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Carl Rogers.
Las implicaciones de esto son claras: para estudiar la personalidad hay que
conocer también el contexto en el que habitan las personas y el modo en el que este
responde a las necesidades motivacionales de los individuos. Centrarse
simplemente en administrar varios test para obtener una puntuación no nos da
una visión acertada sobre esto, ya que se parte de un sesgo al considerar que la
personalidad es lo que pueda ser captado por estas pruebas de recogida de datos.
Se trata de un punto de vista parecido al que aplican al ámbito de las capacidades
mentales psicólogos como Howard Gardner y Robert J. Sternberg, críticos con la
concepción psicométrica de la inteligencia.
La personalidad autorrealizada
En la base de esta figura se encuentran las primeras y en la parte más alta las
segundas. De abajo arriba éstos son los distintos niveles de necesidades:
Sin embargo, esto no es así. Entre otras cosas, porque existen enfoques
psicológicos cuyo objetivo es disponer las herramientas terapéuticas
necesarias para que las personas puedan tender a la autorrealización y a
la creación de un sentido para sus propios actos. Es el caso de
la Psicología Humanista, dentro de la cual encontramos un tipo de
terapia muy conocido: la Terapia Gestalt.
¿Cómo es la Terapia Gestalt?
La Terapia Gestalt, o terapia Gestáltica, es un tipo de terapia psicológica
que se enmarca en la categoría de la Psicología Humanista en el sentido
de que asume la manera en la que el pensamiento humanista concibe al
ser humano, sus metas y su abanico de necesidades y potencialidades.
Además, tal y como su nombre indica, recoge los principios teóricos
de la Psicología de la Gestalt y los utiliza para proponer una forma
de psicoterapia.
1. Aquí y ahora
Desde la Terapia Gestalt se asume que los seres humanos percibimos
todo lo que nos ocurre como una experiencia unificada. Esto
significa, entre otras cosas, que nuestra idea de lo que es en futuro y el
pasado no son más que proyecciones de cómo vivimos el presente. En
definitiva, trabajando nuestra manera de pensar el presente estaremos
interviniendo sobre nuestras maneras de plantearnos el futuro por llegar
y el modo en el que echamos la vista atrás para revisar el pasado.
3. Responsabilidad
Tomar conciencia de los propios actos y estilos de experimentar las
cosas implica también asumir las consecuencias de esas opciones.
A partir de la aceptación de los errores y la hipotetización de los riesgos,
se gana autonomía. Esto abre el abanico de opciones y de concepción
de sentidos en los que se puede actuar, desde una perspectiva
existencial.