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Yerson Andrey Hernández Tirado

CI V-28640233

El deporte, un gran aliado contra la diabetes

El ejercicio es algo de lo que todos podemos disfrutar. Por tanto, no hay ninguna razón por la que
los diabéticos no puedan correr, montar en bicicleta o jugar un partido de fútbol, siempre que se
tomen las medidas oportunas. Actualmente se recomienda la práctica deportiva regular a las
personas diabéticas pues, junto con la propuesta alimentaria y el tratamiento farmacológico, es
uno de los puntos importantes de su tratamiento.

La Diabetes Mellitus (DM) se define como el conjunto de trastornos metabólicos que afecta a
diferentes órganos y tejidos, dura toda la vida y se caracteriza por un aumento de los niveles de
glucosa en la sangre, conocido como hiperglucemia.

Según la Organización Mundial de la Salud, existen tres tipos principales de diabetes mellitus:

Tipo I. (dependiente de la insulina, también conocida como diabetes autoinmune y/o idiopática).
Como el páncreas no produce o produce poca insulina, las personas con diabetes del tipo I deben
inyectarse insulina para poder vivir. Menos del 10% de los afectados por la diabetes padecen el
tipo I.

Tipo II. El cuerpo sí produce insulina, pero o bien no produce suficiente, o bien no puede
aprovechar la que produce. El tipo II suele darse en adultos, normalmente a partir de los cuarenta
años de edad.

Diabetes gestacional. Son todos aquellos casos de diabetes mellitus que se detectan por primera
vez durante el embarazo. No se conoce una causa específica de este tipo de enfermedad pero se
cree que las hormonas del embarazo reducen la capacidad que tiene el cuerpo de utilizar y
responder a la acción de la insulina.

Prácticamente dieta y ejercicio son inseparables. La entrada de hidratos de carbono ha de


suplementarse con el mayor o menor gasto calórico por el deporte. La alimentación debe ser
fraccionada (cada 3 a 4 horas) ya que, de esta manera, se evita una hipoglucemia. Además, la
ingesta de alimentos deberá ajustarse a la acción de los medicamentos para el tratamiento de la
diabetes, sean estos hipoglucemiantes orales o la acción de la insulina inyectada.

¿Cómo ayuda el ejercicio a las personas que tienen diabetes?

Los deportes que utilizan preferentemente el metabolismo aeróbico, es decir, los de resistencia,
son los más adecuados. Fútbol, atletismo (carreras de fondo), ciclismo, o natación son algunos
ejemplos, ya que estos deportes no requieren gastos bruscos de energía sino esfuerzos
mantenidos. Practicar cualquier tipo de deporte supone una mejora del riego sanguíneo, un
aumento del llamado buen colesterol y una disminución de la necesidad de insulina o
antidiabéticos orales.

La práctica mayoría de los expertos coinciden, hoy en día, en que practicar un deporte de forma
suave y regular trae importantes beneficios para el diabético ya que contribuye a controlar los
niveles de insulina que produce el cuerpo. Sin embargo, hay que prevenir los posibles riesgos que
pueda acarrear la práctica de ejercicio físico para tratar de evitarlos y, si se producen, paliarlos con
las menores repercusiones posibles.

Entre los efectos beneficiosos que la práctica del ejercicio físico tiene en las personas que sufren
diabetes se encuentran:

Fortalecimiento de los huesos y los músculos.

Reducción del riesgo de cardiopatías y de algunos tipos de cáncer.

Un mejor control de los niveles de insulina que produce el cuerpo.

Mejora de la coordinación, el equilibrio, la fuerza y la resistencia.

Aumento del nivel de energía.

Contribuye a que la insulina desempeñe mejor su función, lo que ayuda a mantener las
concentraciones de azúcar en sangre dentro de los límites saludables.

Quema calorías, lo que ayuda a alcanzar y mantener un peso saludable.

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