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Ser y hacer familia: Un acercamiento hacia las familias reconstituidas 1

Rev. Carmen Lydia Ayala Ríos, MPA


Decana de Asuntos Académicos
Universidad Teológica del Caribe
Trujillo Alto, Puerto Rico

Resumen

Ministrar a las familias reconstituidas será el próximo gran desafío de la Iglesia en el

siglo XXI. Las proyecciones actuales sugieren que el 50% de la población vivirá en una

situación de familia reconstituida en algún momento de su vida, ya sea como padrastro,

madrastra, hijastro(a), hermanastro(a), abuelastro(a) o tío(a) político(a).2 A pesar del creciente

número de familias reconstituidas, estas permanecen invisibles para muchos líderes y la mayoría

de los ministerios en la Iglesia pasan por alto su existencia. Así que resulta inconcebible que la

Iglesia descuide a la mitad de la población. Algunas de las barreras que enfrenta el ministerio

cristiano respecto a las familias reconstituidas son: 1) la mayoría de los lideres no perciben la

necesidad; 2) las familias ensambladas perciben que son minoría en las congregaciones; 3)

muchas familias reconstituidas permanecen en el anonimato por temor a la marginación

espiritual y exclusión social; 4) las luchas teológicas que existen acerca del matrimonio, el

divorcio y el nuevo casamiento. Además, se enumeran algunas maneras prácticas de iniciar un

ministerio con familias reconstituidas en la congregación.

Palabras claves: Familias reconstituidas, cuidado pastoral

1
Ponencia presentada ante la 6ta Reunión de la Fraternidad Internacional de Educadores y Lideres (FIEL) de la Iglesia
de Dios en el Auditorio Pau Casals en Coma Ruga, España el miércoles, 9 de octubre de 2019.
2
Ron L. Deal, Tus hijos, los míos y nosotros, 1ra ed. (El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano, 2008), 307-308.

1
Ponencia

Me uno al saludo protocolar. Primeramente, deseo agradecer al Comité de Programación

de la Sexta Reunión de la Fraternidad Internacional de Educadores y Líderes de la Iglesia de

Dios (FIEL) por extenderme tan honrosa invitación. Especialmente a la Dra. Jennifer Contreras

por sugerir que compartiera con esta distinguida audiencia un tema que me toca tan de cerca y

forma parte de mi disertación doctoral, “Ser y hacer familia: Un acercamiento hacia las familias

reconstituidas”. Igualmente, agradezco al Dr. Francisco Ortiz Ocasio, Presidente Ejecutivo de la

Universidad Teológica del Caribe (UTC) en Puerto Rico por su apoyo para posibilitar mi

comparecencia en esta tarde.

Introducción

¿Qué diría usted si le informan que no puede ministrar o que sea insensible a las

necesidades de la mitad de la población de su iglesia o de su comunidad? ¿Aceptaría esa

restricción? Me imagino que no se sentiría bien descuidando a la mitad de la población de su

comunidad de fe. Por tal motivo, el ministerio a las familias reconstituidas representa uno de los

grandes desafíos de este milenio para las iglesias.3

En diciembre de 2012, esta servidora contrajo nupcias con un hombre divorciado que

tiene la custodia de dos hijos (un varón y una fémina). De modo que, a diferencia de la mayoría

de las familias, en la semana estos permanecen en el hogar y durante los fines de semana se

hospedan con su madre biológica. A partir de esta experiencia personal, pude observar que este

tipo de arreglo familiar recibe muy poca atención en los ministerios de la Iglesia de Dios. Las

predicaciones pasan por alto su existencia, las actividades ministeriales omiten sus necesidades,

3
Ron L. Deal, 293.

2
la Escuela Bíblica se realiza en días en que se afectan algunos miembros, la solicitud de

credenciales ministeriales es más compleja, etc. Lo irónico es que la Iglesia de Dios enseña que

Dios Padre a través del poder del Espíritu Santo se encarnó en Jesucristo y habitó entre nosotros;

y esa acción de la Trinidad ocurrió precisamente en el seno de una familia reconstituida según

Mateo 1:18-25. Consecuentemente, la atención y el cuidado de las familias ensambladas dentro

de la Iglesia debe ser una prioridad y, por lo tanto, forma parte de la misión holística de la Iglesia

que impacta al Reino del Señor Jesucristo.

¿Qué es ser y hacer familia desde la perspectiva de una familia reconstituida? Una

familia reconstituida ha sido definida por los expertos como la formada por una pareja en la que

al menos uno de los cónyuges tiene un hijo de una relación anterior. En Latinoamérica, se les

llama familias ensambladas y en Estados Unidos se conocen como "Step Family" que, en

español, sería familiastra.4 Independientemente de cómo se les denomine, la realidad es que

estas familias están creciendo bastante rápido debido a la alta tasa de divorcio, y se cree que

eventualmente ese tipo de familia va a ser la típica en la sociedad.

Estadísticas

El doctor Richard Helein utiliza las estadísticas de Barna Group para afirmar que las

familias ensambladas ahora superan en número a la familia nuclear tradicional en Estados

Unidos y, a su vez, constituyen casi la mitad de cualquier congregación local.5 Ron L. Deal,

4
Anónimo, “Los tuyos, los míos y los nuestros”, El Nuevo Dia.com, Consultado el 29 de diciembre de 2016.
http://www.elnuevodia.com/estilosdevida/hogar/nota/lostuyoslosmiosylosnuestros-923999/
5
Richard Helein, “A Church Based Curriculum Providing Marriage and Family Education for Stepfamilies and
Ministries,” DMin diss., (Liberty University, USA, 2017), Digital Commons, 1, Consultado el 7 de septiembre de
2019,
http://search.ebscohost.com/login.aspx?direct=true&AuthType=sso&db=edsbas&AN=edsbas.F0F5C941&site=eds-
live.

3
autor del libro Tus hijos, los míos y nosotros, comparte estadísticas que indican que el 52%6 de

los matrimonios en los Estados Unidos7 corresponden a segundas nupcias de uno o ambos

miembros de la pareja y aproximadamente un tercio de todos los hijos menores de dieciocho

años viven en un hogar con una familia reconstituida.8 Uno de cada tres norteamericanos es hoy

un padrastro, madrastra, hijastro(a), hermanastro(a), abuelastro(a), tío(a) político(a) o algún otro

miembro de una familia ensamblada9 En Puerto Rico, el índice de divorcios en el 201610 refleja

la cifra alarmante de 69.1 y los recasamientos rondan el 38% por ciento.11 Es posible que

tengamos más familias reconstituidas de lo que los números sugieren debido a la falta de

información que brindan las propias familias con estas características.12

Las proyecciones sugieren que al menos el 50% de nosotros viviremos en una situación

de familia reconstituida. Por lo tanto, la iglesia necesita aprender a ministrar a este sector que va

en crecimiento. Mayor aún, estas parejas corren un alto riesgo de disolverse nuevamente si sus

integrantes no logran superar la etapa crítica de la relación entre padres e hijastros y llegar a una

6
Ron L. Deal, Marriage, Family, & Stepfamily Statistics, Smart Stepfamilies, Ultima modificación en abril 2014,
Consultado el 28 de septiembre de 2019, https://www.smartstepfamilies.com/view/statistics.
7
La División de Estadística de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es el principal organismo encargado,
a nivel internacional, de recopilar estadísticas oficiales sobre el matrimonio y el divorcio a partir del sistema de
estadísticas vitales y de los censos de población y vivienda. Sin embargo, los cálculos de la ONU acerca del
matrimonio y divorcio difieren considerablemente entre los países latinoamericanos. Hay inconsistencia en el tipo
de datos sometidos. Algunas naciones proveen números totales y otras suministran tasas brutas, lo cual, imposibilita
hacer comparaciones justas. Por lo tanto, me limitaré a utilizar datos exclusivamente de Puerto Rico, mi país de
origen, y los Estados Unidos.
8
Ron L. Deal, 295.
9
Ibid.
10
La información estadística más actualizada publicada por el Gobierno de Puerto Rico corresponde al año 2016.
11
Departamento de Salud del Gobierno de Puerto Rico, Secretaria Auxiliar de Planificación y Desarrollo, “Informe
Anual de Estadísticas Vitales de Matrimonios y Divorcios 2015-2016,” por Japhet Rivera Diaz y Jonathan Morales
González, Editado por Rafael Rodríguez Mercado, 15 de octubre de 2018, Consultado el 24 de junio de 2019.
https://estadisticas.pr/files/Inventario/publicaciones/DS_InformeAnualEstadisticasVitales_2015-
16%28MatrimoniosyDivorcios%29_0.pdf.
12
Ron L. Deal, 297.

4
situación de equilibrio. Actualmente, los segundos matrimonios están fracasando a un ritmo

aproximado de 60%.13

Deal afirma que, a pesar del creciente número de familias reconstituidas, estas

permanecen invisibles para muchos líderes y la mayoría de los ministerios en la Iglesia pasan por

alto su existencia, aunque estas prevalecen en número en las congregaciones.14 Por ende, este

grupo es uno de los más descuidados y desatendidos dentro de la Iglesia. Existe la

responsabilidad de que el liderato se encarne en su contexto, similar a Jesucristo, y realice una

misión encarnacional hacia este sector.

Características de las familias reconstituidas

Las familias ensambladas se dividen en “los de adentro” y “los de afuera”.15 Los de

adentro están relacionados biológicamente y tienen un vínculo fuerte que los une en momentos

de estrés o conflictos. Los de afuera son el nuevo cónyuge y sus hijos, regularmente no se

sienten parte del núcleo y fuerzan la entrada. Los padres biológicos en la familia reconstituida

mantienen una relación tanto con los de adentro (hijos biológicos) como los de afuera (nuevo

cónyuge y sus hijos), y por lo tanto tienen que mantener al padrastro/madrastra como su

compañero(a) de equipo.

Problemas habituales

Los asuntos y situaciones que están presentes en las familias tradicionales toman otra

dimensión en las familias reconstituidas. Algunos problemas habituales son que, en ocasiones, el

hijo, al compartir con el padrastro/madrastra siente que falla a la lealtad de sus padres biológicos.

13
Ronald Lee Beck, “Effective Blended Family Ministry in the 21st Century Church,” DMin diss., (Liberty Baptist
Theological Seminary, Florida, 2009), 2, Digital Commons, Consultado el 7 de septiembre de 2019,
https://digitalcommons.liberty.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1286&context=doctoral
14
Ron L. Deal, 295.
15
Ibid, 105.

5
Otro aspecto importante es el fantasma de la ex pareja, con relación al nuevo cónyuge. Las

dificultades que surgen durante la celebración de las festividades (Navidad, cumpleaños, Dia de

Padre, Dia de Madres, etc.). Adicional, la Biblia afirma la necesidad de un período de luna de

miel para solidificar una nueva relación.16 En cambio, las familias reconstituidas prácticamente

no tienen esa etapa porque ya los hijos están insertados desde el primer día. Igualmente, la

nueva relación matrimonial, en vez de ser el lazo más fuerte en el hogar, es con frecuencia el más

débil debido a que el vínculo entre padre e hijo es por sangre y tiene más historia.17

Construcción de una relación de confianza entre las partes

Las familias con hijastros(as) necesitan tiempo para ajustarse a las nuevas condiciones de

vida, los nuevos estilos de criar a los hijos, las nuevas normas y responsabilidades.18 Las

personas que están tratando de demostrar a sus padres, amistades, iglesia, ministro o a ellas

mismas que la decisión de volverse a casar era lo correcto para todos, buscará que su familia se

integre rápidamente. Sin embargo, desarrollar confianza, dedicación y una historia compartida

requiere paciencia. Se necesita tiempo para encontrar el sentido de pertenencia y una identidad

como unidad familiar. La integración de las personas, los rituales, y los orígenes toma años, no

es un proceso instantáneo.19

Durante el proceso de integración los padrastros/madrastras son a menudo los más

rechazados, menos reconocidos y más vulnerables. En algún momento tendrán que cuidar los

hijastros, pero sin tener la autoridad para controlar su comportamiento. Se espera que hagan los

mismos sacrificios que los padres biológicos, pero con menos recompensas.

16
Deuteronomio 24:5
17
Ron L. Deal, 101.
18
Ibid, 79.
19
Ibid, 80.

6
Las madrastras están en mayor desventaja que los padrastros. Los hijos tienden a

mantener más contacto con la madre biológica porque regularmente ésta tiene la custodia. Se

cree que el lazo que los une con su madre biológica es más fuerte que el vínculo con el padre

biológico, lo que hace aún más difícil que el niño acepte y se relacione con su madrastra. El

panorama se complica si le sumamos la imagen negativa que Hollywood y Disney20 le han

atribuido históricamente, ya que la madrastra casi siempre es la bruja en toda película infantil.

Las madrastras sienten más presión social por crear un vínculo con los hijastros y se esfuerzan

por tratar de cumplir con esas expectativas sociales. A pesar de los cambios de roles en

Occidente, todavía las mujeres tienen la responsabilidad de cuidar y alimentar a los hijos. Por lo

tanto, las madrastras registran un mayor grado de insatisfacción con el rol que desempeñan y

muestran mayores niveles de estrés. Recuerdo que las primeras semanas de casada me acostaba

casi todas las noches llorando porque pensaba que no estaba logrando las expectativas.

El rol del padrastro/madrastra con hijastros

En la primera etapa de un segundo matrimonio, la relación padrastro-hijastro más exitosa

se da cuando el padrastro/madrastra tiene como meta entablar un vínculo cálido y de amistad con

el hijastro(a).21 Al principio es mejor mantener una relación distante, sin amenazas

emocionales.22 Un padrastro/madrastra imprudente se apresura a ser un padre/madre con

autoridad. El 40% de los hijastros asociaron el rol ideal del padrastro/madrastra con el de un

“amigo” que ofrece apoyo e infunde valores positivos.23 Hay que permitir que el(la) niño(a) sea

el que marque el ritmo de la relación con el padrastro/madrastra. A medida que las relaciones

20
Por ejemplo, la maldad de la madrastra de Cenicienta.
21
Ron L. Deal, 172.
22
Ibid, 173.
23
Ibid, 171.

7
crecen, el rol del padrastro/madrastra cambia. La intimidad y la autoridad para disciplinar se

desarrollan con el tiempo.

Factores que influencian al desarrollo de la autoridad padrastro/madrastra

La relación padrastro-hijastro varía ampliamente debido a una serie de factores que están

fuera de su control: tiempo de casados, edad de los hijos, vínculo con padre biológico,

temperamento del niño, experiencias pasadas, diferencias en la crianza, grado de satisfacción del

niño con la nueva familia, etc.24 Los padres biológicos tienen autoridad para disciplinar desde el

comienzo de la vida de la familia reconstituida. Sin embargo, los padrastros/madrastras

enfrentan un sinfín de altibajos con los hijastros. Los hijastros más pequeños tienden a aceptar el

estatus parental mucho más rápido que los adolescentes.25 Por ejemplo, un niño de 5 años o

menos puede necesitar sólo 1 ó 2 años antes de ver al padrastro como papá. Es muy común que

los más grandes le consideren como una niñera(o), que los de mediana edad le consideren como

una tía(o) y los más pequeños como a un papá/mamá.26 Según Deal, el mejor momento para

volverse a casar es antes de que el niño cumpla los diez años o después de los dieciséis.27

Barreras ministeriales

De acuerdo con Deal, algunas de las barreras que enfrenta el ministerio cristiano respecto

a las familias reconstituidas son: 1) la mayoría de los lideres no perciben la necesidad; 2) las

familias ensambladas perciben que son minoría en las congregaciones; 3) muchas familias

reconstituidas permanecen en el anonimato por temor a la marginación espiritual y exclusión

24
Ron L. Deal, 173.
25
Ibid, 178.
26
Ibid, 178.
27
Ibid, 182.

8
social; 4) las luchas teológicas que existen acerca del matrimonio, el divorcio y el nuevo

casamiento.28

La primera barrera es que la mayoría de los líderes de la iglesia no perciben la necesidad.

No podemos ocuparnos de lo que preocupa a las familias reconstituidas hasta que nos demos

cuenta y reconozcamos que existen. Adicional, los lideres eclesiásticos en ocasiones no

interactúan suficientemente con las familias ensambladas de la congregación o de la comunidad

como para darse cuenta de que el numero va en aumento o de cuáles son sus luchas y

dificultades. Y aunque lo hagan, les resulta difícil hallar materiales prácticos y bíblicos que los

ayuden en esta tarea. Por esa razón, la mayoría de los ministerios con familias reconstituidas son

esfuerzos de los miembros involucrados. Cansadas de luchar solas, las parejas de familias

reconstituidas terminan uniéndose a otras parejas para formar grupos de capacitación y apoyo.

En segundo lugar, las parejas de familias reconstituidas perciben que son minoría en las

congregaciones. Regularmente piensan que están superadas en número por los hogares con

parejas en primeras nupcias y puede que no pidan ayuda a sus líderes. Estas no quieren que se

les identifiquen como familias reconstituidas y se sientan en los bancos de nuestros templos en

anonimato.29 Así que las iglesias deben transmitir un mensaje de aceptación y proveer

oportunidades educativas para estas familias.

Una tercera barrera es que con frecuencia estas familias están espiritualmente marginadas

por diversas razones. La investigación del Dr. Richard Helein obtuvo datos de las familias

reconstituidas a través de grupos focales.30 Por consiguiente, logró clasificar los desafíos

28
Ron L. Deal, 296.
29
Ibid, 297.
30
Richard Helein, 113.

9
específicos de los miembros de las familias ensambladas en relación con la iglesia. Los factores

principales identificados por los grupos focales son: el anhelo de perdón, aceptación y respeto de

los miembros de la iglesia.31 Según el estudio de Helein, estas familias perciben que Dios las

perdonó de sus relaciones rotas y decisiones en el pasado, pero la iglesia no.32 Es trágico que

familias enteras viven en un relativo anonimato porque no se sienten aceptadas en la

congregación y temen el juicio por su pasado. El origen y el pasado de estas familias las hacen

sentir como cristianos de segunda clase que no encajan ni social, ni ideológicamente. Esto

margina a las parejas vueltas a casar y les da un fuerte sentido de falta de valía.

Por ejemplo, la solicitud de credenciales ministeriales de la Iglesia de Dios requiere una

carta de los testigos del proceso de separación y cuestiona quién tuvo la culpa del divorcio. Esto

revictimiza, juzga y margina las parejas. Es más fácil entregarle las credenciales a un homicida

arrepentido y un exadicto rehabilitado, que a un divorciado o divorciada. De hecho, un criminal

celebra que ha sido regenerado por el Espíritu Santo y lo utiliza como parte central de su

testimonio. Sin embargo, una persona en segundas nupcias carga con el peso de la culpa y la

deshonra por toda su vida.

El doctor Richard Helein argumenta que en vez de que la iglesia sea un lugar seguro para

que las familias reconstituidas sanen y eventualmente prosperen, lo que ha fomentado es el

legalismo, ha contribuido al ciclo de divorcio y, por ende, se ha convertido involuntariamente en

parte del problema. Las creencias religiosas sobre el divorcio y el re-casamiento provocan que

estas familias se oculten por temor a represalias. Algunos miembros de este sector, ya sea

31
Richard Helein, 113.
32
Ibid, 117.

10
abierta o pasivamente, se le ha negado el liderazgo y las posiciones ministeriales, se convierten

en objeto de chismes, e incluso rechazados por la comunidad eclesiástica.33

Cuando una familia visita una congregación se encuentra con mensajes sutiles expresados

en lenguaje eclesial o con programas que los excluyen del resto de las parejas. Por ejemplo, los

talleres de capacitación o consejería para padres regularmente no brindan respuestas a las luchas

cotidianas de los padres de familias reconstituidas, y las cuestiones en cuanto a exparejas quedan

sin respuesta porque nadie sabe cómo aconsejar en esos casos. Así que, el mensaje inadvertido

pero desafortunado es: “No perteneces aquí” y las familias reconstituidas lo escuchan fuerte y

claramente. Se da la impresión de que la iglesia no presta atención a sus pedidos de ayuda y sus

necesidades no son importantes.

La cuarta barrera para el ministerio con familias reconstituidas está relacionada con las

luchas teológicas sobre el matrimonio y el divorcio. El Dr. Bernardo Campos menciona en su

libro Pastoral Pentecostal que hay opiniones muy diversas y contrapuestas.34 Aunque el

enfoque de este trabajo no va en esa dirección, definitivamente el tema de las luchas teológicas

en torno al matrimonio y el divorcio es un asunto para investigar en un futuro. Sin embargo,

estoy segura de que el divorcio no es un pecado imperdonable y que una vez vueltos a casar, más

allá de la historia de cada uno, cada pareja debe esforzarse por honrar sus votos. Ministrar a las

familias reconstituidas no significa que estemos a favor del divorcio o del adulterio, como visitar

los hospitales no nos convierte en personas que estemos a favor de las enfermedades. En el

ministerio con familias reconstituidas no se trata de aprobar la conducta pasada ni de rebajar las

normas divinas para el matrimonio. Lo que Dios espera del matrimonio es que las personas

33
Ron L. Deal, 2.
34
Bernardo Campos, Pastoral Pentecostal: Elementos de Teología Práctica, (Salem, Oregón: Publicaciones
Kerygma, 2016), 95.

11
honren sus votos maritales. Dios detesta el divorcio (Malaquías 2:16) porque eso representa

romper un pacto y él desea que permanezcamos fieles a nuestros compromisos. De hecho, hay

parejas casadas en primeras nupcias que permanecen unidas, pero no honran su pacto de amor,

honor y respeto. Las parejas re-casadas puede que necesiten arrepentirse de las decisiones

previas que las llevaron a un nuevo matrimonio, pero una vez que se hace la promesa, debemos

ayudar a las parejas a mantener su compromiso y equiparles para que su matrimonio sea exitoso.

El ministerio con familias reconstituidas se ocupa de la prevención del divorcio. También se

ocupa de reducir las presiones de la vida de las familias reconstituidas que apartan a las personas

del servicio en el reino de Dios y evitan que los padres críen hijos en el conocimiento del

Señor.35

Propuestas para la Iglesia

A continuación, se enumeran algunas maneras prácticas de iniciar un ministerio con

familias reconstituidas en su congregación.

1. Transmita mensajes de esperanza a las familias reconstituidas de la congregación.36

Se recomienda incorporar desde el púlpito lenguaje que reconozca los

padrastros/madrastras; aliente su rol y compadézcase de sus luchas. Las narrativas

del nacimiento de Jesucristo se tornan liberadora, contextual y esperanzadora para

los miembros de las familias reconstituidas. La gente común se puede identificar

con las dinámicas familiares de un Jesús que fue hijo de María, hijastro de José y

hermanastro.

35
Ron L. Deal, 301.
36
Ibid, 302.

12
Hable acerca de sus necesidades cada vez que pueda. Comente de cómo deberían

manejar los padrastros/madrastras determinadas situaciones. Analice los pasajes

bíblicos que se refieran a la vida familiar para ver de qué manera se aplican a las

situaciones de las familias reconstituidas.

2. Mantenga una mentalidad de alcanzar a otros (evangelizadora).37

Quizás cuente con pocas familias reconstituidas en su congregación, pero hay

muchas en la comunidad que les rodea. Considere el ministerio de familias

reconstituidas como un esfuerzo de alcance. Diseñe sus clases (títulos de charlas,

horario de reuniones, etc.) teniendo en cuenta a los que no asisten a la Iglesia.

3. Comience con un grupo de capacitación o clase bíblica para familias reconstituidas.38

Denomínelo “grupo de capacitación” en vez de “grupo de apoyo”. Es más fácil

que los hombres asistan a un encuentro educativo. El término “grupo de apoyo”

genera temores de que tendrán que revelar sentimientos profundos y personales e

implica que tienen dificultades para llevar las riendas de su vida.

37
Ron L. Deal, 302.
38
Ibid, 302-304.

13
Mantenga el grupo abierto, de manera que las parejas que se han casado de nuevo

o aquellas que estén por hacerlo entren o salgan del grupo cuando lo deseen. Las

parejas se sienten más atraídas al grupo según su necesidad. Una vez se

estabilicen, es posible que las parejas dejen de asistir.

Las iglesias pueden integrar los principios de la Biblia con valiosas

investigaciones y proveerles de los elementos que necesitan a través de programas

de capacitación práctica.39 Esto brindará mayores oportunidades de crecimiento

familiar y espiritual. Es importante que la pastoral aliente a las familias

reconstituidas de su congregación y separe algo de presupuesto para

ministrarles.40 Anime a las parejas de estas familias para que sigan trabajando, y

tomando en cuenta todas las etapas de la vida familiar. Sea intencional en adquirir

capacitación y adiestrar a otros acerca de este tema.

4. Capacite al equipo de recepción para que cuando una familia reconstituida visite su

iglesia no formulen demasiadas preguntas de por qué tienen apellidos distintos.41

Evitar culpa y vergüenza. Salúdelos como lo haría con cualquier otra familia.

Avíseles si tienen un grupo de capacitación, pero no les exija que asistan. Para

muchos será un consuelo relacionarse con otras familias reconstituidas, mientras

que otros no querrán ser encasillados.

39
Ron L. Deal, 296.
40
Ibid, 299.
41
Ibid, 304.

14
5. Crear conciencia en los maestros de las clases bíblicas para niños/jóvenes de las

complejidades de las familias reconstituidas.42

Incluir clases que traten las luchas más comunes que enfrenta el adolescente en

una familia reconstituida. Por ejemplo, ¿Cómo honrar a los padrastros/madrastas

según Efesios 6:1-3 mientras lucha con sentimientos de deslealtad hacia los padres

biológicos, conflictos con los hermanastros y padres biológicos que no se

involucran. Los adolescentes necesitan un espacio para conversar sobre tales

temas con sus líderes de jóvenes y que estos comprendan lo que experimentan.

Afirme todas las partes (padres biológicos, padrastros/madrastras) durante las

actividades (día de padres, día de madres, etc.).

Es muy probable que algunos padres finalizan su fin de semana de visita dejando

los niños en la Iglesia. A fin de evitar confusiones, los padres custodios deben

indicar por escrito quién está autorizado a retirar a los niños luego de la clase

bíblica y quién no. Se recomienda iniciar cada trimestre con una reunión de

padres y maestros a la que asistan ambas familias y dejen por escrito estos

asuntos.

42
Ron L. Deal, 304.

15
Si el grupo de jóvenes tiene una salida o retiro asegúrese que todas las partes

(padres biológicos, padrastros/madrastras) estén al tanto de sus planes y que los

padres biológicos firmen el formulario de consentimiento.

6. La consejería prematrimonial debe educar a las parejas que se re-casan acerca de las

dinámicas de las familias reconstituidas.43

Oriente a las parejas acerca de todos los temas que enfrentan las parejas que se

casan por primera vez. Luego, deles prioridad a las cuestiones relacionadas con la

vida de una familia reconstituida. Relacione a estas parejas con otras que lleven

un tiempo transitando por este camino para que escuchen las historias reales.

7. Organice un seminario o curso breve para familias reconstituidas.44

Tan sólo un poco de información y apoyo contribuirá a evitar un divorcio.

Además, se recomienda atemperar los currículos de nuestros seminarios bíblico-

teológico a esta nueva realidad.

José M. De Messa sugiere que el mejor modelo para entender la Iglesia hoy es la

"familia" y propone que la Iglesia debiera estar centrada en este sector. Es dentro de la familia

donde inicialmente la gente se humaniza y socializa.45 Edwin H. Friedman afirma que los

43
Ron L. Deal, 306.
44
Ibid, 307.
45
José M. De Messa, “Re-rooting Mission in the Family”, en Mission Studies 19, no 1 (2002): 142.

16
eventos naturales del ciclo de vida familiar (nacimientos, fallecimientos, graduaciones,

enfermedades, bodas, etc.) son como las bisagras del tiempo en las que se abren y cierran para el

liderato puertas de oportunidad de servicio e interacción para diversas generaciones. 46 Por lo

tanto, cada esfuerzo de ayuda hacia las familias reconstituidas se convierte a su vez en un impulso

misional de acercar el Reino de Jesucristo y establecerlo en nuestros medios.

De acuerdo con Samuel Escobar, existe una relación directa entre el proceso de discipulado

intencional y la retención de miembros.47 Las iglesias que han perdido más miembros son aquellas

que no tienen un plan claro de discipulado o cuidado pastoral. Tenemos la gran oportunidad de

utilizar la educación como un modo de cambiar la cosmovisión acerca de las familias

reconstituidas y así fomentar la retención de miembros.

Conclusión

Como se ha podido constatar, a pesar del creciente número de familias reconstituidas,

estas permanecen invisibles para muchos líderes y la mayoría de los ministerios en la Iglesia

pasan por alto su existencia. Por ende, este grupo es uno de los más descuidados y desatendidos

dentro de la Iglesia. Este sector se le puede considerar como una subcultura al interior de las

iglesias que está marginado o periférico y requiere también que la Iglesia le transmita mensajes

de esperanza y aceptación a través de todos sus componentes. Se podría afirmar que se han

convertido en el nuevo centro de acción del Señor y por lo tanto en un nuevo foco de

ministración para ejercer justicia social.

46
Edwin H. Friedman, Generación a generación: El proceso de las familias en la Iglesia y la Sinagoga, (Buenos
Aires, Argentina: Nueva Creación, 1996), 17.
47
Samuel Escobar, “It’s Your Turn, Young Ones-Make Me Proud! Evangelical Mission in Latin America and
Beyond” en The Reshaping of Mission in Latin America, editado por Miguel Álvarez (Oregon, USA: Wipf & Stock
Publishers, 2015), 16.

17
Existe la responsabilidad de que el liderato se encarne en su contexto, similar a

Jesucristo, y realice una misión encarnacional hacia este sector. La atención y el cuidado de las

familias reconstituidas dentro de la Iglesia debe ser una prioridad. El desafío actual es llevar a

las familias reconstituidas de un estado de invisibilidad a uno dignificantemente visible y latente

en medio del pueblo de Dios. A fin de cuentas, este tipo de familia igualmente forma parte del

Missio Dei y a su vez es fuerza misionera. ¡Dios les bendiga!

18
BIBLIOGRAFÍA

Anónimo. “Los tuyos, los míos y los nuestros”. El Nuevo Dia.com. Consultado el 29 de
diciembre de 2016.
http://www.elnuevodia.com/estilosdevida/hogar/nota/lostuyoslosmiosylosnuestros-
923999/.

Beck, Ronald Lee. “Effective Blended Family Ministry in the 21st Century Church.” DMin diss.,
Liberty Baptist Theological Seminary, Florida, USA, 2009. Digital Commons.
Consultado el 7 de septiembre de 2019.
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