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Republica Bolivariana de Venezuela Ministerio del poder popular

para la educación universitaria Universidad Politécnica Territorial


“Mario Briceño Iragorry”
Valera Edo-Trujillo

La construcción social de la realidad

Profesor:
Juan Albornoz
Estudiante:
Maryelin Matos
CI:27.497.588

Valera abril 2023


Uno de los efectos sociales de la modernización es, sin duda, la transformación
del proceso a través del cual los sujetos se vinculan con el grupo al que
pertenecen. En efecto, la identidad colectiva que suponía la imposición y
transmisión de los rasgos culturales de un grupo. En el contexto social actual,
en donde los sujetos están adscritos a diversos grupos, la construcción del
sentido de pertenencia se dificulta, ya que los sujetos a través de sus múltiples
interacciones cotidianas van seleccionando los repertorios culturales que
responden a sus intereses y aspiraciones personales, así como a las
exigencias sociales; de tal manera que la identidad colectiva se convierte en
una construcción subjetiva y cambiante.

Los valores: Se relacionan con la manera en que el grupo comprende su


papel dentro de la institución y de la sociedad a la que pertenece. Incluye, las
maneras de comportarse, actitudes, sentimientos que son importantes para
cada uno y para el grupo como un todo.

Los principios: son el conjunto de valores, creencias, normas, que orientan y


regulan la vida de la organización. Son el soporte de la visión, la misión, la
estrategia y los objetivos estratégicos. Estos principios se manifiestan y se
hacen realidad en nuestra cultura, en nuestra forma de ser, pensar y
conducirnos.

Principio de Organización

En todo grupo la organización es un elemento que sirve de guía para


establecer los roles de mando como, por ejemplo: directores, asesores,
coordinadores y guías. También sirve para la planificación de las diferentes
actividades que ejecutan los grupos, entre otros: talleres, cursos, encuentros,
reuniones que son aprobadas por los miembros del grupo, de acuerdo a las
necesidades u objetivos planteados.

Orígenes de las comunidades de práctica:

A Etienne Wenger1 y a Jane Lave se les puede atribuir el hecho de acuñar el


concepto de comunidad de práctica, en cuyo trabajo se refleja la idea de que el
aprendizaje implica participación en comunidad y que la adquisición de
conocimientos se considera un proceso de carácter social. Dicho de otro modo,
por primera vez, se pone de relieve la concepción del aprendizaje como un
hecho colectivo frente a la idea clásica que lo limita a un proceso individual. A
quienes también se les atribuye la paternidad del término –según algunos
autores− es a John Seely Brown2 y Paul Duguid, quienes en su artículo
apuntan el término a través del estudio de caso de la empresa Xerox.

Según estos autores, el análisis del trabajo cotidiano de los reparadores de


fotocopiadoras de Xerox tuvo una vital importancia en la emergencia del
término comunidad de práctica (CP). John Seely Brown recibió el encargo de
inventar un sistema de formación y de ayuda en el trabajo para los 25.000
reparadores de fotocopiadoras que la mencionada empresa tenía distribuidos
por el mundo (algo no tan costoso como trasladarlos a todos al centro de
formación). Brown contrató un grupo de antropólogos y les pidió que analizaran
el trabajo de los reparadores, observándolos y trabajando con ellos, durante
más de seis meses.

Los antropólogos comprobaron que los reparadores de fotocopiadoras no


utilizaban los manuales de procedimientos, sino que se reunían, compartían la
experiencia de su práctica laboral y, de este modo, iban elaborando su propio
"manual de reparaciones". Trabajando juntos y, sobre todo, discutiendo juntos
de sus problemas crearon lo que se llama una comunidad de práctica. Fue a
partir de ese modelo cuando se diseñó un programa de ayuda y entrenamiento
que resultó exitoso.

Las comunidades de practica son una buena estrategia, en este contexto, para
agrupar a personas que tienen un interés, una problemática o un desafío
común, quieren compartir sus conocimientos, habilidades y experiencias, y
aprender juntos mediante este intercambio. De hecho, su implementación
posibilita la dimensión social del aprendizaje; asigna un mayor protagonismo a
los profesionales; crea sentimiento de unidad; favorece la actualización de
competencias profesionales; fomenta la integración de grupos y facilita el
aprendizaje individual y organizativo (Wenger, 1998; Eraut, 2004).

La práctica de estar en el mundo es un proceso constante, complejo, minucioso


y, en muchos casos, no consciente. Con ella se va conformando una
experiencia de lo que hay, de lo que falta y de lo que se hace con ello, que no
siempre es eficaz para las metas esperadas, pero guía las acciones en procura
de alguna empresa -emprendimiento, objetivo, resultado-, con base en lo que
se conoce del pasado y se extiende hacia un contexto inmediato y su posible
proyección..

Estar en el mundo implica un compromiso que no significa estar


voluntariamente asumido con deberes u otras decisiones explícitas. Se refiere
a estar comprometido, involucrado en unas práctica sociales mediante las
cuales el mundo, para cada persona, cobra valor significativo. Ese significado
orienta cada una de las acciones que se desarrollan en los ámbitos en los que
transcurre la existencia humana.

Cada individuo tiene una idea del mundo conocida, cambiante, transitoria,
sorprendente, reconsiderada ... En cada momento de efectuar una práctica, el
mundo -lo que un individuo no es desde su propio ego- presenta la necesidad
de decidir la interacción adecuada con las personas y las cosas del entorno. En
cada momento de decidir una acción, ese mundo exterior lo obliga a significarlo
nuevamente; el individuo lo hace en base a su experiencia, para encontrar el
significado apropiado para cada situación que lo compromete (cruzar una calle,
por ejemplo). Encontrar ese significado, requiere negociarlo y, si yo fuera el
autor, no llamaría a este capítulo “Significado”, como lo hace él, sino
“Negociación del significado”, que es lo que describe con profusos ejemplos.
República Bolivariana de Venezuela Ministerio del poder popular

para la educación universitaria Universidad Politécnica Territorial

“Mario Briceño Iragorry”

Valera Edo-Trujillo

Fronteras: Ambigüedades y contradicciones de la identidad

Profesor:

Juan Albornoz

Estudiante:

Maryelin Matos

CI:27.497.588
Valera abril 2023

La identidad se construye fundamentalmente a lo largo de unos años cruciales


que cristalizan en lo que consideramos la juventud. Esto dicho así resulta una
obviedad. Sin embargo, no es menos cierto que el concepto de juventud ha
variado sustancialmente en los últimos años y ya no coincide exactamente con
lo que venía definiéndose hasta hace escasas décadas por referencia a una
franja cronológica. Sin meterme ahora en la dificultad que entraña determinar
las fronteras de dicha concepción en términos de un mundo global, aspecto
que trataré en el artículo de forma más precisa, justo es señalar que estos
límites a la identidad se establecen en dos direcciones: la primera parte del
individuo que en contacto con el entorno exterior proyecta su acción y sus
aspiraciones desarrollando su voluntad y su intelecto. La segunda viene
propiciada por el límite que imponen -independientemente de la circunstancia
histórica- las personas y el marco social, político, económico e intelectual que
configuran. Este marco puede interpretarse de muy distintas formas y poseer
múltiples aspectos pero he preferido por cuestión de claridad reducirlo a un
número de coordenadas determinado: espacial, histórica, simbólica y laboral.
La idea fundamental persigue reflejar a través de la contraposición entre las
circunstancias vitales de las generaciones actuales y las de generaciones
pasadas cómo han evolucionado estas coordenadas.

Las vivencias que uno experimenta a lo largo de su desarrollo no suponen un


monótono encadenamiento en la larga sucesión de diapositivas destinadas a
ilustrar de forma aséptica el paisaje por el que discurre nuestra existencia. El
hombre es centro de constitución de su propia identidad y es una actividad de
cuya responsabilidad no puede abdicar. Todo aquello que nos afecta y todo
cuanto afectamos se transforma en eje sobre el que construimos nuestro yo.

Para poder hablar de la identificación le es necesario distinguir la misma de la


identidad. En esta línea Lacan dice que es necesario para avanzar en el tema
de la identificación interrogar la formula "A es A", formula planteada en principio
como una tautología (proposición siempre verdadera sea cual fuere el valor de
verdad de sus proposiciones atómicas). Podríamos escribía A=A y esto
equivaldría a nombrar el principio de identidad, aclaremos que no es lo mismo
la identidad que la igualdad, no lo es para la lógica ni para la matemática. Por
ejemplo para la matemática la igualdad es una relación, una relación entre
signos diferentes, con un único referente (los referentes son extra lingüístico,
cosas del mundo).

En efecto, las nuevas formas de vivir y experimentar el espacio conllevan


nuevos modelos de identificación y pertenencia identitaria, los cuales son
utilizados por los actores para reivindicar ciertos derechos y posiciones en las
sociedades nacionales y locales. La relación identidad-espacio se vuelve un
argumento para legitimar o explicar transformaciones políticas, culturales y
económicas, por lo que es necesario examinarla con cierta precisión.

La primera modernidad se caracterizó por la invención de una identidad


“supracomunidad” nacional, acompañada de una reescritura de la historia y de
la geografía de cada país con el fin de lograr la asociación “natural” entre
espacio (“el territorio nacional”) y nación (“el pueblo”). La segunda
modernización (la industrialización de los siglos xviii y xix) necesitó mano de
obra desvinculada de sus terruños para adaptarse a las necesidades del
mercado.

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