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INTRODUCCION
Libro Primero
IV. De la esclavitud
Libro Segundo
I. La soberanía es inalienable
VI. De la ley
IX. Continuación
X. Continuación
IV. La relación entre amo y esclavo en vista como un convenio que da derechos
CONCLUSION
Bibliografía
INTRODUCCIÓN
La libertad, asunto esencial, por medio del cual Jean-Jacques Rousseau (JJR)
inicia sus paradojas para dar respuesta a la identificación de la voluntad individual (el
libre albedrío) con la voluntad general. La libertad individual que emana de la voluntad
general es el de ser libre. Para JJR la libertad no es sinónimo de ausencia de
restricciones, es mejor el ejercicio de imponerse las propias reglas. Tampoco es
escoger entre ser libre o estar sometido a la ley, entonces la ley existe para permitir la
libertad. "las leyes no son otra cosa, que las condiciones de la asociación civil. El
pueblo sometido a las leyes debe ser el autor de las mismas" (JJR)
Argumenta que los individuos, al unirse para formar una comunidad política,
establecen un contrato en el que renuncian a ciertas libertades naturales a cambio de
los beneficios de la convivencia en sociedad. Este contrato proporciona la base para
la legitimidad del poder político, planteando preguntas cruciales sobre cómo se puede
justificar el ejercicio del gobierno sobre los ciudadanos.
tiene una relación intrínseca con la teoría política al abordar temas esenciales
como el origen del Estado, la legitimidad del poder político, la soberanía popular y la
naturaleza de la voluntad general. Su influencia perdura en el pensamiento político
contemporáneo, consolidando su lugar como una obra esencial para comprender las
bases teóricas de la organización social y política.
Elegir esta obra fue relevante, porque además de ser unas de las más
mencionadas a lo largo de la historia. A través de la lectura te va proporcionando una
base teórica para entender la legitimidad del poder político, la relación entre el
individuo y la sociedad, y los principios fundamentales de la organización política.
Estudiar esta obra es esencial para comprender la evolución del pensamiento político
y las ideas que han dado forma a las estructuras políticas modernas.
El CONTRATO SOCIAL
LIBRO PRIMERO.
Me propongo investigar si en el ámbito del orden civil, y considerando los hombres tal
cual son y las leyes tal como pueden ser, existe alguna norma legitima y cierta. Entro
en materia sin demostrar la importancia de mi tema. ¡Me considerare siempre feliz que,
al meditar sobre las diferentes formas de gobierno, encuentre en mis investigaciones
nuevas razones para amar el de mi nación!
El hombre ha nacido libre. Pero es esclavo. “En tanto que un pueblo obedece hace bien,
sacude el yugo hace mejor aún, recobra su libertad, prueba que fue creado para disfrutar
de ella”. El orden social, un derecho sagrado está fundado en convenciones (acuerdos).
La más antigua de las sociedades es la familia. Pero ella no subsiste más que por
convención. La familia es el primer modelo de las sociedades políticas. El jefe es el
padre, el pueblo la de los hijos. Según Grocio: el género humano pertenece a una
centena de hombres o si esta centena de hombres pertenece al género humano. Todo
hombre nacido esclavo, nace para la esclavitud (Aristóteles). Adán y Noé padre de tres
monarcas que se repartieron el imperio del mundo. Adán fue soberano del mundo.
La fuerza es una potencia física, y no veo que moralidad puede resultar de sus efectos.
Si es preciso obedecer por fuerza, no es necesario obedecer por deber. Obedeced a los
poderes. Si esto quiere decir: ceded a la fuerza, el precepto es bueno, pero superfluo.
Convengamos pues, en que la fuerza no hace el derecho.
Enajenar es ceder o vender. Ahora, un hombre que se hace esclavo de otro, no cede su
libertad; la vende. Decir que un hombre se da a otro gratuitamente, es afirmar una cosa
absurda e inconcebible. Renunciar a su libertad es renunciar a su condición de hombre
a los derechos de la humanidad y aun a sus deberes. No hay resarcimiento alguno
posible para quien renuncia a todo. Grocio y otros como él, deducen otro origen del
pretendido derecho de la esclavitud. La guerra no es una relación de hombre a hombre,
sino de Estado a Estado, en la cual los individuos son enemigos accidentalmente, no
como hombres, ni como ciudadanos, sino como soldados. Las declaraciones de guerra
son advertencias dirigidas a los ciudadanos más que a las potencias. No hay derecho de
matar al enemigo más que cuando no se le puede convertir en esclavo. Estableciendo el
derecho de vida o muerte sobre el derecho de esclavitud. Así desde cualquier punto de
vista, el derecho de esclavitud es nulo. Las palabras esclavo y derecho se excluyen y
son contradictorias mutuamente.
Supongo a los hombres llegados al punto en que los obstáculos impiden su conservación
en el estado natural. Entonces perecería sino cambia su manera de ser. Esta dificultad,
concretándola a mi objeto puede enunciarse en los siguientes términos: “encontrar una
forma de asociación que defienda y proteja con la fuerza común la persona y los bienes
de cada asociado, y por la cual cada uno, uniéndose a todos, no obedezca sino a sí
mismo y permanezca tan libre como antes”. En fin, dándose cada individuo a todos no
se da a nadie, y como no hay asociado sobre el cual no se adquiera el mismo derecho
que se cede, se gana la equivalencia de todo lo que se pierde y mayor fuerza para
conservar lo que se tiene. “Cada uno pone en común su persona y todo su poder bajo la
suprema dirección de la voluntad general, y cada miembro considerado como parte
indivisible del todo”.
“…El hombre pierde su libertad natural y el derecho ilimitado a todo cuanto desea y
puede alcanzar ganando en cambio la libertad civil y la propiedad de lo que posee…”
Podríase añadir la libertad moral, que por si hace al hombre verdadero dueño de sí
mismo.
LIBRO SEGUNDO.
Así como la naturaleza ha dado al hombre un poder absoluto sobre todos sus miembros,
el pacto social da al cuerpo político un poder absoluto sobre todos los suyos. Este poder
toma el nombre de soberanía. Tan pronto como el cuerpo soberano lo exija, el
ciudadano está en el deber de prestar sus servicios al Estado, trabaja para los demás
pero a la vez por sí mismo. Esto prueba que la igualdad de derecho y la noción de
justicia que la misma produce, se derivan de la preferencia que cada uno se da. Así
como la voluntad particular no puede representar la voluntad general, esta a su vez
cambia de naturaleza si tiende a un objeto particular, y no puede en caso tal fallar sobre
un hombre ni sobre un hecho. El pacto social establece entre los ciudadanos una
igualdad tal, que todos se obligan bajo las mismas condiciones y todos gozan de
idénticos derechos. ¿Qué es, pues, lo que constituye propiamente un acto de soberanía?
No es un convenio del superior con el inferior, sino del cuerpo con cada uno de sus
miembros; convención legítima porque tiene como base el contrato social. El poder
soberano, no traspasa, ni traspasar puede los límites de las convenciones generales.
Todos tienen que combatir por la patria cuando la necesidad lo exige, es cierto; pero
nadie combate por sí mismo.
El hombre tiene el derecho de arriesgar su propia vida para conservarla. El que quiere
conservar su vida a expensas de los demás, debe también exponerla por ellos cuando
sea necesario. La pena de muerte dado a los criminales puede ser considerada desde
este punto de vista. El malhechor atacando el derecho social conviértase por sus delitos
en rebelde y traidor a la patria. Es preciso que uno de los dos perezca, y al aplicarle la
pena de muerte al criminal, es más como a enemigo que como a ciudadano. Tal enemigo
no es una persona moral, sino un hombre, y en ese caso el derecho de la guerra establece
matar al vencido. En cuanto al derecho de gracia, en un estado bien gobernado hay
pocos castigos, no porque se concedan muchas gracias, sino porque hay pocos
criminales.
El sabio institutor no principia por redactar leyes buenas en sí mismas, sin antes
examinar si el pueblo al cual las destina está en condiciones de soportarlas. La mayor
parte de los pueblos, así como los hombres, solo son dóciles en su juventud; en la vejez
háchense incorregibles. La juventud no es la infancia. Hay naciones como en los
hombres un periodo de juventud, o si se quiere de madurez, que es preciso esperar antes
de someterlas a la ley; pero ese período de madurez en un pueblo, no siempre es fácil
de reconocer, y si se le anticipa, la labor es inútil.
Es más fuerte un pequeño Estado que uno grande. Mil razones demuestran este
principio. Primeramente, la administración se hace más difícil cuantos mayores son las
distancias. Hácese también más oneroso (que ocasiona gasto), que el pueblo paga. Así
tantas cargas agotan a los súbditos quienes lejos de estar bien gobernados lo están peor.
Además, no sólo la acción del gobierno es menos vigorosa, sino que el pueblo tiene
menor afección (impresión afecto) por sus jefes, por la patria, y por sus conciudadanos.
Los jefes cargados de negocios, no ven nada por sí mismos; El Estado está gobernado
por subalternos. Es por esto que una nación demasiado grande se debilita y perece
aplastado por su propio peso. Po r otro lado los pueblos débiles corren el riesgo de ser
engullidos. Una sana y fuerte constitución (formación, organización) es lo primero que
debe buscarse.
CAPÍTULO X: CONTINUACIÓN.
Un cuerpo político se puede medirse de dos maneras, a saber: por su extensión territorial
y por el número de habitantes, Así el estado lo forman los individuos y éstos se nutren
de la tierra. No es posible calcular con precisión la relación entre la extensión territorial
y el número de habitantes por ejemplo, la extensión es necesaria en los países
montañosos, por el contrario la población puede estrecharse a orillas del mar. A estas
condiciones cuando se trata de instituir un pueblo se debe agregar el goce de abundancia
y de la paz. Si la guerra, el hambre la sedición surgen en condiciones tan críticas, el
Estado queda infaliblemente arruinado. Entonces: ¿Qué pueblo está en aptitud para
soportar una legislación? Aquel que no tiene aún leyes, el que no sucumbe, el que no
se inmiscuye en las querellas de su vecinos, y donde el hombre no está obligado a
soportar cargas superiores a sus fuerzas el que sin ser rico ni pobre, se basta a sí mismo.
Estas condiciones se encuentran difícilmente juntas: por esto se ven pocos Estados bien
constituidos.
El dualismo platónico sugiere que hay una separación fundamental entre el cuerpo (que
pertenece al mundo sensible) y el alma (que tiene una conexión más estrecha con el
mundo de las ideas). Platón argumentaba que el conocimiento verdadero solo puede
alcanzarse a través de la razón y la contemplación de las ideas, y que el mundo sensible,
aunque importante para la experiencia humana, puede llevar a la confusión y la ilusión.
1. Estado de naturaleza: Rousseau sostiene que los seres humanos nacen en un estado
de naturaleza, en el cual son inherentemente libres, igualitarios e independientes. En
este estado, no hay autoridad gubernamental ni propiedad privada, y las personas viven
en un estado de armonía con la naturaleza. Sin embargo, también argumenta que, en el
estado de naturaleza, los seres humanos son solitarios y egoístas por naturaleza.
NATURALEZA VS CIVILIZACION
Pero, la actual estructura política y económica tiene dificultades para entender la tensión
que se viene registrando en las sociedades desde la caída del régimen soviético en el
siglo XX, adaptarse a la nueva realidad del siglo XXI y reaccionar para evitar la pérdida
de legitimidad del contrato social.
Si bien el contrato social en la forma original propuesta por Rousseau puede no ser una
realidad práctica en la actualidad, la idea de un entendimiento recíproco entre
ciudadanos y el Estado sigue siendo esencial para la legitimidad del gobierno y la
cohesión social. La evolución de las estructuras políticas y sociales ha llevado a
adaptaciones y reinterpretaciones, pero la noción subyacente de un pacto implícito entre
la sociedad y el Estado sigue siendo un elemento clave en la teoría política
contemporánea.
Es hora de utilizar a las obras de los contractualistas como base y comparación teórica
para buscar respuestas a nuestras evoluciones, volver a sentirnos partes, brindándonos
la seguridad que el Estado esta obligado a darnos. Poner fin a la idea del enemigo por
falta de representación con la necesidad de escaparnos o peor aún sobrevivir ante el
miedo de las decisiones futuras que tomara ese poder mayor que aceptamos como
ciudadanos.
Bibliografía
Fuente:
Contrato Social, Jean-Jacques Rousseau
https://filosevilla2012.files.wordpress.com/2013/02/contexto_rosseau.pdf
https://rebelion.org/el-contrato-social-en-el-siglo-xxi/
2023 TP I Un 2- UCES HISTORIA DEL PENSAMIENTO Y LA TP
2023 TP I Un 3- UCES EL PRIMER GRAN FILÓSOFO PLATÓN
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