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ENFOQUE
La oración es nuestro tanque armado; cuando el pueblo de Dios la pone en acción, «las puertas del
Hades no prevalecerán contra [él]» (Mat. 16:18). La oración es nuestra mayor arma de ataque en
la batalla.
En este capítulo se presenta a la oración como un arma de ataque y no solo de defensa en la lucha
espiritual cotidiana del creyente. Animémonos a usarla!.
GUIANDO EL ESTUDIO
El apóstol Pablo la usaba de esa manera. Después de enumerar distintas partes del equipamiento
conocido como la «armadura de Dios» (Ef. 6:13-19), menciona la oración como un elemento
esencial para la guerra espiritual, al igual que el escudo, la espada y el yelmo. «Orad en todo tiempo
en el Espíritu», .. «Y orad por mí para que me sea dada palabra al abrir mi boca, a fin de dar a
conocer sin temor el misterio del evangelio» (v. 18 y 19). Aquí vemos la oración como fuerza
impulsora y estrategia de batalla que necesitaba para impulsarlo a cumplir la voluntad de Dios y
a obtener victoria.
La oración puede hacer de todo. Porque, con Dios, «todo es posible» (Mat. 19:26). La oración puede
extenderse y abordar cualquier problema que alguien enfrente en la tierra. Es un recurso
poderoso que apela al poder ilimitado de Dios.
«La oración eficaz del justo puede lograr mucho» (Sant.5:16). El profeta Elías, como dice este
mismo pasaje en Santiago: «oró fervientemente para que no lloviera, y no llovió sobre la tierra
durante tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia y la tierra produjo su fruto» (vv.
17-18). Orar significa que el poder de Dios que obra milagros siempre es una solución posible a
todo desafío que tengamos por delante. Pero hay dos requisitos de nuestra parte: eficacia y justicia
¿cuáles son los requisitos para ser eficaces y justos al orar? (Ayuda: Tenemos que asegurarnos de que
nuestras oraciones están en conformidad con la voluntad de Dios. 1 Juan 5:14-15,Romanos 8:27. La
oración efectiva tiene que ver más con el que hace las oraciones que el "cómo" orar. 1ª Pedro 3:12;
Salmo 34: 15, Proverbios 15:8).
Podemos «orar sin cesar», como dice la Biblia (1 Tes. 5:17), y saber que Dios nos escucha con
total claridad en todo momento. La oración es el acceso privilegiado al Dios del universo que
compró y pagó la sangre de Su Hijo para todos los que lo reciben libremente como Señor. No hay
límites en “la obra social de Dios”. La cobertura es en todo lugar, a tiempo completo, gratis y sin letra
chica. ¿La uso adecuadamente?
Pablo dijo que, si le presentamos nuestras peticiones a Dios «mediante oración y súplica con
acción de gracias» (Fil. 4:6), el resultado es un increíble intercambio de energía. En lugar de
quedarnos cargados y abrumados por el temor y la preocupación de las circunstancias, se nos da
«la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento» (v. 7). Esta clase de paz impenetrable opera
como una guardia armada alrededor de nuestros corazones y nuestras mentes (un agente de paz,
se podría decir), al evitar que nuestras emociones desgastadas nos hagan actuar por miedo o
desesperación. La oración nos permite descansar y confiar. (Deshace la ansiedad. Es el ansiolítico
divino. El tranquilizante celestial. Cuanto recurso hay en la Farmacia del cielo!)
La oración es como una sesión de consejería permanente. Una de las maneras en que Jesús
describe al Espíritu Santo (Juan 16:7) es como El consolador, abogado o consejero, que siempre
comprende completamente tu situación y está listo para impartir sabiduría oportuna.
Incluso cuando la verdad implique confrontarnos con nuestro pecado, también nos recordará la
justicia de Cristo, que lo cubre todo con Su gracia y misericordia, y también nos recordará la muerte
segura de nuestro enemigo (Juan 16:8-11). Así que, en oración, no hacen falta los secretos. Hay una
sinceridad perfecta, una libertad perfecta, un perdón perfecto y una confianza perfecta.
Y, por todas estas razones, la primera observación sobre la oración es ¿por qué la
practicamos tan poco?
Con todo lo que la oración puede ser para nosotros, ¿por qué a veces decidimos no orar?