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Carrera: Licenciatura en Ciencias Políticas

Monografía: Contrato Social. Jean-Jacques Rousseau

Materia: Teoría Política I

Profesora: Orce Patricia

Alumna: Román Zaira

Año electivo: 2023


INDICE

INTRODUCCION

Libro Primero

I. Objeto de este primer libro

II. De las primeras sociedades.

III. Del derecho del más fuerte

IV. De la esclavitud

V. Necesidad de retroceder a una convención primitiva

VI. Pacto social

VII. Del soberano

VIII. Del estado civil

IX. Del dominio real

Libro Segundo

I. La soberanía es inalienable

II. La soberanía es indivisible

III. De si la voluntad general puede errar

IV. De los limites del poder soberano

V. Del derecho de vida y muerte

VI. De la ley

VII. Del legislador

VIII. Del pueblo

IX. Continuación

X. Continuación

XI. De los diversos sistemas de legislación

XII. División de las leyes


Relaciones

I. Del pensamiento de JRR y de Platón

II. Dualismo Platónico vs Dualismo Rousseauniano

III. Naturaleza Vs Civilización

IV. La relación entre amo y esclavo en vista como un convenio que da derechos

CONCLUSION

Bibliografía
INTRODUCCIÓN
La libertad, asunto esencial, por medio del cual Jean-Jacques Rousseau (JJR)
inicia sus paradojas para dar respuesta a la identificación de la voluntad individual (el
libre albedrío) con la voluntad general. La libertad individual que emana de la voluntad
general es el de ser libre. Para JJR la libertad no es sinónimo de ausencia de
restricciones, es mejor el ejercicio de imponerse las propias reglas. Tampoco es
escoger entre ser libre o estar sometido a la ley, entonces la ley existe para permitir la
libertad. "las leyes no son otra cosa, que las condiciones de la asociación civil. El
pueblo sometido a las leyes debe ser el autor de las mismas" (JJR)

El "Contrato Social" de Jean-Jacques Rousseau es una obra fundamental en la


historia de la filosofía política que ha dejado una profunda huella en el pensamiento
político y social. Escrito en plena Ilustración, este tratado presenta una visión radical
sobre la naturaleza del gobierno y la relación entre el individuo y la sociedad.
Rousseau, un filósofo suizo-francés del siglo XVIII, ofrece una crítica contundente
de la desigualdad y la opresión inherentes a las estructuras políticas de su tiempo. Su
obra se convierte en un llamado a la reflexión sobre los fundamentos de la autoridad
política, proponiendo la idea de un contrato social que redefine la relación entre el
individuo y la comunidad política. En esta exploración, nos sumergiremos en las
principales ideas de Rousseau sobre el contrato social, examinando cómo aborda la
libertad, la igualdad, y la participación ciudadana como elementos esenciales para la
construcción de una sociedad justa y equitativa.

establece una conexión fundamental con la teoría política al abordar cuestiones


esenciales relacionadas con la estructura y legitimidad del poder gubernamental, la
naturaleza de la sociedad y la interacción entre los individuos en un contexto político.
construye un marco teórico que ha dejado una huella duradera en la reflexión política
y social.

la obra se sumerge en la pregunta central de ¿cómo y por qué las sociedades


humanas establecen estructuras políticas? Rousseau parte del estado de naturaleza,
una condición hipotética en la que los individuos viven sin gobierno, para explorar la
transición hacia la sociedad civil. Esta exploración del origen de la sociedad sienta
las bases para comprender la dinámica de la autoridad política y la formación del
contrato social.

Argumenta que los individuos, al unirse para formar una comunidad política,
establecen un contrato en el que renuncian a ciertas libertades naturales a cambio de
los beneficios de la convivencia en sociedad. Este contrato proporciona la base para
la legitimidad del poder político, planteando preguntas cruciales sobre cómo se puede
justificar el ejercicio del gobierno sobre los ciudadanos.

La teoría política de Rousseau también aborda la cuestión de la soberanía


popular, proclamando que el poder político emana directamente del pueblo. Este
principio democrático influyó en las concepciones modernas de legitimidad
gubernamental y participación ciudadana, siendo una piedra angular para las teorías
democráticas subsiguientes.

Asimismo, Rousseau introduce el concepto de la "voluntad general", que


representa la expresión de los intereses colectivos de la sociedad. Este concepto ha
generado debates significativos sobre cómo interpretar y aplicar la voluntad general
en la toma de decisiones políticas, influyendo en la teoría democrática y la
participación ciudadana.

tiene una relación intrínseca con la teoría política al abordar temas esenciales
como el origen del Estado, la legitimidad del poder político, la soberanía popular y la
naturaleza de la voluntad general. Su influencia perdura en el pensamiento político
contemporáneo, consolidando su lugar como una obra esencial para comprender las
bases teóricas de la organización social y política.

Elegir esta obra fue relevante, porque además de ser unas de las más
mencionadas a lo largo de la historia. A través de la lectura te va proporcionando una
base teórica para entender la legitimidad del poder político, la relación entre el
individuo y la sociedad, y los principios fundamentales de la organización política.
Estudiar esta obra es esencial para comprender la evolución del pensamiento político
y las ideas que han dado forma a las estructuras políticas modernas.
El CONTRATO SOCIAL

LIBRO PRIMERO.

Me propongo investigar si en el ámbito del orden civil, y considerando los hombres tal
cual son y las leyes tal como pueden ser, existe alguna norma legitima y cierta. Entro
en materia sin demostrar la importancia de mi tema. ¡Me considerare siempre feliz que,
al meditar sobre las diferentes formas de gobierno, encuentre en mis investigaciones
nuevas razones para amar el de mi nación!

CAPÍTULO I: OBJETO DE ESTE PRIMER LIBRO.

El hombre ha nacido libre. Pero es esclavo. “En tanto que un pueblo obedece hace bien,
sacude el yugo hace mejor aún, recobra su libertad, prueba que fue creado para disfrutar
de ella”. El orden social, un derecho sagrado está fundado en convenciones (acuerdos).

CAPÍTULO II: DE LAS PRIMERAS SOCIEDADES.

La más antigua de las sociedades es la familia. Pero ella no subsiste más que por
convención. La familia es el primer modelo de las sociedades políticas. El jefe es el
padre, el pueblo la de los hijos. Según Grocio: el género humano pertenece a una
centena de hombres o si esta centena de hombres pertenece al género humano. Todo
hombre nacido esclavo, nace para la esclavitud (Aristóteles). Adán y Noé padre de tres
monarcas que se repartieron el imperio del mundo. Adán fue soberano del mundo.

CAPÍTULO III: DEL DERECHO DEL MÁS FUERTE.

La fuerza es una potencia física, y no veo que moralidad puede resultar de sus efectos.
Si es preciso obedecer por fuerza, no es necesario obedecer por deber. Obedeced a los
poderes. Si esto quiere decir: ceded a la fuerza, el precepto es bueno, pero superfluo.
Convengamos pues, en que la fuerza no hace el derecho.

CAPÍTULO IV: DE LA ESCLAVITUD.

Enajenar es ceder o vender. Ahora, un hombre que se hace esclavo de otro, no cede su
libertad; la vende. Decir que un hombre se da a otro gratuitamente, es afirmar una cosa
absurda e inconcebible. Renunciar a su libertad es renunciar a su condición de hombre
a los derechos de la humanidad y aun a sus deberes. No hay resarcimiento alguno
posible para quien renuncia a todo. Grocio y otros como él, deducen otro origen del
pretendido derecho de la esclavitud. La guerra no es una relación de hombre a hombre,
sino de Estado a Estado, en la cual los individuos son enemigos accidentalmente, no
como hombres, ni como ciudadanos, sino como soldados. Las declaraciones de guerra
son advertencias dirigidas a los ciudadanos más que a las potencias. No hay derecho de
matar al enemigo más que cuando no se le puede convertir en esclavo. Estableciendo el
derecho de vida o muerte sobre el derecho de esclavitud. Así desde cualquier punto de
vista, el derecho de esclavitud es nulo. Las palabras esclavo y derecho se excluyen y
son contradictorias mutuamente.

CAPÍTULO V: NECESIDAD DE RETROCEDER A UNA CONVENCIÓN


PRIMITIVA.
Habrá siempre una gran diferencia entre someter una multitud y regir una sociedad.
Jamás un pueblo y su jefe: representaran si se quiere una agrupación más no una
asociación, porque no hay ni bien público ni cuerpo político. Antes de examinar el acto
por el cual el pueblo elige un rey, sería conveniente estudiar el acto por el cual un pueblo
se constituye en tal. En efecto, si no hubiera una convención anterior ¿en dónde estaría
la obligación, a menos que la elección fuese unánime, de los menos a someterse al deseo
de los más?

CAPÍTULO VI: DEL PACTO SOCIAL.

Supongo a los hombres llegados al punto en que los obstáculos impiden su conservación
en el estado natural. Entonces perecería sino cambia su manera de ser. Esta dificultad,
concretándola a mi objeto puede enunciarse en los siguientes términos: “encontrar una
forma de asociación que defienda y proteja con la fuerza común la persona y los bienes
de cada asociado, y por la cual cada uno, uniéndose a todos, no obedezca sino a sí
mismo y permanezca tan libre como antes”. En fin, dándose cada individuo a todos no
se da a nadie, y como no hay asociado sobre el cual no se adquiera el mismo derecho
que se cede, se gana la equivalencia de todo lo que se pierde y mayor fuerza para
conservar lo que se tiene. “Cada uno pone en común su persona y todo su poder bajo la
suprema dirección de la voluntad general, y cada miembro considerado como parte
indivisible del todo”.

CAPÍTULO VII: DEL SOBERANO.

El acto de la asociación implica un compromiso reciproco. Se halla obligado a una


doble relación: como miembro del soberano (autoridad) para con los particulares y
como miembro del estado para con el soberano. La deliberación pública, no puede
obligar al soberano para consigo mismo. El soberano no puede imponer una ley y
quebrantarla. Violar el acto por el cual existe, sería aniquilarse y lo que es nada, no
produce nada. Así, el deber y el interés obligan igualmente a las dos partes contratantes
ayudarse mutuamente. El soberano no puede tener interés contrario al de ellos. Cada
individuo puede tener una voluntad contraria su interés particular puede aconsejarle de
manera distinta de la que le indica el interés común.

CAPÍTULO VIII: DEL ESTADO CIVIL.

“…El hombre pierde su libertad natural y el derecho ilimitado a todo cuanto desea y
puede alcanzar ganando en cambio la libertad civil y la propiedad de lo que posee…”
Podríase añadir la libertad moral, que por si hace al hombre verdadero dueño de sí
mismo.

CAPÍTULO IX: DEL DOMINIO REAL.

El hombre tiene naturalmente derecho a todo cuanto le es necesario; pero el acto


positivo que le convierte en propietario de un bien cualquiera, le excluye el derecho a
los demás. Cuando Núñez de Balboa (conquistador español) tomaba, desde la playa,
posesión del Océano Pacífico y de toda la América Meridional en nombre de la corona
de Castilla, ¿era esta razón suficiente para desposeer a todos los habitantes, excluyendo
igualmente a todos los príncipes del mundo? Poseyendo así el terreno están seguros de
poseer los habitantes. En vez de destruir la igualdad natural, el pacto fundamental
sustituya por el contrario una igualdad moral y legítimo, a la desigualdad física que la
naturaleza había establecido entre los hombres, los cuales pudiendo ser iguales en
fuerza o en talento, vienen a ser todas iguales por convención (acuerdos) y derecho.

LIBRO SEGUNDO.

CAPÍTULO I: LA SOBERANÍA ES INALIENABLE.

La soberanía es inalienable (que no se puede vender o ceder). Es el ejercicio de la


voluntad general. El poder se transmite, pero no la voluntad. El soberano puede muy
bien decir: “yo quiero lo que quiere actualmente tal hombre o al menos lo que dice
querer”; pero no podrá decir: “lo que este hombre querrá mañana yo lo querré” Es
absurdo que la voluntad se encadene para el futuro.

CAPÍTULO II: LA SOBERANÍA ES INDIVISIBLE.

La soberanía es indivisible por la misma razón que es inalienable. Los políticos no


pudiendo dividir la soberanía en principio lo dividen en sus fines y objeto. Después de
desmembrar el cuerpo social, con una habilidad y prestigio ilusorias (irreal, ficticio),
unen las diferentes partes no se sabe cómo. Así Grocio y su traductor Barbeyrac se
confunden y enredan en sus sofismas, temerosos de decir demasiado o no decir lo
bastante según su entender.

CAPÍTULO III: DE SI LA VOLUNTAD GENERAL PUEDE ERRAR.

La voluntad general es siempre recta y tiende constantemente a la utilidad pública. Pero


a menudo se le engaña y es entonces cuando parece querer el mal. Cuando el pueblo
informado delibera, resultaría la voluntad general y la deliberación sería buena. Cuando
se forman intrigas y asociaciones; desaparece la voluntad general y la opinión que
impera es una opinión particular.

CAPÍTULO IV: DE LOS LÍMITES DEL PODER SOBERANO.

Así como la naturaleza ha dado al hombre un poder absoluto sobre todos sus miembros,
el pacto social da al cuerpo político un poder absoluto sobre todos los suyos. Este poder
toma el nombre de soberanía. Tan pronto como el cuerpo soberano lo exija, el
ciudadano está en el deber de prestar sus servicios al Estado, trabaja para los demás
pero a la vez por sí mismo. Esto prueba que la igualdad de derecho y la noción de
justicia que la misma produce, se derivan de la preferencia que cada uno se da. Así
como la voluntad particular no puede representar la voluntad general, esta a su vez
cambia de naturaleza si tiende a un objeto particular, y no puede en caso tal fallar sobre
un hombre ni sobre un hecho. El pacto social establece entre los ciudadanos una
igualdad tal, que todos se obligan bajo las mismas condiciones y todos gozan de
idénticos derechos. ¿Qué es, pues, lo que constituye propiamente un acto de soberanía?
No es un convenio del superior con el inferior, sino del cuerpo con cada uno de sus
miembros; convención legítima porque tiene como base el contrato social. El poder
soberano, no traspasa, ni traspasar puede los límites de las convenciones generales.
Todos tienen que combatir por la patria cuando la necesidad lo exige, es cierto; pero
nadie combate por sí mismo.

CAPÍTULO V: DEL DERECHO DE VIDA Y DE MUERTE.

El hombre tiene el derecho de arriesgar su propia vida para conservarla. El que quiere
conservar su vida a expensas de los demás, debe también exponerla por ellos cuando
sea necesario. La pena de muerte dado a los criminales puede ser considerada desde
este punto de vista. El malhechor atacando el derecho social conviértase por sus delitos
en rebelde y traidor a la patria. Es preciso que uno de los dos perezca, y al aplicarle la
pena de muerte al criminal, es más como a enemigo que como a ciudadano. Tal enemigo
no es una persona moral, sino un hombre, y en ese caso el derecho de la guerra establece
matar al vencido. En cuanto al derecho de gracia, en un estado bien gobernado hay
pocos castigos, no porque se concedan muchas gracias, sino porque hay pocos
criminales.

CAPÍTULO VI: DE LA LEY.

Toda justicia procede de Dios, él es su única fuente; pero si nosotros supiéramos


recibirla de tan alto, no tendríamos necesidad ni de gobierno ni de leyes. Es preciso,
pues, convenciones y leyes que unan y relacionen los derechos y los deberes y
encaminen la justicia hacia sus fines. Pero cuando todo el pueblo estatuye (establece,
determina, ordena) sobre sí mismo, no se considera más que a sí mismo y se forma una
relación: la del objeto entero desde distintos puntos de vista, sin ninguna división. La
materia sobre el cual se estatuye es general como la voluntad que estatuye. A este acto
le llamo ley. Éstos emanan de la voluntad general. Así lo que un hombre ordena
particularmente es un decreto, no un acto de soberanía. Llámese Republica todo Estado
regido por leyes. Las leyes no son propiamente sino las condiciones de la asociación
civil. De este modo el pueblo quiere siempre el bien, pero no siempre lo ve, por ello es
necesario un conductor. He aquí donde nace la necesidad de un legislador.

CAPÍTULO VII: DEL LEGISLADOR.

El legislador es el mecánico que inventa la máquina, el príncipe, el obrero que la monta


y la pone en movimiento. El que se atreve a emprender la tarea de instituir (fundar,
establecer algo nuevo) un pueblo, es preciso, que despoje al hombre de sus fuerzas
propias dándole otras extrañas. Mientras más se aniquilen las fuerzas naturales,
mayores serán las adquiridas y más sólida y perfecta la institución. Así el legislador es,
bajo todos los conceptos, un hombre extraordinario (excelente) en el estado.
Encuéntrase con dos cosas aparentemente incompatibles: una empresa sobrehumana y
para su ejecución una autoridad nula. Así, pues, no pudiendo el legislador emplear ni la
fuerza ni el razonamiento, es de necesidad que recurra a una autoridad de otro orden
que pueda arrastrar sin violencia y persuadir sin convencer. Incluso recurren a la
intervención del cielo, en la formación del hombre, para que soporten dócilmente el
yugo de la felicidad pública. Esto no quiere decir que la política y la religión tengan
entre nosotros un objeto común, pero sí que, en el origen de las naciones, la una sirvió
de instrumento a la otra.

CAPÍTULO VIII: DEL PUEBLO.

El sabio institutor no principia por redactar leyes buenas en sí mismas, sin antes
examinar si el pueblo al cual las destina está en condiciones de soportarlas. La mayor
parte de los pueblos, así como los hombres, solo son dóciles en su juventud; en la vejez
háchense incorregibles. La juventud no es la infancia. Hay naciones como en los
hombres un periodo de juventud, o si se quiere de madurez, que es preciso esperar antes
de someterlas a la ley; pero ese período de madurez en un pueblo, no siempre es fácil
de reconocer, y si se le anticipa, la labor es inútil.

CAPÍTULO IX: CONTINUACIÓN.

Es más fuerte un pequeño Estado que uno grande. Mil razones demuestran este
principio. Primeramente, la administración se hace más difícil cuantos mayores son las
distancias. Hácese también más oneroso (que ocasiona gasto), que el pueblo paga. Así
tantas cargas agotan a los súbditos quienes lejos de estar bien gobernados lo están peor.
Además, no sólo la acción del gobierno es menos vigorosa, sino que el pueblo tiene
menor afección (impresión afecto) por sus jefes, por la patria, y por sus conciudadanos.
Los jefes cargados de negocios, no ven nada por sí mismos; El Estado está gobernado
por subalternos. Es por esto que una nación demasiado grande se debilita y perece
aplastado por su propio peso. Po r otro lado los pueblos débiles corren el riesgo de ser
engullidos. Una sana y fuerte constitución (formación, organización) es lo primero que
debe buscarse.

CAPÍTULO X: CONTINUACIÓN.

Un cuerpo político se puede medirse de dos maneras, a saber: por su extensión territorial
y por el número de habitantes, Así el estado lo forman los individuos y éstos se nutren
de la tierra. No es posible calcular con precisión la relación entre la extensión territorial
y el número de habitantes por ejemplo, la extensión es necesaria en los países
montañosos, por el contrario la población puede estrecharse a orillas del mar. A estas
condiciones cuando se trata de instituir un pueblo se debe agregar el goce de abundancia
y de la paz. Si la guerra, el hambre la sedición surgen en condiciones tan críticas, el
Estado queda infaliblemente arruinado. Entonces: ¿Qué pueblo está en aptitud para
soportar una legislación? Aquel que no tiene aún leyes, el que no sucumbe, el que no
se inmiscuye en las querellas de su vecinos, y donde el hombre no está obligado a
soportar cargas superiores a sus fuerzas el que sin ser rico ni pobre, se basta a sí mismo.
Estas condiciones se encuentran difícilmente juntas: por esto se ven pocos Estados bien
constituidos.

CAPÍTULO XI: DE LOS DIVERSOS SISTEMAS DE LEGISLACIÓN.

Todo sistema de legislación tiene dos objetos principales: la libertad y la igualdad. En


este sentido la libertad no puede subsistir sin la igualdad. L a fuerza de las cosas, tiende
siempre a destruir la igualdad, la fuerza de la legislación debe siempre propender
(inclinarse) a mantenerla. Se debe asignar a cada pueblo un sistema particular de
institución que sea el más apropiado al Estado al cual se destina. Por ejemplo: un suelo
es ingrato y estéril, dirigid vuestras miradas hacia las industrias y las artes. Por ello cada
pueblo encierra en sí una causa que la dirige de una manera particular y que hace de su
legislación una legislación propia y exclusiva de él. Pero si el legislador equivocándose
en su objeto toma un camino diferente. Se verán las leyes debilitarse insensiblemente,
la constitución alterarse y el estado no cesar de estar agitado.

CAPÍTULO XII: DIVISIÓN DE LAS LEYES.

Leyes políticas o leyes fundamentales,


Leyes civiles,
Leyes penales,
A estas tres clases de leyes hay que agregar, la más importante de ellas, que nace del
corazón de los ciudadanos. Que es la fuerza de la costumbre a la autoridad.
RELACIONES

RELACION DEL PENSAMIENTO JRR Y PLATON


“El hombre ha nacido libre y por todas partes se encuentra encadenado. Alguno
que se cree el dueño de los demás no es menos esclavo que ellos” (Metáfora, p.42).
La cadena a la que refiere esta famosa frase de El contrato social no es una
cadena física, sino metafísica y espiritual. Metafóricamente, representa la condición del
ser humano adaptado a la vida social. Hay una libertad natural que el ser humano pierde
al adaptarse a la vida social, como si la sociedad encadenara una parte de su ser. Por
eso, las cadenas sociales se aplican a todos los hombres y mujeres que viven en
sociedad, y en cualquier estrato socioeconómico.
Podemos ver una cierta relación cuando se refiere a las cadenas como forma en que
esclaviza la libertad del individuo, como menciona un gran filosofo en su teoría:
Alegoria de la Caverna.
El mito de la caverna de Platón nos permite entender de qué manera este filósofo
percibía el mundo. Una relación entre lo físico y el mundo de las ideas, que dan lugar
a una realidad llena de luces y de
sombras. Platón (428 a. de C.-347
a. de C.) usa esta figura alegórica
para explicar la difícil tarea del
filósofo de intentar guiar a las
personas hacia el conocimiento
verdadero, pues, de acuerdo con él,
la gente puede llegar a sentirse cómoda en su ignorancia y a rechazar cualquier posible
mirada emancipadora.
La importancia del conocimiento y la educación en la forma en la que cada uno de
nosotros percibe la realidad. Por una parte, tenemos la realidad tal cual es. Por otra, nos
encontramos con una realidad friccionada donde nuestras creencias e ilusiones toman
protagonismo.
Utiliza la cadena como símbolo de la ignorancia por la cual limita al individuo descubrir
la luz que hay a la hora de ver el mundo a través de la educación y nuestra propia
realidad intelectual.
Ambos autores critican desde una forma metafórica como los ciudadanos nos
encontramos constantemente en una sociedad donde somos limitados por
adoctrinamiento y estereotipos, donde nos obligan a ser personas ignorantes por miedo
a ser un poder en donde podemos cambiar y afrontar todas aquellas situaciones
sociopolíticas que nos hacen depender.

DUALISMO PLATONICO VS DUALISMO ROUSSEAUNIANO


Los grandes filósofos aportaron sus grandes características de su pensamiento a través
de un dualismo para entender como la filosofía se enfrentaba por dos mundos.
El dualismo platónico es una idea filosófica asociada a la búsqueda de la verdad del
pensamiento del filósofo griego antiguo Platón. Este concepto se refiere principalmente
a la distinción fundamental entre el mundo sensible y el mundo de las ideas o formas.

Según Platón, el mundo sensible es el mundo que percibimos a través de nuestros


sentidos, el mundo de los objetos físicos y cambiantes que podemos ver, tocar y
experimentar en el día a día. Sin embargo, Platón creía que este mundo sensible es
imperfecto y engañoso, ya que está sujeto a cambios y a la imperfección.

En contraste, Platón postulaba la existencia del mundo de


las ideas o formas, que es un mundo no sensible y eterno.
Estas ideas son las verdaderas realidades, las formas
perfectas e inmutables que sirven como arquetipos para los
objetos del mundo sensible. Por ejemplo, según Platón, hay
una idea de "mesa" que es perfecta y eterna en el mundo de
las ideas, y todas las mesas que vemos en el mundo sensible
son solo imitaciones imperfectas de esa idea.

El dualismo platónico sugiere que hay una separación fundamental entre el cuerpo (que
pertenece al mundo sensible) y el alma (que tiene una conexión más estrecha con el
mundo de las ideas). Platón argumentaba que el conocimiento verdadero solo puede
alcanzarse a través de la razón y la contemplación de las ideas, y que el mundo sensible,
aunque importante para la experiencia humana, puede llevar a la confusión y la ilusión.

Jean-Jacques Rousseau, introduce un dualismo importante en su filosofía, que se refiere


a la dicotomía entre el estado de naturaleza y la sociedad civil. Esta dualidad es
fundamental para su pensamiento político y social.

1. Estado de naturaleza: Rousseau sostiene que los seres humanos nacen en un estado
de naturaleza, en el cual son inherentemente libres, igualitarios e independientes. En
este estado, no hay autoridad gubernamental ni propiedad privada, y las personas viven
en un estado de armonía con la naturaleza. Sin embargo, también argumenta que, en el
estado de naturaleza, los seres humanos son solitarios y egoístas por naturaleza.

2. Sociedad civil: El dualismo se manifiesta en la transición del estado de naturaleza a


la sociedad civil. Según Rousseau, la entrada en la sociedad civil es el resultado de un
contrato social, un acuerdo entre individuos para formar una comunidad política en la
que se establecen leyes y una autoridad gubernamental. Esta transición marca el
surgimiento de la propiedad privada, la desigualdad y la dependencia de las normas
sociales y políticas. Rousseau ve la sociedad civil como la fuente de muchas de las
limitaciones y conflictos que enfrenta la humanidad.

El autor critica la desigualdad y la opresión que resultan de la sociedad civil y aboga


por un contrato social basado en la voluntad general, que busca el bien común y la
igualdad entre los ciudadanos.

NATURALEZA VS CIVILIZACION

La diferencia entre el estado de naturaleza y el estado civil es una dicotomía que


conforma un motivo muy importante del libro. Esta dicotomía está presente en la
condición humana. Por un lado, nacemos con un cuerpo animal, con instintos que se
manifiestan permanentemente en los primeros años de vida. En la juventud, todo ser
humano atraviesa un proceso de socialización, que lo lleva a adquirir valores morales y
culturales. Al final de este proceso de socialización, el estado de naturaleza es
abandonado y sustituido por el estado civil. Rousseau se siente interpelado y motivado
a contestar a la pregunta de por qué el ser humano prefiere abandonar el estado de
naturaleza y someterse al estado civil, a una determinada sociedad y a un determinado
sistema político

Rousseau imagina el estado de naturaleza como un estado primitivo en el cual los


individuos viven en armonía con la
naturaleza. En su obra, sostiene que
los seres humanos en este estado son
inherentemente buenos y que las
discordias y los conflictos surgen solo
con el surgimiento de la propiedad
privada y la sociedad civil.
La entrada en la sociedad civil,
marcada por la propiedad privada y el desarrollo de la civilización, implica la pérdida
de la libertad natural del individuo. El contrato social, según Rousseau, es un intento de
reconciliar la libertad con la vida social.
Ahora bien, me parece interesante generar una comparación a través de otro
pensamiento opuesto a la de JRR, que es el
gran Filosofo Maquiavelo. En su obra del
príncipe hace hincapié al “Estado de
Naturaleza” desde una visión mas realista
donde describe a los seres humanos en su
estado natural como egoístas, impulsados
por la búsqueda de poder y
autoconservación. En este estado, no existe
la armonía y la cooperación natural propuestas por Rousseau. Maquiavelo argumenta
que, debido a la naturaleza egoísta y conflictiva de los seres humanos, es necesario un
líder fuerte y una autoridad efectiva para mantener el orden y la estabilidad social. No
busca reconciliar la libertad natural con la sociedad, sino más bien establecer un
gobierno que pueda controlar y dirigir los impulsos humanos en beneficio de la
estabilidad política.
Ambos autores reconocen la preocupación de la estabilidad social, aunque su manera
de lograrlo difiere, ambos reconoces la necesidad de algún tipo de orden especifico para
evitar el caos y el conflicto.
Ambos filósofos concluyen que el estado de naturaleza es insostenible y peligroso sin
la intervención de una autoridad política. Para Rousseau, la solución es el contrato
social y la creación de una república basada en la voluntad general. En el caso de
Maquiavelo, la solución es un liderazgo fuerte y efectivo que pueda mantener el orden
y controlar la naturaleza ambiciosa de los individuos.

LA RELACION ENTRE AMO Y ESCLAVO EN VISTA COMO UN CONVENIO


QUE DA DERECHOS

Rousseau cuestiona la idea de que exista un "derecho de esclavitud" (p.52), exponiendo


la ironía encerrada en la premisa. Así, sostiene que "los términos esclavitud y derecho
son contradictorios: se excluyen mutuamente. Sea de un hombre a otro, sea de un
hombre a un pueblo, este enunciado será siempre igualmente insensato: 'Hago contigo
un convenio, enteramente en perjuicio tuyo y enteramente en mi provecho, que he de
observar cuando me plazca hacerlo y tú has de observar cuando me plazca a mí'" (ibid.).
La ironía estriba en que un convenio solo puede celebrarse entre dos personas libres,
por lo que en ningún caso es verdadero que un hombre pueda acceder legítimamente a
quitarle la libertad a otro. La libertad es la esencia de todo hombre, y ningún hombre
tiene el poder de quitarle a otro esa esencia.

Veamos la perspectiva de Rousseau sobre la esclavitud y la libertad, expresada en el


pasaje citado, contrasta con la posición de Aristóteles en su obra "La Política".

Rousseau, rechaza la idea de un "derecho de esclavitud" y argumenta que los términos


esclavitud y derecho son contradictorios. Para el autor, la libertad es esencial para todo
ser humano, y ningún individuo tiene el derecho legítimo de privar a otro de su libertad.
Considera que la libertad es esencial para la naturaleza humana y que ningún individuo
puede legítimamente renunciar a esa libertad en un convenio que implique servidumbre.
Argumenta que un convenio legítimo solo puede celebrarse entre personas libres. La
ironía, según Rousseau, radica en que un convenio de esclavitud sería inherentemente
injusto porque contradice la esencia misma de la libertad.
Aboga por la igualdad fundamental de los individuos y critica cualquier forma de
desigualdad que implique la privación de la libertad de uno por el beneficio de otro.

En cambio, En "La Política", Aristóteles sostiene que algunos individuos están


naturalmente destinados a ser esclavos debido a diferencias innatas de capacidad y
virtud. Aunque reconoce la esclavitud como
una institución natural en su tiempo, también
afirma que debe ser ejercida de manera justa y
benevolente. Cree en la existencia de diferentes
clases de personas con roles predestinados en
la sociedad. La esclavitud, desde su
perspectiva, está relacionada con la naturaleza
misma de ciertos individuos. No enfoca la
relación entre amo y esclavo en términos de
convenio voluntario, sino que ve la esclavitud como una institución natural basada en
las diferencias innatas entre los individuos.

Reconoce la existencia de desigualdades naturales y argumenta que algunas personas


están destinadas naturalmente a gobernar, mientras que otras están destinadas a ser
gobernadas o esclavizados
CONCLUSION
En los últimos años, el mundo ha sido testigo de cómo los gobiernos están siendo
desafiados por ciudadanos que demandan el cumplimiento del contrato social en las
urnas y en las calles.

Pero, la actual estructura política y económica tiene dificultades para entender la tensión
que se viene registrando en las sociedades desde la caída del régimen soviético en el
siglo XX, adaptarse a la nueva realidad del siglo XXI y reaccionar para evitar la pérdida
de legitimidad del contrato social.

Si bien el contrato social en la forma original propuesta por Rousseau puede no ser una
realidad práctica en la actualidad, la idea de un entendimiento recíproco entre
ciudadanos y el Estado sigue siendo esencial para la legitimidad del gobierno y la
cohesión social. La evolución de las estructuras políticas y sociales ha llevado a
adaptaciones y reinterpretaciones, pero la noción subyacente de un pacto implícito entre
la sociedad y el Estado sigue siendo un elemento clave en la teoría política
contemporánea.

los contratos sociales en muchas naciones se formularon para un mundo de mediados


del siglo XX que ya no existe. El empleo de por vida, los planes de pensiones de
beneficios fijos y la familia nuclear tradicional han desaparecido, así como se han
expandido las esperanzas de vida. En muchas partes del mundo, las redes de seguridad
social siguen en construcción, a pesar del crecimiento de economías y sociedades
emergentes vibrantes, lo que deja el contrato social en muchos países incompleto. Por
lo tanto, personalmente pienso que se necesita un nuevo contrato social que aborde los
desafíos fundamentales de la sociedad moderna, la política y todo lo que influya entre
los ciudadanos. Y por que no respetando cada sistema y costumbre de cada país.

Es hora de utilizar a las obras de los contractualistas como base y comparación teórica
para buscar respuestas a nuestras evoluciones, volver a sentirnos partes, brindándonos
la seguridad que el Estado esta obligado a darnos. Poner fin a la idea del enemigo por
falta de representación con la necesidad de escaparnos o peor aún sobrevivir ante el
miedo de las decisiones futuras que tomara ese poder mayor que aceptamos como
ciudadanos.
Bibliografía
Fuente:
Contrato Social, Jean-Jacques Rousseau
https://filosevilla2012.files.wordpress.com/2013/02/contexto_rosseau.pdf
https://rebelion.org/el-contrato-social-en-el-siglo-xxi/
2023 TP I Un 2- UCES HISTORIA DEL PENSAMIENTO Y LA TP
2023 TP I Un 3- UCES EL PRIMER GRAN FILÓSOFO PLATÓN
2023 TP I UN 5- UCES EL FIN DEL PENSAMIENTO ANTIGUO: ARISTOTELES
TP I Un 9 23 UCES LA RUPTURA CON MAQUIAVELO.

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