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EL LAZARILLO DE TORMES
EDICIONES
- 1554: primeras ediciones, en Burgos, Amberes y Alcalá.
- 1559: la Inquisición prohíbe la obra.
- 1573: vuelve a aparecer en una versión expurgada, donde se excluyen los tratados IV y V (del
buldero y del fraile de la Merced) y algunas frases comprometedoras.
- 1834: se reedita ya completa.
AUTOR
La obra se presenta como anónima, seguramente atendiendo a dos razones: la prudencia (para
evitar posibles represalias por el carácter crítico de la obra) y la veracidad literaria (para afianzar la idea
de que la historia es real y la escribió el propio personaje en forma de autobiografía).
La obra se ha atribuido, en general, a un erasmista, que intentara poner en evidencia los
defectos eclesiásticos para llevar a cabo una reforma de las costumbres; o un judío converso, que
criticara una religión injusta que se le imponía. En cuanto a nombres concretos, además del fraile Juan
de Ortega, en cuya celda se encontró un manuscrito de la obra, Diego Hurtado de Mendoza es el
escritor que ha sido más unánimemente señalado como autor de El Lazarillo de Tormes.
ESTRUCTURA
La obra está formada por un prólogo y siete tratados de desigual extensión (solo se desarrollan
los episodios más significativos en la formación del mozo, los tres primeros).
De forma esquemática estos son los tratados y los amos a los que sirve en ellos. Tratado I:
ciego, II: cura de Maqueda, III: hidalgo de Toledo, IV: fraile de la merced, V: buldero, VI: maestro de
pintar panderos y capellán, VII: alguacil y arcipreste.
Es una obra dinámica:
- en el espacio: porque es un continuo viaje,
- en el tiempo: porque presenta el desarrollo vital de protagonista,
- en lo social: porque el personaje asciende de clase social.
TEMA
La historia de Lázaro de Tormes, desde su infancia miserable hasta su asentamiento como
pregonero en Toledo y su matrimonio con la criada de un arcipreste, de la que se rumorea que está
amancebada con el clérigo, pasando por diversas vicisitudes en su servicio a varios amos.
FORMA
El Lazarillo es formalmente una epístola autobiográfica. La carta es un género de gran difusión
durante el Renacimiento. La autobiografía responde al ideal de veracidad de los erasmistas y al propio
contenido de la obra: un personaje vil como Lázaro no podía ser elegido como protagonista por ningún
autor; así que tenía que ser el propio personaje quien escribiera su vida. Además, debe explicar a
“vuestra merced”, en forma de correspondencia en primera persona, los rumores que corren por Toledo
de que su mujer está amancebada con el arcipreste.
ORIGINALIDAD
La mayoría de las historias no son originales, sino de origen popular y folklórico (nacimiento al
lado de un río, muerte del padre, pareja niño-ciego…). La originalidad está en la forma de engarzarlas,
siendo fundamentales en la evolución del personaje, marcando su carácter.
Por primera vez en la narrativa europea el protagonista no es un adulto, sino un personaje en
evolución.
INTERPRETACIONES
- Sátira social: la obra sería una crítica de la hipocresía humana. El engaño es el eje del libro:
Lázaro tiene que engañar para poder sobrevivir y sus amos engañan sin excepción.
- Sátira religiosa: cinco de los nueve amos están relacionados con la Iglesia y están alejados de
una auténtica espiritualidad. Todo esto hace suponer que el libro tiene un carácter erasmista o
converso.
- Importancia del esfuerzo sobre la herencia. En el prólogo de la obra dice el propio Lázaro: “…
consideren los que heredaron nobles estados cuán poco se les debe, pues Fortuna fue con ellos
parcial, y cuánto más hicieron los que, siéndoles contraria, con fuerza y maña remando salieron
a buen puerto.”
ESTILO
Se trata de una obra realista y verosímil, que responde al ideal de naturalidad y sencillez, propio
del Renacimiento. Fingidamente escrita por un inculto pregonero, su estilo es natural y sin primores,
respondiendo al “decoro poético”.
Abunda el diálogo, lo que propicia el dinamismo.
Son frecuentes los diminutivos y refranes que aportan expresividad al texto.
Aunque predomine la simplicidad, no faltan recursos estilísticos: antítesis (“el día que
enterrábamos, yo vivía”), paronomasias (“me cumple avivar el ojo y avisar”), paradojas (“dulce y amargo
jarro”), frases de doble sentido (“siendo ciego me alumbró”) …