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SENTENCIA
1 Ejecutorias de la Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior de Lima, 1998, Gaceta Jurídica, Lima, 1999, T.III,
(Procesos Sumarios), pág.101.
perjudicar y dañar el honor de una persona”2, o sin que existan
motivos que permitan creer en ella prudencialmente”3. Decimo
Segundo: Que, bajo ese contexto, la imputación o atribución ha de
ser de un delito, no de una falta. Por delito hay que entender
cualquier hecho subsumible en un tipo legal de un delito
perseguidle de oficio; siendo indiferente la calificación que el
sujeto de a los hechos que se le imputan o el grado de ejecución o
participación criminal que afirme. La imputación ha de ser falsa. En
dichos términos se tiene que con la frase: “ porque supuestamente
estoy ejerciendo el meretricio y manchando la imagen del
mercado virgen de lourdes”; sumado, a que en el contenido del
escrito de fecha 23 de noviembre del 2020 remitido por la
querellada a la asociación de comerciantes del Mercado Virgen
de Lourdes (el cual fuera admitido como medio probatorio en
audiencia única), consignándose lo siguiente: “…al haber actuado
la mencionada de manera inmoral al entrometerse en las
relaciones familiares y/o de pareja como es en el caso que ha
mantenido una relación oculta con mi conviviente a sabiendas
que conformamos una familia…” la querellada no ha imputado la
comisión de ningún delito a la querellante para que pueda haberla
denunciado por el delito de calumnia; no configurándose por
tanto los elementos típicos requeridos para el delito de calumnia,
por lo que, la conducta de la querellada no se subsume
objetivamente en el delito de calumnia, debiéndose absolver en
este extremo. Décimo Tercero: Que, corresponde determinar la
responsabilidad de la querellada con relación al delito de
difamación contenida en el primer párrafo del artículo 132 del
Código Penal, que, del caso concreto, se cuestiona como
2 Caro John, José Antonio. Diccionario de Jurisprudencia Penal. Lima, Grijley, 2007. pág.79.
3 ROJAS VARGAS, Fidel y otros. “Código Penal: 16 Años de Jurisprudencia Sistematizada” TII, Parte Especial, 3ra Ed. Lima,
IDEMSA, 2007. pág. 103.
afectadora del derecho al honor los insultos realizados y con
conocimiento de la querellada, puesto que esta se apersonó al
centro de las labores de la querellante, en el salón de belleza que
conduce ubicado en el mercado Virgen De Lourdes, lugar donde
empezó a ofenderla delante del público en general, clientes que
se estaban atendiendo, amistades, vecinos y en presencia de sus
menores hijos, que escucharon todos los insultos y que a viva voz
gritaba lo siguiente que es “es una perra, meretriz (prostituta), que
ofrece su cuerpo para subsistir económicamente, que es ramera,
que con todos los hombres del mercado se acuesta por dinero,
que ha recaudado dinero con su culo, que le pagan mucha
plata”, atentando contra su honor, causándole un daño moral,
económico y psicológico. Décimo Cuarto: Respecto al delito de
Difamación: se debe precisar que para que se configure dicho
delito se requiere tres elementos concurrentes: a) la imputación de
un hecho, calidad o conducta que pueda perjudicar el honor o la
reputación de una persona; b) la difusión o publicidad de la
imputación; y c) la imputación subjetiva a título de dolo;
requiriéndose como elemento subjetivo la presencia del animus
difamandi. Décimo Quinto: Planteado el conflicto existente entre el
derecho al honor, se impone la realización por ésta Judicatura de
un juicio ponderativo del mismo, a los efectos de determinar si en el
caso concreto la conducta desplegada por la querellada se
encuentra inmersa dentro del tipo penal antes descrito, esto es el
valor predominante del derecho de honor de la querellante,
lesionado por causa de la querellada, siendo que en el caso de
autos se ha producido una afectación injustificada del derecho
aludido bajo una limitación al derecho al honor, por lo que se
encuentra configurado del delito de difamación prescrito por el
primer párrafo del artículo 132º del Código Penal. Décimo Quinto:
Que, el delito contra el Honor en la modalidad de DIFAMACIÓN
previsto en el primer párrafo del artículo 132º del Código Penal,
tiene como estructura típica: a) La imputación de un hecho,
calidad o conducta que pueda perjudicar el honor o la reputación
de una persona, y b) El animus difamandi, es decir, el dolo,
consistente en la conciencia y voluntad de lesionar el honor,
mediante la propalación de la noticia por cualquier medio de
prensa. Que, describe “El que, ante varias personas, reunidas o
separadas, pero de manera que pueda difundirse la noticia,
atribuye a una persona, un hecho, una cualidad o una conducta
que pueda perjudicar su honor o reputación, será reprimido con
pena privativa de libertad no mayor de dos años y con treinta a
ciento veinte días – multa”. Décimo Séxto: Que, en el caso
concreto, analizando la imputación formulada por la querellante
se identifica que la difamación lo ha realizado la querellada,
siendo que los insultos realizados lo ha hecho con conocimiento de
esta, puesto que esta se apersonó al centro de las labores de la
querellante, en el salón de belleza que conduce ubicado en el
mercado Virgen De Lourdes, lugar donde empezó a ofenderla
delante del público en general, clientes que se estaban
atendiendo, amistades, vecinos y en presencia de sus menores
hijos, que escucharon todos los insultos y que a viva voz gritaba lo
siguiente que es “es una perra, meretriz (prostituta), que ofrece su
cuerpo para subsistir económicamente, que es ramera, que con
todos los hombres del mercado se acuesta por dinero, que ha
recaudado dinero con su culo, que le pagan mucha plata”,
atentando contra su honor, tal y conforme obra de autos y de la
declaración de la testigo Yanet Salazar Flores que obran en autos –
audiencia de fecha- a favor de la querellante, donde señaló, que
ha sido testigo presencial de los hechos ocurridos el 15 de octubre
del 2020 a horas 05:30 de la tarde, que ese día estaban
trabajando, la querellante estaba cortando el cabello a un niño su
persona igual, estaban en pleno trabajo, habían bastantes clientes
en el interior del local, siendo que de repente ingresa la señora
(querellada) y agrede a la señora (querellante), en delante de
señoras y niños, siendo que estos últimos se asustaron gritaron
mientras que la señora ( querellada) gritando ingresa dice perra,
puta con malas palabras alzaba la voz, que en el interior del local
como afuera había bastante gente mototaxistas y ambulantes en
un aproximado de sesenta personas aproximadamente, la señora(
querellada) seguía hablando “perra, puta” que la señora
(querellante) trabaja en la prostitución, que el salón era de
prostituta hablaba en voz alta a la señora, estos hechos se
suscitaron a las cinco de la tarde, que el día de los hechos la
señora ( querellada) vino insultando hablando lisuras, tales como
perra, puta, ramera, prostituta, que el salón de belleza
prácticamente es un prostitución y que la señora ( querellante)
atiende a los clientes en el salón , gritaba e insultaba, que el día de
los hechos habían varias personas esperando que les atiendan,
aproximadamente seis personas incluidos niños, ello era el aforo
máximo por pandemia, afuera del local habían más personas
esperando haciendo cola. En este punto, resulta relevante
precisar, que la parte querellada pretende desmerituar la citada
declaración debido al vínculo laboral que tendría la testigo con la
querellante, sin embargo, para la suscrita, el citado vinculo no
habría influenciado en la testigo para que varié la versión de los
hechos, ello debido a que dicha versión de los hechos es
corroborada con el medio probatorio ofrecido por la querellada, el
cual fuera admitido en audiencia, esto es la copia de denuncia-
Constatación Policial de los hechos suscitados con fecha 15 de
octubre de 2020-, donde se dejó constancia que se suscitó una
gresca y/o discusión el día y en el lugar de los hechos entre la
querellada y querellante, por lo que, con el citado recaudo,
corroboraría lo narrado por la citada testigo en la forma del ingreso
de la querellada al local entre otros sucesos, lo cual por cierto,
difiere de lo señalado por la querellada, quien alego que no realizo
agresión ni vocifero palabras denigrantes; sumado a ello, es de
advertir inconsistencia en la declaración brindada en audiencia
por parte de la querellada, siendo estas que primero niega haber
realizado las conductas que se le imputan, esto es haber insultado
en voz alta “gritando” a la querellante con calificativos “ERES UNA
PERRA, UNA MERETRIZ, UNA PROSTITUTA, OFREZCO MI CUERPO PARA
SUBSISTIR ECONONOMICAMENTE Y QUE SOY UNA RAMERA” además
“ que el salón de belleza era “PROSTITUCION”; sin embargo,
contradictoriamente en la misma audiencia la querellada
reconoce que envió la carta notarial al presidente de la
asociación de virgen de Lourdes, por haber estado en esa fecha
dolida y por el maltrato psicológico que sufrió como consecuencia
de la infidelidad de su esposo con la querellante, a quien
consideraba su amiga, situaciones que hacen denotar, que la
querellada tenía un “móvil” y/o intención para realizar la
conducta que se le atribuye y teniendo en cuenta lo señalado por
la testigo presencial Yanet Salazar Flores, que corroboraría la
versión de los hechos narrada por la querellante, y no obrando
otros recaudos idóneos que acrediten la versión de los hechos de
la querellada, siendo que las capturas de pantalla y visualización
de cd ofrecidas en audiencia no fueron admitidas por
impertinentes, siendo todo lo contrario lo narrado por la
querellante, el cual, si ha sido corroborado con los medios de
pruebas antes señalados, coligiendo la suscrita, que resulta creíble
y veraz lo narrado por la querellante. Cabe destacar en principio,
que el hecho de haber insultado con frases, palabras que han
afectado el honor de la querellante en público esto es en
presencia de personas en general, clientes, e hijos de la
querellante, lo cual ha aludido al honor que tiene derecho toda
persona, lo que ha sido corroborado por la testigo, así como el
propio dicho de la querellante. Asimismo, es relevante indicar que
el cuestionamiento de la difamación se basa en que la querellada,
ante varias personas, reunidas o separadas, pero que se ha
difundido la información atribuyendo a la querellante la conducta
que ha perjudicado su honor o reputación ante el público en
general, clientes e hijos con los términos “es una perra, meretriz
(prostituta), que ofrece su cuerpo para subsistir económicamente,
que es ramera, que con todos los hombres del mercado se
acuesta por dinero, que ha recaudado dinero con su culo, que le
pagan mucha plata”, expresiones que son insultantes pues han
tenido un animus injuriandi cuya invocación en el ejercicio de la
libertad no protege la Carta Fundamental, pues el contenido
esencial de la referida libertad no protege el derecho al insulto, lo
que debe ser pausible de una pena en consecuencia de su
conducta, más aun teniendo presente que ninguna persona
puede tomar la justicia por sus manos, esto teniendo en cuenta
que a la fecha de la declaración de la querellada, esta indico que
envió la carta notarial al presidente de la asociación de virgen de
Lourdes, por haber estado en esa fecha dolida y por el maltrato
psicológico que sufrió como consecuencia de la infidelidad de su
esposo con la querellante, a quien consideraba su amiga, lo cual
no justificaba el comportamiento desarrollado por parte de la
querellada en contra de la querellante. En consecuencia, bajo los
argumentos expuestos esta Judicatura colige que se encuentra
probada la comisión del delito contra el honor en la modalidad de
Difamación prescrito por el primer párrafo del artículo 132º del
Código Penal, en agravio de SOLEDAD MUNAYLLA MALLQUI, por lo
que se encuentra además acreditada la autoría directa de la
querellada. Asimismo, se tiene que no obra causa de justificación
que pueda restarle antijuricidad al comportamiento delictivo
asumido por la querellada pues pese pudo haber obrado de
acuerdo a ley, no evitó la afectación del honor de la querellante
mediante insultos en presencia de personas en general, clientes, e
hijos de la querellante, así como de las expresiones vertidas, por lo
que pese a sus facultades mentales y la capacidad para dirigir su
conducta en forma distinta, asumió el ilícito sin mayor reparo,
determinándose también su responsabilidad penal. Décimo
Setimo.- Determinación de la Pena:: Para efectos de la imposición
de la pena, la cual según el artículo IX del Título Preliminar del
Código Penal tiene función preventiva, protectora y
resocializadora, se ha tomado en cuenta el análisis crítico y jurídico
de la prueba aportada en razón de la naturaleza del ilícito y la
responsabilidad del agente en su comisión, así como las
condiciones personales del procesado, y la aplicación en
proporción con la magnitud del daño causado; por tanto, la pena
que ha de imponerse guarda equivalencia con la entidad del
injusto; en ese orden de ideas, para la determinación de la pena
en el presente caso se debe considerar lo siguiente: El marco legal
para el delito de DIFAMACION- primer párrafo del artículo 132º del Código Penal-,