Traducción propuesta, por EducaUC-Inicial, en convenio con la Facultad de Educación de la
Pontificia Universidad Católica de Chile, realizada por Pedro Pavez G. y revisada por: Emy Suzuki
S., Tonia Razmilic B. y Carolina Castro T.
Tarr P. (2004)”Consider the Walls” Young children; NAEYC Vol.59, Nº3, 88-92
Considerando las paredes
Patricia Tarr
Como educadora universitaria de la carrera de
pedagogía, suelo visitar jardines infantiles y salas de
enseñanza básica para observar a los estudiantes que
hacen sus prácticas de educador. Un día de
primavera, observé a un estudiante que daba una
clase de ciencias a un grupo de 25 niños de primer
grado y me fijé en cada detalle del aula.
Me ubiqué en una esquina de la sala y conté 19
diarios murales con distintos tipos de decoración.
Sus paneles estaban llenos de palabras: un puzzle,
abecedarios, reglas de la clase, calendarios,
números, formas, colores y una gran cantidad de
figuras con forma de personas y animales hechas en
cartón, cada una con palabras y por lo menos 50 de
ellas tenían herraduras que asemejaban sonrisas en
vez de tener la letra U en mayúscula.
También había copos de nieve hechos de
algodones azules y blancos que bordeaban un grupo
de pinturas sobre el invierno. Del cielo de la sala
colgaban móviles, alegóricos al Día de San Patricio,
con forma de arco iris, duendes y ollas llenas de oro
que estaban justo sobre las cabezas de los niños y
frente a mis ojos. Casi quedo muda en medio de la
batahola visual con todos los dibujos y escritos en
las paredes y cielo.
Me pregunté qué sentirían los niños al pasar todos
los días en un lugar así. ¿Y cómo me sentiría yo?
¿Me perdería mirando todas las cosas en la pared?
¿Dejaría de prestar atención y soñaría despierta en
medio de esa cacofonía de imágenes? Como una
mujer adulta, comencé a contemplar los mensajes en
la pared y el uso extensivo de figuras de cartón
sonrientes con diseños esteriotipados. Comencé a
preguntarme por cuánto tiempo habían estado las
imágenes ahí y hasta qué punto los textos e
imágenes se desvanecerían en la conciencia.
Entonces, me puse a reflexionar sobre el impacto
que un ambiente así de visual tiene, en niños con
problemas de concentración.
Dra. Patricia Tarr. Educadora asociada en la Facultad de
Educación de la Universidad de Calgary, Canadá. Educadora
de infancia temprana y artes. Ha estudiado muy de cerca el
enfoque de Reggio Emilia desde principios de la década de
los 90.
Esta sala de clases no es la única en su tipo.
Pósters, diarios murales y distintos materiales se
pueden encontrar en tiendas y librerías. Estos
artículos ya son parte de la cultura visual de las salas
de clases preescolares y básicas de Norteamérica.
Parece ser que los bordes decorados (que también
son parte de los diarios murales en la facultad donde
yo hago clases), los abecedarios y los pósters con
colores, formas y números son componentes
esenciales de los jardines infantiles y salas de clases
de educación primaria.
Algunos educadores y apoderados presionan a los
docentes que no quieren este tipo de objetos en el
aula para que la sala de clases se vea como debe
verse. Una educadora me contó que comenzó su año
escolar con muy pocas cosas en las paredes,
entonces el director del establecimiento se le acercó
y discretamente le preguntó sobre los muros de la
sala; ella le aseguró al director que las paredes
estaban prácticamente desnudas porque estaba
esperando los maravillosos y ricos trabajos de los
niños que pronto comenzarían a crear.
Mientras pensaba más detalladamente en los
muros y en explorar algo de la literatura al respecto,
encontré que hay muy poco escrito sobre cómo crear
diarios murales atractivos. Los Procedimientos y
Criterios de Acreditación de la Asociación Nacional
para la Educación de Niños Pequeños plantean que
“El ambiente del aula debe ser atractivo, colorido y
debe tener los trabajos de los niños ubicados al
nivel de la vista de ellos” (NAEYC 1998, 49). Estos
criterios se diseñaron para salas de establecimientos
preescolares y jardines infantiles, no para aulas de
educación primaria. Pero basada en mi experiencia,
los programas de educación infantil y los de
educación básica o primaria suelen tener los mismos
materiales.
La Escala de Calificación del Ambiente de la
Infancia Temprana (ECERS-R) evalúa
positivamente, las aulas en las cuales “la mayoría de
la decoración o exposiciones corresponde a los
trabajos hechos por los niños” y materiales
relevantes para sus experiencias actuales (Harms,
Clifford & Cryer 1998, 14), de acuerdo a esta escala,
las mejores son las exposiciones en las cuales los
niños eligen el medio de trabajo y el tema y crean
sus propios trabajos libremente, en vez de hacerlo
según parámetros preestablecidos.
Traducción propuesta, por EducaUC-Inicial, en convenio con la Facultad de Educación de la
Pontificia Universidad Católica de Chile, realizada por Pedro Pavez G. y revisada por: Emy Suzuki
S., Tonia Razmilic B. y Carolina Castro T.
Tarr P. (2004)”Consider the Walls” Young children; NAEYC Vol.59, Nº3, 88-92

En sentido literal, la sala de la que hablé era El mensaje que obtengo del aula que mencioné
colorida y sí tenía los trabajos de los niños expuesto anteriormente fue que los niños tienen mucha
a su nivel de vista. Lo más probable es que el aula información disponible que obtienen a través de un
fuera evaluada positivamente de acuerdo a estos modelo transmisivo de enseñanza. Además, está
estándares. Sin embargo, en estos criterios hacen claro que se espera que los niños ya conozcan ciertos
falta directrices que ayuden a los educadores a tipos de información (colores, números, formas, etc.)
considerar el propósito de las exposiciones, la que haya o no estado relacionado con lo que este
calidad de los materiales adquiridos en librerías o la grupo, en particular, haya visto anteriormente.
estética de la sala.
Las exposiciones en las paredes son colecciones
El enfoque de Reggio Emilia recalca el “ambiente estandarizas e incuestionables que deben ser parte de
como el tercer educador” (Gandini 1998, 177). Los la sala, del mismo modo, sospecho que la mayoría
docentes inspirados en la metodología de Reggio de estos alumnos de primer grado aprendió sobre
comenzaron a observar de una manera más crítica estas cosas mucho antes de llegar a esta clase, las
sus salas de clases y a considerar todos los aspectos cuales son precisamente el tipo de cosas que los
de los ambientes escolares, incluidos los propósitos niños de dos, tres o cuatro años aprenden en sus
de las exposiciones y la estética de los salones; por casas o sus centros de educación preescolar.
ejemplo, durante su visita a la localidad italiana,
Hertzog escribió: “puedo esforzarme para tener La atmósfera que se crea con todas esas figuras
ambientes en nuestras aulas que sean estéticamente sonrientes de cartón me habla sobre un ambiente
más agradables. Pido a los pedagogos que destinado al aprendizaje, asumo que la idea inicial
examinen sus salas de clases en busca de objetos era crear un espacio divertido, colorido y lleno de
molestos o desórdenes” (2001,7). alegría, donde las figuras y sus mensajes captaran la
atención de los niños, sin embargo, lo que vi fueron
Este artículo analiza de manera crítica las paredes lindas y triviales imágenes de niños y de la infancia,
de los centros escolares desde cuatro perspectivas: lo cual bajó el nivel del ambiente, dado a la
leer el ambiente, paredes que hacen concepción que tienen los
callar, el propósito de las exposiciones y El ambiente físico de la adultos sobre los gustos de los
la estética. Aquí, doy sugerencias que niños.
los educadores pueden considerar a la
sala de clases es una
hora de comprar materiales y planificar declaración pública de Al tener imágenes
cómo utilizar las paredes de los salones los valores educativos estereotipadas en su ambiente
para mejorar el escenario escolar. de la institución y sus escolar, los niños las aceptan
docentes. como parte de la cultura de la
clase (Rosario & Collazo 1981),
Leer el ambiente a pesar de que las exposiciones en las paredes no
sean parte del curriculum escolar.
El ambiente físico de la sala de clases es una
declaración pública de los valores educativos de la Estas imágenes ayudan a crear cultura estética
institución y sus docentes. La disposición del particular de la escuela que incluso puede ser llevada
espacio (escritorios, mesas, materiales disponibles y a otros niveles, por ejemplo; el diseño del bus
los artículos y trabajos en las paredes) entrega escolar (Tarr 2001). Pero estas imágenes no honran
mensajes sobre la relación enseñanza-aprendizaje, la el potencial de los niños para responder al rico y
imagen que el educador tiene de los niños y las diverso mundo del patrimonio artístico (Feeney &
expectativas de comportamiento y aprendizaje Moravcik 1987; Tarr 2001).
dentro del establecimiento (Simco 1996; Gandini
1998, Rinaldi 1998). Del mismo modo, los productos adquiridos en
librerías no reflejan el verdadero interés de los niños
Para ser más específicos, existe la pregunta del y a menudo, no promueven su participación,
valor de los productos que están en el aula, cuestionamiento, o imaginación, lo cual hace que
adquiridos en el comercio, y de la forma en que los estos objetos sean ignorados en el nivel consciente.
pedagogos entienden los mensajes que entregan
(Shapiro & Kirby 1998).
Traducción propuesta, por EducaUC-Inicial, en convenio con la Facultad de Educación de la
Pontificia Universidad Católica de Chile, realizada por Pedro Pavez G. y revisada por: Emy Suzuki
S., Tonia Razmilic B. y Carolina Castro T.
Tarr P. (2004)”Consider the Walls” Young children; NAEYC Vol.59, Nº3, 88-92
La imagen de un estudiante incrustado en estos
materiales es sólo para comercializar los productos,
no la de un niño curioso, capaz de crear la cultura
del ambiente y contribuir en ella (Dahlberg, Moss &
Pence 1999; Rinaldi 2001; Tarr 2003).
Paredes que hacen callar
En esa sala de primero básico, me llamó la
atención cómo la exposición de los trabajos de los
niños parecía perderse entre tantas imágenes en la
pared. Los diseños de los copos de nieve en los
bordes que rodeaban las pinturas de invierno hacían
que fuera muy difícil apreciar la calidad de los
trabajos. Asimismo, los bordes decorados o
festoneados y las figuras de cartón abruman los
textos, en vez de hacer honor a las palabras de los
niños que prácticamente se hacen invisibles.
Los esquemas de fórmulas, como las hojas de
trabajo, o los móviles colgantes alegóricos al Día de
San Patricio, sofocan las verdaderas capacidades de
los niños pequeños y por consiguiente, hacen callar
la imaginación y creatividad. De la misma manera,
la gran masa de imágenes esteriotipadas silencia las
verdaderas experiencias vividas por los estudiantes.
Una sobrecarga de materiales comerciales deja
muy poco espacio al trabajo de los niños, lo cual es
otra forma de silenciar. Finalmente, los niños se ven
apagados por todos esos artículos en la pared que no
reflejan quienes realmente son en términos de
género, cultura y origen étnico.
El propósito de las exposiciones
El desafío para los educadores de la primera
infancia es ver las paredes del aula como algo más
que un elemento a decorar. En Reggio Emilia, los
muros tienen paneles para publicar documentos con
los proyectos en los cuales los niños están
trabajando. Esto se ha convertido en la base de las
investigaciones actuales y del diálogo entre los
niños, los docentes y las familias.
También existen paneles de fotografías y textos
visibles para todos para que tanto participantes como
visitantes puedan aprender (Rinaldi 2001).
La documentación se diferencia de las
exposiciones en las paredes porque incluye textos
explicativos y las propias palabras de los niños.
De este modo, las personas que los leen pueden
entender cuáles son los pensamientos y procesos de
los niños en vez de tan sólo ver el producto final. La
documentación necesita estar actualizada y debe
formar parte de la planificación y evaluación de la
clase, porque estimula a los niños a volver a
revisarlos y a compartir sus memorias. También,
puede dar paso a más investigaciones o nuevas
indicaciones (Gandini 1998).
Estas son algunas de las preguntas que los
educadores pueden hacerse:
• ¿Cuál es el propósito de los materiales que
publico en los paneles? ¿A quién está dirigido?
¿A los niños, las familias u otros visitantes?
• ¿Qué imagen de los estudiantes proyectan los
materiales expuestos?
• ¿Las exposiciones en la pared enaltecen los
trabajos de los niños, o estos se han convertido
en simples elementos decorativos?
• ¿De qué forma pueden reflejar las paredes la
vida, familias, culturas e intereses de los
estudiantes?
• ¿Los pósters invitan a participar e involucrarse
activamente o acoger pasivamente la
información (Shapiro & Kirby 1998)?
• ¿Cuál es la atmósfera en la sala? ¿Cómo
contribuyen los materiales en las paredes a esta
atmósfera?
• ¿Cuáles son las presunciones con respecto a la
manera en que aprenden los niños y cómo se
reflejan éstas en las paredes del aula?
Los educadores de jardines infantiles y escuelas
primarias o básicas están bajo presión de tener que
trabajar en el desarrollo de la alfabetización. La
literatura al respecto sugiere que los docentes creen
un ambiente que sea rico en impresiones,
incorporando cosas como los pósters de abecedarios
(Houle & Krogness 2001), símbolos, sellos, diarios
murales y más. Sin embargo, Neuman, Copple y
Bredekamp advierten que “más no significa mejor.
En un cuarto saturado de sellos, símbolos, etc.
(imprimir por imprimir), las letras y las palabras se
convierten en demasiado papel mural” (2000, 38).
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Pontificia Universidad Católica de Chile, realizada por Pedro Pavez G. y revisada por: Emy Suzuki
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¿Los abecedarios, alfabetos u otros materiales que
se espera que los niños usen como referencias, están
ubicados donde los niños pueden realmente usarlos?
Quizás los abecedarios de bolsillo son más útiles
que unos colgando sobre sus cabezas (Neuman,
Copple & Bredekamp 2000). Si aplicamos este
criterio en los abecedarios, ¿Lo podemos aplicar en
otros materiales, como las tablas numéricas? ¿Se
pueden utilizar las paredes como una ventaja
pedagógica?
Otra pregunta que se debe hacer es: “¿La
información en los pósters y tablas es exacta?”
Tracey (1994) argumenta que, por ejemplo, los niños
deben utilizar la terminología matemática correcta
desde el principio, reemplazando palabras como
diamante y óvalo por los términos rombo y elipse
(aunque diamante y óvalo sean los términos
comúnmente utilizados en los pósters para niños
pequeños). Del mismo modo, hay muchas
variedades de colores, ¿Los carteles muestran los
colores primarios y secundarios para simplificar la
descripción?
¿Los niños aportan algo en el diseño de los
murales? La educadora británica Penny Hegarty
(1996) une la participación de los niños en la
creación de un ambiente apropiado con las metas del
curriculum escolar en el área de alfabetismo visual y
comunicación visual. Los niños no sólo deben estar
involucrados en la selección de los trabajos que van
a la pared, sino que también, deben ser parte de la
creación de las exposiciones.
Finalmente, ¿Es sabio invertir en materiales de
librerías? los educadores suelen gastar de sus
propios bolsillos para decorar sus salas de clases.
Repensar qué poner en las paredes puede ayudar a
los educadores a tomar las decisiones correctas y
también a ahorrar dinero.
Estética
Feeney y Moravcij (1987), preocupados por la
estética de las aulas, sugieren que una de las formas
en que los educadores pueden mejorar la educación
estética de los niños pequeños es a través del diseño
de ambientes. Esta idea se tomó recientemente de la
literatura de Reggio Emilia, particularmente del libro
Children, Spaces, Relations: Metaproject for an
Environment for Young Children (Niños, espacios,
relaciones: megaproyecto de un ambiente para niños
pequeños) (Ceppi & Zini 1998), que mira de cerca
los ambientes educativos que estimulan el
aprendizaje de los niños a través del uso conciente
de luces, colores, texturas, sonidos y aromas. Corus
y Carter (2003) observaron aulas en Norteamérica
que han aplicado concientemente estos elementos de
diseño para motivar la curiosidad y asombro de los
niños.
Los niños no solo
deben estar Su libro Designs
involucrados en la for Living and
selección de los Learning:
Transforming Early
trabajos que van a la Childhood
pared, sino que Environments
también deben ser (Diseños para
parte de la creación aprender y vivir:
de las exposiciones transformando los
ambientes de la
infancia temprana)
es una excelente referencia para cualquier docente
que desee reconsiderar la estética de su sala de
clases.
Aunque la mayoría de la literatura preescolar
sugiere que las aulas para niños pequeños deben ser
coloridas, a menudo el color se sobre utiliza por todo
el lugar, en vez de elegir un color específico para
resaltar un lugar de la sala o crear un sentido de
unidad a lo largo del cuarto, las paredes con colores
neutros dan una sensación de calma y permiten que
se destaquen otras características en la habitación.
Observe cómo se utilizan los colores en los hogares,
edificios comerciales, espacios públicos y museos.
Considere qué es lo que hace que un espacio
sea atractivo e interesante y note la manera en
que se usan los colores para crear un
ambiente propicio para los objetos e imágenes
en él.
Considere qué es lo que hace que un espacio sea
atractivo e interesante y note la manera en que se
usan los colores para crear un ambiente propicio
para los objetos e imágenes en él.
Los trabajos de los niños se lucen mejor en
paredes neutras que no compiten con ellos. En
cambio, los bordes o marcos muy decorados
distraen. En la sala de primer grado que observé, no
había ni un solo espacio libre para descansar la vista.
La sensación era de una saturación y un caos total,
por lo tanto; se necesitaba una balanza entre los
Traducción propuesta, por EducaUC-Inicial, en convenio con la Facultad de Educación de la
Pontificia Universidad Católica de Chile, realizada por Pedro Pavez G. y revisada por: Emy Suzuki
S., Tonia Razmilic B. y Carolina Castro T.
Tarr P. (2004)”Consider the Walls” Young children; NAEYC Vol.59, Nº3, 88-92
espacios vacíos y los llenos. Las pinturas de
invierno se apreciarían mucho más si estuvieran
ubicadas fuera del borde de copos de nieve y de las
figuras de cartón. Si se dejara algo de espacio entre
los trabajos, estos se apreciarían como una entidad
individual que son parte de un proyecto grupal
mayor. Una superficie más limpia daría más
espacios libres para incluir textos que describieran el
proyecto de invierno y también incluyeran las
propias palabras de los niños.
Conclusión
No sugiero que los educadores jamás deben
comprar materiales decorativos. Muchas de las
reproducciones artísticas y visuales tienen un gran
valor educativo y es apropiado tenerlas en la sala.
Sin embargo, apoyo a los docentes que se dan un
momento para analizar de manera crítica la calidad y
cantidad de los materiales comercializados que
decoran la sala y también si contribuyen al
aprendizaje de los niños o eventualmente los hacen
callar.
Debemos respetar a los niños como aprendices
activos y curiosos con muchas ideas que comunicar.
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