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Escuela Lancasteriana de enseñanza mutua

Agustín Díez

Ricardo Vasconcellos

Historia de la Educación 2022

Centro Regional de Profesores del Sur “Clemente Estable”

Prof. Luján Trujillo

18 de octubre de 2022
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Indice

Agrega encabezados (Formato > Estilos de párrafo) y aparecerán en el índice.

Introducción

“Nada. Excelentísimo Señor, más necesario para nuestros jóvenes, ni nada más digno de la

superior atención V.E. Tan fiero como es el hombre según la naturaleza, otro tanto más
2

bello y amable lo hace la educación. Ella Corrige sus errores, doma sus pasiones, tiranas

de su corazón, oculta las feas manchas de nuestra miserable humanidad y levanta los

gruesos velos que encubrían los hermosos destellos de la divinidad de quien somos

imágenes.”

Dámaso Antonio Larrañaga.

El proceso de independencia hispanoamericano implicó cambiar el marco conceptual

del lenguaje político. De la legitimidad monárquica de derecho divino, se pasó a una

nueva legitimidad republicana sustentada en la soberanía popular. Los antiguos

súbditos devinieron en ciudadanos, una nueva categoría política que debía ser

construida y moldeada en función de los parámetros definidos por las elites que

controlaban la dirección y rumbo de las nuevas repúblicas (Racine, 2020).1

Antecedentes y Contexto

Sistema similares se venían llevando adelante desde la edad media, tanto en institutos para

niños como para niñas, aunque estos últimos con objetivos netamente enfocados en la

formación de amas de casa o doncellas.

El método empleado consistía principalmente en el apoyo recibido por el maestro por parte

de alumnos más adelantados, estos ayudaban e instruían a los más jóvenes o a quienes

presentan dificultades en el aprendizaje, dichas dificultades se referían estrictamente a la

velocidad o lentitud con que un niño aprendiese a leer, escribir o sumar y restar.

1 Ibidem.
3

El nombre dado era el de enseñanza mutua, no era un plan ambicioso en la profundidad de

los estudios, si lo era en cuanto a la cantidad de niños que aprenderían los básicos saberes

escolares de la época.

Pestalozzi el célebre pedagogo suizo, cuenta que por no tener colaborador alguno,

colocaba al niño más capaz entre dos que lo eran menos; aquel los cogía de ambas

manos, les decía lo que sabía y estos aprenden a repetir lo que no conocían.

Joseph Lancaster que junto con Andrew Bell fueron los principales promotores de esta

metodología, admitió en alguna oportunidad haber sido educado bajo ese mismo sistema.

“Se trataba, como lo indica Jesualdo Sosa siguiendo a Peixoto, de una vieja

novedad”. (Mena Segarra-Palomeque; 2009:222-223)

El método de enseñanza mutua tuvo sus orígenes en la India, conocido como Sistema de

Enseñanza Mutua o Método de Madrás en honor a la ciudad donde fue ensayado por

primera vez. Fue el misionero Andrew Bell quien comenzó su difusión y lo llamó “Un

experimento en educación realizado en el asilo para varones de Madrás, que sugiere

un sistema mediante el cual una escuela o familia puede enseñarse a sí misma bajo la

supervisión del director o de los padres”.(Bowen; 1985:374).

Lancaster se encargó de convertirlo en sistema y popularizar a partir de 1789 al abrir su

primera escuela en Londres.

Joseph Lancaster, un cuáquero inglés, llevó adelante, según palabras de James Bowen

“una de las más grandes aventuras filantrópicas en educación para los no

privilegiados jamás emprendida en occidente” (Bowen; 1985:373).

Bell definió ese modo de actividad en el aula como “el método por medio del cual una

escuela entera puede instruirse bajo la vigilancia de un solo maestro” (Mena Segarra-

Palomeque; 2009:221).

La expansión del método lancasteriano en América se dió en el marco de los nacimientos y

emancipaciones políticas de los distintos Estados. Según el pedagogo argentino, Mariano


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Narodowski, las sociedades buscaron en el método de enseñanza mutua, el modelo

educativo que se ajustase a las proclamas y necesidades de la época: configuración de los

flamantes Estados, configuración de las actividades económicas, conflictos bélicos a nivel

externo e interno, adaptación a un nuevo aparato legal. Frente a este escenario, el modelo

de enseñanza mutua lancasteriano se presentó como una alternativa pedagógica, capaz de

alfabetizar a los sectores marginales de la población, económica y eficazmente.

La novedad de la pedagogía lancasteriana en occidente no fue la figura del monitor 2, éstos

ya existían en la pedagogía tradicional occidental, sin embargo, su rol era de asistir al

docente, el cual era irremplazable en la formación de todos los alumnos. El nuevo método,

posiciona al alumno avanzado, es decir, al monitor con un nuevo rol en el “andamiaje de la

organización escolar y de la transmisión de conocimientos”, son ellos quienes únicamente

precisan comunicarse con el maestro, quien los orienta en contenidos así como en

organización. Teóricamente, bajo responsabilidad del monitor podrían ubicarse hasta diez

alumnos, logrando así que un solo maestro se ocupase de hasta quinientos alumnos. Otra

diferencia, es la moral utilitarista del método, se basa en un sistema de premios y castigos,

haciendo que el alumno aspire a alcanzar el nivel de monitor en la estructura piramidal y

así, obtener gratificaciones, las cuales pueden ser materiales e incluso monetarias. “El

castigo corporal es rechazado en favor de la implementación de una moral utilitaria donde

cada actividad infantil es evaluada para dar lugar a la cuantificación de la recompensa o la

pena”.

La aplicación estaba pautada por un riguroso aparato reglamentario, por ende, las

actividades no quedaban libradas ni al azar, ni a la sola voluntad del docente.

Por otro lado, resulta un método económico, se aumentaba exponencialmente la cobertura

de cada maestro, se debe tener en cuenta que en las escuelas de principio de siglo XIX, por

cada maestro se atendían como máximo treinta alumnos. El método de enseñanza mutua le

2 Tomado de: Eugenia Roldán Vera, El niño enseñante: infancia, aula y Estado en el método de enseñanza
mutua en Hispanoamérica independiente.
5

permitía a los Estados, con un mínimo de recursos, proveer de enseñanza básica a un

número mayor de niños.

Una de las particularidades del método lancasteriano aplicado en América Latina, fue la

participación del Estado en su dirección. Los postulados originales de Joseph Lancaster

colocaban al Estado únicamente con un rol financiero, quedando la administración y

selección de contenidos en manos de privados.

La buena recepción del método, puede explicarse por dos razones: por un lado, siguiendo el

planteo de Narodowski, cuenta con legitimidad de orígen, es una propuesta pedagógica

británica3, suponiendo una ruptura con la tradición pedagógica hispánica. Existió el temor al

rechazo social, dado que el difusor de la propuesta, James Thomson, era representante y

difusor de ideas religiosas anglicanas, integrante de la Sociedad Bíblica inglesa, pero

institucionalmente contó con buena recepción. La Iglesia Católica se mostró con una actitud

tolerante y el Cabildo, lo designó en 1819 como Director de Escuelas. Esta actitud

institucional puede explicarse por la buena difusión que ha tenido el método en los medios

de prensa rioplatense.

“Extracto de una carta del marqués Ridolfi al marqués Capponi , fechada en Florencia el 6

de septiembre de 1819.

(Comunicada por la Sociedad Lancasteriana de Londres.)

Las escuelas siguen muy bien. El sistema está tan bien ejecutado, y hemos encontrado tan

buenos maestros, que la asistencia de sus fundadores (el marquen Ridolfl y Mr. Jartini) rara

vez se necesita. Muchos niños que en el primer establecimiento de las escuelas (6 de

Mayo) no conocían las letras del alfabeto , escriben ahora muy bien por dictación , y

conocen las primeras cinco reglas de la aritmética.. Algunos soldados rasos, á causa de sus

progresos en la educación, han ascendido á cabos.”

3 Tomado de:REVISTA DE HISTORIA Y GEOGRAFÍA N°43, 2020 | ISSN 0719-4137 | ISSN 0719-4145 en línea
| pp. 19-60, DOI: 10.29344/07194145.43.2622
6

(Núm 12. Gaceta de Buenos Ayres del miércoles 19 de julio de 1820)

Estos artículos de prensa, por medio de Thomson, llegaron a manos de Dámaso António

Larrañaga, instalando a iniciativa de él la “Escuela Lancasteriana”, expone al Presbítero

Henríquez en 1820:

“Por último, Excmo. Señor, todavía ahorraremos mucho más tiempo si como digo a V.E.

adoptemos por primera educación el método de Lancaster; encontres nuestra educación al

paso de casi momentánea serías más sólida”

(Larrañaga, D. 1820. Informe elevado al Cabildo de Montevideo)

Basando esa idea en los “papeles” que recibió de Buenos Aires, refiriéndose a los artículos

de “La Gaceta” que ya hemos mencionado.

Previo al desembarco en la Provincia Oriental, lo hará de forma incipiente en Entre Ríos, en

Arroyo de la China en 1818, de la mano del cura Solano García; según el periodista Nelson

Caula, Artigas “le dio el visto bueno” a dicha experiencia, “la escuela de la patria fundada

por el Precursor, adolece del mismo defecto de las anteriores, es decir, se entrega su

dirección al clero, que, por muy ilustrado que fuese, no se olvidaría nunca de que su

verdadera misión era más religiosa que científica, más sacerdotal que pedagógica,

más sagrada que profana.”(Araujo; 1905:10)

Pero la conexión con nuestro territorio se hará mediante la experiencia bonaerense, en

donde el método será introducido por el pedagogo inglés James Thomson, quien renunciara

a cargo como Director de Escuelas en 1821 para recorrer otros países. En 1820, por

iniciativa del Vicario Dámaso Antonio Larrañaga, es que visita Montevideo, en un viaje que

Eduardo Acevedo califica como “propagandístico”. El sistema de enseñanza mutua fue

presentado como “la milagrosa panacea capaz de curar todos los males que aquejaban á la

humanidad” (Araújo, O. 1905)


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Fue Larrañaga quien transmitió lo favorable del método al Cabildo montevideano, alegando

que en ocho meses, mil niños podrían aprender a “leer, escribir y contar con perfección”, a

los cual el Cabildo termina aceptando el planteo, contratando junto a Larrañaga, a José

Catalá y Codina, educador nacido en Valladolid en 1779, quien se involucró con la escuela

de enseñanza mutua en Estados Unidos. Siendo en ese lugar donde conoció al argentino

Manuel Dorrego, quien le solicitó que expandiera las escuelas de enseñanza mutua en el

Río de la Plata.

Larrañaga y Catalá fundaron la Sociedad Lancasteriana, cuyo objetivo principal era la

promoción y fundación de escuelas en todos los pueblos de la campaña.

La región que luego ocuparía nuestro país era en esos dias, dominio portugues, conocida

en ese entonces como Provincia Cisplatina4.

En 1821 se instaló la escuela lancasteriana en la Sede de Gobierno, haciendo uso de su

influencia con el gobernador extranjero Federico Lecor, ésta fue según Orestes Araújo, la

primera evolución en la escuela uruguaya, calificando a los antiguos métodos de “empíricos

e irracionales”, dado que por primera vez se responde a un plan pedagógico, inexistente

hasta el momento con la educación brindada exclusivamente por órdenes religiosas y por

los Cabildos. Tengamos en cuenta que entre 1817 y 1828, el territorio oriental estaba bajo

dominación luso-brasileña, al producirse la Cruzada Libertadora en 1825, se le acusa al

maestro Catalá de afinidad política con los libertadores y se ordena la clausura de la

Escuela Lancasteriana.

En 1826, complacidos por los resultados, la legislatura del Gobierno Patrio vuelve a decretar

la fundación de escuelas de enseñanza mutua, asignando nuevamente al maestro Catalá

como director de las mismas, el Gobierno dispuso la creación de una escuela en cada

capital departamental y en las localidades de San Carlos, Rocha, Soriano y Santa Lucía. De

carácter gratuito y a partir de los siete años de edad, siendo inspeccionada por una

4Delors, J. (1996.): “Los cuatro pilares de la educación” en La educación encierra un tesoro. Informe a la
UNESCO de la Comisión internacional sobre la educación para el siglo XXI, Madrid, España:
Santillana/UNESCO.
8

Comisión integrada por el juez de más alta jerarquía y “dos vecinos respetables”. Se decreta

también la creación de una Escuela Normal con el fin de formar maestros “con sujeción

á la doctrina de Lancáster”.

Este sistema según Jorge Bralich, fue un “trasplante inadecuado” porque respondía

a un modelo industrial que exigía una mano de obra mecanizada, pero no era

compatible con una sociedad montevideana que contaba con algunos talleres

artesanales y una muy pobre infraestructura intelectual, pocos órganos de

prensa y escasas bibliotecas (mayormente privadas) y librerías. No había en este

territorio demanda de escuelas multitudinarias ni de capacitación técnica de la

población infantil. La conclusión de Bralich es que esta situación de carencia

educativa se vincula directamente a la noción de “tierra sin ningún provecho”,

carente de oro y plata y centros de poder, “patio trasero donde podrían mantenerse

y reproducirse, sin cuidado humano, las minas de cuero”.

Análisis:

“Durante el régimen colonial la instrucción de la infancia no fué considerada como un

problema social á cuya solución debían contribuir las autoridades y el pueblo, sino

como un simple factor moral que se dejó librado al clero, el cual á su vez lo restringió

en beneficio de unos pocos”(Araujo; 1905:9)

El sistema lancasteriano no cayó en el olvido una vez expulsados los portugueses, el

flamante presidente de la nueva nación, el general Rivera mostró su preocupación por la

educación de la población y con esa idea en mente fue que dispuso la fundación de varias

escuela en diferentes pueblos, en el litoral y en la campaña. Dichas escuelas funcionaban

bajo los preceptos lancasterianos.


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El segundo presidente constitucional, el general Oribe siguió la misma línea en cuanto al

interés y preocupación por la alfabetización de la población. Dictó decretos con el objetivo

de regularizar el sistema educativo tanto en la parte económica como en la funcional.

Se apartó un poco de las prácticas laicas de la original escuela lancasteriana al facilitar a los

padres escolapios la gestión de la educación en varios centros y se les permitió centrarse

en estudios superiores.

Más allá de los esfuerzos de Rivera y Oribe estilos no pueden ser calificados de reforma, ya

que no hubo cientificidad alguna a la hora de las pedagogías utilizadas.(Araujo; 1905)

Las circunstancias, el contexto político y social, las costumbres de la época en que se da el

fenómeno. Todo esto debe ser tenido en cuenta al analizar el surgimiento y caída de la

escuela lancasteriana en el territorio del que luego sería nuestro país.

La influencia de la inglaterra industrial es innegable, aún hoy se mantienen vivas ideologías

creadas a finales de la era victoriana. En muchos casos totalmente incompatibles con

nuestras realidades actuales y pasadas pero que han mantenido su influencia,

probablemente debido a un marcado eurocentrismo del que no hemos sabido escapar.

El período intermedio entre lo que podríamos denominar la reforma de Larrañaga de 1821, y

la reforma vareliana de 1875, está caracterizado por brindar las condiciones necesarias

para el desarrollo del sistema educativo. Los principales problemas son la falta de recursos

y el alto nivel de conflictividad. Los intentos de mejora en la enseñanza bajo los gobiernos

de Rivera y Oribe, incluyendo el período del Sitio a Montevideo, no tuvieron impacto dado el

escaso presupuesto asignado a la educación. Los centros no contaban con los útiles

básicos, los salarios docentes tenían un atraso de hasta ocho meses y a todo esto,

debemos sumarle la inseguridad en la campaña.

Es durante la administración de Giró que se busca mejorar el estado de la enseñanza

pública, decía el Ministro de Gobierno a las Juntas Económico-Administrativas en 1852:


10

“Una de las primeras atenciones del Gobierno, entre las muy numerosas que le

rodean desde su marcha constitucional, ha sido facilitar los medios de la educación

pública, porque comprende que ella es la base y garantía de nuestras instituciones”

(ACEVEDO, E. 1933)

Ajustado a la falta de presupuesto, el Presidente Giró intentó llevar adelante un plan de

reorganización de la enseñanza, las principales líneas de este plan son las siguientes:

● La Instrucción Primaria será gratuita y obligatoria. Gratuita, porque el derecho a la

instrucción es tan sagrado como cualquiera de los otros de que goza un hombre en

la sociedad; obligatoria, porque la Constitución declara suspendida la ciudadanía a

los que no sepan leer ni escribir e impone, por consecuencia, la necesidad de evitar

que tal suspensión se produzca.

● La concurrencia de 20 alumnos bastará para el establecimiento de una escuela

pública.

● Se aplicará el método de enseñanza mutua. Así, por ejemplo, en la clase de

aritmética habrá un pizarrón y uno de los alumnos ejecutará las operaciones,

estando atentos todos los demás para enmendar los errores y responder a las

interrogaciones del profesor.

● El maestro dirigirá a los alumnos por medio de recompensas y castigos. Los

castigos se reducirán a notas malas, avisos a los padres, doble tarea, encierro y

publicación de nombres en los pizarrones, quedando prohibido todo castigo que

como los azotes, palmetas, penitencias públicas, tienden a envilecer y degradar el

carácter de los niños.

(ACEVEDO, E. 1933)

Los sucesos políticos de 1853 y la crisis financiera acentuada luego de la caída de Giró,

llevaron a la clausura de la mayoría de las escuelas en el país. A partir de 1854, bajo la


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administración se Flores, se empieza nuevamente a reabrir las escuelas cerradas,

empezando por la escuela normal, pero la falta de recursos seguía siendo un inconveniente,

así lo expresa Manuel Herrera y Obes, Presidente del Instituto de Instrucción Pública, bajo

la administración de Gabriel Pereyra en 1858, ante la necesidad de aumentar las

asignaturas enseñadas, su objetivo era ampliar los programas educativas mediante la

incorporación de la enseñanza industrial, imposible ante la falta de recursos económicos y

humanos.

Caso interesante son los proyectos bajo la administración de Berro, un gobierno con

impulso modernizador pero sin contar con las bases para ello. El Ministro Acevedo, en su

Memoria de 1860 decía lo siguiente:

“En lo que toca a la instrucción primaria, ni hay buenos preceptores por lo general, ni son

uniformes los textos de que se valen en las diversas escuelas. El Presidente os ha indicado

la conveniencia, y aún la justicia, de hacer obligatoria la instrucción primaria, como ya es

gratuita. Sería ese un gran paso para el progreso que el país tiene derecho a esperar”.

(ACEVEDO, E. 1933)

La Asamblea General rechazó la iniciativa de imponer castigos a los padres que no

enviaran a sus hijos injustificadamente a la Escuela, por inconveniencia e incompatibilidad

con el principio de libertad establecido en la Constitución. Se suma el argumento en contra

de que el ambiente no era el propicio para tal imposición, “alterar la tranquilidad” podría dar

lugar a resistencias en momentos de alta tensión.

La falta de recursos y la intranquilidad están presentes en el período en que la educación

primaria se dicta bajo el método de enseñanza mutua, con la reforma de Varela acusa al

método vigente de ser memorístico. Pero también es cierto que el contexto en que lleva a

cabo la Reforma, es estabilidad política y crecimiento económico.


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¿El fracaso del método lancasteriano de enseñanza mutua en el Uruguay fue por carencias

mismas del método? ¿o fue el contexto político-financiero que no permitió obtener buenos

resultados?

En realidad no podemos hablar de fracaso si analizamos en profundidad los objetivos de

Lancaster, Andrews y Thompson al difundir este método. Proporcionar una solución al

problema del analfabetismo en las clases populares de forma rápida y económica, sin

necesidad de formar maestros lo que requeriría establecimientos dedicados a tal fin. El

método fue exitoso dentro del corto alcance que tenía.

El sistema fue creado para atender a la masa rural transformada en proletaria en Inglaterra,

debido a su éxito se importó a esta región donde la población tenía características

diferentes.

¿Aprendieron a leer los niños y niñas? Si

¿Lo hacían en un ambiente donde la violencia y el castigo físico no existían? si.

Dadas las circunstancias fue un buen método de enseñanza ya que fue exitoso dentro de su

corto alcance, en cuanto a lo pedagógico no llegó más allá de eso. Si debemos resaltar que

el método de enseñanza mutua que es la espina dorsal del sistema Lancasteriano se sigue

utilizando hoy en día. En la actualidad, en la Universidad de la República, los estudiantes se

organizan para que quienes están más avanzados ayuden a quienes recién comienzan y

esto sin intervención de docentes o de instituciones estatales.

Situación de clase descrita por el Maestro Jose Catalá y Codina

“Todos los

niños están

reunidos en

una sola
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pieza, con el mayor orden [...] Se dividen los niños en ocho clases, empezando por

los que aún no conocen las letras que pertenecen a la primera, hasta los que saben

leer, escribir y contar que corresponden a la octava. Cada una de estas clases [...],

por numerosa que sea, la dirige uno de los alumnos llamado monitor, que enseña a

sus pupilos todo lo concerniente a aquella clase” Estos monitores se relevan a mitad

de la mañana y pasan a trabajar a sus clases (ya no como monitores sino como

simples alumnos, y tampoco en la mesa -clase- en la que estaba, sino en la que

corresponde a su nivel) bajo la dirección de los monitores entrantes, Cada mes se

hace un examen general, y todo niño que se encuentra práctico en aquella parte de

instrucción correspondiente a su clase, es ascendido a otra superior”5

Posturas de los niños en sus bancos de trabajo-estudio.

5 Este punto es discutible ya que dentro de las acusaciones que se le hicieron al sistema Lancasteriano en la
cisplatina, se incluía la de su origen Britanico y debido a la separación de la iglesia anglicana de la católica, se
veía este sistema como uno en contra de esta última.(Mena Segarra-Palomeque; 2009:221)
6 Tomado de: Mena Segarra Enrique, Palomeque Agapo Luis, Historia de la Educación Uruguaya,
Tomo I, Ediciones de la Plaza 2009. págs. 233-234.
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Entre las sillas y las bancas debía existir un mayor espacio para permitir las labores de

costura. Esta era la única materia que diferenciaba a las escuelas de ambos sexos

(Lancaster 1816: 34).


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Normas para el funcionamiento de la Sociedad Lancasteriana de Montevideo y

sus escuelas, aprobadas el 14 de diciembre de 1821- Selección. 8

● Artículo 1: Se abrirán las escuelas que se juzguen necesarias para instruir a

toda nuestra juventud; y no se permitirá introducir en ellas ningún libro o

escrito que contenga doctrinas o proposiciones contrarias a nuestra santa

religión.

El presente artículo nos muestra claramente la intención de universalizar la educación, pero

manteniendo, contrario a los preceptos de Lancaster, una educación religiosa.

El hecho de que se plantee una educación para toda la juventud es ya de notable

trascendencia para la época.

● Art. 2: Se enseñara a los niños a leer, escribir y contar, la gramática de nuestra

lengua y la doctrina cristiana según el sistema de enseñanza mutua del señor


7 Del latín monere:aconsejar. Tomado de: (Bowen;1985:376)
8 Tomado de:Mena Segarra Enrique, Palomeque Agapo Luis, Historia de la Educación Uruguaya, Tomo I,
Ediciones de la Plaza 2009. pág. 227.
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Lancaster; y en las escuelas de niñas, se enseñara además toda clase de

costuras.

Resulta llamativo el punto referido a nuestra lengua, convertida la oriental en cisplatina no

se hace referencia a la enseñanza de la lengua portuguesa. No debe extrañarnos el que se

incluyese costura en las clases dictadas a niñas, debemos mirar con ojos de época y si asi

lo hacemos comprenderemos ese afán por diferenciar las tareas a las que se dedicaban

niños y niñas ya transformados en hombres y mujeres.

● Art.9: A todo niño pobre se instruirá gratis en la escuela y los hijos de padres

ricos pagarán seis reales al mes, a menos que dichos padres fuesen

suscriptores, que entonces no pagarán nada.

El afán universalizador de la escuela lancasteriana en la Cisplatina queda de manifiesto

cuando observamos la clara intención de gratuidad de la escuela, alejada totalmente de un

interés monetario o beneficio económico. Debemos resaltar que a lo largo de nuestra vida y

nuestro transcurrir por la escuela pública uruguaya nunca se mencionó este antecedente de

escuelas gratuitas para quienes no pudiesen costear su enseñanza y menos de la exigencia

a los mas pudientes de correr con los gastos de los niños pobres.

● Art.14: Para hacer extensivos los beneficios de la instrucción á toda la

juventud, los vocales de la comisión indagarán, por el vecindario, si hay

algunos niños ó niñas que necesitan instruirse; y si los hay, daran de ello

parte a la comisión y ésta tomará las medidas más prudentes y eficaces para

que dichos niños vayan a las escuelas.


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No sólo muestra esta iniciativa un interés en la educación primaria de todos los niños sino

que va más allá y procura que nadie se quede sin la posibilidad de estudiar, aunque esto

implique buscar casa por casa, todos debían estar dentro del sistema. algo muy parecido a

ciertas estrategias que se han llevado adelante en la actualidad.

● Art. 16: La comisión guardará una lista de los niños que se han distinguido por

su buena conducta, y hará cuanto pueda por colocar a estos niño en destinos

correspondientes a sus circunstancias y capacidades; y aún después de

colocados, indagará por espacio de un año ó más, si dichos niños continúan

en la misma buena conducta y en este caso. continuará prestandoles su

protección.

Podríamos estar hablando en este caso de formación en competencias, pero no para la vida

como las vistas en el informe Delors de 1996 9, sino para llenar puestos de trabajo, esto se

se puede deducir sobretodo cuando habla de que se tendrá en cuenta sus circunstancias y

capacidades, obviamente los hijos de los suscriptores o de padres ricos que pagaban la

cuotas de los pobres, no serían enviados a trabajar, sino que se atendería a que en el futuro

reçcibiesen una educación acorde a su rango.

A pesar de los visos negativos que esto pudiese tener para nuestra visión actual, se le daba

la posibilidad a muchos infantes de sectores carenciados no solo a estudiar y formarse sino

a acceder a un trabajo con el que colaborar con su familia o autosustentarse cuando

alcanzara la mayoría de edad.

El espíritu de esta formación viene obviamente marcado por el origen de la escuela

lancasteriana, la Inglaterra industrial y fabril de finales del siglo XIX.

● Art. 20: Cuando algún niño falte a la escuela será requerido por el maestro a

traer una notita de sus padres que especifique la causa de su falta.

9 Cisplatina: de este lado del plata.


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Este es un punto a destacar, la preocupación de la continuidad en los estudios, algo que

hoy en día es motivo de preocupaciones tanto de autoridades como de los docentes,.

lamentablemente no podemos decir lo mismo de los padres y madres.

● Art.24: Los visitadores entrarán en la escuela. si puede ser al empezar los

trabajos: inspeccionarán el orden general de ella: harán lo posible por adquirir

el competente conocimiento del sistema de instrucción y observan si se

cumplen debidamente todas las reglas y reglamentos. Sí advirtieron que

alguna cosa necesitaba corrección, la avisaran privadamente y con buen

modo al maestro o maestra; observan también si los niños guardan en lo

general una conducta conveniente y decorosa.

El respeto hacia el maestro es de remarcar y obviamente se pretendía mantener su imagen

frente a los educandos, tal vez por eso todas las recomendaciones o sugerencias deben ser

hechas lejos de la presencia de los niños.

● Art. 25: Examinarán si los monitores cumplen con sus deberes y comunicarán

al maestro cualquier falta que notaren.

● Art. 27: Los visitadores no harán alteración alguna en los empleos o

regulaciones de la escuela, ni se mezclaran en nada con la autoridad que el

maestro tiene en ella; ni menos llamaran a los niños para tomar de ellos

informes sobre el estado de la escuela.

El maestro era independiente, tanto su autoridad como su libertad para ejercer su labor,

siempre y cuando lo hiciese dentro de las normativas de la escuela lancasteriana. Podría

aducirse en este punto que no se tomaba en cuenta la palabra de los niños, también podría
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ser visto como una forma de eludir posibles acusaciones de estos en contra del maestro

simplemente por desidia o en venganza por algún trabajo excesivo o castigo.

● Art. 28: El maestro está autorizado para corregir a los niños en todos los

casos que lo considere necesario y por cualquier medio que le dicte la razón y

la prudencia: pero se prohíbe absolutamente el uso de azotes, bofetadas,

pescozones, empellones y el de cualquier otro castigo que se oponga a la

dignidad del hombre. Y si en algún niño llegasen a ser ineficaces las

correcciones racionales, darán parte a los visitadores quienes lo darán

igualmente a la comisión en la próxima tenida, en la que el caso será

determinado. La despedida de cualquier niño de la escuela, se hará con la

correspondiente represión delante de todos los demás.

Durante años hemos visto cómo la figura de Varela era vestida con honores prestados y no

lo sabíamos. Nada surge ex nihilo y es justo reconocer que no fue nuestro laureado

reformador el primero que suprimió los castigos corporales tan popularizados por la iglesia

católica, pero totalmente rechazados por las doctrinas de los cuáqueros a los que Lancaster

pertenecía.

● Art. 29: Ningún visitador o miembro de la sociedad presentará a la comisión

ningún cargo sobre la mala conducta del maestro, sin haberse asegurado

antes personalmente de que el cargo es justo y fundado.

Otra muestra del respeto hacia el docente y el intento por evitar rumores y acusaciones

infundadas, más allá de que probablemente los rumores circularan no debían ser comunes

las golpizas a maestros.


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● Art. 31: Como el objeto de las escuelas públicas es, en todo tiempo, el

bienestar de los niños, será muy conveniente que antes de despedir a un niño,

un vocal de la comisión visite personalmente a sus padres para que con su

autoridad paternal lo amoneste a la enmienda.

Por lo menos a primera vista, se nota cierta importancia dada a la familia y a su

involucramiento con la educación de los niños y un intento por mantenerlos dentro del

sistema educativo, siendo la influencia de la autoridad familiar el último recurso.

Es importante resaltar el énfasis hecho en el bienestar de los niños, poniéndolos en el

centro de la cuestión uy no solo como meros recipientes del sistema educativo.

Bibliografía

● ACEVEDO, E. (1933) Anales Históricos del Uruguay. Tomo 1. Casa A.

Barreiro y Ramos S.A., Montevideo.

● ACEVEDO, E. (1933) Anales Históricos del Uruguay. Tomo 2. Casa A.

Barreiro y Ramos S.A., Montevideo.

● ACEVEDO, E. (1933) Anales Históricos del Uruguay. Tomo 3. Casa A.

Barreiro y Ramos S.A., Montevideo.

● ACEVEDO, E. (1933) Anales Históricos del Uruguay. Tomo 4. Casa A.

Barreiro y Ramos S.A., Montevideo.

● ACEVEDO, E. (1933) Anales Históricos del Uruguay. Tomo 5. Casa A.

Barreiro y Ramos S.A., Montevideo.

● Araujo Orestes, Historia de la Escuela Uruguaya, Tomo I, Imp. Dornaleche y

Reyes, Montevideo 1905.


22

● BIBLIOTECA ARTIGAS (1965) Colección de Clásicos Uruguayos. Selección

de Escritos Vol. 92. Dámaso Antonio Larrañaga. Montevideo

● Bowen James, Historia de la Educacion Occidental, Tomo III, Editorial

Herder, Barcelona 1985.

● Edición Oficial, “Gaceta de Buenos Aires,” Biblioteca Digital, consulta 18 de

octubre de 2022, http://www.bibliotecadigital.gob.ar/items/show/1403.

● Mena Segarra Enrique, Palomeque Agapo Luis, Historia de la Educación

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