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Psicosis perversión
•
neurosis
a
lectura
lectura de acques Lacan
Philippe
Philippe Julien
Amorrortu editores
Buenos Aires - Madrid
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www.amorrortueditores.com 9 Introducción
La reproducción total o parcial de este libro en forma idéntica o modificada
por cualquier medio mecánico, electrónico o informático, incluyendo foto
copia, grabación, digitalización o cualquier sistema de almacenamiento y
recuperación de información, no autorizada por los editores, viola dere
11 I Psicosis
chos reservados.
13 l Una paranoia común
Queda hecho el depósito que previene la ley nº 11 .723
19
Industria argentina. Made in Argentina 2 Una relación demasiado poco paranoica
ISBN 978-950-518-238-1
25 3 Psicosis y modernidad
ISBN 2-86586-863-X, París, edición original
37 4 La vía freud iana
45
5. L a psicosis, una respuesta al acontecimiento
59 U n retorno al
6. tope freudiano
71
7 Del Nombre-del-Padre
Nombre-del-Padre al Padre-del-Nombre como
Julien, Philippe sínthoma
Psicosis, perversión, neurosis : la lectura de Jacques Lacan.-
2º ed.- Buenos Aires: Amorrortu, 2012 . 83 8 . La publicidad del nombre propio
208 p. ; 23x14 cm.- Biblioteca de psicología y psicoanálisis
psicoanálisis// Jorge
Colapinto y David Maldavsky
Impreso en los Talleres Gráficos Color Efe, Paso 192, Avellaneda, provin J 29 III. Neurosis obsesiva
cia de Buenos Aires, en noviembre de 2012.
l
Tirada de esta edición: 1.500 ejemplares. 13 1 La neurosis normal
t: l7 2 La verdad de Freud
d
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145 3. El retroceso de Freud ntro ucción
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C'C l. l
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157 Iv Histeria
9
8
C t:- 1¡ r vt-<,1
J. Lacan, seminario L'identification, clase inédita del 2 de mayo de
1962
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.
chanulyse, París: Seuil, 1973, pág. 172. [El Seminario de Jacques Lacan,
Libro 11 Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, 1964, Bue
nos Aires-Barcelona: Paidós, 1986].
2 Le Séminaire Livre Vil L 'éthique de l psychanalyse París: Seuil
1986,, pág. 375. [El Seminario de Jacques Lacan, Libro 7 La ética del psi
1986
coanálisis,, 1959-1960, Buenos Aires-Barcelona: Paidós 1988.]
coanálisis
10
particular,
la primera antes de denominac
para las denominaciones
iones dea partir
1953, la segunda paranoia y psicosis
de ese mismo
año, con la invención de RSI.
Tomemos la noción de paranoia. ¡Psicosis paranoica,
dicen ¿No es el tema de la tesis de 1932 del del joven Lacan?
Pero la senda desbrozada por él consistió en desanudar ese
lazo, p ara enlazar el calificativo de paranoico con el con
cepto de conocimiento. Por su ladÜ,
ladÜ,-:Í{ra
-:Í{raepeli
epelinn y Genil-
Genil-Pe-
Pe-''
r rm- habían separado la paranoia de la demencia para de
finir con ella un carácter, una personalidad o una consti
tución según estos cuatro rasgos: fatuidad, desconfianza,
raciocinio, marginalidad. E n lo que respecta a Lacan, su
invención primera, destinada a sorprender - a n t e s de la de
RSI (real, simbólico, imaginario en 1 9 5 3 - , fue efectuar
{ otra identificación, al ligar paranoia y conocimiento.
Y así, como consecuencia, la psicosis, lejos de ser para
noica, ¿no aparecería con el delirio a partir de u n a falta de
paranoia? Pregunta que tendremos que responder. En efec
to, el trabajo del análisis no consiste únicamente en escu
char, sino en fundar un saber teorico a partir de la escucha.
Trabajo incesante que recusa el saber establecido.
13
ginaria, ni simbólica, r ~ a l -
Aimée (193
(1932)
2)
1
J. Lacan , De la psy cho se paranoi
paranoi"aqu.e
"aqu.e op. c it., pág. 230.
230 .
bid.' pá g . 231.
2
18 19
4 La vía freudiana
La respuesta del psicoanalista a la cuestión que plantea
la antinomia entre lenguaje y palabra en el hombre moder
no, nacido de la civilización científica, dependerá ante todo
de la man er a com
como
o conciba el inconscie nte freudiano.
Este debate esencial comenzó entre Freud y Jung. Pero
sigue siendo actual. L a aparición reciente de la nueva tra-
ducción francesa del libro de H . Ellenberger, Histoire de la
découverte de l'inconscient, 1 nos brinda la oportunidad de
precisar cuál e s la- apuesta de ese debate de acuerdo con los
cuatro postulados siguientes:
ia vez médica
y
ilosóficjj ,l a_noción
ilosófic _de stvna is o impetus - v /t : r ~
noción_
E n nuestra naturaleza está inscripto u n poder, una fuerza, . .;
una potencialidad que se halla en el origen de todos los ac- · · ' ' ' ( : _ : ~ . )
. (· •..
37
@
muletas imaginarias que permitían al sujeto compensar la
ausencia del significante? ¿Cómo vuelve el significante a
formular sus exigencias en cuanto tales? ¿Cómo interviene
e interroga lo que faltó?».12 Como
Como todo el mundo
Nombre como
como sínth oma
7
8. L a publicid d del nombre pro
propio
pio
83
dentor» 18
18
S Freud, «Remarques psychanalytiques . op cit., pág 273
l Un escandaloso descubrimiento
99
más que en el de vagas anal ogías visua les (por ejemplo, ejemplo, las
formas huecas que recuerdan la vagina),, vagina),,..20
2. Del
Delant
antee o det rá
ráss del vel
velo
o
El caso del pequeño Harry muestra claramente qué es la
interpretación analítica: pasar de la relación de dos según lo
imaginari o visual a la relación padre-madre-sujeto según el
orden simból
simbólico
ico del intercamb io. Así, la Verleugnung es el
~ @ de ~ ~ ~ c i l a c i ó n const ru.ite entreu n a y otra -
u ra de aaquello
gmadre, un tiempo
que falta.designa
que
De allí COn la ayud deelLacan
el esquema velo la
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El velo oculta la Nada [Ríen] que está más allá del Objg
o en cuanto deseo del Otro: lañ:nrrl
Objg -
l añ:nrrl re no tiene el fálo . Pero al
mismo ti e iñP OY p-e se a eIIO, el velo
velo es el lugar en el cual se
proyecta la imagen fija del fit lo simbólico: la madre tíeiiéef
fálo. · - ·• 1
j/ _ . . , : - - ' ~ t . / ' : : ; , .
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20 bi d . , pág. 21. 1
Le Séminaire, Livre IV, La relation d objet, op. cit., pág. 156.
108 109
109
dolor de Madeleine
abandonaba ante lapor
a su marido u nconducta
mala amante: de su madre, que
«Abominable se-
creto que la hacía sufrir», escribe Gide al descubrir su voca-
ción:
1 Pero a esta ley del amor se opone otra la del goce del
E n ese lugar se sitúa la madre de Madeleine, la tía
O t r o
Mathi lde, cuy
cuyo
o goce
goce del cuerpo del joven André hizo de él el
objeto de una intrusión inolvidable:
117
11 7
l a neurosis normal
Q
bsesiva tropieza co
con
n u n a dificultad particular para seguir
a regla fundamental del análisis». 1
:;
Por eso, sin duda, Lacan tuvo que inventar las sesiones,
'-·. no cortas, sino de duración
duración variable, como cond. cond.iciónición del acto
analítico. E n efecto, la neutralidad inmutable se hace cóm
plice del obsesivo qu e ñ o es es pe r a más que eso
es o P ~ r . ~ w os os__ i i k
o s i b l e : ~ ~ cia á 1 1 n l . > 2 . < 1 ~ ~ . ' ~ >
· Nos es preciso, preciso, por lo tanto, resta blec er el lazo lazo con Freud
e inventar con él a partir de la clínica misma:
131
2 La verdad de reud
137
l
o tires acumula hasta el atascamiento. Nunca
se sabe; ¡eso siempre puede llegar a servir Amar es tener
r ' t ' \ ~
1 siem@
siem @ e .a _g <l_p_e r a g. rr. ¡Y para tener algo para dar, ~ ~
~
t1i1enes, aprieta las nalgas LI>ien t e§ . ª pretªg o.s.
propio deseo lo pondrás en juego mañana, pasado
manana, más adelante. Tienes tiempo:tiempo: ll,e,zte el muerto . Así
t 'OOJi J) ·
~
~
mediante la proeza, la prestancia, el alarde, el «en
greimiento», a imagen de la rana que pretendía ser tan gor-
~ o el buey. ¡Sí,¡Sí, pero
per o tú nunca reventarás
Q. hagas nada_ f i n i t i v o ~
\ 2 ) _ .Q. x c l u y ~ E : . j§.ie
ie mw e un pi,;.
adentro._y ot rQJJ. fuera ¡Nada de avances si. si.n la seguridad de
. ,, Que tu demanda .:rnl. era para rea ú e f a r a «A la vez» Y:-a
Y:-all m isnio
isnio""fifiee mpo» so son 6
hzar así tu de m-mm: a, que es ser un sujeto muerto, d e s v a n e ~ n ~ < \ ~ e deben atravesar t u lenguaje. j t n - < - ~ /
ciaü; ñórrad9. Eso es lo q ~ e debes exponer. -· ~ ~ i m p e r a t ~ v o superyó que te ordena: «jgB'za », f '
142 14 3
3 El retroceso
retroceso de Freud
El verdadero escánd
escándalo
alo
Pero va a avanzar por ese camino que Freud fue el pri
mero en trazar, señalando cuál es el verdadero e s e ~
la maldad.del.p t .óji.:m.Q; Lacan lo re t ó"
ma muy claramente el
ma
144 145
22
«Introduction a l édition allemande des Ecrits» Scilicet nº 5, París:
Seuil, 1975, pág. 16.
23
Así, se calificará de «trabajo» la experiencia analítica, olvidando que
la etimología de esta palabra tripalium se refiere a un instrumento de
tortura. ¿No es la orden de hierro del superyó?
156
l. La subversi
subversión
ón histérica
¿Se puede aún hablar de his teri a? ¿Cómo
¿Cómo definirla? ¿No
es cualquier definición efimera y cuestionada sin cesar en
función del contexto social?
Sin embargo, quienes usan esta denominación, ¿no de
ben saber por fin, después de tantos siglo
sigloss de invest igación
y de atención terapéuti ca?
La histeria desconcierta en primer lugar por los sínto
mas que se le atribuyen. En efecto, son contradictorios: lll.l ll. L .
sa y el llanto, la depresión y la euforia, la frigidez y el ardor,
' 1a hi2erestesia y la _anestesia, la afasia y l a volubilidad', la \
~ i y la bulimia las convulsiones y las parálisis: -la \
epilepsia y la contracción, etcéter.
etcéter.11
11 1
Pero ¿qué pasa con su causa? ¿Qué respuesta de orden
etiológico? En este aspecto, es sorprendente comprobar una
constante en la respuesta de quienes saben: la causa sería
del orden de una fuerza, un poder a la vez interno y externo,
que una vez libre trastorna a pesar nuestro, nuestras sen
saciones, pensamientos y actos. En el transcurso de los si
glos esta fuer za recibió diversos nombres, y la historia de la
histeria es la de una sinonimia.
E n l a Antigüedad
&. '
159
2. L a ruptura freudiana
167
como
com o deseo insatisfecho. Por eso la histeria nos pone, Clina
yo, tras -Ta pista de c· r t ca o orºg al de S i n
duda es preciso que aya uno. La verda no puede ser más
que una sola cosa: es el deseo del propio Freud a saber, el
hecho de que en Freud hay algo que jamás se analizó».
175
Pero el analizante ( ) proviene de los tres discursos la producción de u n análisis es la de los significantes
-----
precedentes de modo que el análisis modifica la amos que condicionaron ese inconsciente;
con cada uno de ellos: :') la verdad es 1 C Q n q g i § t 1 1 ~ c l r l u s de
Con el discurso del amo. El análisis produce el retorno ~ ª 1 1 saber que es inconsciente (82).
de lo reprimido
reprim ido de lo loss significantes que constituyeron el in
consciente
conscie nte del anali zante. nfuers"Ojla relación S l l a se
"Ojla sí{{ más allá ll e lo no analizado de Freud y por lo tanto
sí
invierte e n a / S l . más altt-deht eo de la histérica, ese lazo social
social tiene como
efecto, en el fin del análisis, que el sujeto pueda identificar
81 a se con el objeto a. ¿Para quién? Esto no incumbe más que al
sujeto situado más allá del discurso del analista. Pero si él
ocupa a su vez el lugar de agente en ese lazo social, ¿no se
~ ~
puede decir nada de ello? Por cierto que no.
81
puesto que
análisis
«el sujeto sobre el cual actuamos en psico
no puede ser sino el sujeto de la ciencia», de
cía Lacan; 4
4 Ecrits op cit. pág. 858.
182 183
4. L a his
histe
teria
ria del psicoanálisis
psicoanálisis
85