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ADAPTACIONES Y EFECTOS DE ENTRENAMIENTO

ADAPTACIÓN: es el proceso que hace que un sujeto mejore, mantenga o pierda el nivel de entrenamiento,
es decir, el rendimiento. Al nivel habitual del cuerpo en condiciones de reposo se denomina homeostasis
(estado de forma inicial), que es el estado de equilibrio dinámico en el que se encuentran los procesos
biológicos del organismo. Si se produce una estimulación (entrenamiento) sobre esta homeostasis o
equilibrio, este se rompe y se pasa a un estado de heterostasis (estado de forma posterior), es decir, el
cuerpo debe modificar sus procesos metabólicos, basales, estructurales, etc. mientras se produce esta
estimulación y posteriormente para estar de nuevo en equilibrio.
Así, la adaptación es el proceso por el cual el organismo vuelve al equilibrio inicial u homeostasis. De esta
forma, en el entrenamiento, la adaptación es el proceso de asimilación de los cambios provocados por el
ejercicio físico. El objetivo es adecuar las capacidades del organismo ante las cargas y adaptarlo al tipo de
trabajo específico que se realiza.
Hay acciones deportivas que se constituyen en su primera fase como agentes de desgaste y mediante
este proceso el organismo sufre pérdidas en su constitución, este es el fenómeno del “stress” que desde el
punto de vista fisiológico puede ser considerado como el precio de desgaste del organismo. Por stress
entendemos a la tensión que se produce en el organismo cuando se es sometido a un estímulo (Manso,
Valdivieso y Caballero).
Pshennikova dice: “Como resultado de la acción de las señales que reciben los receptores, el impulso
aferente llega al córtex del cerebro donde surgen los procesos de excitación e inhibición que forman el
sistema funcional correspondiente que une ciertas estructuras del encéfalo. Este sistema de regulación
moviliza de modo selectivo los grupos musculares correspondientes. Este proceso hace intervenir las
estructuras de todos los niveles motores del cerebro: el nivel subcortical motor, el nivel motor del tronco
que incluye los sistemas motores del mesencéfalo y del bulbo raquídeo, del nivel motor segmentado que
une los centros motores de la médula espinal y, del eslabón final: las motoneuronas. Simultáneamente a la
movilización de los músculos, se actúa sobre los centros reguladores de la circulación sanguínea, de la
respiración y de otras funciones vegetativas”.

Para entender los procesos de adaptación es necesario tener claro el significado de 3 aspectos
determinados de los mismos:

1) El nivel de estrés: se lo puede ligar al entrenamiento siempre que consideremos a este como la tensión
que se produce en el organismo cuando se ve sometido a un estímulo. Seyle a partir de esto desarrolló una
teoría (SGA) en la que definía las 3 etapas por las que pasa el organismo cuando es sometido a los estímulos
mencionados.
En primer lugar, se produce en el organismo un estado de alarma (Alarm Reaction) ante la aparición de
un estímulo que altera la situación de reposo en que se encontraba antes de la aparición del mismo. En la
segunda etapa el organismo reacciona (Stage of Resistance) intentando adaptarse a la nueva situación ante
la que se encuentra. La tercera y última fase representa el resultado final de la respuesta (Stage of
Exhaustion) al estímulo, pudiéndose llegar a 2 tipos de situaciones:
A) El estímulo es demasiado intenso o muy prolongado, y por ese motivo el organismo no se puede adaptar,
llegándose al agotamiento.
B) El estímulo no llega a esos límites extremos y por lo tanto el organismo se adapta.

2) Tendencia a mantener el equilibrio u homeostasis: los procesos adaptativos no pueden ser limitados a
reacciones homeostáticas específicas a pesar de que al final son de este orden. Para Viru la reacción de
adaptación específica forma parte del proceso de adaptación general, la cual tiene sus principales
componentes en:
A) La movilización de las reservas energéticas.
B) La activación de las síntesis proteicas.

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C) Activación de las defensas del organismo (Actividad inmunitaria, etc.).

3) El efecto del Entrenamiento: estos son los cambios que acontecen en el organismo y que son el resultado
del proceso de entrenamiento. Hay diferentes:
A) Efecto Inmediato: es aquel que produce una carga de entrenamiento inmediatamente después que la
misma ha finalizado.
B) Efecto Resultante: hace mención a los cambios que se van sucediendo en el organismo como resultado
de una carga hasta que se ejecuta la siguiente. Variará en cada carga según la recuperación.
C) Efecto Acumulativo: es el resultado de los efectos inmediatos que se producen durante un proceso
prolongado de entrenamiento. Este es uno de los objetivos básicos a cumplir en un mesociclo.

F. Navarro (1985) también habla del Efecto Residual entendiendo por el mismo la capacidad que tiene
un sujeto de conservar las adaptaciones alcanzadas por el entrenamiento, una vez que este ha finalizado.
Varía para cada cualidad y su nivel de desarrollo. En este sentido propone:

CUALIDAD DESENTRENAMIENTO
Productividad Metabólica Anaeróbica Días a Semanas

Productividad Metabólica Aeróbica Semanas a Meses


Sistema Cardiovascular / Respiratorio Meses a Años
Sistema Muscular Meses a Años
Sistema Neuromuscular Años

La forma en la que se lleva a cabo el proceso de adaptación está mediatizada por un amplio número de
factores. Los más importantes que determinan el grado o nivel de adaptación de las cargas son de 2 tipos
(Weineck, 1992):

A) Factores Endógenos:
-Edad
-Sexo
-Años de entrenamiento previo
B) Factores Exógenos:
-Valor de la carga de entrenamiento
-Nutrición

Por su parte González – Badillo (1995) cita 7 parámetros relacionados con la adaptación y el tiempo de
aplicación de las cargas:
-Potencial de Adaptación Genético: cada sujeto nace con unas posibilidades o capacidades de adaptación.
-Capacidad de Rendimiento Máximo: es el máximo porcentaje del potencial de adaptación genética
conseguido hasta una fecha determinada.
-Capacidad de Rendimiento Actual: es el porcentaje de la capacidad de rendimiento máximo alcanzado en
un momento determinado.
-Déficit de Adaptación: es la diferencia entre la capacidad de rendimiento máximo y el potencial de
adaptación genético.
-Exigencia de Entrenamiento: grado de carga o esfuerzo que significa un entrenamiento respecto a la
capacidad de rendimiento actual.

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-Reserva de Rendimiento: porcentaje de la capacidad de rendimiento actual que es utilizado en una sesión
de entrenamiento.
-Reserva Actual de Adaptación: capacidad de mejora de la adaptación o posibilidad de progresión en un
ciclo de entrenamiento.

En suma, es un conjunto de reacciones fisiológicas en donde el sujeto recibe una carga externa y
reacciona con su carga interna y proporciona que se asegure el equilibrio del medio interno con la
homeostasis. Es un proceso constante de acomodación y autorregulación.
-Elección de la estrategia óptima para adaptar la conducta.
-Adaptación fisiológica y modificaciones del funcionamiento del organismo y de los sistemas.
-Adaptación bioquímica como recurso extremo de acomodación (ej: aumento de glóbulos rojos, enzimas,
etc).

Para Álvarez de Villar es la especial capacidad de los seres vivos para mantener un equilibrio constante
de sus funciones ante la exigencia de los estímulos que constantemente inciden en ellas gracias a la
modificación funcional que se produce en cada uno de sus órganos y sistemas.
Según Platonov se entiende a la adaptación como la capacidad de los seres vivos de acostumbrarse a las
condiciones del medio ambiente. Es preciso tener en cuenta que la adaptación designa un proceso durante
el cual el organismo se adapta a factores de los medios interno y externo. Y que designa el resultado del
proceso de adaptación.
Las manifestaciones de la adaptación en el deporte son múltiples. Durante el entrenamiento hay que
amoldarse a cargas físicas de distintas tendencias, de coordinación, intensidad y duración complejas y
utilizar un gran arsenal de ejercicios encaminados a educar las cualidades físicas, perfeccionar la maestría
técnica y táctica y las funciones psíquicas.
El concepto de adaptación está íntimamente ligado al de estrés, el cual es considerado como un estado
de tensión general del organismo que aparece bajo la acción de un excitante muy fuerte. Las reacciones
posibles son de 2 tipos:

1) Si el excitante es demasiado fuerte o si actúa durante largo tiempo, se produce una fase final de estrés –
síndrome – agotamiento.
2) Si el excitante no supera las reservas de adaptación del organismo, se produce la movilización y la
distribución de los recursos energéticos y estructurales del organismo y se activan los procesos de
adaptación específica, etc.

En el entrenamiento y en la competición, el desarrollo de las reacciones del primer tipo se da cuando se


planifican cargas excesivas. La reacción del segundo tipo es una reacción particular que estimula la
adaptación.
Las reacciones de adaptación del organismo humano pueden dividirse en rápidas y largas, innatas y
adquiridas. La adaptación crónica va apareciendo poco a poco como resultado de una acción larga o corta
sobre el organismo de determinados excitantes. La adaptación larga se fundamenta en la realización
repetida de la adaptación aguda y el organismo adquiere una nueva cualidad al final de la asimilación
progresiva de ciertas transformaciones: de no adaptado pasa a ser adaptado.
El paso de la etapa incompleta de la adaptación a la etapa larga es el momento crucial del proceso de
adaptación, ya que es la prueba de la eficacia de la adaptación a los factores correspondientes del medio
exterior.
La formación de reacciones de adaptación crónica se produce paralelamente a la de los sistemas
funcionales. Las leyes del desarrollo de la adaptación están estrechamente vinculadas a las leyes de
formación de los sistemas funcionales según la interpretación que se desprende de los trabajos de P.K.
Anojin (1975).

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La interrelación entre la función de la célula y su aparato genético es un eslabón clave en la formación de
todas las reacciones de la adaptación crónica. Todos los cambios estructurales en los órganos y en los
tejidos que son el resultado final de la adaptación larga a las cargas físicas están basados en el mismo
principio. Ello obedece a la activación de los ácidos nucleicos y de las proteínas en las células del sistema
responsable de la adaptación. El resultado final de la adaptación es la disponibilidad del organismo para las
cargas físicas correspondientes.
El sistema funcional que se forma como respuesta a cualquier carga física incluye un eslabón aferente,
un eslabón regulador y un eslabón efectivo.
El eslabón aferente del sistema funcional abarca receptores, neuronas, células nerviosas aferentes en el
sistema nervioso central. La síntesis aferente se produce no sólo antes del inicio de la actividad motora, sino
también cuando se ejecuta el movimiento.
El eslabón central regulador del sistema está formado por los procesos neurógenos y humorales para
dirigir las reacciones de adaptación. Con la entrada del estímulo de la carga física, se produce además de los
cambios anteriormente descriptos, una activación neurológica de la parte humoral del eslabón central
regulador responsable de la regulación del proceso de adaptación.
El eslabón funcional efectivo del sistema de adaptación comprende los músculos esqueléticos, los
aparatos respiratorio, circulatorio, la sangre, etc.
Es preciso tener en cuenta que la adaptación de los distintos órganos y tejidos como respuesta a las
cargas físicas intensivas se produce heterogéneamente.
El entrenamiento sistemático amplía los vínculos intercentrales de todos los niveles motores del cerebro
y contribuye a formar un estereotipo dinámico como un sistema equilibrado de los procesos nerviosos que
se forman según el mecanismo de los reflejos condicionados.
La adaptación del sistema central regulador se manifiesta en la automatización de los movimientos, es
decir, que los hábitos motores fuertemente implantados se ejecutan sin el control de los centros nerviosos,
lo cual es un signo de ahorro (Zimkin, N.V.).
Como ejemplo de adaptación aguda podemos plantear las reacciones orgánicas de un individuo no
entrenado y de otro entrenado cuando ejecutan una sola carga física como correr a máxima velocidad una
distancia de 400 metros.
La adaptación aguda de un organismo a una carga física intensa va acompañada por una evidente
reacción al estrés con un aumento máximo de la Frecuencia Cardíaca, magnitudes extremas de ventilación
pulmonar y de flujo cardíaco, magnitudes extremas de lactato en sangre, exceso de catecolaminas y de
corticoesteroides en sangre, deterioro más o menos patente de las membranas celulares, etc.
Las reacciones rápidas de la adaptación están condicionadas por la magnitud del estímulo, por el nivel de
entrenamiento del deportista, por la capacidad de sus sistemas funcionales para recuperarse de modo
efectivo y rápido. Pueden ser subdivididas en 3 etapas.
La primera comprende la activación de los componentes del sistema funcional que interviene en la
ejecución de un trabajo determinado. La segunda se inicia cuando la actividad de los sistemas funcionales
transcurre bajo los parámetros estables característicos de su realización en situación denominada
constante. Y la transición a la tercera se caracteriza por la destrucción del balance conseguido entre la
demanda y su satisfacción a fuerza de agotar los centros de suministro y los recursos carbónicos del
organismo.
Cada una de las etapas mencionadas de la adaptación está relacionada con las reservas funcionales del
nivel correspondiente (Mozzhujin, A.S., 1982).

LA FORMACIÓN DE LA ADAPTACIÓN CRÓNICA: la formación de las reacciones de la adaptación crónica


comprende 4 etapas. La primera moviliza sistemáticamente los recursos funcionales del organismo del
deportistra cuando lleva a cabo los programas de entrenamiento de finalidad determinada: para estimular
los mecanismos de la adaptación crónica sumando los efectos de la adaptación aguda reiterada.

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En la segunda etapa, a partir de cargas que se van incrementando sistemáticamente, se produce una
serie de transformaciones estructurales y funcionales en los órganos y en los tejidos del sistema funcional
correspondiente.
La tercera etapa se caracteriza por una adaptación crónica estable que se traduce por la presencia de
una reserva indispensable para proporcionar un nuevo nivel de funcionamiento del sistema, de estabilidad
de las estructuras funcionales y una estrecha relación entre los órganos reguladores y ejecutores.
La cuarta etapa aparece cuando el entrenamiento está organizado irracionalmente, cuando es muy
fuerte o cuando la alimentación o la recuperación son insuficientes. Se caracteriza por el desgaste de los
componentes aislados del sistema funcional. Un proceso de entrenamiento organizado racionalmente
abarca las tres primeras etapas de la adaptación, pero nunca la cuarta. Ya que si esto sucediera el deportista
se verá obligado a suspender el entrenamiento por alcanzar altos grados de fatiga.
En ocasiones se considera una etapa intermedia entre las adaptaciones inmediatas y las adaptaciones a
largo plazo, la cual denominan etapa de Adaptación Compensatoria, que es considerada como el eslabón
intermedio entre los 2 anteriores.
El desarrollo efectivo de la adaptación crónica recibe cargas sistemáticas que presentan fuertes
exigencias al sistema adaptado. La intensidad del desarrollo de las reacciones largas de adaptación se
caracteriza por la magnitud de las cargas aisladas, por su frecuencia de aplicación y la duración total del
entrenamiento. La adaptación crónica es más efectiva cuando se utilizan frecuentemente cargas grandes e
importantes que presentan grandes exigencias a los sistemas funcionales del organismo. El desarrollo de la
adaptación crónica es más efectivo si:

1) La intensidad de la acción es suficiente para mantener las acciones estimulantes sobre la síntesis proteica
de adaptación hasta la fase de sobrecompensación energética que garantiza las máximas posibilidades
energéticas para realizar el proceso de la síntesis de proteínas.
2) Se produce una nueva acción inmediatamente después de la interrupción de la síntesis de adaptación de
las proteínas.

El proceso de formación de la adaptación crónica efectiva de los sistemas hormonal y humoral del
organismo hace aumentar los índices de su capacidad y ahorro. El aumento del ahorro del sistema hormono
– funcional se manifiesta en una menor liberación de catecolaminas como respuesta a las cargas estándar.
El aumento de las posibilidades funcionales de las suprarrenales determina en gran parte la efectividad
del suministro de energía del trabajo muscular. La activación de la regulación hormonal permite una síntesis
más intensiva de los ácidos nucleicos y de las proteínas.
La economía del organismo adaptado en relación al no adaptado en condiciones de reposo se manifiesta
en la disminución de la frecuencia cardíaca de 65-75 a 30-50, de la velocidad de la respiración de 16-20 a 6-
10 ciclos por minuto, la disminución del consumo de oxígeno en un 20%.
La adaptación crónica se caracteriza por el aumento de las reservas funcionales, consecuencia de serias
transformaciones estructurales de los órganos y de los tejidos, un importante ahorro de las funciones, un
aumento de la movilidad y de la resistencia en la actividad de los sistemas funcionales, la regulación de las
relaciones racionales y flexibles de las funciones motoras y vegetativas.
En un principio, el momento importante de la formación de la adaptación crónica es el cambio de
relación entre los distintos sistemas funcionales. Una adaptación crónica efectiva no puede producirse si no
se tienen en cuenta las características fenogenéticas que permiten dividir a las personas según el tipo de su
constitución.
El primer tipo: Sprinter es capaz de tener reacciones fisiológicas potentes con un alto grado de
seguridad como respuesta a importantes pero breves cambios en los factores del medio ambiente. Sin
embargo, el alto grado de seguridad puede mantenerse tan sólo durante un periodo relativamente corto.
Las propiedades fenogenéticas de estos no les hacen capaces de soportar cargas prolongadas de baja
intensidad.

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El segundo tipo: Stayer, desde el punto de vista fenogenético, se adapta pero a las cargas potentes de
corta duración. Sin embargo, después de un periodo de adaptación poco prolongado, puede soportar cargas
moderadas durante largo tiempo en condiciones inadecuadas.
Mientras que para De Hegedus desde un punto de vista biológico, la adaptación consiste en
determinadas transformaciones que se operan en un organismo viviente, con la finalidad de “acomodarlo” a
un medio diferente al suyo. Desde un punto de vista psicológico, la adaptación procura el desarrollo de una
correcta relación entre la personalidad humana y el medio ambiente social.

Adaptación en el entrenamiento deportivo: los sistemas de entrenamiento y las técnicas deportivas


producen cambios sustanciales en el organismo de los entrenados. Las funciones más intensificadas
cambian las propiedades cualitativas del organismo que aumentarán la capacidad de rendimiento de las
mismas.
A través de las diferentes acciones deportivas se consigue un cambio del rendimiento y como
consecuencia de ello, también modificaciones en su estructura celular. Esto se desarrolla sin embargo a
través de una serie de procesos y sin dejar de mencionar ante todo, que dichas acciones deportivas se
constituyen en su primera fase como agentes de desgaste. Mediante este proceso el organismo sufre
pérdidas en su constitución, existe consumo de diversos elementos que lo componen.
De acuerdo al Dr Hans Selye (1952) nos encontramos ante el fenómeno del “Stress” que desde el punto
de vista fisiológico puede ser considerado como el precio de desgaste del organismo. Este se manifiesta a
través del Síndrome General de Adaptación (S.G.A.).
Existen dos procesos de adaptación en el hombre:
-Proceso de adaptación elemental.
-Proceso de adaptación superior.
Los procesos de adaptación elementales transcurren en la práctica de manera casi inconciente, dad que
tienen lugar en las instancias fundamentales de la vida como ser, nacimiento, desarrollo, crecimiento, clima
y otros más. Los procesos de adaptación superiores, en cambio, exigen un desarrollo consciente del
individuo para colmar sus aspiraciones. La reacción que sufre el organismo ante los estímulos pueden ser
las siguientes:
-Específicas.
-Inespecíficas.
Las reacciones del organismo del tipo específicas se concretan sobre determinado sector del organismo
(como ser la parte muscular en caso de trabajar con pesas). Este tipo de reacción también puede ser
considerada como primaria o fundamental. Sin embargo, estos mismos estímulos aseguran además otro
tipo de reacciones, las no específicas o inespecíficas. Las mismas se producen sobre todo el organismo en
su totalidad y de manera general.

Los niveles de reacción ante los estímulos: Según Seyle la magnitud o dimensión de los estímulos pueden
provocar tres grados de adaptación, a los cuales denominó como:
-Reacción de alarma (Shock y contrashock)
-Estado de resistencia
-Estado de agotamiento
En la reacción de alarma lo primero que se percibe es una especie de Shock. El individuo se encuentra
ante un estímulo que rompe el equilibrio hasta ese momento existente entre él y su equilibrio previo. Sin
embargo, actúa de inmediato un Contrashock con el cual el organismo busca lograr nuevamente la
homeostasis.
El Contrashock posibilita un estado de resistencia, es decir, resistencia al agente excitante especial u
original al cual es sometido el organismo del individuo.
Hay que hacer notar que el aumento de resistencia (adaptación al estímulo como agresión) puede
posibilitar una disminución de la resistencia a otro tipo de excitaciones). La elevado capacidad de

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adaptación a determinados estímulos marcha paralela con una disminución de los mecanismos de defensa
ante otra clase de estímulos.

La adaptación como estado de equilibrio: la adaptación se manifiesta con un incremento del rendimiento y
como respuesta a una planificada aplicación de estímulos de trabajo.

La adaptación como reverberación: la adaptación constituye un verdadero proceso de reverberación. Existe


una correspondencia somato – funcional del deportista con los estímulos a los cuales se somete.
El proceso puede llegar a ser un arma de doble filo dado que el organismo vivo también se adapta a
estímulos perniciosos, caso de la contaminación ambiental, tóxicos, estupefacientes, etc. Esto no escapa al
campo de entrenamiento en donde la reverberación debe estar en perfecta consonancia con los objetivos
trazados por el deportista y su entrenador. Por dicha causa es que podemos hablar de:
-Adaptación positiva.
-Adaptación negativa.
Los estímulos que son aplicados correctamente se reflejan luego a través de una mejora del
funcionamiento de los distintos aparatos y órganos, en su economía funcional, en la recuperación. Se
incrementa de esta manera el rendimiento dentro de las distintas esferas de las cualidades físicas. Sin
embargo, la reverberación también existe en los aspectos negativos del entrenamiento. El rendimiento del
deportista se presenta como un reflejo exacto de lo que él ha podido almacenar a través del proceso
sistemático del entrenamiento. El organismo del deportista reacciona dentro del siguiente orden:
-Se produce la adaptación de las funciones orgánicas con el concomitante incremento del rendimiento.
-Se produce a continuación la adaptación somato – plástica, el cambio estructural orgánico (hipertrofias)
De esta manera, toda transformación plástica a nivel celular y tisular va precedida por una adaptación
funcional.

Dinámica de los estímulos para la adaptación: los estímulos del entrenamiento deben aplicarse con
determinada magnitud para que se pueda lograr la deseada adaptación “positiva”. Los más altos procesos
de adaptación se han constatado cuando se utilizaron combinaciones de trabajo tales como la tensión
isométrica, la isotónica – dinámica y la pliometría. Los resultados fueron sensiblemente mejores frente a
trabajos unilaterales.
La velocidad de ejecución de las acciones desempeña un papel importante para el desarrollo de la
fuerza. La combinación de movimientos lentos, rápidos y de mediana velocidad producen mejores
resultados que los realizados de manera unilateralmente veloz. Esto no sólo se aplica al entrenamiento de la
velocidad en la fuerza sino también en la resistencia.
La utilización del entrenamiento fraccionado, el entrenamiento mixto – natural, ofrecen mejores
perspectivas cuando se les combina entre si, en relación a un trabajo unilateral.
Los factores que influyen en la adaptación al entrenamiento deportivo son:
-Carga de trabajo, volumen e intensidad de los estímulos.
-Respuesta general del organismo y capacidad de asimilación.
-Respuesta específica de los distintos sistemas hacia los que van dirigidos los estímulos de las cargas de
trabajo.
TIPOS DE ADAPTACIÓN DEPORTIVA: las respuestas del organismo a los estímulos a los que se somete son
de muy diversa magnitud, en función de la intensidad de los mismos y del tiempo a los que fue sometido. Se
puede hablar de 2 tipos de adaptación:

1) Adaptación Inmediata o Rápida: cuando el sujeto es sometido a cualquier carga de entrenamiento,


responde con una serie de alteraciones orgánicas inmediatas que le permiten responder con eficacia y
prontitud al trabajo requerido. De esa forma, un sujeto que empieza a correr incrementa rápidamente la
frecuencia respiratoria, la frecuencia cardíaca, etc., alteraciones que desaparecen de forma progresiva una

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vez ha desaparecido el estímulo que las provocó. Es decir, que la adaptación rápida no implica una
adaptación estable del organismo. Las adaptaciones inmediatas o rápidas están condicionadas por
determinados aspectos de la carga (Volumen, Intensidad, etc.), por la Reserva de Adaptación del deportista
y por su capacidad de recuperación. Conlleva 3 fases:
-Fase de activación de los sistemas funcionales.
-Fase de estabilización, equilibrio, mantenimiento en la actividad del sistema.
-Fase de pérdida del equilibrio por acumulación de la fatiga y por agotamiento de reservas energéticas.
2) Adaptación Crónica o a Largo Plazo: es el resultado de someter al organismo a continuos y prolongados
procesos de adaptación rápida. Estos procesos de adaptación crónica van a verse condicionados por el
potencial genético que tiene de partida cada sujeto, no respondiendo por igual, a los mismos estímulos,
todas las personas.
Es más efectiva cuando se utilizan con frecuencia cargas elevadas que obliguen a los sistemas
funcionales a oponerse a grandes exigencias. Se puede distinguir también entre adaptaciones genéticas y
adaptaciones extragenéticas.
Manno (1987) define a las Adaptaciones Genéticas como aquellas posibilidades de adaptación que
conciernen al programa genético codificado en el núcleo celular desarrollado en el curso de la evolución de
una especie. Son, por lo tanto, adaptaciones concretas de cada individuo.
Las Adaptaciones Extragenéticas, las cuales se obtienen mediante el entrenamiento y vienen
condicionadas por el genotipo. En este sentido Israel distingue 2 formas de producirse la Adaptación
Extragenética:
1) Adaptación Metabólica: se refiere al conjunto de las modificaciones funcionales y metabólicas que
siguen inmediatamente a la aplicación del estímulo. Representa lo que también se denomina Adaptación
Rápida o Inmediata.
2) Adaptación Epigenética: se refiere a lo que se denomina como Adaptación Crónica.

ADAPTACIONES AL ENTRENAMIENTO:
1) Sistema Muscular: un entrenamiento especial provoca un engrosamiento de todos los tipos de fibras y
especialmente en las Fibras Rápidas B (FTB), que en la vida cotidiana son poco activas. La desaparición de
estas, es una adaptación del organismo cuando se entrena la resistencia.
Las medidas y el volumen de las Fibras Rápidas B (FTB) pueden ser aumentados gracias a un
entrenamiento de tipo explosivo. Al mismo tiempo, aumenta su capacidad glucolítica. Cuando se efectúa un
entrenamiento para aumentar la resistencia, el potencial oxidante de las Fibras Lentas (ST )puede crecer
entre 2 y 4 veces.
Una de las vías fundamentales de adaptación de los músculos es la hipertrofia. En las Fibras Lentas (ST),
está relacionada con el incremento del tamaño de las miofibrillas, el aumento de la cantidad y de la
superficie de las mitocondrias, provocando el aumento del peso específico de la masa muscular de las Fibras
Lentas (ST) y, por consiguiente, el aumento de la resistencia y la disminución de la velocidad en los
músculos.
Por otra parte, la hipertrofia de las Fibras Rápidas (FT) provoca el aumento de su peso específico en el
músculo en relación a las Fibras Lentas (ST) y permite que se incremente su potencial (Counsilman, J.E.,
1980).
Las cargas prolongadas de Intensidad relativamente poco elevada conllevan principalmente el aumento
del volumen de las mitocondrias de las Fibras Lentas (ST) y Rápidas A (FTA). Un trabajo intenso con
intervalos permite ante todo que aparezcan cambios en las Fibras Rápidas B (FTB) (Dudsly, G.A., 1982).
Existen 2 mecanismos relativamente independientes para aumentar la fuerza. El primero está
relacionado con las transformaciones morfofuncionales del tejido muscular: la hipertrofia y, posiblemente,
la hiperplasia de las fibras musculares, el aumento de la cantidad de elementos de contracción de los
músculos (miofibrillas). El segundo perfecciona la capacidad del sistema nervioso de sincronizar la mayor

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cantidad posible de unidades motoras, lo que provoca un incremento de la fuerza sin que aumente el
volumen de los músculos.
La hipertrofia selectiva de las fibras musculares de distintos tipos hace aumentar los tipos de fuerza
correspondiente: la hipertrofia de las Fibras Lentas (ST) provoca ante todo el aumento de la fuerza estática,
las Fibras Rápidas (FT) lo hacen con la fuerza explosiva o de velocidad.
La entrenabilidad de la fuerza en la prepubertad y en la pubertad es menor en términos absolutos
(Fuerza Total) y es mayor en términos relativos (% de Fuerza / Kg de Peso Corporal) respecto al adolescente
y al adulto. Este hecho se basa en la mejora de la fuerza muscular que existe en esta etapa en relación a
adaptaciones neuromusculares (mejor sincronización de las unidades motoras: por mayor reclutamiento
porcentual y por mayor frecuencia de descarga de estímulos nerviosos) y es así como se logran importantes
incrementos de la fuerza muscular con pobres y escasos efectos sobre la hipertrofia muscular (aumento de
la masa muscular).

2) Sistema Cardiovascular: a medida que se incrementa la Intensidad del ejercicio concomitante lo hace la
Frecuencia Cardíaca. Por su parte, al igual que la Frecuencia Cardíaca, el Volumen Sistólico (VS) también
aumenta durante el ejercicio. Es importante tener en cuenta que el aumento en el Volumen Sistólico (VS) y
no en la Frecuencia Cardíaca es el principal determinante del Gasto Cardíaco (Q) durante el ejercicio.
Durante el ejercicio de resistencia la Frecuencia Cardíacase incrementa a medida que lo hace la
Intesidad del ejercicio hasta llegar a su valor máximo. Por su parte el Volumen Sistólico (VS) se incrementa
hasta una Intensidad que varía entre el 40 – 60 % del VO2máx. Posteriormente presenta un plateau o
meseta, que es mantenido hasta intensidades del 80 – 90 % del VO2máx. El Gasto Cardíaco (Q) por su parte,
se incrementa a una elevada tasa hasta intensidades del 60 % del VO2máx, debido a un elevado incremento
tanto en la Frecuencia Cardíaca como en el Volumen Sistólico (VS).
En relación a Adaptaciones Crónicas podemos observar que como resultado del entrenamiento de
resistencia de moderada a baja Intensidad realizado durante varios meses se produce hipertrofia (aumento
del tamaño) del corazón. Este entrenamiento también incrementa el número de capilares en el, que es
proporcional al engrosamiento de la pared miocárdica. También aumenta el calibre de las arterias
coronarias.
El entrenamiento físico, a su vez, provoca como adaptación una expansión del volumen sanguíneo,
principalmente plasmático hasta un 25%. El notable incremento del volumen plasmático produce una
disminución porcentual tanto en el hematocrito como en la hemoglobina. Los músculos sometidos a
entrenamiento de resistencia aumentan el número de capilares para mejorar su abastecimiento de sangre
durante el ejercicio. Y la Tensión Arterial en reposo de las personas que son moderadamente hipertensas o
que se hallan al límite de la hipertensión antes del entrenamiento suele descender. Esta reducción se
produce tanto en la Tensión Arterial Sistólica como en la Tensión Arterial Diastólica.
La Tensión Arterial y su respuesta al ejercicio físico tiene como objetivo garantizar un flujo sanguíneo
adecuado a los músculos activos. Esta depende del Gasto Cardíaco (Q), de la volemia y de las resistencias
vasculares periféricas. En los ejercicios de resistencia aumenta la Tensión Arterial Sistólica, mientras que la
Tensión Arterial Diastólica se modifica muy poco, debido a que se produce vasodilatación muscular y las
resistencias vasculares están disminuidas.
Una de las adaptaciones agudas más importantes producidas como respuesta al ejercicio de resistencia
está dada por la Redistribución de Flujo Sanguíneo.
La ventilación se modifica antes, durante y después de la ejecución de ejercicios físicos. Durante la fase I,
la ventilación se incrementa rápidamente para seguir aumentando levemente en la fase II y estabilizarse
durante la fase III. Durante la fase I es aparente que el incremento en la ventilación es producido por el
sistema por el sistema nervioso central que estimula a los músculos respiratorios. En la fase II es producida
una más lenta elevación de la ventilación, este fenómeno está asociado a los cambios químicos que se
producen en la sangre. Durante la fase III la ventilación depende directamente del incremento en la VCO2.
Una vez terminado el ejercicio, durante la fase de recuperación, se produce un rápido descenso de la

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frecuencia ventilatoria en los primeros segundos. Posteriormente, la disminución de la ventilación es más
lenta y progresiva.
La Ventilación Minuto es el resultado del producto entre la Frecuencia Respiratoria y el Volumen
Corriente. Durante la ejecución de ejercicios de baja intensidad, el incremento en la ventilación se debe
principalmente a la elevación del Volumen Corriente. Durante la realización de ejercicios de moderada a
alta intensidad el incremento de la ventilación se realizará a expensas del aumento de la Frecuencia
Respiratoria, más que del Volumen Corriente.
Durante el ejercicio, la distribución del Gasto Cardíaco (Q) a los tejidos específicos es generalmente
proporcional a la actividad metabólica del tejido. Así, en estado de reposo, sólo el 2% del VO2 es utilizado
para la actividad de los músculos respiratorios, mientras que en el ejercicio de alta Intensidad en sujetos
bien entrenados el VO2 de los músculos respiratorios asciende al 15% del total. Este mayor VO2 requiere de
un mayor fluido sanguíneo. Es por ello que durante el ejercicio de máxima Intensidad, los músculos
respiratorios reciben un fluido sanguíneo preferencial a expensas de los músculos locomotores. Pero esto
solo sucedería en sujetos bien entrenados y a intensidades de ejercicios cercanas al VO2máx.

3) Sistema Metabólico: el aumento de la formación de Acetil CoA como producto de la mayor


Betaoxidación y la formación de coenzimas reducidas en el Ciclo de Krebs (NADH), promueven la inhibición
de la enzima Piruvato Deshidrogenasa (PDH). Si la PDH se inhibe, disminuye entonces la oxidación del
piruvato proveniente del catabolismo de la glucosa. Adicionalmente, el mismo aumento en la actividad del
Ciclo de Krebs, promueve una mayor producción del citrato mitocondrial. El citrato posee efectos
inhibitorios sobre la actividad de la enzima PFK (Fosfofructokinasa), que es una enzima determinante en la
velocidad a la cual se realiza la Glucólisis. Por lo tanto, vemos como encadenadamente una mayor oferta de
ácidos grasos genera limitaciones en el uso de los CHO promoviendo un ahorro de los mismos como fuente
energética para la contracción muscular.
La enzima PDH constituye un paso limitante en la oxidación del piruvato en la célula muscular. Esta debe
ser primeramente transformada en su forma activa. Durante el ejercicio la transformación hacia la forma
activa de la PDH está estimulada por un aumento en la concentración de calcio que se libera desde el
retículo sarcoplasmático durante la contracción muscular.
Otro importante factor de análisis en la elección del combustible que se utiliza durante el ejercicio es la
disponibilidad del sustrato, lo cual podría limitar la formación de piruvato y la activación de PDH. Si el
contenido de glucógeno muscular durante el ejercicio es suficiente, la formación de piruvato y la actividad
de PDH serían lo necesariamente altas como para cubrir una alta actividad catalítica y una gran actividad
dentro del Ciclo de Krebs.
La oxidación de la glucosa proveniente del plasma puede representar una porción significativa del
combustible para el ejercicio muscular. Puede cubrir entre el 10 al 30% de la oxidación total de sustratos de
la pierna durante el ejercicio de baja a moderada intensidad, y se ha reportado que durante el ejercicio
prolongado puede cubrir entre el 75 y 90% de los CHO totales oxidados por el músculo (Henriksson, 1999).
El ejercicio de resistencia disminuye el consumo muscular de glucosa plasmática.
Al inicio del ejercicio de moderada Intensidad, la reducción en la tasa de utilización de glucosa
plasmática es cuantitativamente tan importante como la disminución en la Glucogenólisis muscular en la
reducción global de la oxidación de CHO durante el ejercicio. Es por ello que el entrenamiento de la
resistencia promueve principalmente un efecto de retraso en la oxidación de glucosa plasmática durante el
ejercicio. Como consecuencia de ello, los individuos bien entrenados son capaces de mantener una
glucemia estable durante el ejercicio.
Durante el ejercicio de moderada intensidad, la reducción en la tasa de desaparición de la glucosa (RD)
promovida por el entrenamiento es nivelada por una disminución cuantitativa similar en la tasa de aparición
de la glucosa (RA), por ello la glucemia se mantiene constante durante el ejercicio.
El glucógeno muscular es el combustible predominante para el músculo en contracción durante el
periodo inicial del ejercicio de moderado a alta Intensidad. Durante el ejercicio sostenido a tasas de trabajo

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entre el 60 al 80 % del VO2máx, la fatiga coincide con el vaciamiento del glucógeno muscular. Los individuos
entrenados también poseen una mayor capacidad de almacenamiento muscular de glucógeno, y una mayor
tasa de resíntesis de glucógeno después del ejercicio.
Los ácidos grasos no esterificados constituyen el combustible dominante en el músculo en reposo.
Durante el ejercicio de intensidades bajas a moderadas, los ácidos grasos plasmáticos pueden generalmente
cubrir más del 50% del metabolismo muscular oxidativo, especialmente durante el ejercicio prolongado,
pero su importancia disminuye a medida que se incrementa la Intensidad del ejercicio.
Podemos señalar distintos Efectos del entrenamiento aeróbico sobre el tejido adiposo y la oxidación de
ácidos grasos como el aumento del tamaño y número de mitocondrias (Holloszy, 1984); aumento del
número de enzimas oxidativas mitocondriales (Jeukendrup, 1998); disminución en el depósito de
triglicéridos en el tejido adiposo subcutáneo; aumento del pool de triglicéridos intramusculares;
disminución en la lipólisis del tejido adiposo debido a una reducción en los niveles de catecolaminas
plasmáticas (Winder, 1979); posible aumento en la sensibilidad de receptores a las catecolaminas a la
misma Intensidad Absoluta de trabajo (Jeukendrup, 1998; Martin, 1996); Aumento de la oxidación de los
triglicéridos intramusculares con la consecuente disminución en la utilización de CHO (Henriksson, 1977).
Todas estas adaptaciones traen como consecuencia una mayor oxidación de lípidos en la célula muscular. El
aumento en el número y tamaño de las mitocondrias, con la consecuente mayor cantidad de enzimas
oxidativas, asegura mayor cantidad de sitios activos donde oxidar el combustible.

4) Sistema Osteoarticular: la variable intermedia clave entre la carga ósea, por ejemplo actividad física y la
masa ósea, es la tensión mecánica inducida. Estas difieren enormemente en las distintas partes del
esqueleto. La relación fuerza – hueso que esté meramente mediada por la masa muscular tiene una relación
muy importante con el estado mineral óseo de la cadera, columna y todo el cuerpo.
5) Sistema Neuroendócrino: la máxima capacidad de reclutamiento de fibras musculares durante
contracciones máximas voluntarias en sujetos sedentarios llega hasta el 60 % del total. El entrenamiento
(sobre todo de la fuerza máxima) incrementa la capacidad de ir reclutando más unidades motoras y un
mayor número de fibras musculares, lo que lleva a una mayor generación de fuerza. El límite que separa la
zona de disponibilidad de intervención ordinaria y la de reservas autónomas protegidas es denominado
umbral de movilización.
Si se realiza un entrenamiento con una baja carga, el reclutamiento de las unidades motoras se produce
de manera asincrónica, por lo que se activarán un cierto número de unidades motoras primero, y
posteriormente al fatigarse estas, se activarán otras unidades motoras, que permitirán que la contracción
muscular continúe por mucho tiempo. Al utilizar cargas de entrenamiento de alta Intensidad, como en el
entrenamiento de fuerza máxima, se produce un reclutamiento de unidades motoras de manera sincrónica,
es decir, que las fibras musculares reclutadas se activan al mismo tiempo y no se alternan en la ejecución de
un movimiento.
Otra forma de lograr la sincronización de las unidades motoras es mediante la utilización de ejercicios de
alta velocidad. En estos ejercicios también se produce una activación sincrónica de las motoneuronas. Así
como la mejora de la coordinación intramuscular aumenta principalmente la producción de fuerza, la
mejora de la sincronización de las unidades motoras hace que un nivel submáximo de fuerza se produzca
antes en el tiempo, lo que se traduce en un incremento en la producción de potencia. Una manera eficaz de
mejorar la sincronización, es la utilización de ejercicios pliométricos y la combinación de trabajo intenso –
explosivo (métodos de contraste) (Badillo, Ayesterán, 1997).
El ejercicio intenso provoca una masiva activación del Sistema Nervioso Simpático, con el consecuente
incremento en las concentraciones de Catecolaminas (Adrenalina y Noradreanalina). No sólo la Intensidad
sino también la Duración del ejercicio modifican el uso de combustibles durante el ejercicio físico. Al inicio
del ejercicio los CHO constituyen el sustrato de mayor importancia para la resíntesis de ATP. Mientras que
los lípidos contribuirán en mayor medida si se prolonga el tiempo de trabajo y las intensidades son menores
al 80 % del VO2máx (Jeukendrup, 1998).

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A medida que se incrementa la intensidad del trabajo, la concentración hormonal aumenta, ya que las
demandas metabólicas son mayores. La Noradrenalina muestra incrementos significativos luego de las 10
semanas de entrenamiento a la misma Intensidad Relativa de trabajo. Hay 2 posibles mecanismos por los
que sucedería esto: uno relacionado a la estimulación de los somatomedinas que produce modificaciones
de la actividad simpática luego de ser estimulados. El otro implica la activación simpática por vía de la
estimulación de los Mecanorreceptores. Es decir que el incremento en la concentración de Noradrenalina
podría producirse en función de la cantidad de masa muscular activada (Seals, 1989; Lewis, 1983).
El Glucagón es una hormona que posee efectos sobre los CHO, promoviendo Glucogenólisis hepática.
Afecta además, al tejido adiposo promoviendo la Lipólisis y, a través de aminoácidos hepáticos, puede
favorecer el proceso de Neoglucogénesis (Bottger, 1972) si las reservas glucogénicas se han reducido. La
magnitud de las respuestas del Glucagón durante el ejercicio se encuentran asociadas a la Intensidad y la
Duración del estímulo (Galbo, 1975).
Las concentraciones basales de Cortisol varían cíclicamente, siendo máximas en las primeras horas de la
mañana, al despertar, y llegando a sus menores concentraciones hacia la tarde (Veldhuis, 1989). Este ciclo
diario repetido recibe el nombre de Ciclo Circadiano. La secreción de Cortisol durante el ejercicio físico
disminuye si se ha realizado actividad física previamente (Brandenberger, 1975 y 1982). El Cortisol durante
el ejercicio puede contribuir como hormona lipolítica aumentando la concentración de ácidos grasos libres
plasmáticos, así como la oxidación de ácidos grasos en la mitocondria. Un potente estímulo para la
secreción de Cortisol es la hipoglucemia. Frente a esta situación, esta hormona promueve la degradación
proteica, aumenta la concentración de aminoácidos plasmáticos y la captación de estos aminoácidos por los
hepatocitos. Cuanto más baja es la concentración de glucosa sanguínea durante el ejercicio prolongado,
tanto mayor es la respuesta secretoria del Cortisol.
El pico de máxima secreción hormonal diaria (Ciclo Circadiano) se produce durante la noche, en cercana
asociación con la más lenta emisión de ondas cerebrales (Van Cauter, 1992). La secreción de Somatotrofina
adquiere gran importancia para potenciar la oxidación de ácidos grasos durante el ejercicio. Hay un
mecanismo de autorregulación negativa que afecta al hipotálamo generando un incremento en la liberación
de Somatostatina (Factor inhibidor de Somatotrofina) o una disminución en la liberación del factor
liberador de STH (Stokes, 2002).
La hipovolemia hiperosmótica estimula la secreción de hormonas reguladoras de fluidos y electrolitos
con el objeto de minimizar el potencial disbalance que podría resultar durante el ejercicio prolongado (Viru,
1992). La Angiotensina II su principal efecto es el incremento en la Presión Arterial a través del mecanismo
de regulación Renina – Angiotensina. Esta además posee efectos sobre la liberación de ADH (Bonjour,
1970) e incrementa el estímulo por beber (Fitzsimons, 1980) y el consumo de sodio en la alimentación
(Reid, 1984). Si bien la respuesta en la concentración de Aldosterona durante el ejercicio se encuentra
directamente vinculada a la magnitud de la hipervolemia, el comportamiento de la hormona ADH no es
volumen dependiente.
Adaptaciones hormonales crónicas al ejercicio: luego de 9 semanas de entrenamiento, si bien las
Catecolaminas siempre se incrementan durante el transcurso del ejercicio, la respuesta de Adrenalina y
Noradrenalina fue menor. Al igual que el Glucagón esta fue una adaptación muy temprana al
entrenamiento ya que se produjo durante las 3 primeras semanas. Esta menor respuesta de las
Catecolaminas también se tradujo en una menor Frecuencia Cardiaca observada luego de 9 semanas de
entrenamiento. Con respecto al Glucagón, antes del entrenamiento las concentraciones se elevaron
progresivamente durante el ejercicio y se mantuvieron aun incrementadas al final del ejercicio. Luego de 9
semanas de entrenamiento las concentraciones de Glucagón durante el ejercicio a la misma carga absoluta
fueron menores. Esta reducción ocurre al igual que con las Catecolaminas dentro de las 3 primeras semanas
de entrenamiento.
La reducción en la concentración de Catecolaminas provocó paralelamente una atenuación en las
respuestas del Glucagón. Las concentraciones de glucosa antes de las 9 semanas de entrenamiento fueron
disminuyendo con el transcurso del ejercicio. Al pasar del reposo al ejercicio, las concentraciones de

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Insulina disminuyen e incluso llegan a ser menores que las concentraciones observadas previas al ejercicio.
Este comportamiento hormonal se produce debido al efecto inhibitorio de la Adrenalina y en menor grado
de la Noradrenalina sobre la liberación de Insulina Pancreática.
La Insulina se reduce durante el ejercicio por el efecto depresor de las Catecolaminas. Sin embargo, se
puede observar que la ingesta de glucosa intraesfuerzo provoca aumentos de la misma. Esta posee un
fuerte efecto inhibidor de la lipólisis por lo que el aumento en la concentración de la misma en sangre
disminuye la disponibilidad de ácidos grasos plasmáticos para ser oxidados durante el ejercicio.

LA RESERVA DE ADAPTACIÓN: el grado de adaptación que es capaz de alcanzar un deportista va venir


determinado por la Reserva de Adaptación que posea su organismo. A este concepto se lo puede definir
como la capacidad de respuesta de adaptación que posee en cada momento el organismo y que le capacita
poder pasar a un nuevo nivel de sus posibilidades motoras.
Esta señala los límites potenciales de adaptación de un sujeto y/o un sistema funcional. Viene
determinada genéticamente, pero no es posible alterarla si no es mediante manipulaciones externas no
permitidas reglamentariamente.
La Reserva Actual viene determinada por el grado de desarrollo que el sujeto y/o sistema alcanza en un
momento concreto de la vida del deportista. Conforme aumentan los niveles de rendimiento adquiridos
mediante el entrenamiento y la práctica deportiva, disminuye la reserva potencial de entrenamiento que se
posee, aunque a su vez permite soportar mayores niveles de carga sin que el sistema se vea excesivamente
resentido o dañado. Este implica que, para una carga determinada de entrenamiento, la fatiga es menor y la
recuperación más rápida y eficaz.
A la vez que el nivel de carga se incrementa, llegando a exceder el nivel límite de las posibilidades de
adaptación, surge lo que se conoce como Reacción Paradójica. Según este concepto, al crecer la intensidad
del estímulo, la reacción de respuesta del organismo disminuye, pudiendo llegarse a un estado de
desadaptación.
De forma general, se sabe que si se utiliza una carga moderada (respecto al estado de forma en que se
encuentra el atleta) los índices de la capacidad específica de prestación se caracterizan por un crecimiento
lento, no siempre lineal pero si continuo. En este caso, las reservas plásticas y energéticas del organismo se
activan moderadamente. El proceso de adaptación cronológicamente es largo. La aplicación ininterrumpida
de cargas de estas características puede mantenerse a lo largo de 5 a 6 semanas, sin precisar de un
microciclo de recuperación (Verkoshanski, 1990).
Una aplicación de cargas de estas características, así como el modelo de adaptación, es típica de los
atletas principiantes y de los atletas de nivel medio. En la dinámica sucesiva de los índices funcionales
específicos son posibles 3 tendencias:
-Una disminución: si la fuerza de los estímulos de entrenamiento disminuye.
-Una estabilización: si se utilizan cargas de mantenimiento.
-Un incremento: cuando se mantiene la fuerza de los estímulos de entrenamiento.
En el caso del empleo de cargas elevadas de entrenamiento, propias de deportistas de alto nivel, son
posibles dos estrategias que dependerán de la organización de las cargas de entrenamiento.
Si el volumen se distribuye uniformemente a lo largo de todo el proceso de trabajo con incremento
gradual de la intensidad, se obtienen alteraciones y adaptaciones periódicas inmediatas del nivel de
rendimiento.
Otra estrategia consiste en concentrar el trabajo en periodos relativamente cortos de tiempo. En este
caso, el proceso de adaptación es más intenso, caracterizándose por una larga y profunda alteración de la
homeostasis del organismo, que externamente se traduce en una disminución larga y estable de los índices
de la capacidad específica de rendimiento. Teóricamente, terminado el trabajo concentrado de
entrenamiento se produce un aumento acentuado de los índices funcionales a niveles superiores a los
valores iniciales y a los valores de la primera variante de distribución de cargas (Verkoshanski, 1990; 1987).

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TEORÍAS SOBRE LA ADAPTACIÓN:
1) LEY DEL UMBRAL: Umbral es el nivel de una determinada capacidad que condiciona el grado de
aplicación de un estímulo (es el nivel de pulsaciones por minuto que determinará que exista, o no,
acumulación de ácido láctico en la sangre).
Intensidad umbral es el nivel mínimo de intensidad del entrenamiento a partir del cual podemos
conseguir los beneficios que estamos buscando.
Este nivel de intensidad es el que condiciona, o no, recibir los beneficios del entrenamiento. Para
cualquier objetivo del entrenamiento existe un intervalo o zona dentro de la cual la estimulación será eficaz
y el proceso de adaptación se producirá satisfactoriamente.
Ejemplo: para la mejora de la Aptitud Aeróbica, la intensidad del estímulo deberá estar entre los dos
umbrales: Umbral Anaeróbico (4 mmol/l) y Umbral Aeróbico (2 mmol/l), que es la Zona Eficaz de
Estimulación. Dentro de esta zona eficaz se distinguen 2 zonas:
1) Desarrollo lento, continuo pero estable mediante cargas extensivas.
2) Desarrollo rápido en la capacidad de rendimiento, pero menos consistente. Estimulación o intensidad en
la zona superior, mediante cargas intensivas.
La Ley del Umbral nos dice que “La adaptación se produce cuando se asimilan estímulos óptimos y estos
están situados entre la intensidad umbral y la de máxima tolerancia” (H. SEYLE, 1955).
Es decir, si aplicamos estímulos por debajo de la intensidad umbral, no hay efecto ni adaptación. Si es
igual que el nivel mínimo de intensidad puede o no desarrollar procesos adaptativos. Y si están por encima
de la intensidad de máxima tolerancia no dan beneficios sino que producen sobreentrenamiento. Sólo los
que se encuentran entre la zona de intensidad umbral y de máxima tolerancia serán los óptimos para la
adaptación y beneficios de esta.
Para Manso, Valdivieso y Caballero el principio de sobrecarga (también llamado principio del estímulo
eficaz de carga o de umbral) no hace referencia a un exceso de trabajo sino a un esfuerzo selectivo para
estimular la respuesta de adaptación deseada sin producir agotamiento o esfuerzo indebido.
Para que se pueda producir un proceso de adaptación, la carga de trabajo utilizada debe superar un
umbral de esfuerzo que es de diferente magnitud para cada sujeto. Su base biológica está en la ley de los
niveles de estímulos o Ley de Schultz – Arnodt.
Cuando se aplican estímulos de baja intensidad, inferiores al umbral de estimulación, no se produce
ningún efecto de adaptación, salvo que este se repita sistemáticamente en muy cortos periodos de tiempo y
durante un largo proceso, en cuyo caso se puede producir un efecto acumulativo.
Cuando el estímulo supera el umbral de estimulación se producirán cambios morfológicos y fisiológicos
cuando se emplean cargas óptimas pudiéndose llegar a daños funcionales cuando las cargas son demasiado
grandes.
En ocasiones, además del umbral de intensidad para los sistemas endócrinos, se describe lo que se
denomina Umbral de Duración (Mishchenko y Monogarov, 1995). Este concepto describe que cuanto
menor es la intensidad del ejercicio, durante mayor tiempo deberá actuar sobre el organismo para alcanzar
su objetivo. De cualquier forma se necesita un nivel mínimo de intensidad de trabajo por debajo del cual no
hay umbral de duración.
Por último para Álvarez de Villar el concepto de umbral se lo considera como la capacidad básica del
individuo o desarrollada por el entrenamiento, que va a condicionar el grado de intensidad de un estímulo.
Guarda, entonces, estrecha relación con la reacción y capacidad de aguante de los sistemas de dirección, de
movimiento y de alimentación ante los estímulos, así como con las respuestas orgánicas globales. Según
esta ley, la adaptación funcional se logra como consecuencia de la asimilación de estímulos sucesivamente
crecientes.
Partiendo del principio de que cada deportista tiene un umbral de esfuerzo determinado y un máximo
margen de tolerancia, hay que considerar que los estímulos que por su naturaleza débil están por debajo
del umbral no excitan suficientemente las funciones orgánicas, y por lo tanto, no entrenan.

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Aquellos estímulos más intensos, pero que todavía se mantienen por debajo del umbral, excitan la
función orgánica siempre y cuando se repiten un número considerable de veces, en cuyo caso si producen
alteración y mejora orgánica.
Aquellos estímulos fuertes que llegan al umbral producen excitaciones sensibles en las funciones
orgánicas y, tras el descanso, fenómenos de adaptación.
Y, por último, estímulos muy fuertes que sobrepasan el umbral, pero no el máximo de tolerancia del
individuo, también pueden producir fenómenos de adaptación siempre y cuando no se repitan con
demasiada frecuencia, en cuyo caso lo que provocarían sería un estado de sobreentrenamiento.
Se puede llegar a sobrepasar los umbrales de esfuerzo, es decir, la capacidad máxima del deportista,
siempre y cuando se produzca una alternancia racional de las cargas. Esto quiere decir, según Matveiev,
que una carga máxima sólo puede aplicarse después de haber empleado una carga reducida e incluso es
admisible una gran carga tras un descanso incompleto, después de una carga ligera.
Para mejorar la resistencia aeróbica la intensidad del estímulo deberá estar entre los dos umbrales

LACTATO NO
FC

Umbral anaeróbico (4 mmol/l)


ZONA EFICAZ DE Trabajo resistencia aeróbica
ESTIMULACION Umbral aeróbico (2 mmol/l)
NO

Dentro de esta zona eficaz distinguimos dos zonas:


1-Desarrollo lento, continuo pero estable mediante cargas extensivas.
2-Desarrollo rápido en la capacidad de rendimiento, pero menos consistente. Estimulación o intensidad en
la zona superior mediante cargas intensivas.

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2) TEORÍA DEL ESTRÉS O SGA (Síndrome General de Adaptación): Propuesta por Hans Selye. Denominó
Teoría del Síndrome General de Adaptación al conjunto de respuestas de adaptaciones inespecíficas que se
dan a nivel funcional y que se producen ante cualquier tipo de estrés o estímulo. Estas respuestas serán a
nivel del sistema endócrino y gobernadas por el SN simpático y por el eje hipotalámico (hipófisis – glándulas
suprarrenales – corteza – médula). Además Selye comprobó que en la zona concreta del organismo donde
se daba el estímulo se produce un SLA (Síndrome Local de Adaptación).

Etapas o fases del SGA:


1) Fase de Adaptación o Alarma: cuando aparece el estrés se altera el equilibrio homeostático (en situación
de reposo) tanto a nivel local como general. Ello provoca una serie de cambios dominados por el SN,
intentan responder ante el estímulo. Predomina el catabolismo (degradación de sustratos energéticos) y se
movilizan las reservas inmunológicas). Consta de 2 subfases:
A) Subfase de Choque (Fase Aguda): descenso del nivel de resistencia inicial. Se inicia el desequilibrio
homeostático.
B) Subfase de Antichoque: donde el organismo intenta estar equilibrado, para ello se produce una
secreción de sustancias aumentando el nivel de resistencia inicial.
2) Fase de Resistencia: si el estímulo se repite o mantiene en el mismo tiempo, el organismo se defiende
aumentando el nivel de resistencia inicial para prevenir que otros, o el mismo estímulo, afecten al equilibrio
homeostático. La Fase de Resistencia es la fase de recuperación de la Fase Aguda.
3) Fase de Agotamiento: se puede entender de 2 formas distintas:
-Si no aparecen nuevos estímulos estresantes conlleva la búsqueda del equilibrio homeostático y regresa al
nivel de resistencia inicial previo.
-Cuando el estrés vence la capacidad de resistencia del organismo y no hay adaptación y se adquiere fatiga,
agotamiento, enfermedad, etc.
Así el Síndrome General de Adaptación lo podemos relacionar con un ejercicio físico o una sesión, o con
un periodo de entrenamiento. Las 3 fases de éste se pueden relacionar con los periodos del ciclo anual de
entrenamiento.
SGA PERIODO DE ENTRENAMIENTO RELACIÓN DURACIÓN
Fase de Alarma Preparatorio Adaptación Progresiva 5 a 12 Semanas
Fase de Resistencia Competitivo Tiempo de alta forma para el deportista 3 a 6 Semanas
Fase de Agotamiento Transitorio Readaptación o pérdida de las 8 a 12 Semanas
adaptaciones logradas

Aplicación del SGA al proceso de entrenamiento: de acuerdo con las partes de que consta el SGA de Selye,
el ruso Prokop distingue 3 fases en el desarrollo del proceso de entrenamiento:

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A) Fase de adaptación propiamente dicha (duración: 5 – 12 semanas)
B) Fase de Adaptación suprema o de plena forma (duración: 3 – 6 semanas)
C) Fase de Readaptación (duración 8 – 16 semanas)
La duración de estas fases está en razón directa al grado de capacidad constitucional del deportista y a la
Intensidad y asimilación de los efectos del entrenamiento.

3) PRINCIPIO DE LA SUPERCOMPENSACIÓN: es un incremento inespecífico de las posibilidades de


rendimiento de una capacidad motriz tras su entrenamiento y recuperación y que se basa en la restauración
ampliada de las fuentes de energía por encima de su nivel inicial (Matveiev, 1972). Nos explica la
adaptación desde el punto de vista de los sistemas energéticos. En concreto este aumento de las fuentes de
energía se dirige hacia 3 puntos:
-Aumentar el nivel de la fuente energética.
-Modo de empleo de la fuente energética tanto en cantidad (capacidad) como en calidad (potencia).
-Cambios estructurales dentro de cada fuente energética.

Las etapas que presenta la Supercompensación son las siguientes:

A) Fase Positiva o de Realización del Esfuerzo: entrenamos y aplicamos una carga para que se produzca una
mejora durante el descanso. Esta carga supone un desgaste energético que será igual al trabajo realizado.
Así orientamos cada tipo de trabajo hacia lo que queremos trabajar.
B) Fase Negativa: presenta 2 partes:
-Pérdida de Capacidad: se altera la homeostasis y se adquiere fatiga, lo que conlleva una disminución del
rendimiento. Disminuye la capacidad funcional de realizar esfuerzos.
-Proceso de Recuperación: comienza y se desarrolla un proceso de recuperación, ya que el organismo
tiende a recuperar el equilibrio. A mayor o menor trabajo o nivel de carga, el tiempo de recuperación será

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mayor o menor. Habrá influencia de las cargas anteriores y posteriores, de los medios de recuperación,
alimentación, descanso nocturno, etc. Por tanto, a mayor nivel de fatiga, más nivel de Supercompensación.

C) Fase de Supercompensación (Asimilación Compensatoria o Restauración Ampliada): es la fase donde se


eleva el nivel funcional biológico recuperando en exceso lo gastado en la realización del trabajo. Una
característica de todos los seres vivos es tender a reconstruir por encima de lo gastado preparándose así
para nuevas situaciones o estimulaciones.

D) Fase de Involución: es la búsqueda de la homeostasis, mediante la cual se tiende a volver al equilibrio


inicial. Teniendo en cuenta que el nivel inicial de resistencia será superior debido al efecto de la
sobrecompensación, produciendo nuevos efectos adaptativos.

La duración del proceso de Supercompensación es heterocrónico, es decir, se tarda distinto tiempo en


recuperar dependiendo de las cargas aplicadas. Cada sistema tiene una inercia y tiempo de recuperación
distinto, además, este tiempo se va modificando durante la Supercompensación en base a los diferentes
sistemas.
Por lo tanto, la recuperación marcará en sus distintas fases también el proceso de Supercompensación
de las fuentes energéticas y del organismo.

Para De Hegedus los estímulos pueden ser considerados como Carga y la aplicación de los mismos
producen verdaderos procesos de destrucción, desgaste o demolición. Es por esta causa que la aplicación
de una carga debe ser precedida por la recuperación: el esfuerzo debe ser compensado por el descanso.
Cuando se efectúa la planificación del entrenamiento, no solamente deben ser consideradas las cargas,
sino también los periodos de recuperación, la mutua relación entre los mismos (Densidad).
El simple restablecimiento de todos los elementos ya asegura la primera etapa de la adaptación al
esfuerzo. Por dicha causa, al periodo que transcurre entre dos sesiones de entrenamiento se lo conoce
como Periodo de Asimilación Compensatoria. Este periodo está caracterizado, en su primera parte, por el
hecho de restaurarse todo lo que se ha perdido durante el esfuerzo. Se lo designa como Periodo de
Restauración.
Se ha demostrado que el organismo está caracterizado también por un desarrollo, tanto en su
rendimiento como en su constitución, es decir, que se crea mayor fuente de energía de trabajo de la que se
poseía en un principio. Uthomskij denomina a este proceso como de Restitución Ampliada. Por dicho
motivo debemos ordenar este proceso de la siguiente manera:
-Aquel órgano que realizó un trabajo determinado, sufre en primera instancia un proceso de desgaste.
-Este fenómeno inicial repercute sobre su rendimiento simultáneo (disminución momentánea del nivel de
rendimiento).
-Se recupera el rendimiento con la consecuente equiparación del material perdido o gastado.

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-Se supera posteriormente el nivel de rendimiento inicial con una mejora plástica de los tejidos.
Si dichos procesos no se produjeran, el entrenamiento deportivo sería inútil, el organismo del
individuo tendría una estabilidad sómato – funcional, no existiendo variación alguna de su rendimiento.
Variantes de la Supercompensación: el periodo de asimilación compensatoria citado por la escuela
pavloviana depende y está en estrecha relación con el trabajo mismo, pues los efectos producidos por la
actividad tienen una duración determinada, después de la cual van desapareciendo paulatinamente.
El nuevo estímulo debe ser aplicado cuando todavía dura el efecto del anterior, más aún, cuando dicho
efecto se encuentra en su máxima plenitud. Si los lapsos transcurridos entre cada periodo de trabajo son
demasiado prolongados, entonces la aptitud de los topes de rendimiento se encontrarán en el mismo nivel
y en casos mas acentuados aún, los topes de rendimiento llegarán cada vez a niveles más bajos. Es por esto
que un estímulo debe ser aplicado cuando aún duran los efectos del anterior, el estímulo en cuestión debe
ser aplicado sobre la huella precedente. Aunque tampoco debemos aplicar los estímulos de trabajo sin
antes haber entrado en el periodo de Compensación Ampliada.
En los deportistas de corta trayectoria los procesos de adaptación son más acelerados que en los de
larga trayectoria, de tal manera que si los deportistas noveles trabajan con una magnitud demasiado
elevada e inadecuada para ellos se corre el riesgo de caer en un Falso Pessimum o Fase de Agotamiento.
El hecho de aplicar un estímulo cuando los beneficios del anterior están en su máxima exaltación o en su
mayor altura, constituye un concepto únicamente básico y en la mayoría de las veces no se lo utiliza tan
directamente. De acuerdo a este concepto se trabaja por Superposición de Estímulos. Estos se aplican en
una seguidilla tal que no permiten completar el periodo de restitución. Luego de un determinado ciclo de
trabajo (generalmente microciclo semanal) se interrumpe la Superposición de Estímulos o cargas para
permitir la exaltación.
La magnitud del desgaste como efecto inmediato de los estímulos y el tiempo que se necesitará para su
reposición o compensación va a depender de determinados factores tales como la dimensión del estímulo
aplicado , el nivel del entrenado y los factores endógenos y exógenos (Letzelter, 1978).

De acuerdo a Volkov (1974) existen 4 enfoques para considerar en el proceso de recuperación de los
estímulos:
-Recuperación común y ordinaria que se produce en el decurso del proceso de entrenamiento.
-Recuperación inmediata después del esfuerzo.
-Recuperación mediata, es decir, la que se sigue produciendo varias horas después de haber finalizado el
esfuerzo.
-Recuperación que se necesita y produce debido a una extenuación o agotamiento crónico.

Si consideramos el problema de la Supercompensación desde el punto de vista práctico deportivo, la


recuperación inmediata después de cada esfuerzo tiene importancia básica para los estímulos en una misma
sesión de entrenamiento como también entre 2 días diferentes y continuos de trabajo. Manejando
adecuadamente la recuperación, se puede obtener exaltación, incluso después de minutos de descanso.
Además el carácter de la recuperación va a influir en la mayor o menor duración de dicha fase (a lo que se la
designa como Acción Durante la Recuperación).
En realidad el proceso de la recuperación, sea inmediato o mediato, presenta características
verdaderamente caprichosas, no es homogénea para todo el organismo. Matveiev llama a esto
Heterogeneidad de la Recuperación.
La Supercompensación no es recta, sino que progresa en forma de curva. Esta curva compensatoria se
eleva rápidamente en los primeros momentos y comienza luego a estabilizarse paulatinamente tendiendo
en la fase de exaltación hacia la horizontalidad. Es por esta causa entonces que los procesos de
recuperación tienen lugar porcentualmente en mayor medida en los primeros momentos inmediatos
después del esfuerzo.

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También la exaltación de la curva supercompensatoria presenta características muy interesantes:
-A medida que transcurre el proceso de entrenamiento, el periodo de asimilación compensatoria será más
breve.
-A medida que transcurre el proceso de entrenamiento deportivo se debe incrementar la magnitud de las
cargas para producir verdaderos procesos de excitación.
-A medida que transcurre el proceso de entrenamiento, la exaltación supercompensatoria será cada vez
menor (es por esto que se debe incrementar periódicamente la dimensión de las cargas y la calidad de los
esfuerzos).

El problema de la Fatiga ante la Supercompensación: la carga funcional que se produce como producto del
entrenamiento origina ciertos disturbios en el equilibrio metabólico. Hasta cierto nivel de esfuerzo este
equilibrio se puede mantener, aunque por supuesto a niveles más altos que en reposo. Sin embargo, a
partir de cierta magnitud dicho equilibrio se rompe y aparece la fatiga e incluso el agotamiento. Uno de los
problemas que plantea, precisamente, el moderno entrenamiento deportivo reside en como facilitar el
retorno al equilibrio metabólico funcional.

FATIGA: se trata del estado fisiológico caracterizado por la pérdida temporal de la capacidad de mantener
un rendimiento dado. Es el principal factor limitante del rendimiento físico y las principales causas de su
aparición son:
-El agotamiento de las reservas energéticas.
-La disminución de la actividad enzimática debido a la acidificación del medio interno (descenso del PH) por
la emisión y concentración de ácido láctico.
-El desequilibrio hídrico y electrolítico por el descenso del PH. Ello dificulta la excitabilidad y contracción del
músculo.

La Fatiga puede aparecer bajo 2 formas:

A) Local: afecta a un sistema orgánico (SNC, Sistema Locomotor) o bien a una/s extremidad/es o grupo/s
muscular/es en concreto. Viene producida mayormente por trabajos analíticos.
B) General: es aquella que se produce o afecta a la globalidad del organismo. Será producida por trabajos
más generales.

La Fatiga es un disturbio reversible que aparece en la persona como consecuencia de una exigencia a la
cual se ha sometido a la misma. Puede ser compensada o no compensada. La Fatiga Compensada es
aquella que sólo alcanza un nivel tal que no llega a inhibir o reducir el nivel de rendimiento que se tenía
hasta su aparición. En cambio, con la aparición de la Fatiga No Compensada, se llega a un nivel de
desequilibrio tal que se inhibe la prosecución de la acción con los niveles de rendimiento previos a su
aparición y ello en algunos casos puede llegar a la incapacidad total del trabajo.
Desde el punto de vista didáctico la Fatiga puede ser Central o Periférica. La Fatiga Central corresponde
a la nerviosa, mientras que la Externa es la muscular. Esta división didáctica obedece muy especialmente a
razones de orden de aparición.

Fenómenos Bioquímicos generales durante el estado de Fatiga: la Fatiga puede presentar distintos
síntomas, es decir:

-La que aparece debido a una intensa ejercitación o exigencia en la unidad de tiempo.
-La que aparece lentamente en un esfuerzo poco intenso en la unidad de tiempo.
Sea en un caso o en el otro Jakovlev (1978) determina entre ambas los siguientes puntos en común:

20
-Una reducción en la actividad de Miosina ATPasa.
-Una disminución en la absorción de iones de calcio por parte de las fibras musculares a través de sus
retículos sarcoplasmáticos.
-Mitocondrias musculares hinchadas.
-Disminución de la capacidad de resíntesis de ATP.
-Disturbios en el balance de ATP tanto en los músculos como también en la corteza cerebral.
Todos estos factores contribuyen a un indeseable objetivo: inhibir tanto la capacidad de contracción como
también la decontracción muscular.

Fatiga Rápida y Lenta: desde el punto de vista bioquímico, la fatiga que aparece como resultado o respuesta
a esfuerzos violentos (anaeróbicos) es relevante. En el caso de la aparición de la Fatiga Lenta, la aeróbica,
existen otra clase de fenómenos como una Supercompensación diferente.

El proceso de Supercompensación en relación a la Fatiga Lenta y Rápida: después de haber finalizado el


esfuerzo existe una lentificación en los procesos de recuperación, sea en el caso de la Fatiga Lenta o Rápida.
La resíntesis completa de glucógeno en el hígado y a valores previos a un esfuerzo prolongado (de horas) es
a todas luces lenta: aproximadamente 3 días. En el caso de la Fatiga Rápida existe no solamente una
compensación o restitución de los valores previos al esfuerzo en relación al glucógeno, sino también una
Supercompensación, ya a las 48 horas después de haber finalizado el esfuerzo.

El manejo práctico de las pausas en relación a la Supercompensación de la Fatiga Rápida y Lenta: el


comportamiento bioquímico – energético de la fatiga nos proporciona datos muy importantes para el
manejo de la recuperación o pausas entre esfuerzos.
Si hay aparición de la fatiga, se hace entonces necesario utilizar pausas verdaderamente compensadoras
para su total eliminación. Las pausas deben ser amplias, y en el caso de un rápido incremento de la fatiga se
determina un acentuado y rápido gradiente de la caída de energía potencial.

Síntomas de distintos grados de fatiga: los diferentes grados de fatiga se pueden determinar con bastante
precisión mediante síntomas específicos. El Dr Israel (1973) ha determinado dichos síntomas y ellos pueden
ser detectados con relativa facilidad. Según él, son los siguientes:
-Coloración de la piel.
-Transpiración.
-Acciones: errores e imprecisiones.
-Concentración.
-Estado físico general.
-Disposición para el rendimiento.
-Estado de ánimo, humor.

Elementos y situaciones causales del estado de agotamiento: si se rompe el equilibrio (homeostasis), si se


actúa con sobre exigencia sobre el complejo psicoorgánico del deportista, se produce entonces el estado de
agotamiento.
Según Wassiljeva, cargas de trabajo excesivas producen diferentes disturbios a nivel del sistema
nervioso central, especialmente a nivel de la mutua relación que debe existir entre los procesos de
estimulación e inhibición.

El ESTADO DE SOBREENTRENAMIENTO: después de un cierto periodo de entrenamiento pueden aparecer


distintos signos de extenuación, tanto a niveles físicos como psíquicos. Estos cambios suelen ser debidos a la
acumulación de diversos factores como: sobrecargas, mala adaptación, entrenamientos muy intensos, mala

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alimentación, carencia de sueño o descanso, etc. (Keul, 1978; Israel, 1976, Findeisen, 1976). Este nivel de
extenuación es lo que se conoce y denomina como Sobreentrenamiento.

Las causas más comunes de este suelen ser (Weineck, 1988):


-Incremento acelerado del Volumen e Intensidad del entrenamiento.
-Solicitaciones técnicas elevadas.
-Utilización de métodos y medios de entrenamiento excesivamente específicos.
-Acumulación de estímulos con insuficiente recuperación.
Dentro de este Sobreentrenamiento vamos a distinguir principalmente 2 tipos de manifestaciones:
Adinosoide (afecta al sistema parasimpático) y Basedowoide (que afecta al simpático):

1) Sobreentrenamiento Basedowoide: está caracterizado por un estado de sobreexcitación y es


consecuencia de una recuperación insuficiente después del esfuerzo. Es de fácil diagnóstico, ya que se
manifiesta con una sensación de enfermedad por parte del deportista. También es el más rápido de tratar y
el deportista puede reanudar su entrenamiento específico en un par de semanas (Findeisen, 1976). Tiene
como preludio la Fatiga Rápida, producida preponderantemente por procesos bioquímicos anaeróbicos no
compensados debidamente. Es producido por cargas de elevada Intensidad.

2) Sobreentrenamiento Adinosoide: es mucho más difícil de diagnosticar ya que no se manifiesta de


ninguna forma característica. Se detecta en el deportista una falta de animación y debilidad física. Su
tratamiento es más complicado debido a que necesita semanas e incluso meses para desaparecer
completamente y la vuelta al entrenamiento específico por parte del deportista debe ser muy progresiva
(Israel, 1976). Es producido por cargas de elevado Volumen y Duración.
Para evitar el Sobreentrenamiento, la medida más adecuada es el descanso, favoreciendo de esta forma
una correcta recuperación de todos los sistemas implicados en el ejercicio físico.

SÍNTOMAS Y SIGNOS DE SOBREENTRENAMIENTO SEGÚN ISRAEL, 1976


BASEDOWOIDE ADINOSOIDE
Fatigabilidad fácil Fatigabilidad fácil
Excitación Inhibición
Problemas de sueño Sueño normal
Disminución de apetito Apetito normal
Pérdida de Peso Corporal Peso Corporal Constante
Tendencia a la sudación Termorregulación normal
Termorregulación normal Sudores nocturnos, manos húmedas
Ojeras, palidez
Tendencia a cefaleas Cabeza despejada
Palpitaciones y punzadas en el corazón
Pulso acelerado Bradicardia
Metabolismo Basal acrecentado Metabolismo normal
Temperatura Corporal elevada Temperatura Corporal normal
Reestablecimiento retardado de la Frecuencia Cardíaca Reestablecimiento circulatorio rápido
de reposo
Presión sanguínea atípica Elevación de la Presión sistólica bajo carga y después de
ella

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Hiperapnea anormal bajo carga Respiración normal
Hipersensibilidad sensorial y desarrollo gestual poco Desarrollo gestual anguloso y poco coordinado
coordinado
Tiempo de reacción abreviado, pero erróneo Tiempo de reacción normal o prolongado
Temblores
Recuperación retardada Capacidad de recuperación buena
Agitación, excitabilidad, irritabilidad y depresión Humor afectivo normal
LA CARGA DE ENTRENAMIENTO Y SUS COMPONENTES: de forma clásica se definía a la carga como el
resultado de relacionar la cantidad de trabajo (volumen) con su aspecto cualitativo (intensidad).
Verjoshanski (1990) aborda este concepto de forma global y profunda, definiéndole como el trabajo
muscular que implica en si mismo el potencial de entrenamiento derivado del estado del deportista, que
produce un efecto de entrenamiento que lleva a un proceso de adaptación.
El entrenamiento deportivo se basa fundamentalmente en aplicar cargas de trabajo y estas son
básicamente ejercicios físicos que preparan al deportista para la competición. Es la medida fisiológica de la
solicitación del organismo que, provocada por un esfuerzo físico, se expresa mediante reacciones
funcionales de una cierta duración y profundidad.
Según Harre (1973) hay necesidad de diferenciar entre Carga Externa y Carga Interna.

1) Carga Interna: es el efecto de la Carga Externa o Carga Física sobre el organismo del deportista y los
cambios que se producen en los diferentes sistemas funcionales del organismo (Frencuencia Cardíaca,
VO2máx, etc.). Se puede medir en magnitudes fisiológicas y nos dará una idea de la repercusión de ese
trabajo.
Es el grado de reacción que se produce y que está supeditado por las distintas transformaciones
fisiológicas y bioquímicas. Nos ayudan a conocerla:
-La reacción inmediata del organismo.
-Los índices modificados de la actividad funcional (sistemas del organismo).
-Los factores secundarios que son los más difíciles de medir (biopsia muscular, lactato, etc.).

Nos sirve para:


-Medir el nivel de trabajo adecuado.
-Apreciar la adaptación del deportista y su grado.
-Comparar la actuación del organismo ante diferentes cargas.
2) Carga Externa: es aquella que viene definida por datos que nos dan la cantidad y calidad del trabajo
realizado. Se mide en magnitudes físicas tales como: Metros, Segundos, Kilogramos, etc. También suele
sernjm llamada Carga Física.
Está representada por los diferentes medios y métodos de entrenamiento y por la organización
metodológica que los mismos presentan. Sin embargo, cada Carga Externa produce una reacción tanto en el
plano sómato – funcional como también en el psicotemperamental.
Se la trata mediante los componentes de la carga y puede ser medida independientemente de los
efectos que provoque ya que sólo se conocerá lo que se ha hecho. Nos sirve para:
-Clasificarla.
-Orientarla al desarrollo de una determina capacidad.
-Posibilitar la planificación del trabajo.

COMPONENTES DE LA CARGA: son las magnitudes significativas que determinas las cargas en el
entrenamiento, es decir, las variables que nos dicen cuanto y como entrenamos. Para De Hegedus:

23
1) DURACIÓN: es el tiempo de trabajo durante el cual un contenido de entrenamiento ejerce efecto de
estimulación. Es decir, el periodo de tiempo mediante el cual un contenido de entrenamiento estimula al
organismo.
Cada estímulo de entrenamiento tiene una duración óptima que nos permite conseguir esos efectos que
buscamos. La duración óptima de cada actividad dependerá del objetivo y del contenido que pretendamos
desarrollar.
La duración de las cargas debería ser distinta si se trata de un entrenamiento de la resistencia, de la
velocidad en el sprint o de la fuerza muscular.

2) VOLUMEN: es el aspecto cuantitativo de la carga, es la cantidad de entrenamiento ejercido sobre el


organismo de la persona. Para medirlo deberemos utilizar siempre los indicadores de medición que sean
iguales, para poder sumarlos y dar así una idea de la cantidad de trabajo realizado por el deportista en una
fase determinada del entrenamiento.
Necesitamos conocer la cantidad de trabajo realizado por un deportista para adecuar las magnitudes de
trabajo.

DEPORTE INDICADORES DEL VOLUMEN DE LA CARGA


Deporte de carácter Cíclico Longitud de la distancia: Kilómetros; Tiempo de
recorrido: Horas
Gimnasia Número de elementos, uniones y combinaciones
integrales
Juegos de Pelota Tiempo empleado en la ejecución del ejercicio:
Horas; Número de clases
Levantamiento de Pesas Peso Total; Número de Series o de Levantamientos
de Pesas
Lucha Tiempo y Número de clases de entrenamiento

El Volumen siempre está relacionado con la Intensidad, por lo tanto, al definir la carga tendremos en
cuenta ambos. De tal modo indicaremos el trabajo realizado por el deportista.
A veces, la Duración es igual al Volumen. Por ejemplo, 1 Hora de carrera continua.
Los tipos de volúmenes son:
A) Relativo: es el tiempo teórico de trabajo del entrenamiento.
B) Absoluto: es el tiempo real de trabajo dedicado al entrenamiento.
El Volumen provoca adaptaciones en los sistemas funcionales y en el organismo del deportista a largo
plazo (efecto acumulativo) y no son utilizables de forma inmediata. La variación del Volumen dependerá de
varios factores:
-Ámbito y modalidad deportiva practicada.
-Ergogénesis (metabolismo energético utilizado).
-Objetivos que se proponen al deportista, equipo, etc.
-Calendario de competiciones.
-Necesidades del sujeto o respuestas de este al entrenamiento.
-Nivel del deportista.

Factores limitantes del Volumen:


-Posibilidades de dedicación de la persona: cuanto tiempo puede entrenar.
-Relación con el beneficio/resultado deportivo. Ante un incremento del volumen, el rendimiento del
deportista no mejora de forma continuada, incluso podría ser perjudicial (sobreentrenamiento). Por lo
tanto, existirán unos volúmenes óptimos alrededor de los cuales se conseguirán resultados adecuados.

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3) INTENSIDAD: es el aspecto o componente cualitativo del trabajo realizado y es inversamente
proporcional al Volumen. La Intensidad nos dará la referencia de cómo se ha realizado el trabajo, es decir,
la Calidad del entrenamiento. Mientras que el Volumen nos da el valor de la Cantidad de entrenamiento
realizado. Representa la magnitud del esfuerzo en la unidad de tiempo.
La Intensidad provoca adaptaciones en los sistemas funcionales y en el organismo del deportista a corto
plazo (inmediatas) y no son utilizables a largo plazo. Así, pues, existe una alta correlación de la Intensidad
con el resultado deportivo.
Los factores limitantes de la Intensidad se resumen en la edad o paso del tiempo y en la capacidad de
coordinación. Los tipos de Intensidad son:
A) Absoluta: hace referencia al máximo de posibilidades de un deportista, es decir, al resultado obtenido en
un test máximo o el mejor resultado deportivo conseguido en competición.
B) Relativa: se refiere al porcentaje utilizado para el entrenamiento respecto a la Intensidad Absoluta.
C) Media: cuando en una sesión de entrenamiento se utilizan diferentes intensidades de trabajo, la
Intensidad Media será la Intensidad Relativa de cada ejercicio por su Volumen Parcial, dividido por el
sumatorio de volúmenes.

Intensidad Media = Sumatoria (IR x VP) / Sumatoria VP

Formas de cuantificar la Intensidad:


A) Escalas de Porcentaje: es una relación porcentual entre una cantidad y las máximas que tiene el sujeto.
Así relacionamos lo que se hace en esa actividad con la máxima capacidad del sujeto. A partir de ahí,
podemos consultar con diversas tablas existentes dándonos una idea de la calidad del trabajo realizado.
Como por ejemplo:

ESCALA DE INTENSIDAD EN % DE HARRE


Baja 30 – 50% Submáxima 80 – 90%
Moderada 50 – 70% Máxima 90 – 100%
Media 70 – 80% Supramáxima Más de 100%

B) Frecuencia Cardíaca Absoluta: nos indica la actividad del sistema cardiovascular. A medida que aumenta
la Intensidad, aumenta la Frecuencia Cardíaca. Es el número de Pulsaciones / Minuto que tiene el
deportista sin referirlo a sus posibilidades máximas. Permite un control de la Intensidad comparando
individualmente a un sujeto en diferentes días, en un mismo entrenamiento o en diferentes trabajos. Con
estos datos podemos consultar diversas tablas existentes haciéndonos una idea de la calidad del trabajo
realizado. Como por ejemplo:

TABLA DE LA INTENSIDAD POR LA FRECUENCIA CARDIACA DE NIKIFOROV


Baja 120 – 150 Pulsaciones/Minuto
Media 150 – 170 Pulsaciones/Minuto
Alta 170 – 185 Pulsaciones/Minuto
Máxima Más de 185 Pulsaciones/Minuto

TABLA DE INTENSIDAD POR LA FRECUENCIA CARDÍACA EN ADULTOS Y EN EL


ENTRENAMIENTO JUVENIL (15 – 18 AÑOS) DE TSCHIENE
ZONA ADULTOS JUVENILES HOMBRES JUVENILES MUJERES
I) Baja Menos de 135 ppm Menos de 130 ppm Menos de 135 ppm

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II) Media 136 – 150 ppm 131 – 155 ppm 136 – 160 ppm
III) Elevada 151 – 165 ppm 156 – 175 ppm 161 – 180 ppm
IV) Alta 166 – 180 ppm Más de 175 ppm Más de 171 ppm
V) Máxima Más de 180 ppm Crítico ----------------------

C) Frecuencia Cardíaca Relativa: se refiere al porcentaje utilizado para el entrenamiento respecto a la


Frecuencia Cardíaca Absoluta. Esta fórmula también la podremos utilizar para conocer la Intensidad Media
de un ejercicio tomando como indicador la Frecuencia Cardíaca.

Frecuencia Cardíaca Relativa = (Frecuencia Cardíaca Trabajo / Frecuencia Cardíaca Máxima) x 100 = %

4) DENSIDAD: hace referencia a la relación entre trabajo y descanso, entrenamiento y recuperación.


Asegura que la eficacia de los estímulos sea óptima y sobre todo previene la aparición de lesiones por
excesiva estimulación (sobreentrenamiento). Depende o está influenciada por:
-El Volumen o la Intensidad de los estímulos de las cargas aplicadas.
-El nivel de entrenamiento y estado del deportista.
-El objetivo a trabajar.
-Las fases del entrenamiento o momento en que se aplican los estímulos.
-El tipo de deporte.

DESCANSO / RECUPERACIÓN: El descanso o recuperación es la falta de activación físico – deportiva o falta


de estimulación. Es decir, el restablecimiento de la capacidad de rendimiento. Se trata de un proceso
posterior e inverso a la fatiga y nos sirve para:
-Facilitar la recuperación del deportista.
-Disminuir la fatiga.
-Favorecer la Supercompensación, facilitando que la nuevas cargas de entrenamiento sean superiores.
-Prevenir la aparición de lesiones.

Todo este proceso transcurre en una serie de fases (Badtke, 1987):


A) Fase Rápida (Menos de 6 horas): empieza al acabar la estimulación o entrenamiento. El efecto inmediato
es el de reducir el cansancio o fatiga acumulada, además de iniciarse:
-Regeneración de fosfágenos (ATP y PC).
-Recuperación de la Frecuencia Cardíaca y Presión Arterial.
-Metabolización de lactato y normalización de la acidez (PH).
-Restauración de la función neuro – muscular.
-Inicio de la restauración de los substratos energéticos (Glucógeno en Fibras Rápidas: FT).

B) Fase Lenta (De 6 a 36 horas): es considerada como la fase constructiva. En ella tienen lugar los procesos
de adaptación, los cambios estructurales y funcionales, es decir, se asimilan los efectos entrenados. Además
de producirse:
-Llenado de los depósitos de Glucógeno Muscular en Fibras Lentas (ST) y Hepático.
-Regeneración de proteínas contráctiles y tejidos ligamentosos y tendinosos.
-Equilibración electrolítica.

C) Supercompensación (Más de 36 horas): es la finalización de la recuperación. Esta fase comprende:


-Compensación de enzimas musculares.
-Resíntesis de proteínas estructurales (Actina, Miosina, Proteína, Actinina, etc.)
-Supercompensación de los depósitos de glucógeno.

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-Compensación electrolítica.
-Compensación del equilibrio endócrino.

Existen 4 tipos de pausas:

A) Inactivo, Recuperatorioa o Pasivo: son aquellos métodos en los cuales el individuo está pasivo respecto
de su recuperación. El método más potente, también es el más sencillo: el sueño nocturno. Durante este
periodo se producen las principales adaptaciones positivas posteriores al entrenamiento y por ello es muy
importante inculcar su importancia. Se utiliza este tipo de recuperación en:
-Entrenamiento de la coordinación (técnica).
-Competiciones exigentes.
-Entrenamiento de fuerza y/o velocidad.
B) Activo: es la vuelta a la calma dentro de una sesión. Los estiramientos entre sesiones o una actividad a
modo de descanso activo son ejemplos de recuperaciones activas. Implica a todas las acciones en que el
individuo está activo para su propia recuperación. Lo utilizaremos en:
-Entrenamiento Anaeróbico Láctico.
-Entrenamiento de Fuerza Resistencia.
-Recomendable en la etapa de entrenamiento de fundamentos.
C) Medios externos de recuperación: se trata de todas aquellas terapias que aceleren la recuperación
disminuyendo el tiempo de descanso, como pueden ser:
-Baño.
-Sauna.
-Masajes.
-Crioterapia
D) Cambio de actividad: realizar actividades distintas a la habitual con mejoras a nivel muscular y nervioso.

Los factores que influyen en el descanso o recuperación son:


-El trabajo realizado dependiendo, por lo tanto, de su Volumen e Intensidad.
-El grado de entrenamiento del deportista.
-La edad.
-La experiencia.
-Las diferencias con respecto al sexo.
-La altitud, factores climáticos, diferencias horarias, etc.

5) FRECUENCIA: hace referencia al número de veces que se aplica un estímulo. Esto está relacionado con la
sesión de trabajo, el microciclo, el mesociclo, el macrociclo, la disciplina deportiva y el nivel del atleta.

DINÁMICA DE LA CARGA DE ENTRENAMIENTO (DCE): es la variación conjunta del Volumen y la Intensidad,


que dan como resultado una modificación en las funciones y una adaptación en el organismo del deportista.
Para aplicarla podemos modificar:
-Volumen.
-Intensidad.
-Grado de dificultad coordinativa (técnica).

A la hora de modificar la Carga de Entrenamiento, existen 4 posibilidades:

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1) DCE Standard: se mantiene la misma carga de trabajo a lo largo de todo el tiempo.

2) DCE Lineal: incremento lineal y continuado de la carga de trabajo a lo largo del tiempo.

3) DCE Escalonada: donde existen fases de incremento y de estabilización. La estabilización permite la


adaptación a los estímulos y, por lo tanto, un aumento de los resultados.

4) DCE Ondulatoria: consiste en hacer curvas en las que distinguiremos fases de incremento, estabilización
y disminución (Matveiev, 1972). La combinación de esta DCE dará lugar a los diferentes tipos de ondas, en
función de los ciclos y/o periodos de la temporada, que son:
A) Ondas Grandes: representan al macrociclo, reflejando la tendencia de cómo evoluciona la carga.
B) Ondas Medias: representan el nivel de carga de los mesociclos, reflejando la tendencia de evolución de la
carga.
C) Ondas Pequeñas: utilizadas en los microciclos, reflejando la evolución de la carga semanal, sin
combinación de más ondas.

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Los pasos a seguir en el incremento de la carga de entrenamiento serán:
-Aumento de la Frecuencia incrementando el número de sesiones.
-Incremento del Volumen, realizando mayor cantidad de trabajo en la sesión.
-Aumento de la Densidad disminuyendo el tiempo de descanso o recuperación utilizado en la sesión.
-Aumento de la Intensidad o calidad del entrenamiento.

Según Verkoshanski, para saber elegir la carga óptima de trabajo se deben tener en cuenta los
siguientes aspectos:

1) El Contenido de la carga: es lo que se va a trabajar, lo cual viene a su vez determinado por:

A) El nivel de especificidad: viene dado por la mayor o menor similitud del ejercicio con la manifestación
propia del movimiento durante la competición. Esto CARGA
nos permite englobar los ejercicios en 2 grupos: los de
Preparación Especial y los de Preparación General.
B) El potencial de entrenamiento: se define como la forma en que la carga estimula la condición del atleta.
El Potencial de entrenamiento de los ejercicios se reduce con el crecimiento de la capacidad de
rendimiento, por lo que se hace preciso variar los ejercicios o su intensidad para poder seguir consiguiendo
incrementos en el rendimiento. Los ejercicios deben ser utilizados aumentándolos gradualmente y
observando una consecución lógica, de forma que los ejercicios utilizados en primer lugar deben crear las
condiciones favorables que necesitan los ejercicios que se utilizarán posteriormente. Viru (1995) distingue 5
tipos de carga de entrenamiento:
-Carga Ineficaz
CONTENIDO VOLUMEN ORGANIZACIÓN
-Carga de Recuperación
DE LA DE LA DE LA
-Carga de Mantenimiento
CARGA CARGA CARGA
-Carga de Desarrollo

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Intensidad de Carga
Duración de Carga Interconexión de las Cargas
Potencial de
(Densidad de Carga)
Entrenamiento

-Carga Excesiva

2) El Volumen de la carga: determina el aspecto cuantitativo del estímulo utilizado en el proceso de


entrenamiento. En este aspecto de la carga se distinguen las siguientes variables:

A) La Magnitud de la Carga: es la medida cuantitativa global de las cargas de entrenamiento de diferente


orientación funcional que se desarrollan en una sesión, microciclo, mesociclo o macrociclo. La magnitud
viene determinada por el nivel de entrenamiento del atleta y por el momento de la preparación a la que
hagamos referencia. En este sentido, a mayor nivel, mayor magnitud, así como en el periodo preparatorio
mayor magnitud que en el competitivo.
El mayor Volumen de trabajo se suele realizar durante el periodo preparatorio. Los practicantes de
pruebas de resistencia realizan un mayor Volumen de trabajo que los de velocidad. Los deportistas más
entrenados y con más años de entrenamiento realizan mayor Volumen de entrenamiento que los
debutantes y jóvenes.

B) La Intensidad de la Carga: es el aspecto cualitativo de la misma. Al igual que ocurre con la magnitud, esta
se encuentra supeditada al nivel del deportista y al momento de la temporada. Grosser (1988) define la
Intensidad como la fuerza del estímulo que manifiesta un deportista durante un esfuerzo. Las formas de
valorar las intensidades de la carga varían de una modalidad deportiva a otra. Martin (1977) propone la
siguiente escala de Intensidad para el entrenamiento de la fuerza y de la resistencia en sujetos de 20 a 30
años:

INTENSIDAD FUERZA (% FM) RESISTENCIA (% MT) FC


ESCASA 30 – 50 % 30 – 50 % 130
LEVE 50 – 70 % 50 – 60 % 140
MEDIA 70 – 80 % 60 – 75 % 150
SUBMÁXIMA 75 – 90 % 75 – 90 % 165
MÁXIMA 90 – 100 % 90 – 100 % 180

C) La Duración de la Carga: es un aspecto fundamental del Volumen. Dick lo define como el periodo de
influencia de un solo estímulo, la distancia cubierta en una repetición, o el tiempo total para completar toda
la carga en una unidad. Pero también se lo puede considerar como un periodo más largo en el que se
trabaja con cargas de una misma orientación.

D) La Densidad de la Carga: tiene que ver con la relación entre el esfuerzo y el descanso en una unidad
temporal entre aquellas en que se organiza el entrenamiento. Los tiempos que se emplean entre dos
estímulos (descansos) cumplen 2 finalidades: reducir el cansancio (pausas completas) o llevar a cabo
procesos de adaptación (pausas incompletas). Estas pausas se pueden hacer de 2 maneras: activas o
pasivas.

3) La Organización de la Carga: para esta se entiende su sistematización en un periodo de tiempo dado. En


la base de esta debe hallarse la obtención de un efecto acumulado de entrenamiento positivo de cargas de
diferente orientación. Esto nos obliga a considerar 2 aspectos dentro de la misma:

A) La distribución de la carga en el tiempo: se entiende de que forma se colocan las diferentes cargas en las
partes en que tradicionalmente se divide el proceso de entrenamiento (sesión, día, microciclo, mesociclo o
macrociclo).

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B) La interconexión de las cargas: indica la relación que las cargas de diferente orientación tienen entre si.
Una combinación racional de las cargas de diferente orientación asegura la obtención del efecto
acumulativo del entrenamiento.

PARÁMETROS FISIOLÓGICOS DE CONTROL DEL EJERCICIO: para controlar la Supercompensación hay que
basarse en la práctica diaria y en la medicina deportiva. Esto nos indicará el trabajo realizado y como se
desarrolla el proceso de adaptación, pudiendo saber, así, si el entrenamiento es correcto o no. Y, además,
permiten valorar el comportamiento de la Carga Interna. Los Parámetros de Control que se utilizan son:

1) Frecuencia Cardíaca Basal: controlada diariamente nos dará una idea del estado funcional del organismo.
Si se produce una variación positiva mayor a 5 ppm respecto de la Frecuencia Cardíaca Basal, nos indica que
el deportista está fatigado o no recuperado adecuadamente, pudiendo caer en una fase de
sobreentrenamiento. En otras ocasiones, esta situación puede ser debida a un estado de ansiedad. En el
caso contrario, si la variación es negativa y mayor a 5 ppm, supone una adaptación positiva a las cargas de
entrenamiento. Se la puede tomar en 6’’, 10’’, 15’’, 30’’ o 1’. Se la puede tomar en la parrilla costal
izquierda, en el canal radial o en la carótida. Es la cantidad de latidos que tiene el corazón por minuto y debe
ser considerada como el principal indicador de estrés (carga) cardiovascular. Si es Menor a 60 se está en
Bradicardia. Si está entre 60 y 100 se está en Frecuencia Cardíaca Normal. Y si es Mayor a 100 se está en
Taquicardia.
Su control se puede realizar por:

A) Palpación: es, quizás, el método más utilizado en campo. Empleando los dedos índice y medio de la
mano se palpa el pulso. Los sitios anatómicos donde se palpará la Frecuencia Cardiaca pueden ser:
-Arteria Braquial
-Arteria Carótida
-Arteria Radial
-Arteria Temporal

B) Auscultación: requiere el uso de un estetoscopio. Durante 30 a 60 segundos.

C) Monitor de Frecuencia Cardíaca: brinda información en tiempo real y garantiza validez y estabilidad en
los registros.

2) Peso Corporal: controlado diariamente al levantarse y bajo las mismas condiciones, nos indica la
asimilación de las cargas de trabajo. Pero, en caso de producirse una variación de 2 KG será síntoma de no
estar asimilando el entrenamiento (descanso insuficiente, entrenamiento excesivo, dieta desequilibrada,
etc.). También podemos utilizar el Peso Corporal al principio o al final de la sesión de entrenamiento como
indicador de una pérdida de líquidos durante la misma.

3) Autoobservación Personal: se trata de la información recibida del sujeto sobre sus propias sensaciones
(cantidad y calidad del sueño, sensaciones antes, durante y después del entrenamiento y/o competición).

4) Presión Arterial: esta sufrirá una disminución en el caso de que se produzca una correcta adaptación al
entrenamiento (Disminuye la Máxima y se mantiene la Mínima). Si por el contrario se produce un aumento
de la Presión Arterial Sistólica, el proceso de adaptación es incorrecto, pudiendo derivar en un
sobreentrenamiento. Puede ser definida como la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de los vasos
sanguíneos (Adams, 2002). Para su medición se necesita un estigmomanómetro de mercurio, un mango,
una cámara de goma y un estetoscopio.
SISTÓLICA DIASTÓLICA

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ÓPTIMA 120 80
NORMAL 120 – 129 80 – 84
NORMAL ALTA 130 – 139 85 – 89
HIPERTENSIÓN ALTA 1 140 – 159 90 – 99
HIPERTENSIÓN ALTA 2 160 – 179 100 – 109
HIPERTENSIÓN ALTA 3 MÁS DE 180 MÁS DE 110

5) Capacidad Vital: se realiza mediante una prueba espirométrica, viendo con el paso del tiempo la
variación de la cantidad de aire utilizado (Ej: aumentar de 5 a 71).

6) Velocidad de Reacción: mediante la realización de tests de tipo visual y acústico determinamos los
tiempos de reacción del individuo. Si existe un incremento en estos, puede ser indicador de estados de
sobreentrenamiento.

7) Temperatura Corporal: controlada durante el periodo de entrenamiento. Si se mantiene, nos indicará


que el proceso de adaptación es correcto, pero si aumenta puede indicarnos un estado de
sobreentrenamiento.

8) Escala de Borg: nos marca la percepción del esfuerzo. También es conocida como Percepción Subjetiva
del Esfuerzo. Un trabajo para sedentarios debería estar entre 3 y 5 en esta escala.

ESCALA DE BORG Y % FRECUENCIA CARDÍACA


INTENSIDAD PSE (6 – 20) PSE (0 – 10) % FC RESERVA % FC MÁXIMA
Muy Liviano Menor a 10 0,5 – 1 Menor a 20 Menor a 50
Liviano 10 – 11 2 20 – 39 50 – 63
Moderado 12 – 13 3–4 40 – 59 64 – 76
Fuerte 14 – 16 5–6 60 – 84 77 – 93
Muy Fuerte 17 – 19 7–8 Mayor a 85 Mayor a 94
Máximo 20 9 - 10 100 100

ESCALA DE BORG Y % 1MÁXIMA REPETICIÓN


INTENSIDAD PSE (6 – 20) PSE (0 – 10) % 1 MR
Muy Liviano Menor a 10 0,5 – 1 Menor a 30
Liviano 10 – 11 2 30 – 49
Moderado 12 – 13 3–4 50 – 69
Fuerte 14 – 16 5–6 70 – 84
Muy Fuerte 17 – 19 7–8 Mayor a 85
Máximo 20 9 - 10 100
9) Pruebas sencillas de recuperación / Test de Ruffier

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