004. Es
importante destacar que dicha liquidación no estaba relacionada con la caducidad del contrato ni
requería la existencia de una cláusula de caducidad. La ilegalidad de la Resolución No. 68 de 2004 no
afectó de ninguna forma la decisión contenida en la Resolución No. 510 de 2004, que se refería
exclusivamente a la liquidación de una cuenta y no tenía objeciones.

La entidad demandada envió una resolución a la Cámara de Comercio en la que se informó a la


contratista acerca del impacto legal del acto administrativo. La terminación anticipada del contrato fue
consecuencia de la conducta antijurídica de la entidad demandada, lo que ocasionó un daño emergente
de $257,480. Además, se calculó el lucro cesante en función de contratos anteriores, y se estimó en
$22,147,255. En consecuencia, el total de los perjuicios se fijó en $22,404,735. La cantidad a pagar
como condena por perjuicios se actualizó a $26,723,107 mediante la aplicación de la fórmula de
ajuste.

No se concedió la condena por intereses debido a la presunción de legalidad que se mantenía antes de
la sentencia que declaró la nulidad del acto administrativo. En cuanto al daño moral ocasionado por la
caducidad del contrato, se requería una evidencia fehaciente que demostrara tanto su existencia como
su magnitud. La demandante tenía que demostrar de manera concreta el daño emocional o psicológico
sufrido debido a la pérdida imputable al Estado. No era posible generalizar la afectación por la
declaración de caducidad, dado que las reacciones y la capacidad de resiliencia de las personas podían
variar considerablemente. En este caso, las afirmaciones de los testigos sobre la depresión del
demandante resultaron insuficientes, y no se presentó una prueba técnica para respaldar el reclamo del
daño moral.

Decisión sobre el caso

Fue revocada la sentencia que había sido emitida por el Tribunal Administrativo del Quindío el 30 de
julio de 2009. En su lugar, se declaró como nula la Resolución No. 68, fechada el 23 de enero de
2004, que había sido emitida por la Empresa Social del Estado Hospital Universitario del Quindío San
Juan de Dios y que declaraba la caducidad del acuerdo contractual con la empresa Taller
Electromecánico Empresa Unipersonal. Adicionalmente, se ordenó que la Empresa Social del Estado
Hospital Universitario del Quindío San Juan de Dios debiera pagar la suma de veintiséis millones
setecientos veintitrés mil ciento siete pesos ($26.723.107) como indemnización por perjuicios
materiales a Taller Electromecánico Empresa Unipersonal. No se concedió ninguna otra
indemnización ni hubo condena en costas.

REFERENCIA

Consejo de Estado. (29 de abril de 2015). Sentencia de Radicado No. 63001-23-31-000-2005-01919-


01(37607).

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