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abecedario. cargo del docente. Producción de un información didáctica. a través del arte”
Sesiones simultáneas de trabajo en distintos contenidos, desarrolladas por varias secciones y grados en algunos momentos del año.
En estos agrupamientos se reúnen alumnos de años diferentes (no necesariamente de la UP) con un propósito de enseñanza y
una necesidad de aprendizaje en común. Desarrollan una secuencia de trabajo temporalmente acotada. Puede repetirse varias veces en el año pero no
necesariamente con los mismos niños ni con los mismos contenidos.
Trabajo final- EP N° 56- Luque- Martín- Roldán
Las reagrupaciones mencionadas se caracterizan por:
No son permanentes y se desarrollan varias veces en el año.
Se planifican con mucha precisión para intervenir en forma cercana y ajustada en el proceso de todos.
Permiten a los niños cambiar de grupo según su avance.
Requieren la previsión de los momentos en que diferentes integrantes de la escuela puedan apoyar la tarea de la UP.
Los lectores y escritores se forman participando en actos de lectura y escritura: se aprende a leer leyendo, se aprende a escribir escribiendo. Leer es
construir un significado a partir de la interacción con el texto que se está leyendo. Escribir es un esfuerzo por registrar, comunicar o reorganizar lo
que comprende sobre un tema. Como lectores y productores de textos; es necesario ofrecer a todos los niños un entorno que les permita
familiarizarse con los diversos escritos sociales y que promueva una interacción continua con lectores y escritores experimentados.
Por lo tanto, los contenidos esenciales que estarán en juego en los dos años que conforman la Unidad Pedagógica son:
Los quehaceres del lector y del escritor. En ellos se consideran dos dimensiones: por una parte, la dimensión social -interpersonal,
pública- a la que alude D. Olson cuando se refiere a la “comunidad textual “y, por otra parte, una dimensión psicológica -personal, privada- Entre los
quehaceres del lector dentro de la dimensión social podemos mencionar : comentar o recomendar lo que se ha leído, compartir la lectura, confrontar
con otros lectores las interpretaciones generadas por un libro o una noticia, discutir
sobre las intenciones implícitas en los titulares de cierto periódico... En cambio, los más privados serian anticipar lo que sigue en el texto, releer un
fragmento anterior para verificar lo que se ha comprendido cuando se detecta una incongruencia, saltear lo que no
se entiende o no interesa y avanzar para comprender mejor, identificarse con el autor o distanciarse de él asumiendo una posición crítica, adecuar la
modalidad de lectura -exploratoria o exhaustiva, detenida o rápida, cuidadosa o distendida...- a los propósitos que se persiguen y al texto que se está
leyendo.
Los grandes quehaceres del escritor son planificar, textualizar, revisar una y otra vez..., que se llevan a cabo, en general, en privado.
Sin embargo, requiere considerar los probables conocimientos de los destinatarios, el efecto que se aspira a producir en ellos a través
del texto y cuáles son los recursos para lograrlo. Por otra parte, cuando la producción es grupal obliga a debatir para tomar decisiones consensuadas.
Trabajo final- EP N° 56- Luque- Martín- Roldán
El lenguaje que se escribe. Permite a los alumnos adentrarse en el mundo de los textos, conocer los rasgos de ciertos géneros, e ir distinguiendo el
lenguaje escrito del oral para resolver los diversos problemas que se plantean al producir o interpretar textos.
El sistema de escritura. “El sistema de escritura es concebido como un sistema de representación y no como un código de transcripción de sonidos.
Los niños lo reconstruyen de manera activa, formulando hipótesis, poniéndolas a prueba y rechazándolas
o reelaborándolas en función de los conflictos cognitivos que enfrentan a lo largo de un prolongado proceso que ha sido minuciosamente estudiado
por Emilia Ferreiro.”
La evaluación en la UP
La evaluación es un aspecto constitutivo de la enseñanza, se necesita analizar en qué medida las situaciones puestas en acción permiten a los alumnos
aprender, saber qué es lo que han aprendido, cómo están aprendiendo, cómo interpretan lo que les enseñamos. Los docentes y sus alumnos son
entonces protagonistas de las acciones evaluativas. El propósito de evaluar es Orientar la enseñanza. Eso supone conocer los procesos de aprendizaje
de los alumnos, obtener constantemente información sobre el estado de sus conocimientos y tomar decisiones sobre los caminos más adecuados para
ayudarlos a avanzar.
Como señalan Jorba y Sanmartí (1993), la evaluación formativa “responde a una concepción de la enseñanza que considera que
aprender es un largo proceso a través del cual el alumno va reestructurando su conocimiento a partir de las actividades que lleva
a cabo. Si un estudiante no aprende, no es solamente debido a que no estudia o a que no tiene las capacidades mínimas, sino que
también puede ser motivado por las actividades que se le proponen.
Si bien los docentes van accediendo diariamente a los conocimientos elaborados por sus alumnos en el transcurso de diferentes situaciones de lectura
y escritura (biblioteca del aula, banco de datos, nombre propio, listas de palabras) es necesario plantear una instancia específica para obtener
información sobre todos los chicos simultáneamente. Por lo tanto se deberán seleccionar situaciones de escritura de los niños por sí mismos para
acceder a sus conocimientos sobre el sistema alfabético y el lenguaje escrito, así como situaciones de lectura destinadas a detectar qué estrategias
ponen en juego para interpretar palabras o frases acompañadas o no por imágenes.