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Republica Bolivariana De Venezuela

Ministerio Del Poder Popular Para La Educación Universitaria


Universidad De Las Ciencias De La Salud “Hugo Chávez Frías”
1er Año Medicina Integral Comunitaria
Asic Las Flores.

REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR

LICENCIADA YESIKA NÚÑEZ


REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR

La reanimación cardiopulmonar o abreviado RCP es un


procedimiento de emergencia para salvar vidas que se utiliza cuando
una persona ha dejado de respirar y el corazón ha dejado de latir. Esto
puede suceder después de una descarga eléctrica, un ataque cardíaco,
ahogamiento o cualquier otra circunstancia que ocasione la detención
de la actividad cardíaca

El tiempo de compresiones son 120 compresiones por minuto, la cual en


adultos es de 2 ventilaciones x 30 compresiones durante 5 ciclos, en
niños 2x15x5, y en lactantes 2x15x5. esto para lograr un RCP de calidad
LA RCP COMBINA RESPIRACIÓN DE BOCA A BOCA Y
COMPRESIONES CARDÍACA

La respiración boca a boca suministra aire a los pulmones de la persona.

Las compresiones cardíacas procuran restituir la actividad del corazón.

Todo ello, hasta que se puedan restablecer la función respiratoria y las


palpitaciones cardíacas de manera natural o bien de manera artificial
mediante monitores cardíacos o respiratorios.

Se puede presentar daño permanente al cerebro o la muerte en cuestión


de minutos si el flujo sanguíneo se detiene; por lo tanto, es muy
importante que se mantenga la circulación y la respiración hasta que
llegue la ayuda médica capacitada.
INDICACIONES

La reanimación cardiopulmonar debe practicarse sobre toda persona en


parada cardiorespiratoria, es decir:

No responde: la persona no se mueve espontáneamente, no reacciona ni


al tacto ni a la voz

No respira: no se observa ningún movimiento respiratorio.


Ante la duda, inicie compresiones cardiacas
SE RECOMIENDA QUE TODO PACIENTE EN PARO CARDÍACO
RECIBA REANIMACIÓN, A MENOS QUE:

1 La víctima tenga una instrucción válida de no ser reanimado;

2La víctima presente signos de muerte irreversible como el rigor


mortis, decapitación o livideces en sitios de declive;

3No se pueda esperar un beneficio fisiológico, dado que las funciones


vitales de la víctima se han deteriorado a pesar de un tratamiento máximo
para condiciones como el choque séptico o cardiogénico progresivo
Acercamiento al paciente en busca de elementos que identifiquen a
una víctima que requiera RCP
Comprobación de las funciones respiratorias: el
socorrista escucha la respiración, trata de sentir el aire sobre su
mejilla, mira si el pecho sube y desciende, y siente los movimientos
del pecho.
Se colocan las manos
entrelazadas en el centro del tórax
sobre el esternón, cuidando no
presionar en la parte superior del
abdomen o el extremo inferior del
esternón.
Posición para la RCP. Los brazos
se mantienen rectos, las
compresiones se realizan con el
movimiento de los hombros. En
un adulto se debe hundir el
esternón 5 cm
Insuflación boca a boca. La
cabeza del paciente se echa
para atrás. El socorrista
cierra la nariz del paciente
con una mano, manteniendo
la boca abierta del paciente,
y apreciando en todo
momento la barbilla.
Es importante tener presente que todos los esfuerzos que
se realicen para salvar la vida de una persona que se
encuentra en un paro cardiorrespiratorio denotan una gran
calidad humana, vale la pena que todo ciudadano común
aprenda maniobras de reanimación cardiopulmonar.
TRASLADO DE POLITRAUMATIZADOS
TRASLADO DE POLITRAUMATIZADOS

Se considera un paciente poli traumatizado o traumatizado grave aquel


que presenta distintas lesiones, de las que al menos una puede
comprometer su vida, o que van a originar secuelas muy invalidantes. Es
fundamental instaurar una adecuada prevención primaria, es decir, evitar
los accidentes. Sin embargo, una vez que éstos han ocurrido, es preciso
poner los medios necesarios para realizar un diagnóstico precoz de la
situación en el mismo lugar del accidente y el tratamiento adecuado; junto
con una movilización e inmovilización correcta, orientadas a no agravar o
no producir nuevas lesiones (prevención secundaria), trasladando al
paciente lo más estable posible y sin perder tiempo innecesario hasta el
hospital más adecuado a la patología que presente el paciente.

La forma del siniestro puede hacer presuponer una violencia tal que
indique un peor pronóstico, de manera inicial, para el paciente
ASISTENCIA INICIAL AL POLITRAUMATIZADO

En la asistencia extra hospitalaria deben tenerse muy claras las


limitaciones, sobre todo en el ámbito del traumatizado; por lo que
el objetivo será realizar un diagnóstico rápido de las lesiones
vitales, iniciar cuanto antes las medidas de resucitación encaminadas a
salvar la vida del paciente y minimizar el tiempo de llegada al
lugar donde se van a instaurar los cuidados definitivos
A la llegada al lugar del suceso es fundamental señalizar y proteger la
zona de nuevos accidentes, evitando el riesgo de los rescatadores, de
los propios heridos y del resto de personas que pasen cerca del
siniestro.
Es necesario realizar una valoración rápida de la situación en cuanto a
necesidad de personal de bomberos o policía, al número de heridos,
situación clínica de éstos, o más recursos sanitarios para atender a todos
los accidentados de forma rápida.

Deben instaurarse inmediatamente las medidas de soporte


vital avanzado dirigidas, en un primer momento, a salvar la vida y
posteriormente, identificando aquellas lesiones graves, potencialmente
peligrosas, que pueden complicar el pronóstico de los heridos.

Debe ser una prioridad siempre intentar disminuir el tiempo de llegada


al hospital adecuado donde se vayan a proporcionar los cuidados
definitivos, tratando de llevar al enfermo lo más estable posible.
VALORACIÓN INICIAL Y TRATAMIENTOS INMEDIATOS

La valoración inicial se realiza mediante una exploración rápida, completa


y organizada que no debe llevar más de 2-5 minutos y permite conocer de
un primer vistazo aquellas situaciones que puedan suponer un riesgo para
la vida del paciente o de graves lesiones, que precisen iniciar un
tratamiento inmediato para su corrección.

Se debe realizar de forma sistematizada, e indicar, además, el orden de


prioridades que deben atenderse; de forma que no se pasará a la
siguiente fase sin haber solucionado la anterior. Así se habla de la
valoración inicial del traumatizado mediante el A, B, C, D, E.
A. Apertura de la vía aérea con control cervical:

La apertura de la vía aérea es una maniobra prioritaria en el manejo del


paciente traumatizado grave, ya que «la obstrucción de ésta es la causa
más frecuente de mortalidad evitable en el paciente traumatizado» debido
a la caída de la lengua hacia atrás, obstruyendo la vía respiratoria.

B. Ventilación:

Debe exponerse el tórax del paciente y realizar una rápida inspección y


palpación para descartar fracturas costales, heridas abiertas o
penetrantes, etc.

En situación de gravedad del paciente hay que descartar y tratar, si


existen, patologías de alto riesgo (neumotórax a tensión, taponamiento
cardíaco, neumotórax abierto)
C. Circulación y control de hemorragias:

Es prioridad absoluta evitar que el paciente siga sangrando. El control de


las hemorragias externas debe realizarse mediante compresión en la
zona de hemorragia, estando los torniquetes absolutamente
contraindicados, salvo en casos de amputaciones traumáticas en las
que, incluso ahí, la mayoría de veces no serían necesarios y mediante un
vendaje compresivo correcto es fácil cohibir la hemorragia.

No deben extraerse nunca los cuerpos extraños penetrantes de


aquellos lugares donde no se sepa qué estructuras están afectadas y
sean además, difícilmente compresibles para evitar el sangrado (cuello,
tórax, abdomen)
 D. Déficit neurológico:

Debe realizarse una valoración neurológica rápida para determinar el


nivel de conciencia del paciente. Ésta puede ser mediante la
regla AVDN (Alerta, respuesta a estímulos Verbales, a
estímulos Dolorosos, o No respuesta) o bien mediante la escala
de Glasgow (GCS), junto con el tamaño y reactividad pupilar.

E.  Exposición y control de temperatura ambiental:


Hay que retirar la ropa para exponer al paciente lo suficiente como para
descartar lesiones de gravedad o fracturas abiertas, evitando desnudarle
totalmente hasta no estar en un lugar cubierto. Además se debe preservar
al enfermo de la hipotermia, es obligado velar por su intimidad evitando
exposiciones innecesarias a la intemperie. Por ello, debe mantenerse
caliente el habitáculo de la ambulancia o de la sala de exploración e
incluso calentar los fluidos de perfusión para poder conseguir su
estabilización hemodinámica, que estando hipotérmico sería muy difícil de
conseguir
VALORACIÓN SECUNDARIA

Se trata de realizar una exploración física minuciosa, completa


y rigurosamente sistematizada, desde la cabeza hasta los pies;
inspeccionando, palpando y auscultando al paciente para detectar todas
aquellas lesiones que se pudieran haber obviado o puedan dar lugar a un
empeoramiento de su estado.

Cabeza y cara:

Hay que palpar el cráneo y cuero cabelludo para descubrir fracturas,


hundimientos, etc., así como todas las estructuras óseas faciales
descartando o no la presencia de asimetrías faciales, hematomas,
erosiones, heridas, movilidad anómala de maxilares o mandíbula, etc.
 Región cervical:

Realizar una inspección exhaustiva buscando erosiones, heridas


penetrantes, hematomas o desviaciones traqueales. Debe palparse las
apófisis espinosas cervicales en busca de hundimientos o protrusiones que
indiquen lesión cervical. Observar  presencia de enfisema subcutáneo, así
como los pulsos pedios y estado de las venas yugulares.
Tórax:
Efectuar una inspección global del tórax en busca de heridas penetrantes
que burbujean o soplan, asimetrías torácicas, movimientos paradójicos,
hematomas o signos de contusión.
 Abdomen:
Explorar el abdomen en busca de erosiones, heridas penetrantes, dolor
espontáneo a la palpación, defensa, que puede orientar a la n ecesidad de
cirugía. Si existe dolor e inestabilidad a la compresión de crestas ilíacas o
sobre sínfisis del pubis, debe sospecharse una fractura pélvica, por lo que
se evitarán maniobras agresivas de apertura y cierre de crestas ilíacas
para evitar un aumento del sangrado y riesgos de complicaciones
añadidas.

Genitales y periné:

No debe olvidarse la exploración en busca de equimosis, heridas, sangre


en meato urinario; y realizar un tacto rectal cuando exista inestabilidad
pélvica o lesión medular en busca de sangre, integridad de la pared,
situación de la próstata y tono del esfínter anal, y en su caso, tacto
vaginal descartando sangrados y laceraciones.
Lesiones ortopédicas y de columna:

Palpar completamente las extremidades y las articulaciones,


descartando dolor, deformidad, crepitación, impotencia funcional,
valorando también la movilidad activa y pasiva de los miembros.

Existen dos situaciones importantes que pueden provocar hipotensión


grave; las fracturas de fémur y las fracturas pélvicas (sobre todo las
inestables), que pueden llevar a hipovolemia. Estas últimas pueden
conllevar, además, lesiones asociadas de vísceras abdominales,
uretrales o de vejiga.

Hay que palpar los pulsos periféricos antes y después de cada


movilización de una fractura para comprobar que no existe
compromiso vascular.
Recordatorio

Recuerde que cada vez que vaya a tocar a


un paciente, porque tenga que realizar
algún proceder diagnóstico o terapéutico,
debe lavarse las manos antes y después
del proceder.

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