Está en la página 1de 3

Intervención muralista en el Barrio Obrero de Ciudad del Este: Formas

alternativas de construcción de memoria y cohesión comunitaria a partir de


historias de vida y reflexiones sobre una tradición visual

Desde principios del siglo XX, los aspectos más dominantes de la imagen del
Alto Paraná se relacionan históricamente con la naturaleza, la modernidad y el trabajo.
El paisaje selvático ha sido concebido como un sublime desbordado, desde una visión
romántica que lo definió como objeto de contemplación. Esto, a su vez, posee
implicaciones en la dicotomía humano/naturaleza, desarrollada a lo largo del siglo
pasado en la región, en que se observan dos direcciones: por un lado, la vulnerabilidad
del frágil cuerpo humano ante las defensas naturales; o, por el contrario, la doma de la
fuerza natural para su instrumentalización y capitalización. La modernidad literaria del
Paraguay fue fundada mediante historias ambientadas en este espacio geográfico,
escritas desde finales del siglo XIX. Pero la entrada del Paraguay a la modernidad
tecnológica, arquitectónica, urbanística, económica, social y cultural, se dio, sobre todo,
a través de un programa de integración con el Brasil, que se intensificó en la segunda
mitad del siglo XX, y que tiene en el Puente de la Amistad y la hidroeléctrica de Itaipú
los íconos paisajísticos más dominantes que, a su vez, dinamizan los movimientos de las
personas y la arquitectura social. La historia del trabajo –y de la explotación de las
fuerzas de trabajo– es, por supuesto, anterior en la región: no obstante, es por medio de
estos emprendimientos de infraestructura que se desarrolla la expresión de una cultura
obrera con características peculiares y que tiene, en el Barrio Obrero de Ciudad del Este,
uno de sus episodios más potentes.

II

Firmado en 1956, el tratado para la construcción de un puente que cruzara el río


Paraná y uniese los países de Brasil y Paraguay fue seguido por una serie de estudios e
intervenciones en el espacio que generaran las condiciones propicias para su ejecución.
Este acuerdo es coincidente con un movimiento geopolítico y demográfico que
impulsaba la colonización paraguaya de los territorios dominados por el Bosque
Atlántico del Alto Paraná. Entonces, se había iniciado el trabajo de construcción de
picadas en el monte, que con el correr de los años serían pavimentadas, de modo a abrir
un paso en medio de un terreno antes impenetrable. La ciudad en la cabecera del puente,
entones Puerto Presidente Stroessner, sería fundada apenas el año siguiente, en 1957.
Pocos años después iniciaría la construcción del Puente de la Amistad.
En esa época, el Alto Paraná estaba poblado mayormente por diversas
comunidades indígenas de la etnia guaraní y los subgrupos Ava Chiripa, Mbya y Aché,
y ya existían algunos pequeños núcleos poblacionales conformados por paraguayos de
la sociedad nacional, así como algunos inmigrantes que se había establecido en la
región: el caso más paradigmático es el del sabio suizo Moisés Bertoni quien poseía una
pequeña villa a orillas del Paraná, e incluso había instalado allí la primera imprenta y
editorial de la región, bajo el sello Ex Sylvis [Desde el bosque].
No obstante, no es sino hasta que estas obras de infraestructura son encaradas
que ingentes cantidades de trabajadores provenientes de diversas regiones del interior
del país y aun de la capital, Asunción, emprenden un proceso migratorio hacia el Este,
un destino que no poseía condiciones previas para la instalación de núcleos
habitacionales. Hubo que generar las condiciones para que la vida fuera posible.
Cuando inician los trabajos para la construcción del Puente de la Amistad,
ambos países establecen sus villas obreras, con distinto enfoque. Pequeños
asentamientos habían sido establecidos en las inmediaciones de la obra, a ambos lados
del río, pero enseguida, en el Paraguay, se procede a la planificación de un barrio que
sería legado a los trabajadores empleados en el proyecto. Se realizó un diseño
aproximado y se estableció la sesión de derechos sobre los inmuebles, conformando una
comunidad con población de procedencia heterogénea, cuyos pioneros fueron,
precisamente, los históricos constructores del Puente de la Amistad. Por medio de la
organización vecinal, esta comunidad de obreros tuvo que encarar el desarrollo de una
infraestructura que no había sido proveída de antemano para su barrio: los caminos y las
principales instituciones de la zona fueron eso: obra de la gestión, la organización y la
fuerza de la clase trabajadora.

III

Íconos
La escuela
La comisaría
La iglesia, Fábrica de palmito
Nacientes de arroyos (balneario), Pista Rosedal Construcción del Estadio, derrumbe del
tinglado, incendios del Mercado

Familia, infancia, juventud

El río
El puente

El barrio

También podría gustarte