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La novela picaresca:

Causas de su aparición

La aparición de la novela picaresca se alza como el fenómeno literario más español del siglo XVI, junto con el florecimiento de la literatura
mística.

No parece probable que una sola causa pueda explicar suficientemente el florecimiento de la picaresca. Colaboró en ello un conjunto de
motivos históricos, sociales, de movimientos culturales y de modelos literarios.

Aunque no haya sido el determinante capital de la picaresca, la decadencia y la miseria social –marginados y mendigos hubo en toda
Europa- crearon una insatisfacción que llevó a muchas gentes al desengaño cínico, tan propio de la picaresca.

Tanto o más que el factor económico debió de influir el pensamiento de Erasmo. Su propuesta de renovación espiritual y religiosa (como
también su crítica de los libros de caballerías) probablemente ejerció una influencia notable en el Lazarillo, a cuya elaboración literaria no
parecen ajenas las obras del holandés. Así, la novela picaresca, como la pastoril, hereda del Renacimiento la idea del retorno a la
naturaleza; pero mientras el pastoril procede del humanismo italianista, la picaresca entronca con movimientos reformistas, cuyos ideales
espirituales y religiosos se transforman en el cinismo amargo y resentido del pícaro.

La cuestión social del honor y la obsesión de la limpieza de sangre, como fenómenos específicamente españoles, tuvieron sin duda una
influencia decisiva. No puede descartarse que el Lazarillo sea una manifestación literaria cercana a la protesta de los conversos,
socialmente marginados. Y a ello se añade que M. Alemán descendía de conversos, como también F. López de Úbeda, autor de la Pícara
Justina (1605).

Pero, además de condicionantes históricos, sociales y culturales, pueden rastrearse en la tradición literaria diversos modelos que,
parcialmente y de modo más directo o más remoto, pudieron estar presentes en el origen de la Picaresca. Rasgos del antihéroe aparecían
ya en El asno de oro, de Apuleyo, y en el satiricón, de Petronio. También en la tradición literaria europea aparecían elementos como la
manifestación de la astucia como modelo de conducta en el Roman de Renart francés, las graciosas aventuras del Till Eulespiegel alemán
y la herencia de los novellieri italianos (El Decamarón, de Bocaccio, o el Novellino de M. Salernitano).

Relaciones comparativa aparte (siempre se pueden encontrar, y siempre con discutibles), lo cierto es que el autor del Lazarillo y sus
seguidores levantaron un singular edificio literario, asimilando e hispanizando cuantos materiales supieron retomar (incluidos los motivos
populares divulgados en el folklore europeo), integrándolos en el corazón mismo de la sociedad española de los Austrias. No puede
olvidarse tampoco que el desarrollo de la picaresca venía implícito en nuestra literatura: como alternativa al esquema heroico de los
fabulosos libros de caballerías, como contrapunto negativo del mundo embellecido de las novelas pastoriles, y como adaptación de
múltiples rasgos derivados del Libro de Buen Amor, la Celestina, del teatro de Gil Vicente (y aún de Lope de Rueda) o de la novela de F.
Delicado, La Lozana Andaluza (1528).

Evolución del género

En la narrativa picaresca se distinguen dos etapas o niveles. El nivel en que se constituye el género se concreta a sus dos primeras
manifestaciones, el Lazarillo de Tormes (1554) y el Guzmán de Alfarache (1599-1604). Con estas obras se configuran los rasgos
pertinentes del nuevo género, cuyo esquema narrativo se consagra precisamente cuando Mateo Alemán retoma en su Guzmán de
Alfarache el modelo estructural del Lazarillo: sin el Lazarillo no hubiera sido posible la aparición del Guzmán de Alfarache (al menos no tal
como la conocemos); sin la obra de Alemán no hubiera habido novela picaresca (al menos no con la misma forma literaria), y, en tal caso,
el Lazarillo quedaría como un libro genial pero aislado. Así parece indicarlo ya entonces la sagacidad editorial del humanista Luis Sánchez,
que reeditó el Lazarillo inmediatamente y en los mismos lugares de éxito del Guzmán de Alfarache, autentico paradigma del pícaro. Con tal
coincidencia la célebre pareja quedaba unida para siempre en un destino literario común: así lo refleja ya la conciencia artística de
Cervantes en el capítulo de los galeotes (Quijote, I, 22) por boca de Ginés de Pasamonte cuando éste se refiere a la narración de su vida:

<<Es tan bueno –respondió Ginés-, que mal año para Lazarillo de Tormes y para todos cuantos de aquel género se han escrito o
escribieren.>>

Tras esta fase constituyente del género, otras narraciones siguieron el esquema, con mayor o menor fidelidad y con diverso éxito literario.
A este segundo nivel, etapa en que se repiten o se combinan y aún se modifican los rasgos del género, pertenecen otras novelas del siglo
XVII: el Buscón (1626, pero escrito seguramente entre 1603-1608), de Quevedo; La vida del escudero Marcos de Obregón (1618), de
Vicente Espinel; Vida y hechos de Estebanillo González (1646), el autor desconocido; además de las continuaciones del Lazarillo y de los
relatos picarescos protagonizados por mujeres, como La Pícara Justina (1605), de F. López de Úbeda, o las pícaras de Salas Barbadillo y
de Castillo Solórzano.

La lengua castellana en el s.XVI

Con el Renacimiento y la confirmación de los nacionalismos se consagra el prestigio de las lenguas nacionales. El castellano experimenta
ya en el siglo XV un extraordinario proceso de expansión, a la vez que se intensifica su difusión como lengua literaria: en 1492 coinciden el
fin de la Reconquista con la toma de Granada, el descubrimiento de América y la publicación de la Gramática, de Nebrija, con la cual es
idioma adquiere consistencia teórica y se consolida la exaltación nacional de la lengua como compañera del imperio.
La anécdota protagonizada por el emperador en Roma ilustra perfectamente hasta qué punto Carlos I, que había llegado a España sin
saber su lengua, se había identificado con la lengua nacional: a los reproches del representante francés, que no había entendido bien las
acusaciones contra el rey Francisco I, Carlos replicó con una orgullosa defensa del español.

Precisamente por aquellos años el humanista Juan de Valdés realizaba su apología del castellano como lengua nacional y su exaltación
literaria en el célebre Diálogo de la lengua, donde formula el conocido ideal estilístico:
«El estilo que tengo me es natural, y sin afectación alguna escribo como hablo»

Durante el siglo XVI el castellano pasa del sistema fonológico medieval al moderno. Sin embargo, a pesar de que la lengua castellana
experimenta una fijación muy notable, se manifiestan algunas peculiaridades lingüísticas que perduran en todo el Siglo de Oro. Entre las
más significativas destaca la vacilación de las vocales (especialmente en el vocalismo átono, por ejemplo: mochacho / muchacho); la
vacilación de algunos diptongos (priesa / prisa); la oscilación de los grupos consonánticos (persiste la lucha entre el respeto por la forma
latina y su adaptación a la fonética romance). Tal oscilación se manifiesta tanto en las restituciones cultas de dichos grupos (dino / digno),
como en su reducción romance (paresció / pareció); la alternancia de conglomerados en que se contrae el esquema preposición +
pronombre y su desarrollo independiente (desto / de esto, dél / de él); la pervivencia de la fusión del infinitivo verbal y el pronombre
enclítico asimilado (decillo, hacello, frente a su desarrollo separado: decirlo, hacerlo); la duplicidad de formas en múltiples palabras, como
agora / ahora, ansí / así, aqueste / este, en las formas verbales (cayó / caigo, veen / ven); y algunas diferencias en el género de los
nombres con respecto al castellano actual (por ejemplo la puente).

TEMA: La obra cuenta la vida de Lázaro y como vive e intenta ganarse la vida con cada uno de sus diferentes amos.

ARGUMENTO (resumen):

Tratado primero

Al Lazarillo de Tormes le llaman así por su nacimiento al lado del río Tormes (Salamanca). Primeramente nace y cuando es pequeño su
padre muere en la guerra y su madre cuida de él. Su madre se junta con un hombre negro con el cual tiene un hijo. Mas tarde, los padres
son castigados por robo. Cuando el Lazarillo ya se ha hecho mayor, la madre lo deja a un ciego para que le guíe. Pero en vez de ser
Lazarillo quien le haga de guía al ciego, parece que sea el viejo, ya que éste le hace Lazarillo mas listo y mucho mas astuto. Después de
estar cansado de aguantar al ciego el Lazarillo se marcha ya hecho un mozuelo astuto.

Tratado Segundo

Lázaro busca a un clérigo como amo en Maqueda (Toledo). Los días que pasa con este, son horribles, él no le da a lazarillo lo que le
puede llegar a quitar el hambre. El pobre Lázaro hace lo mismo que hacia con el ciego, le engaña como puede para poder echarse algo a
la boca. Al final el clérigo, cuando pasan algunos días lo descubre y le echa diciéndole que se busque otro amo.

Tratado tercero

Lázaro le servirá a un pobre escudero el cual no tiene nada que darle. Este le dice que solo come dos veces al día. Lázaro tiene que llegar
incluso a darle de comer a su amo por increíble que parezca. Uno de los tiempos mas difíciles en la vida de Lázaro. Su amo le cuenta que
posee unos terrenos en Castilla La Vieja. Cuando vienen a cobrar lo que su amo debe, éste desaparece escapándose. Lázaro le cuenta al
alguacil las propiedades que se supone que su amo posee. Una vez mas Lázaro se queda sin amo.

Tratado cuarto

Este capítulo está censurado. Se cuenta que Lázaro se busca como amo a un fraile. Quizá, creo que se insinúa que el fraile y Lázaro
mantuvieron relaciones sexuales con la hilanderas.

Tratado quinto

Por suerte Lázaro tomo como amo a un buldero el cual le daba bien de comer. Este se dedicaba a dispersar bulos por todo el pueblo. Éste
se pelea con el alguacil, junto a quien iba a hacer negocio. Y así lo hicieron.

Tratado sexto

Lázaro toma como amo a un capellán el cual le da un buen trabajo y Lázaro lo cumple. Este gana dinero y quiere comenzar una vida
mejor, y así abandona su amo.

Tratado séptimo

Lázaro toma como amo a un alguacil pero enseguida se separa de él porque es un trabajo muy peligroso. Al final acaba casándose y
recuerda al ciego y todo lo que le enseño. Lázaro ahora vive bien aunque malas lenguas hablen de su mujer.
ASPECTOS LINGÜÍSTICOS MÁS DESTACABLES:

Aunque estaba escrito en castellano antiguo no ha sido tan difícil de comprender. Incluso me ha gustado leer un tipo de lengua castellana
tan rara y vieja.
La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades (más conocida como Lazarillo de Tormes) es una
novela española anónima, escrita en primera persona y en estilo epistolar (como una sola y larga carta), cuya
edición conocida más antigua data de 1554. En ella se cuenta de forma autobiográfica la vida de un niño, Lázaro de
Tormes, en el siglo XVI, desde su nacimiento y mísera infancia hasta su matrimonio, ya en la edad adulta. Es
considerada precursora de la novela picaresca por elementos como el realismo, la narración en primera persona, la
estructura itinerante entre varios amos y la ideología moralizante y pesimista.

Lazarillo de Tormes es un esbozo irónico y despiadado de la sociedad del momento, de la que se muestran sus
vicios y actitudes hipócritas, sobre todo las de los clérigos y religiosos. Hay diferentes hipótesis sobre su autoría.
Probablemente el autor fue simpatizante de las ideas erasmistas. Esto motivó que la Inquisición la prohibiera y que,
más tarde, permitiera su publicación, una vez expurgada. La obra no volvió a ser publicada íntegramente hasta el
siglo XIX.

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