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Autismo
RESUMEN
El trastorno del espectro autista se entiende como una afectación a nivel cerebral
que genera un mal desarrollo neuronal. Actualmente, la etiología aún es incierta,
pero se han descrito posibles factores de riesgo que podrían incluir al estado
nutricional del individuo. También, según varios autores, existe una relación entre la
deficiencia de omega 3 y vitamina D en pacientes con TEA. A razón de esto, se
realizó una exhaustiva búsqueda bibliográfica para determinar la efectividad de la
suplementación con omega 3 y/o vitamina D, encontrándose en la mayoría de
estudios que efectivamente existen efectos positivos con la suplementación de
omega 3 particularmente y en la vitamina D, sólo si esta es administrada junto con
aquel ácido graso esencial.
ABSTRACT
Infante, Sears, Rizzo, Cerati, Caprio, Ricordi y Fabbri (2020) explican al trastorno del
espectro autista como una alteración del desarrollo neuronal, ocasionando
problemas sobre las habilidades cognitivas, sociales y comunicativas. Además, la
TEA se caracteriza por un aumento del estrés oxidativo y una inflamación a nivel
cerebral, aunque no existe una explicación a ciencia cierta sobre los mecanismos de
acción de esta patología. Según, Berding y Donovan (2016) la etiología aún no está
esclarecida, pero los factores que podrían intervenir son de carácter genéticos y
ambientales. Siguiendo con Infante y cols. (2020), los factores de riesgo para el
desarrollo de esta patología, también podrían estar relacionado al tema nutricional,
donde los nutrientes como el omega 3 estarían involucrados, al igual que el déficit de
vitamina D.
Existen diversos cuestionarios que permiten determinar el diagnóstico de esta
patología como DISCO, ADOS, CARS, entre otros. Aunque Randall et al. (2018)
nos explican que estos cuestionarios deben usarse de forma complementaria y no
independientemente. Además, existen otro tipo de cuestionarios que permiten
identificar los cambios en cuanto al comportamiento en respuesta a algún
tratamiento, algunos de los más conocidos son ATEC, SRS, SSP, ABC, etc (Adams
et al., 2018).
Con respecto al tratamiento, Sulkes (2020) describe que, suele ser multidisciplinario
y puede consistir en terapias de conducta, de lenguaje y habla, física y
farmacológica. Asimismo, no recomienda como efectivo el uso de suplementos con
vitaminas o prescripción de dietas libre de gluten y de caseína, ya que considera que
no son eficaces y que, al contrario, podría generar inconsistencias en la dieta.
Por otro lado, se ha descrito constantemente como parte del tratamiento a las dietas
libre de gluten y caseína. Nuñez (2020) explica que los compuestos derivados de la
digestión incompleta del gluten y la caseína, pueden sobrepasar la membrana
intestinal y atravesar la barrera hematoencefálica desencadenando una serie de
modificaciones en el mecanismo hormonal y de los neurotransmisores, lo que
generaría la agudeza de los síntomas y condiciones característicos del TEA. Esto se
debe ya que, generalmente los pacientes con dicha patología suelen presentar
ausencia de enzimas capaces de la degradación del gluten y la caseína.
Por esta razón, los padres o responsables del cuidado de estos pacientes suelen
incluir este tipo de dietas. Además, en muchos casos este tipo de dietas
mencionadas suele estar acompañada de la suplementación de nutrientes como el
omega 3 y la vitamina D por sus efectos sobre el desarrollo y funcionamiento
cerebral.
Se ha encontrado que los niños que padecen del trastorno del espectro autista
generalmente presentan niveles bajos de omega 3 séricos (Politi., Cena.,
Emanuele., 2011). Esto resulta un tema de interés debido a que este nutriente
participa en mecanismos antiinflamatorios, neuroprotectores y del neurodesarrollo
(Bazan, 2007). Estos efectos benéficos también se encuentran en la vitamina D,
exactamente en el colecalciferol, el cual presenta efectos antiinflamatorios,
neuroprotectores y de modulación hormonal (Mazahery et al., 2017). Cabe
mencionar que, también se ha encontrado una relación entre la deficiencia de
vitamina D y el aumento del riesgo de padecer autismo durante la etapa prenatal y la
niñez (Mazahery et al., 2016).
VITAMINA D
La vitamina D se puede clasificar según su estructura y origen, por un lado tenemos
a la D2 o ergocalciferol producida mediante la exposición de los rayos UV sobre un
esteroide llamado ergosterol en las plantas y por otro lado, la D3 o colecalciferol que
se produce a través de la acción de los rayos UV sobre un componente ubicado
principalmente en la piel del ser humano llamado 7-dehidrocolesterol. Gracias a
esto, los seres humanos podemos obtener la vitamina D mediante la dieta y también
por la exposición controlada al sol. Además, a esta vitamina la podemos encontrar
en alimentos como los de origen marino, en la leche, huevos e incluso en hongos.
OMEGA 3
El omega 3 o ácido alfa linolénico es un ácido graso esencial que forma parte
importante de la estructura de la membrana celular, incluyendo las células
neuronales. Sus derivados, el DHA y el EPA son nutrientes que no pueden ser
obtenidos de manera endógena, por lo que, es necesario una ingesta adecuada para
poder cubrir los requerimientos. Los alimentos que principalmente contienen omega
3 son los de origen marino como los pescados azules. Además, la importancia de
estos dos derivados de omega 3 recae en los efectos sobre el desarrollo y función
del cerebro por parte del DHA y sobre la regulación de la inflamación gracias al EPA
(Canals, Juste y Romero, 2015).
Por otro lado, Canals y cols. (2015) nos explican que no se ha llegado a un
consenso sobre la dosis de omega 3 a implementar en niños con TEA, pero en la
práctica se ha utilizado dosis de 200 mg/día. Aunque, otros autores también
recomiendan dosis de 1.3 a 1.5g/día.
Niños pediátricos con trastorno del espectro autista a los que se les hacen pruebas
tienen cantidades elevadas de metabolitos de ácidos grasos asociados con la
deficiencia de carnitina. Con base en este estudio, recomiendo que todos los niños
que estén tomando cualquier tipo de suplemento de omega-3 también reciban
suplemento de L-carnitina. La mayoría de los niños con autismo responden bien a
500 mg de L-carnitina al día.
El efecto de la
suplementación con
vitamina D en el
tratamiento de niños con
trastorno del espectro
autista: una revisión
sistemática y un
metanálisis de ensayos
controlados aleatorios
Tabla I: Efectos de la suplementación con omega 3 y/o vitamina D en pacientes con TEA
CONCLUSIONES
La TEA se caracteriza por un aumento del estrés oxidativo y una inflamación a nivel
cerebral, por ello la suplementación mediante la omega 3 (ácidos grasos esenciales), más la
vitamina D, son fundamentales para la regulación del patrón oxidativo a través del aumento
de la circulación sanguínea y disminución de inflamación en el cerebro.
También, los ácidos grasos esenciales no son producidos por el organismo; por lo tanto, se
debe incluir en la dieta el consumo de pescados azules (EPA). Además, cabe mencionar
que a mayor vitamina D, mayor equilibrio en la ingesta de omega 3.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS