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“Año del Bicentenario del Perú: 200 años de Independencia”

UNIVERSIDAD CIENTIFICA
DEL PERÚ

Facultad de Derecho y Ciencias políticas

MONOGRAFIA:
RECONOCIMINETO Y EJECUCION DE SENETENCIAS Y LAUDOS
EXTRANJEROS
CURSO:
Derecho Internacional Privado

ESTUDIANTE
-CHAVARRY ROJAS, Fidel

CICLO:
VIII

DOCENTE

Dr. SANCHEZ AGUILAR, ALVARO EDWIN

IQUITOS – PERÚ
2021
Universidad Científica del Perú DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO.

DEDICATORIA
Quiero agradecer ante todo a Dios por la
fuerza y el coraje a lo largo de este largo
viaje.

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INTRODUCCIÓN

El reconocimiento y ejecución de sentencias extranjeras es un tema de


interesante discusión jurídica, que ha merecido un tratamiento distinto en el
tiempo y en las principales legislaciones rectoras del Derecho Internacional
Privado.

En el caso peruano, la legislación civil y procesal civil han sufrido notables


cambios en esta materia, particularmente en lo relativo al estado y capacidad de
los nacionales.

En el caso de los nacionales, la competencia de los tribunales peruanos era


exclusiva, por cuanto el factor de conexión nacionalidad excluía cualquier posibilidad
de conocimiento por parte de otro Estado de asuntos de esta materia, mientras que
en el caso de los extranjeros la exclusividad sólo operaba en tanto domiciliaran las
partes en el país

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Índice
INTRODUCCIÓN........................................................................................3
CAPÍTULO I...............................................................................................7
1.1 CONCEPTO................................................................................8
1.2 LOS TRATADOS.........................................................................8
1.3 PRINCIPIO DE RECIPROCIDAD....................................................8
1.4 REQUISITOS DEL RECONOCIMIENTO..........................................10
1.5 EJECUCION DE SENTENCIA EXTRANJERA...................................10
1.6 FORMALIDAD DE LA SOLICITUD DE EJECUCION DE SENTENCIA
EXTRANJERA..................................................................................11
1.7 RECONOCIMIENTO Y EJECUCION DE LAUDOS ARBITRALES
EXTRANJEROS...............................................................................11
RECONOCIMIENTO Y EJECUCIÓN DE LAUDOS EXTRANJEROS De.leg
1071.............................................................................................12
CAPITULO II............................................................................................15
2.1 Fuerza de cosa juzgada............................................................16
2.2 Fuerza Probatoria.....................................................................16
2.3 Diferencia entre reconocimiento y ejecución de sentencias
extranjeras....................................................................................17
2.4 Sistemas de reconocimiento de sentencias extranjeras...............17
2.5 Orden público internacional versus numerus clausus de las causales
de divorcio....................................................................................18
2.6 Eficacia en el Perú de la sentencia extranjera.............................21
CAPITULO III......................................................................................22
3.1. CONCLUSIONES......................................................................22
3.2 REFERENCIAS..........................................................................23

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CAPÍTULO I

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1.1 CONCEPTO
El Execuator es el proceso judicíal por el que se reconoce y se da fuerza ejecutiva a una
sentencia extranjera. Este proceso, que en el Perú es no contencioso, no revisa el fondo de
dicha sentencia, tiene por objeto investirla de los mismos efectos que cualquier sentencia
nacional; es decir, el de cosa juzgada y, dependiendo del tipo de sentencia, el ejecutivo,
constitutivo o registral.

Se hace posible la extraterritorialidad de las sentencias. En efecto, en principio, las


sentencias solo producen efectos jurídicos dentro del territorio del Estado cuyo tribunal las
ha emitido, ello por el principio de soberanía del que gozan los Estados; sin embargo, el
movimiento migratorio externo que permite a los individuos traspasar sus fronteras con el
consiguiente incremento de las relaciones privadas internacionales, hace que surja la
necesidad que sentencias emitidas en un Estado sean reconocidas y ejecutadas en otros
para lograr la realización del ideal de justicia y la concretización del cumplimiento de las
sentencias en otros espacios. De lo contrario, se frustraría el tráfico jurídico internacional.

El proceso de reconocimiento y ejecución de una sentencia extranjera se ha de iniciar


teniendo en cuenta la vigencia de normas internacionales (tratados, convenciones) que
obliguen al Perú yal Estado cuyo tribunal emitió la sentencia respectiva, por lo que resulta
ser un régimen obligatorio.

De existir tratado sobre la materia, el proceso se sigue conforme a los términos del mismo,
en atención a que conforme al artículo 2047 del Código Civil los tratados de Derecho
Internacional Privado se aplican prioritariamente sobre el Derecho interno

1.2 LOS TRATADOS

Celebrados por el Perú en este rubro son escasos los pocos que nos vinculan son
multilaterales y ninguno bilateral. En estos tratados multilaterales se observan
condiciones o requisitos comunes que se han de cumplir, así:
i) la sentencia debe haber sido expedida por Tribunal competente;
ii) la sentencia o laudo debe tener carácter de ejecutoriado o calidad de cosa
juzgada;
iii) la parte contra quien se va hacer valer esa sentencia o laudo debe haber sido
debidamente notificada, a fin de garantizar el derecho de defensa; y
iv) no se atente contra el orden público internacional del Estado receptor.

1.3 PRINCIPIO DE RECIPROCIDAD

A falta de tratado sobre reconocimiento y ejecución de sentencia se ha de tener en


cuenta el régimen supletorio de la reciprocidad.
Ello significa que se tendría que observar el principio de Derecho Internacional
Público adaptado al Derecho Internacional Privado, de reciprocidad o actitud que un

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Estado adopta por propia voluntad a falta de norma expresa -en este caso un
tratado- en respuesta simétrica o similar a la ya adoptada por otro Estado. De
manera que las sentencias extranjeras tendrán en el Perú la misma fuerza que en el
Estado de origen respectivo se otorga a las sentencias peruanas.

Esta reciprocidad no requiere ser probada por quien solicita el exequátur, por cuanto
se presume la reciprocidad "respecto a la fuerza que se da en el extranjero a las
sentencias o laudos pronunciados en el Perú", solo quien la niegue deberá probar su
aseveración, Cabe señalar que el régimen de reciprocidad establecido en el Perú
conlleva a que adicionalmente se cumplan los requisitos previstos por el artículo
2104 del Código Civil.

Si la sentencia procede de un país en el que no se da cumplimiento a los fallos de


los tribunales peruanos, no tiene fuerza alguna en la República.
Están comprendidas en la disposición precedente las sentencias que proceden de
países donde se revisan, en el fondo, los fallos de los tribunales peruanos.

Esta reciprocidad negativa se aplica exclusivamente para las sentencias que


provengan de tribunales ordinarios extranjeros y no respecto a laudos o sentencias
provenientes de tribunales arbitrales extranjeros, ya que, en dicho supuesto el
reconocimiento y ejecución de laudos arbitrales expedidos en el extranjero que se
pretendan reconocer en el Perú se regularán por las Disposiciones de la Ley
General de Arbitraje.

Se trata de dos supuestos legislativos, el primero de ellos propiamente referido a la


reciprocidad, en cuanto a actuar de la misma manera como actúa o actuaría el otro
Estado en una situación jurídica determinada, por categoría jurídica p ej. (Divorcio,
sucesiones, obligaciones, quiebra, entre otras), nuestro país actuará en
correspondencia a la actuación del otro Estado -para dicha categoría jurídica-,
pudiendo reconocer una sentencia que provenga de un territorio extranjero para la
categoría jurídica divorcio y desconocerla para la categoría jurídica sucesiones, en
caso de que la legislación de dicho Estado niegue el reconocimiento de alguna
sentencia proveniente del Perú en dicha categoría jurídica.

El segundo supuesto legislativo se refiere a la posible revisión del fondo del conflicto,
ya que nuestro país, por un principio de soberanía jurisdiccional, no acepta que un
tribunal extranjero revise las decisiones efectuadas por los jueces nacionales, pues
esta revisión sobre la decisión que puso fin al fondo del asunto implicaría un
sometimiento y una aceptación de una suerte de casación por parte de un tribunal
extranjero respecto a una decisión efectuada por los tribunales peruanos.

El legislador considera inaceptable que un fallo emitido por los jueces nacionales
que tiene el carácter de cosa juzgada, es decir, inatacable e inmutable en el territorio
nacional, deba pasar por un examen y una discusión sobre la correcta o incorrecta
aplicación del Derecho aplicable, entendiendo que el proceso de reconocimiento
debe tener como única misión revisar la forma en la cual se desenvolvió el

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procedimiento y no inmiscuirse en la revisión del fondo del conflicto, el cual ya fue


analizado por su par extranjero.

1.4 REQUISITOS DEL RECONOCIMIENTO

ARTÍCULO 2104.-Para que las sentencias extranjeras sean reconocidas en la


República, se requiere, además de lo previsto en los artículos 2102 y 2103:
1.- Que no resuelvan sobre asuntos de competencia peruana exclusiva.
2.- Que el tribunal extranjero haya sido competente para conocer el asunto, de
acuerdo a sus normas de Derecho Internacional Privado ya los principios generales
de competencia procesal internacional.
3.- Que se haya citado al demandado conforme a la ley del lugar del proceso; que se
le haya concedido plazo razonable para comparecer; y que se le hayan otorgado
garantías procesales para defenderse.
4.- Que la sentencia tenga autoridad de cosa juzgada en el concepto de las leyes del
lugar del proceso.
5.- Que no exista en el Perú juicio pendiente entre las mismas partes y sobre el
mismo objeto, iniciado con anterioridad a la interposición de la demanda que originó
la sentencia.
6.- Que no sea incompatible con otra sentencia que reúna los requisitos de
reconocimiento y ejecución exigidos en este título y que haya sido dictada
anteriormente.
7.- Que no sea contraria al orden público ni a las buenas costumbres.
8.- Que se pruebe la reciprocidad.
Quien invoque una reciprocidad convencional o afirmativa debía probarla. Sin
embargo, este criterio ha sido modificado por el Código Procesal Civil, al señalar en
el artículo 838 que se presume que existe reciprocidad respecto a la fuerza que se
da en el extranjero a las sentencias pronunciadas en el Perú, indicando que
corresponde la prueba negativa a quien niegue la reciprocidad. Este criterio, implica
una carga para el juez, ya que independientemente de la presunción respecto al
solicitante, el juez debe conocer el derecho extranjero y premunirse de los
elementos suficientes, para lo cual deberá utilizar los mecanismos que el propio
Libro Décimo señala, como el solicitar informes al tribunal extranjero (por intermedio
de la vía diplomática) para asegurarse que en dicho país extranjero se reconocen las
sentencias que provengan del Perú.
No cabe que el juzgador se ampare en la presunción de reciprocidad para no agotar
los recursos necesarios para impedir que se reconozcan sentencias de Estados
extranjeros que no acepten sentencias expedidas por nuestro país.

1.5 EJECUCION DE SENTENCIA EXTRANJERA

ARTICULO 2106.-La sentencia extranjera que reúna los requisitos establecidos en


los artículos 2102, 2103, 2104 Y 2105 puede ser ejecutada en el Perú a solicitud del
interesado.

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El concepto de ejecución de decisiones extranjeras está referido al procedimiento


que ha de seguirse para conferir eficacia procesal a una sentencia extranjera. El
petitorio de la acción implica dotar a la decisión foránea de los dos efectos más
característicos de una decisión judicial: el de reconocer la calidad de "cosa juzgada"
a lo que fue materia de la decisión judicial y el de título ejecutivo. El trámite de la
ejecución implica un proceso de transformación de la decisión extranjera en
sentencia peruana.
La nueva ejecutoria surgida del exequátur puede reproducir íntegramente el fallo de
la resolución originaria o puede limitarse a recoger solo alguno de sus
pronunciamientos. Ambas pueden resultar coincidentes o no.

Una vez logrado el exequátur, el interesado tiene expedito el título para solicitar la
ejecución de la decisión judicial con las mismas características y procedimientos de
la ejecución de las sentencias nacionales.

1.6 FORMALIDAD DE LA SOLICITUD DE EJECUCION DE


SENTENCIA EXTRANJERA

ARTÍCULO 2101.-La solicitud a que se refiere el artículo 2106 debe ir acompañada


de copia de la sentencia íntegra, debidamente legalizada y traducida oficialmente al
castellano, así como de los documentos que acrediten la concurrencia de los
requisitos establecidos en este título.

Para que el exequátur sea procedente es necesario que la sentencia extranjera


conste en un documento auténtico. La autenticidad no es sino la calidad que ostenta
el acto que ha sido dictado por la autoridad competente, que es la que tiene
facultades como tal según el Derecho territorial, de lo cual da fe indirectamente la
legalización del funcionario diplomático o consular respectivo; dejando en claro que
las legalizaciones no versan sobre cuestiones de fondo o forma del documento que
legalizan y mal podrían convalidar un documento que proviniese de las autoridades
territoriales carentes de competencia para el caso.

En el Perú, es suficiente la legalización y traducción de los pertinentes documentos


y, por lo tanto, no se requiere seguir el proceso del exequátur para la tramitación de
exhortos y cartas rogatorias que tengan por objeto practicar notificaciones, recibir
declaraciones u otros actos análogos.

Otra condición necesaria para que la sentencia surta sus efectos en un país
extranjero es que debe ser traducida por persona autorizada al idioma oficial
respectivo del foro del juez al que se ha recurrido.

1.7 RECONOCIMIENTO Y EJECUCION DE LAUDOS


ARBITRALES EXTRANJEROS

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ARTICULO 2111.-Lo dispuesto en este título rige, en cuanto sea aplicable, también
para resoluciones extranjeras que ponen término al proceso y, especialmente, para
las sentencias penales en lo referente a la reparación civil.
Tratándose de laudos arbitrales, serán de aplicación exclusiva las disposiciones de
la Ley General de Arbitraje.

El reconocimiento del laudo extranjero consiste en una figura del arbitraje


internacional que consiste en reconocer y ejecutar un laudo que ha sido dictado en
otro país en sede nacional; sin embargo, la falta de reconocimiento del mismo no
constituye la anulación del laudo arbitral como sí, sino simplemente la falta de
aplicación y ejecución del mismo en sede nacional, lo cual no implicaría en que en
otro Estado pueda reconocerse y ejecutarse el mismo laudo.

será de aplicación al reconocimiento y ejecución de los laudos arbitrales dictados


fuera del territorio nacional cualquiera haya sido la fecha de su emisión, siempre que
se reúnan los requisitos para su aplicación, contenidos en la Convención
Interamericana sobre Arbitraje Comercial internacional del 30 de enero de 1975 o la
Convención sobre Reconocimiento y Ejecución de las Sentencias Arbitrales
Extranjeras del 1958, o cualquier otro tratado sobre reconocimiento y ejecución de
laudos arbitrales del cual el Perú sea parte. El tratado a ser aplicado, salvo que las
partes hayan acordado otra cosa, será el más favorable a la parte que pida el
reconocimiento y ejecución del laudo arbitral,

Si bien el Perú es parte de varios tratados sobre la materia los más importantes son,
sin duda alguna, el Convenio sobre Reconocimiento y Ejecución de las Sentencias
Arbitrales Extranjeras (más conocido como la Convención de Nueva York de 1958) y
el Convenio Interamericano sobre Arbitraje Comercial Internacional (más conocido
como el Convenio de Panamá de 1975), ya que ambos solo regulan el tema del
reconocimiento y la ejecución de laudos arbitrales, a diferencia de los demás
tratados ratificados por el Perú, que siguen el camino equivocado de aplicar las
reglas sobre reconocimiento y ejecución de sentencias judiciales a los laudos
arbitrales.

RECONOCIMIENTO Y EJECUCIÓN DE LAUDOS


EXTRANJEROS De.leg 1071

Artículo 74º.- Normas aplicables.


1. Son laudos extranjeros los pronunciados en un lugar que se halle fuera del
territorio peruano.
Serán reconocidos y ejecutados en el Perú de conformidad con los siguientes
instrumentos, teniendo en cuenta los plazos de prescripción previstos en el derecho
peruano:

a. La Convención sobre el Reconocimiento y Ejecución de Sentencias Arbitrales


Extranjeras, aprobada en Nueva York el 10 de junio de 1958, o

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b. La Convención Interamericana de Arbitraje Comercial Internacional, aprobada en


Panamá el 30 de enero de 1975, o
c. Cualquier otro tratado sobre reconocimiento y ejecución de laudos arbitrales del
cual sea parte el Perú.

Salvo que las partes hayan acordado algo distinto, el tratado aplicable será el más
favorable a la parte que solicite el reconocimiento y ejecución de un laudo extranjero.

Artículo 75º.- Causales de denegación.


Sólo se podrá denegar el reconocimiento de un laudo extranjero, a instancia de la
parte contra la cual es invocada, si esta parte prueba:
a. Que una de las partes en el convenio arbitral estaba afectada por alguna
incapacidad, o que dicho convenio no es válido, en virtud de la ley a la que las
partes lo han sometido, o si nada se hubiera indicado al respecto, en virtud de la ley
del país en que se haya dictado el laudo.
b. Que la parte contra la cual se invoca el laudo no ha sido debidamente notificada
del nombramiento de un árbitro o de las actuaciones arbitrales, o no ha podido por
cualquier otra razón, hacer valer sus derechos.
c. Que el laudo se refiere a una controversia no prevista en el convenio arbitral o
contiene decisiones que exceden sus términos.
d. Que la composición del tribunal arbitral o las actuaciones arbitrales no se han
ajustado al acuerdo celebrado entre las partes, o en defecto de tal acuerdo, que no
se han ajustado a la ley del país donde se efectuó el arbitraje.
e. Que el laudo no es aún obligatorio para las partes o ha sido anulado o
suspendido por una autoridad judicial competente del país en que, o conforme a
cuya ley, ha sido dictado ese laudo.
3. También se podrá denegar el reconocimiento de un laudo extranjero si la
autoridad judicial competente comprueba:
a. Que según el derecho peruano, el objeto de la controversia no puede ser
susceptible de arbitraje.
b. Que el laudo es contrario al orden público internacional.

Artículo 76º.- Reconocimiento.


1. La parte que pida el reconocimiento de un laudo extranjero deberá presentar el
original o copia del laudo, debiendo observar lo previsto en el artículo 9. La solicitud
se tramita en la vía no contenciosa, sin intervención del Ministerio Público.
2. Admitida la solicitud, la Corte Superior competente dará traslado en conocimiento
de la otra parte para que en un plazo de veinte (20) días exprese lo que estime
conveniente.
3. Vencido el plazo para absolver el traslado, se señalará fecha para la vista de la
causa dentro de los veinte (20) días siguientes. En la vista de la causa, la Corte
Superior competente podrá adoptar, de ser el caso, la decisión prevista en el
numeral 8 del artículo 75. En caso contrario, resolverá dentro de los veinte (20) días
siguientes.
4. Contra lo resuelto por la Corte Superior sólo procede recurso de casación,
cuando no se hubiera reconocido en parte o en su totalidad el laudo.

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Artículo 77º. Ejecución.


Reconocido, en parte o en su totalidad el laudo, conocerá de su ejecución la
autoridad judicial competente, según lo previsto en el artículo 68º

CAPITULO II

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2.1 Fuerza de cosa juzgada


La sentencia adquiere la autoridad de cosa juzgada cuando no es posible
interponer recurso impugnatorio alguno contra ella; significa así, la eficacia
definitiva y obligatoria de la declaración de derecho contenida en dicha
sentencia. Al ser la sentencia el resultado de la resolución de la controversia,
queda firme cuando no se ha impugnado dicha resolución o cuando habiéndolo
hecho se confirma la resolución apelada, teniendo entonces el carácter de cosa
juzgada, esto significa que no se puede iniciar un proceso entre las mismas
partes y con el mismo objeto ya que eso fue discutido y no existe incertidumbre
jurídica que amerite un nuevo proceso; de darse este caso se puede interponer
la excepción de cosa juzgada. La excepción de cosa juzgada para Rigaux es Un
medio de defensa que deriva de la fuerza obligatoria de una decisión, permite a
la parte que la utiliza obstaculizar la iniciación de una nueva acción entre las
mismas partes con el mismo objeto y la misma causa. Esta excepción no puede,
sin embargo, invocarse respecto de algunas decisiones cuya fuerza está
conectada a la persistencia de las circunstancias de hecho en que han sido
dadas: así, una decisión que establece una pensión alimenticia o decide sobre la
guarda de un niño es susceptible de ser revisada si la situación de las partes se
modifica.

La invocación de la cosa juzgada como excepción, de acuerdo a las normas de


Derecho Internacional Privado nacional, puede hacerse valer en la vía de
excepción si cumple con los requisitos establecidos para el exequatur; sin
necesidad de someterla previamente a este trámite.

2.2 Fuerza Probatoria


La Dra. Delia Revoredo, señala que el artículo 2109° del Código Civil Se refiere
al valor probatorio de las sentencias extranjeras legalizadas regularmente en el
país de procedencia. Para efectos puramente probatorios, no requieren del
procedimiento de exequatur. Otro asunto es cuando la sentencia extranjera se
intenta ejecutar en el territorio peruano, reconociéndole los mismos efectos que
tienen las sentencias nacionales que gozan de autoridad de cosa juzgada. Para
estos efectos no basta la legalización, sino que es necesaria la homologación de
la resolución judicial conforme a las demás normas del título IV

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Como lo refiere Mortara citado por Sentís Melendo, la presentación de una


sentencia extranjera como prueba no significa que el magistrado nacional deje
de tener el poder de decidir la controversia según la propia convicción, pues la
sentencia no es, en tal caso, instrumento de ejecución, sino elemento de
convicción.

Por tanto la fuerza probatoria de la sentencia extranjera es la de un documento


probatorio de un hecho realizado, que si bien ha sido obtenido en otro país y
bajo otras leyes, eso no es obstáculo para que pueda tener la calidad de prueba
documental y será ameritada por el juez que ve la causa en el conjunto del
caudal probatorio. Esta es la opción legislativa asumida por nuestro Código,
concediéndole en este aspecto similar valor que a las sentencias nacionales
cuando éstas se presentan como prueba ante una autoridad peruana.

2.3 Diferencia entre reconocimiento y ejecución de


sentencias extranjeras
Weinberg señala que; «en el reconocimiento, el juez acepta un derecho
consagrado por la sentencia, como, por ejemplo, la existencia de un divorcio; en
la ejecución, el titular del derecho consagrado por la sentencia extranjera exige
el concurso de la fuerza pública local por intermedio del juez para obtener la
satisfacción material, como por ejemplo, la ejecución de bienes promovida por un
acreedor.

La diferencia entre ambos términos surge precisamente del carácter de las


sentencias o decisiones, de aquellos que no necesitan ejecución por ser
declarativas o constitutivas. Un sector de la doctrina considera innecesario el
procedimiento de exequatur, en el caso de las sentencias declarativas y
constitutivas porque el reconocimiento debería operar ipso jure, mientras que
otros sostienen que se requiere del exequatur si existe oposición de los
particulares o funcionarios para la ejecución de la sentencia en mención.

2.4 Sistemas de reconocimiento de sentencias extranjeras


a) Reconocimiento restrictivo de fallos extranjeros, este es el caso de
países europeos y asiáticos.
En este sistema, existe un reconocimiento de los fallos extranjeros pero bajo
ciertas condiciones; por ejemplo, en Bulgaria, Holanda y la India sólo procede el
exequatur cuando existe tratado. En Canadá, es la Corte quien determina al final
del proceso si la sentencia del país extranjero está de acuerdo o viola la ley
canadiense; en el caso del Japón diremos que sí existe reconocimiento mediante
el cumplimiento de ciertos requisitos, considerándose además una evaluación de
manera casuística y subjetiva, esto último debido a la concepción de moral
pública y buenas costumbres en dicho país.

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b) Reconocimiento de fallos extranjeros en países más liberales,


como los Estados Unidos de América y países latinoamericanos

El sector predominante de la legislación considera necesaria para la


extraterritorialización de las ejecutorias la existencia de reciprocidad. Este
sistema contiene otra limitación referida a la posible ofensa al orden público
internacional de cada país donde se intente, con lo que se reduce el ámbito de
ejecutividad de la sentencia extranjera. Esta limitación de orden público, no
corresponde solamente al sistema de la reciprocidad, sino que constituye una
limitación de carácter general y de aplicación a todos los sistemas. Al representar
el sistema de la reciprocidad un dispositivo de seguridad, no de la aplicación del
derecho extranjero sino de la aplicación del propio en forma extraterritorial,
muchos países de concepciones amplias en materia de Derecho Internacional
Privado prefieren adoptar este sistema que, en definitiva, aparece como el más
apto desde el punto de vista práctico para asegurar el resultado de las sentencias
dictadas en los propios territorios, de tal manera que no resulte burlado el
derecho subjetivo declarado en el proceso. En este sistema, al no existir tratados
entre los países, es a través de la reciprocidad existente entre los mismos que se
puede reconocer y ejecutar fallos; por ello, en nuestro país la reciprocidad se
presume y sólo quien la niegue deberá probarlo. No se reconocen las sentencias
dictadas en otro país, como es el caso de países árabes y musulmanes. En estos
países no se reconoce a la sentencia extranjera y como consecuencia, la decisión
existente en ella no será reconocida y tampoco podrá ser ejecutada

2.5 Orden público internacional versus numerus clausus de


las causales de divorcio
La ley nacional, existen dos posiciones planteadas. La primera que sostiene que
las normas relativas al matrimonio y familia como instituciones naturales y
fundamentales de la sociedad, son de orden público y de cumplimiento
obligatorio y, en consecuencia, en el Perú las causales para demandar el divorcio
absoluto son numerus clausus no admitiéndose, por tanto, la homologación de
sentencias de divorcios por causales distintas a las establecidas por la ley
nacional. En contra de la posición descrita se formula la siguiente: no hay
afectación al orden público internacional por cuanto la ley peruana, modificando
el sistema anterior, ha admitido que los nacionales puedan ser divorciados ante
un tribunal extranjero sujetándose a la ley del domicilio conyugal, modificando la
jurisdicción que era de carácter exclusivo a facultativo.

El orden público internacional es de difícil comprensión; intentaremos


aproximarnos a él deduciéndolo de la comparación entre la justicia conflictual y
diferencia de la justicia sustancial. En las relaciones jurídicas de carácter
nacional, por el principio de territorialidad, los asuntos de competencia y ley
aplicable se encuentran claramente definidos en la legislación interna, cuya
estructura lógica tiene los siguientes elementos: el supuesto, que es la hipótesis
que de ocurrir desencadena una consecuencia; la consecuencia que es el efecto
atribuido por el Derecho a la verificación del supuesto en la realidad y el nexo
lógico-jurídico que es el elemento lógico vinculante. De otro lado, en cambio, la

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justicia conflictual debe resolver los conflictos generados en una relación jurídica
de carácter internacional aplicando a cada relación jurídica en cuestión la ley
material del país que, de acuerdo a las normas de Derecho Internacional Privado,
tienen competencia para regirla. Es así que la estructura de la norma de Derecho
Internacional Privado, denominada también normas conflictuales, sea distinta a
la norma material interna, presentando como elementos: la categoría genérica
abstracta, que es el concepto que pretende englobar en su enunciado toda
posible relación que sea comprendida en ella; y el punto de contacto o elemento
de conexión, que establece cual es la ley aplicable, ya que señala qué sistema
jurídico va a regular esa situación jurídica.

Se presenta así muchas veces una incomprensión de la justicia conflictual versus


la justicia sustancial que ignora el problema conflictual. Cuando la divergencia es
tan grande que implica una absoluta incompatibilidad entre los criterios del
derecho extranjero y los principios fundamentales de justicia de la lex fori, el
juez debe excluir las disposiciones correspondientes del derecho extranjero
(Artículo 2049° del Código Civil). Es necesario distinguir la noción de orden
público interno de la de orden público internacional. Al respecto, las normas del
derecho peruano de carácter imperativo, que no pueden modificarse a la
voluntad de los individuos, son de orden público interno; en tanto que el orden
público internacional tiene que ver con la naturaleza de normas peruanas y que
no pueden ser descartadas por la aplicación de leyes extranjeras. Alfonsín
afirma: «Esta distinción pone de manifiesto que si bien todo precepto de orden
público internacional es a fortiori de orden público interno, la inversa no es
igualmente verdadera, por lo cual no basta que una norma sea de orden público
interno para fundar en ella una excepción de orden público internacional.

El tema que en este punto se plantea es si las causales de divorcio previstas en


la ley nacional ameritan sustentar la excepción de orden público, que excluiría la
aplicación de la legislación extranjera en materia de divorcio en asuntos de
conocimiento por parte del juez peruano o, como en el caso de exequatur cuando
se trata de reconocer situaciones jurídicas ya creadas. Como lo distingue
Sánchez-Covisa, la cláusula de reserva o de orden público internacional debe
tener un campo de aplicación más restringido cuando se trata de reconocer
situaciones jurídicas válidamente creadas en un sistema jurídico extranjero, que
cuando se trata de crear situaciones jurídicas en el seno del sistema jurídico
nacional. Se hace necesario así discriminar la noción de orden público en el
terreno de creación de los derechos y la noción de orden público en el terreno de
la eficacia de los derechos. En el primer caso, se trata de crear en el propio país
derechos y situaciones jurídicas mediante la aplicación directa de la ley material
extranjera, en tanto que en el segundo, se trata simplemente de reconocer
derechos adquiridos y situaciones jurídicas definitivamente constituidas en el
extranjero. Ello ha venido a denominarse: doctrina de efecto atenuado del orden
público. En el mismo artículo el autor nos refiere como la jurisprudencia francesa
desde mediados de este siglo ha venido imponiendo la siguiente tesis

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La tesis fue claramente consagrada en el famoso caso Riviere sentenciado por la


Corte de Casación en el año 1953. Se trataba de un divorcio por mutuo
consentimiento decretado por un tribunal ecuatoriano entre una mujer francesa y
un marido de origen ruso domiciliado en Ecuador. A pesar de que el divorcio por
mutuo consentimiento no está consagrado en la legislación francesa y se
considera - en cuanto tal- contrario al orden público internacional francés, la
Casación reconoció la validez del divorcio. Arguyó que «la reacción frente a una
disposición contraria al orden público no es la misma según que imponga
obstáculos a la adquisición de un derecho en Francia o según que se trate de
dejar producir en Francia los efectos de un derecho adquirido sin fraude, en el
extranjero y de acuerdo con la ley a quien el derecho internacional privado
francés otorga competencia.» «La doctrina del efecto atenuado del orden público
cuando se trata de reconocer derechos válidamente creados en el extranjero
puede hoy considerarse incorporada a la doctrina y a la jurisprudencia francesa.
Ha recibido aplicación en una serie de campos, como, por ejemplo, para admitir
el reconocimiento en el extranjero de un hijo adulterino o para admitir que una
de las mujeres de un extranjero polígamo reclame alimentos en Francia a su
marido

Se admite de este modo que la sentencia dictada en el país del domicilio será
reconocida en los demás países.

En los países del Common Law el control del orden público se ha concentrado en
forma prácticamente exclusiva en el control de la regularidad procesal del juicio.

Por naturaleza, el exequatur es un simple reconocimiento u homologación, un


simple dar fuerza ejecutoria a lo decidido por el juez extranjero, y no un nuevo
juicio o una nueva valoración de los hechos por el tribunal nacional. Por ello, es
necesario distinguir el ámbito de la excepción del orden público, que como tal
debería ser restringido y no extensivo; supuesto distinto es la improcedencia de
la homologación porque se trata de sentencias extranjeras procesalmente
irregulares, porque hayan sido dictadas por un tribunal que carezca de
jurisdicción o de competencia internacional o porque se hayan infringido los
principios que aseguran su regularidad procesal, como son los vinculados a la
citación del demandado, su razonable posibilidad de defensa que posibilite una
real controversia judicial.

La posición que sustenta que no se afecta al orden público al homologar


sentencias de divorcios por causales no previstas en la ley nacional, acusan como
se dijo, que el divorcio ya no es una materia de competencia exclusiva del Perú,
estableciendo expresamente el artículo 2082° del Código Civil que las causas de
separación de cuerpos y divorcio se someten a la ley del lugar del domicilio
conyugal, deduciendo que la voluntad de la ley peruana es autorizar que un
matrimonio celebrado en el Perú o inscrito en el Perú pueda ser disuelto
aplicándose la ley extranjera, invocándose causales previstas en la ley del
domicilio conyugal, por tanto, no habiéndose trasgredido principios
fundamentales del ordenamiento constitucional peruano, ni evidenciándose la

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intención de provocar un fraude a la ley nacional, no resultaría suficiente para


amparar la excepción de orden público internacional.
.
2.6 Eficacia en el Perú de la sentencia extranjera

Con relación a la efectividad del fallo extranjero en el país, es necesario precisar


algunos alcances respecto a la naturaleza procesal de la acción de exequatur y
de la sentencia de exequatur.

En principio, respecto al carácter de la acción, se trata de una acción autónoma,


la materia litigiosa a diferencia de la sentencia extranjera no lo constituye la
relación jurídica sustancial sobre la cual se ha pronunciado el fallo extranjero; en
el caso del exequatur, la materia litigiosa está constituída por la misma sentencia
independiente de la litis que le ha dado origen. La acción se fundamenta en el
principio de soberanía nacional que establece el efecto territorial de los fallos,
razón por la cual es necesario que el juez nacionalice la sentencia extranjera,
convirtiéndola en un elemento jurídico nacional, luego de verificado los requisitos
que la ley establece para estos efectos.

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CAPITULO III

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3.1. CONCLUSIONES

El exequatur es un proceso de carácter sumario de reconocimiento y autorización cuyo propósito es


introducir en determinado ordenamiento para su respectiva tutela, eficacia , coercitividad y
ejecución uno o varios pronunciamientos dictados por una autoridad jurisdiccional extranjera o por
un tribunal arbitral foráneo que extrañan la condición de ser ejecutorios .

La Convención de Nueva York reconoce la importancia creciente del arbitraje internacional como
medio de resolver las controversias comerciales internacionales, la Convención de las Naciones
Unidas sobre el reconocimiento y ejecución de las Sentencias Arbitrales Extranjeras trata de
establecer normas legislativas comunes para el reconocimiento de los acuerdos o pactos de arbitraje
y el reconocimiento y ejecución de las sentencias o laudos arbitrales extranjeros y no nacionales. Por
sentencia o laudos no nacionales, se entiende a aquellos que si han sido dictados en el Estado donde
se prevé su ejecución , son considerados “ extranjeros” por la ley de ese Estado por que el
procedimiento seguido conlleva algún elemento de extranjería, por ejemplo : cuando se apliquen
normas procesales de otro Estado. La finalidad principal de la Convención es evitar que las Sentencias
arbitrales tanto extranjeras como no nacionales sean objeto de discriminación por lo que obliga a los
Estados parte a velar por que dichas sentencias sean reconocidas en su jurisdicción y puedan
ejecutarse en ella en general de la misma manera que la sentencias o laudos arbitrales nacionales.

Que el reconocimiento de Resoluciones Judiciales expedidas en el extranjero tienen como fin que el
Órgano Jurisdiccional Peruano, reconozca la fuerza legal de las sentencias expedidas por el Tribunal
Extranjero reconociéndoseles los mismos efectos que tienen las sentencias nacionales que gozan de
autoridad de cosa juzgada para la cual no basta la legalización efectuada regularmente en el país de
procedencia, sino que es necesaria la homologación de la resolución judicial conforme lo determina
el Código Procesal Civil , asimismo para su procedencia deberá con las condiciones generales
dispuestas por el artículo 2104 del Código Civil , que el proceso de Exequatur no tiene por objeto el
reexamen de lo juzgado o el análisis del proceso mismo , sino que el fin último del exequatur es
verificar el cumplimiento formal de los requisitos de homologación que nuestra normatividad exige
para su concesión.

Reconocer una decisión extranjera implica dejar valer en el foro los efectos que esa decisión tiene en
el país en que se dictó siempre que no sean incompatibles con nuestro sistema de forma que tras su
reconocimiento la decisión extranjera sigue siendo extranjera, no se produce ningún fenómeno de
“nostrificacion”. El reconocimiento puede tener en primer término, a procurar la fuerza en el foro de

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una sentencia extranjera efecto característico de la sentencia de condena. Para conseguir dicho
efecto siempre resulta necesario recurrir a un procedimiento de ejecución

3.2 REFERENCIAS
Weinberg (2012) Derecho Procesal Civil Internacional.

Rigaux Javier (2010) Orden público y externalidades

Delia Revoredo (2008) Derecho Internacional Privado. Tomo III. Primera parte.
Lima:

Fernández Arroyo, Diego (2008) Aspectos esenciales de la competencia judicial


internacional .

Juárez Pérez, Pilar (2008) Reconocimiento de sentencias extranjeras.

Sabido Rodríguez, Mercedes (2013) La nueva regulación del divorcio, su


proyección en Derecho Internacional Privado

Virgos Soriano, Miguel (2007) El Exequatur y Los laudos arbitrales. Tomo I. Lima

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