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LA RECUPERACION: extracción de la información

Recordar un acontecimiento implica no solo el registro de la información (codificación) y


su retención (almacenamiento), sino también su extracción. Las claves asociadas con el
acontecimiento, incluidas las que se relacionan con el contexto en el cual codificamos,
facilitan su recuperación.
La memoria consiste en recordar, que es la capacidad para recuperar información de
manera inconsciente. Para un psicólogo, la memoria es cualquier indicio de que hemos
retenido algo aprendido. Poe eso el reconocimiento de la información o su reaprendizaje
más rápido también indica memoria.
La velocidad con la que se vuelve a aprender puede demostrar que se tiene memoria. Si
en una ocasión una persona aprendió algo y luego lo olvidó, es probable que vuelva a
aprenderlo más rápidamente que cuando lo aprendió por primera vez. La memoria de
reconocimiento es poderosamente rápida y amplia.
Claves para la recuperación
Las claves para la recuperación, en los tests de reconocimiento, aportan recordatorios
para la información que de otro modo no podríamos recordar, no se puede acceder a los
recuerdos a menos que tengamos las claves precisas para recuperarlos.
Para recuperar un recuerdo especifico, lo primero que se tiene que hacer es identificar
uno de los caminos que conduzcan a él, un proceso denominado priming o preparación.
El filosofo William James definió el priming como el “despertar de las asociaciones”.
Nuestras asociaciones suelen estar activadas sin que tengamos consciencia de ello.
El priming se ha denominado “la memoria sin recuerdo”, es decir la memoria invisible.
Las claves para la recuperación suelen remitir a los recuerdos de las experiencias mas
tempranas. Las reglas mnemotécnicas nos proporcionan practicas clave de recuperación,
pero las mejores claves de recuperación provienen de las asociaciones formadas cuando
se codifica un recuerdo, y estas claves pueden ser experiencias y palabras. Los sabores,
olores y las percepciones suelen evocar el recuerdo de episodios asociados. Para evocar
las claves visuales cuando se trata de recordar algo, una persona se puede ubicar
mentalmente en el contexto original. Regresar al lugar donde se vivió o a la escuela
donde se estudio puede provocar un aluvión de claves de recuperación y recuerdos. A
veces, estar en un contexto similar al que ya se estuvo antes puede desencadenar la
memoria del déjà vu, que es la extraña sensación de que ya se estuvo en la misma situación
antes. El 60% de las personas que cuentan que vivieron esta experiencia a menudo se
preguntan “¿Qué hace que me resulte conocida una situación que experimento por primera
vez?” aquellos que suponen está sucediendo un fenómeno paranormal pueden pensar en la
reencarnación o en la precognición. Si se plantea la pregunta de otro modo, se puede ver como
nuestro sistema de memoria produce el fenómeno “ya visto”. Si se hubiera estado antes en una
situación similar, la situación actual puede estar recargada con claves que recuperan
inconscientemente la experiencia previa.
Los estados de ánimo y los recuerdos
Las palabras, lo acontecimientos y los contextos asociados no son las únicas claves para la
recuperación. Los sucesos del pasado pueden haber despertado una emoción especifica que
mas tarde nos conduce al recuerdo de otros acontecimientos asociados. El psicólogo cognitivo
Gordon Bower (1983) lo explicó así: “Una emoción es como una habitación de una biblioteca en
la cual guardamos los archivos de los recuerdos. Recuperamos mejor estos archivos si
volvemos a esta habitación emocional”. Lo quese aprende en un estado, que puede ser alegre o
triste, ebrio o sobrio, a veces se puede recordar con más facilidad cuando se vuelve a estar en
ese estado, un fenómeno sutil denominado memoria dependiente del estado. Lo que las
personas aprenden cuando están deprimidas o ebrias no lo recuerdan bien en cualquier estado,
pero lo recuerdan un poco mejor cuando de nuevo están ebrias o deprimidas. Si una persona
esconde dinero cuando estuvo ebria puede olvidar la ubicación hasta que se emborrache de
nuevo.
Poseemos una memoria congruente con el estado de ánimo. Cuando se está deprimido
nuestros recuerdos se vuelven más amargos porque remiten a las asociaciones negativas que
luego utilizamos para explicar nuestro estado de animo actual. Si el estado de animo de las
personas es vivaz, ya sea bajo hipnosis o solo por algún acontecimiento del día, miran al mundo
con optimismo. Se consideran así mismos competentes y eficaces, y a los demás benévolos y
hay una tendencia a la felicidad.
Los estados de ánimo también influyen en cómo se interpreta el comportamiento de los demás.
La forma de percibir el mundo depende del estado de ánimo. Las pasiones lo exageran.
El efecto del estado de ánimo en la recuperación de la información ayuda a explicar porque
persisten los estados de ánimo.
Ejemplo:
Cuando se esta feliz se recuerda los acontecimientos felices y por lo tanto se ve el mundo desde
un lugar de felicidad que ayuda a prolongar el buen humor y cuando se esta deprimido, se
recuerda los sucesos tristes, que ensombrecen las interpretaciones de los acontecimientos
actuales.

EL OLVIDO
Las fallas de la memoria pueden deberse a deficiencias en la codificación (la información nunca
ingresa), en el almacenamiento (perdida gradual del registro de la memoria) o en la
recuperación.
Una explicación del olvido es que se falla al codificar la información que tiene que ingresar en el
sistema de memoria. Si el procesamiento no es activo nunca se advierte o procesa todo lo que
se siente. Los recuerdos también pueden disiparse después del almacenamiento, con rapidez al
principio, y luego se estabiliza. El olvido también deriva de un fracaso en la recuperación. El
olvido relacionado con la recuperación pude estar causado por una falta de claves de
recuperación, por la interferencia proactiva o retroactiva, o también por el olvido motivado.
El investigador de la memoria Daniel Schacter (1999) enumera siete formas de fracaso de
nuestros recuerdos, que el denomina los siente pecados de la memoria, e incluyen:
Los tres pecados del olvido:
 Distracción: la falta de atención a los detalles produce fallas en la codificación (nuestra
mente está en otra parte cuando dejamos las llaves de la casa).
 Transitoriedad: la declinación del almacenamiento a través del tiempo (la información
que no se utiliza se desvanece).
 Bloqueo: la imposibilidad de acceder a la información almacenada (puede estar en la
punta de la lengua, pero no logramos acordarnos).
Los tres pecados de la distorsión:

 Confusión al atributo: la confusión de la fuente de la información (poner palabras en la


boca de otro o recordar la escena de una película como un hecho real).
 Sugestión: los efectos prolongados de la información errónea (una pregunta que sugiere
una respuesta, se convierte luego en un recuerdo falso).
 Sesgo: los recuerdos cargados de prejuicios (los sentimientos actuales de alguien hacia
su prometida pueden teñir el recuerdo de sus sentimientos iniciales).
Un pecado de intrusión:

 Persistencia: los recuerdos no deseados (ser perseguido por las imágenes de un ataque
sexual).
El fracaso de la codificación:
La edad puede afectar la eficiencia de la codificación. Las mismas áreas cerebrales que entran
en acción cuando los jóvenes adultos están codificando información buena responden menos en
los adultos mayores. Esta codificación mas lenta ayuda a explicar la declinación de la memoria
relacionada con la edad. Pero no importa cuán joven se sea, la atención es selectiva en cuanto a
algunas de las infinitas percepciones y sonidos que nos bombardean continuamente.
El deterioro del almacenamiento:
Aun luego de una codificación correcta puede ocurrir que mas tarde lo olvidemos. Para estudiar
la durabilidad de nuestros recuerdos almacenados, Ebbinghaus (1885), con su famosa “curva
del olvido”, indica que mucho de lo que podemos aprender es posible que lo olvidemos
enseguida.
El fracaso en la recuperación:
El olvido tiene lugar cuando se produce una falla en la codificación de la información y cuando
nuestros recuerdos almacenados se disipan. Los problemas de recuperación también
contribuyen a las fallas esporádicas de la memoria de los adultos mayores. Con frecuencia el
olvido non es de los recuerdos descartados sino de los no recuperados.
Almacenamos en la memora a largo plazo lo que es importante para nosotros o lo que
habíamos repasado, pero a veces tampoco se puede acceder a la información almacenada, lo
cual lleva al olvido.

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