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UNIVERSIDAD UNIDAD

FACULTAD DE HUMANIDADES

CARRERA DE TEOLOGIA

“ASESORAMIENTO PREMATRIMONIAL Y MATRIMONIAL”

ESTUDIANTE: DAVID ISRAEL PACOSILLO PAXI

DOCENTE: DR. HOWARD NUTT

ASIGNATURA: EL ARTE DE ACONSEJAR

DICIEMBRE, 2019

SUCRE – BOLIVIA
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ASESORAMIENTO PREMATRIMONIAL Y MATRIMONIAL

¿Por qué tantos matrimonios de personas creyentes se están destruyendo? ¿Por qué las
iglesias latinoamericanas temen hablar con los jóvenes acerca de la vida matrimonial?

A medida que han pasado los años y la iglesia evangélica ha crecido en América
Latina, nos hemos dado cuenta de que nuestros países y el resto del mundo necesitan esta útil
herramienta. ¿A qué se debe nuestro afán en confrontar este asunto? ¿No será suficiente lo que
cada pastor trata de hacer en su iglesia?

Nuestra motivación para hablar sobre ello ha nacido de contemplar el fracaso y la


disolución de matrimonios evangélicos. Algunos ya están separados o divorciados. Otros
siguen viviendo juntos y aun teniendo hijos, pero sus vidas como pareja están vacías y han
perdido el romance, la pasión y la belleza que Dios desea que todo matrimonio conserve.
Sufren un divorcio espiritual, aunque no legal.

¿Por qué existe tanta crisis en los hogares? Incluso en los hogares de algunos pastores
y líderes. ¿Dónde se puede encontrar ayuda, consejo, orientación y apoyo?

De ninguna manera quiero insinuar que toda pareja que pasa por la experiencia de tener una
sólida consejería pre-matrimonial tiene resueltos todos sus problemas y tendrá un matrimonio
exitoso. ¡Esto sería ingenuo! Pero no podemos negar el gran valor que tiene el que un
consejero pastoral advierta a la pareja acerca de los peligros, problemas, decisiones, ajustes,
etcétera. Los dos, individualmente, tendrán que poner atención a estas advertencias para lograr
un matrimonio no sólo de éxito sino para la gloria de Dios.

LA NECESIDAD

Al tratar de escribir sobre la gran necesidad que existe en nuestras iglesias evangélicas
de una consejería pre-matrimonial buena, sólida y bíblica, me he encontrado con el problema
de que no existen estadísticas. América Latina es un continente pobre, cuyos países en muy
contadas ocasiones invierten dinero en estadísticas. Menos aún las iglesias evangélicas pueden
tomar de sus escasos ingresos para emplearlos en averiguar porcentajes y usarlos como base
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de mejoramiento social. De este modo, tendremos que depender de lo que hemos observado y
experimentado en la práctica de la consejería pre-matrimonial a través de nuestro largo
peregrinaje en el ministerio cristiano. Mi afán no es convencer a ningún pastor o líder de que
la necesidad de consejería pre-matrimonial existe y es aguda. Creo que todos estamos de
acuerdo en que hemos perdido décadas sin hacer algo que venga a aliviar esta situación. En el
presente contamos con varios recursos para mejorar este vacío. Antes de analizarlos,
enumeremos las necesidades existentes:

Las presiones sociales a las que están sometidas las parejas de hoy en día.

Grupo humano que rodea a la pareja, sea en un ambiente de aldea, pueblo o gran
ciudad. Ese grupo somete a la pareja a presiones. La pareja se siente obligada a cumplir con la
sociedad que la rodea, ya que en ese ambiente vive. Al analizar este punto, podemos decir que
todos somos culpables. En muchas iglesias no se predica sobre los roles en la familia, la
enseñanza de la Palabra de Dios sobre el sexo ni sobre la conducta que Dios espera de sus
discípulos en cada área de su vida. Tomemos, por ejemplo, la fornicación. He observado que
se predica en contra de ella y se explica al grupo de jóvenes los peligros de tal conducta. Pero
a la hora que una pareja confiesa al pastor que necesita casarse, lo único que se les exige hacer
a los novios es llorar un poquito ante la congregación pidiendo perdón y se celebra la boda a lo
grande. La iglesia permite que la novia use su vestido blanco, que simboliza pureza y castidad,
y la familia puede hacer una gran celebración, hasta un banquete. Ahí damos un doble mensaje
a nuestros jóvenes: importa que forniques, es fácil que se te perdone y todo arreglado. En este
aspecto la consejería pre-matrimonial debe ser una herramienta para advertir a la pareja sobre
los peligros que corren al pecar contra Dios y principiar su matrimonio en pecado. Quince o
veinte años después, como padres, no podrán exigir a sus hijos una cosa que ellos mismos no
cumplieron. La pareja experimenta la presión de tener una relación sexual, pues todos sus
amigos lo hacen y ellos no quieren ser raros. Esa es la influencia que reciben, no sólo de sus
amigos, sino de los medios de comunicación y, a veces, aun del ambiente familiar: tíos,
primos. No se les enseña cómo manejar esa avalancha de pasión física que están
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experimentando. Alguna respuesta debe haber. No es posible que Dios les exija una cosa, sin
darles la puerta de salida. (1ª Corintios 10:13).

La consejería pre-matrimonial es una necesidad para enseñar al varón el papel que


Dios ha diseñado para él. En nuestro continente, en el que la mujer ha sido explotada,
discriminada y menospreciada por siglos, es necesario que el varón tenga conciencia de que, al
llegar a ser un discípulo de Cristo, el machismo debe desaparecer de su relación matrimonial.
Un corazón que pertenece a Cristo es dulcificado y suavizado por él. Hay hombres que no
desean ser machistas. Con todo su corazón desean romper la cadena que los tiene atados, pero
no saben cómo.

La consejería pre-matrimonial es una necesidad para que la mujer aprenda cuál es su


papel de ayuda idónea. Uno de los triunfos más grandes que ha obtenido la mujer latina es el
llegar a ser reconocida por su intelecto, talentos y habilidades para ocupar distinguidos lugares
en la sociedad. Es necesario tratar ese tema en las sesiones de consejería pre-matrimonial.
Servirá como advertencia a la pareja de los peligros que podrían presentarse cuando la mujer,
sintiéndose apta para ganarse la vida, toma las riendas en el hogar, y hace a un lado al varón.
A eso se le llama “hogar matriarcal”, es decir, un hogar dirigido por una mujer. Y ese no fue el
propósito de Dios en la formación de la familia. A la mujer hay que enseñarle cuál es su lugar
como esposa idónea, en sumisión a un esposo que, sin machismo, la toma en cuenta en
decisiones, opiniones, y en todas las áreas del matrimonio.

La consejería pre-matrimonial es necesaria porque es un tiempo de orientación,


advertencia, enseñanza y aplicación de la escritura a la vida personal de la pareja, llevándolos
a una madurez cristiana. Al terminar las sesiones de consejería, la pareja debe sentir que ha
crecido en Cristo, que comprende sus responsabilidades individuales al entrar a una relación
tan seria como el matrimonio. Asimismo, tiene que ser consciente de sus relaciones con la
familia extendida (suegros, tíos, primos, etcétera) y, sobre todo, de las diversas presiones que
amenazan la destrucción de la unión conyugal.

La consejería pre-matrimonial es necesaria porque el tiempo apropiado para resolver


los problemas matrimoniales es antes de que empiecen. Debemos recordar que la preparación
básica para el matrimonio inicia desde que el individuo es un niño pequeño. Si los padres
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tienen un matrimonio bien ajustado y sólido, los hijos aprenderán actitudes y conductas que
los ayudarán y los equiparán para tener ellos mismos un matrimonio feliz. No importa qué
trasfondo tenga el individuo, la decisión de casarse tiene consecuencias monumentales. La
mayoría de las parejas llegan al día de su boda con sentimientos mixtos de un entusiasmo
inexplicable y algo de miedo interno.

Al ayudar a las parejas en este tiempo crítico de sus vidas, el consejero tiene la
oportunidad de hacer una contribución significativa al éxito futuro de esos matrimonios.
Después de la Iglesia, el matrimonio es la institución más importante a la que una persona
puede pertenecer. Es una lástima que la sociedad en general no le dé la importancia debida a
esta relación, ya que Dios mismo la estableció como la relación más íntima, sólida y
permanente en la convivencia humana. Si la relación del hombre con su esposa está enferma,
va a crear serios problemas en la relación del hombre con su Dios.

En conclusión, el asesoramiento prematrimonial y matrimonial es muy importante,


porque así podremos construir una relación fortificada y estable delante de Dios. Y
recordemos que el matrimonio es el acto más sagrado que un culto, porque es una entrega para
toda la vida.

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