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«El Lazarillo de Tormes» redirige aquí.

Para la película de 1959, véase El Lazarillo de


Tormes (película).

La vida de Lazarillo de Tormes

de Anónimo

Portada de la edición de Medina del Campo de 1554, impresa por


Mateo y Francisco del Canto.

Género Novela picaresca

Ambientada en Toledo y Alba de Tormes

Idioma Español

País España

Fecha de 1554
publicación

Formato Impreso

Texto en español La vida de Lazarillo de


Tormes en Wikisource

La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades (más conocida


como Lazarillo de Tormes) es una novela española anónima, escrita en primera
persona y en estilo epistolar (como una sola y larga carta), cuyas ediciones conocidas más
antiguas datan de 1554.1 En ella se cuenta de forma autobiográfica la vida de un niño,
Lázaro de Tormes, en el siglo XVI, desde su nacimiento y su miserable infancia hasta su
matrimonio, ya en su edad adulta. Es considerada precursora de la novela picaresca1por
elementos como el realismo, la narración en primera persona, la estructura itinerante, el
servicio a varios amos y la ideología moralizante y pesimista.
Lazarillo de Tormes es un esbozo irónico y despiadado de la sociedad del momento, de la
que se muestran sus vicios y actitudes hipócritas, sobre todo las de los clérigos y
religiosos. Hay diferentes hipótesis sobre su autoría. Probablemente el autor fue
simpatizante de las ideas erasmistas. Esto motivó que la Inquisición la prohibiera y que,
más tarde, permitiera su publicación, una vez expurgada. La obra no volvió a ser publicada
íntegramente hasta el siglo XIX.

Primeras ediciones
Se conservan cuatro primeras ediciones distintas de la obra, las cuatro del año 1554,
impresas respectivamente en Burgos, Amberes, Alcalá de Henares y Medina del Campo.2
Las más antiguas parecen ser las de Burgos y Medina.

De la edición de Amberes se conservan siete ejemplares distintos, en tanto que solo hay
uno de cada una de las otras tres ediciones. El ejemplar más recientemente descubierto es
el de la edición de Medina del Campo, que apareció en 1992 emparedado en una casa de
la Plaza de Nuestra Señora de Soterraño de la localidad pacense de Barcarrota.

No obstante, es muy probable que existiese una edición más antigua, de 1553 o 1552,
cuyo éxito generase las cuatro simultáneas ediciones posteriores conservadas.

Ediciones príncipe de 1554 del Lazarillo de Tormes.

Burgos, Juan de Junta.


 

Medina, Hnos. Del Canto.


 

Alcalá, Salcedo.
 

Amberes, Martín Nucio.

Autoría
Históricamente se han postulado varios autores para el Lazarillo de Tormes. En 1605 el
fraile José de Sigüenza de la Orden de San Jerónimo atribuyó la autoría de esta obra al
también jerónimo fray Juan de Ortega:3
Dicen que siendo estudiante en Salamanca, mancebo, como tenía un ingenio tan galán y fresco,
hizo aquel librillo que anda por ahí, llamado Lazarillo de Tormes, mostrando en un sujeto tan
humilde la propiedad de la lengua castellana y el decoro de las personas que introduce con tan
singular artificio y donaire, que merece ser leído de los que tienen buen gusto. El indicio desto fue
haberle hallado el borrador en la celda, de su propia mano escrito.
F. José de Sigüenza, Historia de la Orden de San Jerónimo

Por la época en que se publicó Lazarillo, Juan de Ortega era General de los Jerónimos, lo
cual explicaría que el libro apareciese sin autor. La autoría de fray Juan de Ortega y la
necesaria discreción del anonimato por su condición de General de la Orden fue defendida
con firmeza por Marcel Bataillon4 con cuyos argumentos ha coincidido el periodista José
Delfín Val.5

En 1607, en el catálogo de escritores españoles Catalogus Clarorum Hispaniae scriptorum,


que fue redactado por el flamenco Valerio Andrés Taxandro, se dice que Diego Hurtado de
Mendoza «compuso [...] el libro de entretenimiento llamado Lazarillo de Tormes».6 Otros
autores del siglo XVII, así como el Diccionario de Autoridades de la Real Academia
Española (1726-1739), mencionan esta atribución, que alcanzó cierta fortuna, sobre todo
en el XIX. En marzo de 2010 apareció en prensa que la paleógrafa Mercedes
Agulló descubrió en unos papeles de Diego Hurtado de Mendoza la frase «Un legajo de
correcciones hechas para la impresión de Lazarillo y Propaladia», lo cual le llevó a escribir
un libro postulando «una hipótesis seria sobre la autoría del Lazarillo, que fortalecida por
otros hechos y circunstancias apunta sólidamente en la dirección de don Diego».7

A finales del XIX un artículo del hispanista Alfred Morel-Fatio,8 cuya propuesta fue


desarrollada después por Manuel J. Asensio,9 relaciona al autor de Lazarillo con el
círculo erasmista de los hermanos Valdés. Siguiendo esta hipótesis se ha atribuido la obra
a Juan de Valdés o a su hermano Alfonso. Esta última atribución cobró fuerza en 2002
debido a las investigaciones de la profesora Rosa Navarro Durán,10 que se basa sobre
todo en el cotejo de la obra con los diálogos conocidos de Alfonso de Valdés, el Diálogo
de Mercurio y Carón y el Diálogo de las cosas acaecidas en Roma.

La atribución de la autoría a Juan de Valdés la defiende el investigador toledano Mariano


Calvo López, para quien la obra habría sido publicada 25 años después de ser escrita
pues Juan de Valdés fue perseguido por la Inquisición y tuvo que exiliarse en Italia,
perdiéndose la identidad del manuscrito que se imprimió en Alcalá de Henares, en la
imprenta de Miguel de Eguía.11 Calvo basa su argumentación en el estudio de los
escenarios toledanos que aparecen en la novela y concluye que el autor era una persona
que conocía bien Toledo pero que no era oriunda de la ciudad. Según él, la obra fue
escrita por Juan de Valdés en el hoy denominado Palacio de Munárriz, entre agosto de
1525 y febrero de 1526.12

La candidatura de Sebastián de Horozco —que postuló en el siglo XIX José María Asensio


y Toledo, editor de su Cancionero—13 fue defendida en 1914 por Julio Cejador y Frauca en
su edición del Lazarillo,14 apoyándose en un pasaje de la obra de este autor en que
aparece un mozo de ciego llamado Lazarillo. Más adelante fue retomada y defendida
por Francisco Márquez Villanueva,15 quien encuentra importantes semejanzas de temas,
ideas y vocabulario y llega a afirmar que «apenas si hay en el Lazarillo un tema literario, un
tópico, un pensamiento, un recurso expresivo que no pueda encontrarse también en
Horozco».

También han sido propuestos como autores del Lazarillo el dramaturgo Lope de


Rueda (por Fonger de Haan en 1903, alegando que fue, como el protagonista de la novela,
pregonero en Toledo en 1538, aunque esta hipótesis ha sido rechazada
posteriormente),16 Pedro de Rúa,17 Hernán Núñez, el Comendador Griego18 y, más
recientemente, Francisco Cervantes de Salazar, defendida por José Luis Madrigal,1920 si
bien este investigador abandonó esa hipótesis para pasar en 2008 a defender la autoría
de Juan Arce de Otálora, autor de los Coloquios de Palatino y Pinciano.21 Por su uso
exhaustivo del recurso a la autobiografía ficticia, entre otras razones, Clark
Colahan y Alfred Rodríguez pensaron que el Lazarillo fue escrito por
el humanista conquense Juan Maldonado.22 Otras atribuciones han recaído en Alejo
Venegas,13 Bartolomé Torres Naharro (postulado por Alberto M. Forcadas), Gonzalo
Pérez, secretario real de Carlos I (por Dalai Brenes Carrillo), Francisco de
Enzinas (según Alfredo Rodríguez López-Vázquez y Roland Labarre),23 Fernando de
Rojas, el autor de La Celestina, cuya autoría fue defendida por Howard Mancing,24 o el
célebre humanista español Juan Luis Vives, propuesta hecha pública por Francisco
Calero en 2006.25

En 2022 se ha propuesto a Juan Bernal Díaz de Luco, obispo de Calahorra, como autor de
la novela. Esta hipótesis se basa en el cotejo de la biografía y los intereses de Díaz de
Luco con los estudios críticos sobre la obra.26

Género
Se trata de una novela de autoformación y picaresca, de estructura aparentemente simple,
pero en realidad muy compleja. Es epistolar en tanto se trata de una carta destinada a
«vuestra merced», tratamiento que implica alguien con superior condición social, y está
motivada por «el caso», hecho del cual este ha oído hablar, y cuya versión personal pide a
Lázaro, parte implicada en él, le explique («escribe se le escriba y relate el caso muy por
extenso»). Así figura ser una especie de confesión y el personaje es un alto dignatario
eclesiástico, quizá el arzobispo de Toledo, que habría oído los extraños rumores que
circulan sobre la extraña conducta sexual del arcipreste de San Salvador, como llegamos a
saber al fin del libro, según los cuales este arcipreste estaría amancebado con la mujer de
Lázaro.

La originalidad del libro, sin embargo, trastoca cualquier molde y crea un subgénero
literario específico realista, la novela picaresca, mediante el recurso a la parodia de
narraciones caballerescas idealizantes del Renacimiento: a las rimbombantes epopeyas de
gestas guerreras y los libros de angélicos pastores y cortesanos enamorados se opone
una epopeya del hambre, que mira solamente a cuanto hay por debajo del cuello de golilla
y se preocupa solamente de la subsistencia, en línea con la tradición realista de la
literatura española, revitalizada entonces por La Celestina y sus continuaciones.
Temas
La temática del Lazarillo de Tormes es moral: una crítica acerba, incluso una denuncia, del
falso sentido del honor («la negra que llaman honra») y de la hipocresía. La dignidad
humana sale muy malparada de la sombría visión que ofrece el autor, nihilista y
anticlerical. La vida es dura y, tal como aconseja el ciego a Lázaro en la obra, «más da el
duro que el desnudo»; cada cual busca su aprovechamiento sin pensar en los otros, por lo
que, como se dice al principio de la obra, arrimándose a los buenos «se será uno de
ellos»: esto es, para ser virtuoso hay que fingir ser virtuoso, no serlo. Sin duda alguna, se
trata de la visión de un humanista desencantado, acaso judeoconverso y erasmiano,
[cita  requerida] a pesar de que Marcel Bataillon niega el influjo directo de Erasmo en la obra.

Como consecuencia, resultó la inclusión de esta obra en el Índice de libros prohibidos de


la Inquisición, la cual permitió al cabo la circulación de una versión expurgada de los
pasajes anticlericales. El Lazarillo fue, además, una obra muy traducida e imitada. Su
influjo, profundo, marcó tanto la literatura española que podría decirse que sin ella no
habrían podido escribirse ni Don Quijote de la Mancha ni la treintena de novelas
picarescas españolas y extranjeras que se han conservado.[cita  requerida]

Fuentes

Miniatura del siglo XIV que muestra cómo un mozo de ciego le hurta a este el vino de un jarrillo
mediante una larga paja. En este chascarrillo folclórico podría haberse inspirado un pasaje
del Lazarillo:
Usaba poner cabe sí un jarrillo de vino, cuando comíamos, y yo muy de presto le asía y daba un par de besos
callados y tornábale a su lugar. Mas turóme poco, que en los tragos conocía la falta y, por reservar su vino a
salvo, nunca después desamparaba el jarro, antes lo tenía por el asa asido. Mas no había piedra imán que así
trajese a sí como yo con una paja larga de centeno que para aquel menester tenía hecha, la cual, metiéndola en
la boca del jarro, chupando el vino lo dejaba a buenas noches.
Lazarillo..., ed. cit. de F. Rico (199813), págs. 30-31.

El Lazarillo se ha relacionado con las siguientes obras:


 El asno de oro: el Lazarillo responde a la estructura de la novela
costumbrista de aventuras, representada por la obra de Apuleyo. Esta influye
en la organización del relato y en la índole del protagonista: mozo de muchos
amos; pero Lázaro no sufre la metamorfosis del personaje de Apuleyo. Se
publicó en Sevilla en 1513, traducida por Diego López de Cortegana.
 Cuarto libro del esforzado caballero Reinaldos de Montalbán : esta obra,
de 1542, era en realidad una adaptación de Baldus o Baldo (1521), poema
macarrónico (mezcla de palabras latinas y vulgares con terminaciones latinas)
del italiano Teófilo Folengo, que presentaba ya narración autobiográfica, un
héroe de baja extracción y la pareja del ciego y su mozo. Pero tanto en esta
obra como en el Lazarillo subyace el modelo de Apuleyo.
 Proceso de cartas de amores: de esta novela sentimental de Juan de
Segura (1548), el Lazarillo toma el modelo epistolar, que había adquirido gran
relevancia en el humanismo.
 Cuentos folclóricos:27 actualmente, se tiende a no privilegiar en exceso
las fuentes orales como fundamento del Lazarillo y a tener en cuenta los textos
escritos, máxime si su posible autor era un hombre letrado.
 Confesiones de Agustín de Hipona: toma la estructura autobiográfica,
sobre todo al principio de la obra.
 El niño y el ciego (Le Garçon et l'Aveugle): texto y obra de teatro de
autor anónimo de la Francia del siglo XIII. Acá, parecida a la infancia de
Lázaro, un niño es contratado por un mendigo ciego para recoger monedas. El
invidente resulta ser un estafador y oculta las monedas para no pagar al chico,
pero aquel joven logra ser más inteligente que él para evitar ser engañado y
así robarse el dinero recogido. Por su similitud y antigüedad, es posible
imaginar que Le Garçon et l'Aveugle pudo haber influenciado la primera parte
del Lazarillo de Tormes, o ambas se inspiraron en cuentos populares de la
época.

Valor y trascendencia
El Lazarillo de Tormes es una obra artística de primer orden; lo es por su originalidad, su
valor humano, su trascendencia literaria y cultural, su estilo (el castellano equilibrado,
preciso y oral que preconizaba Juan de Valdés) y su lenguaje: un castellano clásico
modélico, flexible y expresivo, sutilmente irónico, donde abundan las geminaciones y
los isocola y donde no se desprecian y se ponen al mismo nivel el castizo refrán y la cita
culta. La desproporción entre la materia y su elaboración por parte del autor se inclina
marcadamente en esta última, pero sin denotar, y en eso consiste uno de sus méritos, el
esfuerzo que debió suponer.

Gran parte del material e incluso de los personajes son de origen folclórico y tradicional;
hay cuentecillos y facecias tomados del rico acervo popular. La obra, sin embargo, crea
sus propios precedentes y contiene, asimismo, una variada panoplia de técnicas
narrativas: la suspensión, de la que hará un inteligente uso Cervantes, como en el episodio
del buldero; o la gradatio narrativa en ascensión hacia el anticlímax, como en el caso del
ciego o el clérigo de Maqueda.28

El uso de la estructura anular, que acaba concluyendo con lo que se inicia, hace de la
novela una obra redonda; por otra parte es la primera novela polifónica de la literatura
española. El personaje de Lázaro evoluciona, no es plano ni arquetípico: cambia y
evoluciona, y va pasando de ser un ingenuo a un cínico redomado, aprendiendo de las
lecciones que le da la vida. Tan es así que el final, lejos de ser positivo, sin embargo, es
vivido por el personaje como lo mejor que le podía haber pasado teniendo en cuenta toda
la trayectoria vital que le precede. La infidelidad de su mujer, por tanto, no es nada
comparado con las vejaciones que ya ha sufrido. Cada personaje plano, por otra parte, se
halla completamente individuado y caracterizado sin maniqueísmo: la crueldad del ciego,
que no es absoluta; el idealismo soñador y orgulloso del escudero pobre, un personaje al
parecer folclórico luego retomado por Cervantes; el diálogo entre conciencias en el cual se
atisba la humana comprensión que después será patrimonio casi exclusivo de Cervantes,
en el episodio del criado y el escudero; o la avaricia, mezquindad e hipocresía del clérigo.

El valor psicológico y humano es patente en el tratado tercero, que se ha querido ver como
el anticipo de la novela polifónica moderna; por otra parte, el Lazarillo bosqueja ya los
rasgos fundamentales de un género de amplia trascendencia española y europea,
la novela picaresca, que se configurará definitivamente con el Guzmán de Alfarache (1599)
de Mateo Alemán, más moralizado y pesimista todavía.

Argumento

Lazarillo de Tormes visto por Francisco de Goya.

La obra es, en realidad, una larga epístola que el "autor" envía a un corresponsal anónimo
(a quien trata de "Vuestra Merced"), quien podría identificarse con un visitador o su notario
eclesiástico, si se acepta que el contexto de la novela es una visita pastoral a la parroquia
de San Salvador de Toledo, durante la que se investiga el famoso "caso". Las visitas
pastorales tenían por objeto tanto examinar la observancia religiosa como las costumbres
y la moral, entre otras, del bajo clero y de los feligreses a su cargo. En consecuencia, la
relación que hace Lázaro de su vida formaría parte del acostumbrado proceso indagatorio
impulsado por el visitador a cuento de los pecados públicos que se le achacan al
arcipreste y en los que el propio Lázaro aparece relacionado.26 Está dividida en siete
tratados y cuenta en primera persona la historia de Lázaro, un niño de origen muy humilde;
aunque sin honra, nació en un río de Salamanca, el Tormes, como el gran héroe Amadís;
quedó huérfano de su padre, un molinero ladrón llamado Tomé González, y fue puesto al
servicio de un ciego por su madre, Antonia Pérez, una mujer amancebada con un negro,
Zaide, que le da a Lazarillo un bonito hermanastro mulato.

Entre "fortunas y adversidades", Lázaro evoluciona desde su ingenuidad inicial hasta


desarrollar un instinto de supervivencia. Es despertado a la maldad del mundo por la
cornada de un toro de piedra, embuste con el que el ciego le saca de su simpleza;
después rivaliza en astucia con él en diversos célebres episodios como el de las uvas o el
jarro de vino (un modelo de narración clásica) hasta que se venga devolviéndole la
cornada de piedra con otro embuste, que le vale al cruel ciego descalabrarse contra un
pilar.
Escena del jarro de vino por Medina Vera.

Pasa luego a servir a un tacaño clérigo de Maqueda que lo mata de hambre, y al que sisa
algo de pan de un arca que tiene; el clérigo lo confunde a oscuras (en su boca silba
accidentalmente la llave del arca, escondida mientras duerme) y, tomándolo por culebra,
descubre el engaño, le da una tremenda paliza y lo despide.

Después entra a servir a un hidalgo arruinado cuyo único tesoro son sus recuerdos de
hidalguía y de dignidad; Lazarillo simpatiza con él, ya que aunque no tiene nada que darle,
por lo menos le trata bien, si bien recurre a esa simpatía que despierta para conseguir que
le dé parte de los mendrugos que consigue el muchacho al pedir limosna, ya que él no
posee la dignidad de la hidalguía. El patético escudero termina por abandonar la ciudad y
Lazarillo se encuentra de nuevo solo en el mundo.

Más adelante sirve Lázaro a un sospechoso fraile mercedario, tan amante del mundo que
apenas para en su convento y le hace reventar los zapatos. Según Aldo Ruffinatto, habría
una alusión a las reformas monásticas por entonces de moda, en el sentido de "descalzar"
o hacer más rigurosos los estatutos del clero regular, o quizás alusión a actividades
sexuales hetero u homoeróticas.29 Sin embargo, Francisco Rico asegura que «no hay el
menor indicio para suponer tal escabrosidad», pues el sentido del texto es una
simple abbreviatio o reticencia, procedimiento abundantemente usado antes, como cuando
relatando sus aventuras con el ciego, Lázaro dice «por no ser prolijo, dejo de contar
muchas cosas [...]», en elipsis que era común para terminar las cartas, teniendo en cuenta
que todo el Lazarillo es una larga epístola.30

El tratado quinto es más extenso: narra una estafa realizada por parte de un vendedor
de bulas o buldero. Lazarillo sirve al buldero y asiste como espectador, sin opinar, al
desarrollo del timo, en el cual finge el buldero que alguien que piensa que las bulas no
sirven para nada, está poseído por el diablo, cuando en realidad está compinchado o
conchabado con él; esto se descubre a posteriori, con una hábil técnica de suspensión.
También este tratado sufrió la poda de la censura.

Los restantes y breves tratados narran cómo Lázaro se asienta con otros amos, un
capellán, un maestro de hacer panderos y un alguacil y se hace aguador. Por último
consigue el cargo de pregonero gracias al arcipreste de la iglesia toledana de San
Salvador, quien además le ofrece una casa y la oportunidad de casarse con una de sus
criadas, con la finalidad de disipar los rumores que se ciernen sobre él, ya que era
acusado de mantener una relación con su criada. Sin embargo, tras la boda los rumores
no desaparecen y Lázaro comienza a ser objeto de burla por parte del pueblo. Lázaro
sufre la infidelidad con paciencia, después de toda una vida de ver qué es el honor y la
hipocresía que encubre la dignidad realmente, ya que eso al menos le permite vivir, y con
ello termina la carta, un cínico alegato autojustificativo que ridiculiza la literatura idealista
del momento. Lázaro afirma que ha alcanzado la felicidad, pero para ello ha debido perder
su honra, pues los rumores afirman que su mujer es la amante del arcipreste. Para
mantener su posición, Lázaro hace oídos sordos a dichos rumores.
Continuaciones
Segunda parte de Lazarillo de Tormes (anónima)
Publicada por primera vez en Amberes en 1555, sin nombre de autor. Nicolás Antonio cita
a Cardoso para atribuirla a un tal fray Manuel de Oporto. Tuvo escasa acogida entre los
lectores, ya que en vez de mantener la línea realista y picaresca del libro original, convirtió
la historia de Lázaro en una fantasía alegórica lucianesca, en la que el protagonista se
convierte en atún, se casa con una atuna y tiene hijos tan peces como el padre y la madre,
sosteniendo en la Corte de los atunes todo tipo de guerras como jefe de los mismos contra
otros pescados. Posiblemente, el desconocido autor, que quizá era un español establecido
en Flandes, quiso aludir en estos episodios a personajes y circunstancias de la vida
española de la época, pero la sátira tuvo poco éxito, y solamente se reimprimió
en Milán en 1587 y 1615, junto con el primer Lazarillo.

Esta segunda parte se divide en 18 capítulos:

 Capítulo I. En que da cuenta Lázaro de la amistad que tuvo en Toledo


con unos tudescos, y lo que con ellos pasaba.
 Capítulo II. Cómo Lázaro, por importunación de amigos, se fue a
embarcar para la guerra de Argel, y lo que allá le acaeció.
 Capítulo III. Cómo Lázaro de Tormes hecho atún salió de la cueva, y
cómo le tomaron los centinelas de los atunes y lo llevaron ante el general.
 Capítulo IV. Cómo, después de haber Lázaro con todos los atunes
entrado en la cueva, y no hallando a Lázaro sino a los vestidos, entraron tantos
que se pensaron ahogar, y el remedio que Lázaro dio.
 Capítulo V. En que cuenta Lázaro el ruin pago que le dio el general de
los atunes por su servicio, y de su amistad con el capitán Licio.
 Capítulo VI. En que cuenta Lázaro lo que al capitán Licio, su amigo, le
acaeció en la corte con el gran capitán.
 Capítulo VII. Cómo, sabido por Lázaro la prisión de su amigo Licio, le
lloró mucho él y los demás, y lo que sobre ello se hizo.
 Capítulo VIII. De cómo Lázaro y sus atunes, puestos en orden, van a
la corte con voluntad de libertar a Licio.
 Capítulo IX. Que contiene cómo libró de la muerte a Licio, su amigo, y
lo que más por él hizo.
 Capítulo X. Cómo recogiendo Lázaro todos los atunes, entraron en
casa del traidor don Paver y allí le mataron.
 Capítulo XI. Cómo, pasado el alboroto del capitán Licio, Lázaro con
sus atunes entraron en su consejo para ver lo que harían, y cómo enviaron su
embajada al rey de los atunes.
 Capítulo XII. Cómo la señora capitana volvió otra vez al rey, y de la
buena respuesta que trajo.
 Capítulo XIII. Cómo Lázaro asentó con el rey, y cómo fue muy su
privado.
 Capítulo XIV. Cómo el rey y Licio determinaron de casar a Lázaro con
la linda Luna, y se hizo el casamiento.
 Capítulo XV. Cómo andando Lázaro a caza en un bosque, perdido de
los suyos, halló la Verdad.
 Capítulo XVI. Cómo, despedido Lázaro de la Verdad, yendo con las
atunas a desovar, fue tomado en las redes, y volvió a ser hombre.
 Capítulo XVII. Que cuenta la conversión hecha en Sevilla, en un
cadahalso, de Lázaro atún.
 Capítulo XVIII. Cómo Lázaro se vino a Salamanca, y la amistad y
disputa que tuvo con el rector, y cómo se hubo con los estudiantes.
Segunda parte de la vida de Lazarillo de Tormes, de Juan de
Luna
Esta obra, mucho más cercana que la anterior a la naturaleza realista del primer Lazarillo
de Tormes, fue publicada por primera vez en París en 1620. Su autor, Juan de Luna, era
un toledano protestante que vivió enseñando el idioma en París y Londres, donde
compuso y editó bastantes obras sobre esta materia. Al leer la Segunda
parte del Lazarillo se enfureció tanto que decidió escribir otra mejor; lo cuenta en el prólogo
de la suya: Segunda parte de la vida de Lazarillo de Tormes (París, 1620), reimpresa en
Zaragoza (pero París) en 1652 con variantes textuales, una de ellas, por ejemplo, no
prometer ya una tercera parte. La obra va a continuación de la obra original que le sirve de
inspiración y que Luna, su admirador, editó también. El autor justifica su obra en la escasa
calidad de la primera continuación, lo que le impulsó como toledano y conocedor del
ambiente de la obra a elaborar otra más digna y realista:
La ocasión, amigo lector, de haber hecho imprimir la  Segunda parte de Lazarillo de Tormes ha sido
por haberme venido a las manos un librillo que toca algo de su vida, sin rastro de verdad. La mayor
parte dél se emplea en contar cómo Lázaro cayó en la mar, donde se convirtió en un pescado
llamado atún, y vivió en ella muchos años, casándose con una atuna, de quien tuvo hijos tan peces
como el padre y madre. Cuenta también las guerras que los atunes hacían, siendo Lázaro el
capitán, y otros disparates tan ridículos como mentirosos y tan mal fundados como necios. Sin duda
que el que lo compuso quiso contar un sueño necio o una necedad soñada. Este libro, digo, ha sido
el primer motivo que me ha movido a sacar a la luz esta  Segunda parte, al pie de la letra, sin quitar
ni añadir, como la vi escrita en unos cartapacios en el archivo de la jacarandina de Toledo, que se
conformaba con lo que había oído contar cien veces a mi abuela y tías, al fuego, las noches de
invierno y con lo que me destetó mi ama.

La obra conoció un gran éxito en su época: cuatro ediciones en castellano y siete


traducciones francesas, todo ello antes de acabar el siglo XVII. Pero en España no se
publicó hasta 1835, significativamente al año siguiente de ser abolida para siempre
la Inquisición. Desde esa fecha se ha reimpreso más de veinte veces.

El autor demuestra conocer la obra de Cervantes, Mateo Alemán, Quevedo y Vicente


Espinel, y parodia la disparatada segunda parte del Lazarillo (Amberes, 1555) en buena
parte de su obra. Retoma el anticlericalismo y la misoginia del Lazarillo original
convirtiendo a su protagonista en marido «cartujo».

El argumento de la obra es el siguiente. Lázaro abandona Toledo dejando a su hijo "injerto


a canutillo" y a su mujer cuidados por el Arcipreste, que lo hace "como si propios fueran".
Se reencuentra con el escudero, que le refiere una aventura que tuvo con una dama non
sancta. Embarca después en la armada contra el moro y naufraga, salvándose solamente
los capitanes, gente de consideración y "dos clérigos que había" en el esquife y que ni
siquiera se ocuparon en confesar a los futuros ahogados porque sólo pensaban en
salvarse como fuera; como él estaba completamente lleno de vino, borracho perdido, el
agua no puede entrar en él y sobrevive salvado por dos pescadores que deciden exhibirlo
como una especie de monstruo marino o pece Nicolao dentro de una cuba de agua;
escapa vertiendo el agua de la cuba, que se filtra al piso inferior y moja a una dama en su
cama que "movida de caridad, había acogido en ella a un clérigo que por su contemplación
había venido a aposentarse allí aquella noche", de forma que aparecen desnudos él y ella
"como Cupido con la flecha y Venus con la aljaba". De regreso a Toledo con el arcipreste,
este le muestra los nuevos hijos que su mujer ha tenido de él (de Lázaro) durante su larga
ausencia, desvergüenza que al fin obliga a Lázaro a pleitear contra él, perdiéndolo. Decide
entonces marchar a Madrid a trabajar como ganapán; allí sirve primero a una meretriz
sevillana y luego transporta el hato de un franciscano; ambos amos le dan por único pago
palos y golpes. Antes de abandonar la corte se encuentra metido en los amores entre
Clara, doncella repolluda, y un galán pisaverde al que se encarga de transportar a casa de
la moza escondido en un cofre que se desfonda descubriendo toda la treta, con nuevo
saldo de palos y golpes a Lázaro, quien sin embargo logra pasar el castigo al escudero;
conoce a unos gitanos y se vuelve a tropezar con la repolluda y el pisaverde en una venta
a las afueras de Valladolid, donde el Santo Oficio arremete contra los hermanos que
quieren vengar a la dama. Entre los gitanos figuran el clérigo y la chica que fueron
mojados cuando se escapó del tonel. Un viejo gitano afirma que en España
Todos eran clérigos, frailes, monjas o ladrones, pero que entre todos los mayores bellacos eran los
que habían salido de los monasterios mudando la vida especulativa en activa.

Durante su estancia en Valladolid sirve simultáneamente a siete mujeres, una de ellas


beata hipócrita y aficionada al trato erótico con frailes. A poco, tras una orgía acaecida
entre doce varones y seis mujeres, decide hacerse ermitaño y convive con uno que a la
postre resulta tener una despensa repleta y está amancebado con otra mujer, y no sólo
eso, sino que la suegra del eremita había conocido a la dicha buscona y a sus dos
hermanas a raíz de sus relaciones "con un monje, un abad y un cura, porque siempre he
sido devota de la iglesia". La vieja refiere a Lázaro cómo ella misma inició en el oficio a sus
hijas con eclesiásticos "por ser gente secreta, casera, rica y paciente". Tras esto es
burlado y secuestrado por unas mujeres que le atan desnudo a una cama mientras le
vejan y maltratan, curiosa escena cómica y sadomasoquista que la crítica no suele
mencionar; le echan a la calle en cueros y ensabanado y es perseguido por la chiquillería,
escondiéndose en una iglesia, donde es confundido con un fantasma y espanta a toda la
concurrencia. Con este apogeo de la humillación concluye la obra. ¿Didáctica moralidad
en este escrito?.
La industria de los hombres es vana, su saber ignorancia y su poder flaqueza cuando Dios no
fortalece, enseña y guía
Capítulo VI

El protestantismo del autor se manifiesta en su anticlericalismo, constante y sin ambages,


durante todas las páginas de la obra, donde también se pinta una España inmoral e
hipócrita, sumida en todo tipo de depravaciones sexuales, acaso como contraste al
puritano rigor de los protestantes. El Lazarillo de Luna fue dedicado a la princesa Marqueta
de Rohan y se divide en 16 capítulos:

 Capítulo I. Donde Lázaro cuenta la partida de Toledo para ir a la


guerra de Argel.
 Capítulo II. Cómo Lázaro se embarcó en Cartagena.
 Capítulo III. Cómo Lázaro salió de la mar.
 Capítulo IV. Cómo llevaron a Lázaro por España.
 Capítulo V. Cómo llevaron a Lázaro a la corte.
 Capítulo VI. Cómo llevaron a Lázaro a Toledo.
 Capítulo VII. De lo que le sucedió a Lázaro en el camino del río Tajo.
 Capítulo VIII. Cómo Lázaro pleiteó contra su mujer.
 Capítulo IX. Cómo Lázaro se hizo gana-pan.
 Capítulo X. De lo que sucedió a Lázaro con una vieja alcahueta.
 Capítulo XI. Cómo Lázaro se partió para su tierra, y de lo que en el
camino le sucedió.
 Capítulo XII. De lo que le sucedió a Lázaro en una venta, una legua
antes de Valladolid.
 Capítulo XIII. Cómo Lázaro sirvió de escudero a siete mujeres juntas.
 Capítulo XIV. Donde Lázaro cuenta lo que le pasó en un convite.
 Capítulo XV. Cómo Lázaro se hizo ermitaño.
 Capítulo XVI. Cómo Lázaro se quiso casar otra vez

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