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La semiótica y educación en valores a los jóvenes

LA SEMIÓTICA Y EDUCACIÓN
EN VALORES

Melba C. Parrado T.
Nancy Flores de Cardona**

RESUMEN
La transmisión de valores entre los adultos y los jóvenes se da
a través de la mediación semiótica en la cual son esenciales los
instrumentos de mediación (lenguaje, oral, gestos, señales, medios
de comunicación) como bases de la educación en las primeras
etapas del desarrollo de la formación integral del ser humano.
Toda educación tiene un componente axiológico en el cual se
transmiten los valores espirituales morales y cívicos, que son
considerados necesarios para lograr una convivencia armónica, a
través del desarrollo de las capacidades dialógica, de consenso y
comunicación. Constantemente existen cambios, modos de vida
en las diversas culturas donde ha de existir el respeto como valor
fundamental en la interacción entre los ciudadanos. Hay valores
que surgen a través del tiempo y otros que perduran; siendo ellos
la esencia del ser social en la humanidad. De ahí la importancia
de comprender lo esencial que es la transmisión de valores a los
jóvenes.

Palabras Clave: Semiótica, Educación, Valores.

Recibido: 26/11/2008 Aceptado: 13/02/2009

ARJÉ Revista de Postgrado FACE-UC. Vol. 3 Nº 4. Junio 2009 / 75-86 75


Melba C. Parrado T. , Nancy Flores de Cardona

The semiotic and education in values

ABSTRACT

The values transmition among adults and young people is made


through semiotic mediation in which the instruments are
important, such as oral language, gestures, signs and types
of comunication. They are the basis of education in the first
development stages of the human training. Every education has an
exiologic component in which spiritual, morals and civils values
are passed on and they are considerated necessities to archieve
harmonious agreedment, through the development of the ability
of dialogue, consent and communication. Constantly there are
changes, ways of live in diverse cultures where exists respect, as
the basic value in the interaction between people. There are values
that come up through time and there are others that last; they
have being the essence of the social being in the humanity. Here
the importance of understand the essential that is the transmition
of values to young people.

Key words: semiotic, education, values.

LA SEMIÓTICA Y EDUCACIÓN DE VALORES


La semiótica, en principio, tiene su comienzo en el momento en el
que el hombre se interroga acerca del sentido del mundo, acerca de
cómo interpretar la realidad y comunicarla mediante algún medio,
destacando que la semiótica estudia los signos en relación con la
sociedad donde se produce, con la cultura, con el pensamiento del
cual son mediadores. Según lo expresado por Saussure (1961), “La
semiótica estudia los signos en el marco de la vida social” (p.19).

Niño (2007) la define “como ciencia humana que estudia el origen,


formación y razón de ser de los signos y códigos, los símbolos y la
comunicación en general en el contexto social y cultural” (p.300).
De las definiciones de semiótica antes señaladas se ha de indicar
que se ocupan de signos, sistemas sígnicos, procesos comunicativos,
funcionamientos lingüísticos siendo fundamentales en la
transmisión de valores en el contexto socio-cultural. Cabe destacar
lo definido por Morentin (2002):

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Semiótica se llama al sistema de enunciados mediante


las cuales se da cuenta de cómo y porqué un determinado
fenómeno adquiere, en una determinada sociedad y en
un determinado momento histórico de tal sociedad, una
determinada significación y cual sea ésta (p.5).

Lo cual explica que la semiótica se puede plantear como un


modelo de hacer comunicación en el contexto socio-cultural. Sin
desconocer las peculiaridades de cada disciplina, la semiótica
aporta a todas y a cualesquiera de ellas una reflexión crítica
de cómo y porqué se produce la significación (jurídica, social,
psicológica, arqueológica, pedagógica, comunicativa y entre
otras); además aporta también a otros elementos importantes
como el cine, moda, señales de tránsito, arte, juegos, normas
de cortesía, es decir, a la sociedad y a la cultura en general; por
supuesto, todo ello unido con los valores sociales y culturales
dándole pautas operacionales y procedurales, como base
fundamental la interacción en la familia en comunicación con la
escuela reforzando los valores.

La propuesta metodológica en forma lógica se establece para


explicar la circulación social e interpretación y por supuesto, para
llevarlo a la práctica, así, se hace necesario identificar los elementos
fundamentales de la semiótica; sintaxis, semántica y pragmática.
Niño (2007) señala:

Sintaxis: en este primer momento metodológico se ha de


ordenar lógicamente una serie de palabras, valores socio-
afectivos y culturales importantes dentro del entorno
familiar y educativo. Semántica: la interpretación que
como jóvenes y adolescentes se ha de dar, partiendo de
los principios y valores morales, sociales, culturales dados
por los padres en íntima vinculación con los educadores.
Pragmática: la puesta en práctica de todos esos valores y,
por supuesto, incluye la vigilancia de padres, educadores y
representantes de la puesta en buena marcha de toda esa
serie de elementos para llevar a feliz término la aplicabilidad
de la semiótica. (p22).

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Para la transmisión de los valores socio-afectivos y culturales en


relación con la semiótica es importante el proceso y comunicación y
al respecto Niño (2007) expresa:

Que no hay que olvidar que la comunicación es el resultado


del ejercicio de la naturaleza social del hombre y que como
tal reposa en la función semiótica (o función simbólica), que
en última instancia tiene como fin permitirle representar y
manejar la realidad, en una forma esencialmente compartida
(p.46).

Los procesos de la comunicación realizados primaria y


fundamentalmente mediante el lenguaje verbal o articulado, pero
también mediante diferentes formas semióticas, son una necesidad
vital. Los procesos de comunicación son indispensables para sentir,
pensar, actuar, vivir, en fin, para el desarrollo personal y social, para
la subsistencia de la especia humana.

¿Pero qué es y qué comprende un proceso comunicativo? Exige una


comunidad de seres humanos (mínimo 2) con la posibilidad de
compartir, en condiciones y contextos reales de la vida. Al respecto
Serrano (2001), afirma:

Tenemos que una comunidad comunicativa no es un conjunto


de seres ideales establecidos por alguien también ideal. Más
bien está formada por personas, hombres y mujeres, jóvenes
y viejos, de diferentes clases sociales, que hablan, se saluda, se
despiden, se tocan, conversan…, es decir, mantienen relaciones
de comunicación (p.274).

Poyatos (1994) afirma que las conductas de comunicación se rigen


por los patrones que rigen la cultura (p.37). La cultura representa
una experiencia social que, a su vez, se transmite de unos individuos
a otros a través del llamado proceso de socialización, unos según
el cual individuos y grupos entran simultáneamente, en contacto
con cada persona y la instruyen en las técnicas que le permitirán
relacionarse en el mundo externo. Estas técnicas incluyen
valoraciones específicas o históricas de la realidad, así como un
modo relativamente homogéneo de representarla y experimentarla.

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Toda cultura es un acto de formación y reformación continua y a


la vez constituye una estructura de comportamiento que para
tener homogeneidad necesita repetirse. Sus cambios implican
transformaciones del medio, también del hombre y de las relaciones
de éste con otro.

La cultura representa una experiencia social que, a su vez, se


transmite de unos individuos a otros, a través del llamado proceso
de socialización, unido con los valores socio-culturales, según el
cual individuos y grupos interactúan en contacto con cada persona
y la instruyen en las técnicas que le permitirán relacionarse
en el mundo externo, por supuesto, con ayuda de la semiótica y
sus elementos fundamentales constituyendo a los individuos en
multiplicadores y renovadores de la socialización y la cultura, y
a la vez siendo la familia base fundamental de la sociedad donde
transmite la educación en valores que se refuerzan en los niveles
educativos.

Debe considerarse el proceso de socialización primario como


fundamental en la constitución de la personalidad de un individuo
en la cultura y por eso es fundamental la adecuada enseñanza de
valores morales y humanos impartiendo programas que instruyan a
padres, hijos y educadores, en la responsabilidad de lo que significa
el rol que desempeña la semiótica en la transmisión de valores para
conformar unos ciudadanos honestos con responsabilidad.

EDUCACIÓN EN VALORES
El comportamiento de los padres y educadores es ejemplo para
los jóvenes, éstos imitan buenos o malos hábitos, ellos tendrán la
responsabilidad de ser modelo de excelencia y de convivencia base
del proceso educativo.

La sociedad, a través de la educación, transmite los valores que nos


permiten realizarnos y convivir como personas. En la actualidad
existe una sociedad pluralista y la educación ha de ser pluralista.
Los valores no son dogmas inamovibles, el objetivo de una
educación de valores, además de la transmisión de los mismos,
ha de ser, transmitir la capacidad de enfrentarse al pluralismo, al
cambio, a la reinvención, lo cual es un reto a cumplir la misión
como padres y educadores.

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Cabe destacar que uno de los instrumentos de la mediación


semiótica es el diálogo, necesario y productivo en una sociedad
pluralista. Si la educación consigue educar para el diálogo, se
supone razonar, escuchar, ponerse en el lugar del otro, defender
sin interés para la propia convicción, estar dispuesto a aceptar que
el otro pueda convencerme e intentar, sin imposiciones, convencer
al otro, en consecuencia se logrará una eficiente educación en
valores.

Los valores se aprenden a lo largo de toda la vida, porque vivimos


en continua interacción con el contexto social o cultural. Nacemos
en el seno de una familia, ya que desde temprana edad cultivamos
una serie de amistades que, a medida que crecemos, van a ser
determinantes en nuestra forma de ver el mundo y de construir
nuestros valores.

Jañez, (2006) afirma “educar es proponer y armar ideas, para


despertar desde los ideales la gama de valores antropológicos con
su adecuada relación dialéctica entre lo cultural, étnico, social
e histórico” (p.98). Los educadores deben saber que dentro de la
propia sociedad y su mutabilidad se dan los valores culturales y
también sus contravalores (antivalores-desvalores).

Nuestro sistema educativo se enfrenta hoy más que nunca a una


necesidad fundamental. “Formar personas” para su integración
en la sociedad y para que puedan responder adecuadamente y con
sentido crítico a las situaciones diferentes con las que se tenga
que enfrentar. Palacio (2006) afirma “En la educación en valores
podemos notar dos actividades humanas en el nivel teórico y una
en el nivel práctico. En el primer caso nos referimos al pensar
y al hablar, en el segundo caso nos referimos a actuar” (p.145),
de tal modo que pensar, hablar y actuar, son las tres actividades
humanas básicas en las que se fundamenta la formación en
valores. En la medida en que se logre el equilibrio entre teoría y
praxis, es decir, en estas tres actividades humanas, en esa medida
estaremos logrando una verdadera formación en valores.

La responsabilidad de los educadores y padres es que en la


transmisión de valores exista una coherencia entre lo que se
piensa, se dice y se hace; es decir, se debe, mostrar el equilibrio

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entre teoría y práctica. Debido al hecho que en la medida en que


logremos formar en valores, estaremos constituyéndonos como
humanos. Las situaciones de la vida cotidiana contribuyen una
formación integral consciente basada en los valores de convivencia
y comprensión al otro. Buxarrais (2005) afirma: “Los valores se
aprenden: A través de observación de modelos. De las vivencias
experimentadas donde afloran sentimientos emociones. De la
reflexión individual” (p.17).

Es decir los padres, maestros, amigos, personajes de los medios,


entre otros, son “modelos” de los jóvenes donde ellos observan
el comportamiento de los adultos, y pueden interiorizar valores
o antivalores (irresponsabilidad, deshonestidad, irrespeto)
que contribuyen a la formación de su personalidad, es por esto
que debemos estar atentos a nuestro comportamiento. En las
vivencias experimentadas es ahí donde afloran sentimientos
(amor, comprensión) y emociones (tristeza, alegría, decepción), lo
cual va a conformar la formación integral del joven. En cuanto a
la reflexión individual, se debe pensar en nuestra esencia y misión
a cumplir como padres, profesores, amigos, estar atento sobre
lo que pensamos, deseamos y hacemos para así lograr honestos
ciudadanos, y una sociedad justa, noble donde exista la convivencia
y el respeto.

La familia tiene un papel fundamental en la transmisión de


valores, es el lugar donde se le enseña a los hijos a crecer, donde
los niños adquieren los primeros hábitos, normas y pautas
sintonizados con los sentimientos de los demás, inculcándoles
los valores de amor, respeto, tolerancia para superar dificultades.
La familia les muestra metas valiosas en función de valores
personales, sociales y religiosos. Es primordial que los padres
sean coherentes con su discurso, tomar conciencia de los valores
y vivir en valores.

La escuela, como uno de los agentes educadores de niños y


jóvenes, debe participar también en la transmisión de valores
en pro de la tolerancia, el diálogo, el respeto, y contra la
violencia. En este sentido, el docente debe animar a sus alumnos
estimular su curiosidad, programar propuestas de aprendizaje
cooperativo, intentar que sus alumnos relacionen lo que ven y

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lo que sienten con cosas nuevas que suceden a su alrededor. Se


trata de que aprendan a regular sus propios comportamientos
sobre unas bases de diálogo y respeto, que faciliten la resolución
de los problemas inherentes a la convivencia y así puedan, de
esta manera, comprenderse mejor.

Por otra parte, los medios de comunicación y sus contenidos


representan un sistema propio de conocimientos y representaciones
culturales acerca de la realidad y sus explicaciones. Se dice que los
medios son “una cultura para todos” desde donde nos integramos
a la cotidianidad y a las prácticas sociales que emergen de esa
cotidianidad. Es más, muchas veces, esa cotidianidad está siendo
construida y vuelta a construir desde los medios. Los medios se
han convertido en una referencia de experiencia, en una referencia
cultural para una gran parte de la sociedad.

Los contenidos de los medios se convierten en referentes


fundamentales para entender, al menos desde cierto ángulo, al
mundo del presente, y ellos se convierten en una clave del momento
actual, donde influye en el comportamiento de los niños cuando no
son orientados por sus padres. Según Bisbal (2006) “La televisión
es el medio que ocupa el mayor espacio de nuestro tiempo libre y es
usada para hechos coyunturales de desarrollo”. (p.23).

Los medios de comunicación, en particular la televisión se han


convertido en la principal fuente, no sólo en información sino
también de formación de opinión, de manera de pensar y actuar.
La televisión con sus poderosos medios, ha devenido en una
competidora de la escuela y de la familia, de ahí su inmensa
responsabilidad. Por su atractivo y poder de penetración, la
televisión y los otros medios de comunicación pueden hacer
mucho daño en la formación de la ciudadanía, y lo hacen pero
también pueden hacer mucho bien si se convierten en vehículos
para una sana formación ciudadana.

Debemos tener en cuenta que algunos medios de comunicación de


masas y las tecnologías de la información y comunicación (como los
videos-juegos entre otros) van adquiriendo un poder excesivo en la
transmisión de antivalores como la agresividad, baja autoestima,
el irrespeto, malas palabras y el individualismo, lo cual genera una

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preocupación en los padres y profesores por la preocupación de


orientar, vigilar y controlar a los niños y jóvenes sobre estos medios
de comunicación (televisión, Internet, películas, video-juegos).
Buxarrais (2006) afirma “Los jóvenes necesitan una preparación
especial para hacer frente, a esas influencias. El pluralismo de
opciones de vida, actualmente en aumento, obliga a fomentar en los
jóvenes una actitud crítica”.(p.2)

Es primordial que los padres y profesores conozcan los amigos de


los jóvenes, ya que pueden influir en su comportamiento en forma
positiva o negativa de allí la importancia que tiene la comunicación
y confianza el ser amigo de los jóvenes para favorecer su formación
integral. Es también necesario que los jóvenes aprendan a tomar
decisiones en las situaciones que se les presente, buscando
alternativas para lograr la solución de problemas cultivando los
valores y el desarrollo de su propia identidad.

La moral abierta, la educación en valores, como la personalidad es


suscitada por realizaciones ejemplares de la existencia humana,
donde la libertad y amor fundan realidades nuevas se convierten
en llamada, ponen en movimiento la inclinación, el hombre en
la búsqueda del bien y la belleza. González (2003) afirma “Lo
importante es tomar conciencia en que no educamos en propiedad,
sino por presentación, propuesta, motivación, incentivación de
modelos personales (reales, míticos) como ideales que iluminan al
propio caminar” (p.297).

Se educa en orden a un ideal, a un proyecto de vida, descubriendo


valores y siguiendo modelos; donde la persona en sí imita y sigue
unos ideales cargados de verdad, bondad, amor y exigencia.

Desde la educación formal y la familia debe potenciarse el conocimiento


de uno mismo, su esencia y reflexión sobre su misión a cumplir como
padres y educadores, desde niños debemos comprender, los valores,
las emociones y la espiritualidad como parte del ser en conexión con
el universo, manifestando un comportamiento en relación con el otro
ser en convivencia, encontrándonos con nuestro ser, para comprender
el fin de la existencia, para poder construir una identidad personal
acorde con unos valores razonados que nos ayudarán a afrontar la
vida con responsabilidad y autonomía.

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El diálogo resulta indispensable para nuestro desarrollo personal y


social, para saber afrontar y resolver con éxito los conflictos que se
nos presenta a lo largo de nuestra vida. Asumiendo los retos vitales
y aceptando situaciones frustrantes y todos estos aspectos deben
tener como base un tipo de aprendizaje concreto, el aprendizaje del
diálogo, saber dialogar con los demás.

Los padres y educadores deben tener conocimiento de que las


piezas claves están en la transmisión de valores, pues constituyen
los modelos a seguir. La forma de relacionarse con los jóvenes, es
decir, la manera como les tratan, como les hablan, que les dicen y
en que tono, el tipo de metodología didáctica que utilizan, como
evalúan los aprendizajes. Todos estos momentos están cargados
de valores. No hay que decir, que su tarea no es simplemente
la transmisión de unos conocimientos, de unos hechos o
conceptos, sino que deben ampliarse tanto a la enseñanza de
unos procedimientos como a la facilitación del aprendizaje de
unos valores y actitudes.

Es primordial que los docentes y padres estén motivados a educar


en el ejemplo, ya que los jóvenes los observan continuamente. Los
docentes se deben preparar en la educación de valores con talleres,
materiales didácticos para lograr un eficiente proyecto educativo en
transmisión de valores. En las orientaciones para la educación en
valores se debe manifestar afecto y demostrar razones. La práctica de
los valores y buen ejemplo contribuye a que los jóvenes interioricen
los valores. Los valores se proponen, no se imponen, pues la fuerza
de los mismos consiste en convencer y no vencer.

No es posible una educación en valores sin la adhesión interior


del educando. La educación supone querer educar, pero los valores
se presentan en vivencias de cooperación, sin embargo, alcanzar
el valor conlleva un esfuerzo y lucha para superar el antivalor. El
encontrarse a sí mismo conlleva la comprensión del otro ser y así
surgen los valores de la convivencia.

La formación de los jóvenes para que sean honestos ciudadanos, tiene


que ser una tarea de toda sociedad, y para esto se necesita conciencia
cívica, un gran acuerdo y un programa bien diseñado y coordinado.
Del aprender a ser y a convivir depende en gran medida la justicia, la
paz, el bienestar y el desarrollo. Es necesario reforzar el aprendizaje

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de los valores y la formación cívica, la cual es responsabilidad de


padres y educadores para lograr una sociedad mas justa.

La educación en valores se justifica por la necesidad que tienen los


individuos de comprometerse en determinados principios éticos que
sirvan para evaluar sus propias acciones y las de los demás. Están
presentes en la vida cotidiana, y se manifiestan mediante conductas
y también mediante opiniones expresadas oralmente o por escrito
y suelen dar lugar a normas sociales. La educación en valores en la
práctica de otra manera de vivir personalmente y en sociedad, es un
nuevo gesto, una actitud y un nuevo compromiso en la formación
integral del ser humano.

REFERENCIAS
Bisbal, M. (2006). Educación y Valores, de la mano de los medios. IV
Jornadas de educación en valores. El auténtico líder, hacedor
de sociedad. Universidad Católica Andrés Bello, Caracas-
Venezuela.

Buxarrais, M. R. (2005). Valores y Juventud. Miembro del grupo


de investigación en educación moral (GREM). Universidad
de Barcelona. España: CISS Práxis.
González De Cardenal O. (2003). Educación y Educadores. El primer
problema moral de Europa. Madrid-España.

Jañez, B. Tarcisio (2006). Fundamentación Antropología de los


valores. El amor antropocéntrico y geotrópico, funda la educación
en valores. IV Jornadas de educación en valores. El auténtico
líder, hacedor de sociedad. Universidad Católica Andrés Bello,
Caracas-Venezuela.

Niño, V. (2007). Semiótica y Lingüística. Quinta Edición. Bogotá:


ECOL.

Morentin, J. (2002). Fundamentos lógicos de la semiótica y su práctica.


Madrid- España.

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Palacio, Jaime (2006). La formación en valores en el momento juvenil


huellas. Asociación Civil Huellas. IV Jornadas de Educación en
valores. El auténtico líder hacedor de sociedad. Universidad
Católica Andrés Bello. Caracas-Venezuela.

Poyatos, F. (1994). La comunicación no verbal I Cultural, Lenguaje y


conversación. Madrid: Istmo.

Saussure, F. (1961). Curso de lingüística general. Buenos Aires: Losada.

Serrano, S. (2001). La semiótica una introducción a la Teoría de los


signos. Barcelona: Montesinos.

Melba C. Parrado T.: Licenciada en Educación.


Mención Ciencias Sociales. Magíster en Administración y
Supervisión de la Educación. Doctorando en Educación.
melbacpt@hotmail.hom

Nancy Flores de Cardona: Profesora Titular


de Facultad de Ciencias Económicas
y Sociales. Magíster en Planificación
Curricular. Doctorando en Educación
nancyflores53@hotmail.com

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