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AUDIENCIA PROVINCIAL DE CASTELLÓ

SECCIÓN TERCERA

Rollo de apelación civil número 722 de 2021


Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Vinaròs
Juicio ordinario número 194 de 2019

SENTENCIA NÚM. 196 de 2023

Ilmos. Sres. e Ilma. Sra.:


Presidente:
Don JOSÉ MANUEL MARCO COS
Magistrada:
Doña ADELA BARDÓN MARTÍNEZ
Magistrado:
Don ANTONIO PEDREIRA GONZÁLEZ
_____________________________________

En la Ciudad de Castelló, a doce de mayo de dos mil veintitrés.

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Castelló, constituida con la Ilma.


Sra. e Ilmos. Sres. referenciados al margen, ha visto el recurso de apelación interpuesto contra
la Sentencia dictada el día 11 de mayo de 2021 por la Ilma. Sra. Magistrada del Juzgado de
Primera Instancia e Instrucción número 2 de Vinaròs en los autos de juicio ordinario seguidos
en dicho Juzgado con el número 194 de 2019.

Han sido partes en el recurso, como apelante, HELVETIA COMPAÑÍA SUIZA, S.A.
DE SEGUROS Y REASEGUROS, representada por el Procurador Don Jesús Rivera
Huidobro y defendida por el Letrado Don José Joaquín de Rojas Roca de Togores, y como
apelados, Don VIOREL LINGURAR y Doña LIDIA LINGURAR, representados por la
Procuradora Doña Sheila Diez de la Gala y defendidos por la Letrada Doña Carolina Morales
López.

Es Magistrado Ponente el Ilmo. Sr. Don Antonio Pedreira González.

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ANTECEDENTES DE HECHO

PRIMERO.- En el juicio ordinario nº 194/2019 del Juzgado de Primera Instancia e


Instrucción nº 2 de Vinaròs, la Ilma. Sra. Magistrada dictó la Sentencia nº 75/2021, de 11 de
mayo, cuyo fallo dispone:

“ESTIMO SUSTANCIALMENTE la demanda formulada por el/la Procurador/a de los


Tribunales Dª. Sheila Diez de la Gala en nombre y representación de D. VIOREL
LINGURAR Y Dª. LIDIA LINGURAR contra D. SEGUNDO PATRICIO GARCIA
RODRIGUEZ Y HELVETIA COMPAÑÍA SUIZA, S.A. DE SEGUROS Y REASEGUROS
y CONDENO a la parte demandada a abonar a la parte actora la cantidad de
31.415,08 EUROS, siendo la suma reclamada de 16.550,62 EUROS para el Sr. VIOREL
LINGURAL y para la Sra. LIDIA LINGURAR la suma de 14.864,46 EUROS más los
intereses legales del artículo 20 LCS para la compañía aseguradora y los intereses del
artículo 576 de la LEC para el codemandado D. Segundo Patricio García Rodríguez.

Todo ello con expresa imposición de costas a la parte demandada.”

SEGUNDO.- Notificada la Sentencia a las partes, la representación procesal de la


entidad aseguradora demandada ha interpuesto recurso de apelación que, tramitado por el
Juzgado, con escrito de oposición de la parte demandante, ha dado lugar a la formación del
presente rollo ante la Sección 3ª de la Audiencia Provincial de Castellón.

TERCERO.- Previa la tramitación obrante en autos, ha tenido lugar la deliberación y


votación.

FUNDAMENTOS DE DERECHO

PRIMERO.- El fallo de la Sentencia de primera instancia estima, en los términos


reproducidos en el antecedente de hecho primero de la presente resolución, la demanda
interpuesta en representación de Doña LIDIA y Don VIOREL LINGURAR frente a Don
SEGUNDO PATRICIO GARCÍA RODRÍGUEZ y HELVETIA COMPAÑÍA SUIZA, S.A. DE
SEGUROS Y REASEGUROS.

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La entidad demandada apela la Sentencia, solicitando de este Tribunal:

“que dicte sentencia revocando íntegramente la apelada y se dicte nueva resolución


que acoja nuestro allanamiento por la que se indemnice a don Viorel Lingular en la
cantidad de 5.633,82 y a doña Lidia Viorel en la cantidad de 5.685,12.

Subsidiariamente en caso de que no se estime nuestra pericial médica en la que se


basa nuestro allanamiento parcial, interesamos se dicte Sentencia por la que tenga en
cuenta como periodo de curación desde el día del accidente 17 de febrero de 2018,
hasta el 28 de junio de 2018 fecha de alta de rehabilitación e informe de la clínica
Oliva Gorgori, resultando un total de 132 días de perjuicio moderado a 52,26 euros
arroja la cantidad de 6.898,32 euros para cada uno de los demandantes, sin
imposición en costas y sin condena en intereses del artículo 20 LCS.

Y subsidiariamente, dadas las dudas de derecho que plantea el caso, sobre el periodo
de curación de las lesiones la calificación de los mismos así como la existencia de
secuela, se revoque la condena en costas de la primera instancia impuesta a mi
mandante.”

La parte actora ha presentado escrito de oposición al recurso, interesando su


desestimación.

SEGUNDO.- La primera alegación del escrito de apelación señala que el motivo del
recurso versa sobre la errónea interpretación de la prueba.

Advertimos ya inicialmente que no se imputa de forma expresa, a lo largo de la


alegación, la infracción de ningún precepto relativo a valoración probatoria, cuya normativa
no es siquiera mencionada.

La parte apelante comienza además con una acaso innecesaria reproducción de partes
del fundamento tercero de la resolución recurrida, con pasajes que precisamente evidencian
que sí existe en la Sentencia una expresa y razonada valoración del material probatorio.

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Tras ello (ya en pág. 4 del recurso) se efectúan una suerte de apreciaciones de la parte
que, en determinados aspectos, carecen de sentido impugnatorio o pretenden introducir meras
alegaciones u opiniones carentes de todo refrendo (p. ej., la referencia a que en el MAP “antes
de tiempos de pandemia, se otorgaba cita con el médico de atención primaria en un plazo de
24/48 horas, y no dos meses”).

En relación con este tipo de alegaciones debe recordarse que, en el juicio ordinario
regulado por la Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil (en lo sucesivo, LEC), los
escritos de demanda y contestación (y en su caso, reconvención y contestación a la misma que
no han existido en el presente proceso) definen el momento procesal oportuno no solo para
fijar lo pretendido sino para alegar cuantos hechos y argumentos sirvan de sustrato fáctico y
normativo a lo pedido. Tras dichos escritos rectores, y salvo excepciones legalmente previstas
-en todo caso de concreto y limitado alcance (p. ej., artículo 426 de la LEC)- no cabe innovar
los argumentos (artículo 412 de la LEC). En el caso de autos, además, no se efectuaron
alegaciones complementarias o aclaratorias en la audiencia previa.

En conexión con ello, la jurisprudencia del Tribunal Supremo ha reiterado, en relación


con todo tipo de procedimientos, que no cabe introducir extemporáneamente alegaciones al
margen de los escritos alegatorios iniciales, puesto que ello produce absoluta indefensión y
viola el principio de preclusión procesal (v. gr., Sentencias de la Sala Primera nº 803/2000, de
31 de julio, y nº 511/2000, de 23 de mayo, con cita de numerosas otras). En particular, las
conclusiones del juicio no permiten alterar el objeto procesal y de debate oportunamente
fijado, ni innovar alegaciones, tal y como resulta del propio tenor de los artículos 412 y 433
de la LEC.

Y ha de precisarse igualmente que hechos y argumentos no introducidos, debida y


oportunamente, en los momentos aptos de primera instancia (demanda, contestación y, en su
caso, trámite del artículo 426 de la LEC) no pueden plantearse “ex novo” en la segunda, pues
deben respetarse en el recurso de apelación los fundamentos de hecho y de derecho que se
hicieron valer, en tiempo y forma, ante el tribunal de primera instancia (artículos 412 y 456.1
de la LEC; reglas “ut lite pendente nihil innovetur”, “pendente apellatione nihil innovetur”).

Advertido lo anterior, la primera referencia a una valoración errónea de la prueba


figura en el último párrafo de la pág. 4 del escrito de interposición de recurso: “la Jueza a

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Quo valora erróneamente la prueba, por cuanto que a pesar de esos dos meses en que los
lesionados no acuden al médico tras el accidente, ésta parte no discute dicho periodo de
curación”. Al margen de que ello no supondría error en la valoración de la prueba, sino en su
caso en la interpretación de lo alegado o pretendido por la parte, se aprecia que en su
contestación a la demanda la entidad señalaba respecto del actor: “El siguiente documento
médico es de fecha 13.04.2018 (doc. 4 demanda), dos meses tras el accidente, sin que se
justifique de adverso, el seguimiento ni el tratamiento médico efectivo exigido”. Parecía
cuestionarse, en este sentido, el propio periodo de dos meses.

En cualquier caso, a partir de ello manifiesta la apelante que “[l]o que esta parte
discute es el periodo recogido por el perito médico Dr. Fernández desde el día 28 de junio de
2018, fecha en que finalizan eltratamiento rehabilitador en la Clínica Oliva Gorgori, y la
fecha de alta otorgada por dicho perito”. Menciona a tal efecto dos motivos.

El primero de ellos no fue expuesto en la contestación a la demanda, en la que no se


distinguió entre períodos o tandas de sesiones de rehabilitación en orden a cuestionar el
segundo de tales períodos. Se trata de una innovación argumentativa, pues no fue
oportunamente alegada en momento hábil de la primera instancia (artículos 405 y 426 de la
LEC), lo que impediría introducirla extemporáneamente en apelación.

En cuanto al segundo, debe precisarse inicialmente que los documentos nº 13 y 14 de


la demanda no fueron propiamente impugnados en cuanto a su autenticidad (min. 02:15 a
03:00 de la grabación de la audiencia previa), lo que determina la aplicación del artículo
326.1, en relación con el artículo 319.1, ambos de la LEC. Ciertamente la declaración
testifical de Doña Sandra Oliva Gorgori, firmante de los mismos, tuvo escasa utilidad, tanto
por las propias condiciones de su práctica en el acto de juicio -con un deficiente
funcionamiento de los medios telemáticos durante su interrogatorio por la parte proponente-,
como por la ausencia de conocimiento directo de la testigo, más allá de ratificar la asistencia
de los actores a su centro de fisioterapia y los documentos. No obstante, ello no priva sin más
de virtualidad acreditativa a las periciales del Dr. Fernández Arribas (documentos nº 15 y 16
de la demanda), pues los propios informes médicos de la Dra. Pintor Reverté (documentos nº
19 y 20 de la demanda y nº 1 y 2 de la contestación), elaborados a instancia de la entidad
aseguradora, no cuestionan la existencia de sesiones de rehabilitación. En particular, el

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aportado como nº 2 de la contestación, relativo a la actora Doña LIDIA, al valorar un punto de
secuela, expresa que “habiendo realizado 39 sesiones de rehabilitación, persistían molestias”.

La prueba conduce además a considerar que el tratamiento rehabilitador era adecuado


y fue eficaz. La Dra. Pintor Reverté lo califica como el más ideal para el tipo de lesiones (min.
02:55 a 03:00 de la segunda pista de grabación de juicio). Y el Dr. Fernández Arribas señala,
de forma clara y terminante, su carácter imprescindible y eficacia (min. 22:40 a 23:15, min.
27:15 a 27:30, min. 27:45 a 28:00, min. 45:25 a 45:40 del primer vídeo).

La posterior reproducción en el escrito de recurso de pasajes de la declaración del Dr.


Fernández Arribas (pág. 7, in fine, y 8) debe entenderse dirigida -a falta de mayor explicación
de en qué medida dicha reproducción implica error alguno en la valoración probatoria
efectuada por la resolución apelada- a cuestionar dos extremos. El primero sería relativo a la
fecha de alta. Sucede sin embargo que obra en autos documental (documentos nº 6 y 12 de la
demanda), no impugnada en cuanto a su autenticidad, en la que encuentra apoyo el dictamen
pericial del Dr. Fernández Arribas. El segundo, por su parte, estaría referido al grado
(moderado) atribuido al perjuicio personal por pérdida temporal de calidad de vida. Al margen
de que la Dra. Pintor Reverté también informa días de perjuicio moderado, sin mayor
explicación en sus dictámenes (documentos nº 1 y 2 de la contestación), y ello es aceptado por
la entidad aseguradora, el Dr. Fernández Arribas sí ofreció una explicación cuando fue
preguntado en el juicio (min. 42:10 a 42:22 del primer vídeo). Advertimos, asimismo, que la
defensa de la entidad demandada preguntó en juicio al perito por la circunstancia de haber
referido que la actora es cocinera cuando en el parte de alta figura como desempleada (min.
47:47 a 48:10 del primer vídeo), siendo que ya en uno de los informes de la Dra. Pintor
Reverté, emitido a instancia de la propia aseguradora, consigna que es cocinera y “trabajador
por cuenta ajena”, encontrándose en el mismo una explicación de lo acaecido (documento nº
20 de la demanda, pág. 2/3).

A continuación, el escrito de interposición de recurso se centra en el informe de la Dra.


Pintor Reverté. La mera exposición del mismo, o de lo manifestado en juicio por la perito, no
implican, por sí solos, error en la valoración efectuada en la Sentencia. Es más, las
explicaciones de la propia entidad en su recurso revelan incoherencias: de una parte, al
exponer el dictamen del Dr. Fernández Arribas, la parte manifiesta admitir el extremo de que
los lesionados adquieren el alta sin secuelas (pág. 8, párrafo I), para señalar posteriormente

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que considera “más ajustado a Derecho y a la realidad de las lesiones” el dictamen de la Dra.
Pintor Reverté, la cual, tal y como expone la apelante, entiende que el periodo de curación
“finalizó con secuelas” (pág. 10, último párrafo); de otra parte, porque si se considerase que
tras dos meses desde la fecha del accidente ya no hay nexo causal, carecería de razonabilidad
reconocer sin embargo sesenta días más.

Al margen de ello, el análisis de la prueba pericial de la Dra. Pintor Reverté revela una
inferior racionalidad explicativa en cuanto alude a “artrosis ya existente” o reconoce secuelas
por agravación de una artrosis previa, sin que dicho antecedente patológico obre en
documentación médica alguna (declaración de la propia perito en min. 12:55 a 13:35 del
segundo vídeo), siendo sus explicaciones en juicio evasivas y carentes de virtualidad
aclarativa (min. 14:40 a 16:05 del segundo vídeo).

El reproche que la parte apelante viene a efectuar al otro perito (informar más días de
perjuicio moderado y no reconocer secuela porque “[l]a aplicación de las tablas del baremo
de la LRCSCVM, es mucho más generosa económicamente” en tal caso) puede sostenerse en
sentido contrario, cuanto menos con análoga probabilidad, de la postura mantenida por la
entidad, máxime en cuanto pretende reconocer secuelas por agravación de una supuesta
patología previa que no figura en documentación médica alguna.

Por último, se dedica en la alegación primera un postrero párrafo a las facturas de los
gastos de rehabilitación. Basta recordar que los recibos no fueron impugnados en cuanto a su
autenticidad, y remitirse a lo ya señalado sobre la adecuación y eficacia del tratamiento.

En suma, y analizados los concretos términos en que ha sido argumentada, no se


aprecia la errónea interpretación de la prueba que en el recurso se alega. La revisión de las
actuaciones, a partir de los concretos aspectos sucesivamente referidos en el escrito de
apelación, no permite considerar que la conclusión alcanzada en la resolución de instancia
suponga infracción alguna de la normativa reguladora de la valoración probatoria -hipotética
infracción en todo caso no concretada en el recurso-, ni derive de un error, arbitrariedad o
falta de lógica. El recurso se ha contraído además en diversos aspectos a realizar alegaciones
y deducciones que la parte considera convenientes, pretendiendo dar prioridad a su propia
valoración sobre diferentes circunstancias, pero ofreciendo poco más que una opinión que no
logra justificar propiamente la existencia de equivocación en la resolución apelada. El hecho

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de que la parte apelante no comparta la decisión no implica, en definitiva, que la resolución
haya incurrido en error.

TERCERO.- La alegación segunda del recurso, relativa a los intereses del artículo 20
de la Ley de Contrato de Seguro (Ley 50/1980, de 8 de octubre, en adelante LCS), solo señala
que “no pueden ser impuestos a mi presentada los del artículo 20 de la LCS, por cuanto
existen suficientesdudas de hecho y de derecho sobre las cuestiones discutidas en el presente
pleito, debiendo ser de aplicación el artículo 20.8 LCS”.

Al margen de acudir a conceptos (dudas de hecho y de derecho) acaso más propios del
pronunciamiento sobre costas, no se concreta en la propia alegación cuáles son tales dudas.

Cabe además recordar que el Tribunal Supremo viene advirtiendo con reiteración que
“el artículo 20 de la Ley de Contrato de Seguro tiene desde su génesis un marcado carácter
sancionador y una finalidad claramente preventiva, en la medida en que sirve de acicate y
estímulo para el cumplimiento de la obligación principal que pesa sobre el asegurador, cual
es la del oportuno pago de la correspondiente indemnización capaz de proporcionar la
restitución íntegra del derecho o interés legítimo del perjudicado”, añadiendo que “[e]ste
carácter y finalidad, junto con la función económica a la que sirve, han propiciado una
interpretación rigorista del precepto que se ha puesto de manifiesto, entre otros aspectos, a la
hora de apreciar la concurrencia de una causa justificada capaz de excluir la mora del
asegurador” (así, ya en Sentencia de la Sala Primera nº 276/2009, de 20 de abril,
manteniéndose análogos criterios en numerosas resoluciones posteriores, como las Sentencias
nº 556/2019, de 22 de octubre, o nº 793/2021, de 22 de noviembre, con cita de otras).

En conexión con ello, la existencia de un proceso judicial “no es un óbice para


imponer a la aseguradora los intereses a no ser que se aprecie una auténtica necesidad de
acudir al litigio para resolver una situación de incertidumbre o duda racional en torno al
nacimiento de la obligación misma de indemnizar” (Sentencia de la Sala Primera nº
743/2012, de 4 de diciembre, con cita de las “SSTS 7 de junio de 2010, RC n.º 427/2006 ; 29
de septiembre de 2010, RC n.º 1393/2005 ; 1 de octubre de 2010, RC n.º 1315/2005 ; 26 de
octubre de 2010, RC n.º 667/2007 ; 31 de enero de 2011, RC n.º 2156/2006 ; 1 de febrero de
2011, RC n.º 2040/2006 y 26 de marzo de 2012, RC n.º 760/2009”).

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En el presente caso eran indiscutidas la realidad misma del accidente, la
responsabilidad en su causación y la cobertura del seguro. Ha de considerarse además que la
reclamación se plantea en el ámbito de los daños personales causados en accidente de
circulación, con un específico régimen de responsabilidad civil (artículo 1.1.II del Real
Decreto Legislativo 8/2004, de 29 de octubre). Y en precedentes resoluciones esta Sección ha
considerado que el cuestionamiento de la causalidad -p. ej. respecto de determinados
perjuicios- no excluye por sí solo la aplicación del artículo 20 de la LCS (v. gr., Sentencias nº
75/2021, de 5 de febrero, y nº 420/2022, de 1 de julio).

CUARTO.- Lo anterior determina la desestimación del recurso, tal y como ha sido


formulado, careciendo la alegación tercera del mismo de significado impugnatorio.

Restaría la referencia, en el último párrafo del suplico, a la revocación de la condena


en costas de primera instancia. No obstante, no se ofrece justificación alguna de las dudas de
derecho a las que se alude, hasta el punto de no precisarse cuáles pudieran ser.

En definitiva, el enfoque desde el que deben apreciarse las eventuales dudas es


necesariamente objetivo, no el subjetivo de la parte. Y ha de hacerse una adecuada
interpretación restrictiva, tanto por la expresa exigencia legal de seriedad de tales dudas, como
por su propio carácter de excepción frente a una regla general (criterio de vencimiento).

QUINTO.- Las costas de apelación deben imponerse a la parte recurrente por


aplicación del artículo 398.1, en relación con artículo 394.1, ambos de la LEC.

Y ha de declararse finalmente la pérdida del depósito constituido para recurrir,


acordando que se dé al mismo el destino previsto por la disposición adicional 15ª de la Ley
Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial.

Con base en lo expuesto, pronunciamos el siguiente

FALLO

DESESTIMAMOS el recurso de apelación interpuesto en representación de


HELVETIA COMPAÑÍA SUIZA, S.A. DE SEGUROS Y REASEGUROS, frente a la

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Sentencia nº 75/2021, de 11 de mayo, del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 2 de
Vinaròs.

Se imponen a la parte recurrente las costas de apelación.

Se declara la pérdida del depósito constituido para recurrir, acordando que se dé al


mismo su legal destino de acuerdo con lo previsto en la disposición adicional 15ª de la Ley
Orgánica del Poder Judicial (LOPJ).

Notifíquese esta resolución a las partes, dando cumplimiento al artículo 208.4 de la


Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil (LEC). Esta resolución es susceptible de
recurso extraordinario por infracción procesal y de recurso de casación siempre que se
cumplan los requisitos a tal efecto previstos por la LEC (en particular, disposición final
decimosexta en relación con artículos 469 y 477). La interposición debe efectuarse ante este
Tribunal en plazo de veinte días, contados desde el día siguiente a la notificación de la
presente resolución, y precisa de la constitución de depósito conforme a la disposición
adicional 15ª de la LOPJ, no admitiéndose a trámite sin este requisito.

En todo caso, y de conformidad con lo establecido en el artículo 207.4 de la LEC, una


vez transcurridos los plazos previstos en su caso para recurrir sin haberse impugnado, quedará
esta resolución firme, sin necesidad de ulterior declaración; procediéndose a devolver los
autos originales, junto con certificación literal de la presente resolución y el oportuno oficio,
al Juzgado de su procedencia.

Así por esta nuestra Sentencia, de la que se unirá certificación literal al rollo, lo
pronunciamos, mandamos y firmamos.

10

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