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OBESIDAD

¿Qué es?

La obesidad es una enfermedad crónica, progresiva, que afecta aspectos


biológicos, psicológicos y sociales de la vida de un individuo. Se asocia
con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, de
un incremento de la mortalidad y de una disminución de la calidad de
vida.

La Organización Mundial de Salud (OMS) define la obesidad como una


acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para
la salud.

La obesidad también se clasifica de acuerdo con la distribución del tejido


adiposo en:

Obesidad abdominal, visceral. También denominada tipo androide con predominio


de adiposidad en la mitad superior del cuerpo: cuello, hombros y abdomen. Este tipo
de obesidad se asocia con un aumento del riesgo de enfermedades metabólicas
(diabetes tipo 2, aterosclerosis, etc.).

Obesidad femoro glútea o ginoide. Con predominio de adiposidad en los glúteos, las


caderas, los muslos y la mitad inferior del cuerpo.

Prevencion primaria:

- Promoción de la lactancia materna. Lo ideal sería que alcanzara hasta los 6 meses de vida. Se ha
demostrado el efecto protector para la obesidad futura y su duración se asocia inversamente al
riesgo de obesidad.

- Normas dietéticas: El pediatra debe vigilar periódicamente la dieta y aprovechar las visitas del
niño para recordar que debe limitarse el consumo de bollería industrial, dulces, snacks, refrescos
azucarados y prohibirse bebidas alcohólicas (en el adolescente).

- Disminución de los alimentos con contenido elevado en grasa. Se recomendará un consumo


adecuado de grasa monoinsaturada (aceites de oliva) y poliinsaturada (aceite de soja, pescados
entre otros), junto con una reducción del aporte de grasa saturada (embutidos, bollería, helados,
etc)

- Evitar el consumo excesivo de proteínas. En la infancia, un exceso de consumo proteico


favorecería la diferenciación de preadipocitos a adipocitos por un incremento de la producción de
IGF1, con lo que se favorecería asimismo el rebote adiposo de la 1º infancia. Esta hipótesis sin
embargo está pendiente de confirmar. (5)
- Favorecer el consumo de
hidratos de carbono
complejos. Deben limitarse los
hidratos de carbono con índice
glucémico elevado y absorción
rápida, que producen un
rápido incremento de los
valores de glucemia e
insulinemia postprandiales,
con la consiguiente
hipoglucemia posterior, que
provoca sensación de hambre y favorece una nueva comida de alimentos favorecedores de la
obesidad en el niño, con lo que se establece un círculo vicioso. Así pues, se desaconsejan los
refrescos azucarados y azúcares de alimentos manufacturados, y se recomiendan los hidratos de
carbono complejos (con índice glucémico bajo y absorción lenta) tales como cereales, frutas,
verduras y leguminosas.

- Un esquema fácil es el basado en la pirámide de los alimentos: En el nivel inferior, están los
cereales, las verduras, frutas, legumbres, hortalizas, el queso y el yogur, que deben ser la base de
la alimentación y se deben tomar diariamente. En la parte intermedia están las carnes poco grasas,
el pescado y los huevos, que se deben tomar pocas veces a la semana. En la parte superior se
sitúan las carnes rojas, que deben ingerirse en escasa cantidad (pocas veces al mes). Este tipo de
alimentación debe adaptarse a nuestro medio, con las características de la dieta mediterránea
(aceite de oliva como aporte principal de grasa en la dieta) y preparación culinaria mediante la
cocción y el asado, evitando la adición de salsas.

Para prevenir los hábitos inadecuados nutritivos, la edad a la que hay que educar a los niños es
desde los 3- 4 años.

Tratamiento:

 Reducir las calorías. La clave para perder peso es reducir la cantidad de calorías que
ingieres, y el primer paso es revisar tus hábitos de lo que comes y bebes para ver cuántas
calorías consumes normalmente y de qué manera puedes reducirlas.

 Sentir saciedad al comer menos. Algunos alimentos, como los postres, los caramelos, las
grasas y los alimentos procesados, contienen muchas calorías en una pequeña porción. En
contraste, las frutas y verduras proporcionan un tamaño de la porción más grande con
menos calorías.

 Elegir opciones más saludables. Para que tu dieta sea más saludable, come más alimentos
vegetales, como frutas, verduras y granos integrales. Además, elige fuentes magras de
proteínas, como frijoles, lentejas y soja, y carnes magras. Si te gusta el pescado, trata de
comerlo dos veces por semana. Limita la sal y el azúcar agregada.

 Restringe ciertos alimentos. Determinadas dietas limitan la cantidad de un grupo de


alimentos en particular, como los alimentos que tienen un contenido alto de hidratos de
carbono o de grasa. Pregúntale a tu médico qué planes de alimentación son eficaces y
cuáles podrían resultarte útiles. Las bebidas endulzadas con azúcar son una manera segura
de consumir más calorías que lo deseado. Limitarlas o eliminarlas por completo es una
buena idea para empezar a reducir el consumo de calorías.

 Reemplazos alimentarios. Estos planes sugieren que reemplaces una o dos comidas por
sus productos, por ejemplo, batidos o barritas de bajas calorías, así como que comas
refrigerios saludables y que hagas una tercera comida equilibrada, con un contenido bajo
de grasas y de calorías.

 Haz ejercicio. Las personas con obesidad necesitan realizar al menos 150 minutos a la
semana de actividad física de intensidad moderada para prevenir un mayor aumento de
peso o para mantener la pérdida de una cantidad modesta de peso.

 Mantente en movimiento. Aunque el ejercicio aeróbico es la manera más eficiente de


quemar calorías y perder el exceso de peso, todo movimiento adicional ayuda a quemar
calorías.

Medicamentos para la pérdida de peso

Los medicamentos más comunes aprobados por la Administración de Alimentos y


Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) para el tratamiento de la obesidad incluyen:

Bupropión-naltrexona (Contrave)

Liraglutida (Saxenda)

Orlistat (Alli, Xenical)

Fentermina-topiramato (Qsymia)

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