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Documento TOL7.811.798

Jurisprudencia
Cabecera: Homicidio por imprudencia grave. Conduccion tras la ingesta de alcohol o drogas.
Conduccion con exceso de velocidad
Tales dudas deben resolverse a favor del mismo procediendo, en su consecuencia, su absolución por
el delito contra la seguridad vial en la modalidad de conduccion de vehiculo a motor bajo la
influencia de bebidas alcoholicas por el que se formuló la acusación del artículo 379.2 inciso
primero del codigo penal hubiera sido más acorde con los hechos acreditados la condena por un
delito contra la seguridad vial en modalidad de conduccion temeraria si bien no se ha formulado
acusación por tal delito por lo que no es dable pronunciarse sobre tal.

La jurisprudencia señala que no basta el dato objetivo del grado de impregnacion alcoholica, sino que
es preciso acreditar la influencia que la misma tenga en la conducción, no siendo necesario un peligro
concreto, sino únicamente que la " conduccion " estuvo " influenciada por el alcohol " ( sentencias
de 06/04/1989 y 14/07/1993 entre otras muchas posteriores ).

PROCESAL: Adhesion al recurso. Cuestion incidental. Excepcion de pluspeticion


Jurisdicción: Penal
Ponente: MARIANO DAVID GARCIA ESTEBAN
Origen: Audiencia Provincial de Barcelona
Fecha: 12/12/2019
Tipo resolución: Sentencia
Sección: Vigesimosegunda
Número Sentencia: 982/2019
Número Recurso: 103/2019
Numroj: SAP B 16254:2019
Ecli: ES:APB:2019:16254

ENCABEZAMIENTO:

AUDIENCIA PROVINCIAL DE BARCELONASECCIÓN VIGESIMOSEGUNDA

Rollo apelación penal núm. 103/2019 - BJ

JUZGADO PENAL Nº 1 TERRASSA

Procedimiento Abreviado Nº. 18/2016

Fecha sentencia recurrida: 3/12/2018

SENTENCIA NÚM. 982 / 2019

Magistrados/das Ilmos/a. Sres./a:

D. Joan Francesc Uría Martínez

D. Juli Solaz Ponsirenas

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D. M. David García Esteban

En Barcelona, a doce de diciembre de dos mil diecinueve.

La dicta la Sección Vigesimosegunda de la Audiencia Provincial de Barcelona en Rollo recurso de


apelación núm. 103/2019, interpuesto contra la Sentencia pronunciada por el Juzgado de lo Penal
núm. 1 de Terrassa en fecha 3 de diciembre de 2018, en Procedimiento Abreviado núm. 18/2018.
Han sido partes DOÑA MARÍA NIETO VILLALPANDO, Procuradora de los Tribunales y de DON
Valentín, como apelante; DOÑA ROSER LLOUCH TRIAS, Procuradora de los Tribunales y de
HILO DIRECT SEGUROS, con adhesión al recurso interpuesto; DOÑA MARÍA SANTIN
PERARNAU, Procuradora de los Tribunales y de DOÑA Graciela, impugna el recurso, así como el
Ministerio fiscal, que también impugna al recurso, interesando la confirmación de la resolución
recurrida.

ANTECEDENTES DE HECHO:

PRIMERO.- El 3 de diciembre de 2018, se dictó Sentencia por el Iltre. Juez del Juzgado de lo penal
nº 1 de Terrassa en la que se contenía Fallo del siguiente tenor : "Que debo condenar y condeno a D.
Valentín, como autor criminalmente responsable de un delito de conducción bajo los efectos del
alcohol en concurso con un delito de homicidio por imprudencia grave, ya definidos, a la pena de
DOS AÑOS Y SIETE MESES de PRISIÓN, E INHABILITACIÓN ESPECIAL PARA EL DERECHO
DE SUFRAGIO PASIVO DURANTE EL TIEMPO DE DURACIÓN DE LA CONDENA, ASI COMO
A LA PRIVACIÓN DEL DERECHO A CONDUCIR VÉHICULOS A MOTOR Y CICLOMOTORES
POR UN TIEMPO DE CINCO AÑOS. Todo ello con el abono de las costas.

En concepto de responsabilidad civil, D. Valentín e HILO DIRECT SEGUROS de forma directa y


solidaria, y D. Luis Alberto como responsable civil subsidiario deberán de indemnizar a Dña.
Graciela en la cantidad total de 121.177,11 euros (CIENTO VEINTIÚN MIL CIENTO SETENTA Y
SIETE EUROS CON ONCE CÉNTIMOS), de los cuales ya han sido abonados 79.956,19 euros.
Dicha cantidad será incrementada con aplicación de los intereses previstos en el art. 20 de la LCS ,
si bien a partir de la fecha de la consignación (15/07/16) dichos intereses sólo se aplicarán a la
cantidad restante de pago.

D. Valentín e HILO DIRECT SEGUROS de forma directa y solidaria, y D. Luis Alberto como
responsable civil subsidiario deberán de indemnizar al Ayuntamiento de Terrassa en Ia cantidad que
se determine en Ejecución de sentencia por los daños sufridos en Ia farola con la que colisionó el
vehículo, siendo de aplicación los intereses previstos en el art. 20 de la LCS respecto de la

Aseguradora.

Conforme al articulo 47.3 del Código Penal, se declara judicialmente la pérdida de vigencia del
permiso que habilita para Ia conducción de D. Valentín.

Remítase testimonio de esta sentencia a la Jefatura provincial de Tráfico de Barcelona a los efectos
previstos en el párrafo anterior e, igualmente, a los efectos de inscripción del condenado en el
Registro de conductores Infractores previsto en el art, 77 del Reglamento General de Conductores
(RD 818/2009)".

En dicha resolución se declaraba probado : "De la apreciación de las pruebas practicadas RESULTA
PROBADO Y ASÍ SE DECLARA:

PRIMERO.-Que sobre las 22:50 horas del día 4 de marzo de 2015, el acusado, D. Valentín, previa
ingesta de bebidas alcohólicas, conducía el vehículo Seat Ibiza matrícula H .... EG por la Avenida
del Vallés de Terrassa, con sus facultades disminuidas a consecuencia de tal ingesta, Io cual
mermaba considerablemente su capacidad para manejar los mecanismos de dirección, control y
frenado de su vehículo, así como aumentaba el tiempo de reacción ante

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acontecimientos imprevistos en dicha conducción, con pérdida de reflejos y de capacidad visual.

SEGUNDO.-Queda probado que, como consecuencia de dicho consumo previo de bebidas


alcohólicas, el acusado circuló a velocidad elevada por la citada vía, y perdió el control del
vehículo, colisionando contra una farola. Este hecho provocó que la que circulaba como copiloto del
vehículo, Dña. Nuria, sufriera un traumatismo craneo encefálico que le causó la muerte sobre las
23:14 horas. Queda probado que Dña. Nuria llevaba puesto el cinturón de seguridad en el momento
del accidente.

TERCERO.-Queda probado que al personarse la dotación policial, observaron que el acusado


presentaba evidentes síntomas externos de encontrarse bajo los efectos del alcohol, tales como
halitosis alcohólica, ojos rojos y brillantes, e imprecisión en Ia coordinación de movimientos.

La dotación de Ia Policia Local de Terrassa realizó al acusado las pruebas de determinación del
grado de impregnación alcohólica con el alcotest Dräger 7110-E; arrojando unos resultados de 0,43
mg/l a las 23:18 horas, y de 0,43 mg/l a las 23:35 horas, rehusando someterse D. Valentín a la
prueba de contraste sanguínea.

CUARTO.-Queda probado que, en el momento de los hechos, el vehículo Seat Ibiza matricula H ....
EG era propiedad del padre del acusado, D. Luis Alberto, y estaba debidamente asegurado en la
compañía HILO DIRECT SEGUROS.

HILO DIRECT SEGUROS se personó el 7/12/15 en, el procedimiento, el día 28/12/15 emitió escrito
de Defensa, y el 15/07/16 consignó la cantidad de 79,956,19 euros a favor de Dña. Graciela por el
fallecimiento de su hija, Dña. Nuria. Dicha cantidad fue entregada el día 28/11/16 a Dña. Graciela.

QUINTO.- Queda probado que la madre de la fallecida, Dña. Graciela, reclama Ia indemnización
que pudiera corresponderle por estos hechos".

SEGUNDO.- Formulado el recurso de apelación y las sucesivas adhesiones e impugnaciones, el


Juzgado de lo Penal lo tramitó y finalmente remitió las actuaciones a este Tribunal.

TERCERO.- Habiendo tenido su entrada en esta Sección en fecha 2 de mayo de 2019, se designó
ponente al Ilmo. Sr. Cerrada, que causó baja en el territorio de esta Audiencia, siendo sustituido por
el Ilmo. Sr. García Esteban, quien expresa el parecer unánime del Tribunal.

No se acepta el relato de hechos probados que se sustituye por el siguiente:

"PRIMERO.-Que sobre las 22:50 horas del día 4 de marzo de 2015, el acusado, D. Valentín, previa
ingesta de bebidas alcohólicas, conducía el vehículo Seat Ibiza matrícula H .... EG por la Avenida
del Vallés de Terrassa, sin que haya quedado probado plenamente que ello disminuyese sus
facultades psicofísicas para la conducción de vehículo a motor.

SEGUNDO.- Queda probado que el acusado circuló a velocidad elevada por la citada vía (entre 80
y 95 km/h, estando limitada la velocidad en ese tramo urbano a 50 km/h), perdiendo el control del
vehículo, colisionando contra una farola. Este hecho provocó que la que circulaba como copiloto del
vehículo, Dña. Nuria, sufriera un traumatismo cráneo encefálico que le causó la muerte sobre las
23:14 horas. Queda probado que Dña. Nuria llevaba puesto el cinturón de seguridad en el momento
del accidente.

TERCERO.- Queda probado que al personarse la dotación policial, observaron que el acusado
presentaba síntomas externos tales como halitosis alcohólica, ojos rojos y brillantes, e imprecisión
en Ia coordinación de movimientos.

La dotación de Ia Policia Local de Terrassa realizó al acusado las pruebas de determinación del
grado de impregnación alcohólica con el alcotest Dräger 7110-E; arrojando unos resultados de 0,43
mg/l a las 23:18 horas, y de 0,43 mg/l a las 23:35 horas, rehusando someterse D. Valentín a la

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prueba de contraste sanguínea.

CUARTO.- Queda probado que, en el momento de los hechos, el vehículo Seat Ibiza matricula H ....
EG era propiedad del padre del acusado, D. Luis Alberto, y estaba debidamente asegurado en la
compañía HILO DIRECT SEGUROS.

HILO DIRECT SEGUROS se personó el 7/12/15 en, el procedimiento, el día 28/12/15 emitió escrito
de Defensa, y el 15/07/16 consignó la cantidad de 79,956,19 euros a favor de Dña. Graciela por el
fallecimiento de su hija, Dña. Nuria. Dicha cantidad fue entregada el día 28/11/16 a Dña. Graciela.

QUINTO.- Queda probado que la madre de la fallecida, Dña. Graciela, reclama Ia indemnización
que pudiera corresponderle por estos hechos".

FUNDAMENTOS DE DERECHO:

PRIMERO.- Debemos referir primeramente las pretensiones de las partes para, seguidamente, entrar
en su análisis y resolución.

Así, en primer lugar, en cuanto al recurso de apelación presentado por la representación del acusado,
aunque lo rubrica con un único motivo jurídico, lo cierto es que está desplegado o se puede desplegar
en varios apartados, a saber, a) error en la apreciación de la prueba, b) vulneración del derecho
fundamental a la presunción de inocencia del artículo 24 de la Constitución española, c) vulneración
del principio in dubio pro reo, y d) indebida aplicación de los artículos 379.2 y 142.1 del Código
penal.

Por lo que se refiere al delito del artículo 379.2 del Código penal argumenta el letrado impugnante en
su escrito sobre dos cuestiones, la primera, que no se trata de un tipo objetivo, esto es, no consiste en
arrojar un resultado positivo en el test de alcoholemia, (en su caso el acusado ofreció un resultado de
0,43 mg/l), sino de la influencia del alcohol en la conducción, habiendo señalado el acusado que se
produjo debido a una distracción, y que la sentencia no refiere la prueba de descargo practicada
relativa a los testigos Sra. Araceli y Sr. Francisco que manifestaron que vieron al acusado momentos
antes de la conducción y que lo vieron normal, que podía conducir; y en segundo lugar, en cuanto a
las características señaladas por los agentes declarantes relativas a que era muy lento de reacción,
señala que se trata de características propias del acusado que se pudo ver en el acto del juicio.

Por lo que se refiere al delito del homicidio imprudente del artículo 142.1 del Código penal, también
lo despliega sobre los puntos, uno lo relativo a la velocidad, señalando que el acusado dijo que al
entrar en la rotonda había reducido la velocidad "a segunda", lo que resulta incompatible con una alta
velocidad, sin que ninguno de los testigos que declararon en el plenario hubieran podido decir qué
marcha se encontraba colocada en el vehículo y por tanto no se ha podido contradecir lo que había
dicho el acusado; y en segundo lugar, respecto a la impugnación del informe pericial presentado por
el Ministerio fiscal, señala el letrado impugnante que no puede ser valorado por cuanto que no ha
sido ratificado por sus firmantes y que no había sido impugnado con anterioridad porque lo
desconocía, de esta forma, niega que la conducta del acusado fuera imprudente, debiéndose al estado
de la calzada y por ello no hay conexión entre la acción del acusado y el resultado. Finalmente
transcribe varias sentencias a propósito de la imprudencia. Termina por todo ello pidiendo que se
revoque la sentencia del Juzgado de lo penal y se dicte otra por el que se absuelva su representado de
los delitos acusados.

En segundo lugar, por lo que se refiere al recurso de apelación presentado por la representación de
Doña Graciela, de un lado impugna el recurso de apelación presentado por el acusado, de otro
presenta recurso de apelación respecto de la pena impuesta en la sentencia.

Por lo que se refiere a la impugnación del recurso de apelación presentado por el acusado, la
representación de la acusación particular impugna los argumentos expresados por el recurrente y
señala que el pronunciamiento condenatorio se ha producido sobre la base de la prueba practicada en
el acto del juicio cuya valoración corresponde al juez sentenciador, siendo una valoración efectuada

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en la sentencia lógica y suficiente para desvirtuar el derecho a la presunción de inocencia del
acusado. Igualmente, en su escrito, realiza alegaciones respecto a la impugnación efectuada por el
recurrente a propósito del informe pericial aportado como cuestión previa. También expone
argumentaciones jurídicas, con citas de sentencias del Tribunal Supremo, a propósito de la
calificación de la entidad de la imprudencia, y concluye que la conducta desplegada por el acusado
debe ser calificada en todo caso como "imprudencia grave".

Por lo que se refiere al recurso de apelación que interpone dicha acusación particular respecto de la
Sentencia, discrepa el recurrente sobre la extensión de la pena impuesta, señalando que se trataría de
un concurso ideal del artículo 77 del Código penal entre el delito de homicidio por imprudencia y el
delito doloso contra la seguridad vial de modo que corresponde imponer la pena prevista para la
infracción más grave que en este caso es el delito de homicidio por imprudencia, que debe ponerse en
su mitad superior, así como la correspondiente pena de prohibición de conducir vehículos a motor y
ciclomotores, por ello solicita que se imponga al acusado la pena de prisión de tres años y seis meses
manteniendo el resto de pronunciamientos.

En tercer lugar, por lo que se refiere al recurso de apelación interpuesto por la representación de
HILO DIREC SEGUROS, de un lado manifiesta su adhesión al recurso del acusado interesando la
absolución del mismo; para el caso de que no hubiera esa absolución, formular su recurso alegando
que se ha producido "pluspetición" por cuanto que le correspondería a la apelante únicamente la
mitad de la cuantía en cuanto que está referida a los padres comprendiendo conjuntamente ambos y
dado que el padre no consta que esté fallecido y ni que no desee reclamar la indemnización, no es
posible darle toda la indemnización exclusivamente a la madre.

Realiza igualmente impugnación respecto de los intereses del 20% conforme a la Ley de Contrato de
Seguro que impone la sentencia refiriendo, respecto de la perjudicada madre de la fallecida, que no
se ha producido una declaración de insuficiencia por parte del Juzgado en cuanto a la consignación
que se realizó en su día, y que además, si se estimara el recurso de apelación de dicha parte respecto
de la reducción al 50%, la cuantía consignada estaría próxima a la cuantía total; en cuanto al importe
relativo a la indemnización de la farola que resultó dañada, no ha sido tasada, se desconoce el precio
de la misma, y por tanto no queda acreditada la cantidad y no se le puede condenar a los intereses
respecto de una cantidad que no ha sido nunca determinada ni por la propia parte reclamante.

Se observa que la representación del acusado realiza adhesión al recurso presentado por la
representación de HILO DIRECT SEGUROS y que la representación de ésta impugna el recurso
presentado por la representación de Graciela, remitiéndose, de un lado, al recurso de apelación que
ha presentado la propia parte, y de otra, a la adhesión que ha realizado al recurso de apelación
presentado por el acusado, en los que interesa la absolución del mismo. Y a propósito de la
impugnación que realiza del recurso presentado por la representación de Graciela, manifiesta que
debe tenerse en cuenta que el acusado ha pedido perdón (y así consta en el acta del juicio oral), que
se produjo una reparación del daño por cuanto que se procedió a la consignación, y que la farola no
ha sido tasada en ningún momento. También la representación del acusado realiza impugnación del
recurso presentado por la representación de Graciela y se adhiere al recurso presentado por la
representación de HILO DIRECT SEGUROS.

Por su parte, la representación procesal de Sra. Graciela realiza impugnación del recurso de apelación
presentado por HILO DIRECT SEGUROS, señalando que se manifestó en el acto del juicio que se
estaba en trámite de la declaración de ausencia del padre de la fallecida, y que es procedente la
imposición de los intereses del 20% por cuanto que tardaron más de un año en realizar la
consignación.

Finalmente, el Ministerio fiscal impugna el recurso de apelación presentado por la representación del
acusado entendiendo que la sentencia dictada es conforme a derecho y fruto de la valoración
realizada por el juez a quo de la prueba practicada su presencia bajo los principios de inmediación,
contradicción y oralidad; igualmente impugna el recurso de apelación presentado por la
representación de la Acusación particular entendiendo que la pena ha sido adecuadamente
determinada de conformidad con lo establecido en el artículo 382 del código penal, no siendo

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procedente la aplicación de lo dispuesto en el artículo 77 del código penal por tratarse aquella de una
regla específica; igualmente el Ministerio fiscal impugna el recurso presentado por la representación
de HILO DIRECT SEGUROS; en definitiva, el Ministerio fiscal interesa la confirmación de la
resolución recurrida.

SEGUNDO.- Expuesto resumidamente las peticiones de las partes en sus vertientes de


impugnaciones y adhesiones respectivas, debemos comenzar por referirnos, por su carácter general, a
la alegación relativa a la vulneración del derecho a la presunción de inocencia y del principio in
dubio pro reo contenido en el escrito de recurso del acusado.

Y así, debemos recordar, tal como establece reiteradamente la jurisprudencia, que el Juez de instancia
es soberano a la hora de examinar, ponderar y valorar el resultado de la prueba ante él practicada,
porque a él le corresponde la valoración de todas las pruebas de conformidad con lo dispuesto en el
art. 741 de la LECrim, al disponer de la insustituible inmediación que otorga el haber presenciado
todas las pruebas. Lo exigible es que practicada la prueba con estricta observancia de la legalidad
vigente, el órgano judicial forme su íntima convicción conforme a las normas de la lógica y de las
máximas de la experiencia, afirmando la realidad de los hechos y la participación del recurrente en
los mismos, mediante un razonamiento que no quepa reputar de irracional, ilógico o arbitrario.
Consecuencia de lo anterior, es que la facultad revisora del Tribunal de apelación queda reducida a la
comprobación de la adecuación de la valoración del órgano judicial de instancia a las reglas de la
lógica y de la racionalidad, pues si los resultados alcanzados por el mismo no se corresponden con lo
efectivamente acreditado en las actuaciones se incide en los aludidos vicios.

Por otro lado, en relación al principio de presunción de inocencia, la Sentencia del Tribunal
Constitucional de 10 de febrero de 2003 establece que, además de constituir un principio o criterio
informador del ordenamiento procesal, es ante todo un derecho fundamental en cuya virtud una
persona acusada de una infracción no puede ser considerada culpable hasta que así se declare en
sentencia condenatoria, siendo sólo admisible y lícita esta condena cuando haya mediado actividad
probatoria que, practicada con la observancia de las garantías procesales y libremente valorada por
los Tribunales penales, pueda entenderse de cargo y, como regla general, la única prueba que pueda
desvirtuar la presunción de inocencia es la efectuada en el juicio oral bajo los principios de
contradicción, publicidad e inmediación. Por tanto, cuando se invoca el mencionado derecho
constitucional, el examen debe ceñirse a la supervisión de que ha existido prueba de cargo, la
comprobación de que la actividad probatoria se ha practicado con todas las garantías y que el órgano
de enjuiciamiento ha exteriorizado las razones que le han conducido a constatar el relato de hechos
probados a partir de una actividad probatoria practicada y el control de la razonabilidad del discurso
que une la actividad probatoria y el relato fáctico resultante.

Finalmente, en cuanto a la eventual vulneración del principio in dubio pro reo solo puede alegarse
con éxito en vía de recurso, cuando de la resolución impugnada resulte, expresa o tácitamente, que
habiendo tenido el Juzgador dudas sobre aspectos fácticos integrantes del tipo penal o relativos a la
eventual participación en los hechos del imputado, dichas dudas hubieran sido despejadas de forma
distinta a como lo impone el mencionado principio.

Pues bien, se entiende a la vista de la Sentencia y del visionado del acta digital que la prueba
practicada en el acto del Juicio es lícita y obtenida con todas las garantías. No obstante, no se
comparte por esta Sala la conclusión a la que llega el Iltre. Juzgador de instancia respecto del delito
contra la seguridad vial pues aunque ciertamente existen claros indicios de posible conducción
afectada por la ingesta alcohólica del acusado (haber ingerido dos medianas de cerveza previo a la
conducción, conducción no ajustada a las circunstancias de la vía, resultado positivo en la prueba de
detección alcohólica fijado en 0,43 mg/l de aire espirado en ambas y los síntomas observados por los
Agentes de Policía local de Terrassa, especialmente, los números NUM000 y NUM001 ratificándose
en el acta de sintomatología unida al folio 57 de las actuaciones: ojos rojos y vidriosos, olor a
alcohol, movimientos lentos y falta de coordinación), lo cierto es que todo ello no acredita, sin
género de duda alguna, que la conducción desplegada por el acusado se debiera específicamente a tal
ingesta. Los resultados de las pruebas alcoholímetras no rebasan el límite de sanción administrativa,
los síntomas observados por los Agentes son compatibles con el grave siniestro que al final se

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produjo, y no se indican otros síntomas que expliquen o evidencien sin tal género de duda que la
conducción que estaba realizando el acusado se debiera, precisamente, a su afectación por el alcohol.
Por ello, tales dudas deben resolverse a favor del mismo procediendo, en su consecuencia, su
absolución por el delito contra la seguridad vial en la modalidad de conducción de vehículo a motor
bajo la influencia de bebidas alcohólicas por el que se formuló la acusación del art. 379.2 inciso
primero del Código penal. Hubiera sido más acorde con los hechos acreditados la condena por un
delito contra la seguridad vial en modalidad de conducción temeraria si bien no se ha formulado
acusación por tal delito por lo que no es dable pronunciarse sobre tal.

En este sentido, el Pleno de la Sala 2ª del Tribunal Supremo, en Sentencia 794/2017, de 11 de


diciembre de 2017, (Rec. 725/2017), analizando la evolución del precepto (y distinguiendo dos
etapas, estando marcada la segunda por la adición del tipo objetivo del inciso final del art. 379.2 del
Código penal a través de LO 15/2007, de 30 de noviembre), señalaba respecto del tipo hasta entonces
vigente, de carácter valorativo: "Finalmente y en relación con esta primera etapa, la STS 636/2002,
de 15 de abril, señaló que "dos son los elementos que caracterizan el tipo delictivo regulado en el art.
379 del Código penal: Uno, objetivo, consistente en el grado de impregnación alcohólica que padece
el sujeto activo, y otro subjetivo, que se refiere a la influencia que tal grado de impregnación
alcohólica determina en la conducción. Ahora bien, tal influencia no tiene por qué exteriorizarse en
una flagrante infracción de las normas de tráfico visible e inmediata (delito de peligro concreto),
apreciada por el agente actuante, o en la producción de un resultado lesivo, sino basta el delito de
peligro in abstracto, practicándose la correspondiente prueba de detección alcohólica, y apreciándose
por los agentes los signos externos de donde puede deducirse después (mediante prueba indirecta)
ese grado de influencia en la conducción. En este sentido, la jurisprudencia señala que no basta el
dato objetivo del grado de impregnación alcohólica, sino que es preciso acreditar la influencia que la
misma tenga en la conducción ( STS 5/1989, de 15 de enero), no siendo necesario un peligro
concreto ( Sentencia de 2 de mayo de 1981), sino únicamente que la "conducción" estuvo
"influenciada por el alcohol" ( Sentencias de 6 de abril de 1989 y 14 de julio de 1993, entre otras
muchas posteriores)"."

El motivo, por todo ello, se estima.

Por lo que se refiere al delito de homicidio por imprudencia grave del art. 142.1 y 2 del Código
penal, el Iltre. Juez a quo, basa también su condena en la prueba practicada en el acto del juicio,
valorada conforme a los principios que se han indicado anteriormente, y concretamente los basa en la
conducción del vehículo a gran velocidad, así como a la ingesta alcohólica analizada anteriormente.

Al tratarse de "imprudencia" la jurisprudencia hace referencia a la omisión de una norma de cuidado


y a la entidad de dicha omisión y concluye el juez a quo que por ello la conducta del acusado debe
ser calificada como de "imprudencia" y además de "grave" debido a que para el manejo del vehículo
a motor el acusado hizo una previa ingesta alcohólica, desplegando una conducción para nada
adecuada a las circunstancias de la vía, y concretamente con exceso de velocidad, lo que base en las
testificales practicadas en el acto del plenario así como en el informe pericial aportado por el
Ministerio fiscal como cuestión previa en el acto del plenario. En este sentido los testigos que
presenciaron el accidente relatan que el vehículo iba a una gran velocidad (Sres. Severino y Urbano y
Mosso dEsquadra NUM002; se observa que el Sr. Severino llegó a decir que iría a más de 90 km/h),
y el citado informe pericial determina en su folio 35 el vehículo se desplazaba una velocidad entre 85
km/h a 100 km/h, y razona el juez a quo sobre la admisión del citado informe pericial en atención a la
ausencia de impugnación del mismo en el momento procesal adecuado. En cuanto a esta cuestión,
específicamente abordada por el Letrado impugnante, se comprueba que otorgada a dicha parte la
palabra sobre ello, el Iltre. Letrado que ahora impugna y protesta contra el citado Informe en aquel
momento manifestó que nada tenía que decir, declinando de esta forma alegar y quejarse de lo que
ahora alega y se queja; por tanto, la actual impugnación resulta extemporánea e ineficaz a los efectos
pretendidos por la parte. El juez a quo expone en su sentencia la doctrina aplicable a los informes
periciales documentados que se entiende correcta y aplicable.

En tal sentido tiene por acreditada la velocidad desplegada por el acusado, no ajustada a las
circunstancias de la vía (como señalaron los testigos presenciales de dicha conducción, sin necesidad

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de entrar a valorar, por ello, lo manifestado por los amigos/conocidos del acusado que sólo refirieron
su parecer sobre el estado del acusado antes, sin establecer cuanto antes, ponerse a los mandos del
vehículo), lo que adicionalmente viene ratificado por el referido Informe pericial que sobre pruebas
técnicas establece una velocidad estimada de entre 85 km/h y 100 km/h, siendo la velocidad
determinada para esa vía urbana de 50 km/h (folio 6 del informe técnico); a lo anterior debe sumarse
la ingesta alcohólica anteriormente analizada, con el resultado lesivo producido (fallecimiento Sra.
Nuria), lo que cualifica la conducta desplegada por el acusado como imprudente y en modo alguno
puede ser estimada tal imprudencia como "leve" o "menos grave", al producirse la infracción de las
mínimas normas de cuidado exigibles a quien desarrolla tal conducta. Así lo expone el juez en su
resolución (folios 11 y 12 de la sentencia).

Por tanto, el juez a quo valora de forma lógica, adecuada y bastante las pruebas practicadas a su
presencia y lo expone de forma suficiente en su resolución, por lo que no procede sino confirmar su
pronunciamiento condenatorio por este delito. El motivo de impugnación, por todo ello, se desestima.

TERCERO. - Por lo que se refiere al recurso de apelación que interpone la acusación particular
respecto de la Sentencia, discrepa el recurrente sobre la extensión de la pena impuesta, señalando que
se trataría de un concurso ideal del artículo 77 del Código penal entre el delito de homicidio por
imprudencia y el delito doloso contra la seguridad vial de modo que corresponde imponer la pena
prevista para la infracción más grave que en este caso es el delito de homicidio por imprudencia, que
debe ponerse en su mitad superior, así como la correspondiente pena de prohibición de conducir
vehículos a motor y ciclomotores, por ello solicita que se imponga al acusado la pena de prisión de
tres años y seis meses manteniendo el resto de pronunciamientos. El motivo será desestimado.

La Sala 2ª del Tribunal Supremo, en Sentencia 744/2018, de 7 de febrero de 2019 (Rec. 2771/2017),
señaló a propósito del art. 382 del Código penal que " En este precepto la previsión normativa es que
los actos sancionados en los artículos 379, 380 y 381 ocasionen, además del riesgo prevenido, un
resultado lesivo constitutivo de delito, en cuyo supuesto se apreciará la infracción más gravemente
penada imponiendo la pena su mitad superior.

De otra parte, conforme dijimos la Sentencia 64/2018 de 6 febrero , la previsión del artículo 382 es
una regla penológica que no excluye la consideración de pluralidad de delitos a los que aplicar una
penalidad acumulada. Se trata de un concurso de delitos para los que el legislador prevé una
solución penológica singular, en principio, similar al concurso de normas, la correspondiente al
delito más grave, y además la previsión del concurso ideal. No se trata de un supuesto de concurso
de normas, sino de concurso de delitos con una regla penológica especial".

Es por ello por lo que el Juez a quo ha apreciado el referido precepto, y no el invocado por la parte (
art. 77 del Código penal).

No obstante, dado que se absuelve del delito contra la seguridad vial, tal problemática concursal no
se plantea ahora, estableciéndose la pena exclusivamente por el delito de homicidio por imprudencia
grave del art. 142 CP que estableciendo un arco penológico de entre 1 y 4 años de prisión, no
apreciándose ni circunstancias agravantes ni atenuantes, teniendo en cuenta las circunstancias del
hecho (entre las que debe considerarse la grave irresponsabilidad de la previa ingesta alcohólica
constitutiva de infracción administrativa y una velocidad muy superior a la establecida para la vía y a
las circunstancias de visibilidad dada la hora de producción de los hechos), procede establecer la
pena en su extensión media y concretarla así en 2 años y 6 meses de prisión con accesoria de
inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el mismo tiempo, y 4 años de
privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores de conformidad con lo
establecido en el art. 142.2 del Código penal.

CUARTO.- En cuanto al recurso de HILO DIRECT SEGUROS, además de pedir la absolución del
acusado (lo que ha sido desestimado conforme a los fundamentos anteriores y a ellos nos remitimos),
invoca que existe a) "pluspetición", por cuanto que le correspondería a la apelante únicamente la
mitad de la cuantía dado que el Baremo está referido a los padres comprendiendo conjuntamente
ambos y dado que el padre no consta que esté fallecido ni que no desee reclamar la indemnización,

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no es posible otorgarle toda la indemnización exclusivamente a la madre; y b) realiza igualmente
impugnación respecto de los intereses del 20% conforme a la Ley de Contrato de Seguro que impone
la sentencia refiriendo, respecto de la perjudicada madre de la fallecida, que no se ha producido una
declaración de insuficiencia por parte del Juzgado en cuanto a la consignación que se realizó en su
día, y que además, si se estimara el recurso de apelación de dicha parte respecto de la reducción al
50%, la cuantía consignada estaría próxima a la cuantía total; en cuanto al importe relativo a la
indemnización de la farola que resultó dañada, no ha sido tasada, se desconoce el precio de la misma,
y por tanto no queda acreditada la cantidad y no se le puede condenar a los intereses respecto de una
cantidad que no ha sido nunca determinada ni por la propia parte reclamante.

El Letrado de la Sra. Graciela impugna tal recurso y entiende que procede la confirmación de la
resolución recurrida en la que se atribuye a su representada el 100% de la indemnización establecida
en Tabla I Grupo IV así como los intereses establecidos en la misma al 20%.

Y así, en cuanto a la cuestión impugnada por el representante de HILO DIRECT SEGUROS,


debemos traer a colación la Sentencia de la Sala 1ª del Tribunal Supremo de 5 de febrero de 2015
(ROJ: STS 465/2015 - ECLI:ES:TS:2015:465) en la que se trata esta cuestión pero referida al
supuesto en que uno de los progenitores es el causante del accidente, aunque seguidamente se refiere
específicamente al supuesto planteado. Así señala en su Fundamento jurídico 4º: "Procede, en
consecuencia, que esta Sala determine cuál es la interpretación que considera correcta a efectos de
unificación de doctrina, concurriendo numerosas razones que conducen a estimar acertada la
solución adoptada por la sentencia recurrida en cuanto considera que, viviendo ambos progenitores
y siendo uno de ellos el responsable del accidente, corresponde al otro percibir únicamente el 50%
de la indemnización asignada a los "padres" en el Grupo IV de la Tabla I del Sistema de Valoración
y no la cantidad íntegra prevista, tal como se prevé en el proyecto de reforma aprobado por una
Comisión de Expertos y puesto a disposición de la Dirección General de Seguros el pasado mes de
mayo de 2014 que, en todos los casos de fallecimiento de hijos, distingue la cantidad asignada a
cada uno de los progenitores.

La misma interpretación ha de mantenerse en la actualidad para el caso de que vivan ambos


padres y por tanto sean acreedores en igual medida de dicha indemnización en concepto de
perjudicados por el fallecimiento de su hijo. Cuando el sistema fija una cantidad global para
"padres" por fallecimiento de un hijo ha de entenderse que la misma es para ambos y no está
prevista en su integridad para cada uno de ellos, como sí se contempla especialmente en otros
supuestos de la Tabla I. En tal caso -que es el presente- viviendo ambos progenitores sólo se podrá
reclamar la cantidad total interviniendo ambos conjuntamente como demandantes, de modo que si
lo hace uno solo podrá reclamar únicamente la mitad de dicha cantidad, como especialmente
aparece previsto para el caso de que existiera convivencia del hijo con uno de ellos y no con el otro,
supuesto en que cada padre percibirá la mitad de la cantidad correspondiente según su situación.
Esta es la interpretación más lógica de la norma ya que, aunque la indemnización de los "padres" se
haya contemplado en este caso cuantitativamente de modo conjunto, es lógico que ha de
corresponder a cada uno de ellos en un 50%, lo que aparece especialmente claro en los supuestos
en que no existiera matrimonio entre los mismos o hubiera sido disuelto por divorcio. Siendo ello
así, carece de sentido que el 50% correspondiente al padre o madre no demandante acrezca a favor
del que formula la demanda que, en tal caso, sería acreedor de una cantidad mayor por el mero
hecho de que el otro progenitor fuera el causante del accidente -por cuya actuación responde
precisamente la entidad aseguradora- siendo compensado económicamente en mayor medida que en
el caso de que el responsable del accidente hubiera sido un tercero".

Y en el presente caso se da la circunstancia de que el padre de la fallecida no consta fehacientemente


como fallecido, sino que únicamente consta aportada a la causa una solicitud de declaración de
ausencia que fue admitida a trámite por diligencia de ordenación de 14 de septiembre de 2017, lo que
evidentemente no es equivalente al fallecimiento de aquel, teniéndose por vivo a aquél en tanto no
conste su fallecimiento fehaciente o su declaración de fallecimiento de conformidad con lo
establecido en el art. 195 del Código Civil, y además debe observarse que en la propia solicitud se

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hace constar que la Sra. Graciela estaba divorciada del Sr. Adriano (presunto ausente) desde fecha 3
de noviembre de 1997 por lo que en ningún caso puede entenderse que ostente su representación (no
teniendo, por otro lado, poder otorgado al efecto).

En definitiva, procede estimar el recurso de HILO DIRECT SEGUROS en este punto dado que no
consta la reclamación del padre de la fallecida sino únicamente de la Sra. Graciela, sin que conste
que ésta tenga la representación de aquel. No obstante, procede corregir las cuantías establecidas en
la Sentencia por entenderse que han sido incorrectamente computadas.

Así, la cuantía establecida en el Anexo de 2014, en la Tabla I, Grupo IV, padres sin convivencia con
la víctima (menor de 65 años), se determina en 76690,12 euros; con aplicación de factor de
corrección de la Tabla II por ingresos derivados del trabajo, 10%, 7669,01 euros, lo que asciende a
un total de 84.359,13 euros. A dicha cuantía debe añadirse un 40% de factor de corrección por ser
hija única mayor de edad, pero menor de 25 años, 33.743,652 euros, lo que asciende a un total de
118.102,782 euros. Tal es la cuantía atribuible a ambos progenitores, de suerte que conforme se ha
señalado anteriormente, corresponde a cada uno de ellos el 50% de dicho importe, lo que comporta
para la Sra. Graciela un total de 59.051,391 euros. A dicho importe deben sumarse los gastos de
sepelio acreditados por importe de 6141,94 euros y que deben ser abonados en su integridad pues es
ella quien ha realizado el pago de estos. Por todo ello, la cuantía a favor de la Sra. Graciela asciende
a un total de 65.193,331 euros, más el interés legal generado conforme se examinará a continuación.

En este sentido, en cuanto a los intereses de procedente aplicación la Sentencia entiende imponibles
los del art. 20 LCS por entender que la Aseguradora ha consignado una cuantía muy inferior a la que
en definitiva establece después de un año y tres meses desde el accidente. No obstante, teniendo en
cuenta lo argumentado en los párrafos anteriores y observando que la aseguradora consignó y puso a
disposición de la perjudicada la cuantía de 79.956,19 euros (en la consideración del criterio seguido
de la mitad de la indemnización al progenitor reclamante partiendo de la convivencia con la víctima),
se entiende que sí consignó cuantía próxima a la procedente conforme a la obligación derivada de la
Ley de Contrato de Seguro y en su consecuencia los intereses son los derivados del nº 4º, párrafo 1º,
art. 20 LCS que señala que "La indemnización por mora se impondrá de oficio por el órgano judicial
y consistirá en el pago de un interés anual igual al del interés legal del dinero vigente en el momento
en que se devengue, incrementado en el 50 por 100; estos intereses se considerarán producidos por
días, sin necesidad de reclamación judicial"; y no los establecidos en la Sentencia relativos al 20%, y
ello desde la fecha del siniestro hasta la fecha de la consignación (no habiendo transcurrido más de
dos años entre ambas fechas).

Por el contrario, en cuanto a la indemnización procedente a favor del Ayuntamiento de Terrassa en


que no se ha efectuado consignación ni pago alguno. Así la Sentencia del Tribunal Supremo, Sala 1ª
de 8 de febrero de 2017 señaló que "(...)la iliquidez inicial de la indemnización que se reclama,
cuantificada definitivamente por el órgano judicial en la resolución que pone fin al pleito, no implica
valorar ese proceso como causa justificadora del retraso, ya que debe prescindirse del alcance que
se venía dando a la regla in iliquidis non fit mora (tratándose de sumas ilíquidas, no se produce
mora), y atender al canon del carácter razonable de la oposición (al que venimos constantemente
haciendo referencia) para decidir la procedencia de condenar o no al pago de intereses y concreción
del dies a quo (día inicial) del devengo, habida cuenta de que la deuda nace con el siniestro y el que
la sentencia que la cuantifica definitivamente no tiene carácter constitutivo sino meramente
declarativo de un derecho que ya existía y pertenecía al perjudicado" .

Cierto que la cuantía de reparación no está determinada, pero ello no es óbice para que la Compañía
Aseguradora hubiera consignado la cuantía que hubiera estimado adecuada con petición de
declaración de suficiencia, habiendo dejado de cumplir su obligación a este respecto. Por ello, en este
caso sí procede condenar a la Compañía HILO DIRECT SEGUROS a la cuantía que se determine en
ejecución de sentencia por la reparación de la farola dañada en el siniestro así como los intereses de
demora del art. 20 LCS nº 4 párrafo 2º conforme se determinó en la Sentencia impugnada.

QUINTO.- Las costas se esta instancia se declaran de oficio.

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VISTOS los preceptos citados y demás aplicables.

FALLO:

Que ESTIMANDO PARCIALMENTE los recursos de apelación interpuestos por las


representaciones procesales del acusado DON Valentín e HILO DIRECT COMPAÑÍA DE
SEGUROS, y DESESTIMANDO ÍNTEGRAMENTE de la Acusación particular DOÑA Graciela y
parcialmente el del Ministerio fiscal contra la Sentencia de fecha 3 de diciembre de 2018 dictada por
el Iltre. Juez del Juzgado de lo Penal núm. 1 de Terrassa en el Procedimiento Abreviado nº 18/2016;
revocamos parcialmente en el sentido de absolver al sr. Valentín del delito contra la seguridad vial
del art. 379.2 CP, manteniendo la condena por delito de homicidio imprudente del art. 142 del
Código Penal, y le condenamos a la pena de DOS AÑOS Y SEIS MESES DE PRISIÓN, con
accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el mismo tiempo y
privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo de CUATRO AÑOS.
Se establece la responsabilidad civil a favor de la Sra. Graciela en SESENTA Y CINCO MIL
CIENTO NOVENTA Y TRES EUROS, CON TREINTA Y TRES CÉNTIMOS DE EUROS
(65.193,33 euros), más el interés legal conforme al art. 20 nº 4 párrafo 1º LCS desde la fecha del
siniestro y hasta la fecha de la consignación que efectuó por la Compañía de Seguros, dejando
inalterados el resto de pronunciamientos de la Sentencia , y con declaración de la mitad de las costas
de oficio de la primera instancia y de oficio las de esta instancia.

Esta sentencia es firme y contra la misma no cabe recurso ordinario alguno.

Así lo dispone el Tribunal y lo firman los magistrados que lo forman.

El presente texto proviene del Centro de Documentación del Poder Judicial. Su contenido se
corresponde íntegramente con el del CENDOJ.

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