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DEFENSAS PREVIAS EN EL PROCESO AGRARIO

Rama del Derecho: Derecho Agrario. Descriptor: Proceso Agrario.

Palabras Claves: Defensas Previas, Proceso Agrario, Incompetencia, Litispendencia, Excepción


de Cosa Juzgada, Excepción de Prescripción, Falta de Agotamiento de la Vía Administrativa, Falta
de Personalidad, Ilegalidad del Poder, Litisconsorcio, Acuerdo Arbitral, Usucapión. Sala Primera
Sentencias 230-1990, 6-1996, 72-1996; Tribunal Agrario Sentencias 642-2003, 173-2007, 963-2007,
1181-2011, 1269-2011, 155-2013, 186-2013, 467-2013, 713-2013, 759-2013, 995-2013, 491-2014.

Fuentes de Información: Normativa y Jurisprudencia. Fecha: 08/03/2016.

Contenido

RESUMEN ...................................................................................................................................2

NORMATIVA ............................................................................................................................. 2
Defensas Previas en Materia Agraria ..........................................................................2

JURISPRUDENCIA .................................................................................................................... 3
1. Defensas Previas en el Proceso Agrario y la Posibilidad de Retomar su
Análisis en Sentencia / Cosa Juzgada...........................................................................3
2. Defensas Previas, Ilegalidad de un Poder y Proceso Agrario ..................... 7
3. Pronunciamiento sobre las Defensas Previas en el Proceso Agrario ......9
4. Momento Procesal para Resolver la Defensa Previa de Prescripción .. 13
5. Litisconsorcio Pasivo en el Proceso Agrario .................................................. 13
6. Finalidad del Litisconsorcio en el Proceso Agrario ..................................... 16
7. Defensa Previa de Agotamiento de la Vía Administrativa ........................ 18
8. El Acuerdo Arbitral como Defensa Previa en el Proceso Agrario ........... 22
9. La Cosa Juzgada ........................................................................................................ 23

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10. Prescripción y Artículos 44 de la Ley de Jurisdicción Agraria y 307
del Código Procesal Civil ............................................................................................... 25
11. La Excepción de Incompetencia como Defensa Previa Especial ......... 27
12. Defensas Previas en Materia Agraria y la Usucapión ............................. 27
13. Litispendencia ...................................................................................................... 28
14. Indebida Acumulación de Pretensiones ...................................................... 29
15. Indebida Acumulación de Pretensiones y la Desacumulación de
Pretensiones ..................................................................................................................... 32

RESUMEN

El presente informe de investigación contiene jurisprudencia sobre las Defensas


Previas en el Proceso Agrario, considerando los supuestos normativos del artículo 44
de la Ley de Jurisdicción Agraria y el criterio externado por la Sala Primera de la Corte
Suprema de Justicia y el Tribunal Agrario.

NORMATIVA

Defensas Previas en Materia Agraria

[Ley de la Jurisdicción Agraria]i

Artículo 44. Defensas previas. Las siguientes serán admisibles como defensas previas y
deberán presentarse en el momento de contestar la demanda, o en el momento de la
réplica, salvo la de cosa juzgada, que podrá presentarse en cualquier estado del juicio,
antes de la sentencia definitiva:

a) La incompetencia de jurisdicción.

b) La litispendencia.

c) La excepción de cosa juzgada.

ch) La excepción de prescripción.

d) falta de agotamiento de la vía administrativa.

e) La falta de personalidad procesal del actor o del demandado, y la insuficiencia o


ilegalidad del poder de su apoderado.

f) El litisconsorcio necesario.

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Presentada una o varias defensas previas, el tribunal dará audiencia a la parte
contraria, por el término de tres días.

JURISPRUDENCIA

1. Defensas Previas en el Proceso Agrario y la Posibilidad de Retomar su


Análisis en Sentencia / Cosa Juzgada

[Tribunal Agrario]ii
Voto de mayoría:

“V. En su segundo alegato, el recurrente indica, la sentencia está viciada por falta de
fundamentación y porque el debate que se dio en relación con el proceso penal sobre
la tala de árboles, seguido contra el testigo Mario Mora González no fue objeto de
análisis. Aduce, dicho deponente declaró: “… en el año noventa y seis, el señor Pablo
López Rojas, me denuncio (sic) primero por usurpación y luego por infracción a la LEY
FORESTAL, en el tribunal de Curridabat. Cuando se dio la invasión en Montes de Oca se
procedió a archivar ambas denuncias. “; extremo que no fue objeto de valoración en la
sentencia. Agrega, un expediente penal se archiva por desestimación, sobreseimiento
provisional o definitivo, impunidad o rebeldía al no lograrse localizar a la persona
imputada, colisionando la versión de dicho expediente con lo señalado por el aludido
testigo y por la declarante Yolanda Abarca Alfaro, generando un gravamen irreparable
a lo dispuesto en el artículo 54 de la Ley de Jurisdicción Agraria, por ende, la nulidad
absoluta de lo resuelto, declarable aún de oficio. Al respecto debe señalarse, de
conformidad con lo dispuesto por el artículo 54 de la Ley de Jurisdicción Agraria, la
prueba debe valorarse integralmente, sin sujeción a las normas de derecho común y
con apego a los principios de derecho y equidad, por lo que no podría dejarse de
analizar parte del acervo probatorio. Del análisis de la sentencia se desprende, el
considerando segundo del subtítulo “Sobre el Fondo” dentro de la parte considerativa,
la jueza procedió a citar los elementos probatorios aportados al proceso, entre ellos, el
proceso penal seguido contra Alberto Harding Villanueva por el delito de usurpación y
la condenatoria que se hizo a éste en sentencia 435-96 emitida por el Juzgado Penal de
San José, confirmada por el entonces Tribunal Penal de Casación del Segundo Circuito
Judicial de San José en voto 750-F-97 del 17 de setiembre de 1997; y en ese mismo
considerando, la juzgadora transcribió la declaración testimonial de Mario Mora
González y Yolanda Abarca Alfaro, entre otros. Luego en el considerando III de ese
mismo apartado de la sentencia, se hizo un comentario general de la prueba aludida al
indicarse: “De acuerdo con el material probatorio que consta en autos, valorado según
los principios de la sana crítica racional, el principio de unidad de la prueba y el elenco
de hechos de la parte actora y las contestaciones de la demanda por parte de los

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codemandados, permite concluir que el actor no lleva razón en sus pretensiones tanto
en la principal, como en la subsidiaria. ” . De seguido, en el considerando IV transcribe
parcialmente la resolución 878-2001 de las 8 horas del 7 de diciembre de 2001,
emitida por este Tribunal referida a los requisitos de la usucapión común agraria. Al
entrar a analizar los requisitos para la procedencia de ésta, la jueza estimó “el actor
carece de buena fe y posesión”. Sobre la primera remitió a la declaratoria de poseedor
de mala fe que se hizo al ahora demandante en el proceso civil que sirve de
antecedente a este proceso, cuya sentencia transcribió parcialmente para concluir,
existe cosa juzgada material. A la vez, mezcla con dicha declaratoria de cosa juzgada
conclusiones referidas a la no acreditación del presupuesto de posesión de la
usucapión común agraria pretendida en la demanda, es decir, se pronuncia sobre la
cosa juzgada y a la vez, entra a analizar en lo sustantivo lo debatido. Concretamente,
señaló: “…el aquí actor plantea un nuevo proceso para que se vuelva a discutir
circunstancias y hechos ya analizados en un proceso anterior fenecido y que alcanzó el
carácter de cosa juzgada material en ese tanto. Aunado a lo anterior, es de igual
manera improcedente solicitar la declaratoria de una prescripción positiva a su favor,
dado que el actor también carece del requisito de posesión sobre el inmueble que
solicita se declare la prescripción positiva, en virtud de que el nueve de octubre del dos
mil tres, se puso en legítima posesión a los propietarios, hecho también de pleno
conocimiento del actor« confirmado por los testigos Yolanda Abarca Alfaro… Tampoco
cumple el actor, con el requisito de los diez años de posesión para que opere la
prescripción, al tenor de lo que señala el artículo 860 del Código Civil, en razón de que
han transcurrido nueve años desde la puesta en posesión de los aquí demandados y, el
desalojo del actor del inmueble en controversia. “Luego la jueza se refiere a la segunda
y tercera pretensión principal indicando, ya fueron objeto de decisión en el proceso
civil 95-001355-185-CI tramitado en el Juzgado Sexto Civil de Mayor Cuantía de San
José. Rechazó la primera pretensión subsidiaria al estimar fue un aspecto resuelto en
el proceso civil y denegó la segunda pretensión subsidiaria referida al pago de las
mejoras y del valor del inmueble, la jueza las rechaza por aspectos sustantivos al
restarle valor a la prueba pericial calificándola de imprecisa sin mencionar el resto de
las probanzas aportadas, así como los daños y los perjuicios para terminar
concluyendo: “...no siendo procedente solicitar ambos emolumentos por cuanto no le
asiste legitimación para ello y como tales deben rechazarse, así como de igual manera
se rechazan los demás extremos de la pretensión subsidiaria.”, sin entrar a argumentar
el porqué de la improcedencia de estas últimas pretensiones. Finalmente, en lo que
respecta a los procesos penales que sirven de antecedente a este proceso, la jueza se
limitó a indicar en el considerando sexto: “En cuanto a las denuncias penales, que el
actor en reiterados escritos trae como referencia a este proceso, no son situaciones
que puedan variar o modificar lo ya resuelto, razón por la cual se omite
pronunciamiento al respecto. “Debe agregarse, en la parte dispositiva la jueza se limitó
a declarar sin lugar la demanda, omitiendo referirse a las excepciones opuestas, las

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cuales menciona parcialmente en el considerando VII al citar la cosa juzgada, la cual
dijo acoger sobre las pretensiones principales a, b y c; e hizo alusión a las de
prescripción, falta de legitimación activa y pasiva, falta de derecho y falta de interés,
utilizando como único argumento para acoger estas últimas la siguiente frase: “Se
acogen por la forma como se resuelve el fondo.”

VI. De lo expuesto se concluye, lleva razón la parte recurrente al pedir en forma


concomitante, la nulidad de la sentencia, por lo siguiente: En primer orden, la
excepción de cosa juzgada en el proceso agraria está incluida en el listado de defensas
previas señalado por el artículo 44 de la Ley de Jurisdicción Agraria; sin embargo, por
su naturaleza, esa misma norma dispone, puede plantearse en cualquier estado del
proceso. Se trata de una excepción procesal que pretende dar seguridad jurídica a las
partes, de manera tal que si ya existe un pronunciamiento firme en sede judicial que
tenga efecto de cosa juzgada, debe garantizarse que la temática decidida no va a ser
nuevamente objeto de debate en otro proceso. En este expediente, consta en autos
que dicha excepción se opuso y se resolvió interlocutoriamente denegándola. En
criterio del recurrente ya hay decisión sobre ésta, de manera tal que no podría la jueza
acogerla ni siquiera parcialmente en la sentencia al haberse denegado. Ese criterio no
es compartido por este Tribunal, pues han sido reiterados los pronunciamientos de
esta Sede y la jurisprudencia de la Sala Primera de la Corte en el sentido de que
aunque se rechacen las defensas previas en el proceso agrario, es posible retomar su
análisis en sentencia. Concretamente, en el voto 06-90 de las 15 horas 40 minutos del
10 de enero de 1990, la Sala citada indicó, aunque las defensas previas se rechacen o
se reserven interlocutoriamente tal pronunciamiento se hace: “…sin perjuicio de
considerarla de nuevo en la sentencia definitiva. ” ; y en el voto 230-90 de las 16 horas
del 20 de julio de 1990, en forma similar se refirió a los supuestos en los cuales sean
rechazadas las defensas previas, agregando: “…debe entenderse la misma se está
reservando para un pronunciamiento más acabado en el momento procesal
correspondiente. “Conforme a lo expuesto, aunque en este proceso la excepción de
cosa juzgada se rechazó en forma interlocutoria, bien puede el Juzgado referirse a
ésta, si lo estima pertinente, al emitir la sentencia. En lo que si se comparte el
razonamiento del recurrente, es en el hecho de que, por la naturaleza de este tipo de
excepción, si la misma se acoge, no podría emitirse pronunciamiento de fondo sobre lo
debatido al mismo tiempo. Esa es precisamente una de las causales de nulidad de la
sentencia en estudio. Nótese que la jueza acoge la excepción de cosa juzgada sobre las
pretensiones principales a, b y c de la demanda, las cuales están referidas a: "A-) Que
se tenga como legitimo (sic) POSEEDORAGRARIO al suscrito, bajo y con aplicación de la
prescripción positiva. B-) Que se tenga por aprobada la venta de los derechos de
posesión que hiciera el señor ALBERTO HARDING VILLANUEVA a favor del suscrito
mediante la permuta de fecha 16 de junio de 1995, que corresponde a la medida de
diez mil ciento veintisiete metros, cincuenta y cinco decímetros, linderos al norte LUIS

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CARAZO GALLEGOS y RAFAEL ESTRADO LEÓN, sur RODRIGO BLANCO CASTRO, este
Quebrada el PORO y oeste CALLE PÚBLICA, el cual se encuentra situado en LOURDES,
distrito SAN RAFAEL, cantón MONTES DE OCA lo cual se indica el plano catastrado
número SJ-158210 el cual aparece a nombre del anterior poseedor ROLANDO VARGAS
BERROCAL de fecha 14 de diciembre de 1993. C-) Que se ordene, mediante la
resolución judicial respectiva la INSCRIPCIÓN del terreno indicado supra a nombre de
PABLO LÓPEZ ROJAS, cancelado los asientos anteriores. "A-) Que se tenga como
legitimo (sic) POSEEDOR AGRARIO al suscrito, bajo y con aplicación de la prescripción
positiva. B-) Que se tenga por aprobada la venta de los derechos de posesión que
hiciera el señor ALBERTO HARDING VILLANUEVA a favor del suscrito mediante la
permuta de fecha 16 de junio de 1995, que corresponde a la medida de diez mil ciento
veintisiete metros, cincuenta y cinco decímetros, linderos al norte LUIS CARAZO
GALLEGOS y RAFAEL ESTRADO LEÓN, sur RODRIGO BLANCO CASTRO, este Quebrada el
PORO y oeste CALLE PÚBLICA, el cual se encuentra situado en LOURDES, distrito SAN
RAFAEL, cantón MONTES DE OCA lo cual se indica el plano catastrado número SJ-
158210 el cual aparece a nombre del anterior poseedor ROLANDO VARGAS BERROCAL
de fecha 14 de diciembre de 1993. C-) Que se ordene, mediante la resolución judicial
respectiva la INSCRIPCIÓN del terreno indicado supra a nombre de PABLO LÓPEZ
ROJAS, cancelado los asientos anteriores…”. No obstante lo anterior, entra a hacer
valoraciones sustantivas sobre lo debatido para concluir, el demandante no logró
acreditar los presupuestos para la procedencia de la usucapión común agraria, entre
ellos la buena fe sobre la que remite a la declaratoria de mala fe en el proceso civil
referido- y la posesión, extremo este último sobre el cual hace un análisis de parte de
la prueba aportada; dejando de lado sin analizar el requisito del título traslativo de
dominio al cual también hace referencia el numeral 853 del Código Civil. Debe
advertirse que hay omisión de pronunciamiento sobre la pretensión principal d)
relacionada con la petición de que se inscriba el bien a nombre del demandante en el
Registro respectivo; aunque bien podría estimarse su rechazo es consecuencia lógica
de la denegación de las pretensiones principales a, b y c. Sin embargo, evidencia el
Tribunal una grave falencia en la sentencia al entrar a analizar por el fondo estas
últimas pretensiones, lo cual es excluyente de la procedencia de la cosa juzgada sobre
éstas, pues si se concluye las mismas fueron resueltas en sentencia con autoridad de
cosa juzgada material, resulta técnicamente incorrecto valorar de nuevo su
procedencia en este proceso por razones de índole sustantivo. Ahora bien, podría
pensarse que basta con sanear la sentencia anulándola parcialmente; no obstante,
debe sumarse a lo anterior, el hecho de que en la parte considerativa se utiliza como
argumento para rechazar la pretensión subsidiaria primera la existencia de cosa
juzgada material, pero al resolver, ésta no es acogida sobre ese extremo. Lo cierto es
que si bien la jueza podía entrar en la sentencia a hacer valoraciones sobre la
procedencia de la cosa juzgada material sobre algunas de las pretensiones, aunque
ésta se hubiese denegado de manera interlocutoria, de acogerla aunque fuera de

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manera parcial- no podía entrar a hacer valoraciones sustantivas sobre dichas
peticiones pues entra en contradicción su pronunciamiento; incurriendo en ese mismo
error al analizar la pretensión subsidiaria primera sobre la cual acoge la cosa juzgada
en la parte considerativa pero la excluye de dicho pronunciamiento en el considerando
penúltimo; y del todo no se pronuncia sobre esa excepción en la parte dispositiva.”

2. Defensas Previas, Ilegalidad de un Poder y Proceso Agrario

[Tribunal Agrario]iii
Voto de mayoría

“VI. SOBRE LA DEFENSA PREVIA DE INSUFICIENCIA O ILEGALIDAD DE UN PODER. Las


defensas previas de "falta de personalidad procesal y de insuficiencia o ilegalidad del
poder" reguladas en el numeral 44 de la Ley de Jurisdicción Agraria, se relacionan o
combaten uno de los tres presupuestos de forma esenciales o indispensables de todo
proceso, como lo es el de la capacidad procesal. Este requisito, junto con el de la
competencia y los requisitos de forma de las demandas, por su importancia, son
incluso revisables de oficio como presupuestos procesales (artículos 22 inciso a); 23
inciso a) y 24 de la Ley de Jurisdicción Agraria). La capacidad procesal exige que quien
actúa como parte en el proceso, debe tener capacidad de actuar. Su participación
puede hacerse entonces directamente (personalmente), o bien a través de un
representante, sea extrajudicial (apoderado generalísimo por ejemplo) o bien, un
representante judicial (apoderado especial judicial). Pero para que la actuación del
representante sea válida y efectiva, el mandato o poder debe serle conferido
oportunamente, en forma suficiente y clara, además de cumplir todos los requisitos
legales (artículos 24 de la Ley de Jurisdicción Agraria y 1288 a 1290 del Código Civil,
aplicados supletoriamente). De no ser así, existirían problemas o vicios procesales
derivados de la falta o insuficiencia del poder.

VII. Por otro lado, cuando una parte demandada invoque la defensa previa de
insuficiencia o ilegalidad del poder (lo cual aplica también para la modalidad de falta
de personalidad o capacidad procesal), el procedimiento correcto a seguir es el
establecido en el artículo 45 de la Ley de Jurisdicción Agraria. Este dispone que esa
defensa tiene un trámite especial, que implica que de una vez el tribunal debe revisar
de una vez si existen o no vicios que afecten la capacidad procesal de la parte actora, o
de quien ejerza su representación. Si no existen vicios que afecten la capacidad
procesal de la actora (o de su representante), la defensa se rechaza de plano. Si existen
(por ejemplo un poder mal conferido), el tribunal debe señalar cuáles son los defectos
y dar oportunidad a la parte actora para que los corrija. Ese es el fin de la audiencia de
tres días regulada en el artículo 45 citado. Aunque la norma referida no lo indique
expresamente, la sanción procesal ante el incumplimiento es dar por terminado el

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proceso, pues uno de los presupuestos esenciales del proceso estaría viciado (la
capacidad procesal de la actora), y por ende éste no podría continuar. Por
consiguiente, en buena técnica jurídica, al dar el plazo de tres días para corregir
omisiones o defectos de la capacidad procesal de la actora, el tribunal de instancia
debe advertir que el incumplimiento conlleva la terminación del proceso. Si los
defectos se corrigen oportunamente, la excepción se rechaza posteriormente, ya sea
en una resolución separada, o de existir otras defensas previas, cuando se resuelvan
tales. Si los defectos no se corrigen, debe entonces acogerse la defensa y dar por
terminado el proceso. Por ello, el procedimiento de esta defensa es diferente al de las
restantes previas que se hayan interpuesto, dado que mientras de tales se da
audiencia, la referida a la falta de capacidad procesal se revisa y se define de una vez,
disponiendo el tribunal lo que corresponda en la misma resolución que da audiencia
sobre la contestación y las restantes defensas interpuestas.

VIII. En este caso, la parte apelante lleva razón al indicar que la sanción impuesta en la
resolución impugnada no es la correcta, pues ya se había cumplido con lo ordenado en
el numeral 45 citado, al dar un plazo a la parte actora donde se le pedía aclarase qué
tipo de poder había conferido al abogado que firmó a su nombre la demanda. Debe
resaltarse al respecto, que el a quo debió más que pedir esa aclaración, pues el poder
especial judicial se fundamenta en los artículos 1251, 1256, 1288 y 1289, especificar
cuáles eran los vicios que contenía el documento donde se pretendió otorgar poder al
abogado, y así dar oportunidad a la parte actora de corregirlos. No obstante, esta no se
preocupó siquiera por hacer las aclaraciones pedidas en primera instancia. Verificado
el documento sin fecha, visible a folio 6, donde se pretendió otorgar poder al Lic.
Saénz, no cumple los requisitos mínimos exigidos para considerar se otorgó un poder
especial judicial válidamente. Esto por cuanto, por tratarse de un poder especial, se
requiere se especifique claramente para qué se concede, pues tal es útil únicamente
para " los actos especificados en el mandato, sin poder extenderse ni siquiera a los que
se consideren consecuencia natural de los que el apoderado esté encargado de
ejecutar" (artículo 1256 del Código Civil, aplicado supletoriamente). El documento
referido es omiso en indicar el tipo de proceso y la parte contra la cual se puede
plantear (el dato del juzgado no es indispensable). Es evidente, entonces, existía
defectuosa representación de quien planteó el proceso, aspecto que de oficio debió
revisar y corregir el tribunal de instancia antes, de dar traslado a la demanda. Como no
lo hizo, la parte demandada ejerció su facultad de oponerse a través de la
interposición de la defensa respectiva. De esta forma, quedó demostrado que no
consta en autos un poder válidamente otorgado que faculte al Lic. Saénz para actuar
en este proceso a nombre de José Fernández Fernández, ni tampoco procuró dicha
parte cumplir oportunamente con aclarar lo prevenido en primera instancia al
respecto. Su memorial presentado el 21 de junio del 2011 (folio 423), en el cual
pretende cumplir lo prevenido, fue presentado fuera del plazo conferido en primera

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instancia. Por ende, tiene razón la parte apelante al reclamar que el proceso no debe
continuar porque existía un vicio que afectaba la capacidad procesal de la parte
actora, que no fue corregido oportunamente, pese a dársele oportunidad para ello y
que la demandada reclamó fuera sancionado por la vía legal pertinente. No debió el
a quo, al resolver las defensas previas en la resolución impugnada, reiterar un plazo
que ya había sido concedido, pues eso no solo atrasa el procedimiento sino que
además infringe el principio de preclusión. Lo correcto era resolver el efecto de que la
defensa analizada se hubiese interpuesto y la parte no hubiese cumplido lo prevenido.
Procede entonces acoger el recurso y revocar parcialmente la resolución impugnada
en cuanto ordena al señor José Claro Fernández Fernández ratificar dentro del tercero
día lo actuado en el proceso por medio del Lic. Héctor Sáenz Aguilar y conferir si es su
deseo un nuevo poder que cumpla con la normativa procesal vigente. Lo anterior bajo
apercibimiento de que en caso de incumplimiento no serán escuchadas sus futuras
gestiones, sin perjuicio de las sanciones que por deserción pudiera incurrir. En su lugar
se debe dar por terminado el proceso, imponiéndose el pago de costas a la parte
actora.”

3. Pronunciamiento sobre las Defensas Previas en el Proceso Agrario

[Sala Primera]iv
Voto de mayoría

"XXI. Establecen los actores su recurso para que se proceda a anular las sentencias
recaídas en primera y segunda instancia porque ésta declaran sobre hecho y petitorias
no solicitadas por la parte demandada, pues al no haberse planteado la reconvención y
haberse declarado la existencia de la prescripción positiva en favor de los demandados
sin que éstos la hubieren solicitado se está en presencia del vicio de extrapetita o
ultrapetita. Aún cuando esta Sala no puede pronunciarse sobre vicios de forma, como
se indicó en el Considerando III, pues el recurso para ante la Sala de Casación en
materia agraria lo es únicamente sobre el fondo, por las consideraciones que más
adelante se harán en torno a aspectos que desarrollan esta afirmación de los
recurrentes para discutir precisamente el fondo, conviene aclarar dos aspectos muy
importantes en torno a los alcances de la sentencia en el proceso agrario, y las
particularidades que tiene las defensas previas dentro de él.

XXIII. En efecto dentro de los poderes otorgados por el legislador al Juez Agrario se
encuentra el de darle un amplio margen de análisis del caso en estudio con el objeto
de lograr, en cuanto ello sea posible, acercarse a una declaratoria de la verdad real y
no meramente formal. Desde esta perspectiva se pretende que el Juez no sea
solamente un árbitro dentro de la contienda judicial sino que sea un partícipe activo, y

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su mayor participación se ubica primero con el elemento probatorio, y luego, en el
momento culminante del proceso, cuando deba dictar la sentencia.

XXIII. Desde otra óptica con el objeto de tratar de evitar que las partes tengan que
esperar largos procesos para finalmente llegar a encontrarse con que, por razones
formales, la demanda se desestima, pudiendo haberse hecho desde el principio, es que
en materia agraria se han introducido las defensas previas, tendientes a resolver en
forma inmediata ciertos aspectos para el logro de este fin. Naturalmente en muchos
casos por la complejidad del asunto, o las particularidades del mismo estas defensas
no pueden ser resueltas con la prueba existente en los autos y el juzgador debe omitir
pronunciarse sobre ella, para hacerlo al momento de la sentencia, de donde resulta
lógico que la defensa, aún rechazada, lo que pierde es el carácter de "previo", pero
sigue siendo una defensa o excepción y en consecuencia pasa a ser una de carácter
ordinario, que podrá ser resuelta al momento de dictarse el fallo. El hecho de que en la
práctica judicial se rechacen algunas de estas defensas, y no se indique claramente que
se dejan para resolver en sentencia, no es motivo para entender que sobre ellas ya
existió pronunciamiento expreso, pues en casos como el presente cuando una defensa
como la de prescripción es rechazada con la poca información que se tiene debe
entenderse que la misma se está reservando para un pronunciamiento más acabado
en el momento procesal correspondiente.

XXIV. En cuanto al fondo se refiere no lleva razón la parte recurrente respecto a que
los juzgadores de instancia no podían declarar a favor de los demandados la
prescripción positiva; ello, porque en primer lugar, al tratarse de una defensa lo que se
hizo fue declararla con lugar frente a las pruebas evacuadas dando como consecuencia
a su vez la declaratoria sin lugar de la demanda. Pero también, e incluso sin que
hubiera sido opuesta como defensa, en materia agraria el Juez podía haberla
declarado si tan solo se hubiera entrado a conocer la defensa de falta de derecho; aún
más, si los demandados ni siquiera contestan la demanda en esta materia ello no
implica necesariamente contestación afirmativa (art.. 40, párrafo 1 y 43 de la Ley de
Jurisdicción Agraria); de ahí que si la parte actora no logra probar el fundamento de su
acción, o bien de la prueba se logra determinar que hubo prescripción adquisitiva o
usucapión, perfectamente en la segunda hipótesis planteada, puede el juez también
declarar su existencia.

XXV. En el presente caso los actores no demostraron haber sido los verdaderos dueños
del inmueble reclamado cuya restitución se pedía. Sólo demostraron su titularidad
registral, pero no el haber configurado su derecho como una propiedad con el ejercicio
de la posesión, de donde no se configura la propiedad agraria que requiere
precisamente ser una propiedad posesiva, una propiedad donde el trabajo humano
hubiera sido expresado a través de actos posesorios, pues sólo así podía estar en
presencia de una propiedad empresarial característica del Derecho Agrario. Esta

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exigencia resulta fundamental porque la propiedad se concibe como soporte de la
empresa, y no importa para la solución de este caso tanto el "tener" propio del
derecho civil como el "actuar" para el fin de la producción, y en consecuencia no
existía la legitimación activa requerida para la reivindicación agraria. Si bien tanto la
finca reclamada por los actores, como la del codemandado Juan Varela Sánchez e
incluso la que actualmente es de la Sucesión de Mercedes Sánchez Arrieta (por su
orden números 37903, 98549 y 37901, del partido de Alajuela) tiene un origen común,
y muy remoto, en la finca inscrita en 1882 a nombre de Juan Félix Sánchez Villegas
(Tomo 208, folio 249, número 14167, asiento del partido de Alajuela), con una
superficie de 12 manzanas, ello en nada hace cambiar el criterio respecto de las
exigencias para la propiedad agraria. Si aquella vieja finca N 14167 fue dividida en 1912
en 8 fincas cada una con una medida de 1 hectárea 483,44 metros cuadrados,
teniendo los actores una de ellas, la Sucesión codemandada otra, y el codemandado
Juan Varela Sánchez 3 y media de ellas, y por los planos catastrados se observa que en
realidad no corresponden las medidas registrales con las reales, tiene que hacer dudar
bastante al juzgador sobre la realidad misma de la finca 37903, o de su demasía,
máxime en cuanto a la petitoria marcada 13) por la que incluso se reclama demasía
sobre el área poseída.

XXVI. Contrariamente, los demandados demostraron ser los únicos y exclusivos


poseedores, por un período que sobrepasa considerablemente los 30 años y
demostraron la realización de actos posesorios, y ejerciendo esa posesión en los
términos exigidos por la ley agraria para usucapir, sea en forma quieta, pública,
pacífica y sin interrupción, de donde no existen elementos para poder considerárseles
poseedores ilegítimos como condición necesaria para poder declarar con lugar la
reivindicación agraria pues en ninguna forma se logra configurar la legitimación pasiva,
y al tenor del numeral 320 del Código Civil resulta correcta la interpretación de los
juzgadores, de primera y segunda instancia, al declarar sin lugar la acción. Si en la
materialidad, como lo señala el Juez de instancia, el plano catastrado levantado a
nombre de Juan Varela Sánchez y Mercedes Sánchez Arrieta, con el número A-310117-
78, del 20 de junio de 1978, contiene las 3 fincas aludidas en el Considerando anterior,
y en la realidad dan una superficie de 10 hectáreas, 6617,11 metros cuadrados, y ese
plano coincide con la posesión ejercida por más de 30 años, debe entenderse que los
codemandados no son poseedores ilegítimos, sino que han actuado en forma legítima,
lo cual se denota incluso por la antigüedad del plano, el cual se levantó antes de que
los actores llegara a ser propietarios.

XXVII. La argumentación de que los recurrentes adquirieron el inmueble y sin que se


cumplieran los diez años procedieron a plantear juicios contra los demandados, de
donde sostienen debe entenderse que la usucapión no ha corrido en forma
satisfactoria, pues se interrumpió la prescripción, y ello implica que se trata de
poseedores de mala fe no puede ser de recibo, pues inteligencia de las normas

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referidas a esos extremos en relación con el caso deben ser interpretadas en forma
muy diferente. En primer lugar en cuanto a la fecha de adquisición del inmueble
reclamado, que lo fue en el año 1979, específicamente el 20 de abril, en nada altera el
razonamiento de los juzgadores de instancia, pues esa adquisición lo fue de Juan
Ramón y Marina, ambos Varela Morales como herederos, y de Carmen orales
Chinchilla cesionaria, de la Sucesión de Víctor Manuel Varela Sánchez, quien murió en
el año 1976, y éste a su vez había adquirido desde el año 1939. Como don Víctor
Manuel desde hace mucho más de 30 años solamente hizo algunas pocas actividades
debe entenderse que los actores adquirieron una titularidad que no tenía posesión, y
en consecuencia no pueden reclamarla como si él hubiera tenido completos los
atributos del dominio: es decir propiedad y posesión. Esto es así porque nadie puede
transmitir más derechos de los que tiene, y lo que ellos recibieron de la Sucesión de
don Víctor Manuel Varela Sánchez fue una titularidad sin posesión, por lo que el
término de la adquisición en nada afecta los derechos de terceros como son los
demandados. A esto debe agregarse, y resulta evidente en este caso, que tratándose
de derechos reales la relación es con la cosa y con efectos erga omnes, y en nada
puede afectar las relaciones de carácter personal de quienes aparecían como
propietario en el Registro Público que pudieren tener o ejercer. En segundo lugar no
puede entenderse que la prescripción fue interrumpida con el conjunto de juicios que
se plantearon porque ninguno de ellos logró alcanzar los efectos señalados por el
artículo 876 del Código Civil; más bien por las particularidades propias de esos juicios
se está en presencia de las hipótesis del numeral 877 del Código Civil para los casos en
que no procede la interrupción. Finalmente, en lo que respecta a la mala fe, esta Sala
desde principios de siglo viene interpretando que para poder declarar ésta, es
necesaria su prueba, pues los lineamentos del artículo 285 del Código Civil -tanto en lo
que es mala fe subjetiva como objetiva- debe ser probada por quien alega su
existencia, adquiriendo el numero 286 carácter prevalente respecto del 285, al
establecer que "en caso de duda, se presume de buena fe la posesión.". XXVIII.- La
ausencia de título que también atacan los recurrentes como fundamento para
demostrar la inexistencia de la usucapión carece igualmente de sustento pues si bien
pare ello el artículo 853 del Código Civil exige título, posesión y buena fe, acto seguido
el numeral 854 aclara que se requiere "justo título", es decir como causa de
adquisición, pero excluyéndolo para tales efectos en tres situación cuando se trata de:
bienes muebles servidumbres y el derecho de posesión. Caso éste último en el cual nos
encontramos, porque para estos efectos el justo título ha de entenderse que se
encuentra constituido por la posesión misma, es decir en la posesión se resumen tanto
el título como la posesión. No puede entenderse el título como documento, sino como
causa de adquisición a mayor abundamiento, y aún cuando la norma del artículo 854
del Código Civil es muy clara, el artículo 101 de la Ley de Tierras y Colonización N 2825
del 14 de octubre de 1961 y sus reformas reitera este principio señalando que cuando
medie usucapión no se requiere el título exigido por el Código Civil."

12
4. Momento Procesal para Resolver la Defensa Previa de Prescripción

[Sala Primera]v
Voto de mayoría

"V. Conviene expresar que en el proceso ordinario agrario, en la etapa de las defensas
previas y cuando de la prescripción se trata, a falta de prueba o en caso de duda, lo
más conveniente es denegarla en ese estado del proceso, con la advertencia de que sin
perjuicio de considerarla de nuevo en la sentencia definitiva, conforme a las pruebas
que a ese momento existen, o si se prefiere, reservar su resolución para esa sentencia
definitiva [...]."

5. Litisconsorcio Pasivo en el Proceso Agrario

[Tribunal Agrario]vi
Voto de mayoría

“IV. Lamentablemente en este caso, donde ya consta una nulidad de sentencia


anterior, se encontraron vicios insalvables, que afectan el debido proceso, y que
impiden al Tribunal resolver por el fondo, dado que debe declararse nula la sentencia
impugnada, para reponer los procedimientos. El vicio consta desde que se presentó la
contrademanda del Sucesorio de José Teodoro Vallejos, sin que ninguna de las partes
ni las personas juzgadoras que han revisado el asunto hayan reparado en él, pese a ser
evidente que cuanto se pide la nulidad de un contrato, sin importar el tipo o
modalidad que se trate, deben estar presentes en el proceso todas las partes
contratantes. Al respecto, la falta de integración de litis consorcio pasiva necesaria
contra una persona que debía participar en el proceso, es un un vicio en el
procedimiento que esta Sede no puede omitir ni tener por convalidado, al tratarse de
un aspecto indispensable para el debido proceso y la efectividad de la sentencia que
llegue a dictarse, en función de lo dispuesto en los numerales 106 del Código Procesal
Civil y 44 de la Ley de Jurisdicción Agraria. De no cumplirse con este requisito, la
sentencia no podría surtir los efectos que la ley le atribuye, pues dependiendo del
resultado, podría eventualmente llegar a afectar directamente a personas que no
fueron parte en el proceso. Además, al ser un aspecto relacionado con los
presupuestos necesarios para poder acoger una demanda, los tribunales lo deben
ordenar de oficio, cuando la parte demandada o reconvenida no lo alegue a través de
la excepción respectiva. Al respecto, la Sala Primera ha indicado: "Si bien se trata de un
punto que no fue reclamado de manera oportuna en las instancias precedentes, lo
cual, por regla de principio compelería a su rechazo en los términos del artículo 597 in
fine del Código Procesal Civil, la jurisprudencia de la Sala ha establecido que se trata de
un presupuesto material de la sentencia, que debe revisarse en cualquier tiempo, de
ahí que no quepa declarar su extemporaneidad. (Ver al respecto el voto 482-f-05 de ...

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7 de julio de 2005). Esto implica, entonces, que por su naturaleza, su análisis en esta
sede tampoco puede rechazarse a priori bajo el criterio de no haber sido alegado en
las instancias precedentes. Respecto al litis consorcio necesario, el fallo 29-F-97 de
...19 de enero de 2007 de esta Sala dispuso: “(…) la esencia de esta figura es que al
momento de resolverse una pretensión material, resulta indispensable la presencia de
todas aquellas personas que pudiesen verse involucradas en la sentencia estimatoria
de un tribunal. Ahora bien, el Código, en su estructura, tiene diseñada la integración de
la litis consorcio antes de la fase demostrativa y en las siguientes etapas: la primera,
corresponde a la actora, quien al redactar la demanda debe incluir a todas aquellas
personas vinculadas a su petición. En igual sentido, sucede con la reconvención.
Segundo, de no ser así, de previo al emplazamiento, el juez de oficio deberá revisar su
conformación. Tercero, la inobservancia del juzgador obliga la protesta del
demandado, quien debe oponer la excepción previa correspondiente. Por último,
funciona como medida de saneamiento hasta antes de empezar la fase demostrativa,
ello para evitar indefensión. Sobre el tema ya este Órgano se ha manifestado con
anterioridad y en resolución número 305 de... del 25 de mayo del 2006 reiteró lo
dispuesto en el fallo 18 de... 27 de abril de 1994... La presencia de todos los sujetos es
indispensable para que la relación procesal se complete y sea posible decidir en
sentencia sobre el fondo de la misma.”, pueden consultarse entre otras los fallos de
esta Sala números 563 de las 11 horas 30 minutos del 7 de julio del 2004, 848 de las 14
horas 45 minutos del 31 de octubre del 2001” (voto 695 de 6 de julio de 2009). Sobre
la forma de resolver este instituto, la misma Sala ha explicado lo siguiente: “La litis
consorcio necesario, pasivo o activo, implica la obligada participación en el proceso de
todos aquellos sujetos que la resolución pretendida pudiera afectar, es obvio que en
orden a determinar quiénes deban ser tales sujetos, lo que primero se impone es un
análisis cuidadoso de las petitorias para, de sus términos, saber si puede la causa
resolverse con las personas que ya actúan en el proceso o si es necesario involucrar a
otras” (voto 149 del 6 de noviembre de 1992. Consúltese en el mismo sentido la
sentencia N°72 del3 de setiembre de 1982 de esa misma Sala). En su forma pasiva, la
litis consorcio obliga a demandar a todos los sujetos contra los cuáles cabe o a quienes
pueden afectar directamente las pretensiones de quien acciona. Por consiguiente,
dicha omisión es motivo suficiente para anular la sentencia recurrida, y así se debe
ordenar, a fin de que se proceda a integrar al proceso al ente referido.

V. En este caso, el Sucesorio contrademandante presentó demanda solicitando lo


siguiente: "1-) Que se proceda a declarar totalmente nulo las diligencias de
Información Posesoria tramitada por el señor Alonso Villarreal Juárez, ante el Juzgado
Agrario de Santa Cruz, que da nacimiento a la finca inscrita en el Registro Público, bajo
el sistema de folio real número 144798-000, del Partido de Guanacaste. 2-) Que
declare Nulo el documento traslativo de posesión, denominado Carta-Venta por ser
espurio y carecer de todo valor legal. 3-) Que se cancele los asientos de la inscripción

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de la finca 144798-000, del partido de Guanacaste. 4-) Que se cancele y anule el
asiento de inscripción en el Catastro Nacional, del plano número G-975008-2005 de la
finca 144798-000 del Partido de Guanacaste. 5-) Se condene en ambas costas al
Codemandado. 6-) Que se ponga en posesión a la señora María Cecilia Vallejos Briceño
en esa finca. 7-) Que se apliquen las sanciones respectivas por el abuso procesal
manifiesto" (lo subrayado no es del original). Como se desprende de esa segunda
petitoria, la parte contrademandante pide la nulidad de un contrato de venta,
consignado en una carta de venta. Dado la falta de claridad de la petitoria, debió el
Juzgado de instancia prevenir se aclarase a qué documento y contrato se refería. No
obstante, en la contrademanda, la única carta de venta que se cita, es la que se refiere
en el hecho primero (folio 130). Por ende, debe concluirse que esa petitoria se refiere
al contrato y carta de venta que tal refiere, el cual se describe es un "documento
totalmente espurio e ilegal, que no cumple con lo establecido en el artículo 380 del
Código Procesal Civil, ni con la ley supra citada. Consiste en una carta-venta en papel
sellado, sin fecha cierta, sin autenticar, firmada con una huella dactilar, la huella
dactilar no se puede considerar como firma, sin testigos instrumentales ni de
conocimiento, papel con el número 213412-B, edición que fue emitida con fecha
posterior a la fecha en que se constituyó la supuesta carga-venta, el número de cédula
del vendedor es diferente al que aparece en el Registro Civil , en donde el señor Pedro
Pablo Santana Santana... vende al señor Alonso Villareal Juárez, el bien inmueble que
hoy se encuentra en litigio" (folio 130). Carta de venta que consta a folio 19. Por ende,
para la validez de la sentencia que resuelve este asunto, y dado que lo que se pedía en
la contrademanda citada (nulidad de un contrato de compra-venta consignada en una
carta de venta), resulta necesario integrar la litis contra la parte contratante que falta,
pues si la contrademanda eventualmente se declarase con lugar, el fallo podría
perjudicarle (ver sobre el tema voto 1440 de 20 de diciembre del 2011 del Tribunal
Agrario). Al respecto, como se explicó, todas las partes que participan en un contrato,
cuya nulidad se pide, deben estar presentes como actoras o demandadas. En este
caso, se omitió revisar dicho aspecto por el Juzgado de instancia, lo cual se debe hacer
de oficio, y tampoco ninguna de las partes alegó fuese subsanado. Sin embargo,
resulta fundamental subsanarlo para la validez de la sentencia que resuelve la
contrademanda, como se explicó anteriormente. Sobre el tema, en un supuesto
similar, el Tribunal Agrario, en voto 165 de 24 de febrero del 2006, resolvió: "En el
presente caso, la parte actora pretende se declare la nulidad absoluta de la donación
que hiciera en vida la señora... a favor de los demandados por incumplirse con lo
dispuesto por el ordinal 1399 del Código Civil.... Considera este Tribunal en este asunto
debió haberse traído como demandada a la sucesión de la señora..., pues al haber
fallecido dicha señora y pretenderse la nulidad de la donación hecha por ella a favor de
los aquí demandados, ésta es la que debe demandarse. En el presente caso, considera
este Tribunal estarse ante un litis consorcio pasivo necesario, ya que lo que aquí se
resuelva podría afectar a otras personas o partes no demandadas en este proceso. La

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actora, en lo medular pretende la nulidad del contrato de donación realizado por la
causante... así como sus planos por lo que se considera estarse ante una litis consorcio
necesario pasivo, porque no depende de la voluntad del actor iniciar este proceso sólo
contra algunas, sino debe traerse a todas aquellas a las que puede afectar
directamente lo resuelto. En razón de lo anterior considera este tribunal lo resuelto
resulta anticipado, por ende debe anularse la resolución venida en alzada." (ver sobre
el tema, de la Sala Primera, voto 56 del 7 de febrero del 2007).”

6. Finalidad del Litisconsorcio en el Proceso Agrario

[Tribunal Agrario]vii
Voto de mayoría

“VII. Revisado de oficio el proceso, este Tribunal identifica la existencia de dos vicios
causantes de nulidad. El primero se relaciona con la falta de integración de la litis
consorcio pasiva, pero en relación con lo pedido en la contrademanda. Esto por cuanto
dentro de las pretensiones de la misma se pide se declare: "Que en consecuencia es
absolutamente nula, ineficaz y sin ningún valor ni efecto legal la escritura número
ciento setenta y uno visible al folio ciento dieciocho del tomo once del protocolo del
Notario Mauricio Calderón Solís. Que es absolutamente nula e ineficaz la donación
hecha por Leove Umaña Agüero a favor de Carmen Ofelia Mata Agüero en esa
escritura. Que se ordene al Archivo Notarial que se inserte al margen de esa escritura
la razón de que ha sido anulada". Por consiguiente, todas las partes que suscribieron
dicha escritura deben participar en el proceso. En este caso, el Juzgado omitió revisar
dicho aspecto, que era evidente, y ninguna de las partes tampoco lo alegó. Sin
embargo, resulta fundamental subsanarlo para la validez de la sentencia que resuelve
la contrademanda, como se explicó en el considerando anterior. Sobre el tema, en un
supuesto similar, el Tribunal Agrario, en voto 165 de 24 de febrero del 2006, resolvió:
"En el presente caso, la parte actora pretende se declare la nulidad absoluta de la
donación que hiciera en vida la señora...a favor de los demandados por incumplirse
con lo dispuesto por el ordinal 1399 del Código Civil.... Considera este Tribunal en este
asunto debió haberse traído como demandada a la sucesión de la señora..., pues al
haber fallecido dicha señora y pretenderse la nulidad de la donación hecha por ella a
favor de los aquí demandados, ésta es la que debe demandarse.... En el presente caso,
considera este Tribunal estarse ante un litis consorcio pasivo necesario, ya que lo que
aquí se resuelva podría afectar a otras personas o partes no demandadas en este
proceso. La actora, en lo medular pretende la nulidad del contrato de donación
realizado por la causante... así como sus planos por lo que se considera estarse ante
una litis consorcio necesario pasivo, porque no depende de la voluntad del actor iniciar
este proceso sólo contra algunas, sino debe traerse a todas aquellas a las que puede
afectar directamente lo resuelto. En razón de lo anterior considera este tribunal lo

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resuelto resulta anticipado, por ende debe anularse la resolución venida en alzada."
(ver sobre el tema, de la Sala Primera, voto 56 del 7 de febrero del 2007). Al respecto,
la falta de integración de litis consorcio pasiva necesaria contra una persona que debía
participar en el proceso, es un vicio en el procedimiento que esta Sede no puede tener
por convalidado, al tratarse de un aspecto indispensable para el debido proceso y la
efectividad de la sentencia que llegue a dictarse, en función de lo dispuesto en los
numerales 106 del Código Procesal Civil y 44 de la Ley de Jurisdicción Agraria. De no
cumplirse con este requisito, la sentencia no podría surtir los efectos que la ley le
atribuye, pues dependiendo del resultado, podría eventualmente llegar a afectar
directamente a personas que no fueron parte en el proceso. Además, al ser un aspecto
relacionado con los presupuestos necesarios para poder acoger una demanda, los
tribunales lo deben ordenar de oficio, cuando la parte demandada o reconvenida no lo
alegue a través de la excepción respectiva. Al respecto, la Sala Primera ha indicado: "Si
bien se trata de un punto que no fue reclamado de manera oportuna en las instancias
precedentes, lo cual, por regla de principio compelería a su rechazo en los términos del
artículo 597 in fine del Código Procesal Civil, la jurisprudencia de la Sala ha establecido
que se trata de un presupuesto material de la sentencia, que debe revisarse en
cualquier tiempo, de ahí que no quepa declarar su extemporaneidad. (Ver al respecto
el voto 482-f-05 de... 7 de julio de 2005). Esto implica, entonces, que por su naturaleza,
su análisis en esta sede tampoco puede rechazarse a priori bajo el criterio de no haber
sido alegado en las instancias precedentes. Respecto al litis consorcio necesario, el
fallo 29-F-97 de...19 de enero de 2007 de esta Sala dispuso: “(…) la esencia de esta
figura es que al momento de resolverse una pretensión material, resulta indispensable
la presencia de todas aquellas personas que pudiesen verse involucradas en la
sentencia estimatoria de un tribunal. Ahora bien, el Código, en su estructura, tiene
diseñada la integración de la litis consorcio antes de la fase demostrativa y en las
siguientes etapas: la primera, corresponde a la actora, quien al redactar la demanda
debe incluir a todas aquellas personas vinculadas a su petición. En igual sentido,
sucede con la reconvención. Segundo, de no ser así, de previo al emplazamiento, el
juez de oficio deberá revisar su conformación. Tercero, la inobservancia del juzgador
obliga la protesta del demandado, quien debe oponer la excepción previa
correspondiente. Por último, funciona como medida de saneamiento hasta antes de
empezar la fase demostrativa, ello para evitar indefensión. Sobre el tema ya este
Órgano se ha manifestado con anterioridad y en resolución número 305 de... del 25 de
mayo del 2006 reiteró lo dispuesto en el fallo 18 de... 27 de abril de 1994.... La
presencia de todos los sujetos es indispensable para que la relación procesal se
complete y sea posible decidir en sentencia sobre el fondo de la misma.”, pueden
consultarse entre otras los fallos de esta Sala números 563 de las 11 horas 30 minutos
del 7 de julio del 2004, 848 de las 14 horas 45 minutos del 31 de octubre del 2001”
(voto 695 de 6 de julio de 2009). Sobre la forma de resolver este instituto, la misma
Sala ha explicado lo siguiente: “La litis consorcio necesario, pasivo o activo, implica la

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obligada participación en el proceso de todos aquellos sujetos que la resolución
pretendida pudiera afectar, es obvio que en orden a determinar quiénes deban ser
tales sujetos, lo que primero se impone es un análisis cuidadoso de las petitorias para,
de sus términos, saber si puede la causa resolverse con las personas que ya actúan en
el proceso o si es necesario involucrar a otras” (voto 149 del 6 de noviembre de 1992.
Consúltese en el mismo sentido la sentencia N°72 del 3 de setiembre de 1982 de esa
misma Sala). En su forma pasiva, la litis consorcio obliga a demandar a todas las
personas contra las cuáles cabe o a quienes pueden afectar directamente las
pretensiones de quien acciona. Por consiguiente, dicha omisión es motivo suficiente
para anular la sentencia recurrida, y así se debe ordenar, a fin de que se proceda a
integrar al proceso como contrademandada a Leove Umaña Agüero.”

7. Defensa Previa de Agotamiento de la Vía Administrativa

[Tribunal Agrario]viii
Voto de mayoría:

IV. AGOTAMIENTO DE VIA ADMINISTRATIVA, ES UNA SOLUCIÓN ALTERNA DE


CONFLICTOS, SEGÚN JURISPRUDENCIA OBLIGATORIA DE LA SALA CONSTITUCIONAL.-
En torno a la interpretación de las normas antes mencionadas, la Sala Constitucional
ha indicado que es conforme a la Constitución Política, exigir el agotamiento de la vía
administrativa, como un modo alterno de solucionar este tipo de conflictos.
Efectivamente, en el Voto 2008-01574 del 30 de enero del 2008, estableció: “Se
evacúa la consulta judicial en el sentido que el artículo 94, párrafo segundo, de la Ley
de Tierras y Colonizaciones y el artículo 44, inciso d), de la Ley de Jurisdicción Agraria,
no son inconstitucionales toda vez, que prevé un medio de resolución alterno de
conflictos y no un privilegio para el Instituto de Desarrollo Agrario. Corresponde al
Juzgado consultante establecer si el reproche alegado es procedente y declarar lo que
corresponda, conforme a Derecho”. En las consideraciones de fondo la Sala indicó lo
siguiente: II.-OBJETO DE LA CONSULTA. El Juzgado Agrario del I Circuito Judicial de
Alajuela consulta la constitucionalidad de los supuestos contenidos en los artículos 94,
párrafo segundo, de la Ley de Tierras y Colonización y el artículo 44, inciso d), de la Ley
de la Jurisdicción Agraria relacionados con la necesidad de agotar la vía administrativa
en esa jurisdicción. Dispone al respecto el artículo 94, párrafo segundo, indicado:

“Artículo 94. (…) Previamente al establecimiento de una acción judicial cualquiera en


que pueda estar comprendido un problema de posesión precaria de tierras, los
propietarios deberán presentar su reclamo ante el Instituto, conforme a los
procedimientos mencionados en este Capítulo. Transcurridos tres meses a partir del
recibo de la gestión respectiva sin que el Instituto haya declarado la existencia de un
conflicto de posesión de tierras, o un año desde esa declaratoria, sin que el conflicto
haya sido solucionado, se tendrá por agotado el procedimiento administrativo, y los

18
accionantes podrán dirigirse a los Tribunales. No obstante lo anterior, cualquiera de los
interesados podrá solicitar al Juez o Alcalde de la Jurisdicción en que esté situada la
finca, que lleve a cabo una inspección ocular, con citación de partes, para comprobar
cualesquiera hechos o señales que pudieren variar o desaparecer con el tiempo.
Mientras el asunto esté en el Instituto, no correrá el término de la prescripción para
ninguna de las partes. (…)”.

El artículo 44 de la Ley de la Jurisdicción Agraria preceptúa lo siguiente:

“Artículo 44. Las siguientes serán admisibles como defensas previas y deberán
presentarse en el momento de contestar la demanda, o en el momento de la réplica,
salvo la de cosa juzgada, que podrá presentarse en cualquier estado del juicio, antes
de la sentencia definitiva: (…)

d) La falta de agotamiento de la vía administrativa. (…)

Presentada una o varias defensas previas, el tribunal dará audiencia a la parte


contraria, por el término de tres días.”

III. FINES DEL ARTÍCULO 94, PÁRRAFO SEGUNDO, DE LA LEY DE TIERRAS Y


COLONIZACIÓN. De conformidad con el numeral 94, párrafo segundo, de la Ley de
Tierras y Colonización de previo a interponer una acción judicial en la que se discuta un
problema de posesión precaria de tierras, los propietarios deben presentar su reclamo
ante el Instituto de Desarrollo Agrario. El fin de esta norma es que cuando exista un
conflicto entre un poseedor y un propietario registral, el Instituto de Desarrollo Agrario
intervenga o medie en el conflicto con el propósito de lograr alcanzar una solución
alternativa a la judicial. Debe recordarse que el Derecho de la Constitución contiene
una serie de principios y valores supuestos, tales como la paz y la armonía sociales,
para cuyo efecto se establecen en el texto constitucional mecanismos de solución de
conflictos tales como la tutela judicial (artículo 41 constitucional) y la solución alterna
de conflictos (artículo 43 constitucional). De modo que, es evidente que en el caso del
Instituto de Desarrollo Agrario, su intervención en el conflicto, como un tercero ajeno
a la posición de las partes en conflicto (heterotutela administrativa), es para dirimir un
conflicto entre el poseedor en precario y el propietario registral, con lo cual asume una
clara posición arbitral o mediadora, que resulta completamente diferente a la que
tradicionalmente tienen las administraciones públicas en los procedimientos
administrativos lineales, esto es, concomitantemente, la de parte interesada y
encargada de resolver el conflicto (autotutela administrativa). Lo anterior, queda
plenamente ratificado si interpreta el numeral consultado de una manera sistemática y
contextual, puesto que, ese precepto se encuentra emplazado bajo el Capítulo VI de la
Ley de Tierras y Colonización, el cual se intitula “Regulación de Conflictos entre
Propietarios y Poseedores en Precario”. Así el artículo 92 de ese cuerpo normativo
dispone que el Instituto de Desarrollo Agrario, es el ente “(…) facultado para intervenir

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en todos los casos de posesión precaria de tierras, y procurará encontrarles solución
satisfactoria (…)”, de su parte, el párrafo primero del artículo 94 estatuye que “La
solución de los conflictos derivados de la posesión precaria de tierras, se buscará
fundamentalmente a través de contratos directos de compra-venta entre el
propietario y los ocupantes, con intervención del Instituto (…)”.Todo este articulado
deja patente la función mediadora, conciliadora o arbitral del IDA en ese tipo de
conflictos, para evitar graves dislocaciones de la paz social, tanto que el legislador
aboga, ante todo, por lograr un avenimiento o arreglo pacífico del conflicto en sede
administrativa antes de acudir a la vía jurisdiccional.

IV. ARTÍCULO 94, PARRAFO SEGUNDO, DE LA LEY DE TIERRAS Y COLONIZACIÓN Y VOTO


3669-06 DE ESTE TRIBUNAL CONSTITUCIONAL. La axiología singular de la norma
consultada, supone, necesariamente, valorar con suma prudencia, si, efectivamente,
puede ser encuadrada dentro de los mismos razonamientos que fueron vertidos por
este Tribunal Constitucional en el Voto No. 3669-06 de las15 hrs. de 15 de marzo de
2006, por el que se declararon inconstitucionales los preceptos de la Ley Reguladora
de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa de 1966 que hacían preceptivo el
agotamiento de la vía administrativa. Sobre este particular, es menester resaltar que
tanto los obiter dicta como la ratio decidendi de la referida sentencia no resultan
aplicables a la norma consultada, por cuanto, como ya se apuntó, de conformidad con
el artículo 94, párrafo segundo, de la Ley de Tierras y Colonización el IDA en los
conflictos de posesión en precario no interviene en su condición de ente público
dotado de privilegios y prerrogativas públicas para ejercer una competencia de
carácter aflictivo, sino como mediador o arbitro entre los poseedores en precario y los
propietarios registrales para asegurar la vigencia de un valor constitucional de primer
orden como lo es la paz social. Pese a que la norma consultada, en su parte final,
menciona que si transcurren tres meses desde el recibo de la gestión respectiva sin
que esa entidad haya declarado la existencia del conflicto de posesión de tierras o un
año desde la declaratoria, se tendrá por agotado el “procedimiento administrativo” y
las partes en conflicto podrán acudir a la vía jurisdiccional, a partir de tal texto no es
dable concluir que el IDA cumpla en ese trámite de mediación o arbitraje -más que
procedimiento administrativo- el rol clásico de las administraciones públicas en un
procedimiento lineal, en que es parte interesada y, al propio tiempo, encargada de
dirimir el conflicto. Nótese que es en este último tipo de procedimientos
administrativos, donde los entes y órganos públicos son más proclives a incurrir en
dilaciones indebidas o retardos injustificados para evitar darle solución a un conflicto
particular que tienen con un administrado. De otra parte, el trámite de conciliación o
de arbitraje administrativo previsto en el artículo 94, párrafo segundo, de la Ley de
Tierras y Colonización, no se constituye en un privilegio injustificado del IDA que
infrinja el principio de igualdad, sino que está diseñado, precisamente, en beneficio de
las partes en conflicto, esto es, del poseedor en precario y el propietario registral.

20
V. ARTICULO 44, INCISO D, DE LA LEY DE LA JURISDICCIÓN AGRARIA EN RELACION CON
EL 94, PARRAFO SEGUNDO, DE LA LEY DETIERRAS Y COLONIZACIÓN. La singularidad
finalista del artículo 94, párrafo segundo, de la Ley de Tierras y Colonización, la
comprensión que esa norma no establece un privilegio injustificado a favor del IDA y
que su rol es más bien de mediador o arbitro, por lo que se trata más que de un
procedimiento administrativo, de una solución alterna de un conflicto en sede
administrativa, permite concluir que el artículo 44, inciso d), de la Ley de la Jurisdicción
Constitucional en concordancia con el ya citado precepto de la Ley de Tierras y
Colonización, tampoco resulta inconstitucional. En efecto, el correcto sentido de la
norma adjetiva agraria es que no podrá acudirse a la vía jurisdiccional en tanto no se
haya agotado el trámite de solución alterna del conflicto que debe arbitrar y dirigir el
IDA. (hasta aquí jurisprudencia constitucional)

V. Desde otra perspectiva, como lo ha indicado el Tribunal Agrario en otras


oportunidades (Voto No.216-F-03 de las 14:42 horas del 24 de abril del 2003)
"....podría ocurrir que tanto el propietario, como los mismos ocupantes en precario,
luego de transcurrido ese año, decidan someterse en forma voluntaria a un trámite
administrativo, con miras a evitar la vía judicial. Pero esa espera, es totalmente
voluntaria, pues si el propietario piensa, como en éste caso, en la posibilidad de vender
el inmueble o ser indemnizado por el Instituto, se corre el riesgo de que, al final, no
sea satisfecho su interés patrimonial... Por ello el legislador agrario, al regular la forma
de llegar a una solución del conflicto, fija plazos muy determinados, y generalmente
muy cortos, para que la Administración pueda actuar con prontitud en la búsqueda de
una salida pacífica al conflicto de tierras. En ese sentido, la interpretación del párrafo
del artículo 94 de la Ley de Tierras que establece “Mientras el asunto esté en el
Instituto no correrá el término de la prescripción para ninguna de las partes”, debe ser
restrictiva, pues se supone que el Instituto debe buscar una solución al conflicto
dentro del año y, si no lo hace, queda agotada la vía administrativa, y por ende
comienzan a correr de nuevo los plazos de prescripción. No se trata, en consecuencia,
de un acto interruptor de la prescripción, sino de una suspensión temporal, de un año,
durante el cual no corre el plazo de la prescripción. Ello se confirma también de la
lectura del TRANSITORIO de la Ley de Tierras y Colonización que dispone lo siguiente:
“…A petición del Instituto de Desarrollo Agrario, los Tribunales, en resolución
considerada, podrán suspender los procedimientos establecidos contra cualquier
persona que hubiere sido declarada por el citado organismo poseedora en precario de
tierras. Dicha suspensión podrá decretarse en cualquier fase o estado del juicio de que
se trate, y por el tiempo que sea prudencialmente necesario para que el Instituto logre
una solución satisfactoria del conflicto, y podrá prorrogarse, siguiendo el mismo
procedimiento indicado. Solucionado el conflicto en la forma que indica el párrafo
tercero del artículo 94, el Instituto lo pondrá en conocimiento de los Tribunales para
que estos declaren caducas las acciones civiles y extinguidas, tanto las penales como

21
las penas que hubieren sido dictadas contra los poseedores en precario, en condición
de tales. Caso contrario, los propietarios podrán dirigirse de nuevo a los Tribunales
comunes para lo cual no les correrá término alguno en su contra durante la suspensión
de los procedimientos…”De ésta norma también se extraen dos conclusiones
importantes, en relación con lo dispuesto en el artículo 94: En primer lugar, que luego
de darse por agotada la vía administrativa en las condiciones establecidas por el
artículo 94, los propietarios tienen el derecho a acudir a la vía judicial. En segundo
lugar, si el Instituto continúa interviniendo en la solución del conflicto, después de
transcurrido el año o pasados los 3 meses causantes del silencio administrativo, por
sometimiento de las partes interesadas en el mismo, éste puede solicitar la suspensión
del proceso judicial, término durante el cual no correría el plazo de la prescripción; en
sentido contrario, si no se interpuso el reclamo en sede judicial, sigue corriendo el
plazo de la prescripción, pues en tal caso el Instituto no puede solicitarle a los
Tribunales la suspensión del proceso.

Como se puede concluir de lo anterior, estamos frente a un régimen especial (del


Sector Público agrario), aplicable tanto a los sujetos públicos como privados, donde se
regulan los plazos y modos para agotar la vía administrativa, así como las causas de
interrupción o de suspensión a la eventual prescripción a que puedan estar sujetos los
derechos de las partes, debiendo aplicarse éste régimen especial al caso que nos
ocupa.".

8. El Acuerdo Arbitral como Defensa Previa en el Proceso Agrario

[Tribunal Agrario]ix
Voto de mayoría

“II- En este caso la resolución que se impugna procedió a acoger de forma parcial la
excepción interpuesta de compromiso arbitral, excluyéndose del proceso a la sociedad
Agrocomercial Montiel y Rojas de Campo Cinco S.A. como parte actora, y mantuvo en
dicha condición a Johel Montiel Rojas, Paulina Rojas Umaña y Miguel Zúñiga Jiménez.
Como fundamento de tal decisión indica el fallo, se excluye al señor Montiel Rojas,
pues compareció a suscribir el contrato en donde se acordó la cláusula arbitral en su
condición de apoderado de la sociedad Agrocomercial Montiel y Rojas de Campos
Cinco S.A. y no en forma personal. En primer orden estima esta sede, que no resulta
de recibo el agravio del apelante cuando cuestiona que la cláusula de compromiso
arbitral ha sido resuelta como defensa previa, cuando no está incluida en el elenco
estipulado para este tipo de excepciones, dentro del artículo 44 de la Ley de
Jurisdicción Agraria. Si bien resulta certero que dicha excepción no se encuentra
incluida como defensa previa en la Ley de Jurisdicción Agraria, debe aplicarse el
artículo 298 del Código Procesal Civil de forma supletoria, que si la contiene como una
de las excepciones de naturaleza previa. Tal norma reza: " ARTÍCULO 298.- Oposición y

22
elenco de excepciones previas. Las excepciones previas sólo podrán oponerse dentro de
los primeros diez días del emplazamiento. Sólo son admisibles como excepciones
previas:.....5) El acuerdo arbitral.(Así reformado por el artículo 74 de la Ley de
Resolución Alterna de Conflictos No. 7727 de 9 de diciembre de 1997)." En virtud de tal
numeral, el juzgador puede valorar dentro de un proceso si las partes se encuentran
sujetas o no a cláusula compromisoria, en la cual resolvieron por acuerdo expreso
someterse a un acuerdo arbitral y dictar así la excepción alegada. Dicha excepción
corresponde a las denominadas en la doctrina procesal como mixtas o perentorias.
Corresponden a aquellas que se pueden plantear al inicio del proceso, pero al ser
acogidas tienen efectos extintivos, y afectan el derecho de fondo y no el proceso. […]”

9. La Cosa Juzgada

[Tribunal Agrario]x
Voto de mayoría

"V. Sobre la cosa juzgada este Tribunal ha resuelto: "El instituto de la cosa juzgada
juega un papel de seguridad jurídica muy importante, pues al reconocer inmutabilidad
a lo resuelto con autoridad de cosa juzgada, impide la posibilidad de repetición de
proceso sobre los mismos puntos y entre las mismas partes. Al respecto, la Sala
Constitucional de la Corte Suprema de Justicia en voto 5079-95 de las 18 horas 36
minutos del 13 de setiembre de 1995, señaló: "La doctrina procesal afirma que el
proceso no es una sucesión de actos sin fin, y que llega un momento en que por razones
obvias, prácticas si se quiere, hay que ponerle fin. A su vez, los efectos que tenga la
sentencia que llegue a dictar, depende de las circunstancias legales en que se produzca.
Por eso mismo, esta Sala se aparta de la secuencia argumentativa que imprime la
actora a su objeción de constitucionalidad, desde que ella tiene como punto de partida
que donde la Constitución dice "se prohíbe reabrir juicios fallados con autoridad de
cosa juzgada" debe entender o asumirse como un a priori, "todo juicio se falla con
autoridad de cosa juzgada" o de la misma manera "toda sentencia, no importa el
proceso donde recaiga, produce cosa juzgada y consecuentemente lo que ella decida
no puede ser discutido nuevamente". Estas últimas lecturas que se integrarían al texto
y propósito de la frase que se contiene en el artículo 42 Constitucional, son
desbordadas y chocan contra el enfoque que la doctrina procesal ha tenido en esta
materia. No es así por la sencilla razón de que no todos los procesos gozan del mismo
tratamiento en la legislación ordinaria, y entonces hay algunos donde el contradictorio
tiene unas dimensiones distintas a las que se acuerdan para otros y de ahí la clásica
división entre procesos sumarios y plenarios. Por eso mismo, es legítimo que el
legislador otorgue efectos y consecuencias distintas a las sentencias, según
pertenezcan o no a alguno de esos tipos de procesos." Por su parte, la Sala Primera de
la Corte Suprema de Justicia en voto 315-03 de las 11 horas 30 minutos del 4 de junio

23
de 2003, señaló: "Sobre el instituto de mérito ha indicado esta Sala: "... Al resolver en
forma definitiva de las controversias sometidas a su conocimiento, el Estado, a través
del Poder Judicial, asume y pone en operación una de las más importantes funciones en
él recaídas: la jurisdiccional. Para que tal función pueda efectuarse en forma eficaz, las
decisiones inherentes a la potestad paralelamente otorgada, revisten dos
características fundamentales: inmutabilidad y definitividad absolutas. Solamente en
casos de excepción, contemplados por la ley, tales características pueden ser relativas.
A esta particularidad de la función jurisdiccional, se le ha denominado en doctrina y en
jurisprudencia, COSA JUZGADA. Por medio de ella se establece que la voluntad del
Estado, contenida en la ley, es definitiva e inmutable para el caso concreto, lo cual es
básico para la certeza y seguridad jurídicas. Esa voluntad es declarada por el juez en
sentencia. De esa manera se busca ponerle fin a los asuntos decididos en fallo judicial,
impedir el sucesivo planteamiento del conflicto, evitando así la incertidumbre jurídica,
todo lo cual propende a la eficacia de la función jurisdiccional del Estado. En nuestro
medio, las sentencias dictadas en proceso ordinario o abreviado, así como aquellas
otras resoluciones señaladas en forma taxativa, producen la autoridad de cosa juzgada
material. Esta se halla limitada -con la salvedad que adelante se consignará- a la parte
resolutiva del fallo. Sea, no comprende sus fundamentos. Para que la sentencia incida
en otros proceso mediante la cosa juzgada, es imprescindible que en ambos procesos
exista identidad de partes, causa y objeto." El Tribunal comparte los argumentos
expuestos por ambas Salas en los pronunciamientos citados, los cuales han sido
reiterados y responden además, a lo dispuesto por los artículos 162 y 163 del Código
Procesal Civil aplicado supletoriamente, según los cuales, las sentencias firmes dictas
en procesos ordinarios y abreviados producen la autoridad y la eficacia de la cosa
juzgada material, así como aquellas a las cuales la ley confiera expresamente ese
efecto, limitándose a la parte dispositiva del fallo, siempre que en ambos casos sean
iguales las partes, el objeto y la causa". (voto 798-F-09).-

VI- La parte expone como un motivo de nulidad del fallo, que de forma interlocutoria
el juzgador rechazó la excepción de cosa juzgada material que se había interpuesto por
todos los demandados y en sentencia la viene a declarar con lugar, contraviniendo lo
que ya se había resuelto. Estima este Tribunal, que si bien tal excepción se denegó en
forma interlocutoria mediante resolución de las 13:20 horas del 21 de enero del 2008,
la posibilidad del juzgador de emitir criterio nuevamente no le está vedada. El a quo
motiva en el fallo apelado que decreta con lugar dicha excepción, pues de los
elementos probatorios se deduce su procedencia. Indica en su resolución, que al
momento de rechazar la excepción interlocutoriamente, se carecía de las pruebas con
las que cuenta ahora para valorar nuevamente el punto debatido de los efectos del
proceso ordinario fenecido en este proceso ordinario. La cosa juzgada material esta
instaurada como una de las defensas previas establecidas en el artículo 44 de la Ley de
Jurisdicción Agraria y por su relación con el fondo del proceso, puede ser resueltas

24
tanto en forma interlocutoria como con el dictado de la sentencia final. En la
resolución interlocutoria que denegó la excepción de cosa juzgada, el a quo razonó
que no se había comprobado que los actores Alexánder y Minor García Alvarado
hubieran demandado a Asdrúbal Artavia Araya y por ello no había identidad de las
partes y que como actor en el anterior proceso aparecía Mario García, que no era
parte en este proceso. Observa este Tribunal que posterior a dicho dictado fue traído
al proceso como parte demandada al señor Mario García Artavia. Por otra parte, la
Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia ha indicado en resolución número
742 -11 en la que resolvió el cuestionamiento de constitucionalidad de los artículos45,
58 y 59 de la Ley de la Jurisdicción Agraria, en donde el accionante consideraba que las
normas impugnadas son contrarias a la norma constitucional, pues impedían el
planteamiento del recurso de apelación contra la resolución que declarase sin lugar las
defensas previas, pero sí admiten la impugnación contra la resolución que la declare
con lugar. En dicho cuestionamiento constitucional el accionante estimó que con la
norma impugnada se genera una desigualdad entre actor y demandado, al mismo
tiempo que puede dejar sin resolver aspectos de la defensa, si se impide alegarlas en el
recurso de apelación que se presentare contra la sentencia, o si el juez declinare de
pronunciarse sobre esas defensas cuando resuelva la apelación de la sentencia. Ese
Alto Tribunal definió, que tales normas no violentaban el principio de igualdad en
detrimento del sujeto pasivo de una demanda agraria, que más bien procuran la
agilidad del proceso, todo sin perjuicio de que en sentencia exista un pronunciamiento
jurisdiccional sobre las defensas planteadas. Este Tribunal entiende de ello, que si bien
el juzgador de instancia en una fase interlocutoria puede denegar una defensa previa,
y al carecer esta decisión de recurso de apelación, el juez o jueza tiene la potestad de
resolver sobre dicha excepción nuevamente, si estima que es procedente, siempre y
cuando motive y fundamente su conclusión; tal y como sucedió en este asunto. Se
rechaza su motivo de nulidad alegado en este sentido.”

10. Prescripción y Artículos 44 de la Ley de Jurisdicción Agraria y 307 del


Código Procesal Civil

[Tribunal Agrario]xi
Voto de mayoría

IV.- En este caso, revisados los autos se nota que la sentencia recurrida resolvió las
excepciones a pesar de que la demandada contestó la demanda en forma
extemporánea (folio 284) y nunca se tuvieron por opuestas. Sin embargo, el a-quo
acogió la demanda y entró a conocer de las mismas, rechazando la falta de derecho,
falta de legitimatio ad causam activa y pasiva, inejecutividad del título, prescripción y
omitiendo pronunciamiento sobre las restantes falta de acción y la genérica de sine
actione agit, que comprende la falta de derecho, la de falta de legitimación y la falta de

25
interés actual (folios 336 a 352). Si bien las excepciones de fondo (falta de derecho,
legitimación activa y pasiva e interés) son revisables de oficio al ser los presupuestos
de toda acción, la de prescripción, no lo es, pero puede oponerse en cualquier
momento antes de que la sentencia de segunda instancia adquiera firmeza (artículo 44
de la Ley de Jurisdicción Agraria y 307 del Código Procesal Civil, aplicados
supletoriamente). Por ende, no debió tenerse por extemporánea la excepción de
prescripción. La nulidad radica en que entra a resolver dicha excepción, sin cumplir con
el procedimiento de las defensas previas, contemplado en el artículo 45 de la Ley de
Jurisdicción Agraria, pues se deja en indefensión a la actora al no concederle la
audiencia previa para que se refiera a la excepción de prescripción, lo cual provoca la
sentencia dictada sea violatoria de las garantías integradoras del debido proceso,
específicamente de los derechos de defensa, bilateralidad de la audiencia y al
contradictorio.- Al respecto es importante señalar lo expuesto al respecto por la Sala
Constitucional de la Corte Suprema de Justicia: "...se le ha violado el derecho de
defensa garantizado por el artículo 39 de la Constitución Política y por consiguiente el
principio del debido proceso, contenido en el artículo 41 de nuestra Carta Fundamental,
o como suele llamársele en doctrina, principio de "bilateral de la audiencia" del "debido
proceso legal" o "principio de contradicción" y que para una mayor comprensión se ha
sintetizado así: a) Notificación al interesado del carácter y fines del procedimiento; ,b)
derecho de ser oído, y oportunidad del interesado para presentar los argumentos y
producir las pruebas que entienda pertinentes; c) oportunidad para el administrado de
preparar su alegación, lo que incluye necesariamente el acceso a la información y a los
antecedentes administrativos, vinculados con la cuestión de que se trate; ch) derecho
del administrado de hacerse representar y asesorar por abogados, técnicos y otras
personas calificadas; d) notificación adecuada de la decisión que dicta la
administración y de los motivos en que ella se funde y e) derecho del interesado de
recurrir la decisión dictada. Tomen en cuenta los recurridos que el derecho de defensa
resguardado en el artículo 39 ibídem, no sólo rige para los procedimientos
jurisdiccionales, sino también para cualquier procedimiento administrativo" (Sala
Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, Nº15-90, de las 16 horas 45minutos del
05 de enero de 1990). Como se destaca de la lectura del extracto anterior, el derecho
de defensa se encuentra formado por una serie de derechos, siendo imperante que el
juzgador cumpla con el procedimiento previo que indica el numeral 45 de la Ley de
Jurisdicción Agraria, previo a dictar el fallo, el cual resulta anticipado. Todo lo anterior
conduce al tribunal, irremediablemente, de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 26 de la Ley de Jurisdicción Agraria, a anular la sentencia recurrida.”

26
11. La Excepción de Incompetencia como Defensa Previa Especial

[Tribunal Agrario]xii
Voto de mayoría

"III. La excepción de competencia es una defensa previa especial, que de acuerdo con
nuestro ordenamiento jurídico debe ser interpuesta antes de cualquier otra defensa.
Precisamente por ello se le denomina pre-previa. La Ley de Jurisdicción Agraria regula
dicha circunstancia en el numeral 16 b), que establece un plazo de tres días a partir de
la notificación de la demanda a todas las partes para interponerla,
independientemente del tipo que se trate. Aunque este Tribunal en años anteriores
sostuvo un criterio diferente, pero con una revisión más acorde con la naturaleza de
las defensas previas, ha dispuesto en los últimos meses no es aplicable a la de
competencia lo establecido en el artículo 44, que indica deben ser alegadas las
defensas previas y de fondo cuando se da contestación a la demanda. Este último es
válido para el resto de defensas y excepciones, pero no para la de competencia, que
tiene una regulación específica por su especial naturaleza jurídica. Su mención en
dicho artículo debe entenderse es para efectos enunciativos en cuanto a cuáles son las
defensas previas admisibles en materia agraria, pero incluso dicho listado no es
taxativo. Además, no puede aceptarse como aplicable a la excepción de incompetencia
lo dispuesto en el primer párrafo del citado artículo 44, por establecer expresamente
el 41 de la misma Ley, el demandado debe interponer todas las excepciones en la
contestación o réplica, salvo la prevista en el inciso b) del artículo 16. En este caso, en
vista de la nulidad del acta de notificación de la codemandada Quintas de La Bahía
S.A., y dado que se tuvo por notificada hasta el 15 de julio del 2003, debe tenerse por
interpuesta en tiempo la excepción de incompetencia material de Hotelera Bahía
Ballena S.A."

12. Defensas Previas en Materia Agraria y la Usucapión

[Sala Primera]xiii
Voto de mayoría

"Vº Puede cuestionarse si la excepción de prescripción, a que se refiere el inciso ch),


del artículo 44, de la Ley de Jurisdicción Agraria, comprende o no la usucapión y
consecuentemente si existe o no limitación para aducirla precluído el estadio de las
defensas previas. En efecto, si se considera que la prescripción positiva es el instituto
mediante el cual se permite adquirir el derecho real por el transcurso del tiempo y el
cumplimiento de los demás requisitos que la ley fija, la usucapión, frente a una acción
reivindicatoria, conlleva una afirmación de falta de derecho del reivindicante, que de
oficio podría ser declarada, de donde cabría deducir la innecesariedad de su reclamo
expreso y por ende que no pueda comprenderle la limitación prevista en aquel

27
artículo, que dentro de esta inteligencia se aplicaría exclusivamente a la prescripción
negativa. VIº.- No obstante lo anteriormente considerado, es menester señalar que en
la situación bajo examen el demandado no logró acreditar la usucapión. Desde luego
puede argumentarse que esto se debió a la imposibilidad de ofrecer prueba, mas
conviene entonces señalar que fue la propia contumacia del accionado la que
determinó esta consecuencia. La rebeldía, instituto aplicable al proceso agrario, si bien
no debe agravar en demasía la situación procesal del rebelde, tampoco es inocua. El
contumaz pierde, por su propia inercia, posibilidades de defensa y mal puede protestar
por efectos de un estado que él con su conducta propició. De consiguiente, aunque se
admitiera que desestimar la prescripción positiva por no haber sido opuesta como
defensa previa en el estadio correspondiente, es una conducta procesal
extremadamente opinable, el argumento no tendría aquí mayor trascendencia porque,
como se expresó, en todo caso la usucapión no logró nutrirse de la prueba que podría
acreditarla."

13. Litispendencia

[Tribunal Agrario]xiv
Voto Salvado:

“IV. VOTO SALVADO DEL JUEZ ULATE CHACÓN: El suscrito, ENRIQUE ULATE CHACÓN,
respeta, pero no comparte el voto de mayoría en cuanto a ordenar de oficio archivar
esta demanda, al considerar que hay una "litis pendencia". Considero que ese estado o
categoría se origina desde el momento en que el eventual demandado es notificado
del nuevo proceso, con fundamento en lo siguiente: 1.- La Ley de de jurisdicción
agraria en su artículo 44 inciso b), establece como una defensa previa a favor del
demandado la excepción de litispendencia, lo que significa que existe un litigio
pendiente, donde existe identidad de objeto, subjeto y causa. A juicio del suscrito,
resulta evidente que los tres elementos no se pueden confrontar en un segundo
proceso, si la demanda ni siquiera se ha cursado y notificado al demandado. En ese
ínterin, el actor puede ampliar los hechos y las pretensiones, hasta que el demandado
no se excepcione. Cerrar las puertas "ad portas" a nueva demanda, de manera oficiosa,
constituiría a mi juicio una denegación de justicia porque incluso se podría pensar que,
frente a la identidad de dos elementos, pueda constituirse no una litispendencia, sino
eventualmente una acumulación. 2.- Ahora bien, repasando los criterios doctrinales,
tenemos que hay criterios autorizados que respaldan esta tesis. Así, en la obra dirigida
por GOZAÍNI (Defensas y Excepciones, Editores Rubinzal-Culzoni, Buenos Aires, pág.
252-254), las co-autoras Daniela Albarracín y Karina Serra, establecen como
requisitos para la litispendencia tres: a) Actuaciones en trámite -que estén
pendientes, y no finalizadas-; b) Trámites compatibles -que los procesos sean de
conocimiento, por ejemplo-; c) Demanda notificada. Al referirse a este último requisito

28
señalan: "El estado de litispendencia comienza cuando la demanda se notifica
marcando el inicio del tiempo computable a los fines del conocimiento de las acciones
deducidas. Si quien recibe la notificación encuentra que la nueva pretensión se
identifica con el objeto pretendido y los sujetos intervinientes con otro litigio al que
ocurre, la situación de pendencia de litis se configura de inmediato. A veces se
confunde el requisito con la fecha de promoción de la demanda, pero la prioridad de
una sobre otra no se toma respecto del primer ingreso sino de la primera notificación
que traba la litis entre las partes."; d) Proceso no perimido ni con sentencia firme y e)
Identidad de sujetos, objeto y causa. Con dicho criterio coincide DE SANTO (Víctor, Las
excepciones procesales, Buenos Aires, 2008, p. 74), quien afirma: "La posibilidad de
oponer la excepción de litispendencia no depende de que se encuentre trabada la litis,
pero sí de que se haya notificado la demanda". 3.- En todo caso, considero que el juicio
de valor, sobre la identidad de los tres elementos, lo deber hacer el juez a posteriori,
cuando ambas partes conozcan sobre lo que la contraria pretende dirimir en el nuevo
proceso, y así pueda excepcionarse como parte de su legítima defensa. “

14. Indebida Acumulación de Pretensiones

[Tribunal Agrario]xv
Voto de mayoría:

III- En relación a la desacumulación de pretensiones este Tribunal ha dicho: "...II- Se


rechaza el agravio primero del apelante. El juzgador o juzgadora agraria tiene la
facultad de oficio de ordenar la desacumulación de pretensiones, según lo prescribe el
artículo 124 del Código Procesal Civil, aplicado supletoriamente a esta materia
especializada agraria. No lleva razón el apelante cuando argumenta que el juez
interpretó de forma "sui generis" las normas legales de este instituto procesal, cuando
entiende que la persona juzgadora solamente tiene la potestad de acumular
pretensiones, según los artículo 125 a 131 del cuerpo legal citado. Nótese que el
artículo 124 de marras reza en forma literal: "Cuando las pretensiones no fueren
suceptibles de ser acumuladas en la demanda o contrademanda, el juez ordenará a la
parte, que dentro del plazo de ocho días escoja la de su interés; en su defecto, el juez
ordenará la que corresponde de acuerdo con las circunstancias.". Por otra parte, el
canon 298 inciso 3 de ese mismo cuerpo legal, enlista como excepción previa la
indebida acumulación de pretensiones, y tal excepción fue interpuesta por la parte
demandada en su contestación. III- Se rechaza el agravio segundo. Analizados los autos
y estudiada la demanda, observa este Tribunal que se ha incoado un proceso ordinario
de prescripción positiva en forma conjunta por veintiún personas contra la sociedad
que aparece como titular registral del inmueble de Heredia matrícula 117616-000,
según informe registral de folio 31. En la demanda se indica como antecedente, en los
hechos primero y segundo, que en forma previa y en los años de 1990 dicha finca fue

29
tomada por diversas personas y se desarrolló y asentó la Comunidad Rancho Chilamate
en La Virgen de Sarapiquí cuando el terreno pertenecía a Hacienda Rancho Chilamate
S.A. Señalan, los y las campesinas originales enfrentaron intentos de desalojo que han
perdurado a lo largo del tiempo y ha terminado por prevalecer la ocupación agraria
campesina. Indican, el Instituto de Desarrollo Rural por acuerdo suscrito en el año
1993, declararon la posesión precaria, pero luego esos ocupantes no continuaron con
el trámite de formalización de la Ley 2825. Afirman, las accionantes forman parte de
unas 400 familias que se ubican dentro de la finca citada, y se han mantenido en
posesión en calidad de dueños o dueñas, de forma originaria o derivada, de forma
pública, quieta y pacífica. Comunidad que el día de hoy cuenta con servicios e
infraestructura como caminos públicos internos, agua potable, electricidad y otros.
Señalan en la demanda que todos son coposeedores, según áreas que se identifican en
los diversos planos catastrados que grafican sus respectivas parcelas, en las cuales se
desarrolla la actividad agraria y habitan. Señalan, en el hecho quinto de la demanda,
las parcelas se ubican en un sector de la finca. Del hecho sétimo a vigésimo cuarto
procede a describir la situación particular de cada uno de los actores que se identifican
como poseedores, identificando su respectiva parcela con el plano de cada una. Las
pretensiones de la demanda se dirigen a solicitar la declaratoria de usucapión a favor
de cada uno de los actores , mencionando que sea en la modalidad de usucapión
especial agraria para los poseedores originales y en la modalidad de usucapión común
para todos los poseedores derivados, por estar cubiertos por la declaratoria del
entonces IDA, hoy INDER de los poseedores en precario. Piden que según la
descripción detallada de cada parcela con su respectivo plano se ordene inscribirlas a
su nombre en el Registro Público. En este asunto se presentó una sola demanda para
todos los actores, es decir, la parte acumuló sus pretensiones en un solo proceso. El
artículo 41 del Código Procesal Civil estipula que son conexas dos o mas pretensiones
cuando les sean comunes dos de sus elementos, o uno solo cuando éste sea la causa.
Sobre, el tema de cuando los procesos y por consiguiente las pretensiones, resultan ser
tramitados en un solo proceso, este Tribunal ha resuelto: " Los numerales 36 y 37 de la
Ley de Jurisdicción Agraria, permiten la acumulación de procesos cuando las
pretensiones que se deduzcan deban ser tramitadas en un solo juicio y resueltas en
una misma sentencia, a fin de evitar que se rompa la continencia de la causa o se
produzcan fallos contradictorios... procede la acumulación de procesos cuando: a) En
las pretensiones de ambos haya identidad de elementos (al menos en dos de ellos:
sujetos, objeto o causa); b) Exista conexión. La conexidad se refiere a la vinculación
estrecha entre dos demandas que, sin ser idénticas, presentan características tales que
la sentencia a dictarse respecto de una ejercería una evidente influencia sobre la que
se pronunciaría en el otro, por lo que evitar sentencias contradictorias, se deben
someter a un mismo tribunal; c) la competencia y la tramitación sean comunes (ver
votos 54-F-07 del 29 de enero y 277-F-07 del 30 de marzo, ambos del 2007, de este
Tribunal). ..... Los procesos acumulados se tramitarán conjuntamente y se decidirán en

30
la misma sentencia... (ver voto 116-F-07 del 13 de febrero del 2007 de este Tribunal).
(voto 98- F-12). Citado lo anterior, estima esta Cámara que deben ser rechazados los
argumentos del apelante esbozados en el agravio segundo, pues lleva razón al a quo
cuando considera que de conformidad con el artículo 41 del Código Procesal Civil, no
media en las pretensiones de la demanda la conexión de sujetos, objeto y causa de las
partes que actuaron en forma conjunta. Al respecto, estima este Tribunal que del
mismo escrito de demanda se desprende que lo solicitado por cada uno tiene un
objeto, sujeto y causas diversas. Es decir, cada una de las personas codemandantes
piden para sí un sector específico de la finca inscrita a nombre de la demandada, y que
es diverso de las parcelas de los demás. No se constituyéndose plenamente la
identidad de partes respecto a los actores, aunque sea la titular registral la misma para
todos, al ser el reclamo de sectores diferentes de una misma finca inscrita. El elemento
del objeto tampoco esta presente, pues si bien, todos piden la prescripción positiva lo
hacen sobre un sector específico y diferente para cada uno de una finca inscrita. En
igual sentido la causa no es la misma para todas las personas actoras, pues cada una
describe en la demanda los hechos por los cuales cada estima es la causa válida para
interponer este proceso. Todos diversos y en condiciones diferenciadas en tiempo y
modo, según se deduce de la lectura de los hechos sétimo a vigésimo cuatro del
escrito de demanda. No lleva razón el apelante cuando esgrime que ésta es una
demanda colectiva, pues se pide la usucapión en forma diferenciada en cuanto a
sectores del fundo, y se ha ingresado a dichas áreas de forma individualizada y con
causas y negocios jurídicos particulares. No resulta de recibo el alegato del apelante,
cuando desvincula las figuras de conexión y acumulación. El artículo 41 del Código
Procesal Civil desarrolla lo elementos que determinar la conexidad de pretensiones y
en la aplicación del instrumento procesal de la acumulación y desacumulación de
procesos y pretensiones, debe necesariamente ser parte del análisis del juzgador la
conexidad entre lo pretendido. No es certero afirmar que la conexidad es campo
exclusivo de la parte actora y que ésta puede determinar con libertad la posibilidad de
interponer en una sola demanda las pretensiones que estime conexas, pues
corresponde a la persona juzgadora ejercer las facultades de dirección del proceso y
determinar en forma razonada, si las pretensiones de las partes son o no conexas,
según lo ha establecido el artículo 124 del Código de marras, aplicado en forma
supletoria a esta materia especializada..." (ver voto N° 713-F-13 de las 11:05 horas del
24 de julio de 2013). En el presente asunto nos encontramos ante un caso similar en
donde lo que se pretende es se declare la prescripción en favor de cada uno de los
diferentes actores, es decir cada uno de ellos tiene su propias pretensiones respecto
de su derecho que pide sea declarado en forma individual a cada uno de ellos. Incluso
lo que se resuelva respecto de cada uno no afecta el derecho de los otros como para
tenerlos en un solo proceso cuando realmente las pretensiones si bien son iguales en
cuanto a que se le declare la prescripción positiva, lo cierto del caso es que deben

31
resolverse en forma independiente y el juez tiene las facultades para ordenar la
desacumulación de pretensiones, tal y como se hizo en este caso.

15. Indebida Acumulación de Pretensiones y la Desacumulación de


Pretensiones

[Tribunal Agrario]xvi
Voto de mayoría:

I. La parte actora apela la resolución de las 07:52 horas del 10 de junio del 2013 (folio
128), que acogió la excepción de indebida acumulación de pretensiones (folio 127).
Expone como agravios los siguientes: 1) No existe fundamento legal que faculte a un
juez a desacumular pretensiones, pues tales poderes le corresponden a la parte
contraria en caso de darse los requisitos del articulo 125 al 131 del Código Procesal
Civil. Aduce, debe revisarse por la autoridad judicial de forma detallada esas normas,
para que conste que ninguna lo faculta para la desacumulación, al ser una acción
vedada al debido proceso; aún y cuando el a quo pretenda apoyarse en una "sui
generis" interpretación conforme el artículo 4 del código citado. Reprocha en el mismo
sentido, que acorde con el artículo 5 del Código Procesal Civil, se ha incurrido en una
mezcla de conceptos diversos, que ocasionan la nulidad de la interpretación. 2) Apela,
conexión y acumulación de procesos son figuras diversas. Pues la primera es el
derecho procesal librado a los actores para presentar una sola demanda colectiva al
amparo del principio de conexidad de dos elementos o uno solo si es su causa, según
el artículo 41, 106 y 107 del Código Procesal Civil. Añade, diferente es la acumulación
entendida como la potestad de las partes de acumular procesos o autos, en resguardo
del principio de congruencia resolutiva, que no aplica en sentido contrario. Agravia, el
presente es un proceso de demanda colectiva amparado en el artículo 106, 107 y 41
del Código Procesal Civil, al cumplirse los presupuestos procesales y los demandados
tienen un OBJETO común, que es la declaratoria de prescripción del derecho de
propiedad contra la misma parte y una CAUSA, que es la motivación a obtener la
inscripción a su nombre en el Registro Público de sus parcelas sobre las cuales
ostentan posesión decenal y ejercen actividad agraria. Cita doctrina en apoyo a su
recurso.

II. Se rechaza el agravio primero del apelante. El juzgador o juzgadora agraria tiene la
facultad de oficio de ordenar la desacumulación de pretensiones, según lo prescribe el
artículo 124 del Código Procesal Civil, aplicado supletoriamente a esta materia
especializada agraria. No lleva razón el apelante cuando argumenta que el juez
interpretó de forma "sui generis" las normas legales de este instituto procesal, cuando
entiende que la persona juzgadora solamente tiene la potestad de acumular
pretensiones, según los artículo 125 a 131 del cuerpo legal citado. Nótese que el
artículo 124 de marras reza en forma literal: "Cuando las pretensiones no fueren

32
suceptibles de ser acumuladas en la demanda o contrademanda, el juez ordenará a la
parte, que dentro del plazo de ocho días escoja la de su interés; en su defecto, el juez
ordenará la que corresponde de acuerdo con las circunstancias.". Por otra parte, el
canon 298 inciso 3 de ese mismo cuerpo legal, enlista como excepción previa la
indebida acumulación de pretensiones, y tal excepción fue interpuesta por la parte
demandada en su contestación.

III. Se rechaza el agravio segundo. Analizados los autos y estudiada la demanda,


observa este Tribunal que se ha incoado un proceso ordinario de prescripción positiva
en forma conjunta por veintiún personas contra la sociedad que aparece como titular
registral del inmueble de Heredia matrícula 117616-000, según informe registral de
folio 31. En la demanda se indica como antecedente, en los hechos primero y segundo,
que en forma previa y en los años de 1990 dicha finca fue tomada por diversas
personas y se desarrolló y asentó la Comunidad Rancho Chilamate en La Virgen de
Sarapiquí cuando el terreno pertenecía a Hacienda Rancho Chilamate S.A. Señalan, los
y las campesinas originales enfrentaron intentos de desalojo que han perdurado a lo
largo del tiempo y ha terminado por prevalecer la ocupación agraria campesina.
Indican, el Instituto de Desarrollo Rural por acuerdo suscrito en el año 1993,
declararon la posesión precaria, pero luego esos ocupantes no continuaron con el
trámite de formalización de la Ley 2825. Afirman, las accionantes forman parte de unas
400 familias que se ubican dentro de la finca citada, y se han mantenido en posesión
en calidad de dueños o dueñas, de forma originaria o derivada, de forma pública,
quieta y pacífica. Comunidad que el día de hoy cuenta con servicios e infraestructura
como caminos públicos internos, agua potable, electricidad y otros. Señalan en la
demanda que todos son coposeedores, según áreas que se identifican en los diversos
planos catastrados que grafican sus respectivas parcelas, en las cuales se desarrolla la
actividad agraria y habitan. Señalan, en el hecho quinto de la demanda, las parcelas se
ubican en un sector de la finca. Del hecho sétimo a vigésimo cuarto procede a describir
la situación particular de cada uno de los actores que se identifican como poseedores,
identificando su respectiva parcela con el plano de cada una. Las pretensiones de la
demanda se dirigen a solicitar la declaratoria de usucapión a favor de cada uno de los
actores, mencionando que sea en la modalidad de usucapión especial agraria para los
poseedores originales y en la modalidad de usucapión común para todos los
poseedores derivados, por estar cubiertos por la declaratoria del entonces IDA, hoy
INDER de los poseedores en precario. Piden que según la descripción detallada de cada
parcela con su respectivo plano se ordene inscribirlas a su nombre en el Registro
Público. En este asunto se presentó una sola demanda para todos los actores, es decir,
la parte acumuló sus pretensiones en un solo proceso. El artículo 41 del Código
Porcesal Civil estipula que son conexas dos o mas pretensiones cuando les sean
comunes dos de sus elementos, o uno solo cuando éste sea la cuasa. Sobre, el tema de
cuando los procesos y por consiguiente las pretensiones, resultan ser tramitados en un

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solo proceso, este Tribunal ha resuelto: " Los numerales 36 y 37 de la Ley de
Jurisdicción Agraria, permiten la acumulación de procesos cuando las pretensiones que
se deduzcan deban ser tramitadas en un solo juicio y resueltas en una misma
sentencia, a fin de evitar que se rompa la continencia de la causa o se produzcan fallos
contradictorios... procede la acumulación de procesos cuando: a) En las pretensiones
de ambos haya identidad de elementos (al menos en dos de ellos: sujetos, objeto o
causa); b) Exista conexión. La conexidad se refiere a la vinculación estrecha entre dos
demandas que, sin ser idénticas, presentan características tales que la sentencia a
dictarse respecto de una ejercería una evidente influencia sobre la que se pronunciaría
en el otro, por lo que evitar sentencias contradictorias, se deben someter a un mismo
tribunal; c) la competencia y la tramitación sean comunes (ver votos 54-F-07 del 29 de
enero y 277-F-07 del 30 de marzo, ambos del 2007, de este Tribunal). .. Los procesos
acumulados se tramitarán conjuntamente y se decidirán en la misma sentencia... (ver
voto 116-F-07 del 13 de febrero del 2007 de este Tribunal). ( voto 98-F-12). Citado lo
anterior, estima esta Cámara que deben ser rechazados los argumentos del apelante
esbozados en el agravio segundo, pues lleva razón al a quo cuando considera que de
conformidad con el artículo 41 del Código Procesal Civil, no media en las pretensiones
de la demanda la conexión de sujetos, objeto y causa de las partes que actuaron en
forma conjunta. Al respecto, estima este Tribunal que del mismo escrito de demanda
se desprende que lo solicitado por cada uno tiene un objeto, sujeto y causas diversas.
Es decir, cada una de las personas codemandantes piden para sí un sector específico
de la finca inscrita a nombre de la demandada, y que es diverso de las parcelas de los
demás. No se constituyéndose plenamente la identidad de partes respecto a los
actores, aunque sea la titular registral la misma para todos, al ser el reclamo de
sectores diferentes de una misma finca inscrita. El elemento del objeto tampoco esta
presente, pues si bien, todos piden la prescripción positiva lo hacen sobre un sector
específico y diferente para cada uno de una finca inscrita. En igual sentido la causa no
es la misma para todas las personas actoras, pues cada una describe en la demanda los
hechos por los cuales cada estima es la causa válida para interponer este proceso.
Todos diversos y en condiciones diferenciadas en tiempo y modo, segun se deduce de
la lectura de los hechos sétimo a vigésimo cuatro del escrito de demanda. No lleva
razón el apelante cuando esgrime que ésta es una demanda colectiva, pues se pide la
usucapión en forma diferenciada en cuanto a sectores del fundo, y se ha ingresado a
dichas áreas de forma individualizada y con causas y negocios jurídicos particulares. No
resulta de recibo el alegato del apelante, cuando desvincula las figuras de conexión y
acumulación. El artículo 41 del Código Procesal Civil desarrolla lo elementos que
determinar la conexidad de pretensiones y en la aplicación del instrumento procesal
de la acumulación y desacumulación de procesos y pretensiones, debe necesariamente
ser parte del análisis del juzgador la conexidad entre lo pretendido. No es certero
afirmar que la conexidad es campo exclusivo de la parte actora y que ésta puede
determinar con libertad la posibilidad de interponer en una sola demanda las

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pretensiones que estime conexas, pues corresponde a la persona juzgadora ejercer las
facultades de dirección del proceso y determinar en forma razonada, si las
pretensiones de las partes son o no conexas, según lo ha establecido el artículo 124 del
Código de marras, aplicado en forma supletoria a esta materia especializada.

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i
ASAMBLEA LEGISLATIVA. Ley 6734 del 29/03/1982. Ley de Jurisdicción Agraria. Fecha de
vigencia desde 29/03/1982. Versión de la norma 3 de 3 del 11/05/2012. Datos de la
Publicación: Colección de leyes y decretos: Año: 1982, Semestre: 1, Tomo: 1, Página: 163.

ii
TRIBUNAL AGRARIO. Sentencia 155 de las trece horas con cincuenta y tres minutos del veinte
de febrero de dos mil trece. Expediente: 03-000130-0689-AG.

iii
TRIBUNAL AGRARIO. Sentencia 995 de las nueve horas con quince minutos del trece de
septiembre de dos mil once. Expediente: 09-000215-0507-AG.

iv
SALA PRIMERA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Sentencia 230 de las dieciséis horas del
veinte de julio de mil novecientos noventa. Expediente: 90-000230-0004-AG.

v
SALA PRIMERA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Sentencia 6 de las quince horas cuarenta
minutos del diez de enero de mil novecientos noventa. Expediente: 90-000006-0004-AG.

vi
TRIBUNAL AGRARIO. Sentencia 759 de las nueve horas con cincuenta y dos minutos del
nueve de agosto de dos mil trece. Expediente: 06-000078-0391-AG.

vii
TRIBUNAL AGRARIO. Sentencia 467 de las diez horas con treinta y un minutos del veintisiete
de mayo de dos mil trece. Expediente: 09-002517-0640-CI.

35
viii
TRIBUNAL AGRARIO. Sentencia 186 de las quince horas con seis minutos del veintisiete de
febrero de dos mil trece. Expediente: 12-000071-0465-AG.

ix
TRIBUNAL AGRARIO. Sentencia 1269 de las quince horas con treinta y cinco minutos del
diecisiete de noviembre de dos mil once. Expediente: 11-000001-0507-AG.

x
TRIBUNAL AGRARIO. Sentencia 1181 de las dieciséis horas del veintiséis de octubre de dos
mil once. Expediente: 08-160054-0507-AG.

xi
TRIBUNAL AGRARIO. Sentencia 963 de las catorce horas con veinticinco minutos del
veintitrés de noviembre de dos mil siete. Expediente: 04-160014-0507-AG.

xii
TRIBUNAL AGRARIO. Sentencia 642 de las catorce horas con cinco minutos del veintiséis de
septiembre de dos mil tres. Expediente: 00-100061-0417-AG.

xiii
SALA PRIMERA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Sentencia 72 de las quince horas con
cuarenta minutos del veintiocho de junio de mil novecientos noventa y seis. Expediente: 96-
100072-0004-AG.

xiv
TRIBUNAL AGRARIO. Sentencia 173 de las ocho horas con cincuenta y siete minutos del
veintiséis de febrero de dos mil trece. Expediente: 12-000047-0387-AG.

xv
TRIBUNAL AGRARIO. Sentencia 491 de las quince horas y seis minutos del dieciséis de junio
de dos mil catorce. Expediente: 13-000007-0507-AG.

xvi
TRIBUNAL AGRARIO. Sentencia 713 de las once horas y cinco minutos del veinticuatro de
julio de dos mil trece. Expediente: 13-000090-0507-AG.

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