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Temario
I. Introducción
II. El aporte del movimiento feminista
III. Sexo, género e identidad de género
IV. Modelo hegemónico: patriarcado y androcentrismo
V. Formas de la discriminación ejercida sobre la mujer: estereotipos y
techo de cristal
VI. Marco Normativo
VII. Las ventajas de la participación de las mujeres
VIII. Actividad: resolución de casos
IX. Bibliografía
La perspectiva de género en la gestión de empresas PYMES · UNIDAD 1 ·
Resumen
I. Introducción
Sin embargo, hacia la década de 1960 comenzó a abrirse paso una nueva
corriente dentro de la oleada feminista denominada “feminismo radical”.
Según ésta los valores liberales sólo son aplicables a los hombres y es la
institución social del género –y no el sistema económico– el origen de la
opresión de las mujeres. Esto es, que la causa de su subordinación no está
en el capitalismo sino en la institución patriarcal. De esta forma se
diferenció del feminismo liberal que, en un intento de eliminar las
diferencias de género, bregaba por la integración de las mujeres al mundo
del trabajo.
En los últimos años del siglo pasado diferentes voces dentro del movimiento
comenzaron dar cuenta de la fragmentación del entramado social y
proponer respuestas transformadoras a partir de las distinciones entre los
sexos. Embebidas de las ideas posmodernistas, muchas feministas
introdujeron una crítica a las teorías de sus predecesoras pues no daban
cuenta de una sociedad cada vez más compleja y fragmentada.
Y agregan que:
Pero, ¿este modelo reconoce como sujeto hegemónico a todos los hombres?
No s lo al sujeto “ om re” pero tam i n “ lanco” “adulto”
“ eterosexual” “propietario”. Esto es lo ue constitu e el modelo
androcéntrico. De modo tal que desde una perspectiva de género que
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popularmente denominado del “por algo ser ” sino para tornarla un sujeto
activo, capaz de adoptar decisiones y ser a su vez protagonista de la
transformación de su propia realidad social.
las mujeres, difícil de traspasar, que les impide seguir avanzando y alcanzar
los puestos o lugares de mayor responsabilidad. Su carácter de invisibilidad
viene dado por el hecho de que no existen leyes ni dispositivos sociales
establecidos ni códigos visibles que impongan a las mujeres semejante
limitación, sino que está construido sobre la base de otros rasgos que por
su invisibilidad son difíciles de detectar.
Que las mujeres trabajan más que los hombres en casi todos los
países y que son ellas quienes siguen realizando la mayor parte del
trabajo no retribuido.
Otro indicador del techo de cristal es que el ascenso de las mujeres está
obstaculizado por culturas corporativas muy arraigadas. Por ejemplo, las
políticas y las prácticas corporativas pueden mantener sutilmente el statu
quo al hacer de los cargos de poder corporativo un coto masculino. Las
juntas directivas, que en su mayoría están compuestas por hombres, a
menudo perpetúan el statu quo seleccionando CEO que se parezcan a ellos.
Otros obstáculos basados en diferencias de género incluyen estilos de
comportamiento y de comunicación que difieren enormemente de las
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Asimismo, los retos del equilibrio entre el trabajo y la vida personal pueden
afectar el ascenso de las mujeres y si no se tratan adecuadamente, pueden
contribuir al fenómeno del techo de cristal. Las mujeres son típicamente las
principales personas de la familia encargadas del cuidado de niños y/o
adultos mayores. A menudo se hacen suposiciones respecto a la
disponibilidad de las mujeres para realizar un trabajo sin interferir con las
responsabilidades familiares. Además, algunas organizaciones pueden no
ofrecer programas de equilibro entre el trabajo y la vida personal que
apoyen compromisos externos, particularmente en el caso de los mandos
superiores. Por lo tanto, muchas mujeres están en desventaja para tomar
medidas que incrementarían su probabilidad de ascender en la escalera
corporativa.
A través de su investigación,
Gilligan (1982) descubrió
diferencias en las formas como
varones mujeres se conci en a
sí mismos entienden su entorno
y resuelven los dilemas morales.
Los varones tienden definirse a
partir de la separación, a
evaluarse en relación con un
ideal abstracto de perfección, a
identificar la adultez con la
autonomía y el logro individual
a conce ir la moral en t rminos
jer r uicos la llamada “l gica
de la escalera” . illigan not
que, por el contrario, las mujeres tienden a definirse a través de sus
conexiones con otros, por sus actividades de cuidado, y perciben la moral
como una red interconectada. Descubrió que el desarrollo moral de las
mujeres presenta mayor complejidad y tiende a desplegar una mayor
habilidad para identificarse con otros, sostener una variedad de relaciones
personales y entender los conflictos en términos de relaciones y
responsa ilidad ue ella llama “l gica de red” pp.32-33).
El impulso feminista de fines del siglo pasado permitió que la lucha contra la
violencia ejercida contra las mujeres fuera consolidándose en diferentes
instrumentos normativos en el plano internacional y también en el
doméstico. Planteada como una problemática de derechos humanos, la
violencia de género como tantas otras problemáticas sociales no escapó a la
positivización que buscó establecer puntos mínimos de encuentro en
términos de reconocimiento de derechos, de construcción de ciudadanía y
como corolario, de obligaciones para los Estados.
Asimismo, la ley define los tipos de violencia, entre los que se encuentran:
la violencia física, la sexual, la psicológica, la económica y patrimonial y la
violencia simbólica (art. 5). Dentro de las modalidades en que éstas pueden
presentarse se describen: la violencia institucional, la violencia laboral, la
que se ejerce contra la libertad reproductiva, la violencia obstétrica, la
violencia mediática y la violencia doméstica (art. 6).
Resolución Nº 656/02
Implementación de las recomendaciones efectuadas por la COMISION
TRIPARTITA DE IGUALDAD DE TRATO Y OPORTUNIDADES ENTRE
VARONES Y MUJERES, en cuanto a las políticas y estrategias que
permitan consolidar, en el mercado de trabajo, la igualdad de trato y
de oportunidades entre hombres y mujeres en la incorporación al
empleo, la orientación y formación profesional y técnica.
http://www.infoleg.gov.ar/basehome/actos_gobierno/actosdegobierno14-9-2009-
3.htm
http://oit.org.pe/WDMS/bib/publ/libros/dialogo_social_y_genero%5BAMGF%5D.pdf
Ley Nº26.485
Ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la
violencia contra las mujeres los ámbitos en que desarrollen sus
relaciones interpersonales.
http://www.infoleg.gov.ar/infolegInternet/anexos/150000-
154999/152155/norma.htm
Ley Nº 25.673
Salud reproductiva. Buenos Aires, 30 de Octubre de 2002.
http://www.msal.gov.ar/saludsexual/ley.php
Ley Nº 25.674
Cupo sindical femenino. Buenos Aires, 6 de noviembre de 2002.
http://www.trabajo.gba.gov.ar/informacion/genero/legislacion/ley25674.pdf
Ley Nº 12.205
Obligación de proveer asientos con respaldo a cada persona
empleada. Buenos Aires, 23 de setiembre de 1935. Boletín Oficial, 5
de octubre de 1935.
http://infoleg.mecon.gov.ar/infolegInternet/verNorma.do;jsessionid=E24D1466D7B92
42E4CC2043C00369866?id=194133
Ley Nº 24.716
Licencia para trabajadoras madres de hijos con síndrome de Down
Buenos Aires, 2 de octubre de 1996. Boletín Oficial, 25 de octubre de
1996.
http://infoleg.mecon.gov.ar/infolegInternet/anexos/35000-39999/39995/norma.htm
Ley Nº 23.179
Aprobación de la Convención sobre Eliminación de la Discriminación
de la Mujer. Buenos Aires, 8 de mayo de 1985.Boletin Oficial, 3 de
junio de 1985.
http://www.infoleg.gob.ar/infolegInternet/verNorma.do?id=26305
Ley Nº 23.451
La perspectiva de género en la gestión de empresas PYMES · UNIDAD 1 ·
Convenciones Internacionales
Convención de Belém do Pará
http://infoleg.mecon.gov.ar/infolegInternet/anexos/35000-39999/36208/norma.htm
http://www.unicef.org/argentina/spanish/ar_insumos_ConvencionBelem.pdf
Acta Nº 37
http://www.trabajo.gob.ar/downloads/ctio/CTIO_acta37.pdf
Caso 1
Caso 2
IX. Bibliografía