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Pinceladas

Proyecto de intervención territorial a través de expresiones artísticas


como el muralismo, la escultura y el relato gráfico de historias en la localidad
rural de Achar.

Prof. Gustavo Paz


4648098-1
gustavopaz86@gmail.com
Coordinador de actividades y participación
Docente de Sociología
Liceo Rural de Achar-Tacuarembó
Resumen
Se intentó a través del desarrollo de un proyecto de muralismo ensayar formas
cooperativas de educación que permitieran vivenciar otras formas de
relacionarse con la institución educativa, con el conocimiento y con los otros.
Se buscó habilitar espacios para la construcción colectiva de una intervención
urbana de la cual pudieran apropiarse los habitantes de la localidad rural de
Achar.
Mediante el proyecto fue posible desarrollar una experimentación pedagógica
que replanteó las ideas acerca de la posición docente, la naturaleza de las
relaciones desarrolladas al interior de la institución educativa y la relación entre
los estudiantes y el rol que desempeñan, rescatando principalmente la
conquista de la autonomía crítica, la participación activa y la dimensión
colectiva.

INTRODUCCIÓN
La localidad de Achar se encuentra ubicada a 94km de la ciudad de
Tacuarembó en dirección suroeste y en el km 10 de la ruta 43. Su población,
según el censo de 2011 era de 687 habitantes. Debido a su ubicación
geográfica, se trata de un a población con escasas actividades económicas y
culturales. Representando las instituciones educativas -escuela y liceo- centros
de referencia para la comunidad local y zonas aledañas. Por ejemplo,
actualmente la matrícula de estudiantes en el liceo rural se compone casi en un
50 % de “estudiantes viajeros”, quienes llegan al liceo, en algunos casos, luego
de realizar viajes de tres horas en micro. Entendemos que el pueblo posee
interesantes aspectos que hacen a sus tradiciones e identidad que podrían
servir como elementos para fortalecer los lazos sociales a nivel de la
comunidad, a la vez que brindarían al pueblo una mayor visibilidad a nivel del
departamento. Se pretendió llevar adelante una intervención territorial a través
de expresiones artísticas como el muralismo, la escultura y el relato gráfico de
historias. El proyecto fue pensado a mediano o largo plazo, debido a su
complejidad y ambición y se divide en dos partes fundamentales: la primera es
el trayecto de su ejecución, en donde resalta la cooperación para la
persecución de un objetivo colectivo; la segunda es el producto obtenido del
trabajo cooperativo el cual pretende permanecer en el territorio aportando
“algo” a la comunidad local.

Justificación general de la propuesta

La presente propuesta intenta recuperar el espacio urbano para la participación


de la comunidad educativa y de las familias de la localidad de Achar,
considerando especialmente que se trata de una comunidad muy pequeña y
con escasos recursos y espacios públicos que sirvan a la integración, la
recreación o la proyección de actividades culturales.

El proyecto buscó aportar algo a la comunidad, dejando el resultado de sus


productos como elementos tangibles y perdurables en el tiempo, en este caso
los murales, pero además valorando especialmente todo el proceso de
construcción de la propuesta, en donde intercambios, acuerdos, puntos de vista
e ideas se convierten en los vehículos de un intercambio que trasciende los
actores institucionales y se instala en la comunidad, como base para un diálogo
intergeneracional.

Principalmente se buscó fomentar el cooperativismo entre los participantes y el


desarrollo de la autonomía, entendida en un sentido amplio, involucrando la
participación activa, la iniciativa en términos propositivos y mayores grados de
libertad frente a los procesos de enseñanza y aprendizaje por parte de los
adolescentes. Entendimos la autonomía como algo a conquistar y desde dos
dimensiones: desde la acción y desde lo colectivo. Con respecto a lo último,
nos interesaba especialmente habilitar instancias y actividades que propiciaran
la construcción colectiva como elemento y herramienta para los adolescentes,
quienes ocupan, en el marco de relaciones institucionales, locales y
comunitarias, un lugar subordinado frente a otros actores, lo que determina que
muchas veces no sean tenidos en cuenta en la toma de decisiones sobre
aspectos relevantes para sus trayectorias educativas y de vida.

Se ha intentado también plantear un desafío a la formas escolares


tradicionales, intentando propiciar espacios educativos extra-aula y que
escaparan a las formas rígidas de organización de los tiempos y los espacios
así como la unilateralidad del conocimiento por parte del docente. Se intentó
demostrar, que es posible trabajar desde otros espacios, construyendo
conocimiento pertinente y procesos motivadores del querer aprender y el
querer hacer junto a otros. En donde el docente no se desentiende de su rol
como guía pedagógico y referente adulto en una relación que se construye en
el trayecto del desarrollo de la propuesta.

Antecedentes
Los antecedentes en cuanto a intervención artística urbana en la zona son muy
escasos y solo se limitan a la intervención de espacios institucionales. Si bien
existen muchos antecedentes en San Gregorio de Polanco, balneario ubicado a
50km aproximadamente, en donde el muralismo callejero es una seña de
identidad, no sucede lo mismo en Achar.
En cuanto a trabajo cooperativo y otras formas de participación colectiva que
involucre estudiantes del liceo, supimos de una experiencia llevada adelante
desde una radio comunitaria en la cual los adolescentes difundían información
y contenidos culturales diversos, dicha experiencia, según testimonios de
algunos involucrados, fue valorada como muy positiva, razón por la cual
pretendemos también profundizar allí, tomando como base los aprendizajes del
presente proyecto, lo que implica explorar otro espacio de participación e
intercambio con la comunidad.

También se han dado múltiples experiencias concretas en el área de la lúdica y


la recreación, el antecedente más próximo es del año 2021 y constó de una
serie de actividades desarrolladas en los espacios públicos de manera conjunta
entre la escuela y el liceo de la localidad.

En cuanto al presente proyecto, se valora especialmente la posibilidad de dejar


en la localidad un testimonio vivo y abierto que pueda permanecer en el tiempo
aportando algo a la comunidad.

OBJETIVOS

Objetivos generales
-Generar un espacio de participación comunitaria que tenga como eje el
fortalecimiento de la identidad colectiva local.

-Habilitar un espacio de apropiación y participación en el territorio que fomente


el sentido de pertenencia y la cooperación.

Objetivos específicos
-Propiciar la participación cooperativa entre diversos actores locales y
regionales.

-Incluir a las generaciones más viejas en la reconstrucción de la memoria local.

-Fomentar la cooperación como forma de obtener logros y beneficios para la


comunidad.

-Construir un espacio participativo de un “hacer juntos” que permita


experimentar y valorar la autonomía en diversos ámbitos de la vida

Fundamentación pedagógica

La propuesta intenta llevar adelante un trabajo cooperativo, en donde los


participantes puedan incidir activamente y en el marco de relaciones
pedagógicas horizontales. Buscamos principalmente desarticular para
deconstruir formas de organización atadas a jerarquías y formas verticales, las
cuales imposibilitan cualquier riqueza que se pueda obtener de formas
pedagógicas, hoy muy “de moda”, como por ejemplo los aprendizajes basados
en proyectos. La idea de que sea posible pensar como sujeto colectivo implica
entre otras cosas, pensar el diseño, la implementación, la organización y estar
atentos a los emergentes que puedan surgir de las prácticas cotidianas. En
este punto, cabe destacar que ocupa un lugar preponderante recuperar el
espacio de la vida cotidiana y las interacciones diarias, como un espacio desde
el cual se pueda llevar adelante la crítica, la autocrítica y la reflexión, como un
espacio en donde los estudiantes son agentes y no simple espectadores
pasivos. Desde ese lugar en donde se piensa políticamente y se clarifican los
intereses propios y las mejores formas de perseguir objetivos colectivos que a
la vez se ven potenciados por el intercambio abierto con la comunidad y las
familias.
Pensando desde este lugar, la institución escolar, el liceo, no es un espacio
separado de las inquietudes y las problemáticas locales, y en tanto recinto
destinado a la educación de las generaciones de adolescentes no solo es un
espacio de reproducción de parte del legado cultural de la sociedad, sino que
es posible desde la participación y la acción contribuir a dicho legado y definir
críticamente los objetivos de la educación más allá de los contenidos y las
formas escolares y “más acá” en la vida de los sujetos.

Siguirndo a Stevenazzi en su discusión respecto del concepto de hegemonía


(2010)

Las clases sociales, dominadas o subordinadas, poseen una


concepción del mundo que es impuesta por las clases
dominantes a través de continuas luchas sociales. Esta
ideología de las clases dominantes se corresponde con su
función histórica. Esta influencia, que se produce por
diversos canales, permite a la clase dominante construir y
mantener la conciencia colectiva, es decir, su hegemonía.
Entre los canales por los cuales se reproduce la ideología
podemos nombrar: las escuelas, la religión – particularmente
la Iglesia-, el servicio militar, los medios de comunicación.
(p.48)

Entendemos desde una mirada contextualizada, que la falta de


posibilidades materiales que marca una fuerte desigualdad social en el
pueblo y en los pueblos de los cuales provienen los y las estudiantes
se ve agravada por una escaza y a veces inexistente posibilidad de
acceso a la cultura, al arte y diversas formas de expresión, que lejos
de representar un simple medio de esparcimiento y recreación,
también alimentan la participación y la construcción conjunta, en clave
comunitaria de la agenda de preocupaciones de los habitantes así
como de una diversidad de puntos de vista sobre los acontecimientos
y fenómenos que hacen a la vida cotidiana del pueblo y la mayor parte
del tiempo permanecen ajenos a sus habitantes o al menos los
mantienen sin posibilidad de participación o incidencia. Entendemos
que en un marco donde la subordinación es una realidad aceptada y
naturalizada, el fortalecimiento de los lazos sociales puede
representar, al menos en principio una gran oportunidad de desafiar y
proponer alternativas desde la fortaleza que brinda el colectivo y el
“nosotros”.

Un ejemplo de ello lo pudimos constatar en una creciente participación


de los estudiantes, quienes tomando como punto de partida las
reuniones del proyecto, improvisaron asambleas estudiantiles en
donde plantearon demandas al mundo adulto, interpelando a los
docentes y articulando diversas demandas, como la del transporte.

Fruto de su inquietud y el planteo de la demanda, lograron mejorar las


condiciones de la locomoción que transporta a los y las estudiantes
del medio rural. En todo el proceso, contaron con la ayuda y
acompañamiento de sus docentes y lograron el apoyo de las familias y
el aval de la dirección liceal a su reclamo, algo que fue decisivo para
que la empresa de transporte los tuviera en cuenta y subsanara los
inconvenientes.

La cooperación, primero fue planteada como lineamiento pedagógico,


luego a través de la generación de herramientas para la enseñanza y
el aprendizaje y finalmente como un espacio de “poder hacer juntos” y
un abanico de posibilidades insospechadas por los estudiantes y
esperamos que también por sus docentes.

Antes hablamos de la necesidad de desafiar las formas escolares,


esto siguiendo la idea de que también las formas de organización del
tiempo, el espacio y las generaciones, también forman disposiciones y
formas particulares de interpretar el mundo circundante. La forma
escolar, como parte de una configuración histórica particular (Vincent;
Lahire; Thin ,1994) también es una construcción y también es posible
repensarla, recrearla y re-significarla. En ese proceso de
resignificación no pueden ni deben estar ausentes los actores
principales, los estudiantes.

Posiciones docentes
La experimentación pedagógica ha permitido ensayar nuevas
posiciones docentes a través de la puesta en práctica de diversas
actividades que colocaron la acción educativa también fuera del aula y
más allá de los esquemas organizativos rígidos que plantean las
formas escolares tradicionales. El tiempo juntos, las reuniones, las
discusiones, acuerdos y desacuerdos de los adolescentes se pudieron
concebir desde una perspectiva que situaba cada encuentro como un
espacio participativo en donde los integrantes del grupo se sienten
“iguales”, tanto entre pares como con respecto a los adultos, que en
este espacio, acompañan el proyecto y en todo caso asumen el papel
de mediadores o facilitadores.

Otro elemento importante ha sido la trascendencia que el cambio de


posición por parte de los estudiantes ha significado para el resto de la
institución educativa. Ya que los y las adolescentes asumen un rol
más activo y comprometido también en los espacios de las
asignaturas, nutriendo a las clases de otra dinámica. También el
cambio de posición se refleja en el valor que otorgan a lo colectivo y
como conciben lo colectivo, no solamente desde el punto de vista
instrumental: “lo que podemos conseguir si nos juntamos”, sino
también en términos de identidad colectiva, existe un “nosotros” que
reúne unas cuantas características positivas que es importante
conservar y es posible seguir construyendo desde ese nosotros y no
en solitario o desde la competencia.

Actividades desarrolladas

Hasta el momento las actividades desarrolladas en el marco del


proyecto se han limitado a la organización y definición del proyecto en
sí, dado que los y las estudiantes optaron por presentarse a un fondo
concursable a fin de obtener los recursos necesarios para su
ejecución. Dentro de las actividades las más significativas han sido las
asambleas estudiantes y la elaboración de los diseños de murales, en
dichas actividades se ha intentado además aportar a la discusión
colectiva y examinar alternativas posibles para el desarrollo del
proyecto en caso de que no se puedan obtener los fondos materiales
a través del concurso. De cualquier forma, la presentación al concurso
implicó un giro en la temática, la cual pasó a ser, Derechos Humanos
de niñas, niños y adolescentes. En el cronograma original estaban
planificadas las siguientes actividades:

Agosto- Difundir la propuesta entre la comunidad. Organizar


reuniones informativas, visitar instituciones y entregar material
informativo. Preparar los materiales, planos y estructuras. Seleccionar
los derechos que se pintarán en los murales y los dibujos.

Setiembre- Comenzar con el proceso de las pinturas. Invitando a


niños de la escuela y otros compañeros del liceo que no forman parte
del grupo inicial.

Octubre-Colocación de los murales y organización de la muestra.


Enmarcada en alguna de las actividades que se desarrollan
anualmente en el liceo.

Noviembre- Presentación de la muestra de los murales y actividades


recreativas con la temática Derechos Humanos.

Si bien vale destacar que el proyecto deberá replanificarse en función


de los tiempos y las particularidades del presente año, rescatamos lo
que se consiguió en tanto fortalecimiento del colectivo, especialmente
estudiantil, y conquista de la autonomía por parte de los estudiantes,
algo que se logró a través de la práctica y la experimentación y es
necesario sostener desde ahora y pensando en el futuro.

Referencias bibliográficas

Stevenazzi, F. (2010) “Las cooperativas de educación hacia la


educación cooperativa”. En: Revista Estudios Cooperativos Año 15 Nº
1 -Unidad de Estudios Cooperativos – UDELAR
Vincent, G.; Lahire, B.; Thin, D. (1994) Sobre la historia y la teoría de
la forma escolar. Université Lumière Lyon 2 – Francia. Traducción a
cargo de Leandro Stagno Universidad Nacional de La Plata.

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