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la historia de la Unión EuropeA

Promover la paz, la libertad y la igualdad, combatir la exclusión social y la discriminación,


fomentar la justicia, la cooperación económica entre los países y los derechos humanos,
son algunos de los objetivos con los que nació la Unión Europea, de la mano de políticos
y defensores de la democracia, de la igualdad y de la justicia que sabían que, para
mantener un estado de derecho y ofrecer seguridad a todos los ciudadanos, era
necesario la unión de unos valores que prevalecieran por encima de los conflictos que,
hasta ese momento, se vivían entre los países.

Veamos cronológicamente su historia para entender un poco más esta organización


institucional que, en la actualidad, cuenta con 27 Estados miembros que comparten
rasgos políticos, económicos y culturales.

Los inicios de la Unión Europea (1945-1950)

Tenemos que remontarnos al año 1945, cuando finaliza la Segunda Guerra


Mundial y se visualiza una Europa totalmente devastada. Cuatro años son
necesarios para que se cree una alianza intergubernamental de seguridad entre
Estados Unidos, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia, Islandia, Luxemburgo, Italia,
Noruega, Países Bajos, Portugal y Reino Unido: la Organización del Tratado del
Atlántico Norte (OTAN).

Al mismo tiempo, 10 países de Europa Occidental (Bélgica, Francia, Luxemburgo,


Países Bajos, Reino Unido, Irlanda, Italia, Dinamarca, Noruega y Suecia) fundan el
Consejo de Europa, con dos objetivos: fomentar la democracia y proteger los
derechos humanos.

Un año después, en concreto, el 9 de mayo de 1950, el ministro francés Robert


Schuman, en colaboración con Jean Monet, anunció el plan Schuman, cuya
propuesta se centraba en el control, de manera conjunta, de la producción del
carbón y el acero, sin duda las materias primas más importantes de la industria
de armamentos. La idea era clara: sin el pleno control sobre dicha producción no
es posible librar una guerra.
Recuerda que, para rememorar el comienzo de esta nueva forma de
cooperación política en el continente europeo, cada 9 de mayo se celebra el Día
de la Unión Europea.

Tratado de París (1951-1952)

Tras lo acordado en el Plan Schuman, seis países europeos, (Bélgica, Francia,


Italia, la República Federal de Alemania, Luxemburgo y los Países Bajos)
firmaron el Tratado de París, conocido también como Tratado Constitutivo
de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA). Su objetivo era
poner en común la producción del carbón y del acero para contribuir a la
expansión económica, al empleo y a la mejora del nivel de vida de los
ciudadanos. Y es que con el mercado común se establecía la circulación de
productos libres de derechos de aduana e impuestos.

Tratados de Roma (1954-1958)

A finales de los años 50, surgen dos tratados que buscan ampliar la cooperación de
los países a otros sectores económicos: el tratado constitutivo de la Comunidad
Económica Europea (CEE) y el tratado constitutivo de la Comunidad Europea de la
Energía Atómica (Euratom).

La CEE reunió a Bélgica, Francia, Italia, la República Federal de Alemania, Luxemburgo


y los Países Bajos para implantar un mercado común, una unión aduanera y acuerdos
en materia de agricultura, comercio y transporte, comprometiéndose con este
tratado a respetar los principios de la Carta de las Naciones Unidas y a fijar las bases
de la unión entre los pueblos europeos.

Por su parte, el tratado conocido comúnmente como Euratom buscaba


contribuir al establecimiento y la evolución de las industrias nucleares
europeas, velar para que todos los Estados miembros pudieran beneficiarse
de la energía atómica (garantizando su abastecimiento), mantener la
seguridad para la población y prohibir el uso de las materias nucleares para
un fin diferente del que se hubiera previsto.

Así, tras hacer un recorrido por los primeros años, encontramos que, en
1957, coinciden tres comunidades europeas diferentes (la CEE, el Euratom y
la CECA), aunque contarán con instituciones comunes y otras duplicadas, que
será necesario unificar.

Los dos tratados de Roma entraron en vigor en 1958, año en el que tiene su
origen el Parlamento Europeo, institución que, en sus inicios, se denominaba
«Asamblea Común de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero». Habrá
que esperar hasta 1962 para que adopte su denominación actual.

Tratado de Bruselas (1960-1985)

Durante los años 60, se refleja en Europa un gran crecimiento económico,


puesto que, entre otras cosas, se dejan de percibir derechos de aduana por
las transacciones comerciales entre los países y se acuerda ejercer un
control conjunto sobre la producción alimentaria para lograr que toda la
población tenga suficiente para comer, lo que produce una excedencia de
productos agrícolas.

En 1960 se crea la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC), con el


objetivo de promover el libre comercio y la integración económica de países
que no pertenecían a la CEE, como Austria, Dinamarca o Suiza.

Un año más tarde, en agosto de 1961, el Gobierno comunista de Alemania del


Este construye un muro que divide la ciudad de Berlín, que se convierte en un
símbolo de la separación entre Europa del Este y Europa Occidental durante la
Guerra Fría. Por otro lado, en 1962 se crea la primera política agrícola común.

El Tratado de Bruselas se plantea la fusión de los ejecutivos de las tres


comunidades en una única Comisión de las Comunidades Europeas, y se crea
un consejo único para las tres. Este tratado fue firmado el 8 de abril de 1965 y
entró en vigor el 1 de julio de 1967.

La década acaba con el inicio de la unión aduanera en 1968, y el fin de la


Primavera de Praga ese mismo año.

En los 70, continúa la construcción comunitaria, con la integración, el 1 de enero


de 1973, de Dinamarca, Irlanda y Gran Bretaña, que incrementan a nueve el
número de Estados miembros. La guerra árabe-israelí, acontecida en octubre
de 1973, originó una crisis de la energía y problemas económicos en Europa.

Tras el derrocamiento del régimen de Salazar en Portugal en 1974 y la


muerte del general Franco en España un año después, desaparecen las
últimas dictaduras de Europa. Por aquel entonces, la política regional de la
UE comienza a transferir importantes cantidades de dinero, con el objetivo
de crear empleo e infraestructuras en las zonas consideradas más pobres.

La importancia e influencia del Parlamento Europeo se ven reflejadas en


los asuntos de la UE, y ya en 1979 es elegido, por primera vez, por sufragio
universal. Se protege el medioambiente y se lucha contra la contaminación;
aparece el concepto de «quien contamina, paga».

Es en 1981 cuando Grecia se convierte en el décimo miembro de la UE, y,


cinco años más tarde, se integran tanto España como Portugal, ya que, si
bien se firmó el tratado de adhesión el 12 de junio de 1985, no se hizo
efectiva la entrada de ambos países hasta el 1 de enero de 1986.

Acta Única Europea (1986-1993)

En los días 17 y 28 de febrero de 1986, se firmó en Luxemburgo y La Haya el Acta Única Europea, que entró en
vigor el 1 de julio de 1987 y que tuvo como objetivo un amplio programa de seis años, hasta el 1 de enero de 1993.

Estaba destinada a erradicar las trabas impuestas a la libre circulación de mercancías a través de las fronteras de
la UE y da origen al mercado único.

Además, permitía ampliar los casos de voto por mayoría cualificada, reforzó el papel del Parlamento Europeo, y
amplió las competencias comunitarias (en particular, en los ámbitos económicos y monetarios) del
medioambiente y de la investigación, sin olvidar que oficializó la existencia del Consejo Europeo y consagró la
cooperación en política exterior.

Como acontecimientos históricos, cabe destacar que, el 9 de


noviembre de 1989, se produce un vuelco político importante
cuando se derriba el muro de Berlín y, por primera vez en 28 años,
se abre la frontera entre las dos Alemanias, la del Este y la del
Oeste, lo que lleva a su unificación en octubre de 1990.

En esta época se culmina la creación del mercado único europeo,


con las cuatro libertades de circulación: mercancías, servicios,
personas y capitales.

También en la década de los 90 se aprueban dos tratados


importantes: el Tratado de Maastricht y el Tratado de Ámsterdam.

Tratado de Maastricht
(1992-1995)

El Tratado de Maastricht, conocido actualmente como Tratado de la Unión


Europea (TUE), fue firmado el 7 de febrero de 1992 y entró en vigor el 1 de
noviembre de 1993.

Comprende tres ámbitos, conocidos como «pilares». El primero agrupa las


actividades tradicionales y los procedimientos de trabajo de las tres
organizaciones de la Unión: la Comunidad Económica Europea (CEE), la
Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) y Euratom. El segundo
pilar se refiere a la política exterior y de seguridad común (PESC), y el tercero,
a la cooperación en el ámbito de la justicia y los asuntos de interior (JAI).

Los aspectos más destacados de este tratado son el asentamiento de las raíces
de la unión económica y monetaria, y los criterios para su utilización. Además,
constituye la base jurídica de nuevas políticas comunes de la Unión y refuerza
las competencias del Parlamento Europeo. Otro de los aspectos más
característicos es la introducción del concepto de ciudadanía de la Unión: se
considera como ciudadano a «toda persona que ostente la nacionalidad de un
Estado miembro», y se atribuye a este el derecho a la libre circulación y
residencia en los Estados miembros y a la participación en las elecciones
municipales del Estado en el que resida.

El Tratado de Maastricht será perfeccionado por el Tratado de Ámsterdam de 1997, que afrontaba
una reforma de las instituciones como consecuencia del Acuerdo de Schengen y los nuevos
Estados admitidos. Además, se imponía como objetivo crear un espacio de libertad, seguridad y
justicia común, y se abogaba por continuar desarrollando una economía común en la Unión.
Mientras se sucedían ambos tratados, se unen tres países más, en 1995: Austria, Finlandia y Suecia.

Tratado de Ámsterdam
(1997-1999)

El Tratado de Ámsterdam, firmado el 2 de octubre de 1997, supuso una modificación del TUE entrando en vigor
el 1 de mayo de 1999.
Este tratado establece por primera vez determinadas disposiciones que autorizan a una serie de Estados
miembros a recurrir a las instituciones comunes para que entablen una cooperación reforzada; también fortalece
los poderes del Parlamento, con la extensión del procedimiento de codecisión y de sus poderes de control, y
prevé la apertura de negociaciones para llevar a cabo las reformas institucionales necesarias con la perspectiva
de la ampliación (composición de la Comisión, del Parlamento y voto en el Consejo), con el objetivo de preservar
el carácter democrático y la eficacia de una estructura que contará con más de 20 miembros.
Los ciudadanos se preocupan por la protección del medioambiente y por la actuación conjunta en asuntos de
seguridad y defensa.

Tratado de Niza (2000-2006)

Con el comienzo del siglo XXI, llega el Tratado de Niza, firmado el 26 de


febrero de 2001.

Este tratado, que entró en vigor el 1 de febrero de 2003, modifica el Tratado
de la UE, los tratados constitutivos de las Comunidades Europeas y
determinados actos conexos, los cuales adjudican más poderes legislativos
y de control al Parlamento y amplían a un mayor número de ámbitos la
votación por mayoría cualificada en el Consejo.

Sin duda, el euro fue uno de los grandes acontecimientos en la Unión


Europea, siendo la moneda de muchos europeos. Cuando, en 2004, 10
nuevos países se incorporan a la UE, seguidos por Bulgaria y Rumanía en
2007, las divisiones políticas entre la Europa del Este y la del Oeste se dan
por zanjadas definitivamente. La crisis financiera sacude la economía
mundial en septiembre de 2008.

La larga trayectoria de la Unión y la existencia de un gran número de tratados y


convenios anexos exigían una cierta reformulación de la estructura jurídica de
la organización. Con este objetivo, surge la idea de establecer una constitución
europea que aúne las principales normas comunitarias. Sin embargo, algunos
Estados rechazaron su ratificación, por lo que se optó por una nueva reforma
de los tratados anteriores, que se llevó a cabo a través del Tratado de Lisboa.

Tratado de Lisboa
(2007-actualidad) 

Este tratado, de 13 de diciembre de 2007, que aporta instituciones modernas y


métodos de trabajo más eficientes a la UE, es ratificado por todos los Estados
miembros de la UE antes de su entrada en vigor en 2009.

El Tratado de Lisboa es el acuerdo internacional clave para la construcción europea.


En su articulado, se da un mayor peso al Parlamento Europeo, con la atribución de
nuevas competencias legislativas. Gracias a este tratado, es el Parlamento quien elige
al presidente de la Comisión, que es el órgano ejecutivo de la Unión Europea.

Otro de los puntos clave de este tratado es el otorgamiento a la Unión de


personalidad jurídica propia. Esta facultad es la que le permite firmar acuerdos
internacionales. Además, prevé un procedimiento formal para los Estados
miembros que quieran retirarse de la UE, y refuerza la democracia y la protección
de los derechos fundamentales.

La Unión Europea es, hoy en día, una de las organizaciones internacionales más
importantes del mundo. Desde sus inicios, ha crecido en influencia hasta
convertirse en una referencia mundial por haber conseguido un nivel de
integración entre los Estados miembros sin precedentes en el plano internacional.

Para llevar a cabo su labor, la Unión cuenta con un marco institucional compuesto
por siete instituciones: el Parlamento Europeo, el Consejo Europeo, el Consejo
de la Unión Europea, la Comisión Europea, el Tribunal de Justicia de la Unión
Europea, el Banco Central Europeo y el Tribunal de Cuentas.

Estas instituciones se encuentran recogidas en el artículo 13 del TUE y tienen como finalidad la promoción de sus
valores, la persecución de sus objetivos y la defensa de los intereses de sus ciudadanos y los de los Estados
miembros. Además, deben garantizar la coherencia, eficacia y continuidad de sus políticas y acciones.

La Unión sigue aumentando sus competencias propias y la adhesión de países europeos hasta alcanzar la
práctica totalidad del continente. El mercado común en Europa es una realidad, así como el anhelo de eliminar
las trabas que suponían los aranceles y los obstáculos fronterizos, que ya forman parte del pasado. Igualmente,
el objetivo de fomentar la democracia, la libertad y el reconocimiento de los derechos humanos en Europa (otro
de los propósitos primordiales) puede considerarse plenamente cumplido, y, en este sentido, la Unión Europea
es un organismo de referencia a nivel mundial.

© Gurú Oposiciones

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