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La Unión Europea

La reconstrucción europea se combinó con el proceso de unificación de los países miembros de este
continente, la mayor parte de los cuales hoy componen la Unión Europea. Al concluir la Segunda
Guerra, Francia tenía fuertes recelos en relación con la recuperación de Alemania impulsada por
Estados Unidos. Al mismo tiempo, en algunos círculos políticos e intelectuales era atractiva la idea
de una unidad europea que operara como valla para posibles conflictos armados. Desde diferentes
grupos y personalidades se abrió paso un movimiento que impulsaba la creación de los Estados
Unidos de Europa. La iniciativa contó a su favor con la experiencia de la resistencia antifascista,
que había vinculado a quienes en distintos países rechazaron el nazi-fascismo.

La empresa de construir una entidad supranacional de carácter político estuvo signada por una serie
de obstáculos: por un lado, las rivalidades nacionales, por otro lado, las divergencias entre los
grupos y los partidos que adherían a la iniciativa respecto de la naturaleza de la futura comunidad,
cómo habría de organizarse políticamente, cuál sería su desenvolvimiento económico. Finalmente,
en mayo de 1949 los representantes de Bélgica, Dinamarca, Francia, Gran Bretaña, Irlanda,
Italia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos y Suecia aprobaron el estatuto de un Consejo de
Europa, al que luego se sumaron Grecia (1949), Turquía (1949), Islandia (1950), la República
Federal de Alemania (1950), Austria (1956), Chipre (1961), Suiza (1963) y Malta (1965). En la
actualidad lo integran cuarenta y siete países europeos.

En 1948 se creó la Organización Europea para la Cooperación Económica (OECE), para el


manejo de los fondos del Plan Marshall. La OECE ayudó a liberalizar el comercio entre los Estados
miembros, alentó los acuerdos monetarios, y propició la cooperación económica en aspectos
concretos. Un paso clave para la integración fue la fundación de la Comunidad Europea del
Carbón y el Acero (CECA). El impulso provino de la decisión norteamericana y británica de
reconstruir la economía de Alemania occidental y de las reservas que generó en Francia y los
Estados del Benelux (Bélgica, los Países Bajos y Luxemburgo). En términos económicos, la
explotación mancomunada pretendía elevar la eficiencia para lograr un mayor grado de
competitividad de la industria pesada europea respecto de la norteamericana y la soviética, y así
ganar mercados en el Tercer Mundo. En este terreno, la economía de Europa era más
complementaria con la de los países del Tercer Mundo que la norteamericana o la soviética.

Los ministros de Asuntos Exteriores de Bélgica, la República Federal Alemana, Italia, Luxemburgo,
Francia y los Países Bajos firmaron el 25 de marzo de 1957 los Tratados de Roma, por los que se
creaba la Comunidad Económica Europea (CEE) y la Comunidad Europea de la Energía
Atómica (EURATOM). Lo que básicamente se aprobó fue una unión aduanera, de ahí el nombre
de Mercado Común que le dio la opinión pública a la CEE. En Roma se acordó una transición de
doce años para la total anulación de los aranceles entre los países miembros. Ante el éxito
económico asociado a la mayor fluidez de los intercambios comerciales, el plazo transitorio se
acortó y el 1 de julio de 1968 se suprimieron todas las barreras aduaneras entre los Estados
comunitarios, al mismo tiempo que se impuso un arancel común para todos los productos
procedentes de terceros países.
La CEE se dotó de una serie de instituciones: la Comisión, el Consejo, la Asamblea Europea
(posteriormente el Parlamento), el Tribunal de Justicia y el Comité Económico Social. El principal
problema político con el que arrancó la CEE fue que un país de la importancia del Reino Unido se
mantuviera al margen. Los británicos se negaron a ingresar porque privilegiaron sus relaciones con
los países del Commonwealth y porque rechazaban subordinar su programa político y económico a
organismos supranacionales. No obstante, mientras que la CEE protagonizó un crecimiento
económico espectacular, con unas tasas de crecimiento en los años 60 claramente superiores a las
norteamericanas, Gran Bretaña continuó decayendo y amplió su brecha negativa respecto de los
países del continente. Finalmente, en agosto de 1961, el gobierno británico solicitó el inicio de
negociaciones para sumarse al proyecto común. En 1973, nació la Europa de los Nueve, con el
ingreso del Reino Unido, junto con Dinamarca e Irlanda.

Tratado de Maastrich en 1992 formalmente inicia a la Unión Europea, a una política exterior y
de Seguridad común de los Estados parte, la dimensión comunitaria y la cooperación policial y
judicial en materia penal. La moneda de la UE, el Euro comenzó a circular a partir del 1 de
enero de 2002.

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