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Resumen Contrato Social

El primer libro: “El hombre nace libre, pero no es libre”, establece la tesis de
que los hombres nacen libres e iguales, aunque enfatiza que el pacto social
es lo que iguala a todos. Rousseau hace referencia al estado originario de
los seres humanos, donde la familia era “el primer modelo de la sociedad
política”, y distingue entre tres tipos de libertades: la libertad natural, la
libertad civil y la libertad moral.
Capítulo I: En el comienzo del libro, se entiende que el hombre nace libre
pero no es libre, si no que nace encadenado por los demás y muchas veces
por sí mismo.
Capítulo II: Se menciona que la familia es como el primer modelo de
sociedad, ya que el jefe es la imagen del padre y el pueblo la de los hijos,
pues la especie humana está dividida por una persona superior, que en este
caso es el jefe, y un grupo de personas inferiores, el pueblo.
Según Aristóteles los hombres no son naturalmente iguales, pues unos nacen
para la esclavitud y otros para la dominación, en lo que llevaba razón, ya que
hay esclavos por naturaleza porque los ha habido contra ella.
Capítulo III: La idea del más fuerte consiste en que este no lo va a poder ser
siempre, a no ser que convierta la fuerza en derecho y la obediencia en
obligación, pues la fuerza no constituye derecho y solo hay obligación de
obedecer a los poderes legítimos.
Capítulo IV: Se aborda el tema de la esclavitud; si una persona puede ceder
su libertad a cambio de seguir con vida, ¿por qué no un pueblo iba a seguir
las pautas de un rey? El derecho de esclavitud es nulo, pues es algo absurdo
e ilegitimo, y las palabras derecho y esclavitud son contradictorias.
Capítulo V: Para saber escoger un señor, antes de estudiar el proceso por el
que un pueblo elige a un rey, se debería estudiar por qué un pueblo es
pueblo, aunque muchas veces este proceso se produce por votación, y se da
el hecho de que una minoría debe sujetarse al elegido por la mayoría.
Capítulo VI: Para poder conservar el Pacto Social, los hombres deberían unir
sus fuerzas para así formar una asociación que proteja sus bienes y derechos.
Capítulo VII: Se forma un grupo de personas que quieren dar con un bien
común. Este grupo es liderado por un Soberano y la finalidad es que este
haga leyes beneficiosas y que puedan ser cumplidas. Debido a que el
beneficio es común, si alguna persona no cumple su parte es obligada por el
resto del grupo a cumplirla, y de esta forma todos se prestan ayuda.
Capítulo VIII: Por el contrato social, el hombre pierde su libertad natural,
mientras que lo que gana es la libertad civil y la propiedad de todo lo que
posee. Mientras que la libertad natural solo reconoce las fuerzas del hombre,
la libertad civil se halla limitada por la libertad general.
Capítulo IX: Este capítulo habla del dominio de las personas sobre las
propiedades y como conseguirlas. Según Rousseau había tres condiciones:
que el lugar no este habitado, que solo se ocupe el espacio necesario, y que
se consiga mediante el esfuerzo y el trabajo. Para finalizar el libro primero
Rousseau nos afirma que cualquier hombre tiene derecho a todo lo que
necesite
El segundo libro se ocupa de la “voluntad general”. Según Rousseau, el
ejercicio de esta voluntad es lo que se llama “soberanía”. Es el momento en
el que el pensador concede al pueblo la potestad de mandar sobre la
nación. En ella establece que el fundamento legítimo de la sociedad reposa
en un contrato que liga al pueblo consigo mismo. Rousseau opone “lo que
puede ser”, entendido como la justicia como norma; a “lo que es”, es decir,
el derecho. El autor demuestra cómo el pueblo constituye el único origen
posible de un gobierno legítimo que pueda mantenerse y perdurar muchos
años.
Capítulo I: Rousseau comienza mencionando que la sociedad es inalienable,
no puede ser cedida a otra nación, aunque el Soberano quiera. También
habla del cambio que se puede producir de Soberano a amo, y que destruiría
el cuerpo político.
Capítulo II: Además de inalienable, la soberanía es indivisible, pues la
voluntad o es general, o no lo es. En el primer caso la voluntad es acto de
soberanía y hace ley, en el segundo es solamente una voluntad particular. Al
no poder ser dividida la soberanía en su principio, los políticos intentan
dividirla en su objeto, y hacen del Soberano un ser quimérico. Los políticos
están dañando la soberanía, cometiendo errores por no haberse hecho una
noción exacta de la autoridad soberana.
Capítulo III: La voluntad general siempre es recta, pero las deliberaciones del
pueblo no. Mientras se cree que la voluntad general siempre va encaminada
al bien común, la realidad es que muchas veces se engaña al pueblo para que
decida querer algo malo. La solución seria que cada ciudadano opine según él
solo piensa.
Capítulo IV: El Estado tiene el poder político sobre todos los suyos. Este
poder es la soberanía, y este Pacto social conlleva una igualdad con los
ciudadanos. Estos se comprometen bajo las mismas condiciones y por lo
tanto deben gozar de los mismos derechos.
Capítulo V: Bien es cierto que todo hombre puede arriesgar su vida para
conservarla, y que quien quiera conservar su vida a costa de los demás,
también debe darla por ellos cuando convenga. Rousseau afirma que un
Estado bien gobernado es en el que hay pocos castigados, y no porque se
perdone mucho sino porque hay pocos criminales. Capítulo VI: Toda
justicia viene de Dios, y si supiéramos recibirla, no necesitaríamos ni
gobierno ni leyes. No se puede llamar ley a la orden de un Soberano, pues un
estado gobernado por leyes es llamado República. Las leyes rigen al pueblo y
este las plantea por medio de un legislador.
El tercer libro, por su parte, es el más extenso de todos. Habla de
las diferentes formas de gobierno que pueden existir. Rousseau acaba por
concluir que el gobierno no es otra cosa que “el ejercicio legítimo del poder
ejecutivo”. Es muy crítico respecto a la extensión y poderes que puede
alcanzar el ejecutivo, ya que para él: “Cuanto más crece el Estado, más
disminuye la libertad”. Además, establece cuáles son las características
básicas de un buen gobierno y arremete contra las letras y las artes, a las
que culpa de “traer la decadencia a los pueblos”.
Por último, el cuarto libro habla de la bondad humana y la rectitud de los
hombres de a pie. Destaca la habilidad de aquellos sin preocupaciones para
resolver los problemas y hace una larga reflexión sobre la historia de Roma.
Como colofón final, ataca a la religión cristiana, ya que la entiende como
algo incompatible con la república. Rousseau aboga por profesar una fe
completamente civil, en lugar de las creencias de la Iglesia.

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