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La gestión del conocimiento en la educación es importante para aprovechar al máximo el conocimiento de estudiantes, profesores y la institución. Se define como el esfuerzo para adquirir, aumentar, organizar, distribuir y compartir conocimiento. Un proceso estándar incluye establecer una visión, evaluar conocimiento actual, generar nuevo conocimiento, transferirlo internamente y aplicarlo. En la educación, la gestión del conocimiento permite aprender de otros de manera colaborativa en grupos diversos tanto física como virtualmente.
La gestión del conocimiento en la educación es importante para aprovechar al máximo el conocimiento de estudiantes, profesores y la institución. Se define como el esfuerzo para adquirir, aumentar, organizar, distribuir y compartir conocimiento. Un proceso estándar incluye establecer una visión, evaluar conocimiento actual, generar nuevo conocimiento, transferirlo internamente y aplicarlo. En la educación, la gestión del conocimiento permite aprender de otros de manera colaborativa en grupos diversos tanto física como virtualmente.
La gestión del conocimiento en la educación es importante para aprovechar al máximo el conocimiento de estudiantes, profesores y la institución. Se define como el esfuerzo para adquirir, aumentar, organizar, distribuir y compartir conocimiento. Un proceso estándar incluye establecer una visión, evaluar conocimiento actual, generar nuevo conocimiento, transferirlo internamente y aplicarlo. En la educación, la gestión del conocimiento permite aprender de otros de manera colaborativa en grupos diversos tanto física como virtualmente.
La información presentada a continuación fue extraída de los artículos “La Gestión del Conocimiento aplicada a la Educación” de Alejandro Emilio Lara y “Gestión del Conocimiento e Instituciones Educativas” de Marcia Alfonzo. Las citas posteriores hechas y que no aparezcan en las referencias, se encuentran contenidas en dichos artículos. La evolución de la especie humana ha sido posible gracias a diversos sucesos que representan cambios o transformaciones radicales en todos los ámbitos de la vida. En el campo de la información, se dice que el ser humano ha tenido cuatro revoluciones que han cambiado la forma de guardar y convertir la información en conocimiento. La primera de estas revoluciones fue el invento de la escritura, la segunda la provocó el libro, la tercera fue generada por la imprenta, y la cuarta es la que estamos viviendo actualmente, como resultado de las innovaciones tecnológicas incorporadas en el ramo de la electrónica y las comunicaciones. Esta última revolución, posibilita el intercambio de información y comunicación en tiempo real, a escala mundial y a bajo costo, a través del internet y otros medios satelitales; como consecuencia, se ha provocado una expansión de la globalización, entendida esta como la interconexión financiera, económica, social, política y cultural. En el contexto globalizado actual, se observa con mayor frecuencia que el valor de los productos depende más de los elementos no materiales que llevan incorporados, es decir, que su valor y costo se genera a partir de factores intangibles como el conocimiento y la información, elementos de los que se derivan aspectos como el liderazgo, la mejora de la calidad y la productividad, el conocimiento del cliente, la logística, las alianzas estratégicas, la innovación, la investigación y el desarrollo. En consecuencia, en las instituciones del siglo XXI, el activo más valioso son sus trabajadores, su conocimiento y la productividad de los mismos. En este sentido, la gestión del conocimiento se puede definir como el esfuerzo que hace una organización para adquirir, aumentar, organizar, distribuir y compartir el conocimiento entre todo el personal. Se trata por lo tanto de todas aquellas actividades orientadas a potenciar el conocimiento de las personas de la organización y de la organización en sí misma. Un proceso estándar de gestión del conocimiento se conforma por cinco fases: 1) establecer una visión de la organización; 2) evaluar el conocimiento actual de los miembros de la organización; 3) generar nuevo conocimiento; 4) transferir internamente el nuevo conocimiento; 5) aplicar el nuevo conocimiento. La gestión del conocimiento en la educación La evolución del mundo moderno exige a todas las organizaciones de las distintas áreas de la actual sociedad, permanecer en constante transformación, adaptarse al momento histórico y atender las necesidades de la ciudadanía. Al ser la educación el cimiento de las demás esferas de desarrollo, es innegable pensar que se requiera de la misma, un mayor grado de adaptabilidad e innovación. Los sistemas educativos de hoy se encuentran inmersos en las transformaciones de la sociedad del conocimiento y de la gestión del conocimiento. En la sociedad del conocimiento se valora el aprendizaje y no sólo la enseñanza; se reconocen los aprendizajes que se realizan en ámbitos, espacios y organizaciones alternas a la escuela, con modalidades y tiempos diferentes a la estructura de las mismas. El aprendizaje deja de ser un patrimonio cuasi exclusivo de las escuelas, las cuales se ven obligadas a transformarse de organizaciones que enseñan, a organizaciones que aprenden con base en problemas y proyectos situados en la vida social y económica. Así, el conocimiento presencial que se adquiere cara a cara en grupos en los salones escolares, alcanza nuevos significados frente a otras modalidades de aprendizaje virtual, en los que los grupos, en ocasiones constituidos como comunidades de práctica, comparten intereses, visiones y problemas comunes. Los sistemas educativos que, a partir del siglo pasado, se convirtieron en una de las piezas angulares del desarrollo económico y social de los estados nacionales, hoy se encuentran inmersos en las transformaciones de la sociedad del conocimiento y de la economía del conocimiento. “Estas transformaciones están trastocando la índole de una escuela que se organizó y desarrolló a fines del siglo XIX y primera mitad del siglo XX para dar respuesta a las entonces emergentes sociedades industriales modernas”. (Minakata, 2009). En el espacio físico o virtual de un grupo de estudiantes, existe una gran diversidad de conocimientos, mismos que al gestionarlos se pueden compartir entre todos los presentes, mediante la práctica de debates, diálogos y foros, creando una sinergia de trabajo en equipo y colaborativo que resulta ser muy enriquecedora, en virtud de que los conocimientos iniciales de los estudiantes evolucionan de ser percepciones personales a ser conocimientos con fundamentos científicos. Con la gestión del conocimiento en el ámbito educativo, hoy se aprende con otras y de otras personas, se aprende en grupos de gran diversidad en edad, sexo, experiencia y cultura, en contextos reales y virtuales, en comunidades de práctica. La gestión del conocimiento es un proceso lógico, organizado y sistemático para producir, transferir y aplicar en situaciones concretas; es una combinación armónica de saberes, "experiencias, valores, información contextual y apreciaciones expertas que proporcionan un marco para su evaluación e incorporación de nuevas experiencias e información" (Davenport y Prusak, 2001). Los métodos escolares se encuentran envueltos en una dinámica que presiona y plantea demandas de transformación radicales: cuestiona su función histórica de ser fuente principal de producción e intermediación de conocimientos en sus procesos formativos y de capacitación. En la sociedad de la información, la competencia de otros ámbitos, otras fuentes y otras modalidades productoras de conocimiento y formación se hacen presentes y éstos son valorados y aceptados socialmente como “lugares del conocimiento”. En este contexto, la integración tecnológica en la educación supone un instrumento en la gestión y transmisión de conocimiento, pero también una amenaza, ya que las lógicas y reglas propias de las tecnologías de la información, condicionan la calidad de información obtenida. Por lo anterior, dentro de las nuevas responsabilidades sociales y educativas se encuentra la de orientar y facilitar la utilización de tecnología, como herramienta didáctica y educativa. Entonces, la educación deberá ser “convergente”, es decir, un proceso en la cual los participantes generen y compartan información a fin de llegar a una comprensión mutua. Todo esto está estrechamente vinculado con la comunicación que permite llevar a cabo los estilos de aprendizaje y a su vez, la adquisición del conocimiento. Se puede establecer un proceso cíclico donde se introducen tres elementos fundamentales:
Estos elementos interactúan requiriendo el uno del otro, si no se da uno de ellos,
no se da ninguno, y son fundamentales para instaurar la gestión del conocimiento. Con una adecuada gestión, los estudiantes tienen acceso a experiencias educativas avanzadas, permitiéndoles tanto a ellos como a los docentes participar en comunidades de aprendizaje remoto -en tiempos y lugares adecuados, utilizando computadoras o dispositivos portátiles- en el hogar, la universidad o el trabajo. De esta forma, la experiencia educativa no se limita solamente al aula o al momento de estudio puntual (individual o grupal) previo a un examen evaluativo. La educación del presente debe estar apoyada en metodologías participativas, influenciadas por la ontología idealista en la cual la realidad no existe en los objetos, sino en los conceptos que la persona tiene sobre ellos; por lo tanto, el aprendizaje se puede construir a través de la discusión y el intercambio de conocimiento. En este caso el docente es un facilitador, un organizador del aprendizaje que es básicamente grupal y colaborativo, mediante la conformación de “Clústeres de Conocimiento”. Clúster de Conocimiento El término “Clúster de Conocimiento” se puede entender como la unión de estudiantes, docentes e institución que los alberga, a través de grupos cerrados o semiabiertos en redes sociales o intrauniversitarias, donde prima el conocimiento y mediante el cual se puede obtener beneficios y progreso en la adquisición de nuevas competencias y habilidades. Las dos últimas décadas fueron una explosión en determinadas áreas técnicas clave -incluyendo los medios de comunicación, la tecnología de la información y las comunicaciones (Internet y redes sociales)- que proporcionaron nuevas herramientas para la obtención de conocimiento. Muchas de estas herramientas aportan beneficios intangibles que ahora se dan por supuestos pero que antes no existían, hasta el punto de que tanto estudiantes, docentes y personas económicamente activas no pueden funcionar sin ellas. La integración tecnológica en la educación solo será efectiva si el carácter colaborativo del aprendizaje implica estas seis condiciones: 1. Interdependencia positiva entre estudiantes. 2. Capacidad de autoevaluación grupal. 3. Compromiso personal de los participantes por el éxito de cada uno de los miembros del grupo. 4. Responsabilidad personal. 5. Uso frecuente de habilidades sociales para el trabajo en pequeños grupos. 6. Capacidad de aplicar lo aprendido con preocupación por los fines, con base en valores y principios éticos. La finalidad es que los estudiantes sean responsables de su propio proceso de aprendizaje y el docente su guía, que la integración tecnológica sea docente con cada estudiante y entre estudiantes, bajo un entorno virtual dentro y fuera del aula. 2.2 El aprendizaje en la era digital La información presentada a continuación fue extraída de los artículos: “La relación entre los estilos de aprendizaje y el uso de las tecnologías de información y comunicación en educación de personas adultas” de Lorena Acosta Castillos y “Estilos de aprendizaje en la era digital” de José Luis García González. Las citas posteriores hechas y que no aparezcan en las referencias, se encuentran contenidas en dichos artículos. Para Torres y Redondo (2004), la educación no ha sido ajena a ninguno de los procesos de convergencia tecnológica con influencias sociales, políticas y económicas; por esto, la tecnología está modificando significativamente los paradigmas educativos convencionales y creando nuevos modelos de enseñanza y aprendizaje basados en dimensiones multiculturales y caracterizados en algunos casos por la desaparición de barreras como espacio y tiempo. Esto permite generar mayor conectividad tecnológica entre las personas y acotación en los tiempos para la realización de diferentes procesos, lo cual se ve reflejado en el aprovechamiento del tiempo y una mayor relación entre las personas por medio de diferentes plataformas tecnológicas virtuales.