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Existe una relación de interdependencia entre los conceptos grupo, organización e institución. Estos
conceptos determinan 3 niveles del análisis institucional:
• El primer nivel es del grupo, de la base y vida diaria. La unidad básica es el taller, la familia, la
oficina, el aula. En este nivel se sitúa la práctica socioanalítica del análisis y la intervención.
Ya hay institución: horarios, cadencias, normas de trabajo, sistemas de control, estatutos y
funciones cuya finalidad consiste en mantener el orden y organizar el aprendizaje y la
producción.
• El segundo nivel es el de la organización, es el nivel de la fábrica en su totalidad, la
universidad. Lleva a cabo la mediación entre la base (la sociedad civil) y el Estado. Aquí las
instituciones adquieren formas jurídicas. Tal es, por ejemplo, el nivel de la propiedad privada
de los medios de producción.
• El tercer nivel es el de la institución, restringe su empleo al nivel jurídico y político. Las
instituciones definen todo lo que está establecido, el conjunto de lo instituido. Es el nivel del
Estado, que hace la Ley, que da a las instituciones fuerza de ley. De aquí se infiere que lo
instituyente se halla del lado del Estado, en la cumbre del sistema. En cambio, la base del
mismo está instituida, por la cumbre.
En el camino del análisis institucional encontramos el estado clasista y la estructura de clase de una
formación social. La institución no es una superestructura. Lo que se encuentra en la superestructura
de un sistema no es más que el aspecto institucionalizado de la institución.
Movimiento Institucionalista que se conformó, por un lado, con el aporte de la perspectiva de dos
disciplinas: la sociología y el psicoanálisis y, por el otro, de las contribuciones simultáneas
provenientes de dos campos de estudio y prácticas: la escuela y el hospital mental.
• Nace como una crítica a lo instituido en relación con las formas políticas de acción en la
década del 60.
• Este movimiento tiene sus antecedentes en lo que se denominó “revolución
psicosociológica” por la consideración en ese campo de lo “microsocial” y, a partir de allí, en
la “Psicoterapia institucional”, en la “Pedagogía Institucional” y en las teorías grupalistas.