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La vida de Lazarillo de Tormes

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«El Lazarillo de Tormes» redirige aquí. Para la película de 1959, véase El
Lazarillo de Tormes (película).

La vida de Lazarillo de Tormes 

de Anónimo

Portada de la edición de Medina del Campo de 1554, impresa por Mateo y


Francisco del Canto.

Género Novela picaresca

Ambientada en Toledo y Alba de Tormes 

Idioma Español

País España

Fecha de publicación 1554 

Formato Impreso

Texto en español La vida de Lazarillo de


Tormes en Wikisource

[editar datos en Wikidata]

La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades (más


conocida como Lazarillo de Tormes) es una novela española anónima, escrita
en primera persona y en estilo epistolar (como una sola y larga carta), cuyas
ediciones conocidas más antiguas datan de 1554.1 En ella se cuenta de
forma autobiográfica la vida de un niño, Lázaro de Tormes, en el siglo XVI,
desde su nacimiento y su miserable infancia hasta su matrimonio, ya en su
edad adulta. Es considerada precursora de la novela picaresca1por elementos
como el realismo, la narración en primera persona, la estructura itinerante, el
servicio a varios amos y la ideología moralizante y pesimista.
Lazarillo de Tormes es un esbozo irónico y despiadado de la sociedad del
momento, de la que se muestran sus vicios y actitudes hipócritas, sobre todo
las de los clérigos y religiosos. Hay diferentes hipótesis sobre su autoría.
Probablemente el autor fue simpatizante de las ideas erasmistas. Esto motivó
que la Inquisición la prohibiera y que, más tarde, permitiera su publicación, una
vez expurgada. La obra no volvió a ser publicada íntegramente hasta
el siglo XIX.

Índice

 1Primeras ediciones
 2Autoría
 3Género
 4Temas
 5Fuentes
 6Valor y trascendencia
 7Argumento
 8Continuaciones
o 8.1Segunda parte de Lazarillo de Tormes (anónima)
o 8.2Segunda parte de la vida de Lazarillo de Tormes, de Juan de Luna
o 8.3Otros Lazarillos
 9En el cine y la TV
 10Véase también
 11Referencias
 12Bibliografía
 13Enlaces externos
o 13.1Sobre el Lazarillo
o 13.2Ediciones

Primeras ediciones[editar]
Se conservan cuatro primeras ediciones distintas de la obra, las cuatro del
año 1554, impresas respectivamente en Burgos, Amberes, Alcalá de
Henares y Medina del Campo.2 Las más antiguas parecen ser las de Burgos y
Medina.
De la edición de Amberes se conservan siete ejemplares distintos, en tanto que
solo hay uno de cada una de las otras tres ediciones. El ejemplar más
recientemente descubierto es el de la edición de Medina del Campo, que
apareció en 1992 emparedado en una casa de la Plaza de Nuestra Señora de
Soterraño de la localidad pacense de Barcarrota.
No obstante, es muy probable que existiese una edición más antigua,
de 1553 o 1552, cuyo éxito generase las cuatro simultáneas ediciones
posteriores conservadas.
Ediciones príncipe de 1554 del Lazarillo de Tormes.

Burgos, Juan de Junta.


 

Medina, Hnos. Del Canto.


 

Alcalá, Salcedo.
 

Amberes, Martín Nucio.

Autoría[editar]
Históricamente se han postulado varios autores para el Lazarillo de Tormes. En
1605 el fraile José de Sigüenza de la Orden de San Jerónimo atribuyó la
autoría de esta obra al también jerónimo fray Juan de Ortega:3
Dicen que siendo estudiante en Salamanca, mancebo, como tenía un ingenio tan galán y fresco,
hizo aquel librillo que anda por ahí, llamado Lazarillo de Tormes, mostrando en un sujeto tan
humilde la propiedad de la lengua castellana y el decoro de las personas que introduce con tan
singular artificio y donaire, que merece ser leído de los que tienen buen gusto. El indicio desto fue
haberle hallado el borrador en la celda, de su propia mano escrito.
F. José de Sigüenza, Historia de la Orden de San Jerónimo

Por la época en que se publicó Lazarillo, Juan de Ortega era General de los


Jerónimos, lo cual explicaría que el libro apareciese sin autor. La autoría de
fray Juan de Ortega y la necesaria discreción del anonimato por su condición
de General de la Orden fue defendida con firmeza por Marcel Bataillon4 con
cuyos argumentos ha coincidido el periodista José Delfín Val. 5
En 1607, en el catálogo de escritores españoles Catalogus Clarorum Hispaniae
scriptorum, que fue redactado por el flamenco Valerio Andrés Taxandro, se
dice que Diego Hurtado de Mendoza «compuso [...] el libro de entretenimiento
llamado Lazarillo de Tormes».6 Otros autores del siglo XVII, así como
el Diccionario de Autoridades de la Real Academia Española (1726-1739),
mencionan esta atribución, que alcanzó cierta fortuna, sobre todo en el XIX. En
marzo de 2010 apareció en prensa que la paleógrafa Mercedes
Agulló descubrió en unos papeles de Diego Hurtado de Mendoza la frase «Un
legajo de correcciones hechas para la impresión de Lazarillo y Propaladia», lo
cual le llevó a escribir un libro postulando «una hipótesis seria sobre la autoría
del Lazarillo, que fortalecida por otros hechos y circunstancias apunta
sólidamente en la dirección de don Diego». 7
A finales del XIX un artículo del hispanista Alfred Morel-Fatio,8 cuya propuesta
fue desarrollada después por Manuel J. Asensio,9 relaciona al autor
de Lazarillo con el círculo erasmista de los hermanos Valdés. Siguiendo esta
hipótesis se ha atribuido la obra a Juan de Valdés o a su hermano Alfonso.
Esta última atribución cobró fuerza en 2002 debido a las investigaciones de la
profesora Rosa Navarro Durán,10 que se basa sobre todo en el cotejo de la
obra con los diálogos conocidos de Alfonso de Valdés, el Diálogo de Mercurio y
Carón y el Diálogo de las cosas acaecidas en Roma.
La atribución de la autoría a Juan de Valdés la defiende el investigador
toledano Mariano Calvo López, para quien la obra habría sido publicada 25
años después de ser escrita pues Juan de Valdés fue perseguido por la
Inquisición y tuvo que exiliarse en Italia, perdiéndose la identidad del
manuscrito que se imprimió en Alcalá de Henares, en la imprenta de Miguel de
Eguía.11 Calvo basa su argumentación en el estudio de los escenarios
toledanos que aparecen en la novela y concluye que el autor era una persona
que conocía bien Toledo pero que no era oriunda de la ciudad. Según él, la
obra fue escrita por Juan de Valdés en el hoy denominado Palacio de Munárriz,
entre agosto de 1525 y febrero de 1526. 12
La candidatura de Sebastián de Horozco —que postuló en el siglo XIX José
María Asensio y Toledo, editor de su Cancionero—13 fue defendida en 1914
por Julio Cejador y Frauca en su edición del Lazarillo,14 apoyándose en un
pasaje de la obra de este autor en que aparece un mozo de ciego llamado
Lazarillo. Más adelante fue retomada y defendida por Francisco Márquez
Villanueva,15 quien encuentra importantes semejanzas de temas, ideas y
vocabulario y llega a afirmar que «apenas si hay en el Lazarillo un tema
literario, un tópico, un pensamiento, un recurso expresivo que no pueda
encontrarse también en Horozco».
También han sido propuestos como autores del Lazarillo el dramaturgo Lope
de Rueda (por Fonger de Haan en 1903, alegando que fue, como el
protagonista de la novela, pregonero en Toledo en 1538, aunque esta hipótesis
ha sido rechazada posteriormente),16 Pedro de Rúa,17 Hernán Núñez, el
Comendador Griego18 y, más recientemente, Francisco Cervantes de Salazar,
defendida por José Luis Madrigal,1920 si bien este investigador abandonó esa
hipótesis para pasar en 2008 a defender la autoría de Juan Arce de Otálora,
autor de los Coloquios de Palatino y Pinciano.21 Por su uso exhaustivo del
recurso a la autobiografía ficticia, entre otras razones, Clark Colahan y Alfred
Rodríguez pensaron que el Lazarillo fue escrito por
el humanista conquense Juan Maldonado.22 Otras atribuciones han recaído
en Alejo Venegas,13 Bartolomé Torres Naharro (postulado por Alberto M.
Forcadas), Gonzalo Pérez, secretario real de Carlos I (por Dalai Brenes
Carrillo), Francisco de Enzinas (según Alfredo Rodríguez López-
Vázquez y Roland Labarre),23 Fernando de Rojas, el autor de La Celestina,
cuya autoría fue defendida por Howard Mancing,24 o el célebre humanista
español Juan Luis Vives, propuesta hecha pública por Francisco
Calero en 2006.25
En 2022 se ha propuesto a Juan Bernal Díaz de Luco, obispo de Calahorra,
como autor de la novela. Esta hipótesis se basa en el cotejo de la biografía y
los intereses de Díaz de Luco con los estudios críticos sobre la obra. 26

Género[editar]
Se trata de una novela de autoformación y picaresca, de estructura
aparentemente simple, pero en realidad muy compleja. Es epistolar en tanto se
trata de una carta destinada a «vuestra merced», tratamiento que implica
alguien con superior condición social, y está motivada por «el caso», hecho del
cual este ha oído hablar, y cuya versión personal pide a Lázaro, parte implicada
en él, le explique («escribe se le escriba y relate el caso muy por extenso»). Así
figura ser una especie de confesión y el personaje es un alto dignatario
eclesiástico, quizá el arzobispo de Toledo, que habría oído los extraños
rumores que circulan sobre la extraña conducta sexual del arcipreste de San
Salvador, como llegamos a saber al fin del libro, según los cuales este
arcipreste estaría amancebado con la mujer de Lázaro.
La originalidad del libro, sin embargo, trastoca cualquier molde y crea un
subgénero literario específico realista, la novela picaresca, mediante el recurso
a la parodia de narraciones caballerescas idealizantes del Renacimiento: a las
rimbombantes epopeyas de gestas guerreras y los libros de angélicos pastores
y cortesanos enamorados se opone una epopeya del hambre, que mira
solamente a cuanto hay por debajo del cuello de golilla y se preocupa
solamente de la subsistencia, en línea con la tradición realista de la literatura
española, revitalizada entonces por La Celestina y sus continuaciones.

Temas[editar]
La temática del Lazarillo de Tormes es moral: una crítica acerba, incluso una
denuncia, del falso sentido del honor («la negra que llaman honra») y de la
hipocresía. La dignidad humana sale muy malparada de la sombría visión que
ofrece el autor, nihilista y anticlerical. La vida es dura y, tal como aconseja el
ciego a Lázaro en la obra, «más da el duro que el desnudo»; cada cual busca
su aprovechamiento sin pensar en los otros, por lo que, como se dice al
principio de la obra, arrimándose a los buenos «se será uno de ellos»: esto es,
para ser virtuoso hay que fingir ser virtuoso, no serlo. Sin duda alguna, se trata
de la visión de un humanista desencantado, acaso judeoconverso y erasmiano,
[cita  requerida]
 a pesar de que Marcel Bataillon niega el influjo directo de Erasmo en
la obra.
Como consecuencia, resultó la inclusión de esta obra en el Índice de libros
prohibidos de la Inquisición, la cual permitió al cabo la circulación de una
versión expurgada de los pasajes anticlericales. El Lazarillo fue, además, una
obra muy traducida e imitada. Su influjo, profundo, marcó tanto la literatura
española que podría decirse que sin ella no habrían podido escribirse ni Don
Quijote de la Mancha ni la treintena de novelas picarescas españolas y
extranjeras que se han conservado.[cita  requerida]

Fuentes[editar]

Miniatura del siglo XIV que muestra cómo un mozo de ciego le hurta a este el vino de un jarrillo
mediante una larga paja. En este chascarrillo folclórico podría haberse inspirado un pasaje
del Lazarillo:
Usaba poner cabe sí un jarrillo de vino, cuando comíamos, y yo muy de presto le asía y daba un par de besos
callados y tornábale a su lugar. Mas turóme poco, que en los tragos conocía la falta y, por reservar su vino a
salvo, nunca después desamparaba el jarro, antes lo tenía por el asa asido. Mas no había piedra imán que así
trajese a sí como yo con una paja larga de centeno que para aquel menester tenía hecha, la cual, metiéndola en
la boca del jarro, chupando el vino lo dejaba a buenas noches.
Lazarillo..., ed. cit. de F. Rico (199813), págs. 30-31.

El Lazarillo se ha relacionado con las siguientes obras:

 El asno de oro: el Lazarillo responde a la estructura de la novela


costumbrista de aventuras, representada por la obra de Apuleyo. Esta
influye en la organización del relato y en la índole del protagonista: mozo de
muchos amos; pero Lázaro no sufre la metamorfosis del personaje de
Apuleyo. Se publicó en Sevilla en 1513, traducida por Diego López de
Cortegana.
 Cuarto libro del esforzado caballero Reinaldos de Montalbán : esta obra, de
1542, era en realidad una adaptación de Baldus o Baldo (1521), poema
macarrónico (mezcla de palabras latinas y vulgares con terminaciones
latinas) del italiano Teófilo Folengo, que presentaba ya narración
autobiográfica, un héroe de baja extracción y la pareja del ciego y su mozo.
Pero tanto en esta obra como en el Lazarillo subyace el modelo de Apuleyo.
 Proceso de cartas de amores: de esta novela sentimental de Juan de
Segura (1548), el Lazarillo toma el modelo epistolar, que había adquirido
gran relevancia en el humanismo.
 Cuentos folclóricos:27 actualmente, se tiende a no privilegiar en exceso las
fuentes orales como fundamento del Lazarillo y a tener en cuenta los textos
escritos, máxime si su posible autor era un hombre letrado.
 Confesiones de Agustín de Hipona: toma la estructura autobiográfica, sobre
todo al principio de la obra.
 El niño y el ciego (Le Garçon et l'Aveugle): texto y obra de teatro de
autor anónimo de la Francia del siglo XIII. Acá, parecida a la infancia de
Lázaro, un niño es contratado por un mendigo ciego para recoger monedas.
El invidente resulta ser un estafador y oculta las monedas para no pagar al
chico, pero aquel joven logra ser más inteligente que él para evitar ser
engañado y así robarse el dinero recogido. Por su similitud y antigüedad, es
posible imaginar que Le Garçon et l'Aveugle pudo haber influenciado la
primera parte del Lazarillo de Tormes, o ambas se inspiraron en cuentos
populares de la época.

Valor y trascendencia[editar]
El Lazarillo de Tormes es una obra artística de primer orden; lo es por su
originalidad, su valor humano, su trascendencia literaria y cultural, su estilo (el
castellano equilibrado, preciso y oral que preconizaba Juan de Valdés) y su
lenguaje: un castellano clásico modélico, flexible y expresivo, sutilmente
irónico, donde abundan las geminaciones y los isocola y donde no se
desprecian y se ponen al mismo nivel el castizo refrán y la cita culta. La
desproporción entre la materia y su elaboración por parte del autor se inclina
marcadamente en esta última, pero sin denotar, y en eso consiste uno de sus
méritos, el esfuerzo que debió suponer.
Gran parte del material e incluso de los personajes son de origen folclórico y
tradicional; hay cuentecillos y facecias tomados del rico acervo popular. La
obra, sin embargo, crea sus propios precedentes y contiene, asimismo, una
variada panoplia de técnicas narrativas: la suspensión, de la que hará un
inteligente uso Cervantes, como en el episodio del buldero; o
la gradatio narrativa en ascensión hacia el anticlímax, como en el caso del
ciego o el clérigo de Maqueda.28
El uso de la estructura anular, que acaba concluyendo con lo que se inicia,
hace de la novela una obra redonda; por otra parte es la primera novela
polifónica de la literatura española. El personaje de Lázaro evoluciona, no es
plano ni arquetípico: cambia y evoluciona, y va pasando de ser un ingenuo a un
cínico redomado, aprendiendo de las lecciones que le da la vida. Tan es así
que el final, lejos de ser positivo, sin embargo, es vivido por el personaje como
lo mejor que le podía haber pasado teniendo en cuenta toda la trayectoria vital
que le precede. La infidelidad de su mujer, por tanto, no es nada comparado
con las vejaciones que ya ha sufrido. Cada personaje plano, por otra parte, se
halla completamente individuado y caracterizado sin maniqueísmo: la crueldad
del ciego, que no es absoluta; el idealismo soñador y orgulloso del escudero
pobre, un personaje al parecer folclórico luego retomado por Cervantes; el
diálogo entre conciencias en el cual se atisba la humana comprensión que
después será patrimonio casi exclusivo de Cervantes, en el episodio del criado
y el escudero; o la avaricia, mezquindad e hipocresía del clérigo.
El valor psicológico y humano es patente en el tratado tercero, que se ha
querido ver como el anticipo de la novela polifónica moderna; por otra parte, el
Lazarillo bosqueja ya los rasgos fundamentales de un género de amplia
trascendencia española y europea, la novela picaresca, que se configurará
definitivamente con el Guzmán de Alfarache (1599) de Mateo Alemán, más
moralizado y pesimista todavía.

Argumento[editar]

Lazarillo de Tormes visto por Francisco de Goya.

La obra es, en realidad, una larga epístola que el "autor" envía a un


corresponsal anónimo (a quien trata de "Vuestra Merced"), quien podría
identificarse con un visitador o su notario eclesiástico, si se acepta que el
contexto de la novela es una visita pastoral a la parroquia de San Salvador de
Toledo, durante la que se investiga el famoso "caso". Las visitas pastorales
tenían por objeto tanto examinar la observancia religiosa como las costumbres
y la moral, entre otras, del bajo clero y de los feligreses a su cargo. En
consecuencia, la relación que hace Lázaro de su vida formaría parte del
acostumbrado proceso indagatorio impulsado por el visitador a cuento de los
pecados públicos que se le achacan al arcipreste y en los que el propio Lázaro
aparece relacionado.26 Está dividida en siete tratados y cuenta en primera
persona la historia de Lázaro, un niño de origen muy humilde; aunque sin
honra, nació en un río de Salamanca, el Tormes, como el gran héroe Amadís;
quedó huérfano de su padre, un molinero ladrón llamado Tomé González, y fue
puesto al servicio de un ciego por su madre, Antonia Pérez, una mujer
amancebada con un negro, Zaide, que le da a Lazarillo un bonito hermanastro
mulato.
Entre "fortunas y adversidades", Lázaro evoluciona desde su ingenuidad inicial
hasta desarrollar un instinto de supervivencia. Es despertado a la maldad del
mundo por la cornada de un toro de piedra, embuste con el que el ciego le saca
de su simpleza; después rivaliza en astucia con él en diversos célebres
episodios como el de las uvas o el jarro de vino (un modelo de narración
clásica) hasta que se venga devolviéndole la cornada de piedra con otro
embuste, que le vale al cruel ciego descalabrarse contra un pilar.

Escena del jarro de vino por Medina Vera.

Pasa luego a servir a un tacaño clérigo de Maqueda que lo mata de hambre, y


al que sisa algo de pan de un arca que tiene; el clérigo lo confunde a oscuras
(en su boca silba accidentalmente la llave del arca, escondida mientras
duerme) y, tomándolo por culebra, descubre el engaño, le da una tremenda
paliza y lo despide.
Después entra a servir a un hidalgo arruinado cuyo único tesoro son sus
recuerdos de hidalguía y de dignidad; Lazarillo simpatiza con él, ya que aunque
no tiene nada que darle, por lo menos le trata bien, si bien recurre a esa
simpatía que despierta para conseguir que le dé parte de los mendrugos que
consigue el muchacho al pedir limosna, ya que él no posee la dignidad de la
hidalguía. El patético escudero termina por abandonar la ciudad y Lazarillo se
encuentra de nuevo solo en el mundo.
Más adelante sirve Lázaro a un sospechoso fraile mercedario, tan amante del
mundo que apenas para en su convento y le hace reventar los zapatos.
Según Aldo Ruffinatto, habría una alusión a las reformas monásticas por
entonces de moda, en el sentido de "descalzar" o hacer más rigurosos los
estatutos del clero regular, o quizás alusión a actividades sexuales hetero u
homoeróticas.29 Sin embargo, Francisco Rico asegura que «no hay el menor
indicio para suponer tal escabrosidad», pues el sentido del texto es una
simple abbreviatio o reticencia, procedimiento abundantemente usado antes,
como cuando relatando sus aventuras con el ciego, Lázaro dice «por no ser
prolijo, dejo de contar muchas cosas [...]», en elipsis que era común para
terminar las cartas, teniendo en cuenta que todo el Lazarillo es una larga
epístola.30
El tratado quinto es más extenso: narra una estafa realizada por parte de un
vendedor de bulas o buldero. Lazarillo sirve al buldero y asiste como
espectador, sin opinar, al desarrollo del timo, en el cual finge el buldero que
alguien que piensa que las bulas no sirven para nada, está poseído por el
diablo, cuando en realidad está compinchado o conchabado con él; esto se
descubre a posteriori, con una hábil técnica de suspensión. También este
tratado sufrió la poda de la censura.
Los restantes y breves tratados narran cómo Lázaro se asienta con otros amos,
un capellán, un maestro de hacer panderos y un alguacil y se hace aguador.
Por último consigue el cargo de pregonero gracias al arcipreste de la iglesia
toledana de San Salvador, quien además le ofrece una casa y la oportunidad
de casarse con una de sus criadas, con la finalidad de disipar los rumores que
se ciernen sobre él, ya que era acusado de mantener una relación con su
criada. Sin embargo, tras la boda los rumores no desaparecen y Lázaro
comienza a ser objeto de burla por parte del pueblo. Lázaro sufre la infidelidad
con paciencia, después de toda una vida de ver qué es el honor y la hipocresía
que encubre la dignidad realmente, ya que eso al menos le permite vivir, y con
ello termina la carta, un cínico alegato autojustificativo que ridiculiza la literatura
idealista del momento. Lázaro afirma que ha alcanzado la felicidad, pero para
ello ha debido perder su honra, pues los rumores afirman que su mujer es la
amante del arcipreste. Para mantener su posición, Lázaro hace oídos sordos a
dichos rumores.

Continuaciones[editar]
Segunda parte de Lazarillo de Tormes (anónima)[editar]
Publicada por primera vez en Amberes en 1555, sin nombre de autor. Nicolás
Antonio cita a Cardoso para atribuirla a un tal fray Manuel de Oporto. Tuvo
escasa acogida entre los lectores, ya que en vez de mantener la línea realista y
picaresca del libro original, convirtió la historia de Lázaro en una
fantasía alegórica lucianesca, en la que el protagonista se convierte en atún, se
casa con una atuna y tiene hijos tan peces como el padre y la madre,
sosteniendo en la Corte de los atunes todo tipo de guerras como jefe de los
mismos contra otros pescados. Posiblemente, el desconocido autor, que quizá
era un español establecido en Flandes, quiso aludir en estos episodios a
personajes y circunstancias de la vida española de la época, pero la sátira tuvo
poco éxito, y solamente se reimprimió en Milán en 1587 y 1615, junto con el
primer Lazarillo.
Esta segunda parte se divide en 18 capítulos:

 Capítulo I. En que da cuenta Lázaro de la amistad que tuvo en Toledo con
unos tudescos, y lo que con ellos pasaba.
 Capítulo II. Cómo Lázaro, por importunación de amigos, se fue a embarcar
para la guerra de Argel, y lo que allá le acaeció.
 Capítulo III. Cómo Lázaro de Tormes hecho atún salió de la cueva, y cómo
le tomaron los centinelas de los atunes y lo llevaron ante el general.
 Capítulo IV. Cómo, después de haber Lázaro con todos los atunes entrado
en la cueva, y no hallando a Lázaro sino a los vestidos, entraron tantos que
se pensaron ahogar, y el remedio que Lázaro dio.
 Capítulo V. En que cuenta Lázaro el ruin pago que le dio el general de los
atunes por su servicio, y de su amistad con el capitán Licio.
 Capítulo VI. En que cuenta Lázaro lo que al capitán Licio, su amigo, le
acaeció en la corte con el gran capitán.
 Capítulo VII. Cómo, sabido por Lázaro la prisión de su amigo Licio, le lloró
mucho él y los demás, y lo que sobre ello se hizo.
 Capítulo VIII. De cómo Lázaro y sus atunes, puestos en orden, van a la
corte con voluntad de libertar a Licio.
 Capítulo IX. Que contiene cómo libró de la muerte a Licio, su amigo, y lo
que más por él hizo.
 Capítulo X. Cómo recogiendo Lázaro todos los atunes, entraron en casa
del traidor don Paver y allí le mataron.
 Capítulo XI. Cómo, pasado el alboroto del capitán Licio, Lázaro con sus
atunes entraron en su consejo para ver lo que harían, y cómo enviaron su
embajada al rey de los atunes.
 Capítulo XII. Cómo la señora capitana volvió otra vez al rey, y de la buena
respuesta que trajo.
 Capítulo XIII. Cómo Lázaro asentó con el rey, y cómo fue muy su privado.
 Capítulo XIV. Cómo el rey y Licio determinaron de casar a Lázaro con la
linda Luna, y se hizo el casamiento.
 Capítulo XV. Cómo andando Lázaro a caza en un bosque, perdido de los
suyos, halló la Verdad.
 Capítulo XVI. Cómo, despedido Lázaro de la Verdad, yendo con las atunas
a desovar, fue tomado en las redes, y volvió a ser hombre.
 Capítulo XVII. Que cuenta la conversión hecha en Sevilla, en un
cadahalso, de Lázaro atún.
 Capítulo XVIII. Cómo Lázaro se vino a Salamanca, y la amistad y disputa
que tuvo con el rector, y cómo se hubo con los estudiantes.
Segunda parte de la vida de Lazarillo de Tormes, de Juan de
Luna[editar]
Esta obra, mucho más cercana que la anterior a la naturaleza realista del
primer Lazarillo de Tormes, fue publicada por primera vez en París en 1620. Su
autor, Juan de Luna, era un toledano protestante que vivió enseñando el idioma
en París y Londres, donde compuso y editó bastantes obras sobre esta
materia. Al leer la Segunda parte del Lazarillo se enfureció tanto que decidió
escribir otra mejor; lo cuenta en el prólogo de la suya: Segunda parte de la vida
de Lazarillo de Tormes (París, 1620), reimpresa en Zaragoza (pero París) en
1652 con variantes textuales, una de ellas, por ejemplo, no prometer ya una
tercera parte. La obra va a continuación de la obra original que le sirve de
inspiración y que Luna, su admirador, editó también. El autor justifica su obra
en la escasa calidad de la primera continuación, lo que le impulsó como
toledano y conocedor del ambiente de la obra a elaborar otra más digna y
realista:
La ocasión, amigo lector, de haber hecho imprimir la  Segunda parte de Lazarillo de Tormes ha sido
por haberme venido a las manos un librillo que toca algo de su vida, sin rastro de verdad. La mayor
parte dél se emplea en contar cómo Lázaro cayó en la mar, donde se convirtió en un pescado
llamado atún, y vivió en ella muchos años, casándose con una atuna, de quien tuvo hijos tan peces
como el padre y madre. Cuenta también las guerras que los atunes hacían, siendo Lázaro el
capitán, y otros disparates tan ridículos como mentirosos y tan mal fundados como necios. Sin duda
que el que lo compuso quiso contar un sueño necio o una necedad soñada. Este libro, digo, ha sido
el primer motivo que me ha movido a sacar a la luz esta  Segunda parte, al pie de la letra, sin quitar
ni añadir, como la vi escrita en unos cartapacios en el archivo de la jacarandina de Toledo, que se
conformaba con lo que había oído contar cien veces a mi abuela y tías, al fuego, las noches de
invierno y con lo que me destetó mi ama.

La obra conoció un gran éxito en su época: cuatro ediciones en castellano y


siete traducciones francesas, todo ello antes de acabar el siglo XVII. Pero en
España no se publicó hasta 1835, significativamente al año siguiente de ser
abolida para siempre la Inquisición. Desde esa fecha se ha reimpreso más de
veinte veces.
El autor demuestra conocer la obra de Cervantes, Mateo
Alemán, Quevedo y Vicente Espinel, y parodia la disparatada segunda parte
del Lazarillo (Amberes, 1555) en buena parte de su obra. Retoma
el anticlericalismo y la misoginia del Lazarillo original convirtiendo a su
protagonista en marido «cartujo».
El argumento de la obra es el siguiente. Lázaro abandona Toledo dejando a su
hijo "injerto a canutillo" y a su mujer cuidados por el Arcipreste, que lo hace
"como si propios fueran". Se reencuentra con el escudero, que le refiere una
aventura que tuvo con una dama non sancta. Embarca después en la armada
contra el moro y naufraga, salvándose solamente los capitanes, gente de
consideración y "dos clérigos que había" en el esquife y que ni siquiera se
ocuparon en confesar a los futuros ahogados porque sólo pensaban en
salvarse como fuera; como él estaba completamente lleno de vino, borracho
perdido, el agua no puede entrar en él y sobrevive salvado por dos pescadores
que deciden exhibirlo como una especie de monstruo marino o pece Nicolao
dentro de una cuba de agua; escapa vertiendo el agua de la cuba, que se filtra
al piso inferior y moja a una dama en su cama que "movida de caridad, había
acogido en ella a un clérigo que por su contemplación había venido a
aposentarse allí aquella noche", de forma que aparecen desnudos él y ella
"como Cupido con la flecha y Venus con la aljaba". De regreso a Toledo con el
arcipreste, este le muestra los nuevos hijos que su mujer ha tenido de él (de
Lázaro) durante su larga ausencia, desvergüenza que al fin obliga a Lázaro a
pleitear contra él, perdiéndolo. Decide entonces marchar a Madrid a trabajar
como ganapán; allí sirve primero a una meretriz sevillana y luego transporta el
hato de un franciscano; ambos amos le dan por único pago palos y golpes.
Antes de abandonar la corte se encuentra metido en los amores entre Clara,
doncella repolluda, y un galán pisaverde al que se encarga de transportar a
casa de la moza escondido en un cofre que se desfonda descubriendo toda la
treta, con nuevo saldo de palos y golpes a Lázaro, quien sin embargo logra
pasar el castigo al escudero; conoce a unos gitanos y se vuelve a tropezar con
la repolluda y el pisaverde en una venta a las afueras de Valladolid, donde el
Santo Oficio arremete contra los hermanos que quieren vengar a la dama.
Entre los gitanos figuran el clérigo y la chica que fueron mojados cuando se
escapó del tonel. Un viejo gitano afirma que en España
Todos eran clérigos, frailes, monjas o ladrones, pero que entre todos los mayores bellacos eran los
que habían salido de los monasterios mudando la vida especulativa en activa.

Durante su estancia en Valladolid sirve simultáneamente a siete mujeres, una


de ellas beata hipócrita y aficionada al trato erótico con frailes. A poco, tras una
orgía acaecida entre doce varones y seis mujeres, decide hacerse ermitaño y
convive con uno que a la postre resulta tener una despensa repleta y está
amancebado con otra mujer, y no sólo eso, sino que la suegra del eremita
había conocido a la dicha buscona y a sus dos hermanas a raíz de sus
relaciones "con un monje, un abad y un cura, porque siempre he sido devota
de la iglesia". La vieja refiere a Lázaro cómo ella misma inició en el oficio a sus
hijas con eclesiásticos "por ser gente secreta, casera, rica y paciente". Tras
esto es burlado y secuestrado por unas mujeres que le atan desnudo a una
cama mientras le vejan y maltratan, curiosa escena cómica y sadomasoquista
que la crítica no suele mencionar; le echan a la calle en cueros y ensabanado y
es perseguido por la chiquillería, escondiéndose en una iglesia, donde es
confundido con un fantasma y espanta a toda la concurrencia. Con este
apogeo de la humillación concluye la obra. ¿Didáctica moralidad en este
escrito?.
La industria de los hombres es vana, su saber ignorancia y su poder flaqueza cuando Dios no
fortalece, enseña y guía
Capítulo VI

El protestantismo del autor se manifiesta en su anticlericalismo, constante y sin


ambages, durante todas las páginas de la obra, donde también se pinta una
España inmoral e hipócrita, sumida en todo tipo de depravaciones sexuales,
acaso como contraste al puritano rigor de los protestantes. El Lazarillo de Luna
fue dedicado a la princesa Marqueta de Rohan y se divide en 16 capítulos:

 Capítulo I. Donde Lázaro cuenta la partida de Toledo para ir a la guerra de


Argel.
 Capítulo II. Cómo Lázaro se embarcó en Cartagena.
 Capítulo III. Cómo Lázaro salió de la mar.
 Capítulo IV. Cómo llevaron a Lázaro por España.
 Capítulo V. Cómo llevaron a Lázaro a la corte.
 Capítulo VI. Cómo llevaron a Lázaro a Toledo.
 Capítulo VII. De lo que le sucedió a Lázaro en el camino del río Tajo.
 Capítulo VIII. Cómo Lázaro pleiteó contra su mujer.
 Capítulo IX. Cómo Lázaro se hizo gana-pan.
 Capítulo X. De lo que sucedió a Lázaro con una vieja alcahueta.
 Capítulo XI. Cómo Lázaro se partió para su tierra, y de lo que en el camino
le sucedió.
 Capítulo XII. De lo que le sucedió a Lázaro en una venta, una legua antes
de Valladolid.
 Capítulo XIII. Cómo Lázaro sirvió de escudero a siete mujeres juntas.
 Capítulo XIV. Donde Lázaro cuenta lo que le pasó en un convite.
 Capítulo XV. Cómo Lázaro se hizo ermitaño.
 Capítulo XVI. Cómo Lázaro se quiso casar otra vez.
Otros Lazarillos[editar]
En 1617 Juan Cortés de Tolosa publicó su Lazarillo de Manzanares, que se
parece más al Buscón de Quevedo que a la obra de que toma nombre. El libro
es de lectura poco ágil a causa del gran número de anécdotas intercaladas. En
1688 apareció en Londres un The life and death of young Lazarillo, anónimo.
En 1742 se imprimió en Barcelona un Lazarillo de Badalona escrito en verso
con la intención de servir de guía de la ciudad que le da nombre. Calixto
Bustamante Carlos, "Concolorcorvo", por otra parte, hizo circular en 1773
un Lazarillo de ciegos caminantes que describe los itinerarios de Buenos
Aires a Lima reflejando usos, costumbres, vida social y trabajos de las ciudades
y zonas que recorre. El Lazarillo del Duero de Joaquín del Barco está escrito en
verso y aparece en 1898 para enaltecer la historia de Zamora con intención
pedagógica. El Lazarillo español de Ciro Bayo (1911) y las Nuevas andanzas y
desventuras de Lazarillo de Tormes de Camilo José Cela cierran el capítulo de
continuaciones modernas de la obra.

En el cine y la TV[editar]
La obra ha sido llevada a las pantallas en varias ocasiones, de entre las que
destacan la película de 1959 de César Fernández Ardavín, ganadora de
un Oso de Oro en el Festival de Berlín;31 la película de 2001 dirigida
por Fernando Fernán Gómez y José Luis García Sánchez, basada en el
monólogo teatral interpretado por Rafael Álvarez, El Brujo; la película de
dibujos animados de Juan Bautista Berasategi de 2013; y la mini-serie animada
de Pedro Alonso Pablos de 2015.32

Véase también[editar]
 Literatura española del Renacimiento
 Novela picaresca

Referencias[editar]
1. ↑ Saltar a:a b Garfield, Evelyn Picon; Schulman, Iván A. (1991). Las literaturas hispánicas:
España. Wayne State University Press. ISBN 0814318649. Consultado el 16 de febrero de
2018.
2. ↑ Anónimo (31 de agosto de 2011). Lazarillo de Tormes (Primera y segunda partes).
Linkgua digital. ISBN 9788496290686. Consultado el 16 de febrero de 2018.
3. ↑ F. José de Sigüenza, Historia de la Orden de San Jerónimo, II (Nueva Biblioteca de
Autores Españoles, XII), Madrid, 1909, pág. 145. Citado en Rico, «Introducción» a su ed.
de 1998, pág. 34.
4. ↑ El hispanista francés defendió la autoría de fray Juan de Ortega en Marcel Bataillon, El
sentido del «Lazarillo de Tormes», París, 1954, págs. 8-14 y en su edición francesa
del Lazarillo (París, 1958), págs. 14-16. Citado por la «Introducción» a la ed. de 1987 de F.
Rico (Madrid, Cátedra), págs. 34-35 y n. 9
5. ↑ «Val propone a Fray Juan de Ortega como autor del Lazarillo de Tormes» Archivado el 24
de marzo de 2010 en Wayback Machine., El Norte de Castilla, edición digital, 17 de
diciembre de 2008. [Consultado el 6-3-2010]
6. ↑ Mendoza, Diego Hurtado de (1847). La vida de Lazarillo de Tormes y sus fortunas y
adversidades. Baudry. Consultado el 16 de febrero de 2018.
7. ↑ «El Lazarillo no es anónimo», www.elcultural.es, 5 de marzo de 2010. [Consultado el 5-3-
2010].
8. ↑ A. Morel-Fatio, «Recherches sur Lazarillo de Tormes», Études sur l'Espagne, París,
1888, págs. 112-170. Citado en Rico (ed. lit. cit.), 1998, p. 38.
9. ↑ Manuel J. Asensio, «La intención religiosa del Lazarillo de Tormes y Juan de Valdés»,
en Hispanic Review, XXVII, 1959, págs. 78-102.
10. ↑ Rosa Navarro Durán postuló la autoría de Alfonso de Valdés en 2002 en dos artículos
aparecidos en la revista Ínsula («De cómo Lázaro de Tormes tal vez no escribió el prólogo
a su obra», n.os 661-662, enero-febrero de 2002, págs. 10-12; y «Sobre la fecha y el autor
de la Vida de Lazarillo de Tormes», número 666, junio de 2002, págs. 7-13) y en «Lazarillo
de Tormes» de Alfonso de Valdés, Salamanca, Seminario de Estudios Medievales y
Renacentistas, 2002. ISBN 84-932346-5-6. Véase también el resto de bibliografía citada de
Rosa Navarro Durán.
11. ↑ Mariano Calvo López, Lazarillo de Tormes, una novela en busca de autor (Ed. Almud,
Toledo, 2020)
12. ↑ «Mariano Calvo buscar al autor del Lazarillo...y lo encuentra». abc. 15 de septiembre de
2020. Consultado el 2 de marzo de 2021.
13. ↑ Saltar a:a b Aldo Ruffinatto (ed. lit.), «Introducción crítica» a su ed. de La vida de Lazarillo
de Tormes y de sus fortunas y adversidades, Madrid, Castalia (Clásicos Castalia), 2001,
págs. 7-87. ISBN 978-84-9740-000-8. Cfr. esp. págs. 31-32.
14. ↑ Julio Cejador y Frauca, La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades,
Madrid, Clásicos Castellanos (La Lectura), 1914.
15. ↑ Márquez Villanueva, Francisco, «Sebastián de Horozco y Lazarillo de Tormes»,
en Revista de Filología Española, XLI, 1957, págs. 253-339. Citado en Alborg, 1997, pág.
775.
16. ↑ Fonger de Haan, An Outline of the History of the «Novela Picaresca» in Spain, Nueva
York, 1903. Apud F. Rico, «Introducción» a la ed. cit., 19871, pág. 40. Allí Rico refiere
acerca de esta atribución:

Inaceptable parece asimismo la propuesta de Fonger de Haan, en una línea muy de la


crítica decimonónica empeñada en hallar los «modelos vivos» de toda creación literaria
[...] interpretó nuestra novela casi como si se tratara de su verdadera autobiografía. Las
mismas pretendidas ‘razones’ que posteriormente se han querido alegar en defensa de
tal idea inducen a descartarla sin vacilaciones.

Rico, loc. cit., pág. 40

17. ↑ Propuesta solo insinuada sin convicción por Arturo Marasso en «La elaboración
del Lazarillo de Tormes», Boletín de la Academia Argentina de Letras, n.º 36, 1941, págs.
597-616; y «Aspectos del Lazarillo de Tormes», La Nación, Buenos Aires, 7 de septiembre
de 1952; ambos artículos recogidos en Estudios de literatura castellana, Buenos Aires, 19

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