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La teoría de la justicia de Rawls se propone jugar un papel esclarecedor, crítico

y orientador de nuestro sentido de justicia. El sentido de justicia es definido por


Rawls como la capacidad moral que tenemos para juzgar cosas como justas,
apoyar esos juicios en razones, actuar de acuerdo con ellos y desear que otros
actúen de igual modo. Sin embargo este proceso se da a nivel de los individuos en
el marco de la sociedad y su estructura básica.

A grandes rasgos la teoría de Rawls considera que los principios de justicia que
son objeto de un acuerdo entre personas racionales, libres e iguales en una
situación contractual justa, pueden contar con una validez universal e
incondicional.

El mismo denominó a su teoría justicia como: imparcialidad, apoyado en la idea de


que solamente a partir de condiciones imparciales se pueden obtener resultados
imparciales.

Para Rawls es especialmente importante mostrar la superioridad de su teoría de


justicia frente al utilitarismo. El principio de utilidad termina por identificar las
nociones de lo bueno y de lo justo, al ver como justa la distribución de beneficios
que maximice el bien, el cual el utilitarismo clásico asocia con la satisfacción del
deseo

PRINCIPIOS DE RALWS

1. Toda persona tiene igual derecho a un régimen suficiente de libertades básicas


iguales, que sea compatible con un régimen similar de libertades para todos.

2. Las desigualdades sociales y económicas han de satisfacer dos condiciones:

 deben estar asociadas a cargos y posiciones abiertos a todos en las


condiciones de equitativa igualdad de oportunidades;

 deben procurar el máximo beneficio de los miembros menos aventajados


de la sociedad.

Rawls es un liberal y el primer principio es, sin duda, la libertad. Pero es


consciente de que sin igualdad no hay libertad. Que hay que completar, por tanto
ese primer principio con otro que asegure la igualdad de oportunidades. Y añade
algo más: el único modo de corregir la desigualdad de oportunidades existente es
distribuyendo desigualmente aquellos bienes más básicos e imprescindibles,
dando más a quienes menos tienen. A esta segunda parte del principio de la
igualdad la llama principio de la diferencia.
El concepto de igualdad de Rawls no tiene nada que ver, así, con un igualitarismo
propio del socialismo más rancio. Rawls acepta las virtudes del capitalismo y la
economía de mercado.

Sólo trata de paliar aquellas desigualdades que precisamente impidan disfrutar de


la libertad individual que esa misma economía necesita. Reconocer los dos
principios de la justicia significa, en definitiva, aceptar unos bienes primarios, los
únicos que los individuos deben poder reivindicar como un derecho fundamental.

Dichos bienes básicos no son sino la explicitación de los dos principios de la


justicia y constituyen el contenido de eso que Rawls llama justice as fairness y que
traducimos por (Justicia como equidad». En efecto, la equidad -mejor que la
igualdad- consiste en reconocer que nadie debe verse privado de los siguientes
bienes primarios o básicos:

1. Libertades básicas
2. Libertad de movimiento y trabajo
3. Posibilidad de ocupar posiciones d responsabilidad
4. Ingresos y riqueza
5. Las bases sociales de la autoestima
Tal como Rawls la entiende, la justicia sería, pues, la igualdad de oportunidades
para el bienestar.

Quien no cuenta con los bienes básicos arriba detallados, de hecho, no es libre:
no es libre para escoger la forma de vida que prefiera, que es la definición del bien
de cada uno, o de lo que hoy llamamos bienestar. A diferencia de los utilitaristas,
Rawls no entiende que (Justicia» signifique «bienestar». La justicia la constituyen,
en su opinión, los «bienes primarios», que son los bienes imprescindibles para el
bienestar.

El bienestar, se entienda como «placer», «felicidad», o se entienda como


«satisfacción de las preferencias» es una noción, en el fondo, subjetiva, de
homologación difícil y peligrosa.

En principio, las preferencias de la gente son distintas y divergentes, también sus


experiencias del placer o de la felicidad. La justicia es un valor demasiado básico
para reducirlo a una serie de apreciaciones personales más o menos
contrastadas. Aunque sea difícil llegar a un acuerdo, lo que hay que acordar son
unos bienes básicos o primarios como aquellos que, hoy y para nosotros,
constituye el síne qua non de la justicia.
Criticas comunista: acusa al liberalismo de tratar al sujeto de la justicia como
un ser deshumanizado, aislado asocial, alejándolo del único espacio donde se
puede hablar de justicia la sociedad.

El rechazo por completo de la noción de persona del liberalismo trae como


consecuencia el desconocimiento de los principios de justicia que éste promulga,
pues los principios se postulan como éticos universales, lo cual es un claro
despropósito para los comunitaristas, en tanto implican negar la existencia de
formas particulares de vida, de pensamiento, de prácticas comunitarias
enmarcadas en cada contexto con significaciones y paradigmas diversos.

Sandel: el principio de la diferencia igualitaria y la distribución de bienes no es


posible en una sociedad individualista con participantes interesados solo en su
bienestar.

Sandel le reprocha a Rawls el presentar una noción ilusoria de la neutralidad de lo


justo. Defender la prioridad de lo justo no implica sostener un criterio de
neutralidad porque lo que se presenta como un procedimiento formal en realidad
se funda en una concepción precisa de lo bueno.

Walzer: distribución de bienes acorde con las necesidades y características


propias de la cultura

Considera que no puede existir un único criterio distributivo ya que éste se elige de
conformidad con los requerimientos de cada comunidad y el significado que se
atribuya a los bienes objeto de reparto. Pero antes de entrar a la distribución,
propone la determinación de la esfera donde opera el bien y las diferentes
operaciones posibles, en cuanto esto da una idea de la importancia del bien

Taylor: distinción abrupta entre la cultura y la tradición d las personas, esferas de


las que emergen sus orientaciones morales fundamentales y las nociones que dan
forma a su vida familiar y comunitaria.

Habermas: la justicia en Rawls hace parte de la teoría de la elección racional,


donde a partir de una posición inicial, las partes escogen unos principios que
deben guiar el diseño de la estructura básica de la sociedad.

Para Habermas (2001) el velo de ignorancia imposibilita a las partes entablar una
relación intersubjetiva, capaz de llevarlas a la elaboración de un acuerdo justo,
donde se llegue a un verdadero consenso y se respete su autonomía sustantiva,
como sujetos capaces de construir su propia idea de sociedad bien ordenada,
poniendo en consideración y bajo el amparo del poder comunicativo todos los
aspectos ideológicos propios de sus doctrinas comprensivas para que el acuerdo
adquiera legitimidad mora
Fisk : Milton Fisk plantea una discusión contra el liberalismo rawlsiano,
especialmente desde una aproximación que él llama justicia radical. Desde esta
postura se considera que los bienes primarios hasta ahora defendidos por cierta
filosofía política liberal, son bienes formales, instrumentalizados, derivados de una
concepción neutral de justicia que los defiende y los soporta y que por lo demás le
teme a la defensa de bienes sociales sustantivos, porque considera que éstos
negarían a las personas su libertad.

Contribuciones de Rawls
Procura una sociedad menos desigual
Razonabilidad moral: como agente constructor d su propio modelo de sociedad
entendida en 2 sentidos
Razonabilidad denotando un deber y un sentimiento de cooperación equitativa
garantizada por la posición original
Racionalidad en el sentido de provecho personal que las partes consiguen
individualmente.
Lo razonable se incorpora al procedimiento de argumentación de los principios de
justicia y garantiza la autonomía racional de las partes
Lo racional se incorpora a la vida social del individuo determinando la autonomía
plena del ciudadano, es decir lo racional hace referencia la esfera particular de la
persona en un contexto social, mientras que lo razonable apunta a la esfera
pública del ciudadano. De ahí el deber, el sentimiento de cooperación y la
solidaridad

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