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SOCIOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA

TEMA: CAMBIO SOCIAL Y SU INFLUENCIA EN LA ARQUITECTURA


INTEGRANTES:

-2021

La sociedad encarnacena en la antigüedad vs. La actualidad: el contraste social desde la época


de nuestros abuelos hasta la nuestra.

Encarnación es una ciudad paraguaya, capital del Departamento de Itapúa, ubicada en el sur del
país, sobre la margen derecha del río Paraná en su límite con la República Argentina, a unos 370
km de la capital del país -Asunción-, conectada por la Ruta PY01. Antiguamente, la Ciudad de
Encarnación era casi en su totalidad rural. La sociedad se dedicaba a realizar trabajos mucho más
agrícolas y manuales: en las olerías, en los pequeños negocios que a pesar de los años se iban
sosteniendo con ayuda del comercio fronterizo que existía con el país vecino, ya que estas eran
casi las únicas fuentes de ingresos.

Encarnación contaba con contados sectores públicos de recreación para la sociedad, ya que en
aquel momento existía un flujo muchísimo menor de la población. La plaza de armas surgió en los
tiempos florecientes de la ciudad, con el paso del tiempo fue transformándose en lo que hoy es la
principal plaza de la ciudad, espacio que en la antigüedad fue un punto de encuentro emblemático
y de recreación para todos los Encarnacenos. Los puntos de recreación, esparcimiento y
entretenimiento de nuestros abuelos consistía en pasear por la mencionada Plaza de Armas con el
Karumbe, por la Plaza de la Ciudad o “Plazoleta”. Los puntos de comercio mayormente se
fluctuaban en la Zona Baja de la ciudad, con actividades desde gastronómicas hasta de belleza. El
tren ferrocarril desplazaba a los ciudadanos desde un punto de la ciudad a otra, transportando a
nuestros abuelos hasta sus correspondientes trabajos y también hasta otras ciudades.

Actualmente la ciudad de Encarnación posee un importante contraste con esa época anterior. Es
un importante polo comercial fronterizo, manteniendo un fuerte vínculo e influencia con la vecina
ciudad argentina de Posadas. Con su aglomerado urbano, más su fuerte economía y posición
geopolítica, es la tercera ciudad más importante del país, detrás de Asunción y de Ciudad del Este.
Cuenta con 138 592 habitantes, y su área metropolitana con más de 226 000 habitantes, lo que lo
hace la ciudad más poblada y desarrollada del sur del país. Es la tercera ciudad universitaria del
país, con instituciones estatales y privadas como la Universidad Nacional de Itapúa y la
Universidad Autónoma de Encarnación.

Entre varias denominaciones, es conocida últimamente por ser la "Capital del Verano Paraguayo",
debido a la masiva cantidad de turistas que ingresan a la ciudad durante esa época. El Aeropuerto
Teniente Amín Ayub González, ubicado en Capitán Miranda, sirve como parada del transporte
aéreo de la ciudad. En los últimos años ha sido uno de los pasos fronterizos más transitados e
importantes de la región, debido a que se registran más de 10 millones (ingresos y salidas) de
personas al país anualmente por el Puente Internacional San Roque González de Santa Cruz.

Entre los hitos destacados se encuentran el molino San José y el silo, y la réplica de la estación del
para ser convertida en un museo con un parque temático ferroviario en su entorno. Todo eso se
encuentra muy ligado a la atractiva playa San José.

LAS NECESIDADES DE ESPACIOS PARA LOS DISTINTOS INTEGRANTES DE LA SOCIEDAD: La casa de


nuestros abuelos vs. Nuestra casa actual

En los trascurrir de los años la necesidad de los espacios ha ido cambiando de acuerdo al
porcentaje de personas que conformaban una familia. Antes una familia se veía conformada por
aproximadamente 9 personas o más, en este nuevo siglo ha trascendido a un máximo de 5
personas. Con relación a la superficie de metros cuadrados que eran necesarios para los espacios
íntimos y privados, estos se ven reducidos en cantidad. . Anteriormente se proponían espacios en
común para poder aprovechar al máximo la superficie del hogar, sin dar demasiada prioridad a la
privacidad o individualidad necesarias para cada integrante familiar. Desde habitaciones
compartidas entre los hijos, sin distinguir la edad o sexo. Espacios interiores comunes de
recreación familiares que resultaban únicos tanto para la privacidad como para recepción de
invitados. Técnicas constructivas acordes al presupuesto reducido de la época.

En su lugar, se reemplazan por espacios de esparcimiento y sociales dentro del hogar, acordes a
las necesidades actuales. Es decir, específicamente lugares en donde se facilita la convivencia. Esta
convivencia se puede dar entre personas y desde diversas perspectivas, clases sociales e incluso
grupos de edad. Generar espacios exclusivos a las actividades de cada inegrante de la familia, con
pasillos adecuados para la buena circulación y también equipamientos adecuados para los
mismos. Espacios familiares privados y espacios sociales diferenciados para miembros no
familiares. Técnicas constructivas y aislaciones adecuadas al uso que se le otorgará al espacio.

Definitivamente existe un contraste entre las costumbres y necesidades tradicionales de nuestros


abuelos y antepasados, a la época actual en la que vivimos. La arquitectura en nuestra actual
modernidad, en general, se percibe con un intento de responder a las condiciones generadas a raíz
de la expansión urbana y a otras transformaciones sociales derivadas a las situaciones específicas
que han sucedido en la ciudad. En términos simplificados, estas condiciones supondrían, en primer
lugar, la disponibilidad de nuevos materiales y técnicas constructivas ofertadas por la industria en
expansión (metal, vidrio, hormigón armado, procedimientos constructivos estandarizados, etc.).
En segundo, la necesidad de adecuar el diseño y la construcción a nuevas condiciones de
existencia (a condiciones propias de la demografía creciente de la ciudad moderna, al transporte
mecanizado en crecimiento -sea este individual o colectivo- a la densificación, la vivienda en altura
y otros nuevos programas arquitectónicos). En tercer lugar, la arquitectura en nuestra modernidad
busca responder a estos desafíos desde un lenguaje formal que resulte coherente con la nueva
realidad productiva, social y cultural. Vale decir, se plantea la necesidad de transformar -o incluso
de suprimir, según proponían algunas ideologías proyectuales de ese entonces- las normas
heredadas de la tradición.

EL CAMBIO ENTRE LA SOCIEDAD PASADA Y LA ACTUAL

Durante finales de la década de los 2000, y principios de la década de 2010, la ciudad de


Encarnación sufrió la transformación más radical de su historia, debido a las obras del Plan de
Terminación de Yacyretá, de la Entidad Binacional de Yacyretá, en el que el nivel del agua del río
Paraná fue elevada de 76 msnm a 83 msnm, cota máxima de diseño de operación del embalse. La
Zona Baja fue demolida, quedando bajo una montaña de tierra y agua. Sus pobladores (nuestros
abuelos y padres) fueron relocalizados en distintos barrios y distritos aledaños, y en su lugar fue
construido las distintas Avenidas Costaneras que rodean prácticamente toda la ciudad, conectada
por distintos puentes que unen el centro del resto. El centro comercial -en reemplazo de la Zona
Baja comercial- se trasladó en las cercanías del Puente Internacional, conocida hoy día como el
"Circuito Comercial".

El costo total de esto fue de más de USD 1000 millones, esta cifra incluye obras como el nuevo
puerto, el aeropuerto, los accesos viales, avenidas costaneras, playas artificiales, nuevos hogares,
pavimentación y reparación de calles, el Centro Cívico (sambódromo), indemnizaciones a
propietarios, relleno sanitario, alcantarillado, red de agua potable y planta de tratamiento de
efluentes, entre otras obras.

Desde hace unos 5 años, hay datos que avalan que la ciudad de Encarnación ha llegado a la
modernidad. Con las obras de la Costanera han llegado muchos cambios y más personas
empezaron a visitar la ciudad, convirtiéndose así en un lugar turístico. Hoy en día somos una de las
ciudades más importantes y atractivas. Poseemos comodidad, seguridad y facilidades que han
cambiado radicalmente la forma de vida a comparación con la época de nuestros abuelos.

También contribuyó la gran solidaridad de los hermanos posadeños con quienes los encarnacenos
hoy mantienen fuertes vínculos de cooperación y amistad, independientemente de las dificultades
que impliquen las relaciones entre nuestro país y la Argentina en los puntos de frontera. En la
actualidad, la población encarnacena asciende a unos 145.000 habitantes y como nunca antes la
localidad experimenta un nuevo esplendor económico proveniente de la construcción de su nueva
Costanera. La capital de Itapúa en materia comercial hoy día es una verdadera atracción a nivel
país e incluso mundial, dado que Paraguay trasciende en el exterior por las playas. La comunidad
experimenta un cambio extraordinario como polo de desarrollo e inversión en hotelería de lujo,
alta gastronomía y construcción de edificios de departamentos, lo cual sigue atrayendo a
inversionistas.

Al celebrar su cuarto siglo de vida, esta bella y cosmopolita urbe luce un perfil moderno con varios
hitos de su patrimonio histórico revitalizado y revalorizado pese a la desaparición de toda la Zona
Baja. El museo del ferrocarril se debe al alto valor emotivo que tiene el tren para los encarnacenos,
porque representa la rica memoria y la historia. Fue un escenario de abrazos para el reencuentro
de miles de familias paraguayas en su época de esplendor.

Sin embargo, para muchos ciudadanos, este cambio radical de la ciudad no ha sido muy bien visto
o agradable en su totalidad, debido a que han perdido la habitual tranquilidad y rentabilidad de los
pequeños comercios que no están muy aledaños a la zona más concurrida actualmente de la
ciudad.

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