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SECCIÓN TERCERA
Han sido partes en el recurso, como apelante, HELVETIA COMPAÑÍA SUIZA, S.A.
DE SEGUROS Y REASEGUROS, representada por el Procurador Don Jesús Rivera
Huidobro y defendida por el Letrado Don José Joaquín de Rojas Roca de Togores, y como
apelados, Don VIOREL LINGURAR y Doña LIDIA LINGURAR, representados por la
Procuradora Doña Sheila Diez de la Gala y defendidos por la Letrada Doña Carolina Morales
López.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
Y subsidiariamente, dadas las dudas de derecho que plantea el caso, sobre el periodo
de curación de las lesiones la calificación de los mismos así como la existencia de
secuela, se revoque la condena en costas de la primera instancia impuesta a mi
mandante.”
SEGUNDO.- La primera alegación del escrito de apelación señala que el motivo del
recurso versa sobre la errónea interpretación de la prueba.
La parte apelante comienza además con una acaso innecesaria reproducción de partes
del fundamento tercero de la resolución recurrida, con pasajes que precisamente evidencian
que sí existe en la Sentencia una expresa y razonada valoración del material probatorio.
En relación con este tipo de alegaciones debe recordarse que, en el juicio ordinario
regulado por la Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil (en lo sucesivo, LEC), los
escritos de demanda y contestación (y en su caso, reconvención y contestación a la misma que
no han existido en el presente proceso) definen el momento procesal oportuno no solo para
fijar lo pretendido sino para alegar cuantos hechos y argumentos sirvan de sustrato fáctico y
normativo a lo pedido. Tras dichos escritos rectores, y salvo excepciones legalmente previstas
-en todo caso de concreto y limitado alcance (p. ej., artículo 426 de la LEC)- no cabe innovar
los argumentos (artículo 412 de la LEC). En el caso de autos, además, no se efectuaron
alegaciones complementarias o aclaratorias en la audiencia previa.
En cualquier caso, a partir de ello manifiesta la apelante que “[l]o que esta parte
discute es el periodo recogido por el perito médico Dr. Fernández desde el día 28 de junio de
2018, fecha en que finalizan eltratamiento rehabilitador en la Clínica Oliva Gorgori, y la
fecha de alta otorgada por dicho perito”. Menciona a tal efecto dos motivos.
Al margen de ello, el análisis de la prueba pericial de la Dra. Pintor Reverté revela una
inferior racionalidad explicativa en cuanto alude a “artrosis ya existente” o reconoce secuelas
por agravación de una artrosis previa, sin que dicho antecedente patológico obre en
documentación médica alguna (declaración de la propia perito en min. 12:55 a 13:35 del
segundo vídeo), siendo sus explicaciones en juicio evasivas y carentes de virtualidad
aclarativa (min. 14:40 a 16:05 del segundo vídeo).
El reproche que la parte apelante viene a efectuar al otro perito (informar más días de
perjuicio moderado y no reconocer secuela porque “[l]a aplicación de las tablas del baremo
de la LRCSCVM, es mucho más generosa económicamente” en tal caso) puede sostenerse en
sentido contrario, cuanto menos con análoga probabilidad, de la postura mantenida por la
entidad, máxime en cuanto pretende reconocer secuelas por agravación de una supuesta
patología previa que no figura en documentación médica alguna.
Por último, se dedica en la alegación primera un postrero párrafo a las facturas de los
gastos de rehabilitación. Basta recordar que los recibos no fueron impugnados en cuanto a su
autenticidad, y remitirse a lo ya señalado sobre la adecuación y eficacia del tratamiento.
TERCERO.- La alegación segunda del recurso, relativa a los intereses del artículo 20
de la Ley de Contrato de Seguro (Ley 50/1980, de 8 de octubre, en adelante LCS), solo señala
que “no pueden ser impuestos a mi presentada los del artículo 20 de la LCS, por cuanto
existen suficientesdudas de hecho y de derecho sobre las cuestiones discutidas en el presente
pleito, debiendo ser de aplicación el artículo 20.8 LCS”.
Al margen de acudir a conceptos (dudas de hecho y de derecho) acaso más propios del
pronunciamiento sobre costas, no se concreta en la propia alegación cuáles son tales dudas.
Cabe además recordar que el Tribunal Supremo viene advirtiendo con reiteración que
“el artículo 20 de la Ley de Contrato de Seguro tiene desde su génesis un marcado carácter
sancionador y una finalidad claramente preventiva, en la medida en que sirve de acicate y
estímulo para el cumplimiento de la obligación principal que pesa sobre el asegurador, cual
es la del oportuno pago de la correspondiente indemnización capaz de proporcionar la
restitución íntegra del derecho o interés legítimo del perjudicado”, añadiendo que “[e]ste
carácter y finalidad, junto con la función económica a la que sirve, han propiciado una
interpretación rigorista del precepto que se ha puesto de manifiesto, entre otros aspectos, a la
hora de apreciar la concurrencia de una causa justificada capaz de excluir la mora del
asegurador” (así, ya en Sentencia de la Sala Primera nº 276/2009, de 20 de abril,
manteniéndose análogos criterios en numerosas resoluciones posteriores, como las Sentencias
nº 556/2019, de 22 de octubre, o nº 793/2021, de 22 de noviembre, con cita de otras).
FALLO
Así por esta nuestra Sentencia, de la que se unirá certificación literal al rollo, lo
pronunciamos, mandamos y firmamos.
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