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Unidad 2 Gestión del conocimiento

2.1 Concepto de gestión del conocimiento


La información presentada a continuación fue extraída de los artículos “La Gestión
del Conocimiento aplicada a la Educación” de Alejandro Emilio Lara y “Gestión del
Conocimiento e Instituciones Educativas” de Marcia Alfonzo. Las citas posteriores
hechas y que no aparezcan en las referencias, se encuentran contenidas en
dichos artículos.
La evolución de la especie humana ha sido posible gracias a diversos sucesos
que representan cambios o transformaciones radicales en todos los ámbitos de la
vida. En el campo de la información, se dice que el ser humano ha tenido cuatro
revoluciones que han cambiado la forma de guardar y convertir la información en
conocimiento. La primera de estas revoluciones fue el invento de la escritura, la
segunda la provocó el libro, la tercera fue generada por la imprenta, y la cuarta es
la que estamos viviendo actualmente, como resultado de las innovaciones
tecnológicas incorporadas en el ramo de la electrónica y las comunicaciones. Esta
última revolución, posibilita el intercambio de información y comunicación en
tiempo real, a escala mundial y a bajo costo, a través del internet y otros medios
satelitales; como consecuencia, se ha provocado una expansión de la
globalización, entendida esta como la interconexión financiera, económica, social,
política y cultural.
En el contexto globalizado actual, se observa con mayor frecuencia que el valor de
los productos depende más de los elementos no materiales que llevan
incorporados, es decir, que su valor y costo se genera a partir de factores
intangibles como el conocimiento y la información, elementos de los que se
derivan aspectos como el liderazgo, la mejora de la calidad y la productividad, el
conocimiento del cliente, la logística, las alianzas estratégicas, la innovación, la
investigación y el desarrollo. En consecuencia, en las instituciones del siglo XXI, el
activo más valioso son sus trabajadores, su conocimiento y la productividad de los
mismos.
En este sentido, la gestión del conocimiento se puede definir como el esfuerzo que
hace una organización para adquirir, aumentar, organizar, distribuir y compartir el
conocimiento entre todo el personal. Se trata por lo tanto de todas aquellas
actividades orientadas a potenciar el conocimiento de las personas de la
organización y de la organización en sí misma.
Un proceso estándar de gestión del conocimiento se conforma por cinco fases: 1)
establecer una visión de la organización; 2) evaluar el conocimiento actual de los
miembros de la organización; 3) generar nuevo conocimiento; 4) transferir
internamente el nuevo conocimiento; 5) aplicar el nuevo conocimiento.
La gestión del conocimiento en la educación
La evolución del mundo moderno exige a todas las organizaciones de las distintas
áreas de la actual sociedad, permanecer en constante transformación, adaptarse
al momento histórico y atender las necesidades de la ciudadanía. Al ser la
educación el cimiento de las demás esferas de desarrollo, es innegable pensar
que se requiera de la misma, un mayor grado de adaptabilidad e innovación. Los
sistemas educativos de hoy se encuentran inmersos en las transformaciones de la
sociedad del conocimiento y de la gestión del conocimiento.
En la sociedad del conocimiento se valora el aprendizaje y no sólo la enseñanza;
se reconocen los aprendizajes que se realizan en ámbitos, espacios y
organizaciones alternas a la escuela, con modalidades y tiempos diferentes a la
estructura de las mismas. El aprendizaje deja de ser un patrimonio cuasi exclusivo
de las escuelas, las cuales se ven obligadas a transformarse de organizaciones
que enseñan, a organizaciones que aprenden con base en problemas y proyectos
situados en la vida social y económica. Así, el conocimiento presencial que se
adquiere cara a cara en grupos en los salones escolares, alcanza nuevos
significados frente a otras modalidades de aprendizaje virtual, en los que los
grupos, en ocasiones constituidos como comunidades de práctica, comparten
intereses, visiones y problemas comunes.
Los sistemas educativos que, a partir del siglo pasado, se convirtieron en una de
las piezas angulares del desarrollo económico y social de los estados nacionales,
hoy se encuentran inmersos en las transformaciones de la sociedad del
conocimiento y de la economía del conocimiento. “Estas transformaciones están
trastocando la índole de una escuela que se organizó y desarrolló a fines del siglo
XIX y primera mitad del siglo XX para dar respuesta a las entonces emergentes
sociedades industriales modernas”. (Minakata, 2009).
En el espacio físico o virtual de un grupo de estudiantes, existe una gran
diversidad de conocimientos, mismos que al gestionarlos se pueden compartir
entre todos los presentes, mediante la práctica de debates, diálogos y foros,
creando una sinergia de trabajo en equipo y colaborativo que resulta ser muy
enriquecedora, en virtud de que los conocimientos iniciales de los estudiantes
evolucionan de ser percepciones personales a ser conocimientos con
fundamentos científicos. Con la gestión del conocimiento en el ámbito educativo,
hoy se aprende con otras y de otras personas, se aprende en grupos de gran
diversidad en edad, sexo, experiencia y cultura, en contextos reales y virtuales, en
comunidades de práctica.
La gestión del conocimiento es un proceso lógico, organizado y sistemático para
producir, transferir y aplicar en situaciones concretas; es una combinación
armónica de saberes, "experiencias, valores, información contextual y
apreciaciones expertas que proporcionan un marco para su evaluación e
incorporación de nuevas experiencias e información" (Davenport y Prusak, 2001).
Los métodos escolares se encuentran envueltos en una dinámica que presiona y
plantea demandas de transformación radicales: cuestiona su función histórica de
ser fuente principal de producción e intermediación de conocimientos en sus
procesos formativos y de capacitación. En la sociedad de la información, la
competencia de otros ámbitos, otras fuentes y otras modalidades productoras de
conocimiento y formación se hacen presentes y éstos son valorados y aceptados
socialmente como “lugares del conocimiento”.
En este contexto, la integración tecnológica en la educación supone un
instrumento en la gestión y transmisión de conocimiento, pero también una
amenaza, ya que las lógicas y reglas propias de las tecnologías de la información,
condicionan la calidad de información obtenida. Por lo anterior, dentro de las
nuevas responsabilidades sociales y educativas se encuentra la de orientar y
facilitar la utilización de tecnología, como herramienta didáctica y educativa.
Entonces, la educación deberá ser “convergente”, es decir, un proceso en la cual
los participantes generen y compartan información a fin de llegar a una
comprensión mutua. Todo esto está estrechamente vinculado con la comunicación
que permite llevar a cabo los estilos de aprendizaje y a su vez, la adquisición del
conocimiento. Se puede establecer un proceso cíclico donde se introducen tres
elementos fundamentales:

Estos elementos interactúan requiriendo el uno del otro, si no se da uno de ellos,


no se da ninguno, y son fundamentales para instaurar la gestión del conocimiento.
Con una adecuada gestión, los estudiantes tienen acceso a experiencias
educativas avanzadas, permitiéndoles tanto a ellos como a los docentes participar
en comunidades de aprendizaje remoto -en tiempos y lugares adecuados,
utilizando computadoras o dispositivos portátiles- en el hogar, la universidad o el
trabajo. De esta forma, la experiencia educativa no se limita solamente al aula o al
momento de estudio puntual (individual o grupal) previo a un examen evaluativo.
La educación del presente debe estar apoyada en metodologías participativas,
influenciadas por la ontología idealista en la cual la realidad no existe en los
objetos, sino en los conceptos que la persona tiene sobre ellos; por lo tanto, el
aprendizaje se puede construir a través de la discusión y el intercambio de
conocimiento. En este caso el docente es un facilitador, un organizador del
aprendizaje que es básicamente grupal y colaborativo, mediante la conformación
de “Clústeres de Conocimiento”.
Clúster de Conocimiento
El término “Clúster de Conocimiento” se puede entender como la unión de
estudiantes, docentes e institución que los alberga, a través de grupos cerrados o
semiabiertos en redes sociales o intrauniversitarias, donde prima el conocimiento y
mediante el cual se puede obtener beneficios y progreso en la adquisición de
nuevas competencias y habilidades.
Las dos últimas décadas fueron una explosión en determinadas áreas técnicas
clave -incluyendo los medios de comunicación, la tecnología de la información y
las comunicaciones (Internet y redes sociales)- que proporcionaron nuevas
herramientas para la obtención de conocimiento. Muchas de estas herramientas
aportan beneficios intangibles que ahora se dan por supuestos pero que antes no
existían, hasta el punto de que tanto estudiantes, docentes y personas
económicamente activas no pueden funcionar sin ellas.
La integración tecnológica en la educación solo será efectiva si el carácter
colaborativo del aprendizaje implica estas seis condiciones:
1. Interdependencia positiva entre estudiantes.
2. Capacidad de autoevaluación grupal.
3. Compromiso personal de los participantes por el éxito de cada uno de los
miembros del grupo.
4. Responsabilidad personal.
5. Uso frecuente de habilidades sociales para el trabajo en pequeños grupos.
6. Capacidad de aplicar lo aprendido con preocupación por los fines, con base en
valores y principios éticos.
La finalidad es que los estudiantes sean responsables de su propio proceso de
aprendizaje y el docente su guía, que la integración tecnológica sea docente con
cada estudiante y entre estudiantes, bajo un entorno virtual dentro y fuera del aula.
2.2 El aprendizaje en la era digital
La información presentada a continuación fue extraída de los artículos: “La
relación entre los estilos de aprendizaje y el uso de las tecnologías de información
y comunicación en educación de personas adultas” de Lorena Acosta Castillos y
“Estilos de aprendizaje en la era digital” de José Luis García González. Las citas
posteriores hechas y que no aparezcan en las referencias, se encuentran
contenidas en dichos artículos.
Para Torres y Redondo (2004), la educación no ha sido ajena a ninguno de los
procesos de convergencia tecnológica con influencias sociales, políticas y
económicas; por esto, la tecnología está modificando significativamente los
paradigmas educativos convencionales y creando nuevos modelos de enseñanza
y aprendizaje basados en dimensiones multiculturales y caracterizados en algunos
casos por la desaparición de barreras como espacio y tiempo. Esto permite
generar mayor conectividad tecnológica entre las personas y acotación en los
tiempos para la realización de diferentes procesos, lo cual se ve reflejado en el
aprovechamiento del tiempo y una mayor relación entre las personas por medio de
diferentes plataformas tecnológicas virtuales.

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