Home Office

y el cuidado de las
relaciones laborales

Impactos del Trabajo 4.0

en responsables indirectos
de niñez y adolescencia

Emilio Salao Sterckx

Facultad de Psicología - PUCE
Home Office y el cuidado
de las relaciones laborales
Impactos del Trabajo 4.0
en responsables indirectos
de niñez y adolescencia
Emilio Salao Sterckx
Introducción
La palabra “cuidado” tomó varios sentidos
y usos a partir de la emergencia sanitaria por
la pandemia del COVID-19. Por ejemplo, el
cuidado personal para prevenir el contagio.
El cuidado también puede pensarse como
un regulador de las relaciones al interior del
hogar para que una familia aprenda a sobre-
llevar el confinamiento. Un tercer sentido,
y que viene a ser el interés de este texto, es
el cuidado en su valoración política, normativa
y estratégica para contrarrestar el desgaste
psicológico que conlleva el cuidado de niños,
niñas y adolescentes.
La reflexión de este texto se produce en el
contexto del Proyecto Cuidado del Cuidador
del convenio PUCE-UNICEF, dirigido a los
trabajadores en el cuidado de niños, niñas y
adolescentes en un contexto institucional. La
modalidad de atención a cuidadores se reali-
za a través de espacios de contención psico-
lógica grupal, los cuales, independientemen-
te de la disciplina del cuidador, sea la salud,
la educación u otros, hacen de esta palabra
una práctica diaria. El cuidado se origina del
latín cogitatus, que curiosamente quiere decir
pensamiento e interés reflexivo (RAE, 2018).
Como tal, está compuesta por el prefijo ‘co’,
que hace referencia a la acción conjunta y glo-
bal y, ‘agitare’, que significa ponerse en movi-
miento, agitar, darles vuelta a las cosas. Por
ello, podríamos decir que el cuidado es tanto
un hacer y un pensar.
Los pensamientos que aquí se transmiten se
originan en el hacer de un grupo de psicólogos
clínicos y educativos pertenecientes a la Facul-
tad de Psicología de la Pontificia Universidad
Católica del Ecuador (PUCE), quienes colabo-
ran en el proyecto Cuidado del Cuidador desde
una perspectiva clínica y de psicología educa-
tiva. Este espacio, dirigido a profesionales que
laboran en instituciones de atención directa
o indirecta a niñez y adolescencia, es una
apuesta a la importancia de escuchar y conte-
ner a quienes hacen del cuidado un principio y
valor que determina el horizonte de su trabajo.
Este es el primero de varios textos que abor-
darán reflexiones que se originan en los espa-
cios grupales con los cuidadores. Los escritos
buscarán ajustarse a la realidad local, en la que
el cuidado del cuidador puede tener sus pro-
pios matices, entendiendo que los sentidos
de lo global no se construyen desde la macro-
política de lo social, sino, como diría Sassen,
desde los acciones locales, por lo tanto, no se
considera una contraposición entre lo global
y lo local, sino su relación y complemento
(Sassen, 2007).
El cuidado como relación laboral
En esta primera reflexión queremos proponer
una discusión que se centra en una realidad
específica del cuidado indirecto con niños,
niñas y adolescentes a cargo de funcionarios
de instituciones nacionales, con una remarca-
da presencia institucional, la cual define tanto
su bienestar como malestar.
Vale preguntarse entonces: ¿qué es una insti-
tución? Las instituciones son personas de una
en una, en tanto son seres humanos quienes
adoptan ese común denominador, son quie-
nes evocan las palabras y las prácticas de esas
costumbres instituidas, quienes construyen
las relaciones y vínculos entre compañeros
y compañeras. Lo que marca el hacer de una
institución son quienes trabajan en ella. En el
 Sostenimiento psicológico a los trabajadores de primera línea en Infancia y Adolescencia
ambiente institucional el cuidado del cuidador
es un principio anclado a una política interna
de la organización, otras veces es un principio
inscrito en la filosofía institucional que no se
traduce en acciones claras, pero sí en un tipo
de trato. La que más llama nuestra atención
ahora es cuando el cuidado del cuidador es
una forma de relación diluida en el comporta-
miento individual y colectivo.
Desde las obras clásicas del análisis institucio-
nal, como la de Kaës y Roussillon, se señalaba
que las instituciones se sostienen más por lo
informal de sus relaciones que por la formali-
dad de sus acciones, es decir, parecería que
la fortaleza de una organización se ancla en la
capacidad técnica de cumplir su propósito, sin
embargo, lo que sostiene al cuerpo institucio-
nal son los modos de relación de sus miem-
bros (Roussillon, 1989). Nos damos cuenta
de que es posible que no solo lo institucional
se sostenga en las relaciones, sino que las
relaciones sostengan también a las personas.
La clave principal para afirmar esto es que la
causa más frecuente de descompensación
emocional en los trabajadores indirectos del
cuidado tiene que ver con la distancia obligada
respecto a sus compañeros. Entre más com-
pañerismo existía en la dinámica presencial,
mayor es el impacto de esta nueva modalidad
llamada teletrabajo.
El trabajo como segundo hogar
Muchos trabajadores indirectos con niñez
y adolescencia, señalan que uno de los princi-
pales impactos del teletrabajo es que no solo
afecta la eficacia de su labor, sino también el
placer de trabajar; no solo borra la línea de se-
paración entre el hogar y la institución, sino
además no permite el ejercicio de un tipo de
cuidado: el cuidado relacional con los otros
y los objetos.
Por ejemplo, las personas extrañan las plantas
de su oficina, su escritorio, sus adornos, pero
aún más los chistes de sus compañeros, las
anécdotas de su amigo más íntimo, incluso el
olor de su compañero de oficina. En algunos
casos, también extrañan la fotografía de un
hijo, la cual tenían sobre su escritorio, el hijo al
que ahora ven todos los días y no pueden des-
pegarse, puesto que el significado de esa re-
lación padres-hijos, tenía que ver también con
los momentos de separación. Extrañar la foto-
grafía es extrañar la separación. No es insólito
que uno de los fenómenos más frecuentes
del proyecto Cuidado del Cuidador, es que los
espacios psicológicos grupales se aprovechan
por sus participantes para “ponerse al día”, en-
terarse de quién está más delgado o subió de
peso, quién fue a la oficina a recoger algún do-
cumento y pudo regar las plantas, porque pa-
reciera que un helecho o una violeta africana
son también compañeros de una trayectoria.
¿Cómo se construyeron esas relaciones? Pre-
cisamente en los momentos no formales,
como la hora de almuerzo, el cafecito, los fes-
tejos de cumpleaños, las cenas navideñas, las
salidas recreacionales. Incluso, el acompaña-
miento en una crisis personal, en la pérdida
de un ser amado, el divorcio, los problemas
de salud, entre otros, se inscriben en la me-
moria afectiva como la forma en que el trabajo
acompaña las vicisitudes de la vida. A veces,
el cuidado del cuidador no se instala como un
programa regular del departamento de salud
ocupacional o los talleres de talento humano,
sino en la apertura de la institución hacia la
persona del trabajador, permitir simplemente
que las personas puedan ser ellas mismas.
La disposición institucional es también una dis-
posición espacial. Como diría Marc Augé, un
espacio se convierte en un lugar precisamen-
te porque alguien se apropia de él, lo ocupa,
lo transforma, es decir, lo vuelve un segundo
hogar (Augé, 2012). El trabajo como un hogar
tiene que ver con los espacios vitales, históri-
cos y susceptibles de relación y vínculos con
Facultad de Psicología - PUCE
otros. A su vez, se trata de posibilitar el des-
plazamiento de sentimientos y valores hacia
los espacios. La apropiación del espacio del
trabajo se encuentra bloqueada en las condi-
ciones actuales por el confinamiento. ¿Cómo
hacer del teletrabajo un segundo hogar en un
contexto de home office?
Trabajo 4.0, niñez y adolescencia
El COVID-19 llegó al mundo en el despegue
de la cuarta revolución industrial, que es a su
vez, una revolución del trabajo (Anhert, 2018).
La misma se origina en occidente y alcan-
za a América Latina en una gran brecha so-
cial, económica y técnica. De acuerdo con la
CEPAL, solo el 26% de los trabajadores de la
población económicamente activa tiene capa-
cidades para el teletrabajo (Bárcena, 2020).
En la dirección del Trabajo 4.0 y sus procesos
de transformación social, el lugar del cuidado
está en una posición desequilibrante, puesto
que la digitalización de las relaciones labora-
les disminuye las posibilidades de resolución
de conflictos y la reorganización cotidiana de
las metas institucionales, de tal forma que au-
mentan los riesgos de violencia entre compa-
ñeros, dificultades para manejar las contingen-
cias cotidianas propias del trabajo y frustración
con los resultados alcanzados.
El home office es una de las modalidades del
Trabajo 4.0 que, si bien aparece como una me-
dida temporal para sostener el confinamiento,
empieza a instalarse como un proceso acele-
rado. En el trabajo del cuidador indirecto de
niñez y adolescencia, esto podría afectar la
percepción de impacto que espera tener so-
bre la población meta, es decir, podría alejarlo
mucho más de la realidad en la que intervie-
ne. La distancia social, necesaria para evitar el
contagio, es posiblemente una distancia con la
realidad. En ese sentido se plantea uno de los
últimos aportes de esta reflexión. El cuidado
de las relaciones implica el cuidado del criterio
de realidad, que es un conjunto de nociones
que regulan las relaciones sociales y la cons-
ciencia sobre los efectos de vivir en el mundo.
El mismo depende de los procesos comunica-
cionales que se conjugan en la cotidianidad.
¿Cuáles serían los efectos en el trabajo sobre
la niñez y adolescencia? Posiblemente que la
construcción de políticas públicas, procesos
y protocolos no puedan garantizarse por la
brecha entre lo que la política pública propo-
ne en una dinámica virtual y las capacidades
e instrumentos con los que cuentan los acto-
res directos. La virtualización de las relaciones
laborales y la falta de relación con el entorno
podría dirigir a la organización al debilitamiento
institucional.
Luz en el camino
¿Cómo cuidar las relaciones laborales en la dis-
tancia social? Entendiendo que los medios di-
gitales del home office tienen aún mucho que
resolver y desarrollar para mejorar las interac-
ciones entre los usuarios, una posible alterna-
tiva está en la voluntad para reconstruir lo no
formal desde la distancia social, tarea que no
puede depositarse a las plataformas digitales,
sino a la capacidad de los individuos para huma-
nizar el teletrabajo. No existen fórmulas para re-
solver esta incógnita, pues esto depende de las
formas de compañerismo que son específicas
por cada institución. Sin embargo, una clave
muy básica es que la informalidad es apreciada
cuando la institución reconoce ese espacio en
el horario de trabajo. Es decir, en el espacio y
tiempo productivo es donde es más apreciado
el cuidado de las relaciones. Cuando el equipo
técnico hace una pausa en medio de la jornada
para dedicarle unas palabras a un compañero
por su cumpleaños; cuando la directora de la
organización abre su agenda apretada para es-
cuchar la aflicción de un colaborador, es cuando
se construye el principio del cuidado, no como
un procedimiento, sino como la humanización
que aparece en los actos más espontáneos.
 Sostenimiento psicológico a los trabajadores de primera línea en Infancia y Adolescencia
La formalización de ese tiempo y espacio a
través de propuestas psicológicas regulares,
respetuosas y accesibles puede sostener las
frustraciones del teletrabajo. En algunos ca-
sos hemos encontrado que las prácticas de
escucha ya se encontraban en algunas áreas
institucionales. Aquellos trabajadores que han
contado con más dispositivos psicológicos
de contención emocional, incluso previo a la
intervención del proyecto, tienen más herra-
mientas para enfrentar el trabajo en confina-
miento. “Hablar y ser escuchado sí sirve de
algo” dijo una de las participantes, lo que quie-
re decir que no siempre se trata de soluciones
prácticas a cada problema, sino de reconocer
la humanidad del trabajador al darle importan-
cia a su palabra.
El sentido del cuidado como un pensar y un ha-
cer nos permite considerar que en un contex-
to de emergencia y crisis sociales no solo son
necesarias las respuestas inmediatas y efecti-
vas, sino también pensar sobre lo que se está
haciendo. Las reflexiones expuestas aquí son
traídas de los encuentros con los cuidadores
indirectos en niñez y adolescencia. Estas son
una parte de sus preocupaciones, sus pensa-
mientos e ideas, muchas veces por primera
vez transmitidas después de varios meses de
silencio. A la par que pueden hablar sobre lo
que viven también hablan sobre lo que hacen,
tratando de crear un nuevo sentido de su pa-
pel en la sociedad.
Las instituciones son personas de una en una,
tienen nombre y apellido, tienen historia, moti-
vaciones, ideales, conflictos y temores. En una
realidad donde la distancia social deteriora el
estado de la realidad y remarca las brechas en-
tre procesos nacionales y destinatarios finales,
es justamente el compañero de oficina, aquel
cuyo olor se nos hace familiar, quien desde una
opinión diferente puede decirnos que tan cerca
o que tan lejos están nuestros pies del suelo.
Referencias
Anhert, S. (02 de 08 de 2018). Industria 4.0:
menos trabajo manial, más trabajo intelec-
tual. DW.
Augé, M. (2012). Futuro. Buenos Aires:
Adriana Hidalgo Editora.
Bárcena, A. (11 de 6 de 2020). ¿Está preparada
América Latina para la nueva revolución
industrial? (C. Chimoy, Entrevistador)
RAE. (2018). Diccionario de la Real Academia
de la Lengua Española. Obra Social de
la Caixa.
Roussillon, R. (1989). Espacios y prácticas ins-
titucionales. La liberación del intersticio.
En R. Kaës, La Institución y las institucio-
nes (págs. 188-212). Buenos Aires: Paidos.
Sassen, S. (2007). Una sociología de la globali-
zación. Buenos Aires: Katz.
Emilio Salao Sterckx es psicólogo clínico,
investigador de la Pontificia Universidad
Católica del Ecuador. Pertenece a la Fa-
cultad de Psicología y trabaja desde el
Centro de Psicología Aplicada. Sus cam-
pos de investigación se centran en la
psicología ambiental, cultura digital, vio-
lencias, derechos humanos, migración
internacional y movimientos sociales.
Está columna es parte del proyecto en-
tre PUCE-UNICEF llamado “Dispositivos
de acompañamiento y sostenimiento a
equipos psicosociales y padres-Covid19”.
En el cual el autor es coordinador del
componente de sostenimiento psicológi-
co a los trabajadores de primera línea en
Infancia y Adolescencia.