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Que es Formal: Según el artículo 2656 del Código Civil, el porteador deberá extender al cargador
una carta de porte, de la que éste podrá pedir copia que contenga los requisitos expresados en dicho
artículo.
Y tiene Forma ya que el contrato de transporte es un contrato formal, debido a que el porteador debe
extender una carta de porte con copia para el cargador, la cual deberá expresar:
2.- CUANDO HABLAMOS DE GARANTÍAS REALES Y PERSONALES ¿CUÁLES SON LAS QUE
LOS ACREEDORES PREFIEREN?
Son garantías reales: la prenda y la hipoteca. Es garantía personal la fianza. Los acreedores
prefieren las garantías reales a las personales, debido a que estas últimas tienen el inconveniente
o peligro de que el fiador se vuelva insolvente, haciéndose ilusorio el derecho del acreedor; en cambio,
las garantías reales otorgan al acreedor determinados derechos o acciones, como el derecho de
persecución, derecho de retención, derecho de venta y derecho de preferencia, los cuáles serán
estudiados en los contratos de prenda e hipoteca.
Los civilistas consideran que el contrato de fianza ha perdido su utilidad; aducen que dicha pérdida
se debe a que las garantías reales, prenda e hipoteca, son más efectivas.
La fianza es un contrato en virtud del cual una persona, llamada fiador, se compromete con un
acreedor a pagar por un deudor en caso de que éste no lo haga. La anterior definición se basa en el
artículo 2794 del Código Civil.
Rojina Villegas, define el contrato de fianza en los términos siguientes: “Contrato accesorio, por el
cual una persona se compromete con el acreedor, a pagar por el deudor, la misma prestación o una
equivalente o inferior, en igual o distinta especie, si éste no lo hace.
5.- ¿CUALES SON LAS ACCIONES QUE CONFIEREN LOS DERECHOS REALES?
Los derechos reales de garantía confieren ciertas acciones o derechos que no otorgan los
derechos personales; dichos derechos son: persecución, retención y preferencia.
El derecho de persecución se puede analizar desde dos puntos de vista: el primero sería como la
facultad que se le confiere al titular de un derecho real de garantía, de poder perseguir la cosa dada
en prenda, en manos de cualquier detentador, incluso del propio deudor.
Por derecho de preferencia se entiende que el acreedor prendario o hipotecario sean pagados antes
que los demás acreedores con lo que se obtenga de la venta de la cosa empeñada o hipotecada, es
decir, antes que los demás acreedores quirografarios.
La prenda, al igual que la fianza, asegura el cumplimiento de una obligación; pero mientras la fianza
se clasifica como garantía personal, la prenda es una garantía real, al igual que la hipoteca.
La legislación civil define la hipoteca como “una garantía real, constituida sobre bienes que no se
entregan al acreedor, y que da derecho a éste, en caso de incumplimiento de la obligación garantizada,
a ser pagado con el valor de los bienes, en el grado de preferencia establecido por la ley”
Rojina Villegas da la siguiente definición: “La hipoteca es un derecho real que se constituye sobre
bienes determinados, generalmente inmuebles, enajenables, para garantizar el cumplimiento de una
obligación principal, sin desposeer al dueño del bien gravado.
El contrato unilateral: es cuando los derechos son para una parte y las obligaciones para la otra.
Ejemplos: la promesa unilateral de venta o la promesa unilateral de compra.
El contrato bilateral: Es aquel que origina derechos y obligaciones para ambas partes. El artículo
1836 expresa: “El contrato es bilateral cuando las partes se obligan recíprocamente.” Ejemplos: la
compraventa, el arrendamiento, el comodato, etcétera.
El contrato oneroso: Es aquel en que se estipulan provechos y gravámenes recíprocos (art. 1837).
Tampoco se debe confundir el contrato bilateral con el oneroso, porque una cosa son los derechos y
las obligaciones y otra los provechos y los gravámenes.
El contrato gratuito: Es cuando los provechos son para una parte y los gravámenes para la otra. El
artículo 1837 dice: “Gratuito es aquel en que el provecho es solamente de una de las partes.” Ejemplos:
la donación, el comodato, el mutuo simple.
El contrato conmutativo: Es cuando las prestaciones que se deben las partes son ciertas y
determinadas desde la celebración del contrato. El artículo 1838 señala “[...]de tal suerte que ellas
pueden apreciar inmediatamente el beneficio o la pérdida que les cause éste”. Esto último no es
correcto, porque las partes pueden conocer cuáles son sus prestaciones, pero ignorar si obtuvieron un
beneficio o una pérdida
El contrato principal: Es cuando existe por sí mismo, es decir, tiene existencia propia, no depende
de ningún otro contrato. Ejemplos: la compraventa, la permuta, el arrendamiento.
El contrato accesorio: Es el contrato que no tiene existencia propia, es decir, aquel que depende de
otro y que, por tanto, corre la misma suerte del principal. Ejemplos: la prenda, la fianza y la hipoteca.
Contratos instantáneos: Son los contratos que producen sus efectos en un solo acto. Ejemplos: la
compraventa al contado; la permuta, si las partes se entregan inmediatamente las cosas permutadas;
así como el contrato de prestación de servicios profesionales, si el servicio se realiza y los honorarios
se pagan al instante.
Contrato de tracto sucesivo: Es el contrato que produce sus efectos a través del tiempo. Ejemplos: la
compraventa en abonos, el arrendamiento, el comodato.
Es el contrato “que tiene por objeto adquirir, por una cantidad determinada, los frutos que una cosa
produzca en un tiempo fijado, tomando el comprador para sí el riesgo de que esos frutos no lleguen a
existir; o bien, los productos inciertos de un hecho, que puedan estimarse en dinero”.
El concepto anterior está tomado del artículo 2792 del Código Civil, del cual se desprende que en la
compra de esperanza todo riesgo corre por cuenta del comprador, es decir, que cualquiera que sea la
cantidad de frutos o productos que reciba, o, aunque no reciba nada, el vendedor tiene derecho al
precio que se hubiere convenido.
El grupo de los Contratos aleatorios se conforma por: juego y apuesta, renta vitalicia y compra de
esperanza.
Podemos concluir que entre las definiciones transcritas y cualesquiera otras que reprodujéramos, no
existen diferencias trascendentes. Es tan importante el Contrato de Hipoteca, que algunos autores lo
estudian aparte de los demás contratos bajo el epígrafe de Derecho Hipotecario.
Dijimos al principio de la lección, que el Contrato de Hipoteca es el más importante de los contratos
de garantía. Para probar esta afirmación se transcriben las opiniones de dos autores:
Meza Barros señala que “[...]el público en general está interesado en un buen régimen hipotecario,
porque fomenta el crédito, reprime la usura y permite obtener mayores créditos con garantía de los
inmuebles”.
Por su parte, Alberto Leuro opina: El desarrollo de actividades industriales y comerciales y su auge o
expansión conllevan al aumento de la necesidad de dinero y, como consecuencia, una demanda
ilimitada del crédito.
Esta situación ha incidido en la creación de situaciones críticas, en la mayoría causadas por abuso del
crédito o por cambios económicos independientes de la voluntad de los prestatarios, pero cuyo
resultado final casi siempre es la bancarrota o insolvencia del deudor y la cesación de pago de sus
obligaciones.
Ante esas posibilidades, es lógico suponer que la confianza del acreedor hacia su deudor no es
suficiente estímulo para hacer el préstamo, sin una garantía que le dé la plena seguridad de que le
será pagado en las condiciones y en el tiempo convenido.
Como la garantía que le da pleno respaldo al deudor y seguridad al acreedor es la real sobre las cosas
muebles e inmuebles, y la de mayor mérito la vinculada a estos últimos, o sea la hipoteca, es
incontrovertible su importancia, y necesario el estudio de las normas que en nuestro derecho la
regulan.
Algunas modalidades se regulan en el capítulo VII, segunda parte del título segundo del CCDF, que
se refiere a la venta con pacto de no vender a determinada persona, venta con pacto de
preferencia, venta de cosas futuras, venta en abonos y compraventa con reserva de dominio.
Asimismo, otras modalidades se regulan en el capítulo I, segunda parte del título segundo del mismo
código, las cuales son la compraventa a vistas, compraventa sobre muestras y venta por acervo
o “a la vista”, y en el capítulo III, segunda parte del título décimo segundo se refieren a la compra de
esperanza. En el orden antes señalado se estudiarán cada una de ellas.
La SCJN ha establecido que, para poder exigir el otorgamiento del contrato definitivo, es necesario
probar la celebración del contrato de promesa, porque de lo contrario no procede dicha acción.
Respecto a este tema, a continuación, se transcribe la tesis del alto tribunal:
En el arrendamiento, la fracción IV del artículo 2413 del Código Civil establece esta obligación para el
arrendador, pero, también por analogía, debe ser aplicada al dueño del predio en el contrato de
aparcería agrícola, así como las disposiciones contenidas en los artículos 2418, 2419, 2420 y 2434
relativos al contrato de arrendamiento.
Artículo 2749.- Cuando el aparcero establezca su habitación en el campo que va a cultivar, tiene
obligación el propietario de permitirle que construya su casa y de que tome el agua potable y la leña
que necesite para satisfacer sus necesidades y las de su familia, así como que consuma el pasto
indispensable para alimentar los animales que emplee en el cultivo. Y corresponde al contrato de
aparcería agrícola
18.- ¿CUÁNDO PODEMOS DECIR QUE HABRA REVOCACIÓN EN EL CONTRATO DE
DONACIÓN?
Rafael de Pina señala al respecto: “Las donaciones pueden ser revocadas o reducidas por
superveniencia de hijos (arts. 2350, 2360, 2369), revocadas simplemente por ingratitud del donatario
(arts. 2370, 2371 y 2372) y revocadas o reducidas por oficiosidad (arts. 2375-2383).”
Entre el contrato de obras a precio alzado y el contrato de trabajo existe la semejanza de que en ambos
una persona presta un servicio, es decir, tanto el empresario como el trabajador desarrollan una
actividad, pero también hay las siguientes diferencias: la nueva Ley Federal del Trabajo, en su artículo
20, párrafo segundo, define el contrato individual de trabajo de la manera siguiente: “aquel por virtud
del cual una persona se obliga a prestar a otra un trabajo personal subordinado
Por otra parte, el empresario es el que suministra los materiales. Claro que después serán pagados
por el dueño de la obra. Por el contrario, en el contrato de trabajo es el patrón el que proporciona
materiales y herramientas al trabajador. De lo anterior se deduce que el contrato de obras a precio
alzado no se podrá regir por la Ley Federal del Trabajo, sino por el Código Civil.
Prescripción: Si transcurren cinco años desde que se hizo la donación y el donante no ha tenido hijos,
o habiéndolos tenido no ha revocado la donación, ésta se volverá irrevocable; sucede lo mismo si el
donante muere dentro del plazo de cinco años sin haber revocado la donación.
La carta de porte es un documento jurídico de carácter declarativo que demuestra que existe un
contrato de transporte. Hace constar todas o una parte de las condiciones de realización de un envío
de mercancías contratado. Cuando el envío se reparta en más de un vehículo, el porteador o el
cargador cuenta con la alternativa de solicitar una carta de porte por cada uno. Data de los términos
en que se produjo el acuerdo y atribuye derechos sobre la mercancía transportada. También, en
algunos casos, es exigible por parte de la Autoridad si se necesita realizar una verificación.
23.- HAY TRES TEMAS POR LOS QUE NO SE HACE USO DEL CONTRATO DE TRANSACCIÓN
Delito, dolo y culpa futuros: Sobre éstos, véase fracción I del artículo 2950 del Código Civil.
El contrato de transacción se puede definir como el contrato en virtud del cual las partes, haciéndose
recíprocas concesiones, terminan una controversia presente o previenen una futura. Este contrato es
de gran utilidad y beneficio social, porque evita o pone fin a dispendios, disgustos y otros
inconvenientes que producen los litigios, según el conocido aforismo: Vale más una mala transacción
que un buen pleito.
La asociación es un contrato mediante el cual dos o más personas reúnen sus esfuerzos y sus
recursos, de manera no transitoria, para la consecución de un fin común, lícito, posible y que no tenga
el carácter preponderante económico.
El maestro Rojina Villegas, en su obra Derecho civil mexicano, formula la siguiente definición: Una
corporación de derecho privado dotada de personalidad jurídica, que se constituye, mediante contrato,
por la reunión permanente de dos o más personas para realizar un fin común, lícito, posible y de
naturaleza no económica, pudiendo ser, por consiguiente, político, científico, artístico o de recreo.