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LA RESPONSABILIDAD ADMINISTRATIVA

Aquí cabe preguntarse: ¿con qué está vinculada la idea de responsabilidad? A ésta
se la asocia con la idea del “deber de reparar un daño provocado por acción u omisión”, así,
se relaciona con el deber de dar cuenta; y cuando este deber se relaciona con normas
jurídicas, hablamos de responsabilidad jurídica. En consecuencia, existen distintos tipos de
responsabilidad jurídica; y de un mismo hecho podrán nacer tres tipos de responsabilidad:
Administrativa, Civil y Penal.
El art. 38 CPR y el art. 4 LOCBGAE establecen la “responsabilidad del Estado”;
esto sin perjuicio de las responsabilidades que puedan afectar al funcionario en particular.
Por lo tanto, en la LOCBGAE se habla en plural. El art. 42 LOCBGAE hace referencia a
una responsabilidad civil.
El art. 119 EA señala que cuando se ha incurrido en una falta a los deberes y
obligaciones del funcionario se puede aplicar (1) Anotación de Demérito; (2) Aplicación de
una Sanción (previo procedimiento). En esta materia cabe señalar que no es posible la
aplicación de una sanción sin un procedimiento previo.

CARACTERÍSTICAS DE LA RESPONSABILIDAD ADMINISTRATIVA

1) Independencia “el funcionario estará sujeto a la responsabilidad administrativa,


sin perjuicio de la responsabilidad civil y penal”.
2) Aplicable durante el desempeño de la función pública
3) Respeto por el debido proceso
4) Tipicidad genérica

EL PROCEDIMIENTO SANCIONATORIO:
PROCEDIMIENTO LEGAL

La potestad sancionatoria de la administración cabe distinguirla de la potestad


sancionatoria penal, aunque ambas son reflejo del ius puniendi del Estado. Ésta surge de la
potestad jurisdiccional del Estado (sólo los Tribunales imponen propiamente “penas”
penales, materia estudiada por el “derecho penal”) y aquélla surge de la potestad de
administrar (la Administración puede imponer directamente sanciones, las que legalmente
no se reputan “penas”, pero cuyo ejercicio que puede ser revisado por los Tribunales). De
lo señalado se desprende la unidad material de la naturaleza del ius puniendi estatal, y la
necesidad de respetar en su ejercicio los principios que al efecto ha acogido la CP y que se
entienden parte integrante en el actual ordenamiento jurídico.
El ius puniendi del Estado, ya sea en su manifestación penal o administrativa, dada
la evidente naturaleza común, en su ejercicio debe respetar los mismos principios de
legalidad y tipicidad, y sus derivados (culpabilidad y non bis in idem). En otras palabras,
aunque exista una dualidad de sistemas represivos del Estado, en ambos casos, por su
unidad material, aunque el procedimiento sea distinto, se han de respetar estos principios de
fondo: es el mismo ius puniendi del Estado. Entonces, los principios conocidos
generalmente como del derecho penal, hay que considerarlos como principios generales del
derecho sancionador, y tales principios tradicionales del derecho penal se aplican a la esfera
sancionatoria administrativa.
A partir del principio de la legalidad de las sanciones, ninguna resolución
administrativa que imponga una sanción podría basarse en una infracción a un reglamento;
una sanción así configurada y a partir de un reglamento impuesta resulta claramente
inconstitucional, en cuanto recoge al reglamento como fuente de una conducta sancionable
administrativamente, es en sí mismo inconstitucional; pues: toda pena debe fundarse en ley.
En cumplimiento del principio de tipicidad, el establecimiento, por la ley, de una
descripción y determinación de la o las conductas que quedan sometidas a sanciones, debe
hacerse de tal manera que sea posible predecir con alguna certeza la sanción que se
impondrá en caso de que alguien incurra en la conducta así “tipificada”.
En virtud del principio non bis in idem, queda prohibida la doble punición, a partir
de un mismo hecho.
La Administración, para aplicar una sanción, debe tramitar previamente un
procedimiento formal, a través del cual, con pleno respeto de la legalidad y de los
principios de rango constitucional ya señalados, justifique a través de la prueba de los
hechos pertinentes y fundamente en el Derecho vigente las eventuales sanciones que
imponga.

LAS SANCIONES ADMINISTRATIVAS EN EL ESTATUTOADMINISTRATIVO

El Estatuto Administrativo establece las siguientes sanciones:

1) Censura
Es la reprensión por escrito que se hace a un funcionario, de la cual se deja
constancia en la hoja de vida de éste, mediante una anotación de demérito de dos puntos en
el factor de calificación correspondiente (art. 122).

2) Multa
Es la privación de un porcentaje de la remuneración mensual, privación que no
puede ser inferior al cinco por ciento ni superior al veinte por ciento de ella (art. 123). De la
multa se debe dejar constancia en la hoja de vida del funcionario, en consideración a la
escala que establece el citado artículo (que atiende al monto de la multa).

3) Suspensión
Consiste en la privación temporal del empleo con goce de un cincuenta a un setenta
por ciento de las remuneraciones y sin poder hacer uso de los derechos y prerrogativas
inherentes al cargo. Se deja constancia de esta sanción en la hoja de vida mediante una
anotación de demérito de seis puntos (art. 124)
4) Destitución
Según el artículo 124, es la decisión de poner término a los servicios de un
funcionario, adoptada por la autoridad facultada para hacer el nombramiento. El mismo
artículo señala una causal genérica de destitución, cual es el incurrir en hechos que
vulneren gravemente el principio de probidad administrativa, añadiendo, además, las
siguientes causales específicas:
a) Ausentarse de la institución por más de tres días consecutivos, sin causa
justificada;
b) Infringir las disposiciones del artículo 84, letras i) (organizar o pertenecer a
sindicatos; dirigir, promover o participar en huelgas; interrupción o paralización de
actividades; retención indebida de personas y bienes, y otros actos que perturben el normal
funcionamiento de los órganos de la Administración), j) (atentar contra los bienes de la
institución u otros actos similares) y k) (la incitación a destruir, inutilizar o interrumpir
instalaciones públicas o privadas, o la participación en hechos que dañen éstas o aquéllas);
c) Condena por crimen o simple delito, y
d) En los demás casos que señale el EA u otras leyes.

PROCEDIMIENTOS ADMINISTRATIVOS DISCIPLINARIOS

A continuación se estudian los procedimientos administrativos disciplinarios que


contempla el Estatuto Administrativo, a saber: la investigación sumaria y el sumario
administrativo. En todo procedimiento disciplinario deben contemplarse algunos supuestos:
imparcialidad; proporcionalidad entre falta y sanción; debido proceso; impulsión de oficio;
verdad material y economía procesal.

INVESTIGACIÓN SUMARIA (ART. 126 EA)

Es un procedimiento disciplinario que procede en aquellos casos en que los hechos


investigados son susceptibles de ser sancionados con una medida disciplinaria que no sea la
destitución. A contrario sensu, la aplicación de la destitución sólo puede hacerse previa
tramitación de un sumario administrativo. Este procedimiento tiene tres objetivos:
- Verificar la existencia de los hechos.
- Individualizar a los responsables.
- Determinar la participación de éstos para así establecer el grado de
responsabilidad.
Se inicia por orden del Jefe Superior de la institución, el Secretario Regional
Ministerial o el Director Regional de servicios nacionales desconcentrados, el cual emite
una resolución ordenando la instrucción de una investigación sumaria, para lo cual
designará, en la misma resolución, a un funcionario que actuará como investigador.
En este procedimiento, todas las notificaciones deben realizarse personalmente. No
obstante, de no ser posible, se debe notificar por carta certificada.
El procedimiento será verbal, sin perjuicio de las actuaciones que deban realizarse
por escrito. De lo actuado se levantará un acta general, pudiendo agregarse los documentos
probatorios que correspondan.
La investigación sumaria no puede extenderse por más de cinco días. Transcurrido
este plazo, de ser procedente, deben formularse cargos, teniendo el afectado el plazo de dos
días, contado desde la notificación de tales cargos, para responder de los mismos. Sin
embargo, si, transcurridos los cinco días, no se han formulado cargos por quedar diligencias
pendientes, la investigación sumaria se transforma en sumario administrativo.
En la etapa de defensa el inculpado puede solicitar rendir prueba, y el plazo de este
término probatorio no podrá exceder de tres días. El investigador, ahora fiscal, tiene un
plazo de dos días para presentar el informe o vista en el cual estará la relación de los
hechos, su fundamentación y la conclusión a que este hubiere llegado la cual será el aplicar
una sanción o absolver al funcionario.
Si el investigador no respeta los plazos se considerara como una negligencia, la cual
se verá reflejada en sus calificaciones.
Una vez emitido el informe o vista, la autoridad que ordenó la investigación sumaria
dicta la resolución respectiva en el plazo de dos días; esta resolución es notificada y podrá
ser impugnada cuando perjudica al funcionario, a través de la interposición del recurso de
reposición en el plazo de dos días ante la autoridad que resolvió la investigación sumaria o
el de apelación en subsidio ante el jefe superior de la institución.
La apelación sólo procederá en caso que la medida disciplinaria haya sido aplicada
por otra autoridad. Si fue el jefe superior de la institución el que resolvió, no procederá la
apelación. El plazo para resolver la reposición y la apelación es de dos días.
También relacionado con la investigación sumaria encontramos el art. 127 EA; éste
es el fundamento que tiene la Contraloría para estimar que si la investigación sumaria no
termina en cinco días, se transforma en un sumario administrativo.
En la investigación sumaria no hay actuario, pero en el sumario si lo hay, y éste es
designado por el investigador. Por lo tanto, al ocurrir la transformación de investigación
sumaria a sumario administrativo se designa un actuario para el sumario y también en el
sumario el investigador pasa a llamarse fiscal.

SUMARIO ADMINISTRATIVO

De acuerdo al art. 128 EA, “si la naturaleza de los hechos denunciados o su


gravedad así lo exigiere, a juicio de la institución, el Secretario Regional Ministerial o el
Director Regional de servicios nacionales desconcentrados, según corresponda, se
dispondrá la instrucción de un sumario administrativo”.
Se inicia por orden del Jefe Superior de la institución, el Secretario Regional
Ministerial o el Director Regional de servicios nacionales desconcentrados, según
corresponda, mediante una resolución, en la cual deberá, además, designar al fiscal que
estará a cargo de la investigación. Este fiscal deberá ser un funcionario de igual o mayor
jerarquía que el funcionario involucrado en los hechos. Esta resolución está exenta del
trámite de toma de razón.
El art. 130 establece que, previa notificación de la resolución al fiscal, éste
designará un actuario, quien se entenderá en comisión de servicio para todos los efectos
legales. El actuario podrá ser funcionario de cualquier institución de la Administración del
Estado regida por el Estatuto Administrativo (a diferencia del fiscal, quien, por regla
general, debe ser un funcionario del mismo servicio), tendrá la calidad de ministro de fe y
certificará todas las actuaciones del sumario. Si hubiere que realizar diligencias fuera de la
ciudad en que se esté instruyendo el sumario, el fiscal podrá requerir a la autoridad que
ordenó la instrucción del sumario, la designación de un fiscal ad-hoc.
El sumario debe llevarse foliado en letras y números y formarse con todas las
declaraciones, actuaciones y diligencias, a medida que sucedan, y con todos los
documentos que se acompañen. Además, toda actuación debe ser firmada por el fiscal y el
actuario.
Con respecto a las notificaciones en este procedimiento, el art. 131 señala que deben
hacerse personalmente. De no ser posible, se notifica por carta certificada.
Una vez citados a declarar por primera vez ante el fiscal, en calidad de inculpados,
los funcionarios serán apercibidos para que dentro de segundo día formulen las causales de
implicancia o recusación en contra del fiscal o el actuario, en conformidad a los arts. 133 y
134.
Durante la etapa indagatoria, el fiscal tendrá amplias facultades para desarrollar la
investigación, quedando los funcionarios obligados a prestar la colaboración que les solicite
el fiscal. El plazo límite para la investigación del sumario administrativo es de veinte días.
Sin embargo, este plazo se puede prorrogar hasta por sesenta días cuando existan
diligencias pendientes. En todo caso, la práctica administrativa establece que la autoridad
que ordenó la instrucción del sumario se pronuncia sobre la prórroga (art. 135).
De acuerdo al art. 136, “en el curso de un sumario administrativo el fiscal podrá
suspender de sus funciones o destinar transitoriamente a otro cargo dentro de la misma
institución y ciudad, al o a los inculpados como medida preventiva”, medidas que terminan
al dictarse el sobreseimiento o al emitirse el dictamen del fiscal, según corresponda. Sin
embargo, si el fiscal propone la medida de destitución podrá decretar que se mantenga la
suspensión preventiva o la destinación transitoria, las que cesarán automáticamente si la
resolución recaída en el sumario, o en alguno de los recursos que se interponga conforme al
artículo 141, absuelve al inculpado o le aplica una medida disciplinaria distinta de la
destitución.
Cumplidos los plazos se cierra la investigación y deberá resolver el fiscal si
propondrá que se formulen cargos concretos. De lo contrario, propondrá el sobreseimiento
definitivo.
El art. 137 se pone en el caso de que en lugar de formular cargos, el fiscal propone
el sobreseimiento; si la autoridad respectiva rechaza esta posibilidad dispondrá que se
complete la investigación en un plazo de cinco días, lo cual es conocido también como
“reapertura del sumario”.
El art. 138 se refiere a la formulación de los cargos; así, el inculpado es notificado
de los cargos y tendrá un plazo de cinco días desde la notificación para hacer sus descargos,
defensas, etc. Excepcionalmente podrá prorrogarse este plazo hasta en otros cinco días. Si
el inculpado solicitare rendir prueba se abrirá un término probatorio, el cual no podrá
exceder el plazo de veinte días.
Con todo, ningún funcionario podrá ser sancionado por hechos que no han sido
materia de cargos concretos. La aplicación de toda medida disciplinaria deberá ser
notificada al afectado.
Una vez emitido el dictamen del fiscal, éste elevará los antecedentes del sumario a
la autoridad que dispuso la instrucción del sumario, quien, resolverá dentro de cinco días,
dictando al efecto una resolución que absuelve al inculpado, o bien aplicando la medida
disciplinaria procedente. Si se trata de la medida de destitución, los antecedentes se
elevarán a la autoridad facultada para hacer el nombramiento.
En contra de las resolución que ordene la aplicación de una medida disciplinaria,
proceden los recursos de reposición (que se interpone ante la autoridad que dictó la
resolución) y el de apelación, que se debe interponer ante el superior jerárquico de quien
impuso la medida disciplinaria, con el carácter de subsidiario de la reposición y para el caso
que ésta no sea acogida. Estos recursos deben ser fundados e interponerse en el plazo de
cinco días, contado desde la notificación, debiendo ser fallados dentro de los cinco días
siguientes.
El art. 143 señala que, en caso de incumplimiento de los plazos de instrucción de un
sumario y no estando éste afinado, la autoridad lo revisará, adoptando las medidas
tendientes a agilizarlo y determinar la responsabilidad del fiscal.
El art. 145 dispone que los plazos en la tramitación tanto de la investigación sumaria
como del sumario administrativo, son de días hábiles (esto debe ser relacionado con los
arts. 23 a 27 de la Ley Nº 19.880, de bases de los procedimientos administrativos).

EXTINCIÓN DE LA RESPONSABILIDAD ADMINISTRATIVA

La responsabilidad administrativa, de acuerdo al art. 157 EA, termina por:


- Muerte del funcionario.
- Cesación de funciones.
- Cumplimiento de la sanción.
- Prescripción de la acción disciplinaria. A este respecto el art. 158 señala
que esta acción prescribirá en el plazo de 4 años, contados desde el día en que se
hubiere incurrido en los hechos que la originan. Sin embargo, de haber hechos
constitutivos de delito la acción disciplinaria prescribirá conjuntamente con la
acción penal correspondiente.

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