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El documento discute el dilema de los presos, donde dos personas son interrogadas por la policía y deben decidir si confesar o no para salvarse a sí mismos. Analiza cómo lograr la cooperación cuando los intereses de los jugadores están en conflicto. También examina estrategias como el castigo para incentivar la cooperación y evitar el incumplimiento de acuerdos, señalando que la regla del "ojo por ojo" no es la más viable debido al riesgo de malos entendidos que puede generar.
El documento discute el dilema de los presos, donde dos personas son interrogadas por la policía y deben decidir si confesar o no para salvarse a sí mismos. Analiza cómo lograr la cooperación cuando los intereses de los jugadores están en conflicto. También examina estrategias como el castigo para incentivar la cooperación y evitar el incumplimiento de acuerdos, señalando que la regla del "ojo por ojo" no es la más viable debido al riesgo de malos entendidos que puede generar.
El documento discute el dilema de los presos, donde dos personas son interrogadas por la policía y deben decidir si confesar o no para salvarse a sí mismos. Analiza cómo lograr la cooperación cuando los intereses de los jugadores están en conflicto. También examina estrategias como el castigo para incentivar la cooperación y evitar el incumplimiento de acuerdos, señalando que la regla del "ojo por ojo" no es la más viable debido al riesgo de malos entendidos que puede generar.
Al principio de la lectura se reconoce el caso de una persona que se
tema presa injustamente por parte de la KGB, ésta persona es el director de una orquesta, él cual se encontraría con Tachaikovsky, ambos fueron acusados de espionaje; los dos personajes se encontraban siendo cuestionados y debían tomar la decisión de declararse culpables y salvarse a sí mismos, no declarar nada mientras su compañero se declaraba inocente para recibir un castigo mayor y viceversa. Era una decisión difícil de tomar así que ambos decidieron confesar, después de esto ambos se encuentran en Gulag como prisioneros.
En este al que se llama dilema de los presos hay posibilidades de ventaja
mutua a la par que conflicto de intereses, a esto se le conoce como un análisis de juegos, dónde para ser útil debe ser capaz de manejarse en una mezcla de convergencia y conflicto de intereses; generalmente a los participantes se les conoce como oponentes.
Dentro del dilema de los presos su rasgo más sobresaliente es que
ambos lados siguen su estrategia dominante y maximizan sus ganancias, sin embargo, el resultado es conjuntamente peor que si ambos eligieran minimizar sus ganancias. La consecuencia egoísta del interés individual conduce a un resultado inferior. El problema es cómo alcanzar la cooperación dado que los jugadores están compitiendo para conseguir el resultado más beneficioso para uno mismo.
No obstante la lectura hace mención de que lo mejor antes de buscar un
método que nos lleve a la cooperación, lo mejor será detectar maneras para evitarlo, uno de los problemas que subyacen es el incumplimiento a algunos acuerdos, no obstante el detectar fallas a éste incumplimiento también resulta toda una acción compleja. Para incentivar la cooperación, también deben de incentivarse algunos castigos ante el incumplimiento de los pactos, en algunas ocasiones éstos mismos castigos surgen de la propia estructura del juego. El derrumbamiento de la cooperación genera un coste en forma de pérdida de beneficios futuros.
Al elegir un castigo es necesario considerar la mantención de la
cooperación. Algunos criterios a tomar en cuenta:
Simplicidad y claridad, para que los jugadores que estén pensando en
el incumplimiento tengan muy bien en cuenta las consecuencias. Certeza, los jugadores deben confiar en que el incumplimiento será castigado y la cooperación premiada. Grado de severidad del castigo, esto se conseguirá imponiendo el mayor castigo posible. El temor impide que nadie cumpla.
Existe un problema al hacer las cosas de ésta manera, el riesgo de error,
ya que el proceso de detección puede fallar, imponer el mayor castigo, entonces los errores costarán muy caro. La disuasión cumple su propósito sin imponer costes excesivos cuando ocurren los errores.
La regla del tit-for-tat consiste en hacer a los demás lo que ellos te
hayan hecho, nunca se dejará una ofensa sin castigo, es indulgente porque no guarda rencor por mucho tiempo y está dispuesta a restaurar la cooperación. El problema a ésta regla es el rebote de uno contra otro como el eco. Por lo tanto esta estrategia no es la más viable por el surgimiento de nuevos malos entendidos y el déficit ante un cese de contra ofensa.
La probabilidad de que ocurra un mal entendido se debe a la mal
interpretación de acciones, tardará mucho más en surgir y también en arreglarse.