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AUTÓNOMA DE MÉXICO
FACULTAD DE PSICOLOGÍA
ACTIVIDAD 3
GRUPO 9001
Este artículo aborda el cómo y el para qué sobre los estudios de la mujer en México,
así como la academización, institucionalización y burocratización del feminismo
contemporáneo. Para ello, da todo un contexto histórico de cómo se fue
desarrollando, década por década, el movimiento feminista, principalmente
centralizado en la Ciudad de México, y extendiéndose poco a poco al resto de
nuestro país.
Las mujeres han gastado mucha energía en explicar por qué es necesario estudiar
algo que puede parecer “no importante”, y actualmente más o menos se ha logrado
explicar. Ahora, los estudios de la mujer se enfrentan a la problemática de cómo ser
abordados, la metodología de investigación así como la docencia.
En vínculo entre el movimiento feminista y los estudios se ha dado de dos maneras:
directa e indirectamente. De manera directa, porque las mujeres feministas fueron
figurando dichos estudios dentro de las universidades, intentando encontrar el
balance entre su militancia en el movimiento de liberación de la mujer y el trabajo
profesional. De forma indirecta, mediante la influencia de las ideas de las luchas
feministas en mujeres de la academia por la vía intelectual (aún sin participar en el
movimiento), que consideraron importante contemplar a las mujeres en las
investigaciones y la docencia.
La autora opina que, dada la naturaleza multidisciplinaria y transdisciplinaria de los
estudios de la mujer, estas enseñanzas deberían impartirse a nivel posgrado, como
una especialidad, cuando ya existe una preparación en una disciplina. Aún así,
considera igual de importante implementar materias que aborden los estudios de la
mujer a nivel licenciatura. Existe discusión respecto a cuál es la mejor planes de
integrar dichos estudios a los planes y programas universitarios, o si más bien quizá
debería conseguirse la autonomía de estos estudios.
La entrada del feminismo a la academia, en un principio, fue más que nada por vía
informal, y ha tenido dos grandes obstáculos: la debilidad teórico y el poco
compromiso político de las feministas en las universidades, así como la poca
apertura de las autoridades académicas y burocráticas para dejar entrar al
feminismo en las universidades. Actualmente, las universidades están llenas de
personas que consideran poco científico o de poca relevancia el estudiar a las
mujeres. Además, se han tenido que atender las exigencias institucionales para
competir en el mercado académico, y así realizar investigación de “alto nivel”.
Pienso que el feminismo en la academia cuenta con una dualidad: victorias pero
también problemáticas para la lucha. Sin embargo, para mí es muy emocionante
poder tener una materia en el plan de estudios de la universidad dirigido al quehacer
feminista y a su trayectoria histórica en nuestro país. Aún con las limitaciones que
se nos presentan, considero un gran avance que pueda estarse hablando de
feminismo en las universidades, pues aunque el feminismo es para todos, pienso
que los jóvenes y adultos emergentes tienen una gran fuerza y peso en la vida
pública de México, así como tenemos mucha energía y avidez, perfecto para las
luchas sociales. Sembrar semillas en las conciencias jóvenes es una gran apuesta
en el movimiento, pues el feminismo puede adentrarse por diversas vías si tiene
mayor alcance y difusión.
Evidentemente tendremos que trabajar poco a poco cómo se construye el feminismo
en la academia, y observar qué hacer con las limitaciones que presenta su
institucionalización y burocratización. Sin embargo, como todo proceso existen
diversas etapas, y a mí forma de ver, vamos por buen camino.
Bibliografía
Bartra, E. (1999). El movimiento feminista en México y su vínculo con la academia.
Revista de Estudios de Género. La ventana, (10), 214-234.