Ciclo menstrual
La mucosa, que recubre la cavidad del
cuerpo uterino, llamada endometrio,
experimenta cambios morfológicos
cíclicos a lo largo del ciclo genital de
la mujer y posee la curiosa propiedad
de descamarse periódicamente cada
28 días y de regenerar rápidamente la
zona descamada. Estos cambios son
desencadenados por los estímulos
hormonales del ovario.
El ciclo menstrual se ha dividido en
tres fases: proliferativa, secretora y
hemorrágica.
En torno a la mitad del ciclo, es decir,
hacia el día 14, tiene lugar la
ovulación en el ovario. Este momento
divide el ciclo en dos periodos.
El periodo anterior a la ovulación,
comprendido entre los días 4 y 14 del
ciclo, se corresponde en el ovario con
la producción de estrógenos. Este
periodo en el endometrio se llama fase
proliferativa.
El segundo periodo empieza después
de la ovulación y termina con el
comienzo de la regla. Coincide en el
ovario con la producción de
estrógenos y progesterona. Este
periodo en el endometrio se llama fase
secretora y tiene una duración
aproximada de 14 días.
Entre el primer y el tercer día del ciclo
tiene lugar la fase hemorrágica o
menstruación.
Fase proliferativa.
Inmediatamente después de la
menstruación, el endometrio tiene un
espesor que oscila entre 1 y 2 mm.
Las glándulas endometriales son
entonces tubulares y rectilíneas. Al
aumentar el espesor del endometrio,
las glándulas aumentan su longitud, y
ya al final de la fase proliferativa, en
las proximidades del día 14 del ciclo,
las glándulas son ligeramente más
largas que el espesor del endometrio.
El epitelio que reviste las glándulas es
de tipo cilindro, después de la regla es
cilíndrico bajo, casi cubico, con
núcleos redondos situados en el centro
de las células.
Entre el séptimo y el decimo días del
ciclo comienzan a aparecer numerosas
mitosis en las células epiteliales.
En esta fase proliferativa se observan
abundantes células ciliadas, que
aumentan de manera progresiva
durante la fase proliferativa y
alcanzan su máximo hacia la mitad
del ciclo para descender después en la
fase secretora.
El estroma aparece constituido por
células que contienen escaso
citoplasma y núcleos ovales. A
mediados de la fase se observa, un
edema más o menos marcado.
A partir del séptimo día también
comienzan a observarse mitosis en las
células del estroma.
Fase secretora.
Las glándulas continúan acentuando
su crecimiento y se vuelven cada vez
más tortuosas, de modo que al final de
esta fase, semejan los dientes de una
sierra.
El estroma también experimenta
importantes modificaciones. Las
células que lo componen aumentan de
tamaño al aumentar el volumen del
citoplasma.
Al final de la fase se observan a
menudo zonas de edema más o menos
acentuado. También aparece un
infiltrado de leucocitos que indica el
inicio de la hemorragia menstrual.
Fase hemorrágica.
Si el ovocito no ha sido fecundado,
tiene lugar la menstruación.
Durante la menstruación se producen
la desintegración y la descamación de
la capa funcional del endometrio.
La capa basal del endometrio
permanece intacta y a partir de ella se
realizará la generación de la mucosa
endometrial desaparecida.
Pero, además, debe proporcionar
sustancias alimenticias al embrión en
las primeras semanas de gestación,
hasta la formación de la placenta, y
debe protegerle frente a posibles
reacciones inmunitarias maternas.
El descenso de los estrógenos y la
progesterona, condicionado por la
involución del cuerpo lúteo, es la
principal causa de la descamación
menstrual.
En el proceso de desintegración
interviene una familia de enzimas, las
metaloproteinasas (colagenasas,
gelatinasas, estromelisinas)
También se produce lesión de la pared
vascular que, es mediada por el factor
de necrosis tumoral, lo que origina
una hemorragia más o menos
abundante.
La formación de tapones de trombina
y plaquetas en los vasos cohíbe la
perdida sanguínea.
Si se produce un embarazo y el
cuerpo lúteo se transforma en cuerpo
lúteo gravídico, la secreción de
progesterona no desciende y se inhibe
la acción de las metaloproteinasas.