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REANIMACIÓN O RESUCITACIÓN CARDIOPULMONAR

Es un conjunto de maniobras temporales y normalizadas


internacionalmente destinadas a asegurar la oxigenación de los órganos
vitales cuando la circulación de la sangre de una persona se detiene
súbitamente, independientemente de la causa de la parada
cardiorrespiratoria.

La reanimación cardiopulmonar debe practicarse sobre toda persona en


parada cardiorrespiratoria, es decir:

Inconsciente: la persona no se mueve espontáneamente, no


reacciona ni al tacto ni a la voz;
Que no respira: después de la liberación de las vías aéreas (desabrochar
la ropa que pueda molestar la respiración), no se
observa ningún movimiento respiratorio y no se siente el aire salir
por la nariz o la boca;

Se recomienda que todo paciente en paro cardíaco reciba reanimación, a


menos que

1. La víctima tenga una instrucción válida de no ser reanimado;


2. La víctima presente signos de muerte irreversible como el rigor
mortis, decapitación o livideces en sitios de declive;
3. No se pueda esperar un beneficio fisiológico, dado que las funciones
vitales de la víctima se han deteriorado a pesar de un tratamiento
máximo para condiciones como el shock séptico o cardiogénico
progresivos;
4. También es apropiado abstenerse de intentos de reanimación en la
sala de partos cuando se trata de un recién nacido con gestación
menor de 23 semanas o un peso al nacer menor de 400 g, o que
tiene una anencefalia, así como también en casos confirmados de
trisomía 13 o 18.

La reanimación de adultos debe seguir los pasos siguientes en rápida


sucesión:

verificar la falta de respuesta,


activar los servicios médicos de urgencia,
practicar Apoyo Vital Basico hasta que se pueda efectuar
desfibrilación,
desfibrilar si está indicado, intubar
administrar los medicamentos apropiados.

La desfibrilación precoz es fundamental, ya que la mayoría de los


paros cardíacos en adultos son secundarios a arritmias ventriculares.
Conceptualmente el paro cardiorrespiratorio es el cese global de la
circulación (actividad mecánica cardiaca) en un individuo en el cual no se
debía esperar en ese momento su muerte y se diagnostica por la ausencia
de respuesta neurológica (no responde al llamado, no se mueve), no
respira y no tiene pulso.
Desde el punto de vista conceptual creemos oportuno diferenciarlo de
otros conceptos como son:
Paro respiratorio: Es la ausencia de movimientos respiratorios
(apnea), pero el pulso está presente.
Muerte clínica: Apnea más parada cardiaca total.
Muerte cardiaca: Para establecer esta condición es necesario detectar una
asistolia eléctrica intratable (línea plana) durante por lo menos 30 minutos
a pesar de una reanimación avanzada y un tratamiento avanzado óptimos.
Muerte cerebral : Tiene criterios clínicos, electroencefalográficos, etc.
precozmente, tras una PCR es imposible su determinación, la conclusión de
los intentos de RCPC de urgencia en presencia de muerte cerebral aparente
solo está justificados cuando existe muerte cardíaca asociada.

Indicaciones de la RCP de urgencia

Por concepto, para nuestro sistema de salud todo paciente en PCR debe
ser reanimado, no obstante, pueden considerarse 3 condiciones en las
cuales no existe una justificación desde el punto de vista científico, las
cuales son:
• El RCP representa el estadío terminal de una enfermedad crónica
incurable.
• Imposibilidad de restablecer funciones nerviosas superiores, como
en el caso de destrucción traumática del cerebro, rigor mortis,
livideces en áreas declives y signos de descomposición.
• En la atención a accidentes masivos, la reanimación a pacientes con
parada cardiorrespiratoria no constituye la primera prioridad si
existen otras víctima

Soporte o Apoyo Vital Básico


El Soporte Vital Básico es considerado para un solo rescatista como una
secuencia de acciones resumidas con las iniciales CAB y aplicadas previo a
la llegada de servicios especializados de emergencia:

C para la valoración de la circulation, incluyendo las compresiones


torácicas
 C-1: Evalúe circulación (pulso central por 10 seg.).
C-2: Inicie compresiones cardiacas si no hay pulso, al ritmo y
frecuencia según la edad.
A, del inglés airway, implica la apertura o liberación de las vías
aéreas
 A-1: Abra las vías aéreas y evalúe su permeabilidad.
 A-2: Limpieza y desobstrucción si es necesario.
B, del inglés breathing, la iniciación de la ventilación artificial
 B-1: Evalúe la respiración (por 10 segundos).
 B-2: Brinde 2 respiraciones de rescate para
comprobar permeabilidad y oxigenar (si
obstrucción pasar a A-2).

El desfibrilador y su uso prehospitalario adhiere una D a las siglas


nmemotécnicas de Safar que comienza según CABD: circulación, vías
aéreas, respiración, desfibrilación. La RCPC más desfibrilación en los
primeros tres minutos incrementa la tasa de supervivencia entre un 49
a un 75 %. Cada minuto de demora en desfibrilar, reduce la
sobrevida en un 10-15 %.

Solo se dispone de 3 a 5 minutos para iniciar la RCPC, posterior a


ello puede ocurrir lesión irreversible del tejido cerebral.

I. Determinar si el paciente no responde moviéndolo con


suavidad. Evite agitar su cabeza o cuello, si se sospecha un
traumatismo en esta zona.

II. Activar los servicios médicos de urgencia.


III. Colocar al paciente sobre una superficie firme y plana. Si es
preciso rotarlo, porque está boca abajo, hágalo rodar en bloque, de
modo que la cabeza, el cuello y el tronco se muevan simultáneamente.
IV. Abrir la vía aérea del paciente. Es necesario abrirle la boca sin
quitar cualquier prótesis dental. Si no se sospecha una lesión de
cuello, se debe realizar la maniobra de extensión de la cabeza-
elevación del mentón. Si se sospecha una lesión de columna cervical,
recurra a la maniobra de tracción de la mandíbula para limitar la
posibilidad de lesión medular.

V. Una vez que se ha abierto la vía aérea, evaluar si hay respiración.


Una vía aérea abierta puede ser suficiente para que se reanude y se
mantenga la respiración espontánea.
VI. Si no hay respiración espontánea, se deben aplicar dos
respiraciones lentas (1,5-2,0 segundos por cada una), tomando una
respiración después de cada ventilación. Las ventilaciones se deben
efectuar con el volumen suficiente para que el tórax del paciente se
eleve. Las respiraciones rápidas o con mucha presión pueden provocar
distensión gástrica. Si el tórax no se expande, se debe reubicar la
cabeza del paciente e intentar una nueva ventilación. Si este segundo
intento fracasa, se deben realizar maniobras para desobstruir las vías
respiratorias (véase X).
VIl. Para evaluar la circulación se debe palpar el pulso y buscar
signos de perfusión cerebral, como la deglución o una respiración más
estable que jadeos ocasionales.
VIII.Las compresiones torácicas se deben iniciar a una frecuencia de
80-100/minuto en ausencia de pulso carotídeo. El paciente debe estar
tendido sobre una superficie sólida. Las compresiones torácicas se
realizan con el talón de una mano sobre el dorso de la otra. Las manos
deben estar colocadas 2,5 cm (1 pulgada) hacia arriba del apéndice
xifoides del paciente. Con los brazos firmemente tendidos, el
reanimador comprime 4-5 cm (1,5-2 pulgadas) el esternón del paciente.
Para evaluar la eficacia de las
compresiones, otro reanimador debe palpar periódicamente el pulso
carotídeo. Hay que efectuar quince compresiones torácicas seguidas por
dos ventilaciones. Una vez que el paciente ha sido intubado, se pueden
realizar 12-15 ventilaciones por minuto sin detenerse para las
compresiones.
IX. Interrumpir el AVB durante 5 segundos al finalizar el primer
minuto y cada 1-2 minutos a partir de entonces, para determinar si se
han reanudado la respiración i espontánea o la circulación.
Si ha vuelto el pulso espontáneo, verifique la PA y continúe con la
ventilación según el caso. De lo contrario, el AVB no debe
interrumpirse por más de 5 segundos, salvo para intubar o desfibrilar al
paciente. Los intentos de intubación no deben interrumpir la RCP por
más de 30 segundos.
X. Si un paciente está inconsciente y no se lo puede ventilar después
de dos intentos de colocar la cabeza y el mentón en la posición
adecuada, y no se dispone de laringoscopio se deben efectuar 6-10
compresiones abdominales (maniobra de Heimiich). Es necesario
prestar mucha atención a la técnica para no colocar las manos en
posición incorrecta, pues esto podría dañar órganos internos. Después
de efectuar la maniobra, hay que retirar con un dedo los residuos de la
boca del paciente y después intentar la ventilación. Esta secuencia se
debe reiterar hasta que la ventilación tenga éxito. Rara vez se necesita
cricotiro-tomía y ventilación transtraqueal para ventilar al paciente

XI. La compresión y descompresión activas intercaladas con


compresión abdominal son técnicas experimentales prometedoras
para mejorar la perfusión cerebral y cardíaca.

Algoritmo

Paciente que no responde

Seguridad en la escena y para todos.


Colocar la víctima en decúbito supino.

Abra la vía aérea


Maniobra por 10 seg.

Evaluar respiración

RESPIRA NORMAL NO RESPIRA


Continúe evaluación Active sistema Emergencia.
ABCD Posición de rescate Vía aérea. Dé 2
Espere llegada del SIUM. ventilaciones Mantenga
permeabilidad.

Evalúe Circulación.
Pulso carotídeo
Signos de vida
por 10 seg.
(movimientos, respiración,
respuesta).

PULSO PRESENTE
PULSO AUSENTE
Paciente en paro respiratorio
Paciente en Paro Cardiorrespiratorio.
Ventilación de rescate 10 x
Iniciar RCPC (30:2).
Tan pronto se tenga un desfibrilador
min. Evaluar circulación c/2

min.
Soporte Vital Avanzado
La reanimación cardiopulmonar especializada (RCPS) por un equipo
médico o paramédico entrenado es el último eslabón de la cadena de
supervivencia antes de la admisión al hospital. En el caso ideal, los
procedimientos especializados son practicados en los diez minutos que
siguen del paro cardíaco, después de la desfribrilación.
El AVCA es una extensión del AVB y, por lo general, se aplica en equipo.
Designar tempranamente un coordinador facilita la organización de las
actividades. El coordinador es responsable de asegurar la puesta en
ejecución correcta del AVCA. Debe verificar que el AVB se efectúe
correctamente y que se realice una desfibrilación temprana cuando esté
indicada.
La desfibrilación temprana es esencial y se debe realizar sin demora
antes de intubar o establecer una vía IV. Se aplica en una secuencia
progresiva con un inicio de 200 joules, 200-300 joules y, por último,
360 joules. Se debe evaluar el ritmo cardíaco después de cada intento de
desfibrilación. Se debe intentar la desfibrilación con 360 joules, después de
cada dosis sucesiva de medicamento antiarrítmico. Los intentos por
establecer una vía venosa o intubar al paciente no deben demorar
indebidamente las desfibrilaciones.

A Abrir vía aérea: colocar tubo lo antes posible

B Buena respiración: confirmar colocación correcta de tubo mediante


examen más dispositivo de confirmación
B Buena respiración: fijar tubo; se prefieren fijadores
específicamente diseñados
B Buena respiración: confirmar oxigenación y ventilación
efectivas

C Circulación: establecer acceso IV C

C Circulación: identificar ritmo en el monitor


C Circulación: administrar medicamentos apropiados para
ritmo y cuadro clínico
D Diagnóstico diferencial: investigar y tratar causas reversibles
identificadas.

• Epinefrína 1 mg IV en bolo,
repetir cada 3-5 minutos o

• Vasopresina 40 U IV, dosis única,


1 sola vez.

Reanudar intentos de desfibrilación:

1 x 360 J (o su equivalente bifásica}


dentro de 30-60 segundos

 Considerar antiarritmicos:

amiodarona, lidocaína (indeterminado), magnesio (llb si hay


hipomagnesemia), procainamida (llb para FV/TV
intermitente/recurrente) Considerar sustancias amortiguadoras

Reanudar intentos de desfibrilación

1. Aplicar descargas monofásicas en niveles de energía enunciados


(200 J, 200-300 J, 360 J) o descargas bifásicas en niveles de energía
clínicamente equivalentes.
3A. Epinefrina 1 mg en bolo cada 3-5 minutos. Dosis más altas (hasta
0,2 mg/kg) son aceptables, aunque cada vez más datos sugieren que
pueden ser perjudiciales.
3B. Vasopresina se administra como dosis única. Si no hay respuesta
5-10 minutos después de dosis IV única, es aceptable reanudar
epinefrina.
4A. Los antiarrítmicos son indeterminados o Clase llb. Son:
• Amiodarona 300 mg IV en bolo. Considerar segunda dosis de
150 mg si recidiva FV/TV sin pulso.
• Lidocaína 1,0-1,5 mg/kg IV en bolo. Considerar repetir en 3-5
minutos hasta dosis acumulada máxima de 3 mg/kg.
• Sulfato de magnesio 1 -2 g para TV polimorfa (torsades de
pointes) y sospecha de hipomagnesemia.
• Procainamida 30 mg/kg en FV refractaria (dosis máxima total 17
mg/kg) es aceptable, pero no recomendada para administración
prolongada.
4B. Bicarbonato de sodio 1 mEq/kg IV indicado para cuadros que
pueden causar paro cardíaco súbito.
5. Aplicar descargas de 360 J después de cada fármaco o de cada
minuto de RCP.

Vía Aerea apoyo ventilatorio

La intubación por medio de un tubo que se desliza en la tráquea y sirve de


conexión a un respirador artificial a las vías respiratorias del paciente, es
considerado la maniobra más óptima para asegurar la ventilación artificial.
Sin embargo hay considerable evidencia que sin la capacitación adecuada o
sin adiestramiento continuo para mantener la destreza, la incidencia de
intentos fallidos y complicaciones resulta inaceptablemente alta.

Otros dispositivos con diseño anatómico que ayudan a mantener la apertura


de la vía aérea y a lograr fácil aspiración de secreciones
incluyen tubos orofaríngeos que se adaptan al paladar, tubos nasofaríngeos
que se introducen por vía nasal y el Tubo de Safar en forma de "S" o su
modificación con válvula: el Tubo de Brook.

Videos:
https://www.youtube.com/watch?v=TxAPO8m-Rk4

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