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Sanciones
Sanciones
Las sanciones administrativas pueden ser definidas como toda aquella imposición de una
situación gravosa o perjudicial para el administrado, generada como consecuencia de la
contravención al ordenamiento jurídico. Las sanciones son dictadas en el curso de un
procedimiento administrativo y con una finalidad principalmente de carácter represor.
Con relación a los tipos de sanciones administrativas que pueden existir, la doctrina nacional93
ha bosquejado la siguiente clasificación:
b) Sanciones de protección del orden general: Son aquellas que persiguen el control del orden
social general en un sentido amplio. Por ejemplo, la multa.
a) Sanciones personales: Son aquellas que suspenden, restringen o autorizan un derecho. Por
ejemplo, la clausura de un establecimiento.
b) Sanciones accesorias: Son aquellas que buscan reforzar la eficacia de la sanción. Por
ejemplo, el internamiento de un vehículo.
Otra forma de establecer una diferenciación es tomar en cuenta la forma en qué se manifiesta
la sanción. Mientras que en la sanción penal se impone una sanción privativa de la libertad, en
el caso de la sanción administrativa se imponen sanciones personales96 o reales97, pero
ninguna de ellas orientadas, a restringir la libertad de la persona. Sin perjuicio de los esfuerzos
conceptuales que se puedan realizar, no existe un planteamiento unívoco respecto a la
diferencia entre el ilícito penal y el ilícito administrativo que nos permita establecer una
distinción clara entre ambos tipos de sanciones. Si bien es posible acudir a diversos criterios
(que van desde la mayor onerosidad que la sanción penal, el fuerte castigo social que supone
el procesamiento, condena o, incluso, la mera intervención como acusado en un proceso
penal) la diferenciación no llega a ser del todo clara.
De acuerdo a lo expuesto, es posible afirmar que las diferencias entre la sanción penal y la
administrativa, fundamentalmente, se dan en un plano formal, es decir, respecto de la
autoridad que impone la sanción, los sujetos en los que recae la sanción y el grado de la
sanción aplicada. Sin embargo, más allá de dichos elementos meramente formales, no existen
mayores diferencias sustanciales entre ambas figuras jurídicas.
Recursos impugnativos:
Los recursos administrativos que puede interponer el administrado se encuentran previstos en
el artículo 216 del TUO de la Ley N° 27444. La norma precitada contiene lo que la doctrina ha
denominado el principio reformatio in peius, el cual encuentra sustento constitucional en el
inciso 3 del artículo 139 de la Constitución Política del Perú99 y además ha sido reconocido en
diversas sentencias del Tribunal Constitucional100. El principio reformatio in peius implica que
el órgano revisor se encuentra impedido de modificar la resolución impugnada empeorando la
situación del impugnante, de manera tal que sea posible garantizar lo que la doctrina ha
denominado reformatio in melius101. Al poner de relieve la finalidad contradisuasiva de la
prohibición de la reformatio in peius, Roxin señala que esta pretende lograr que nadie se
abstenga de interponer un recurso por el temor de ser penado de un modo más severo en la
instancia siguiente.