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TEMA 7.

EL IMPUESTO PERSONAL SOBRE LA RENTA


7.3. Progresividad del Impuesto
El cumplimiento del principio de equidad vertical reclama la existencia de un impuesto progresivo sobre
la renta, en la medida que tradicionalmente se ha supuesto que la capacidad de pago de los sujetos
aumenta más que proporcionalmente con la renta. Al hablar de la progresividad del impuesto sobre la
renta ha de distinguirse entre su progresividad formal o teórica y su progresividad real. La
progresividad formal viene definida básicamente por 3 factores distintos:

1. La magnitud del mínimo exento o renta no discrecional no gravada: Este mínimo exento
puede equipararse a la suma mínima de renta que necesita un sujeto para atender a sus
necesidades vitales o gastos de subsistencia y de él suelen beneficiarse todos los
contribuyentes.

2. La concesión de deducciones especificas en la base o cuota del impuesto: Las deducciones en


base operan al tipo marginal que corresponda al contribuyente, en tanto que las deducciones en la
cuota son independientes de la renta.

3. La estructura de la tarifa o escala de los tipos impositivos: Mayor número de tramos, mayor
progresividad. Una elevada progresión de los tipos impositivos nominales no siempre equivale a una
acusada progresividad real de los impuestos.

En cuanto a la progresividad real del impuesto no solo dependerá de la definición de renta fiscal y los
elementos determinantes de su progresividad formal o teórica, sino también de otros factores
adicionales como: la unidad contribuyente, el tratamiento diferenciado de las rentas y ganancias de
capital, y los efectos de la inflación y el fraude fiscal.

Por último destacamos que un impuesto formalmente progresivo puede resultar regresivo en la práctica si
existe un elevado nivel de fraude y evasiones fiscales.

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